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ONCOLOGÍA CLÍNICA 2020; 25: 11-14
ARTÍCULO ESPECIAL
Introducción
La telemedicina hace referencia a la provisión 
de atención de la salud a distancia mediante 
el uso de información y tecnología electrónica, 
como computadoras, cámaras, videoconferencias, 
internet y comunicaciones inalámbricas¹. Es uno 
de los componentes de la telesalud, al igual que 
la teleeducación, telegestión, teleinvestigación, 
etc.².
Historia de la telemedicina
El origen de la telemedicina está indisolublemente 
ligado al de las telecomunicaciones, es decir, el 
envío de información a través de largas distancias 
por medio de señales electromagnéticas. En 
abril de 1924 en una publicación de la revista 
Radio News, una ilustración futurista mostraba 
una máquina con televisión y micrófono que 
permitía a un paciente comunicarse con su 
médico (Figura 1). El aparato incluía además 
el uso de indicadores de latidos del corazón y 
de temperatura. En 1959, la Universidad de 
Nebraska utilizó la telemedicina interactiva 
para transmitir exámenes neurológicos. Esta 
tecnología fue desarrollada originalmente para 
conectar a los pacientes que vivían en zonas 
remotas a los médicos que trabajaban en zonas 
urbanas. La radiología fue la primera especialidad 
médica en abrazar plenamente la telemedicina, 
con el objetivo de conseguir la transmisión 
digital de imágenes radiológicas. Con el auge de 
Internet en la década de 1990, llegó la explosión 
de la información. Una auténtica revolución 
en telemedicina que incluye la educación del 
paciente, la transmisión de imágenes médicas, 
consultas de audio y vídeo en tiempo real, y las 
mediciones de signos vitales. Desde entonces, 
continuamos innovando en los centros médicos, 
centros de investigación, e incluso dentro de los 
hogares de los pacientes³.
COVID-19 y telemedicina
La infección por COVID-19 se ha convertido 
rápidamente en pandemia en parte por la 
globalización del mundo y la accesibilidad para los 
viajes. A diferencia de la "gripe española" de 1918, 
que se convirtió en una epidemia internacional 
en el transcurso de un año, COVID-19 se ha 
extendido a todos los continentes habitables 
en pocas semanas, superando la capacidad de 
nuestro sistema de salud para evaluar, rastrear 
y contener personas con sospecha de infección. 
 
TELEMEDICINA EN ONCOLOGÍA
Marcela Kober
Servicio de Oncología Clínica, Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga, Posadas, Misiones, Argentina
Dirección postal: Marcela María Morinigo Kober, Av. República Oriental del Uruguay 3640, 3301 Posadas, 
Misiones, Argentina
e-mail: marcelakober@gmail.com
Figura 1. Historia de la telemedicina
En: https://roa.cedia.edu.ec/webappscode/3/historia_de_la_telemedicina.html
12 ONCOLOGÍA CLÍNICA - Vol. 25 N° 1 - enero-abril 2020
Para continuar funcionando, las empresas 
privadas y las instituciones de educación 
superior han realizado una transición abrupta a 
las videoconferencias remotas y otras soluciones 
digitales, mientras que el sistema de atención de 
la salud todavía está manejando esta crisis en 
gran medida a través de visitas riesgosas.
Como sistema análogo, la atención médica no 
está bien equipada para hacer frente a esta 
epidemia que emerge rápidamente. La industria 
del cuidado de la salud está estructurada en el 
modelo históricamente necesario de interacciones 
entre los pacientes y sus médicos. Los flujos de 
trabajo clínicos y los incentivos económicos se 
han desarrollado en gran medida para apoyar y 
reforzar un modelo de atención presencial, lo que 
resulta en la congregación de pacientes en los 
departamentos de emergencias y áreas de espera 
durante esta crisis. Esta estructura de atención 
contribuye a la propagación del virus a pacientes 
no infectados que buscan evaluación. Las 
poblaciones vulnerables, como los pacientes con 
inmunodepresión, enfrentarán la difícil elección 
entre arriesgarse a la exposición iatrogénica 
a COVID-19 durante una visita al médico y 
posponer la atención necesaria. 
A medida que los sistemas de atención médica 
en todo el país se preparaban para un aumento 
de casos de COVID-19, se requerían, de 
manera concomitante, medidas urgentes para 
transformar la prestación de atención médica 
y ampliar nuestros sistemas liberando el poder 
de las tecnologías digitales. Aunque algunas 
tecnologías digitales, como las utilizadas para 
la telemedicina, han existido durante décadas, 
han tenido poca penetración en el mercado 
debido a la fuerte regulación en lo referente a 
las normas de protección de datos y privacidad, 
la responsabilidad de los seguros de salud y las 
estructuras de pago no definidas. 
Existe un menú de nuevas opciones de servicios 
remotos que los sistemas de salud intentan adoptar 
rápidamente, más allá de las videoconsultas, 
estos servicios incluyen aplicaciones de texto, 
correo electrónico y teléfonos móviles y pueden 
expandirse para incluir usos de dispositivos 
portátiles y chatbots. Estos servicios podrían 
implementarse para proporcionar soporte 
sincrónico y asincrónico tanto para pacientes con 
COVID-19 como para aquellos que requieren otros 
servicios clínicos de rutina. 
Permitir el uso de tecnologías seguras, como 
soluciones comerciales de videoconferencia que 
ofrecen encriptación de extremo a extremo de 
256 bits, garantizará la seguridad al tiempo que 
amplía los servicios4.
 ¿Qué dicen las Guías 
respecto a la Telemedicina?
La Sociedad Americana de Oncología Clínica 
(ASCO) recomienda la adopción de telemedicina 
para pacientes que no requieren un examen 
físico, tratamiento o diagnóstico en el consultorio. 
Específicamente: explorar alternativas para el 
triaje y las visitas cara a cara. Realizar citas 
por telemedicina. Identificar al personal para 
realizar interacciones telefónicas y de telesalud 
con los pacientes. Desarrollar protocolos para 
que el personal evalúe a los pacientes y de 
manera rápida. Indicar a los pacientes que 
utilicen la atención telefónica disponible, los 
portales, las herramientas de evaluación en 
línea o que llamen y hablen con un miembro del 
personal del centro de salud. Realizar controles 
remotos para la monitorización de síntomas 
de pacientes de alto riesgo. Todo esto bajo el 
aval del Colegio Americano de Médicos que ha 
creado un tutorial para implementar servicios 
de telemedicina. En EE. UU. se puede encontrar 
información adicional sobre el acceso ampliado a 
la telemedicina en la página COVID-19 Gobierno, 
reembolso y actualizaciones regulatorias5,6.
En el contexto de esta crisis sanitaria, deberíamos 
optar por opciones que nos permitan no 
sobrecargar los sistemas presenciales de atención 
de la salud; fundamentalmente en oncología, 
una especialidad en la que una gran parte de 
los pacientes no están en tratamiento activo y 
requieren seguimiento clínico estricto de manera 
rutinaria; esto se lograría evacuando la mayor 
cantidad posible de consultas ambulatorias de 
forma remota. 
Además, debemos tener presente que existe 
dentro del personal de salud, un subgrupo 
de personas con factores de riesgo para 
la adquisición del COVID-19, por lo cual 
requieren aislamiento obligatorio y preventivo 
en sus domicilios, así como aquellos que deben 
permanecer en cuarentena por haber viajado 
a zonas de riesgo o haber tenido contacto 
con personas infectadas. Este grupo podría 
colaborar desde sus hogares con la modalidad 
de teleconsultas, para disminuir así el flujo de 
pacientes que concurrirá a los centros de salud 
para una consulta presencial.
13
Ventajas y desventajas de esta 
modalidad de atención
En esta modalidad de atención en medicina, las 
ventajas a considerar son la posibilidad de realizar 
consultas a través de distintos dispositivos o 
aplicaciones y plataformas digitales que son 
accesibles, de una manera rápida, efectiva y 
económica. Puede mejorar la adherencia a los 
tratamientos, por ejemplo luego de evacuar 
dudas respecto a las toxicidades, además de 
un soporte asistencial remoto adecuado ante la 
presencia de las mismas. Promuevela mejora en 
la atención, por lo anteriormente mencionado. 
Logra reducir las brechas de desigualdad, 
permitiendo que todas las poblaciones y clases 
sociales tengan accesos a las especialidades 
médicas. Se reducen los tiempos de espera, no sólo 
en la sala de espera ante una consulta médica 
inminente, sino también en las derivaciones de 
una especialidad a otra y para la evaluación 
de resultados realizados. Además, dentro de los 
beneficios para los sistemas sanitarios que ofrece 
la telesalud, contamos con la oportunidad de 
formación y capacitación de recursos humanos, 
una herramienta imprescindible para mejorar la 
calidad de atención y aumentar la supervivencia 
de los pacientes.
Sin embargo, las desventajas de la telesalud 
son importantes obstáculos a considerar, como 
por ejemplo, el que quizás más nos inquieta a 
todos como médicos, la limitación del encuentro 
personal y sus consecuencias en la relación 
médico-paciente; el empobrecimiento de la 
comunicación y el lenguaje, afectando la escucha 
activa y esto a su vez la comunicación efectiva, 
con la exaltación de datos y la minimización de 
la clínica; generación de riesgos y contingencias 
legales cuando el acto médico digital no se 
transcribe a la historia clínica o ficha de atención 
ambulatoria; la fragilidad sobre la posibilidad de 
auditoría del acto médico digital; puede socavar 
la confidencialidad de los datos y la intimidad 
de los pacientes; puede generar riesgos por 
comprensión equívoca de indicaciones por errores 
de tipeo o de autocorrección de los dispositivos; 
podría generar incertidumbre médico-legal por 
la ausencia de un marco regulatorio específico. 
No está claro cuál sería el ámbito o la jurisdicción 
que determine la responsabilidad de los actores, 
ya que pueden realizarse consultas desde 
diferentes regiones del país, donde el consultor 
no se encuentre debidamente inscripto en la 
matrícula que le permita ejercer la profesión en 
el lugar de residencia del paciente consultante7.
Aspectos clave para el desarrollo y la 
prestación de los servicios de telesalud
Fundamentalmente el liderazgo médico: es 
decir que los médicos promuevan el desarrollo de 
tecnologías necesarias para tal fin. El reembolso: 
no todas las coberturas médicas costean este tipo 
de servicio, por un lado porque es complejo medir 
si la atención se realiza o no, y por otro, porque 
aún se desconoce cuál es el costo apropiado. Las 
licencias médicas: en lo que respecta a los 
límites interestatales, e interjurisdiccionales, 
principalmente cuando consideramos el hecho 
de que la telesalud no cuenta con límites 
geográficos y el problema se plantea cuando 
surgen conflictos legales. Responsabilidad: 
civil y de las aseguradoras, ya que al tratarse de 
una nueva modalidad de atención, debemos estar 
seguros, como profesionales, desde el punto de 
vista legal. En cuanto a los factores humanos: 
la capacitación del médico y el paciente en 
las tecnologías disponibles actualmente para 
implementar la telemedicina, son puntos 
cruciales para lograr una interacción adecuada. 
La Interoperabilidad de dispositivos e 
integración de datos: idealmente debemos 
contar con sistemas digitales que permitan que 
los datos generados por los pacientes a través 
de dispositivos o aplicaciones externas pudieran 
integrarse a la historia clínica informatizada. 
Privacidad y seguridad: A medida que el 
software y los dispositivos se vuelven más 
interoperables, es decir que pueden intercambiar 
datos en mayor medida, estos se vuelven más 
integrados (con la historia clínica de cada paciente 
individual); con lo cual los pacientes generan e 
interactúan con más datos. Estas tendencias 
aseguran que la privacidad y la seguridad sean 
más complejas e importantes. La medición del 
desempeño: es sinónimo de que un sistema de 
salud funciona de manera óptima, por lo cual 
debe ser capaz de abordar las demandas de 
responsabilidad e información sobre la calidad, 
la rentabilidad y la satisfacción del paciente y del 
rendimiento del sistema. El compromiso del 
paciente y la relación médico-paciente en 
evolución: estas herramientas producirán una 
gran cantidad de datos e información nuevos y 
cambiarán el flujo de trabajo del proveedor, la 
cultura laboral y los límites interpersonales, lo 
que dará como resultado nuevos desafíos para la 
evolución de las relaciones médico-paciente8.
Telemedicina en oncología
14 ONCOLOGÍA CLÍNICA - Vol. 25 N° 1 - enero-abril 2020
La telemedicina en Argentina
En nuestro país es un hecho la adopción de la 
telesalud como parte de la política pública para 
fortalecer el acceso y la cobertura universal de 
salud. Con el objetivo de consolidar una red de 
colaboración entre profesionales de la salud e 
instituciones públicas del país para optimizar 
las acciones de gestión en salud, la prevención, 
promoción, asistencia y la capacitación de los 
equipos de salud, la Secretaría de Gobierno de 
Salud aprobó, a través de la Resolución N°189/18, 
la Estrategia Nacional de Salud Digital 2018-
2024, la cual tiene dentro de sus objetivos la 
implementación de redes de telesalud que permitan 
la atención a distancia del paciente y las consultas 
de segunda opinión, mejorando la accesibilidad, 
evitando traslados innecesarios y compensando las 
diferencias regionales de especialidades y recursos. 
La Red de Telesalud es una red integrada por 
nodos (instituciones) comunicados mediante 
tecnologías de la información y comunicación, 
síncrona –en tiempo real– y asíncrona –tiempo 
diferido–. En ella participan más de 400 
instituciones públicas de todo el país que incluyen 
ministerios de salud provinciales, hospitales 
de diferentes niveles de complejidad, centros 
de atención primaria, institutos, facultades y 
escuelas públicas de medicina. 
Un nodo de telesalud es la unidad mínima funcional 
de la Red de Telesalud. Los nodos se conectan a 
través de un sistema de vínculos (de individuos, 
grupos, organizacionales y tecnológicos) que 
permiten llevar a cabo las prácticas –tele 
asistencia médica, tele capacitación, tele gestión- 
por medio de las tecnologías de la información 
y comunicación. Actualmente consideramos a 
un “nodo de telesalud” cuando la institución 
cuenta con recursos humanos (sanitario, técnico, 
administrativo) capacitados; espacio físico 
adecuado para las actividades de telesalud e 
infraestructura².
Conclusiones
Estas nuevas capacidades relacionadas con la 
telesalud y su integración en los sistemas de 
prestación de atención, nos permite mejorar la 
atención clínica basada en el valor, la promoción 
de la salud y la prevención de enfermedades. Esto 
implica desafíos a medida que los profesionales 
de la salud se adaptan a las innovaciones en 
tecnologías, tratando de integrar estas soluciones 
en el flujo de trabajo clínico, y a su vez buscar 
orientación basada en evidencia para la toma 
de decisiones y gestionar el dinamismo entre 
las relaciones de los equipos de atención y sus 
pacientes. 
Quizás la abrupta llegada de la pandemia del 
COVID-19 nos permitió de manera inesperada 
pensar y comenzar a utilizar las herramientas que 
brinda la telesalud, con el objetivo fundamental 
de beneficiar siempre en la mayor medida posible 
a nuestros pacientes.
Afortunadamente, el mundo es un lugar 
diferente al del año 1918, tenemos la tecnología 
para fortalecer nuestro sistema de atención 
médica para nuestros pacientes. Es hora de 
poner en práctica todas estas herramientas, 
idealmente para nuestras poblaciones rurales y 
con dificultades para el acceso a la atención por 
parte de un oncólogo/a.
Sin embargo, se requiere como siempre ante toda 
innovación, el acceso a un conjunto de pruebas 
más completo sobre la atención de telesalud para 
disminuir por ejemplo los riesgos legales que aún 
implica esta modalidad de atención.
Agradecimientos: A Julio César Morinigo por la 
revisión y colaboración en la redacción, a Federico 
Esteso por la revisión y a Ángel D´Annunzio por 
la instrucción académica.
Conflictode intereses: Ninguno para declarar
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