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TEMA 3 El Origen de la Vida

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1. Nuestro lugar en el Universo: 
Aparición y evolución de la vida
 
Desde la bacteria más diminuta hasta la ballena austral existe una prodigiosa 
variedad de vida; de diferentes formas y tamaños y distintos modos de existencia. 
Igualmente, en el peculiar 
alzan con tamaños fabulosos como la sequoia, y líquenes de escasos milímetros.
Galería de imágenes 
 
 
No es de extrañar que ante tal diversidad 
de vida, el ser humano, desde muy pronto, 
tratara de dar una explicación. 
En el año 2009 se han cumplido 200 años 
del nacimiento de Darwin 
Él, junto con otros científicos 
como Wallace, fue el primero en proponer 
que la gran diversidad es resultado de un 
largo proceso evolutivo, que comenzó con un 
número muy pequeño de especies, las cuales 
fueron diversificándose a la par que se 
adaptaban a las condiciones del medio en el 
que vivían. 
 
2. Origen de
vida 
No es sencillo definir qué es la vida, y, en diferentes disciplinas lo hacen de 
distintas maneras. Podemos dar algunas características de ellos:
• Son sistemas organizados. Aunque formados por unidades menores, éstas se 
agrupan de forma no 
Nuestro lugar en el Universo: 
Aparición y evolución de la vida
Desde la bacteria más diminuta hasta la ballena austral existe una prodigiosa 
variedad de vida; de diferentes formas y tamaños y distintos modos de existencia. 
Igualmente, en el peculiar mundo de las plantas podemos encontrar algunas que se 
alzan con tamaños fabulosos como la sequoia, y líquenes de escasos milímetros.
No es de extrañar que ante tal diversidad 
de vida, el ser humano, desde muy pronto, 
tratara de dar una explicación. 
En el año 2009 se han cumplido 200 años 
 (en la fotografía). 
Él, junto con otros científicos 
primero en proponer 
a gran diversidad es resultado de un 
largo proceso evolutivo, que comenzó con un 
número muy pequeño de especies, las cuales 
fueron diversificándose a la par que se 
adaptaban a las condiciones del medio en el 
Origen de la 
No es sencillo definir qué es la vida, y, en diferentes disciplinas lo hacen de 
distintas maneras. Podemos dar algunas características de ellos: 
Son sistemas organizados. Aunque formados por unidades menores, éstas se 
agrupan de forma no aleatoria, para realizar funciones específicas
 
Charles Darwin
 
Nuestro lugar en el Universo: 
Aparición y evolución de la vida 
Desde la bacteria más diminuta hasta la ballena austral existe una prodigiosa 
variedad de vida; de diferentes formas y tamaños y distintos modos de existencia. 
mundo de las plantas podemos encontrar algunas que se 
alzan con tamaños fabulosos como la sequoia, y líquenes de escasos milímetros. 
No es sencillo definir qué es la vida, y, en diferentes disciplinas lo hacen de 
Son sistemas organizados. Aunque formados por unidades menores, éstas se 
aleatoria, para realizar funciones específicas 
Charles Darwin 
• Tienen una gran capacidad para adaptarse al entorno que los rodea, 
moviéndose en él o intercambiando materia y energía con el ambiente. 
• Necesitan materia y energía del medio 
• Se producen dando origen a seres semejantes. 
Podríamos resumir que los seres vivos son sistemas que se sirven del medio para 
perpetuarse y reproducirse. 
La vida pudo originarse en la Tierra o provenir del espacio exterior hace unos 
3800-4000 millones de años. En condiciones óptimas pudieron formarse las 
biomoléculas más sencillas. 
En 1922 el científico ruso Oparín propuso una hipótesis según la cuál las primeras 
biomoléculas aparecieron por las descargas eléctricas producidas en la atmósfera 
primitiva, que alteraban su composición, originándose otras que serían precursoras 
de la vida. El experimento clave para comprobar esta teoría fuer realizado por 
Miller. 
La Tierra empezó 
a enfriarse, y 
comenzó a llover 
de forma 
torrencial y 
estas lluvias 
arrastraron las 
moléculas de la 
atmósfera hacia 
los primitivos 
mares que se 
iban formando. 
Esos mares 
primitivos 
estaban muy 
calientes, por lo 
que moléculas 
siguieron 
reaccionando 
entre sí, 
apareciendo 
otras nuevas, 
cada vez más 
complejas. 
Algunas, se 
unieron 
constituyendo 
unas asociaciones 
con forma de 
pequeñas esferas llamadas coacervados, que todavía no eran células. 
Este proceso continuó hasta que apareció una molécula que fue capaz de dejar 
copias de sí misma, es decir, similar a un ácido nuleico. Los coacervados que tenían 
el ácido nucleico empezaron a mantenerse en el medio aislándose para no 
reaccionar con otras moléculas y, finalmente, empezarían a intercambiar materia y 
energía con el medio, dando lugar a primitivas células. 
No se sabe cuándo aparecieron las primeras células vivas sobre la Tierra; los 
fósiles más antiguos encontrados se asemejan a las bacterias actuales y datan de 
entre 3400 y 3600 millones de años. 
Estas primeras células requirieron energía para mantenerse, crecer y 
reproducirse. Todas las células comparten dos características esenciales: 
• La presencia de una membrana externa, la membrana celular, que separa la 
célula de su ambiente externo. 
• La otra es el material genético, que dirige las actividades de una célula y le 
permite reproducirse, transmitiendo sus características a la progenie. 
 
 
La organización del material genético diferencia dos tipos fundamentales de 
células. En la imagen derecha vemos las eucariotas; el material genético está 
dentro de un orgánulo especial, el núcleo, y aparece fuertemente enrollado 
mediante proteínas de carácter básico, formando unas estructuras llamadas 
cromosomas, que sólo se muestran claramente cuando se produce la división celular. 
En la imagen de la izquierda están las procariotas; carecen de núcleo, por lo que su 
material genético está en medio del citoplasma bacteriano; este material no forma 
cromosomas, sino una estructura cerrada como un círculo; a parte de éste, pueden 
poseer además otro pequeño material genético suelto, que intercambian unas 
bacterias con otras y que les confiere resistencia a los antibióticos. 
Hasta donde nos puede informar el registro fósil, los primeros organismos 
multicelulares hicieron su aparición hace 750 millones de años. Las células que 
conforman estos organismos, se encuentran organizadas según su función y 
especialización, actuando armónicamente. 
3. La evolución biológica 
Los seres vivos están sujetos a procesos de cambio: igual que el universo o las 
estrellas. 
La evolución biológica hace referencia a ese proceso de cambio que, en sucesivas 
generaciones, sufren los seres vivos y que culmina en la aparición de especies 
distintas. 
La evolución no ha sido siempre aceptada por la comunidad científica. Durante 
muchos años se pensó que los seres vivos fueron creados por Dios tal y como los 
conocemos hoy día: esta teoría se denomina fijista o creacionista. 
Frente a esta teoría fijista, las teorías evolucionistas proponen el cambio como 
explicación de la diversidad de seres que vemos. Aunque estas teorías se han 
construido poco a poco y se han ido matizando, presentaremos sólo las propuestas 
realizadas por Lamark y por Darwin. 
La teoría de Lamark (lamarkismo) es importante porque fue la primera de 
carácter evolucionista, pero no es aceptada por la ciencia. Puede resumirse en 
tres puntos: 
• La función crea el órgano. Con ello 
queremos decir que si un órgano 
hace falta, aparecerá, debido a la 
necesidad y afán de los seres vivos 
por adaptarse. 
• El uso de un órgano lo desarrolla y el 
desuso lo degenera. 
• Los caracteres que un individuo adquiere en su vida los transmite a su 
descendencia. 
En la imagen, las jirafas necesitan tener un cuello más largo para llegar a los 
alimentos que se encuentran en los lugares más altos de los árboles. Esta 
necesidad hace que su cuello se desarrolle por el uso para alcanzar esos alimentos. 
El cuello largo, así conseguido, pasa a sus descendientes. Esta teoría no es válida 
 
por varias razones, una de ellas es que se ha comprobado que los cambios que un 
individuo adquiere en su vidano los puede transmitir a su descendencia. 
La teoría de Darwin y Wallace propone la evolución por la selección natural. 
Actualmente se ha completado en muchos aspectos, pero en lo básico es aún 
aceptada. Podemos resumirla también en tres puntos: 
• Todos los individuos de una especie 
no son iguales, sino que existen 
diferentes caracteres, generados al 
azar (por ejemplo, en una familia de 
osos el tamaño del pelo que recubre 
su piel). 
• Ciertos caracteres dan ventaja a 
unos individuos sobre otros en 
determinadas condiciones 
ambientales, mientras que otros 
caracteres perjudican al individuo 
que los muestra (en el ejemplo anterior; en periodo de glaciación, los osos 
con pelo largo tendrían ventaja ya que se protegerían mejor del frío). 
• Los individuos que, al azar, muestran caracteres que les hacen más aptos y 
sacan más beneficio de su entorno, tienen una ventaja sobre los demás, y 
por tanto sobreviven y se reproducen más y mejor, haciendo que esos 
caracteres ventajosos aumenten en generaciones sucesiva 
En la fotografía se observa una ilustración realizada por el propio Darwin sobre el 
tamaño del pico de los pinzones como adaptación a la particularidad de las islas 
donde habitan. 
 
Darwin desconocía cómo se transmitían los caracteres hereditarios de generación 
en generación y/o cuál es la causa de la variabilidad genética en las poblaciones. 
Cuando se redescubren las leyes de Mendel (1865) a principios del s. XX, se lleva 
a cabo una síntesis entre la teoría de Darwin y la genética mendeliana, 
postulándose la teoría sintética, cuyos principios son los siguientes: 
• La variabilidad genética de las poblaciones se debe a las mutaciones al 
azar que sufre el ADN de un individuo y a la recombinación genética que 
tiene lugar durante la reproducción sexual. 
• La selección natural (variaciones en el medio) eliminará los genotipos 
menos ventajosos y permitirá que los individuos mejor adaptados 
sobrevivan y se reproduzcan. 
La selección natural serían las proporciones de los genes en cada población 
incrementando las frecuencias con que aparecen las combinaciones ventajosas. 
Por tanto, cada población en conjunto es la que lenta pero de forma continua 
evoluciona al estar mejor adaptada. 
4. Evidencias científicas. Pruebas de 
la evolución. 
La Ciencia considera que la evolución de las especies es un hecho 
incuestionable que ha sido avalado por múltiples pruebas. 
I. Evidencias clásicas. 
1. Morfológicas.- Anatomía comparada. 
• Órganos homólogos. Un órgano ancestral común que se diferencia 
a funciones diferentes por adaptación al medio. 
• Órganos análogos. Convergencia evolutiva.Se trata de órganos 
diferentes pero con una misma función. 
 
2. Paleontológicas.- Fósiles, que son el eslabón perdido de una cadena 
evolutiva. 
3. -Embriológicas.- Principio de recapitulación, que dice que el 
desarrollo embrionario de un animal resume el desarrollo evolutivo de 
su especie. 
4. -Taxonómicas.- El sistema de clasificación de los seres vivos (fijista) 
se hace agrupando a los organismos con características semejantes 
(proceso evolutivo común). 
5. El resultado de la evolución. 
Diversidad. 
Cuando grupos de una misma población quedan aislados geográficamente, el 
intercambio de genes entre los dos grupos queda interrumpido y da lugar a una 
divergencia genética. Si este aislamiento es lo suficientemente largo, se pueden 
producir diferencias anatómicas, fisiológicas o de comportamiento que hacen que 
la reproducción sea inviable (aislamiento reproductivo) y abre las puertas al 
proceso de especiación. De una especie inicial aparecerán dos o más especies 
diferentes. (¡Ojo!, artificial) 
Aunque continuamente surgen y desaparecen especies, hay períodos en la 
evolución del planeta en que el ritmo de renovación se incrementa, “Separación de 
los continentes” o “unión de continentes”. 
Constantemente se están extinguiendo especies, pero durante la Historia del 
planeta ha habido al menos cinco grandes extinciones: 
• Hace 252 106 años. Efecto dominó.- Hubo gran actividad volcánica, 
como consecuencia de ello la atmósfera se calentó y se produjo 
anoxia con lo que finalmente hubo una extinción masiva. 
• Hace 65 106 años. Se produjo un choque de un asteroide en Méjico 
y como consecuencia se extinguieron los dinosaurios. 
6. Antiguas creencias sobre el origen 
del ser humano 
"Siento verdaderamente que la conclusión fundamental a la que ha llegado este 
libro, esto es, que el hombre desciende de una forma inferiormente organizada, 
resulte a muchos altamente desagradable." 
Charles Darwin, El origen del hombre 
Hablar del origen del hombre remite a dos visiones diferentes: la científica y la 
religiosa. En un principio mutuamente excluyentes, cada vez son más los que 
buscan imbricar ambas visiones argumentando que el origen divino del ser humano 
bien pudo darse a través de la evolución biológica. 
Creacionismo es el término que utilizamos para denominar la creencia inspirada en 
doctrinas religiosas diversas según la cual, los seres vivos y especialmente el 
hombre, se originaron en un acto de creación por un ente divino. 
La forma clásica del creacionismo negaba la evolución biológica, y explicaba la 
existencia del ser humano basándose en la literalidad de los escritos religiosos. Sin 
embargo hace tiempo que la mayor parte de las religiones abrahámicas se 
apartaron de esta creencia. El creacionismo actual se reparte ahora entre varias 
posiciones pseudocientíficas: 
- La negación de la evolución utilizando descubrimientos o conocimientos científicos 
como posibles pruebas de su falsedad o inexactitud. 
- La defensa de la existencia de un diseño inteligente que guíe la evolución en lugar 
del azar y la selección natural. 
Pero cada vez son más aceptadas dentro de los creyentes otras posiciones que si 
bien no niegan la evolución tal y como la explica la ciencia, sin intervención divina, 
entienden el creacionismo bajo el hecho de que Dios permite la evolución y por lo 
tanto crea. Son las llamadas evolución teísta o el creacionismo evolutivo. En 1996 
la iglesia católica del papa Juan Pablo II se pronunciaba en este sentido, aceptando 
la evolución biológica pero oponiéndose a la idea de que ésta es una prueba de la no 
existencia de Dios. No obstante, el papa Benedicto XVI en 2007 y tras un 
encuentro católico para debatir el tema, concluía que la evolución no puede ser 
comprobada experimentalmente. 
Evidentemente, la existencia de fraudes tan importantes en el campo del estudio 
de la evolución humana hacen tambalear la credibilidad de cualquier otro hallazgo 
relacionado. Los creacionistas que buscan argumentos científicos en contra de la 
teoría de la evolución, tienen en el caso del Hombre de Piltdown una de sus 
principales bazas. Además, suelen jugar con la doble acepción de la palabra teoría 
(la coloquial y la científica) para intentar transmitir a la población que la evolución 
es algo aún no confirmado. 
7. Las bases de la evolución humana 
 
 
Doce años después de la publicación del Origen de las especies, Charles 
Darwin publicó su segundo libro más importante: El origen del hombre y la 
selección en relación al sexo. En él, aplica los conceptos de su teoría de la evolución 
al origen del hombre. Por primera vez se plantea la posibilidad de que el hombre, 
como cualquier otro animal, proceda de antecesores, hoy extintos, mediante un 
proceso lento y complejo de cambios. 
 
Los primeros estudios científicos de anatomía comparada se hacían entre restos 
de especies actuales. Pero pronto se vieron ampliados con los fósiles de nuestros 
antepasados. De hecho, el primer fósil humano no perteneciente a nuestra especie 
fue descubierto tan solo tres años antes de que se publicara El origen de las 
especies, en el valle del río Neander en Alemania. Eran los restos óseos del 
bautizado como "Hombre de Neandertal". Así comenzó la paleoantropología, la 
ciencia encargada del estudio de la evolución humana. 
En realidad el primerfósil de un neandertal fue encontrado en Bélgica en 1829, y 
el segundo en Gibraltar en 1848, pero no se reconoció el significado de estos 
descubrimientos hasta después de que en 1863 el anatomista William King 
describiera el hallazgo de la nueva especie a partir del fósil encontrado años antes 
en el valle de Neander. Este es el comienzo de la paleoantropología. 
Se inició entonces una de las mayores búsquedas de la humanidad, la del 
supuesto eslabón perdido, esto es, el individuo que uniría nuestra especie con la de 
los simios actuales. Se creyó haber dado con él en varias ocasiones: 1891 (primer 
fósil de Homo erectus), 1912 (con el fraude del hombre de Piltdown), 1925 
(primer Australopithecus) o 2001 (Sahelanthropus tchadensis). 
Pero en realidad el término eslabón perdido es engañoso, porque lo cierto es que no 
hay un sólo antepasado común entre dos especies actuales, sino muchos y además 
no serían como partes de una cadena sino más bien de un árbol. 
Estos estudios de fósiles se han ido haciendo más complejos. 
AAA... Los métodos anatómicos usan los avances de la medicina actual (como las 
radiografías, resonancias, etc) para extraer información de los huesos 
fosilizados. No sólo permiten saber la edad y sexo del individuo al que 
pertenecen los restos fósiles, también su patrón alimenticio o la presencia 
de enfermedades. 
BBB... La datación geocronológica es cada vez más precisa y nos dice cuándo vivió 
el individuo en cuestión, cada vez con más precisión. 
CCC... Los análisis genéticos. Comparando secuencias de ADN extraídas de los 
distintos fósiles y suponiendo una velocidad de mutación (o cambios en el 
ADN) fija, podemos poner fecha a la separación de dos líneas evolutivas, o 
establecer su relación de parentesco. 
Los cráneos aportan mucha información sobre nuestros antepasados. El tamaño, 
número y disposición de los dientes, el arco supraorbital más o menos desarrollado, 
la presencia o ausencia del mentón, la frente huidiza o no y la capacidad craneana 
son rasgos que nos permiten situar un fósil en una especie u otra de homínido. 
Nuestros antepasados son el campo de estudio de la Paleoantropología. Esta ciencia 
se basa principalmente en el análisis de los restos fósiles, normalmente fragmentos 
de esqueletos. Para indagar en ellos se utilizan técnicas variadas que tienen que ver 
con la paleontología, la genética, la geocronología y otras disciplinas. 
8. Nuestros antepasados 
 Podríamos empezar tan allá como quisiéramos, con la aparición de los animales 
(hace unos 600 millones de años), o de los mamíferos (hace unos 200 millones de 
años) o de los primates (hace unos 65 millones de años) o de los homínidos, grupo 
de primates sin cola que incluye a los humanos y los grandes simios (23 millones de 
años). Pero vamos a centrarnos en el grupo de los homininos, formados por aquellos 
homínidos bípedos que aparecieron entre hace 6 y 7 millones de años y que ya no 
formaban parte de la línea evolutiva del chimpancé. 
 
LOS PRIMEROS BÍPEDOS 
Cuánto más antigua es una especie, menos fósiles encontramos y peor conservados 
están. Máxime cuando se trata de especies que no han perdurado mucho en el 
tiempo y de las que no han habido muchos individuos. Así, se han descrito varias 
especies a partir de escasos restos en los que parece existir un desplazamiento 
bípedo incipiente. Tenemos a Sahelanthropus tchadiensis, Orrorin tugenensis y 
varias especies de Ardipithecus. La primera, más antigua tiene 6-7 millones de 
años, la segunda unos 6 y los Ardipithecus 5,5 y 4,5 millones de años. 
LOS AUSTROLOPITECOS 
En el género Australopithecus se incluyen varias especies que vivieron en África 
entre hace 4,3 y 2 millones de años. Aunque su aspecto era aún bastante simiesco, 
y su capacidad craneal similar a la de los grandes simios actuales, su caminar era ya 
totalmente erguido. 
Algunas de estas especies dieron lugar al primer ser humano (del género Homo, no 
de la especie Homo sapiens) y otras dieron lugar al género Paranthropus cuyas 
especies vivieron al mismo tiempo que los primeros humanos, entre 2,6 y 1,1 
millones de años, pero que no dejaron ninguna descendencia más allá. Estos 
individuos se caracterizaban por una dieta vegetal dura (tubérculos, tallos, 
nueces,...) que requirió de una mandíbula y dentición mayores, así como unos 
músculos faciales poderosos sujetos a una cresta en la parte superior del cráneo. 
LOS HUMANOS 
Son todos los individuos del género Homo. Aparecieron hace unos 2,5 millones de 
años y en la actualidad sólo sobrevive una especie, la nuestra. No hay que pensar 
que las 7 u 8 especies descritas de seres humanos fueron sucediéndose en el 
tiempo hasta llegar a nosotros. Ni mucho menos. Como las ramas de un árbol, 
algunas especies como Homo neanderthalensis y H. floresiensis no han dejado 
descendencia. 
Los primeros humanos surgieron en África de los Australopithecus hace unos 2,5 
millones de años. Eran los Homo rudolfensis y H. habilis. Las principales diferencias 
con sus antecesores fueron el tamaño del cráneo, que alcanzaba ya los 600 cm3, y 
la capacidad de crear herramientas. Ambas características tienen en nuestra 
especie el mayor desarrollo: un cráneo de unos 1400 cm3 y una capacidad 
tecnológica sin precedentes. 
Varias veces migraron los humanos fuera de África. La primera hace 1,8 millones 
de años hacia la zona del mar Negro por parte del Homo ergaster y de allí se 
colonizó posteriormente el sudeste asiático (en forma ya de Homo erectus) y 
también Europa con los antecesores de Homo neanderthalensis. No obstante, la 
más interesante para nosotros fue la salida del continente africano de nuestra 
especie, Homo sapiens, hace unos 100.000 años.

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