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HISTORIA DE LAS MENTALIDADES, HISTORIA SOCIAL CarlosBarros Universidadde SantiagodeCompostela La constantepreocupaciónde los fundadoresde la revistay de la es- cuelade los Annales(1929), Marc Bloch y Lucien Febvre,por haceruna historiasintética,total, les condujoa estudiartanto las baseseconómicas como las basespsicológicasy culturalesde los hechoshistóricos:en lu- cha con una historia positivista, tradicional, que «profesala sumisión puray simplea los hechos»1, Ycon unahistoriade la filosofía quesepara las ideasdel tiempo, del espacio,de la vida sociaF.Resultandopor un lado unahistoriaeconómicay socialque pocoa pocohegemoniza-ala parquecrecela influenciadel marxismoen lascienciassociales-la pro- ducciónhistoriográficaentreel final de la II GuerraMundial y 1969; Y por el otro, unahistoriade las mentalidadesquereaparececon tal fuerza en los años70 y 80 queesjustamentereivindicadacomoel emblemadel éxito de la NouvelleHistoire3, como su último triunfo innovador, puesto que ahora,se asegura:«Las grandesrevolucionesson de ayer. Explota- moslo adquirido,de unamaneraqueno siempreesatinada»4. El casoes que junto a la gestión y difusión de los conocimientos adquiridosla historiografíatiene hoy un gran problemaque resolver, I L. FEBVRE, Combatespor la historia. Barcelona.1975.p. 180. Z L. FEBVRE, Combatspouri'histoire. París,1953.pp. 278, 288. 3 J. LE GOFF,Prólogoa la segundaediciónde La NouvelleHistoire. París,1988,p. 10. 4 PierreChaunurespondeasía la encuesta«OU va l'histoire?"de la revistaLe Débat,n.o 23, 1983,p. 174; JacquesLe Goff abundacinco añosdespuésen lo mismo: Pasarde una época de pionerosa una épocade explotadoresy de productoresno es nada deshonrosoni frus- trante. El términodeepígonosno esforzosamentepeyorativo,op. cit.. p. 11. Historia Contemporánea9, 111-139 112 CarlosBarros derivadojustamentede la diversidadde métodos,temasy saberesacu- muladosúltimamente:¿cómoarticulartodo ello al objetode impedir la fragmentaciónde la historia en múltiples disciplinasespecializadasy autónomas,dependientesde talo cual cienciasocial fronteriza?,¿cómo ser más fieles al principio metodológicode una historia global, con- substanciala la historia como cienciasocial?Un aspectoque conside- ramosvital de estaproblemática,queseanunciacomoel eje del debate paralos años90, es hacerconverger,en la prácticainvestigadoray en la teorizaciónhistoriográfica,la historiasocialy la historiade las men- talidades,líneasde investigaciónquesemantienenseparadas. Del sótanoal granero El formidablesaltoquehandadoen los pasadosveinteañoslos histo- riadoresfranceses,desdePhilippeAries a Michel Vovelle, de lo económi- co a lo mental,desdeel sótanoal granero,esdesdeluegola conquistava- liosadeun nuevoterritorio. ¿Puedeunahistoriografíaimportante,seao no materialista,dejarde plantearsela exploraciónde la acciónpsicológicade los hombres,sin renunciara unaexplicaciónglobal de la historia?La ver- dadesquehubointentosanteriores-apartedelas aportacionesindividua- les de NorbertElias y Erwin Panofsky,entreotros-,o paralelos,a Anna- les de avanzarhaciauna psicologíahistórica,pero con ninguno se logró resultados tanampliosy fructíferostantoen el mundouniversitarioy de la investigacióncomoenel ámbitode la divulgaciónhistórica;la psicohisto- ria norteamericanaarrastradificultadespara ser aceptadaplenamenteen los mediosprofesionales,y la antropologíahistóricahaalcanzadoun perfil propiocomodisciplinagraciasal augede la historiadelasmentalidades. El problemadel investigadorquequiereen estemomentoadentrarse por los nuevossenderosde lo mentalcolectivono consistesolamenteen decidir quétema,quéfuentesy quémetodologíaseguir:precisaresolver la dudade quesi talesincursionesen los nuevosterritoriosentrañaráno no la pérdidairreparablede las viejas tierras antañorecorridas,descu- biertasy explotadascon muchoesfuerzoy conbuenosresultados.Pérdi- da cuya inutilidad e improcedenciaepistemológicaparece deducirsede una historia de las mentalidadesque, presentadacomo alternativaa la historiaeconómico-social,confrontaentre sí las diferentesetapasde la historiadeAnnales,abriendounafisura muy seriaen el amplio consen- so científico del que ha gozadohastael presentela nuevahistoria, den- tro y fuera de Francia,lo que beneficiaríaen primer término la vuelta por los fuerosde la historiatradicional,ya veremoscon queropaje. Historiade las mentalidades,historiasocial ll3 En resumidascuentas,se trata de no reproducir,en otro contexto, los excesoscometidosal denunciarla historia narrativay de aconteci- mientos(señalemosque ello coadyuvóa la desatenciónde la Nouvelle Histoire hacialos conflictos, revueltasy revoluciones)en nombrede la historia económicay social; la prácticainvestigadoray divulgativa de una historia de las mentalidadesal margeno en contraposicióncon la historia social y económica,podríaconducir a cierta marginalidadde ambas,de la primeraen favor del enriquecimientode otrascienciasso- ciales mejor preparadasparael análisisdel «tercernivel», y de la se- gundaen beneficiode la modadel momento,lo cual en parte ya está ocurriendo.Tengamosmuy en cuentaque la historia de las mentalida- des, ademásde una formidable apertura totalizadorade la historia a nuevosobjetos,esunamodacultural cuyo éxito entreel público no es- pecializadoesindefectiblementetransitorio,provisional. Huyamosde las falsasalternativas.La ventajadel relativo retrasode la historiografíaespañolaen la incorporaciónplena al estudiode las mentalidades,esqueposibilita aprender,sin el lastreprevio de líneasde investigaciónconsolidadas,de las lucesy de las sombrasde los resulta- dos obtenidospor la historiografíafrancesa,que reconoceen su balance el debey el haber: «La historia de las mentalidades,como fórmula en- cuentrasu pleno éxito en el momentomismo cuando,como manerade actuar,ella parecerevelarsela más frágil»5. Paraello es puesnecesario que analicemossumariamentecómo evolucionóel conceptode historia de las mentalidades,su enfoquemetodológicoy la investigacióna que dio lugarenFranciadurantela expansiónde las últimasdécadas. Distinguimosclaramentetres tiempos:el relanzamientode la ideaen los años60, el impulsodecisivode los años70 y el apogeocrítico de los años80. Momentosimportantesde dicho procesoson las obrascolecti- vas: L'Histoire et sesméthodes(1961), Faire de /'histoire (1974), La NouvelleHistoire (1978),Dictionnairedesscienceshistoriques(1986). El relanzamientode los años60 estáesencialmenteen línea con la propuestaoriginaria de Bloch y Febvreen el períodode entreguerras: (1) Una historia de las mentalidadesvinculadaa la historia social6• A finales de la décadaGeorgesDuby respondíaa unapreguntasobre«los problemasy las perspectivasparala constituciónde unahistoriasocial 5 J. REVEL, «Mentalités»,Dictionnairedesscienceshistoriques,París,1986,p. 456. 6 PhilippeAries remarcaráposteriormentecomoparala primerageneracióndeAnnalesla historiade las mentalidadesno era en realidadmásque un aspecto,unafacetade una histo- ria másamplia quesellamabahistoria social, «L'hisloire desmentalités»,La NouvelleHis- toire, París,1978,p. 404. 114 CarlosBarros de las lógicas mentalesy las categoríasideológicas»,diciendo que «evidentemente,ésees el objetivo. Piensoque habráque esperarmu- cho tiempo antesde que estahistoria seaposible,pero me pareceque es un objetivo apasionante»?;al tiempo que manifestabala preocupa- ción de caeren la tentaciónidealistade explicar la historiapor la men- talidad,concediéndolea éstaunaautonomíaexcesiva8. (2) Una historia de las mentalidadesvinculadaa la psicologíacolectiva. En su trabajo pionerodefiniendola nuevaespecialidad,fechadoen 1961,Duby pro- ponela historiade las mentalidadescomoun «plande investigaciónde unahistoriaverdaderamentepsicológica»,convocandoa los historiado- res a «concederunaatenciónparticulara unade las cienciasque arras- tran, especialmentejoven y conquistadora:la psicologíasocial»9;y en 1960AlphonseDuprontpresentauna comunicaciónen el XI Congreso Internacionalde CienciasHistóricas planteandola necesidadde la «historia de la psicologíacolectiva»,rigurosamentecientífica, como unanuevadisciplinaparticularde la historia, con su materiay susmé- todos,demandandoparaello «un esfuerzointernacionalmetódicamente 」 ッ ョ 」 ・ イ エ 。 、 ッ ^ セ ャ o L que al final no se produjo, focalizándoseen Franciala constituciónde una historia de las mentalidadesextendidasobre las disciplinasculturalestradicionales. El impulsodecisivode los años70 partede un artículoclave de Le Goff publicadoen 1974, Las mentalidades:una historia ambiguall , dondeel autormuestrasus reservashacia la historia psicológicay so- cial que sehabíaestadohaciendo-tambiénLe Goff- en los años60: «sehablamuchode historiade las mentalidades,pero se han dadopo- cosejemplosconvincentes»,y sepregunta:«¿Hayque ayudarlaa sero a desaparecer?»La respuestaes positiva, e incluye el principio meto- 7 G. DUBY, «Historia social e historia de las mentalidades.La EdadMedia, 1970»,La Historia hoy, Barcelona,1976(París,1974),p. 259. 8 G. DUBY, «Histoiredesmentalités»,L'histoire et sesméthodes,París,1961,p. 965. 9 L'histoire et sesméthodes,pp. 942, 959; Mandrousubtitulasuslibros de historiade las mentalidades,sin dudalos másdestacadosen los años60 de la nacientedisciplina,haciendo explícitareferenciaa la psicologíahistórica(/ntroductiona la Francemoderne.Essaidepsy- chologiehistorique, 1500-1640,1961;Magistratset sorciersen France auXVIl siécle. Une analysedepsychologiehistorique,1968),y en 1972llamala atenciónsobrela importanciade la psicologíasocial parael historiador,si bien consideraque las posiblestransferenciasde conceptosdepsicoanálisis«aunapsicologíasocialhistórica»responden«porahora»a proce- dimientosno científicos,La Historia hoy,Barcelona,1976,pp. 273-275. 10 «Problemeset méthodesd'unehistoire de la psychologiecollective»,Annales,p. 16. 1961. 11 Hacer la Historia, I1I, Barcelona,1980(París,1974),pp. 81, 84, 85,96. Historia de las mentalidades,historiasocial 115 dológico de Annalesque guiabala nuevahistoria de las mentalidades: «seríacrasoerror separarlade las estructurasy la dinámicasocial. Es, al contrario,elementocapital de las tensionesy de las luchassociales». Perohoy sabemosque, salvoexcepciones(Les trois ordres ou l'imagi- naire duféodalisme-1978-,de Duby; Vovelle, Agulhon ...), el análi- sis del mental colectivo en las estructurassociales,y más aún en los movimientossociales,constituyó lo que la vieja carreteraprovincial parala nuevaautopistade la historiade las mentalidades,que debíasu augey su atractivo,nosexplicaLe Goff, al «desarraigoqueofrecea los intoxicadosde la historiaeconómicay social».Objetivamentela histo- ria socialy la historiade las mentalidadessedistancian,relacionándose incluso dicotómicamente:en el futuro el investigadorbien trabajaráen el campode lo socialbien trabajaráen el campode lo menta[l2. La principal contribucióndel citado artículo, que explica bastante bien el éxito del nuevodominio asícomo su distanciamientode la his- toria social, fue la proclamaciónde ambigüedadque se anunciaen su título: «La principal atracciónde la historia de las mentalidadesestá precisamenteen su imprecisión(...) Pese,o mejor a causade su carác- ter vago, la historiade la mentalidadesestáen víasde establecerseenel campode la problemáticahistórica».Y así ocurrió. La indefinición de- clarada,y mantenidaañotrasaño,del conceptode mentalidadhizo posi- ble su asunciónpor partede unagran variedadde disciplinashistóricas que de estemodo renovaronsusplanteamientos(dejándonosobrasva- liosas) y garantizaronmejor su difusión pública, aunquequince años despuésal contemplardicha multiplicación y heterogeneidadmetodo- lógica y temática-consecuenciatambiénde la declaraciónde ambi- güedad-es muy difícil no ver el «cajón de sastre»que queríaevitar Le Goff, quien por otro lado no dejade reconocerque «lo que aportará quizá la definición satisfactoriade estapalabraambigua«mentalidad» serála medición cuantitativade las masasde hechos,opinioneso ex- presionesverbalesutilizando el métodode las escalasde actitudes13». El usode los métodoscuantitativospuestosa punto por los psicólogos socialesno obstantese relega,como en la décadaanterior,a un futuro 12 Michel Vovelle constata,en 1979.la existenciade unaúltima generaciónde historiado- resde las mentalidades«sin formación ni arraigode historiasocial».Ideologíasv mentalida- des,Barcelona,1985(París,1982),p. 97. 13 Caminoque hemosseguido,fructíferamente,para investigarlas actitudesde los parti- dariosy de los oponentesa la revueltade la SantaIrmandadede 1467,Mentalidady revuelta en la Galicia irmandiña: famrablesy contrarios. Universidadde Santiagode Compostela, tesisdoctoralen microfichana 46. 1989. 116 CarlosBarros indefinido -«los historiadoresy psicólogosalgún día deberánencon- trarsey colaborar»-,a la vez quecrecenen importancialas lecciones quela antropología,la otracienciasocial fronteriza,aportaa la historia de las mentalidades.Hastael punto de que, en estemomento,buena parte de la escuelade Annalesmás que historia de las mentalidades haceantropologíahistórica,por lo demássumamenteinteresante. En 1978 Le Goff presentala edición del diccionario La Nouvelle Histoire saludandoel clamorosoy sorprendenteéxito del libro Montai- llou, village oceitan de Le Roy Ladurie, del cual se habíanvendido 180.000ejemplaresentrenoviembrede 1975 y abril de 1978,como la pruebavisible de que«estaempresaestáenel buencamino»14.Montai- llou comoobramaestrade la antropologíahistórica,añadeLe Goff más adelanteen el citado libro, «manifiestabien el deseototalizantede la historianuevaqueel términode antropologíahistórica,sustitutodilata- do de la historia,expresasin dudade la mejor manera»15; concluyendo así: «Perola historia económicay social, en la forma que la practica- banlos Annalesdel primerperíodo,no esya el frentepionerode la his- toria nueva: la antropología(...) ha devenidoel interlocutorprivilegia- dO»16. Aries constataráasimismoen su artículo sobrelas mentalidades «la decadenciade los sujetossocio-económicos»17,y el mismo Michel Vovelle en enerode 1979, en un seminario-acontracorriente-del Institut de RecherchesMarxistes acercade «Mentalidadesy relaciones socialesen la historia», anotaque la «historiade las mentalidadeses hoy una causaganada(...) en Franciaal menos,las mentalidades,en tanto locomotorade la historia, parecenhaberdestronadola historia económica,y aunla historiasocial»18. De maneraquea la inquietudtípicade los años60 de «atribuira las estructurasmentalesunaautonomíademasiadoprofundacon respectoa las estructurasmaterialesque las determinan»19,sucedeprimero el mentís,«la mentalidadno es reflejo» de las infraestructurassocioeco- nómicas,junto con el mantenimientode que tampocoes «el renaci- miento de un espiritualismosuperado»20,y por último -1986-la prohibición netade tener«la menortentaciónde un determinismoque 14 La NouvelleHistoire, París,1988,p.24. 15 Idem,p. 37. 16 Idem, pp. 62-63. 17 Idem,p. 174. 18 M. VOVELLE, Ideologíasy mentalidades,p. 86. 19 G. DUBY, «Lassociedadesmedievales:unavisión deconjunto»,p. 9. 20 J. LE GOFF, «Lasmentalidades:unahistoriaambigua»,p. 95. Historiade las mentalidades,historiasocial 117 redujeralo cultural a lo social»21.Ahora bien, la historia de las menta- lidades,es decir su versiónmásextendiday apartadade la historia so- cial, no suponeen nuestraopinión un rebroteapreciablede una historia tradicionalde tipo idealista,por la sencillarazónde que por lo regular eludela búsquedade explicacionesa los hechossocialesy políticos de mayor trascendencia,inmersaen un procesode dispersióndisciplinary de enfriamientodel interéspor la historia-problema. En resumen,durantelos años70, el triunfo de la historiade las men- talidades,enseñay banderade la nuevahistoria, tiene un costehistorio- gráfico. La historiade las mentalidadesocupael centrodel escenariode la historiografía-Franciay suszonasde mayor influencia-, innovan- do métodosy encontrandonuevosobjetos-perono nuevossujetos-, desplazandoa un lugar subordinadola historiaeconómicay social,des- vinculándosede ella y buscandola historia total másen la antropología que en lahistoria social, lo cual suponeuna sobresalientediscontinui- daden la historiade Annales-quelevantalógicamenteno pocascríti- cas-,discontinuidadque tiene asimismosu reflejo en la sustituciónde la psicologíasocial por la antropología,en el puestode colaboradora principal de la historiaparala investigacióndel universomental. La verdades que tambiénha cambiadoel escenario,y la otra cara de la monedadel éxito de la NouvelleHistoire en el terrenode la vul- garizaciónhistórica y de los mediosde comunicaciónsocial, es una mayordependenciade los consumidoresde historia y de susevolucio- nesmentales;lo que sumadoal descensode la influencia del estructu- ralismo y del marxismoen las cienciassociales,obtenemosel marco objetivo en que tiene lugar el alejamientode la historiasocial por parte de los sectoresmás renovadoresde la historiografíafrancesa.Sin em- bargo,mientrasestoacontecíaen el continentela historia social flore- cía en el mundoangloamericano,¿incidendistintos factoresobjetivos? Tal vez debamosnosotrosmismos,historiadores,constituirnosen suje- to y cuestionarsi la elección,la modificacióno el reemplazode un pa- radigma inherentea una ciencia social tiene que estarpreponderante- mentecondicionadopor la coyunturasocial, ideológicay cultural. Quienesconsideranque las cienciassocialesno existencomo tales, o que la historia no es unaciencia,contestaráncomoes naturalnegativa- mente.Paralos demás,la gran mayoríade los historiadoresde profe- sión, recordemos,con Barraclough,que un «factor que obstaculizala 21 J. REVEL, «Mentalités»,Dictionnaire .... p. 451; «Genesii crisi de la nacióde 'mentali- tats»,L' Aven",n° 106-7.1987,p. 18. 118 CarlosBarros adopciónde una actitud nuevay más científica paracon la historia es la ineptitudde los historiadoresparadisociarsede su propio medio»22. Esplendor en la crisis Conforme lahistoria de las mentalidadesacrecientael prestigio y, sobretodo, la popularidad,su presenciadevieneformalmenteinvisible enel universofrancésde la investigaciónhistórica.Paradojaqueilustra el punto crítico que alcanzael fenómenoen el momentomismo de su eclosión.La pregonadavaguedaddel afamadotérmino alcanzade este modosugráficaplenituden los años80. Duby comentólas dificultadesque tuvo hacia 1956parafundar en Aix-en-Provenceun seminarioconsagradoa las mentalidadesmedieva- les, le decíanque «esapalabrano es francesa»23.Posteriormente,entre 1965 y 1980, el término mentalidad/esestápresenteen la denomina- ción de sietecentrosde investigación,cátedraso seminariosde histo- ria: Aix (Vovelle), b ・ ウ 。 ョ セ ッ ョ (Léveque),Montpellier (Cholvy), Collége de France(Delumeau),ParísVIII (Delort), Toulouse(Godechot),Tours (Chevalier); en cinco de estoscasosse relacionaestrechamente,si- guiendoel modeloDuby-Mandrou,la historiade las mentalidadescon la historiasocial,en los dosrestantes,seestudianlas mentalidadesreli- giosas24. Todavíalas tesisde Estadosobrementalidadesaparecenenu- meradas debajode la rúbrica «historiasocial»25.Vayamosahoraa los seminariosde Historia (curso 1979-1980)de la École des HautesÉtu- des en SciencesSociales,centroneurálgicode la NouvelleHistoire en el campode la investigación:sólo uno de ellos acogeel conceptode mentalidad,«Histoire socialedesmentalitésmodernes»,dirigido natu- ralmentepor RobertMandrou; otro se denomina«Psychologiehistori- que» (Morazé) y un tercero, «Psychologiecollective et histoire de la civilisation européenne»(Dupront);el datomásreveladoresdesdeluego la presenciade seisseminariosquesereclamande antropologíahistórica (tambiénetnohistoria,o antropologíae historia),dirigidos por JacquesLe Goff, André Burguiere-ambosde la redacciónde Annales-y otros26. 22 G. BARRACLOUGH, Tendancesactuellesde l'histoire, París,1980,p. 334. 23 Histoire sociale, sensibilitéscollectiveset mentalités.MélangesRobertMandrou, Pa- rís, 1985,pp. 33-34. 24 La recherchehistoriqueenFrancedepuis1965,París,1980,pp. 85-99. 25 1dem,pp. 125-126, 137-138. 26 H. COUTAu-BEGARIE, Le phénomene«Nouvelle Histoire». Stratégieet idéologie des nouveauxhistoriens,París,1983,pp. 263-267. Historiade las mentalidades,historiasocial 119 Finalmente,programade seminariosy enseñanzascomplementariasde la École parael cursode 1988-1989:ningunareferenciaen los títulos a las nocionesclásicasde mentalidady psicologíahistórica, la solitaria psicologíacolectiva de Dupront encabezaahora una nuevasección, «Anthropologiehistorique»,que emancipadade «Histoire» compite ahoraconella, a la vez quecon la «Anthropologiesociale»de M. Gode- lier y otros; la nuevay pujantedisciplina,animadapor Le Goff, Schmitt y Burguiere,incluye la arqueologíay la cultura material,así como es- tudios demográficos,y aún estápresenteen los nombresde tres semi- nariosmásdel apartado-madre«Histoire»; la antropologíahistóricade la École seráprincipalmenteuna antropologíasimbólicaque pone al descubiertoel nuevodominio del imaginariocolectivo,agentehistórico eficazy ausentepor lo generaldel trabajode investigación. En fin, que en la prácticade los años80 la escuelade Annales27 no sólo ha sustituidola historiaeconómicay socialpor la antropologíahis- tórica como frente pionerode la investigaciónhistórica, sino que la an- tropologíahistóricareemplazatambiéna la historia de las mentalidades en su sentidoestrictoy original, a saber,comohistoriade las mentalida- dessociales.De hecholos temasmásen bogay másimitadosde la nou- velle historia francesade las mentalidades28 no son sino materiasantro- pológicas:familia, alimentación,cuerpo,sexualidad,enfermedad,fiesta, brujería... Estamosconvencidosde queel libre desarrollode las dosdis- ciplinas,antropologíahistóricae historiade las mentalidades,exigeaho- ra superarel malentendidoque las confunde,levantandoel sambenitode ambigüedada lo mental,y respondiendoasía «las incesantessolicitudes de unahistoriasocialqueha impuestodemasiadotiempoparcelacionesa vecesdemasiadosimples...))29; la originalidadrenovadorade la historia de las mentalidadesen suscomienzos,¿noconsistíaprecisamenteen de- jar atrás,ofreciendorespuestascomplejasmássatisfactorias,las relacio- nesdemasiadosimplesy deterministasentrelas infraestructurasy las su- perestructuras?Si despegamosel estudiodel «tercernivel» de la historia social, es imposible que digamosalgo nuevo sobre las articulaciones base/superestructura.A no serque la búsquedade la totalidadhistóricaa travésde la antropologíaincluya, ademásdel imaginarioy de la cultura material, la antropologíasocial y política -el rol del poder-;en todo 27 La revista ha dedicado,entre 1969 y 1976, nuevenúmerosespecialesa cuestionesde antropologíahistórica. 28 Véasepor ejemploL. M. DUARTE. «Historiadas Mentalidades.(Algumassugestóesde leitura»>,Cademosde CienciasSociais.n.o 4, 1986,pp. 85-117. 29 J. REVEL «Mentalités»,Dictionnaire .... p. 456. 120 CarlosBarros caso,las posibilidadesde que unacienciasocial sirva de baseparaque otracienciasocialpuedalograr un enfoqueglobal estánlimitadasobjeti- vamenteporquelas basesepistemológicassondistintas(el tiempoparala historia, el hombreparala antropología),y subjetivamenteporquecada unade ellastieneunalargay diversatradición investigadora,académica, institucional.La potentetendenciaactual a la superespecializacióncon- dicionael éxito de la interdisciplinaridada quesefundamenteen la cola- boraciónmásqueen la anexión.La antropologíahistóricaesun foco in- terdisciplinariode investigacionespionerasque beneficiana las dos ciencias,pero difícilmente puedeseruna alternativaparael conjuntode los historiadores-o parael conjuntode los antropólogos-en sustitu- ción de la historiasocial. La historiade las mentalidadescoadyuvóa propiciarcosashistorio- gráficamenteimportantes:reclamarla atenciónde todoslos historiado- res acercade una materiade investigaciónque estabaprácticamente abandonada,una fértil y novedosaexperienciaconjuntaentreantropó- logose historiadores,la renovaciónde la historiareligiosa,de la historia de las ideas,de la historiacultural, etc; peroha fracasadoen conseguir que la historia social y económicaasumieseplenamentela dimensión de lo mental,bastaver cuántosinvestigadores,que animadospor el ejemplode Annalesse habíanhechodurantelos años60 historiadores de la sociedady de la economía,no han seguidosin embargoel nuevo surcode la historiafrancesade las mentalidades. En su sentidomásamplio la historiade las mentalidadeses,recapi- tulando,la fórmula genéricaqueabarcaprincipalmente-hoy, en Fran- cia- tres grandesáreasde conocimiento:antropología,historiacultu- ral e historia social. Las dos primerasno incluyen el conceptode mentalidaden la autodefiniciónde la disciplina, y la tercerasí pero suscitaen la actualidadunamenoratención,al decaerla historiasocio- económicafrancesacomo frente de investigación:la historia social es la parientepobreperohonradade la historiade las mentalidades. La historiade las mentalidadesnacetambiénde la critica a unahis- toria de las ideasy de la cultura que analizabasu objeto sin tener en cuentala sociedady la psicologíacolectivaque regíanen aquél tiem- p030.Lo cual ha servidoparaquela historiacultural sereformulecomo una historia socioculturaPI,que adheridaa la historia generalde las 30 1. REVEL, «Genesii crisi de la noci6de 'mentalitats»,l G a カ ・ ョ セ L n° 106-7,1987,pp. 11-12. 31 D. RaCHE, «De l'histoire socialeaI'histoire socio-culturelle»,Mélangesde l'École f イ 。 ョ セ 。 ゥ ウ ・ de Rome.MoyenAge-TempsModernes,1979,t. 91-1; ni que decir tienequetiene suorigenen los años60 la convergenciahistoriasociaUhistoriacultural,asíen 1966,Braudel Historiade las mentalidades,historiasocial 121 mentalidadesreivindica ésta32, al igual que la antropologíahistórica y en estrechocontactocon ella, expandiéndosecomo historia social de las ideas,sociologíahistóricade las prácticasy de los modeloscultura- les, nuevahistoriade la educación.,. Asomatambiénen la última his- toria cultural cierta vocaciónde recambiorespectode la abstracta-y tal vez un poco desgastadapor el uso ambiguo,pero bien implantada en el lenguajehistoriográfico-denominaciónde origen «historiade las mentalidades»,paracuyo cometidoaportasu rico patrimoniode te- masy métodos.En líneasgenerales,hay quedecir que la historiacultu- ral ha sabidorenovarsemanteniendodeterminadacontinuidadentre la historiasocial y la historiade las mentalidades,a pesarde la tendencia generalal divorcio. Las obrasartísticasy literarias son documentosprivilegiadosde la historiadel imaginarioque sugestionanal historiadorde las mentalida- des33 atrayéndoloa los terrenostradicionalesde la historia cultural, participandode estemodoen el ensanchamientodel campode las men- talidadesal conjuntode la superestructurade la sociedad. La historiadel imaginari034 es, en estemomento,el centrode aten- ción haciael queconvergenlas dosdisciplinasacadémicasque hegemo- nizanen Franciala historiade las mentalidades,la antropologíahistóri- ca y la nuevahistoriacultural -por eseorden-oLas representaciones imaginarias-imágenes,símbolosy realidadesinventadas-desplazan el interésanteriorpor otrasfuncionesmentales,y dan lugara unanueva subdivisióntemáticade la historia de las mentalidadesque dispersael conceptoinicial al mismotiempoquelo ampliaextraordinariamente35• y Labroussepresidenen Parísun coloquio acercade Nh'eauxde Culture et GroupesSociaux (las Actas fueron publicadasconjuntamente.en 1967. por la École y la Sorbona),que contó con la participaciónde Duby, Le Goff. Vilar. Dupront. Hobsbawm...; mientrasqueestamos, en 1989,planteándonostodavíaconseguirenteramenteel pasode la historiasocial a la histo- ria socialde las mentalidades. 32 R. CHARTIER, «História intelectuale históriadasmentalidades:urnaduplareavalia.,:ao», A história cultural entre prácticas e representaroes,Lisboa, 1988. pp. 29-67 (Rn'ue de Synthese,n.o 111-112.1983,pp. 277-307). 33 J. LE GOFf, L'imaginaire médiéml.Essais. París, 1985, pp. llI, 149-261:G. DUBY, Mále MoyenAge.De /'amouret autresessais,París.1988,pp. 74-117. 34 Temadeudoren Franciade las notableselaboracionesque siguieron--o precedieron- al año 1968:P. M. SCHUHL, L' imagiTUltion et le merveilleux.Ú1 penséeet raction. París,1969, O. MANNONI. Clefspour /'imaginaire. París.1969.1.P. SARTRE,L 'ImagiTUlire, París,1970(pri- meraedición, 1940);C. CASTORIADIS,L 'institution imagiTUlire dela société.Paris,1975,5."ed. 35 El estudiodel imaginariosocial nos ha permitido a nosotrosaprehenderla mentalidad popularcontraria a la revueltagallegade 1467,superandoasíla ausenciade datosdocumen- talesexplícitos,C. BARROS,Mentalidady revuelta.... pp. 197-243. 122 CarlosBarros Estesegundoesplendor,que estamosrefiriendo, de Annalesen los años80 (el primer apogeofue con la historia social y económicaen la posguerra),bajo la banderade las mentalidades,tuvo -tiene-suscrí- ticos cualificados.En 1981,Fran¡;oisFuretsedescuelgacon un artículo en la revistaLe Débat, dirigida por PierreNora (en la actualidadambos directoresde estudiosen la École), que tiene por significativo título: «Al margende los Annales.Historiay cienciassociales».Furetponeen evidenciala vaguedady cuestionala falta de contenidode la palabra- emblema,reconociéndoleunaplasticidadmetodológica«casiinfinita», atribuyendopor otra partea la historiade las mentalidades-quees a menudo«comoun sustitutoa la francesadel marxismoy del psicoaná- lisis», dice él- el caeren la «ilusión de que graciasa ella se percibe unasuertede socialglobal, reunificandola infra y la super-estructura». En nuestraopinión paraque esotuviesevisos de realidadseríapreciso una redefinicióndel término que juntasela teoríade las mentalidades de los años30 y 60 con los logros metodológicosúltimos de la antro- pologíahistóricay la historiasociocultural.Furet achacala notoriedad de las mentalidadesa un sentimientode nostalgia,a un deseode volver «al mundoquehemosperdido»;y concluyeafirmandoque«estapresti- digitaciónsemánticano ofreceadquisicionesrealesde intelegibilidad», condenaque haceextensible«inclusocuandoella sebautiza"etnológi- ca"»36. El juicio negativode Furet sobrela historiade las mentalidadesno esmásqueunapartede unaduracrítica/autocríticaglobal de la Nouve- lle Histoire. «Todasesasbatallasganadascontrala estrechezy la auto- satisfaciónde la disciplina, y que finalmentehan fundadouna institu- ción, hanextinguidopoco a poco su razónde ser»,afirma Furet, luego de intentarcomprender«veintey cinco añosdespués,lo que quedade comúnentre nosotros,apartede reminiscenciasy sentimientos»,y de responderasegurandoqueen la Écolede HautesÉtudes«no hemosre- hechoningún consensohistoriográfico».Apreciacionesque, paradóji- camente,rematanconstatandoque la escuelade Annalespierderazón de sercuandoalcanzasu máximainfluenciaen Franciayen el extran- jero, cuandoa «faltade adversariosparticulares,ella no recibemásque alabanzasgenerales»3? Dos añosmástarde,en 1983,Le Débatvuelvea la cargaen la mis- ma direccióncon unanotaeditorialqueabreunaencuesta,«¿Dóndeva 36 Le Débat, n.o 17, 1981,pp. 124-125. 37 Idem, pp. 113-114. Historiade las mentalidades,historiasocial 123 la historia?»:la nuevahistoriaesun astromuerto;multiplica investiga- cionesvacíasde resultados;la investigaciónde vanguardiaestáya en otra parte; la historia-problemaestáagotada;la historiografíaestáen un momentode transición;sebuscaotra historia38. PierreChaunuesel primero en responder,con una llamadaconservadoraa explotarlo ad- quirido -incluido el «tercernivel»-, aunqueno dejade cuestionarla arribada,a travésdel discursosobreel discurso,a unaantropologíahis- tórica «un pocofloja [molle], de la cual los verdaderosantropólogosno ven muy bien todavíalo que ella podríaenseñamos»,y paraconcluir planteala «libertadde elección»anteel hechonormal y sanode que la investigaciónen cienciassocialesobedecea corrientesde una plural sociedadcivil (más adelante,no obstante,se muestrapreocupadopor una historiografíahoy demasiadocercanaa las necesidadesde una so- ciedadcivil en crisis, marchandoal «pasobruscode las modascontra- dictorias del momento»),escogiendoél la alianzacon las cienciasdu- ras: matemáticas,estadística,informática39• En nuestraopinión el aspectocentral del debatesobre la escuela de Annaleshoy, que dadasu influenciaen la historiografíaespañola nos implica directamente,y en particularsobreel futuro de la historia de las mentalidades,que interesaal tema que estamosdesarrollando, es el papelde la historiaen relacióncon las cienciassocialese inclu- so, más allá, con el conjunto de la sociedad.Furet en su provocador artículo de 1981 apuntasu opción parasalir de la crisis que atraviesa la nuevahistoriaen la hora de su apogeo:borrarprovisionalmentelos tabiquesque separanla historiade las disciplinasvecinas,y constituir un «saberglobal, ecuménico».No se trata claro estáde perseveraren el objetivo de una historia total, que considera«inasequible»,sino de renunciara la «superstición»de la división cronológicay de la perio- dización, al pensamientogenealógicocomo factor definitorio de la historia, reivindicando,ademásdel carácterhistóricode lo inmóvil -lo que no tiene dudaparanosotros-,la necesidadde privilegiar los ob- jetos de larga duración para de esamaneraconvergermejor con las cienciassociales4o. 38 Le Débat. n.o 23, pp. 170-172. 39 Idem, pp. 174, 176. 178; desdeluegoel historiadorde las mentalidadesestátodavía muy lejos de aprovechartodaslas posibilidadescognoscitivasque le ofrecenen la actuali- dad los métodoscuantitativos,sin quede ningunamaneraello signifiquequedebamosele- var tácitamenteel empleode ésteo de otro métodoa la categoríade unateoríade lahisto- ria. 40 «En margedesAnna/es»,Le Débat. n.O 17, pp. 114, 116, 117, 119. 124 CarlosBarros La historiografíaanglosajonaviene criticando con energíaesta tendenciarecientede la historiografíafrancesaa minusvalorarel cam- bio en la historia, potenciandosobretodo la historia inmóvil, permi- tiendo el predominiode lo sincrónicosobrelo diacrónicoy que la so- fisticación metodológicausurparael papel principal del proceso histórico en sí mismo, hastatal punto que las cualidadesde un histo- riador hoy se miden, dicen, por su aptituden otra disciplinade presu- mida relevancia41. Hay que reconocerla pertinenciade estosrepro- ches, siemprey cuandono nos lleven a un replieguede la historia sobresí misma,peligro quehoy parecelejano. ¿Esposibleque hoy ya no seacomo en 1967 «una minoría de la minoría» quienesen Francia,víctimas de cierto vértigo, estaríandis- puestosa aceptarla dilución de la historia en las cienciashumanas?42 Concretamente,en lo relativo a la historiade las mentalidades,¿setrata de unareacciónexitosade la historia,anteel empujede la antropología y la sociología«queponíanencausasu dominio», queconsiguela ane- xión de nuevosobjetosy nuevastécnicas43?; o bien estamosante la aceptaciónde la hegemoníaprovisionalde la antropologíaen el seno de las cienciassocialesque, sin excluir otrasdireccionesde investiga- ción, decide los temasque juegan«el rol de instanciade totaliza- ción»44.Creemosquela colaboracióninterdisciplinariaentrela historia de las mentalidadesy la antropología,y la psicologíay las demáscien- cias sociales,debenbasarseno en la pugnapor ver quién domina a quién, sino en un intensointercambioque respetelas diversasbases epistemológicasde cadaunade las disciplinas;objetivo que tal vez en Españala relaciónde fuerzasentrelas cienciassocialespuededevenir másfactible queenFrancia. JacquesLe Goff anunciabaque, parael año 1989,en que se cum- plía el sesentaaniversariode la revistaAnnales,éstarealizaríaunaen- cuestasobrela crisis de la historiaen generaly de la escuelade Anna- les en particular,y que la redacciónde la revistaexpondríaal respecto sus opinionesy propuestas45, lo que por su inusualidades una prueba más de cómo se percibela urgenciade clarificar y recomponerla uni- 41 L. STONE, «Retourau récit ou réflexionssur une NouvelleVieille Histoire»,Le Débat, n° 4, 1980,pp. 122-123;E. Fax,E. GENOVESE,«La crisis política de la historiasocial.La lu- chadeclasescomoobjetoy comosujeto»,Historia Social,n.o 1, 1988,p. 84. 42 1. LE GoFF,«EntrevistaconAntoineCasanova,Octubrede 1967»,La Historia hoy,p. 114. 43 R. CHARTIER, A história cultural entreprácticase representat;oes,pp. 14-15,45. 44 A. BURGUIERE,«Anna1es(Éco1edes»>,Dictionnairedesscienceshistoriques,p. 49. 45 Véasesobreestedebate,C. BARROS, «El "tournant critique" de Anna1es»,Revista d'historia medieval,2,1991,pp. 193-197. Historiade lasmentalidades,historiasocial 125 dad y la perspectivade futuro de la NouvelleHistoire; Le Goff, al mis- mo tiempoqueadmitela necesidaddel debate,sequejade que las críti- cas a la NouvelleHistoire le reprochan«una cosay su contrario»,ser incapacesde salir del carril de la tradiciónde Annalesy renegarde ella abandonandola historia total por una historia «en migajas)),aclarando que la primeracríticaesmásgeneralque la segunda46 . Son tres los nivelesquedesignan,a la vez, la escuelade Annales47: a) la revista,cuyo comité de direcciónlo forman en 1989Le Goff, Burguiere,Le Roy Ladurie,Revel,Ferro,Morazé,Valensi y Le- petit (secretario); b) la École de HautesÉtudes,donde se encuentranademásNora, Furet,Chaunu,b ・ ウ 。 ョ セ ッ ョ L Vilar...; e) el espritdesAnnales,queen su acepciónmásampliacomprende a quienesseidentificancon las concepcioneshistóricasdesarro- lladaspor Bloch, Febvrey susdiscípulos.Sin dudael centrodel debateseencuentraen el segundonivel. Un libro representativode la crítica conservadoraa la escuelade Annaleses el publicadoen 1983 por Hervé Coutau-Begarie,Le phé- nomene«NouvelleHistoire». Stratégieet idéologiedesnouveauxhisto- riens, dondese lamentaque la escuelano recibecríticas globalesy se la rodeade un aire de sacralidad48, situaciónque el autortratade reme- diar descubriendoel importantepapelquejuegala estrategiapor el po- der (Universidad,edición, mediosde comunicaciónsocial) en el éxito y las preocupacionesde los annalistes,en cuyo futuro ve sombras,ano- tandodatoscomo la falta de maestrosindiscutidoscomo Bloch, Febv- re, Braudel y Labrousse,las críticas internasrecibidas H b ・ ウ 。 ョ セ ッ ョ en 1980) y la concurrenciade otrascorrientesemergentes-al margende Annales-como la representadapor Mousnier y Renouvin, acabando por reconocerque siendola nuevahistoria el único grupo organizado, no son de prever grandescambios,pero «la rehabilitacióndel relato, del acontecimientoy de la políticaha comenzado...))49. En defensade unahistoria-cienciadel cambio,que busquela sínte- sis y la globalidadsin diluirse en las cienciassociales,en líneacon las dosprimerasgeneracionesde Annalese hipercríticorespectoa la terce- 46 Prólogoa la nuevaedición(1988)deLa NouvelleHistoire, pp. 10, 12. 47 A. BURGUIERE, «Annales(Ecoledes»>,Dictionnaire ..., pp. 46-47. 48 Lephénomene«NouvelleHistoire» ..., pp. 10-14. 49 ldem,pp. 317-320. 126 CarlosBarros ra, citaríamosen primer lugar el libro de Fran¡;oisDosse,L'histoire en miettes.Des«Annales»a la «nouvellehistoire» (1987)50. Historia socialde las mentalidades La historia de las mentalidadesconservaun gran atractivoparael investigador:le planteael reto y le ofrecela posibilidadde escudriñar los modosde pensar,de sentir,de imaginary de actuarde los hombres, el sujetode la historia,enun sugestivoesfuerzointerdisciplinar. Sin embargo,lasbrumas conquesecubrea menudoel nuevoobjetode investigación,el distanciamientodela historiasocial,sudesemboqueenlas playasde la larga duracióny de la historia inmóvil, el apartamientodel tiempocorto, el acontecimientoy la historiamóvil, disuadierona no pocos historiadores,que vieron en el estudiode lo mentalmásriesgoe impreci- siónqueseguridady rigor, permaneciendoal margendel nuevoterritorio. ¿Cómo respondera las dos inquietudespara salir del impasseac- tual?Reuniendohistoria social e historiade las mentalidades:reinven- tando la historia social de las mentalidades.Sin la mentalidad«no po- dríahacersehistoriasocial»51,peromásciertoesaúnquesin la historia social cadavez va a sermásdifícil hacerhistoriade las mentalidades. El augede la antropologíahistóricay de la nuevahistoria cultural en los estudiosfrancesesdel «tercernivel», el debateen cursosobrela es- cuelade Annales, las precedentesdebilidadesteóricasdel conceptoy las dificultadesrealesquesiempretieneel historiadorparaadoptartéc- nicasnuevas:bien puedenvolatizar los logros positivos de la historia de las mentalidades,si éstano se consolidacomo unalíneade investi- gaciónquecolaboraperono se integraen las disciplinasvecinas,si no desarrollaen sumael proyectohistoriográficooriginal deAnnales. A principios de la décadapasada,GeorgesDuby escribíaque «si pretendemosquela historiasocialprogresey conquistesu independen- cia, convienesituarlaen el puntoen queconvergenla historiade la ci- vilización materialy la historiadel pensamientocolectivo»,y no sere- fería solamentea la historia social como historia global, tambiéna la historiasocial en un sentidomásrestringido,comohistoriade los mo- 50 Con posterioridada la elaboracióndeestetrabajo,he llevadoa cabola críticade la crí- tica de Coutau-Begariey DosseaAnnalesen «La 'NouvelleHistoire' y suscríticos»,Manus- crits. Revistad'Historia Moderna,n.o 9,1991,pp. 83-111. 51 1. P. POLY, E. BOURNAZEL, El cambiofeudal(siglosX al XlI), Barcelona,1983(París,1980), p.19. Historiade las mentalidades,historiasocial 127 vimientossociales,por lo que animabaa estudiarlas actitudesmenta- les de los participantesen las rebelionesmedievales52. Claro que ad- vertía, en 1970, «habráque esperarmucho tiempo» antesde que esa historia social de las mentalidadesseaposible53. La tareasigue hoy más pendienteque nunca.Y su propulsión como línea de investiga- ción habráde contribuir indudablementea dar continuidadal «espíri- tu de Annales»en su versiónmás permanente,innovadoray atrayen- te, y menosafectadapor el «pasobruscode las modascontradictorias del momento». El estudiohistórico de las mentalidadessocialesen Españatiene a su favor lo siguiente: l. Un interés por la historia social que no ha decaídoal ritmo de Francia;junto a los estudios-predominantes-de las estructu- ras socialesy económicas,estápresentetoda una tradiciónen la investigaciónde movimientos,conflictos y revueltassociales,el factor dinámico de la historia social, cuya vigencia lo prueba verbigraciala apariciónen 1988de la revistaHistoria Social. 2. La influencia nadadesdeñablede la historia social inglesa,de grancalidad,cuyascaracterísticasla hacenidóneaparacompen- sarlas insuficienciasactualesde la historiografíafrancesa. 3. El débil ecode la historia de las mentalidadesdurantelos pasa- dos veinteaños-sin puntode comparacióncon la recepciónde la historia socioeconómicaen los 60 y 70-, tiene la ventajade permitirle al investigadorsortearcon másfacilidad los peligros detectadosen la másdesarrolladaexperienciafrancesa. Es posibleunahistoria social de las mentalidades,que seahistoria, que seasocial, no mimética,que establezcaun diálogo directo y audaz con las cienciassocialesen función de las necesidadesde la investiga- ción, que no se quedeparalizadaen la teoríasino que avanceprincipal- mentesobrela basede la prácticainvestigadora.Tal líneade investiga- ción suponeun frente pionerono sólo por la novedadde la temáticade lo mentalen la historiay másen España,sino porquelas mentalidades colectivasaliadasa la historia social,nos conducena la cuestiónde las articulacionesentrela infra y la superestructura,y al papeldel hombre- social en los acontecimientos,problemasfundamentalesde hoy y de 52 G. DUBY, Historia social e ideologíasde las sociedades..., pp. 10,36-37. 53 G. DUBY, «Historia social e historia de las mentalidades.La EdadMedia, 1970»,La Historia hoy. Barcelona,1976(París,1974),p. 259. 128 CarlosBarros siemprede la historia, si cabemásde actualidadpor el debateen curso acercade la historia total y, másallá, sobrela pertinenciay autonomía de la historiacomocienciasocial. ¿Quépuedeaportarla vieja historia social anglosajonaal historia- dor de las mentalidadessociales?Desarrolladaalrededorde la revista Pastand Present,más o menosa la par de la nuevahistoriafrancesa, incorporatres orientaciones54, cuya continuidadresaltahoy su valor historiográfico: a) Más interéspor el cambioque por la estabilidad,por las エ イ 。 ョ ウ セ formacionesy las crisis socialesque por las estructurasestáti- cas;el DebateBrenner,a partir de 1976,esun claro ejemplodel vigor y de la madurezde estavía investigadora. b) El interéspor los conflictos, las revueltasy las revolucionesso- ciales,particularmenteen las sociedadespreindustria1es. e) La atencióna la dimensiónpolítica de los hechoshistóricosy al poder,inclusocuandolos sujetosno sonvirtualmentepolíticos. Estahistoriasocialseconsideraa sí mismasuperiora la practicada por Annales: se ocupade «los factoresbásicosde la historia», enten- diendo-justamente-que la desatencióna los fenómenosde cambio quita «dimensiónhistórica»a la investigación55. Critica asimismoesta historia social a Annalespor el excesode cuantificación,basándoseen que a vecesresultainnecesaria,con frecuenciano esexplicativay aca- rreael peligro de deshumanizarla historia56; sin dejarde reconocersus razones,¿noencierrapor suparteel riesgode renunciara enfoquesme- todológicosmásprecisos,menosimpresionistas?Semantienenademás reservashacia la historia total -propugnadatambiénpor Pierre Vi- lar- por su indefinición, por venir a seruna «historiainterminable»y resultarla simplesumade cosasmuy distintas57, frenandoobjetivamen- te explicacionesmás exactasy complejasdel devenir histórico, por ejemplolas que incluyen el estudiopleno, económico,socio-políticoy mental,de la acciónhumanaenla historia. Con todo, la historia social angloamericanase interrogatambién por el futuro: descontenta conlos resultadoslogrados,estáhoy en una 54 J. OBELKEVICH, «PastandPresent.Marxismeet histoire en Grande-Bretagnedepuisla guerre»,Le Débat, n.o 17,1981,pp. 93-97. 55 J. GIL PuJOL, Recepciónde la Escuelade Annalesen la historia social anglosajona, Madrid, 1983,pp.27, 35. 56 Idem,pp. 28-30. 57 Idem, p. 19. Historiade las mentalidades,historiasocial 129 fasede preocupaciónmetodológica58• Vocesde alarmaplanteansi Past and Presental ganarla respetabilidady el éxito no ha perdidosu ins- tinto de innovación, su poderde animar e inspirar, poniéndosecomo ejemplosla distanciade la revista respectode nuevoscaminosde la prácticahistoriográfica:historia de las mujeres,historia de la familia, historiaoral, y la experienciade los talleresde historia,History Works- hOpS59. El alejamientode la historiasocialen relacióncon la psicología es precisamenteuna de esasinsuficienciasque frenan el desarrollode la historia social anglosajona:«Parael historiadorrigurosoy prudente, la psicologíarevelaun potencialenorme;peroes un potencialque Past and Presentno hacenadapor avivar»60.En la cooperacióncon la psi- cología tenemospues una vía esencialpara la superaciónde la crisis actualde la historiasocial61. Muy tempranamentela historiografíasocial inglesaabandonael há- bito de colocarel estudiode la ideologíacomo un simple añadidoal primordial análisiseconómico-socialde los movimientossociales:en 1963,E. P. Thompsoninvestigala formaciónde la claseobrerainglesa a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, partiendode la base de que «unaclasees tanto una formacióncultural comoeconómica))62; en 1971, estudiala «economíamorah) de la multitud en la Inglaterra del siglo XVIII, concluyendoque laacción directaera consecuenciade prácticaseconómicasilegítimasque la genteveíacomo atropellosmo- rales,no debiendoel historiador,decía,caeren «unreduccionismoeco- nómico que elimina las complejidadesde motivación,conductay fun- cióm)63, con lo que entramosde lleno en el conceptode mentalidad. 58 Idem, p. 37. 59 J. OBELKEVICH, op. cit., pp. 106-111. 60 Idem,p. 106. 61 La psicología,la cual sedivide ideológicamentedentrode ella misma,tiene.hastaeste punto, muchomás que ofrecera los historiadores,no porque sea más científica que otras disciplinas, ni muchomenosporqueen su aspectogeneralseacerquemása nuestromarxis- mo. Más bien, porqueen suforma freudiana al menostiene la セGゥョオ、 de devolvemosa los irreconciliablesantagonismosinherentesa la condiciónhumana(...J. No deberíasorprender a nadieel quelas presuposicionespsicológicasde la tan contemporáneahistoria social, do- minadacomoestápor la ideologia liberal,renunciea la psicologiafreudianapor una de las alternativas,E. Fox, E. GENOVESE,"La crisis políticade la historiasocial...». p. 109. 62 E. P. THOMPSON. La formación histórica de la claseobrera. Inglaterra: 1789-1832,1, Barcelona,1977,p. 13. 63 E. P. THOMPSON,Tradición, revueltay conscienciade clase.Estudiossobrela crisis de la sociedadpreindustrial, Barcelona,1979,pp. 64-66;sobreel papeldel sentimientode agra- vio en el estallidode la revueltapopular,C. BARROS,Mentalidadjusticiera de los irmandi- ños,siglo xv, Madrid, 1990,pp. 31 ss. 130 CarlosBarros Otro punto de referencia,en los años60, es el estudiode E. J. Hobs- bawmde los bandidossociales64, que incluía su presenciaen la memo- ria y la mentalidadpopular;así,entre1958y 1961,R. H. Hilton y otros analizanla cuestiónde Robín de los Bosques65. Forma parte de esta mismatradición la obrade GeorgeRudéque,en 1964,indagalos moti- vos y creenciasde la multitud preindustrialy se pregunta«¿Cómose desarrollóla "mentalidadcolectiva" de la multitud ...1»66; más recien- tementeha preferido esteautor el conceptode «ideologíapopularde protesta»67parareferirsea lo quenosotroshemosdenominadomentali- dadde revuelta68. Si los precedentesque venimosde referir son de un gran interés parael historiadorsocial de las mentalidades,no lo sonmenoslos que podemosdeducirde la historiografíafrancesa,pesea su menorinclina- ción haciala historiasocial. Distinguiríamosdos tipos de investigacio- nes: las mentalidadesen la revolucióny en los movimientossociales;y las mentalidadesen las estructurasy las relacionessociales. La primeradirecciónesparalelaa la inglesa,y tienevital importan- cia paraquienespreconizamosla reincorporaciónde la historia de las mentalidades«a unamásampliahistoriasocio-económicade la cual se había"emancipado"un poco imprudentemente»69.De nadavaldría la- mentarnospor el desgajamientode las mentalidadesdel ámbito de lo histórico-social,si descuidásemosla historia social en su sentidomás restringido,como historia de los movimientossociales:es la vincula- ción con la historia-cambiolo quemejorpuedecontrarrestarel émiette- mentde la historia de las mentalidadesen múltiples objetosinstalados en la largaduración. El gran tema de las investigacionesfrancesassobrementalidades colectivasy revueltassociales,desdeLefebvrea Vovelle, es la revolu- ción de 1789.El punto de partidaes La grandepeurde 1789,publica- do por GeorgesLefebvre en 19327°, obra que Lucien Febvrereseñó 64 E. J. HOBSBAWM, Bandidos,Barcelona,1976;estetemahasido desarrolladopor la his- toriografíamodernistacatalana,M. CARRERA BONADONA, «La históriadelesmentalitatsaCa- talunya»,lGaカ・ョセL n.O 106-7,1987,pp. 44-45. 65 PastandPresent,n.o 14, 18, 19 Y 20. 66 G. RUDÉ, La multituden la historia. Los disturbiospopularesen Francia e Inglaterra, 1730-1848,Madrid, 1979,p. 245. 67 G. RUDÉ, Revueltapopulary concienciade clase,Barcelona,1981 (Londres,1980),p. 33. 68 C; BARROS,Mentalidadjusticiera..., p. 31. 69 M. CARRERA, op. cit., p. 40. 70 G. LEFEBVRE, El gran pánicode 1789.La RevoluciónFrancesay los campesinos,Bar- celona,1986. Historiade lasmentalidades,historiasocial 131 elogiosamentedesdeel puntode vista metodológicocaraa unahistoria psicológica71, Yque siendounade las obrasfundadorasde la historiade las mentalidadesy de la escuelade Annales72, no ha recibido posterior- mentela atenciónmerecida73 • Esta investigaciónparadigmáticade Le- febvre analiza monográficamentela historia de un rumor colectivo, acercade que los noblesestabanarmandoa los bandidosparaatacara la población,cuyapropagaciónen el veranode 1789 por toda Francia dio un impulsodecisivoa la insurreccióncampesinay popular. Las mentalidadesya no dejaronde estarpresentesen los estudiosde la revolución.Albert Soboulen LesSans-Culottesparisiensen l'an 1[14, publicadoen 1962, introducela manerade vestir y de comportarse,el igualitarismoy los sentimientoshostileshaciala aristocraciay la rique- za, junto con otros aspectosde la mentalidadpopular, como factores importantesen la explicacióndel rol de los sans-culottesen la revolu- ción y el terror. Michel Vovelle resumetodasestasinvestigacionesen La mentalité révolutionnaire. Sociétéet mentalitéssous la révolution!ranc;aise (1985). Inicia el libro comentandolo inhabitualqueesabordarel hecho revolucionariodesdela historiade las mentalidades,primeroporquela historiografíafrancesay Annalesestánaún ahoraredescubriendoel temade la revolución,y tambiénporquela historiografíade la revolu- ción ha desconfiadoduranteun tiempo de la nuevalecturade lo men- taF5. QuizásPierre Vilar teníaalgo de razóncuandoen pleno augede la historiade las mentalidadesaconsejaba.en 1979,a los historiadores marxistasla investigaciónde la toma de concienciasociaF6,camino que Thompsonhabíarecorrido en Gran Bretañay que teníael ilustre precedentede Lefebvre,experienciasque apuntan,a pesardel tiempo transcurrido,el gradode complejidady de innovaciónque la investiga- ción de la historiasocialde las mentalidadespuedealcanzar. Las historiografíasmodernistay contemporaneístason las que más se preocuparonpor abordarlas luchassocialesdesdeel nuevo ángulo 71 Pour uneHistoire ii part entiere,París,1962.pp. 820-828. 72 J. REVEL, "Genesii crisi de la nocióde ·mentalitats·".p. 10. 73 Delumeauvuelvea estudiarla cuestiónen 1978.desdeun puntode vista másestructu- ral, aunquetambiénrecogela relaciónmiedo-sedición,ÚJ peuren Dccident. X/I'-XVI/l siec/es. París,1978,pp. 143-144. 74 A. SOBOUL, ÚJs sans-culottes.Movimientopopularv gobiernorevolucionario,Madrid, 1987. 75 ÚJ mentalité rél'olutionnaire ..., París,1985.pp. 9 ss. 76 M. VOVELLE, Ideologíasy mentalidades.Barcelona,1985,p. 8; «Entrevistacon Michel Vovelle». Ler História. n.o 8. 1986,p. 108. 132 CarlosBarros de las mentalidades.Durantelos años70, las mentalidadescolectivasde los actores,obreros,y populares,de la Franciacontemporáneason in- vestigadaspor M. Agulhon (La Républiqueau village, 1970),M. Perrot (Les ouvriersen greve. France, 1871-1890,1974),R. Trempé(Les mi- neursde Carmaux,1971).MauriceAgulhon propone,en 1980,queala realidadde las mentalidades,«a menudoderivadade los análisisde historia social», habríaque dedicarleestudiosexclusivos,dejandode ser asíun subsectorde la historia sociaF7.Nueveañosdespués,la his- toria de las mentalidadesno llegó a fundar claramenteuna disciplina específicade investigación,sin embargosí se emancipóde la historia social,peroenexceso,lo cual tambiéntienesusventajas. JacquesReveldecíahacepocoque «seequivocancuandodicenque el historiadorde las mentalidadesno entraenconflictossociales,porque su objetivo no esla luchade tipoeconómicoo socialenel sentidoclási- co sino unaluchasimbólicatan importantecomolas otrasformasde lu- chay quetienesu propiaespecificidad»78.Paranosotrosla luchapor los símboloses parte inseparablede la lucha económico-social;pero esta- mos plenamentede acuerdoen que los resultadosobtenidospor la an- tropologíasimbólicason capitalespararetornarcon nuevasherramien- tasa la conjunciónhistoriasocial-historiade las mentalidades. La historiografíamedievalfrancesade las mentalidadesha privi- legiadoel estudiosincrónicode la sociedadglobal. El punto de par- tida es,desdeluego,La sociétéféodale(1939) de Marc Bloch, donde se estudiaa la vez la relación de vasallaje, las clasessocialesy la «atmósferamental»:las «formasde sentiry de pensar»,la «memoria colectiva» ...79. La amplia concepciónque tenían los fundadoresde Annalesde lo social como totalidad, hacíade la mentalidadun as- pecto de la estructurade la sociedad.Enfoqueestructuralque es adoptadopor Le Goff y Duby en los años60 al procedera la recupe- ración del dominio de lo mental. Así en 1965 JacquesLe Goff com- bina como Bloch la economía,la sociedad,la lucha de clasesy las mentalidadesen La civilisation de l' Occidentmédiéval80 ; asimismo pertenecena esadécadasuselaboracionesacercadel tiempo y el tra- 77 La recherchehistoriqueen France depuis1965, p. 52; ejemplosrecientesde estudios conjuntosde historia social y de historiade las mentalidades:J-F. SOULET, Les Pyrénéesau XIXsiecle. T. 1, Organisationsocialeet mentalités;t. 1I, Une sociétéen dissidence,Toulouse, 1988; D. LEJEUNE, Les «alpinistes»en Francea lafin du XIX et au débutdu xx siecle.Étude d'histoire sociale,étudede mentalité,París1988. 78 «Génesii crisi de la noció de'mentalitats'», p. 18. 79 M. BLOCH, La sociedadfeudal, Madrid, 1986. 80 J. LE GOFF,La civilizacióndel Occidentemedieval,Barcelona,1969. Historiade lasmentalidades,historiasocial 133 bajo en los sistemasde valoresmedievales,y los campesinosy los ofi- cios en las fuentesliterarias81 ; su compilaciónHérésieset sociétésdans l' Europepré-industrielle. II e-18esiecles82; su estudiosobre las cate- goríassocialesen SanFranciscode Asís83, etc. ReynaPastoranotade GeorgesDuby que la cuestiónnodal del conjuntode trabajosHommes et structuresdu Moyen Age es enlazarhistoria social e historia de las mentalidades84, indagandoel feudalismocomo mentalidadmedieval,la vulgarizaciónde modelosculturales,el vocabulariode la caballeríaen su origen... En 1974,al tiempo que Le Goff en el volumen«Nuevoste- mas»de Faire de l'histoire define la mentalidadcomo ambigua,Duby, en el volumen «Nuevosproblemas»,escribeHistoire socialeet idéolo- gies des sociétés85, mostrandouna preocupaciónpor el estudiode las ideologíasen el marcode unahistoriasocialde las mentalidadesque le llevará, en 1978, a un modélico estudiode una ideologíadominante vista como una mentalidad,Lestrois ordres ou l'imaginaire du féoda- lisme. En 1980,todavíaDuby insisteen que hay que «estudiarlas ideo- logías»y las mentalidades,y ponecomoejemplode síntesisla obrade Le Goff sobrela civilización medievalde 196586. La verdades que la vía abiertapor Lestrois ordresquedómásbien sin desarrollosposterio- res87, por muchoqueel crecienteinteréspor el imaginariopodía-pue- de-agrandarla encuestade los sistemasideológicos,siempreque na- turalmenteseenfocaracomo imaginariosocial.En todo caso,las obras de Duby sonpuntode referenciaparaunarenovadahistoriade las men- talidadessociales,comolo sonen generallas de otros historiadoresque despuésde él salieronde Aix-en-Provence:Michel Vovelle, Maurice Agulhon, PhilippeJoutard-historiaoral-88, Paul Veyne-sociología histórica-89. 81 J. LE GOFf, Tiempo,trabajo y cultura en el Occidentemedieval.Madrid, 1983. 82 Herejíasy sociedadesen la Europapreindustrial.siglosXI-oHm. Madrid, 1987. 81 Ordenes.estamentos-" clases.Madrid, 1978.pp. 108-149. 84 G. Dl'BY, Hombres-" estructurasde la EdadMedia, Madrid, 1977,p. 8. 85 Hacer la Historia. 1. pp. 157-177. 86 «Orientationsdes rechercheshistoriquesen france. 1950-1980»,Mále Moyen Age..., pp. 255-256;véaseasimismoHistoire sociale. sensibilitéscollectil'eset mentalités.Mélanges RobertMandrou (1985),pp. 34-35. 87 Tenemosunanotableexcepción,O. NICCOLl, I sacerdori. i guerrieri, i contadini. Storia dí un immaginedella societé,Turín, 1979. 88 La légendedesCamisards:unesensibilitéau passé.París.1977. 89 Le Pain et le Circe, sociologiehistoriqued'un pluralismepolitique, París,1976. 134 De la ambigüedada la definición CarlosBarros En nuestrocriterio la vulgarizaciónhistóricadebede estaren ma- nos de los historiadores,que no puedensituarseal margende la época que les toca vivir y han de conmoversey atenderde algunamaneraa todos aquellostemas,grandesy pequeños,públicos y privados,que más interéssuscitanen el hombrede hoy90: sin llegar a trasmutarseen unaplumaen el viento, abjurandode su función social y científica. Es más, el futuro y el prestigio de la historia como medio de evasióny comomediode formación,depende-másde lo quepiensanalgunos- de quemantengao no el alto nivel alcanzadocomocienciasocialautó- noma; por algo el lector buscaen el libro de historia algo que difícil- mente le puedeofrecer, por ejemplo, la novela histórica: el qué, el cómoy el por quéde las sociedadesy de las culturashistóricas. Decimosqueel futuro de la historiade las mentalidadescomodisci- plina estáen la reanudación,en un nuevonivel científico, de sustradi- cionalesrelaciones(nuncarotasdel todo) con la historia social, porque sólo así la historiade las mentalidadescontribuiráa la explicaciónde la actividad humanaen la historia; más allá de una función cultural, co- yuntural, de satisfacerla nostalgiacolectivapor un pasadoperdido... La significación científica del estudiode las mentalidadessocialesradica en que nos permitedescubrirla determinaciónen primera instanciade los hechoshistóricos,cuyaconexióncon la determinaciónenúltima ins- tancia, ubicadaen las condicionesmaterialesde existencia,devendrá factible a travésde la unidadsocialdel sujetohumanode la historia.La continuidadde la historiade las mentalidadestiene, por tanto, su máxi- mo sentidohistoriográficoen el marco de una historia de la subjetivi- dad que respondaa la necesariahumanizaciónde la historia desdeel puntode vistasocial,antropológico,episódico,político, etc. Investigarla subjetividadhumanamediantelas mentalidades,exige invertir el procesode dispersiónexpansivaqueha seguidoestetérmino en la historiografíafrancesa,sin renunciara la partepositivade dicho proceso:reconocimientogeneralizadode la necesidadde investigarlos modosde pensar,sentir, imaginary actuarde la gente;extensiónde ese nuevo enfoquea la mayor parte de las disciplinas del «tercernivel»; experienciainterdisciplinarcon la antropologíay el psicoanálisis(Be- 90 Verbigracia,LawrenceStoneincluye entre las cuestioneshistóricasque apasionanal gran público: la movilidad social, la protestapopulary las esperanzasmilenaristas,los con- flictos sociales,«Retourau récit ou réflexions sur uneNouvelle Vielle Histoire», Le Débat, n.o 4, 1980,p. 132. Historiade las mentalidades,historiasocial 135 ウ。ョセッョI[ y sobretodo la referenciade las obrasde los años60 -y sus continuadoresposterioresy actuales-que analizanla mentalidaden la sociedad,fieles a la ideade unahistoriade los hombresen sociedad. Pasarpuesdel desarrolloextensivode la historiade las mentalida- desa un desarrollointensivo,pasarde la ambigüedadqueridaa la con- creciónperseguidade las mentalidadescomoconcepto91 y disciplinade investigación92, es una imperiosanecesidadparacontrarrestarcon la ayudade la historia social la avanzadadisolución del nuevo territorio en la multiplicidad de los objetos,de los tiemposy de las disciplinas. La articulaciónde lo mental,en su sentidomás amplio, que supereel desmigajamientoactual seráfactible cuandola instanciade totaliza- ción, el temacentralde la encuestade las mentalidades,vuelvaa serel sujetohumanoen la historia,en la grany la pequeñahistoriade las so- ciedadesy de las sociabilidades.El tiempo largo, la historia inmóvil, dejande seralgo novedosoparael historiadorcuandono seresistea la tentaciónde enarbolarla lentitud comoel anti-cambio,auspiciandouna teoríahistóricade las permanenciasque nos retrotraea naturalezashu- manasatemporales,ajenasen definitiva a la historia real. El estudiode las mentalidadesen su contextohistórico y social, utilizandocreadora- mentelos paradigmasde la psicologíay de la historiasocial,posibilita- rá recuperary articular la corta y la larga duración,la historia-cambio con la historia lenta. Y qué decir de la tendenciade la historia de las mentalidadesa la absorciónpor las disciplinasy cienciassocialesveci- nas: o bien nos resignamosy nos aprestamosa especializamosen una de esasdisciplinas fronterizas,o bien redefinimosla historia de las mentalidadescomo disciplina específicade investigaciónen relación con aquelloscamposque identifican y diferenciana la historia como cienciasocial, y que constituyenla basemás sólida de su prestigioen los ámbitoscientíficosy culturales,estoes, lahistoria social y todavía la historia de los acontecimientos,la historia-historia,cooperandopor lo demás,en plano de igualdad,con todaslas restantescienciassocia- les y especializacionesde la historia. Parallegarcon la historiade las mentalidadesa la seguridad-siem- pre relativa,ciertamente-de objetoy de métodoqueha llegadoha os- 91 Sobreel papel de los conceptosen el progresode la historia. P. veyセeL «La historia conceptualizante».Hacer la Historia.r, pp. 75-104. 92 La historia de las mentalidadesconstituyemenosuna verdaderasubdisciplinaen el in- terior de la investigaciónhistórica que un campode interésy de sensibilidadrelativamente vasto, quizásheterogéneo,1. REVEL. «Mentalités»,Dictionnaire de scienceshistoriques.Pa- rís. 1986,p. 450. 136 CarlosBarros tentarla historiasocial angloamericana,la historiaeconómicao la his- toria demográfica,la multiplicidad de objetosy de métodosproducidos duranteveinte añosson un inconvenientepero tambiénuna facilidad: proporcionala masacrítica suficientepara un procesode inventario, seleccióny recomposición. El primerpasoesllegaral consensosiguiente:paradelimitarunadis- ciplina abierta,sin murallas,que incite a la innovacióny al diálogo con otrascienciassociales,no esnecesariomantenerindefinido, vago,ambi- guo,queabarcatodoy no abarcanada,el conceptodementalidad.Basta- rá con precisar,en la definición, la amplituddel objetoy la conveniencia y posibilidadde unainvestigaciónde vanguardia.El casoes que no hay ningún objeto del conocimiento-y menosaún una metodologíade ゥ ョ セ vestigación-queseconservevivo sinedie sin serdefinido conun míni- mo de rigor, o siendodefinido equívocamentede maneravoluntaria,ad- mitiendo a priori enfoquescontradictorios,etc. Con ello no queremos decir que tengaque haberun conceptounívoco reconocidouniversal- mentede la historiade las mentalidades,dehechoenestemomentono lo hay; tampocoexisteun único y absolutoconceptode historia,de cultura o de EdadMedia, pero cadaescuelao tendenciao investigadortiene su concepcióny aportasusmatices,cuyapublicaciónsiempreesde agrade- cer, siendode granutilidad científicael debateconceptual,sobretodo si seevitaquesetransformeen un debatesemánticoo alejado dela prácti- ca investigadora.En resumidascuentas,respectoa la historiade las men- talidadesdeberíamoshuir tantode la descalificaciónpreviay global ante la proclamadavocacióndevaguedad,comodel abandonoactualal empi- rismo; sigamosel procedimientohabitual,que las hipótesisconceptuales y metodológicas previasse contrasteny reformulenen contactocon la praxisde la investigación,y el debatehistoriográficosubsiguiente. Definir (lat. definire) es «delimitar los campos,poner límite». Ya adelantamosque nuestra proposiciónes que la historia de las mentali- dadesprecisesus límites fronterizosde objeto y métodocon la antro- pología históricay la historia cultural -asegurandolos intercambios másestrechos-,retornandoa su vinculaciónoriginal con la psicología y la historiasocial,y cultivandola diversificaciónde contactosrenova- dorescon las cienciassocialesa efectosde préstamosmetodológicos93, 93 La afirmaciónde que la investigaciónhistórica, necesariamente,debeformar suspro- piosconceptos,pareceerróneadesdeel puntode vista del desarrollode la ciencia. Esmucho másadecuadoexigir que los historiadoresse beneficiende los logros de otras disciplinas. Esto vale, sobre todo, para los términos quepodríamosllamar ahistóricos: grupo social, producción..., J. TOPOLSKY, Metodologíade la historia, Madrid, 1982,p. 476. Historiade las mentalidades,historiasocial 137 tomandoconocimientode las diferentescorrientes existentesen éstas, pero sin caeren la estrechezacadémicade miras y la radicalización del argumentopolémico,que con frecuenciahacenaparecercomo in- compatiblesexperienciasy métodosdisciplinariosque objetivamente no lo son. La referenciateóricamentemásseguraparadeterminarel objetode la historiade las mentalidadeses sin dudala psicologíacientífica. Con lo que retomamosla posición basede Lucien Febvreen sus Combates por la historia94• En 1965, el sociólogoBouthoul decíade la mentali- dad: «Esel verdaderosujetode la psicologíasocia1»95. En realidadtambiénla antropologíatieneen comúncon la psicolo- gía el estudiode las estructurasmentales,o si se quierede los caracte- res psíquicos,en las diferentesculturas,empezandopor las llamadas primitivas, si bien su objetocomodisciplinaes másamplio: el hombre en todassus dimensiones.El intercambiofructífero entre psicologíay antropología,basadoen la parcialcomunidadde objeto96, estácasi iné- dito entrela psicologíay la historia; es más,estevacíoha retrasadoun desarrollocientíficamentemás atinadode la historia de las mentalida- des,quehoy por hoy recibemásinformaciónsobrelos procesospsíqui- cos de la antropologíaque de la propia psicología,con lo que supone de limitación de objetos y de métodos;la primera especializaciónde los antropólogosen mentalidadesprimitivas, por ejemplo, ha hecho que conozcamospeor la manerade investigarlos factoresconscientes en las mentalidadeshistóricas,al tiempoque hemosaprendidomejor el valor del pensamientosimbólico; en general,la complejidadcultural de las sociedadeshistóricas,clasistasy con Estado,obliga al historiador de las mentalidadesa hacersu propia experienciametodológicacomo tuvo que haceren su momentola antropología.El desenvolvimiento autónomode los estudiosde las mentalidadessocialesen la historiade- beríaaportarcosasnuevasal conocimientogeneralde la psicologíahu- mana. Hay doscuestiones,que tienenque ver con la psicología,queexpli- can hastacierto punto el hechode que lahistoria de las mentalidades, en contrade la intenciónde susfundadores,evolucionaseprácticamen- te al margende la psicología:el total desinterésde los psicólogospor la historia, a diferenciade los antropólogos,salvo algunospsicoanalistas, 9-l L. FEBVRE. «Histoire el psychologie» (1938). Combatspour /'histoire. París, 1965, pp. 107-220. 95 G. BOL'THülJL, Lasmentalidades.Barcelona,1971.p. 30. 96 J. STOETZEL, Psicologíasocial. Alcoy. 1982.pp. 38-44. 138 CarlosBarros justamentela partemáspolémicade la psicología;el predominiode la psicologíade la conducta,desdelos años30 a los años60, sustentada por el neopositivismoy con una fuerte tendenciaa la experimentación y a la psicologíaindividual y biológica, que poco teníaque ofrecera los historiadores.Uno y otro problemaestánconectadosentresí. El paradigmaconductista(behaviorismo)considerasolamentefac- tible la observaciónobjetivay la medicióncientíficade la conductahu- mana,no de los procesosmentalesque subyacenen ella. La caídadel positivismo, que trajo consigoel ascensode Annalesy de Past and Present,supusoasimismola emergenciade unapsicologíadel conoci- mientoo cognitivaquenaceen los años60, maduraen los años70 y es hegemónicaen la actualidadentrelos psicólogos. En suma,si el psicólogopuedeanalizary medircientíficamentela ac- tividad mentalglobal, ¿porquéno ha de sercapazel historiadorde medir las mentalidadesantiguas?97;aunteniendoen cuentalas limitacionesque imponela documentaciónconservaday la imposibilidadde observardi- rectamentecomo el antropólogoo de entrevistarpersonalmentecomo el psicólogosocial,aunsabiendoquehay queadaptaro crearlas herramien- tasenfunción del medioespecíficotemporaly socialestudiado. El objetode la historiade las mentalidadesno puedeserotro quela actividadmentalhumana98 en su globalidad,con el fin de comprender mejor el comportamientoy las relacionesde la sociedad,y los hechos que ha protagonizadoel sujeto colectivo de la historia. El objeto del historiadorde las mentalidadescoincide,en resumen,con el de la psi- cologíacognitiva99 y la psicologíasocial, sin queello signifiqueque la investigaciónde la actividad, los procesosy las estructurasmentales (precisionesque suelehacerla psicologíaparareferirsea lo que noso- tros generalizandohemosllamado mentalidad)en la historia, pueda permitirseel lujo de permanecerfuera del campode actuaciónde la psicologíaconductistay del psicoanálisis.La conductasocial, y aun el acontecimientohistóricoengeneral,esunafuenteexcelenteparala ob- 97 Hemostratadoel problemade la dobleobjetivización,tantodesdela posicióndel histo- riador-sujetocomo del protagonistahistorico-sujetoen C. BARROS, Mentalidady revuelta..., pp. 1-35. 98 De acuerdocon nuestraexperienciaen el estudiode las mentalidadeshistóricas,siem- precomplejas,esprecisoarticulartodoso partede los cuatroprocesoscognitivos,siguientes: pensamientoracional, sentimiento,imaginarioe inconsciente,C. BARROS,Mentalidady re- vueltaoo., pp. 3-4. 99 Psicologíacognitivaes el análisiscientíficode los procesosmentalesy estructurasde memoriahumanoscon elfin de comprenderla conductahumana,R. E.MEYER, Elfuturo de la psicologíacognitiva, Madrid, 1985,p. 17. Historiade las mentalidades,historiasocial 139 tención de datos mentalescon una metodologíaadecuada.Por otro lado, una historiografíapionerade las mentalidadescolectivasno sería tal si desconociesela contribuciónparadigmáticade Freuda la psicolo- gía y a las cienciassociales.El nuevo territorio del historiadores tan amplio y tan precisocomoel objetode la psicologíacognitiva,conduc- tista y psicoanalítica:la mentalidady la conductahumanas entodassus facetaspsicológicas.La concurrenciade la antropologíay de la socio- logía en el estudiodel mismo objeto, es para la historia una fuente de informacióny un ejemplometodológicoa seguir,al objetode importar temasy métodossin resultarfagocitadospor --enestecaso--la psico- logía, cienciasociala buensegurono demasiado«imperialista».
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