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HISTORIA DE LAS MENTALIDADES,
HISTORIA SOCIAL
CarlosBarros
Universidadde SantiagodeCompostela
La constantepreocupaciónde los fundadoresde la revistay de la es-
cuelade los Annales(1929), Marc Bloch y Lucien Febvre,por haceruna
historiasintética,total, les condujoa estudiartanto las baseseconómicas
como las basespsicológicasy culturalesde los hechoshistóricos:en lu-
cha con una historia positivista, tradicional, que «profesala sumisión
puray simplea los hechos»1, Ycon unahistoriade la filosofía quesepara
las ideasdel tiempo, del espacio,de la vida sociaF.Resultandopor un
lado unahistoriaeconómicay socialque pocoa pocohegemoniza-ala
parquecrecela influenciadel marxismoen lascienciassociales-la pro-
ducciónhistoriográficaentreel final de la II GuerraMundial y 1969; Y
por el otro, unahistoriade las mentalidadesquereaparececon tal fuerza
en los años70 y 80 queesjustamentereivindicadacomoel emblemadel
éxito de la NouvelleHistoire3, como su último triunfo innovador, puesto
que ahora,se asegura:«Las grandesrevolucionesson de ayer. Explota-
moslo adquirido,de unamaneraqueno siempreesatinada»4.
El casoes que junto a la gestión y difusión de los conocimientos
adquiridosla historiografíatiene hoy un gran problemaque resolver,
I L. FEBVRE, Combatespor la historia. Barcelona.1975.p. 180.
Z L. FEBVRE, Combatspouri'histoire. París,1953.pp. 278, 288.
3 J. LE GOFF,Prólogoa la segundaediciónde La NouvelleHistoire. París,1988,p. 10.
4 PierreChaunurespondeasía la encuesta«OU va l'histoire?"de la revistaLe Débat,n.o 23,
1983,p. 174; JacquesLe Goff abundacinco añosdespuésen lo mismo: Pasarde una época
de pionerosa una épocade explotadoresy de productoresno es nada deshonrosoni frus-
trante. El términodeepígonosno esforzosamentepeyorativo,op. cit.. p. 11.
Historia Contemporánea9, 111-139
112 CarlosBarros
derivadojustamentede la diversidadde métodos,temasy saberesacu-
muladosúltimamente:¿cómoarticulartodo ello al objetode impedir la
fragmentaciónde la historia en múltiples disciplinasespecializadasy
autónomas,dependientesde talo cual cienciasocial fronteriza?,¿cómo
ser más fieles al principio metodológicode una historia global, con-
substanciala la historia como cienciasocial?Un aspectoque conside-
ramosvital de estaproblemática,queseanunciacomoel eje del debate
paralos años90, es hacerconverger,en la prácticainvestigadoray en
la teorizaciónhistoriográfica,la historiasocialy la historiade las men-
talidades,líneasde investigaciónquesemantienenseparadas.
Del sótanoal granero
El formidablesaltoquehandadoen los pasadosveinteañoslos histo-
riadoresfranceses,desdePhilippeAries a Michel Vovelle, de lo económi-
co a lo mental,desdeel sótanoal granero,esdesdeluegola conquistava-
liosadeun nuevoterritorio. ¿Puedeunahistoriografíaimportante,seao no
materialista,dejarde plantearsela exploraciónde la acciónpsicológicade
los hombres,sin renunciara unaexplicaciónglobal de la historia?La ver-
dadesquehubointentosanteriores-apartedelas aportacionesindividua-
les de NorbertElias y Erwin Panofsky,entreotros-,o paralelos,a Anna-
les de avanzarhaciauna psicologíahistórica,pero con ninguno se logró
resultados tanampliosy fructíferostantoen el mundouniversitarioy de la
investigacióncomoenel ámbitode la divulgaciónhistórica;la psicohisto-
ria norteamericanaarrastradificultadespara ser aceptadaplenamenteen
los mediosprofesionales,y la antropologíahistóricahaalcanzadoun perfil
propiocomodisciplinagraciasal augede la historiadelasmentalidades.
El problemadel investigadorquequiereen estemomentoadentrarse
por los nuevossenderosde lo mentalcolectivono consistesolamenteen
decidir quétema,quéfuentesy quémetodologíaseguir:precisaresolver
la dudade quesi talesincursionesen los nuevosterritoriosentrañaráno
no la pérdidairreparablede las viejas tierras antañorecorridas,descu-
biertasy explotadascon muchoesfuerzoy conbuenosresultados.Pérdi-
da cuya inutilidad e improcedenciaepistemológicaparece deducirsede
una historia de las mentalidadesque, presentadacomo alternativaa la
historiaeconómico-social,confrontaentre sí las diferentesetapasde la
historiadeAnnales,abriendounafisura muy seriaen el amplio consen-
so científico del que ha gozadohastael presentela nuevahistoria, den-
tro y fuera de Francia,lo que beneficiaríaen primer término la vuelta
por los fuerosde la historiatradicional,ya veremoscon queropaje.
Historiade las mentalidades,historiasocial ll3
En resumidascuentas,se trata de no reproducir,en otro contexto,
los excesoscometidosal denunciarla historia narrativay de aconteci-
mientos(señalemosque ello coadyuvóa la desatenciónde la Nouvelle
Histoire hacialos conflictos, revueltasy revoluciones)en nombrede la
historia económicay social; la prácticainvestigadoray divulgativa de
una historia de las mentalidadesal margeno en contraposicióncon la
historia social y económica,podríaconducir a cierta marginalidadde
ambas,de la primeraen favor del enriquecimientode otrascienciasso-
ciales mejor preparadasparael análisisdel «tercernivel», y de la se-
gundaen beneficiode la modadel momento,lo cual en parte ya está
ocurriendo.Tengamosmuy en cuentaque la historia de las mentalida-
des, ademásde una formidable apertura totalizadorade la historia a
nuevosobjetos,esunamodacultural cuyo éxito entreel público no es-
pecializadoesindefectiblementetransitorio,provisional.
Huyamosde las falsasalternativas.La ventajadel relativo retrasode
la historiografíaespañolaen la incorporaciónplena al estudiode las
mentalidades,esqueposibilita aprender,sin el lastreprevio de líneasde
investigaciónconsolidadas,de las lucesy de las sombrasde los resulta-
dos obtenidospor la historiografíafrancesa,que reconoceen su balance
el debey el haber: «La historia de las mentalidades,como fórmula en-
cuentrasu pleno éxito en el momentomismo cuando,como manerade
actuar,ella parecerevelarsela más frágil»5. Paraello es puesnecesario
que analicemossumariamentecómo evolucionóel conceptode historia
de las mentalidades,su enfoquemetodológicoy la investigacióna que
dio lugarenFranciadurantela expansiónde las últimasdécadas.
Distinguimosclaramentetres tiempos:el relanzamientode la ideaen
los años60, el impulsodecisivode los años70 y el apogeocrítico de los
años80. Momentosimportantesde dicho procesoson las obrascolecti-
vas: L'Histoire et sesméthodes(1961), Faire de /'histoire (1974), La
NouvelleHistoire (1978),Dictionnairedesscienceshistoriques(1986).
El relanzamientode los años60 estáesencialmenteen línea con la
propuestaoriginaria de Bloch y Febvreen el períodode entreguerras:
(1) Una historia de las mentalidadesvinculadaa la historia social6• A
finales de la décadaGeorgesDuby respondíaa unapreguntasobre«los
problemasy las perspectivasparala constituciónde unahistoriasocial
5 J. REVEL, «Mentalités»,Dictionnairedesscienceshistoriques,París,1986,p. 456.
6 PhilippeAries remarcaráposteriormentecomoparala primerageneracióndeAnnalesla
historiade las mentalidadesno era en realidadmásque un aspecto,unafacetade una histo-
ria másamplia quesellamabahistoria social, «L'hisloire desmentalités»,La NouvelleHis-
toire, París,1978,p. 404.
114 CarlosBarros
de las lógicas mentalesy las categoríasideológicas»,diciendo que
«evidentemente,ésees el objetivo. Piensoque habráque esperarmu-
cho tiempo antesde que estahistoria seaposible,pero me pareceque
es un objetivo apasionante»?;al tiempo que manifestabala preocupa-
ción de caeren la tentaciónidealistade explicar la historiapor la men-
talidad,concediéndolea éstaunaautonomíaexcesiva8. (2) Una historia
de las mentalidadesvinculadaa la psicologíacolectiva. En su trabajo
pionerodefiniendola nuevaespecialidad,fechadoen 1961,Duby pro-
ponela historiade las mentalidadescomoun «plande investigaciónde
unahistoriaverdaderamentepsicológica»,convocandoa los historiado-
res a «concederunaatenciónparticulara unade las cienciasque arras-
tran, especialmentejoven y conquistadora:la psicologíasocial»9;y en
1960AlphonseDuprontpresentauna comunicaciónen el XI Congreso
Internacionalde CienciasHistóricas planteandola necesidadde la
«historia de la psicologíacolectiva»,rigurosamentecientífica, como
unanuevadisciplinaparticularde la historia, con su materiay susmé-
todos,demandandoparaello «un esfuerzointernacionalmetódicamente
」 ッ ョ 」 ・ イ エ 。 、 ッ ^ セ ャ o L que al final no se produjo, focalizándoseen Franciala
constituciónde una historia de las mentalidadesextendidasobre las
disciplinasculturalestradicionales.
El impulsodecisivode los años70 partede un artículoclave de Le
Goff publicadoen 1974, Las mentalidades:una historia ambiguall ,
dondeel autormuestrasus reservashacia la historia psicológicay so-
cial que sehabíaestadohaciendo-tambiénLe Goff- en los años60:
«sehablamuchode historiade las mentalidades,pero se han dadopo-
cosejemplosconvincentes»,y sepregunta:«¿Hayque ayudarlaa sero
a desaparecer?»La respuestaes positiva, e incluye el principio meto-
7 G. DUBY, «Historia social e historia de las mentalidades.La EdadMedia, 1970»,La
Historia hoy, Barcelona,1976(París,1974),p. 259.
8 G. DUBY, «Histoiredesmentalités»,L'histoire et sesméthodes,París,1961,p. 965.
9 L'histoire et sesméthodes,pp. 942, 959; Mandrousubtitulasuslibros de historiade las
mentalidades,sin dudalos másdestacadosen los años60 de la nacientedisciplina,haciendo
explícitareferenciaa la psicologíahistórica(/ntroductiona la Francemoderne.Essaidepsy-
chologiehistorique, 1500-1640,1961;Magistratset sorciersen France auXVIl siécle. Une
analysedepsychologiehistorique,1968),y en 1972llamala atenciónsobrela importanciade
la psicologíasocial parael historiador,si bien consideraque las posiblestransferenciasde
conceptosdepsicoanálisis«aunapsicologíasocialhistórica»responden«porahora»a proce-
dimientosno científicos,La Historia hoy,Barcelona,1976,pp. 273-275.
10 «Problemeset méthodesd'unehistoire de la psychologiecollective»,Annales,p. 16.
1961.
11 Hacer la Historia, I1I, Barcelona,1980(París,1974),pp. 81, 84, 85,96.
Historia de las mentalidades,historiasocial 115
dológico de Annalesque guiabala nuevahistoria de las mentalidades:
«seríacrasoerror separarlade las estructurasy la dinámicasocial. Es,
al contrario,elementocapital de las tensionesy de las luchassociales».
Perohoy sabemosque, salvoexcepciones(Les trois ordres ou l'imagi-
naire duféodalisme-1978-,de Duby; Vovelle, Agulhon ...), el análi-
sis del mental colectivo en las estructurassociales,y más aún en los
movimientossociales,constituyó lo que la vieja carreteraprovincial
parala nuevaautopistade la historiade las mentalidades,que debíasu
augey su atractivo,nosexplicaLe Goff, al «desarraigoqueofrecea los
intoxicadosde la historiaeconómicay social».Objetivamentela histo-
ria socialy la historiade las mentalidadessedistancian,relacionándose
incluso dicotómicamente:en el futuro el investigadorbien trabajaráen
el campode lo socialbien trabajaráen el campode lo menta[l2.
La principal contribucióndel citado artículo, que explica bastante
bien el éxito del nuevodominio asícomo su distanciamientode la his-
toria social, fue la proclamaciónde ambigüedadque se anunciaen su
título: «La principal atracciónde la historia de las mentalidadesestá
precisamenteen su imprecisión(...) Pese,o mejor a causade su carác-
ter vago, la historiade la mentalidadesestáen víasde establecerseenel
campode la problemáticahistórica».Y así ocurrió. La indefinición de-
clarada,y mantenidaañotrasaño,del conceptode mentalidadhizo posi-
ble su asunciónpor partede unagran variedadde disciplinashistóricas
que de estemodo renovaronsusplanteamientos(dejándonosobrasva-
liosas) y garantizaronmejor su difusión pública, aunquequince años
despuésal contemplardicha multiplicación y heterogeneidadmetodo-
lógica y temática-consecuenciatambiénde la declaraciónde ambi-
güedad-es muy difícil no ver el «cajón de sastre»que queríaevitar
Le Goff, quien por otro lado no dejade reconocerque «lo que aportará
quizá la definición satisfactoriade estapalabraambigua«mentalidad»
serála medición cuantitativade las masasde hechos,opinioneso ex-
presionesverbalesutilizando el métodode las escalasde actitudes13».
El usode los métodoscuantitativospuestosa punto por los psicólogos
socialesno obstantese relega,como en la décadaanterior,a un futuro
12 Michel Vovelle constata,en 1979.la existenciade unaúltima generaciónde historiado-
resde las mentalidades«sin formación ni arraigode historiasocial».Ideologíasv mentalida-
des,Barcelona,1985(París,1982),p. 97.
13 Caminoque hemosseguido,fructíferamente,para investigarlas actitudesde los parti-
dariosy de los oponentesa la revueltade la SantaIrmandadede 1467,Mentalidady revuelta
en la Galicia irmandiña: famrablesy contrarios. Universidadde Santiagode Compostela,
tesisdoctoralen microfichana 46. 1989.
116 CarlosBarros
indefinido -«los historiadoresy psicólogosalgún día deberánencon-
trarsey colaborar»-,a la vez quecrecenen importancialas lecciones
quela antropología,la otracienciasocial fronteriza,aportaa la historia
de las mentalidades.Hastael punto de que, en estemomento,buena
parte de la escuelade Annalesmás que historia de las mentalidades
haceantropologíahistórica,por lo demássumamenteinteresante.
En 1978 Le Goff presentala edición del diccionario La Nouvelle
Histoire saludandoel clamorosoy sorprendenteéxito del libro Montai-
llou, village oceitan de Le Roy Ladurie, del cual se habíanvendido
180.000ejemplaresentrenoviembrede 1975 y abril de 1978,como la
pruebavisible de que«estaempresaestáenel buencamino»14.Montai-
llou comoobramaestrade la antropologíahistórica,añadeLe Goff más
adelanteen el citado libro, «manifiestabien el deseototalizantede la
historianuevaqueel términode antropologíahistórica,sustitutodilata-
do de la historia,expresasin dudade la mejor manera»15; concluyendo
así: «Perola historia económicay social, en la forma que la practica-
banlos Annalesdel primerperíodo,no esya el frentepionerode la his-
toria nueva: la antropología(...) ha devenidoel interlocutorprivilegia-
dO»16. Aries constataráasimismoen su artículo sobrelas mentalidades
«la decadenciade los sujetossocio-económicos»17,y el mismo Michel
Vovelle en enerode 1979, en un seminario-acontracorriente-del
Institut de RecherchesMarxistes acercade «Mentalidadesy relaciones
socialesen la historia», anotaque la «historiade las mentalidadeses
hoy una causaganada(...) en Franciaal menos,las mentalidades,en
tanto locomotorade la historia, parecenhaberdestronadola historia
económica,y aunla historiasocial»18.
De maneraquea la inquietudtípicade los años60 de «atribuira las
estructurasmentalesunaautonomíademasiadoprofundacon respectoa
las estructurasmaterialesque las determinan»19,sucedeprimero el
mentís,«la mentalidadno es reflejo» de las infraestructurassocioeco-
nómicas,junto con el mantenimientode que tampocoes «el renaci-
miento de un espiritualismosuperado»20,y por último -1986-la
prohibición netade tener«la menortentaciónde un determinismoque
14 La NouvelleHistoire, París,1988,p.24.
15 Idem,p. 37.
16 Idem, pp. 62-63.
17 Idem,p. 174.
18 M. VOVELLE, Ideologíasy mentalidades,p. 86.
19 G. DUBY, «Lassociedadesmedievales:unavisión deconjunto»,p. 9.
20 J. LE GOFF, «Lasmentalidades:unahistoriaambigua»,p. 95.
Historiade las mentalidades,historiasocial 117
redujeralo cultural a lo social»21.Ahora bien, la historia de las menta-
lidades,es decir su versiónmásextendiday apartadade la historia so-
cial, no suponeen nuestraopinión un rebroteapreciablede una historia
tradicionalde tipo idealista,por la sencillarazónde que por lo regular
eludela búsquedade explicacionesa los hechossocialesy políticos de
mayor trascendencia,inmersaen un procesode dispersióndisciplinary
de enfriamientodel interéspor la historia-problema.
En resumen,durantelos años70, el triunfo de la historiade las men-
talidades,enseñay banderade la nuevahistoria, tiene un costehistorio-
gráfico. La historiade las mentalidadesocupael centrodel escenariode
la historiografía-Franciay suszonasde mayor influencia-, innovan-
do métodosy encontrandonuevosobjetos-perono nuevossujetos-,
desplazandoa un lugar subordinadola historiaeconómicay social,des-
vinculándosede ella y buscandola historia total másen la antropología
que en lahistoria social, lo cual suponeuna sobresalientediscontinui-
daden la historiade Annales-quelevantalógicamenteno pocascríti-
cas-,discontinuidadque tiene asimismosu reflejo en la sustituciónde
la psicologíasocial por la antropología,en el puestode colaboradora
principal de la historiaparala investigacióndel universomental.
La verdades que tambiénha cambiadoel escenario,y la otra cara
de la monedadel éxito de la NouvelleHistoire en el terrenode la vul-
garizaciónhistórica y de los mediosde comunicaciónsocial, es una
mayordependenciade los consumidoresde historia y de susevolucio-
nesmentales;lo que sumadoal descensode la influencia del estructu-
ralismo y del marxismoen las cienciassociales,obtenemosel marco
objetivo en que tiene lugar el alejamientode la historiasocial por parte
de los sectoresmás renovadoresde la historiografíafrancesa.Sin em-
bargo,mientrasestoacontecíaen el continentela historia social flore-
cía en el mundoangloamericano,¿incidendistintos factoresobjetivos?
Tal vez debamosnosotrosmismos,historiadores,constituirnosen suje-
to y cuestionarsi la elección,la modificacióno el reemplazode un pa-
radigma inherentea una ciencia social tiene que estarpreponderante-
mentecondicionadopor la coyunturasocial, ideológicay cultural.
Quienesconsideranque las cienciassocialesno existencomo tales, o
que la historia no es unaciencia,contestaráncomoes naturalnegativa-
mente.Paralos demás,la gran mayoríade los historiadoresde profe-
sión, recordemos,con Barraclough,que un «factor que obstaculizala
21 J. REVEL, «Mentalités»,Dictionnaire .... p. 451; «Genesii crisi de la nacióde 'mentali-
tats»,L' Aven",n° 106-7.1987,p. 18.
118 CarlosBarros
adopciónde una actitud nuevay más científica paracon la historia es
la ineptitudde los historiadoresparadisociarsede su propio medio»22.
Esplendor en la crisis
Conforme lahistoria de las mentalidadesacrecientael prestigio y,
sobretodo, la popularidad,su presenciadevieneformalmenteinvisible
enel universofrancésde la investigaciónhistórica.Paradojaqueilustra
el punto crítico que alcanzael fenómenoen el momentomismo de su
eclosión.La pregonadavaguedaddel afamadotérmino alcanzade este
modosugráficaplenituden los años80.
Duby comentólas dificultadesque tuvo hacia 1956parafundar en
Aix-en-Provenceun seminarioconsagradoa las mentalidadesmedieva-
les, le decíanque «esapalabrano es francesa»23.Posteriormente,entre
1965 y 1980, el término mentalidad/esestápresenteen la denomina-
ción de sietecentrosde investigación,cátedraso seminariosde histo-
ria: Aix (Vovelle), b ・ ウ 。 ョ セ ッ ョ (Léveque),Montpellier (Cholvy), Collége
de France(Delumeau),ParísVIII (Delort), Toulouse(Godechot),Tours
(Chevalier); en cinco de estoscasosse relacionaestrechamente,si-
guiendoel modeloDuby-Mandrou,la historiade las mentalidadescon
la historiasocial,en los dosrestantes,seestudianlas mentalidadesreli-
giosas24. Todavíalas tesisde Estadosobrementalidadesaparecenenu-
meradas debajode la rúbrica «historiasocial»25.Vayamosahoraa los
seminariosde Historia (curso 1979-1980)de la École des HautesÉtu-
des en SciencesSociales,centroneurálgicode la NouvelleHistoire en
el campode la investigación:sólo uno de ellos acogeel conceptode
mentalidad,«Histoire socialedesmentalitésmodernes»,dirigido natu-
ralmentepor RobertMandrou; otro se denomina«Psychologiehistori-
que» (Morazé) y un tercero, «Psychologiecollective et histoire de la
civilisation européenne»(Dupront);el datomásreveladoresdesdeluego
la presenciade seisseminariosquesereclamande antropologíahistórica
(tambiénetnohistoria,o antropologíae historia),dirigidos por JacquesLe
Goff, André Burguiere-ambosde la redacciónde Annales-y otros26.
22 G. BARRACLOUGH, Tendancesactuellesde l'histoire, París,1980,p. 334.
23 Histoire sociale, sensibilitéscollectiveset mentalités.MélangesRobertMandrou, Pa-
rís, 1985,pp. 33-34.
24 La recherchehistoriqueenFrancedepuis1965,París,1980,pp. 85-99.
25 1dem,pp. 125-126, 137-138.
26 H. COUTAu-BEGARIE, Le phénomene«Nouvelle Histoire». Stratégieet idéologie des
nouveauxhistoriens,París,1983,pp. 263-267.
Historiade las mentalidades,historiasocial 119
Finalmente,programade seminariosy enseñanzascomplementariasde
la École parael cursode 1988-1989:ningunareferenciaen los títulos a
las nocionesclásicasde mentalidady psicologíahistórica, la solitaria
psicologíacolectiva de Dupront encabezaahora una nuevasección,
«Anthropologiehistorique»,que emancipadade «Histoire» compite
ahoraconella, a la vez quecon la «Anthropologiesociale»de M. Gode-
lier y otros; la nuevay pujantedisciplina,animadapor Le Goff, Schmitt
y Burguiere,incluye la arqueologíay la cultura material,así como es-
tudios demográficos,y aún estápresenteen los nombresde tres semi-
nariosmásdel apartado-madre«Histoire»; la antropologíahistóricade
la École seráprincipalmenteuna antropologíasimbólicaque pone al
descubiertoel nuevodominio del imaginariocolectivo,agentehistórico
eficazy ausentepor lo generaldel trabajode investigación.
En fin, que en la prácticade los años80 la escuelade Annales27 no
sólo ha sustituidola historiaeconómicay socialpor la antropologíahis-
tórica como frente pionerode la investigaciónhistórica, sino que la an-
tropologíahistóricareemplazatambiéna la historia de las mentalidades
en su sentidoestrictoy original, a saber,comohistoriade las mentalida-
dessociales.De hecholos temasmásen bogay másimitadosde la nou-
velle historia francesade las mentalidades28 no son sino materiasantro-
pológicas:familia, alimentación,cuerpo,sexualidad,enfermedad,fiesta,
brujería... Estamosconvencidosde queel libre desarrollode las dosdis-
ciplinas,antropologíahistóricae historiade las mentalidades,exigeaho-
ra superarel malentendidoque las confunde,levantandoel sambenitode
ambigüedada lo mental,y respondiendoasía «las incesantessolicitudes
de unahistoriasocialqueha impuestodemasiadotiempoparcelacionesa
vecesdemasiadosimples...))29; la originalidadrenovadorade la historia
de las mentalidadesen suscomienzos,¿noconsistíaprecisamenteen de-
jar atrás,ofreciendorespuestascomplejasmássatisfactorias,las relacio-
nesdemasiadosimplesy deterministasentrelas infraestructurasy las su-
perestructuras?Si despegamosel estudiodel «tercernivel» de la historia
social, es imposible que digamosalgo nuevo sobre las articulaciones
base/superestructura.A no serque la búsquedade la totalidadhistóricaa
travésde la antropologíaincluya, ademásdel imaginarioy de la cultura
material, la antropologíasocial y política -el rol del poder-;en todo
27 La revista ha dedicado,entre 1969 y 1976, nuevenúmerosespecialesa cuestionesde
antropologíahistórica.
28 Véasepor ejemploL. M. DUARTE. «Historiadas Mentalidades.(Algumassugestóesde
leitura»>,Cademosde CienciasSociais.n.o 4, 1986,pp. 85-117.
29 J. REVEL «Mentalités»,Dictionnaire .... p. 456.
120 CarlosBarros
caso,las posibilidadesde que unacienciasocial sirva de baseparaque
otracienciasocialpuedalograr un enfoqueglobal estánlimitadasobjeti-
vamenteporquelas basesepistemológicassondistintas(el tiempoparala
historia, el hombreparala antropología),y subjetivamenteporquecada
unade ellastieneunalargay diversatradición investigadora,académica,
institucional.La potentetendenciaactual a la superespecializacióncon-
dicionael éxito de la interdisciplinaridada quesefundamenteen la cola-
boraciónmásqueen la anexión.La antropologíahistóricaesun foco in-
terdisciplinariode investigacionespionerasque beneficiana las dos
ciencias,pero difícilmente puedeseruna alternativaparael conjuntode
los historiadores-o parael conjuntode los antropólogos-en sustitu-
ción de la historiasocial.
La historiade las mentalidadescoadyuvóa propiciarcosashistorio-
gráficamenteimportantes:reclamarla atenciónde todoslos historiado-
res acercade una materiade investigaciónque estabaprácticamente
abandonada,una fértil y novedosaexperienciaconjuntaentreantropó-
logose historiadores,la renovaciónde la historiareligiosa,de la historia
de las ideas,de la historiacultural, etc; peroha fracasadoen conseguir
que la historia social y económicaasumieseplenamentela dimensión
de lo mental,bastaver cuántosinvestigadores,que animadospor el
ejemplode Annalesse habíanhechodurantelos años60 historiadores
de la sociedady de la economía,no han seguidosin embargoel nuevo
surcode la historiafrancesade las mentalidades.
En su sentidomásamplio la historiade las mentalidadeses,recapi-
tulando,la fórmula genéricaqueabarcaprincipalmente-hoy, en Fran-
cia- tres grandesáreasde conocimiento:antropología,historiacultu-
ral e historia social. Las dos primerasno incluyen el conceptode
mentalidaden la autodefiniciónde la disciplina, y la tercerasí pero
suscitaen la actualidadunamenoratención,al decaerla historiasocio-
económicafrancesacomo frente de investigación:la historia social es
la parientepobreperohonradade la historiade las mentalidades.
La historiade las mentalidadesnacetambiénde la critica a unahis-
toria de las ideasy de la cultura que analizabasu objeto sin tener en
cuentala sociedady la psicologíacolectivaque regíanen aquél tiem-
p030.Lo cual ha servidoparaquela historiacultural sereformulecomo
una historia socioculturaPI,que adheridaa la historia generalde las
30 1. REVEL, «Genesii crisi de la noci6de 'mentalitats»,l G a カ ・ ョ セ L n° 106-7,1987,pp. 11-12.
31 D. RaCHE, «De l'histoire socialeaI'histoire socio-culturelle»,Mélangesde l'École
f イ 。 ョ セ 。 ゥ ウ ・ de Rome.MoyenAge-TempsModernes,1979,t. 91-1; ni que decir tienequetiene
suorigenen los años60 la convergenciahistoriasociaUhistoriacultural,asíen 1966,Braudel
Historiade las mentalidades,historiasocial 121
mentalidadesreivindica ésta32, al igual que la antropologíahistórica y
en estrechocontactocon ella, expandiéndosecomo historia social de
las ideas,sociologíahistóricade las prácticasy de los modeloscultura-
les, nuevahistoriade la educación.,. Asomatambiénen la última his-
toria cultural cierta vocaciónde recambiorespectode la abstracta-y
tal vez un poco desgastadapor el uso ambiguo,pero bien implantada
en el lenguajehistoriográfico-denominaciónde origen «historiade
las mentalidades»,paracuyo cometidoaportasu rico patrimoniode te-
masy métodos.En líneasgenerales,hay quedecir que la historiacultu-
ral ha sabidorenovarsemanteniendodeterminadacontinuidadentre la
historiasocial y la historiade las mentalidades,a pesarde la tendencia
generalal divorcio.
Las obrasartísticasy literarias son documentosprivilegiadosde la
historiadel imaginarioque sugestionanal historiadorde las mentalida-
des33 atrayéndoloa los terrenostradicionalesde la historia cultural,
participandode estemodoen el ensanchamientodel campode las men-
talidadesal conjuntode la superestructurade la sociedad.
La historiadel imaginari034 es, en estemomento,el centrode aten-
ción haciael queconvergenlas dosdisciplinasacadémicasque hegemo-
nizanen Franciala historiade las mentalidades,la antropologíahistóri-
ca y la nuevahistoriacultural -por eseorden-oLas representaciones
imaginarias-imágenes,símbolosy realidadesinventadas-desplazan
el interésanteriorpor otrasfuncionesmentales,y dan lugara unanueva
subdivisióntemáticade la historia de las mentalidadesque dispersael
conceptoinicial al mismotiempoquelo ampliaextraordinariamente35•
y Labroussepresidenen Parísun coloquio acercade Nh'eauxde Culture et GroupesSociaux
(las Actas fueron publicadasconjuntamente.en 1967. por la École y la Sorbona),que contó
con la participaciónde Duby, Le Goff. Vilar. Dupront. Hobsbawm...; mientrasqueestamos,
en 1989,planteándonostodavíaconseguirenteramenteel pasode la historiasocial a la histo-
ria socialde las mentalidades.
32 R. CHARTIER, «História intelectuale históriadasmentalidades:urnaduplareavalia.,:ao»,
A história cultural entre prácticas e representaroes,Lisboa, 1988. pp. 29-67 (Rn'ue de
Synthese,n.o 111-112.1983,pp. 277-307).
33 J. LE GOFf, L'imaginaire médiéml.Essais. París, 1985, pp. llI, 149-261:G. DUBY,
Mále MoyenAge.De /'amouret autresessais,París.1988,pp. 74-117.
34 Temadeudoren Franciade las notableselaboracionesque siguieron--o precedieron-
al año 1968:P. M. SCHUHL, L' imagiTUltion et le merveilleux.Ú1 penséeet raction. París,1969,
O. MANNONI. Clefspour /'imaginaire. París.1969.1.P. SARTRE,L 'ImagiTUlire, París,1970(pri-
meraedición, 1940);C. CASTORIADIS,L 'institution imagiTUlire dela société.Paris,1975,5."ed.
35 El estudiodel imaginariosocial nos ha permitido a nosotrosaprehenderla mentalidad
popularcontraria a la revueltagallegade 1467,superandoasíla ausenciade datosdocumen-
talesexplícitos,C. BARROS,Mentalidady revuelta.... pp. 197-243.
122 CarlosBarros
Estesegundoesplendor,que estamosrefiriendo, de Annalesen los
años80 (el primer apogeofue con la historia social y económicaen la
posguerra),bajo la banderade las mentalidades,tuvo -tiene-suscrí-
ticos cualificados.En 1981,Fran¡;oisFuretsedescuelgacon un artículo
en la revistaLe Débat, dirigida por PierreNora (en la actualidadambos
directoresde estudiosen la École), que tiene por significativo título:
«Al margende los Annales.Historiay cienciassociales».Furetponeen
evidenciala vaguedady cuestionala falta de contenidode la palabra-
emblema,reconociéndoleunaplasticidadmetodológica«casiinfinita»,
atribuyendopor otra partea la historiade las mentalidades-quees a
menudo«comoun sustitutoa la francesadel marxismoy del psicoaná-
lisis», dice él- el caeren la «ilusión de que graciasa ella se percibe
unasuertede socialglobal, reunificandola infra y la super-estructura».
En nuestraopinión paraque esotuviesevisos de realidadseríapreciso
una redefinicióndel término que juntasela teoríade las mentalidades
de los años30 y 60 con los logros metodológicosúltimos de la antro-
pologíahistóricay la historiasociocultural.Furet achacala notoriedad
de las mentalidadesa un sentimientode nostalgia,a un deseode volver
«al mundoquehemosperdido»;y concluyeafirmandoque«estapresti-
digitaciónsemánticano ofreceadquisicionesrealesde intelegibilidad»,
condenaque haceextensible«inclusocuandoella sebautiza"etnológi-
ca"»36.
El juicio negativode Furet sobrela historiade las mentalidadesno
esmásqueunapartede unaduracrítica/autocríticaglobal de la Nouve-
lle Histoire. «Todasesasbatallasganadascontrala estrechezy la auto-
satisfaciónde la disciplina, y que finalmentehan fundadouna institu-
ción, hanextinguidopoco a poco su razónde ser»,afirma Furet, luego
de intentarcomprender«veintey cinco añosdespués,lo que quedade
comúnentre nosotros,apartede reminiscenciasy sentimientos»,y de
responderasegurandoqueen la Écolede HautesÉtudes«no hemosre-
hechoningún consensohistoriográfico».Apreciacionesque, paradóji-
camente,rematanconstatandoque la escuelade Annalespierderazón
de sercuandoalcanzasu máximainfluenciaen Franciayen el extran-
jero, cuandoa «faltade adversariosparticulares,ella no recibemásque
alabanzasgenerales»3?
Dos añosmástarde,en 1983,Le Débatvuelvea la cargaen la mis-
ma direccióncon unanotaeditorialqueabreunaencuesta,«¿Dóndeva
36 Le Débat, n.o 17, 1981,pp. 124-125.
37 Idem, pp. 113-114.
Historiade las mentalidades,historiasocial 123
la historia?»:la nuevahistoriaesun astromuerto;multiplica investiga-
cionesvacíasde resultados;la investigaciónde vanguardiaestáya en
otra parte; la historia-problemaestáagotada;la historiografíaestáen
un momentode transición;sebuscaotra historia38. PierreChaunuesel
primero en responder,con una llamadaconservadoraa explotarlo ad-
quirido -incluido el «tercernivel»-, aunqueno dejade cuestionarla
arribada,a travésdel discursosobreel discurso,a unaantropologíahis-
tórica «un pocofloja [molle], de la cual los verdaderosantropólogosno
ven muy bien todavíalo que ella podríaenseñamos»,y paraconcluir
planteala «libertadde elección»anteel hechonormal y sanode que la
investigaciónen cienciassocialesobedecea corrientesde una plural
sociedadcivil (más adelante,no obstante,se muestrapreocupadopor
una historiografíahoy demasiadocercanaa las necesidadesde una so-
ciedadcivil en crisis, marchandoal «pasobruscode las modascontra-
dictorias del momento»),escogiendoél la alianzacon las cienciasdu-
ras: matemáticas,estadística,informática39•
En nuestraopinión el aspectocentral del debatesobre la escuela
de Annaleshoy, que dadasu influenciaen la historiografíaespañola
nos implica directamente,y en particularsobreel futuro de la historia
de las mentalidades,que interesaal tema que estamosdesarrollando,
es el papelde la historiaen relacióncon las cienciassocialese inclu-
so, más allá, con el conjunto de la sociedad.Furet en su provocador
artículo de 1981 apuntasu opción parasalir de la crisis que atraviesa
la nuevahistoriaen la hora de su apogeo:borrarprovisionalmentelos
tabiquesque separanla historiade las disciplinasvecinas,y constituir
un «saberglobal, ecuménico».No se trata claro estáde perseveraren
el objetivo de una historia total, que considera«inasequible»,sino de
renunciara la «superstición»de la división cronológicay de la perio-
dización, al pensamientogenealógicocomo factor definitorio de la
historia, reivindicando,ademásdel carácterhistóricode lo inmóvil -lo
que no tiene dudaparanosotros-,la necesidadde privilegiar los ob-
jetos de larga duración para de esamaneraconvergermejor con las
cienciassociales4o.
38 Le Débat. n.o 23, pp. 170-172.
39 Idem, pp. 174, 176. 178; desdeluegoel historiadorde las mentalidadesestátodavía
muy lejos de aprovechartodaslas posibilidadescognoscitivasque le ofrecenen la actuali-
dad los métodoscuantitativos,sin quede ningunamaneraello signifiquequedebamosele-
var tácitamenteel empleode ésteo de otro métodoa la categoríade unateoríade lahisto-
ria.
40 «En margedesAnna/es»,Le Débat. n.O 17, pp. 114, 116, 117, 119.
124 CarlosBarros
La historiografíaanglosajonaviene criticando con energíaesta
tendenciarecientede la historiografíafrancesaa minusvalorarel cam-
bio en la historia, potenciandosobretodo la historia inmóvil, permi-
tiendo el predominiode lo sincrónicosobrelo diacrónicoy que la so-
fisticación metodológicausurparael papel principal del proceso
histórico en sí mismo, hastatal punto que las cualidadesde un histo-
riador hoy se miden, dicen, por su aptituden otra disciplinade presu-
mida relevancia41. Hay que reconocerla pertinenciade estosrepro-
ches, siemprey cuandono nos lleven a un replieguede la historia
sobresí misma,peligro quehoy parecelejano.
¿Esposibleque hoy ya no seacomo en 1967 «una minoría de la
minoría» quienesen Francia,víctimas de cierto vértigo, estaríandis-
puestosa aceptarla dilución de la historia en las cienciashumanas?42
Concretamente,en lo relativo a la historiade las mentalidades,¿setrata
de unareacciónexitosade la historia,anteel empujede la antropología
y la sociología«queponíanencausasu dominio», queconsiguela ane-
xión de nuevosobjetosy nuevastécnicas43?; o bien estamosante la
aceptaciónde la hegemoníaprovisionalde la antropologíaen el seno
de las cienciassocialesque, sin excluir otrasdireccionesde investiga-
ción, decide los temasque juegan«el rol de instanciade totaliza-
ción»44.Creemosquela colaboracióninterdisciplinariaentrela historia
de las mentalidadesy la antropología,y la psicologíay las demáscien-
cias sociales,debenbasarseno en la pugnapor ver quién domina a
quién, sino en un intensointercambioque respetelas diversasbases
epistemológicasde cadaunade las disciplinas;objetivo que tal vez en
Españala relaciónde fuerzasentrelas cienciassocialespuededevenir
másfactible queenFrancia.
JacquesLe Goff anunciabaque, parael año 1989,en que se cum-
plía el sesentaaniversariode la revistaAnnales,éstarealizaríaunaen-
cuestasobrela crisis de la historiaen generaly de la escuelade Anna-
les en particular,y que la redacciónde la revistaexpondríaal respecto
sus opinionesy propuestas45, lo que por su inusualidades una prueba
más de cómo se percibela urgenciade clarificar y recomponerla uni-
41 L. STONE, «Retourau récit ou réflexionssur une NouvelleVieille Histoire»,Le Débat,
n° 4, 1980,pp. 122-123;E. Fax,E. GENOVESE,«La crisis política de la historiasocial.La lu-
chadeclasescomoobjetoy comosujeto»,Historia Social,n.o 1, 1988,p. 84.
42 1. LE GoFF,«EntrevistaconAntoineCasanova,Octubrede 1967»,La Historia hoy,p. 114.
43 R. CHARTIER, A história cultural entreprácticase representat;oes,pp. 14-15,45.
44 A. BURGUIERE,«Anna1es(Éco1edes»>,Dictionnairedesscienceshistoriques,p. 49.
45 Véasesobreestedebate,C. BARROS, «El "tournant critique" de Anna1es»,Revista
d'historia medieval,2,1991,pp. 193-197.
Historiade lasmentalidades,historiasocial 125
dad y la perspectivade futuro de la NouvelleHistoire; Le Goff, al mis-
mo tiempoqueadmitela necesidaddel debate,sequejade que las críti-
cas a la NouvelleHistoire le reprochan«una cosay su contrario»,ser
incapacesde salir del carril de la tradiciónde Annalesy renegarde ella
abandonandola historia total por una historia «en migajas)),aclarando
que la primeracríticaesmásgeneralque la segunda46
.
Son tres los nivelesquedesignan,a la vez, la escuelade Annales47:
a) la revista,cuyo comité de direcciónlo forman en 1989Le Goff,
Burguiere,Le Roy Ladurie,Revel,Ferro,Morazé,Valensi y Le-
petit (secretario);
b) la École de HautesÉtudes,donde se encuentranademásNora,
Furet,Chaunu,b ・ ウ 。 ョ セ ッ ョ L Vilar...;
e) el espritdesAnnales,queen su acepciónmásampliacomprende
a quienesseidentificancon las concepcioneshistóricasdesarro-
lladaspor Bloch, Febvrey susdiscípulos.Sin dudael centrodel
debateseencuentraen el segundonivel.
Un libro representativode la crítica conservadoraa la escuelade
Annaleses el publicadoen 1983 por Hervé Coutau-Begarie,Le phé-
nomene«NouvelleHistoire». Stratégieet idéologiedesnouveauxhisto-
riens, dondese lamentaque la escuelano recibecríticas globalesy se
la rodeade un aire de sacralidad48, situaciónque el autortratade reme-
diar descubriendoel importantepapelquejuegala estrategiapor el po-
der (Universidad,edición, mediosde comunicaciónsocial) en el éxito
y las preocupacionesde los annalistes,en cuyo futuro ve sombras,ano-
tandodatoscomo la falta de maestrosindiscutidoscomo Bloch, Febv-
re, Braudel y Labrousse,las críticas internasrecibidas H b ・ ウ 。 ョ セ ッ ョ en
1980) y la concurrenciade otrascorrientesemergentes-al margende
Annales-como la representadapor Mousnier y Renouvin, acabando
por reconocerque siendola nuevahistoria el único grupo organizado,
no son de prever grandescambios,pero «la rehabilitacióndel relato,
del acontecimientoy de la políticaha comenzado...))49.
En defensade unahistoria-cienciadel cambio,que busquela sínte-
sis y la globalidadsin diluirse en las cienciassociales,en líneacon las
dosprimerasgeneracionesde Annalese hipercríticorespectoa la terce-
46 Prólogoa la nuevaedición(1988)deLa NouvelleHistoire, pp. 10, 12.
47 A. BURGUIERE, «Annales(Ecoledes»>,Dictionnaire ..., pp. 46-47.
48 Lephénomene«NouvelleHistoire» ..., pp. 10-14.
49 ldem,pp. 317-320.
126 CarlosBarros
ra, citaríamosen primer lugar el libro de Fran¡;oisDosse,L'histoire en
miettes.Des«Annales»a la «nouvellehistoire» (1987)50.
Historia socialde las mentalidades
La historia de las mentalidadesconservaun gran atractivoparael
investigador:le planteael reto y le ofrecela posibilidadde escudriñar
los modosde pensar,de sentir,de imaginary de actuarde los hombres,
el sujetode la historia,enun sugestivoesfuerzointerdisciplinar.
Sin embargo,lasbrumas conquesecubrea menudoel nuevoobjetode
investigación,el distanciamientodela historiasocial,sudesemboqueenlas
playasde la larga duracióny de la historia inmóvil, el apartamientodel
tiempocorto, el acontecimientoy la historiamóvil, disuadierona no pocos
historiadores,que vieron en el estudiode lo mentalmásriesgoe impreci-
siónqueseguridady rigor, permaneciendoal margendel nuevoterritorio.
¿Cómo respondera las dos inquietudespara salir del impasseac-
tual?Reuniendohistoria social e historiade las mentalidades:reinven-
tando la historia social de las mentalidades.Sin la mentalidad«no po-
dríahacersehistoriasocial»51,peromásciertoesaúnquesin la historia
social cadavez va a sermásdifícil hacerhistoriade las mentalidades.
El augede la antropologíahistóricay de la nuevahistoria cultural en
los estudiosfrancesesdel «tercernivel», el debateen cursosobrela es-
cuelade Annales, las precedentesdebilidadesteóricasdel conceptoy
las dificultadesrealesquesiempretieneel historiadorparaadoptartéc-
nicasnuevas:bien puedenvolatizar los logros positivos de la historia
de las mentalidades,si éstano se consolidacomo unalíneade investi-
gaciónquecolaboraperono se integraen las disciplinasvecinas,si no
desarrollaen sumael proyectohistoriográficooriginal deAnnales.
A principios de la décadapasada,GeorgesDuby escribíaque «si
pretendemosquela historiasocialprogresey conquistesu independen-
cia, convienesituarlaen el puntoen queconvergenla historiade la ci-
vilización materialy la historiadel pensamientocolectivo»,y no sere-
fería solamentea la historia social como historia global, tambiéna la
historiasocial en un sentidomásrestringido,comohistoriade los mo-
50 Con posterioridada la elaboracióndeestetrabajo,he llevadoa cabola críticade la crí-
tica de Coutau-Begariey DosseaAnnalesen «La 'NouvelleHistoire' y suscríticos»,Manus-
crits. Revistad'Historia Moderna,n.o 9,1991,pp. 83-111.
51 1. P. POLY, E. BOURNAZEL, El cambiofeudal(siglosX al XlI), Barcelona,1983(París,1980),
p.19.
Historiade las mentalidades,historiasocial 127
vimientossociales,por lo que animabaa estudiarlas actitudesmenta-
les de los participantesen las rebelionesmedievales52. Claro que ad-
vertía, en 1970, «habráque esperarmucho tiempo» antesde que esa
historia social de las mentalidadesseaposible53. La tareasigue hoy
más pendienteque nunca.Y su propulsión como línea de investiga-
ción habráde contribuir indudablementea dar continuidadal «espíri-
tu de Annales»en su versiónmás permanente,innovadoray atrayen-
te, y menosafectadapor el «pasobruscode las modascontradictorias
del momento».
El estudiohistórico de las mentalidadessocialesen Españatiene a
su favor lo siguiente:
l. Un interés por la historia social que no ha decaídoal ritmo de
Francia;junto a los estudios-predominantes-de las estructu-
ras socialesy económicas,estápresentetoda una tradiciónen la
investigaciónde movimientos,conflictos y revueltassociales,el
factor dinámico de la historia social, cuya vigencia lo prueba
verbigraciala apariciónen 1988de la revistaHistoria Social.
2. La influencia nadadesdeñablede la historia social inglesa,de
grancalidad,cuyascaracterísticasla hacenidóneaparacompen-
sarlas insuficienciasactualesde la historiografíafrancesa.
3. El débil ecode la historia de las mentalidadesdurantelos pasa-
dos veinteaños-sin puntode comparacióncon la recepciónde
la historia socioeconómicaen los 60 y 70-, tiene la ventajade
permitirle al investigadorsortearcon másfacilidad los peligros
detectadosen la másdesarrolladaexperienciafrancesa.
Es posibleunahistoria social de las mentalidades,que seahistoria,
que seasocial, no mimética,que establezcaun diálogo directo y audaz
con las cienciassocialesen función de las necesidadesde la investiga-
ción, que no se quedeparalizadaen la teoríasino que avanceprincipal-
mentesobrela basede la prácticainvestigadora.Tal líneade investiga-
ción suponeun frente pionerono sólo por la novedadde la temáticade
lo mentalen la historiay másen España,sino porquelas mentalidades
colectivasaliadasa la historia social,nos conducena la cuestiónde las
articulacionesentrela infra y la superestructura,y al papeldel hombre-
social en los acontecimientos,problemasfundamentalesde hoy y de
52 G. DUBY, Historia social e ideologíasde las sociedades..., pp. 10,36-37.
53 G. DUBY, «Historia social e historia de las mentalidades.La EdadMedia, 1970»,La
Historia hoy. Barcelona,1976(París,1974),p. 259.
128 CarlosBarros
siemprede la historia, si cabemásde actualidadpor el debateen curso
acercade la historia total y, másallá, sobrela pertinenciay autonomía
de la historiacomocienciasocial.
¿Quépuedeaportarla vieja historia social anglosajonaal historia-
dor de las mentalidadessociales?Desarrolladaalrededorde la revista
Pastand Present,más o menosa la par de la nuevahistoriafrancesa,
incorporatres orientaciones54, cuya continuidadresaltahoy su valor
historiográfico:
a) Más interéspor el cambioque por la estabilidad,por las エ イ 。 ョ ウ セ
formacionesy las crisis socialesque por las estructurasestáti-
cas;el DebateBrenner,a partir de 1976,esun claro ejemplodel
vigor y de la madurezde estavía investigadora.
b) El interéspor los conflictos, las revueltasy las revolucionesso-
ciales,particularmenteen las sociedadespreindustria1es.
e) La atencióna la dimensiónpolítica de los hechoshistóricosy al
poder,inclusocuandolos sujetosno sonvirtualmentepolíticos.
Estahistoriasocialseconsideraa sí mismasuperiora la practicada
por Annales: se ocupade «los factoresbásicosde la historia», enten-
diendo-justamente-que la desatencióna los fenómenosde cambio
quita «dimensiónhistórica»a la investigación55. Critica asimismoesta
historia social a Annalespor el excesode cuantificación,basándoseen
que a vecesresultainnecesaria,con frecuenciano esexplicativay aca-
rreael peligro de deshumanizarla historia56; sin dejarde reconocersus
razones,¿noencierrapor suparteel riesgode renunciara enfoquesme-
todológicosmásprecisos,menosimpresionistas?Semantienenademás
reservashacia la historia total -propugnadatambiénpor Pierre Vi-
lar- por su indefinición, por venir a seruna «historiainterminable»y
resultarla simplesumade cosasmuy distintas57, frenandoobjetivamen-
te explicacionesmás exactasy complejasdel devenir histórico, por
ejemplolas que incluyen el estudiopleno, económico,socio-políticoy
mental,de la acciónhumanaenla historia.
Con todo, la historia social angloamericanase interrogatambién
por el futuro: descontenta conlos resultadoslogrados,estáhoy en una
54 J. OBELKEVICH, «PastandPresent.Marxismeet histoire en Grande-Bretagnedepuisla
guerre»,Le Débat, n.o 17,1981,pp. 93-97.
55 J. GIL PuJOL, Recepciónde la Escuelade Annalesen la historia social anglosajona,
Madrid, 1983,pp.27, 35.
56 Idem,pp. 28-30.
57 Idem, p. 19.
Historiade las mentalidades,historiasocial 129
fasede preocupaciónmetodológica58• Vocesde alarmaplanteansi Past
and Presental ganarla respetabilidady el éxito no ha perdidosu ins-
tinto de innovación, su poderde animar e inspirar, poniéndosecomo
ejemplosla distanciade la revista respectode nuevoscaminosde la
prácticahistoriográfica:historia de las mujeres,historia de la familia,
historiaoral, y la experienciade los talleresde historia,History Works-
hOpS59. El alejamientode la historiasocialen relacióncon la psicología
es precisamenteuna de esasinsuficienciasque frenan el desarrollode
la historia social anglosajona:«Parael historiadorrigurosoy prudente,
la psicologíarevelaun potencialenorme;peroes un potencialque Past
and Presentno hacenadapor avivar»60.En la cooperacióncon la psi-
cología tenemospues una vía esencialpara la superaciónde la crisis
actualde la historiasocial61.
Muy tempranamentela historiografíasocial inglesaabandonael há-
bito de colocarel estudiode la ideologíacomo un simple añadidoal
primordial análisiseconómico-socialde los movimientossociales:en
1963,E. P. Thompsoninvestigala formaciónde la claseobrerainglesa
a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, partiendode la base
de que «unaclasees tanto una formacióncultural comoeconómica))62;
en 1971, estudiala «economíamorah) de la multitud en la Inglaterra
del siglo XVIII, concluyendoque laacción directaera consecuenciade
prácticaseconómicasilegítimasque la genteveíacomo atropellosmo-
rales,no debiendoel historiador,decía,caeren «unreduccionismoeco-
nómico que elimina las complejidadesde motivación,conductay fun-
cióm)63, con lo que entramosde lleno en el conceptode mentalidad.
58 Idem, p. 37.
59 J. OBELKEVICH, op. cit., pp. 106-111.
60 Idem,p. 106.
61 La psicología,la cual sedivide ideológicamentedentrode ella misma,tiene.hastaeste
punto, muchomás que ofrecera los historiadores,no porque sea más científica que otras
disciplinas, ni muchomenosporqueen su aspectogeneralseacerquemása nuestromarxis-
mo. Más bien, porqueen suforma freudiana al menostiene la セGゥョオ、 de devolvemosa los
irreconciliablesantagonismosinherentesa la condiciónhumana(...J. No deberíasorprender
a nadieel quelas presuposicionespsicológicasde la tan contemporáneahistoria social, do-
minadacomoestápor la ideologia liberal,renunciea la psicologiafreudianapor una de las
alternativas,E. Fox, E. GENOVESE,"La crisis políticade la historiasocial...». p. 109.
62 E. P. THOMPSON. La formación histórica de la claseobrera. Inglaterra: 1789-1832,1,
Barcelona,1977,p. 13.
63 E. P. THOMPSON,Tradición, revueltay conscienciade clase.Estudiossobrela crisis de
la sociedadpreindustrial, Barcelona,1979,pp. 64-66;sobreel papeldel sentimientode agra-
vio en el estallidode la revueltapopular,C. BARROS,Mentalidadjusticiera de los irmandi-
ños,siglo xv, Madrid, 1990,pp. 31 ss.
130 CarlosBarros
Otro punto de referencia,en los años60, es el estudiode E. J. Hobs-
bawmde los bandidossociales64, que incluía su presenciaen la memo-
ria y la mentalidadpopular;así,entre1958y 1961,R. H. Hilton y otros
analizanla cuestiónde Robín de los Bosques65. Forma parte de esta
mismatradición la obrade GeorgeRudéque,en 1964,indagalos moti-
vos y creenciasde la multitud preindustrialy se pregunta«¿Cómose
desarrollóla "mentalidadcolectiva" de la multitud ...1»66; más recien-
tementeha preferido esteautor el conceptode «ideologíapopularde
protesta»67parareferirsea lo quenosotroshemosdenominadomentali-
dadde revuelta68.
Si los precedentesque venimosde referir son de un gran interés
parael historiadorsocial de las mentalidades,no lo sonmenoslos que
podemosdeducirde la historiografíafrancesa,pesea su menorinclina-
ción haciala historiasocial. Distinguiríamosdos tipos de investigacio-
nes: las mentalidadesen la revolucióny en los movimientossociales;y
las mentalidadesen las estructurasy las relacionessociales.
La primeradirecciónesparalelaa la inglesa,y tienevital importan-
cia paraquienespreconizamosla reincorporaciónde la historia de las
mentalidades«a unamásampliahistoriasocio-económicade la cual se
había"emancipado"un poco imprudentemente»69.De nadavaldría la-
mentarnospor el desgajamientode las mentalidadesdel ámbito de lo
histórico-social,si descuidásemosla historia social en su sentidomás
restringido,como historia de los movimientossociales:es la vincula-
ción con la historia-cambiolo quemejorpuedecontrarrestarel émiette-
mentde la historia de las mentalidadesen múltiples objetosinstalados
en la largaduración.
El gran tema de las investigacionesfrancesassobrementalidades
colectivasy revueltassociales,desdeLefebvrea Vovelle, es la revolu-
ción de 1789.El punto de partidaes La grandepeurde 1789,publica-
do por GeorgesLefebvre en 19327°, obra que Lucien Febvrereseñó
64 E. J. HOBSBAWM, Bandidos,Barcelona,1976;estetemahasido desarrolladopor la his-
toriografíamodernistacatalana,M. CARRERA BONADONA, «La históriadelesmentalitatsaCa-
talunya»,lGaカ・ョセL n.O 106-7,1987,pp. 44-45.
65 PastandPresent,n.o 14, 18, 19 Y 20.
66 G. RUDÉ, La multituden la historia. Los disturbiospopularesen Francia e Inglaterra,
1730-1848,Madrid, 1979,p. 245.
67 G. RUDÉ, Revueltapopulary concienciade clase,Barcelona,1981 (Londres,1980),p. 33.
68 C; BARROS,Mentalidadjusticiera..., p. 31.
69 M. CARRERA, op. cit., p. 40.
70 G. LEFEBVRE, El gran pánicode 1789.La RevoluciónFrancesay los campesinos,Bar-
celona,1986.
Historiade lasmentalidades,historiasocial 131
elogiosamentedesdeel puntode vista metodológicocaraa unahistoria
psicológica71, Yque siendounade las obrasfundadorasde la historiade
las mentalidadesy de la escuelade Annales72, no ha recibido posterior-
mentela atenciónmerecida73 • Esta investigaciónparadigmáticade Le-
febvre analiza monográficamentela historia de un rumor colectivo,
acercade que los noblesestabanarmandoa los bandidosparaatacara
la población,cuyapropagaciónen el veranode 1789 por toda Francia
dio un impulsodecisivoa la insurreccióncampesinay popular.
Las mentalidadesya no dejaronde estarpresentesen los estudiosde
la revolución.Albert Soboulen LesSans-Culottesparisiensen l'an 1[14,
publicadoen 1962, introducela manerade vestir y de comportarse,el
igualitarismoy los sentimientoshostileshaciala aristocraciay la rique-
za, junto con otros aspectosde la mentalidadpopular, como factores
importantesen la explicacióndel rol de los sans-culottesen la revolu-
ción y el terror.
Michel Vovelle resumetodasestasinvestigacionesen La mentalité
révolutionnaire. Sociétéet mentalitéssous la révolution!ranc;aise
(1985). Inicia el libro comentandolo inhabitualqueesabordarel hecho
revolucionariodesdela historiade las mentalidades,primeroporquela
historiografíafrancesay Annalesestánaún ahoraredescubriendoel
temade la revolución,y tambiénporquela historiografíade la revolu-
ción ha desconfiadoduranteun tiempo de la nuevalecturade lo men-
taF5. QuizásPierre Vilar teníaalgo de razóncuandoen pleno augede
la historiade las mentalidadesaconsejaba.en 1979,a los historiadores
marxistasla investigaciónde la toma de concienciasociaF6,camino
que Thompsonhabíarecorrido en Gran Bretañay que teníael ilustre
precedentede Lefebvre,experienciasque apuntan,a pesardel tiempo
transcurrido,el gradode complejidady de innovaciónque la investiga-
ción de la historiasocialde las mentalidadespuedealcanzar.
Las historiografíasmodernistay contemporaneístason las que más
se preocuparonpor abordarlas luchassocialesdesdeel nuevo ángulo
71 Pour uneHistoire ii part entiere,París,1962.pp. 820-828.
72 J. REVEL, "Genesii crisi de la nocióde ·mentalitats·".p. 10.
73 Delumeauvuelvea estudiarla cuestiónen 1978.desdeun puntode vista másestructu-
ral, aunquetambiénrecogela relaciónmiedo-sedición,ÚJ peuren Dccident. X/I'-XVI/l siec/es.
París,1978,pp. 143-144.
74 A. SOBOUL, ÚJs sans-culottes.Movimientopopularv gobiernorevolucionario,Madrid,
1987.
75 ÚJ mentalité rél'olutionnaire ..., París,1985.pp. 9 ss.
76 M. VOVELLE, Ideologíasy mentalidades.Barcelona,1985,p. 8; «Entrevistacon Michel
Vovelle». Ler História. n.o 8. 1986,p. 108.
132 CarlosBarros
de las mentalidades.Durantelos años70, las mentalidadescolectivasde
los actores,obreros,y populares,de la Franciacontemporáneason in-
vestigadaspor M. Agulhon (La Républiqueau village, 1970),M. Perrot
(Les ouvriersen greve. France, 1871-1890,1974),R. Trempé(Les mi-
neursde Carmaux,1971).MauriceAgulhon propone,en 1980,queala
realidadde las mentalidades,«a menudoderivadade los análisisde
historia social», habríaque dedicarleestudiosexclusivos,dejandode
ser asíun subsectorde la historia sociaF7.Nueveañosdespués,la his-
toria de las mentalidadesno llegó a fundar claramenteuna disciplina
específicade investigación,sin embargosí se emancipóde la historia
social,peroenexceso,lo cual tambiéntienesusventajas.
JacquesReveldecíahacepocoque «seequivocancuandodicenque
el historiadorde las mentalidadesno entraenconflictossociales,porque
su objetivo no esla luchade tipoeconómicoo socialenel sentidoclási-
co sino unaluchasimbólicatan importantecomolas otrasformasde lu-
chay quetienesu propiaespecificidad»78.Paranosotrosla luchapor los
símboloses parte inseparablede la lucha económico-social;pero esta-
mos plenamentede acuerdoen que los resultadosobtenidospor la an-
tropologíasimbólicason capitalespararetornarcon nuevasherramien-
tasa la conjunciónhistoriasocial-historiade las mentalidades.
La historiografíamedievalfrancesade las mentalidadesha privi-
legiadoel estudiosincrónicode la sociedadglobal. El punto de par-
tida es,desdeluego,La sociétéféodale(1939) de Marc Bloch, donde
se estudiaa la vez la relación de vasallaje, las clasessocialesy la
«atmósferamental»:las «formasde sentiry de pensar»,la «memoria
colectiva» ...79. La amplia concepciónque tenían los fundadoresde
Annalesde lo social como totalidad, hacíade la mentalidadun as-
pecto de la estructurade la sociedad.Enfoqueestructuralque es
adoptadopor Le Goff y Duby en los años60 al procedera la recupe-
ración del dominio de lo mental. Así en 1965 JacquesLe Goff com-
bina como Bloch la economía,la sociedad,la lucha de clasesy las
mentalidadesen La civilisation de l' Occidentmédiéval80 ; asimismo
pertenecena esadécadasuselaboracionesacercadel tiempo y el tra-
77 La recherchehistoriqueen France depuis1965, p. 52; ejemplosrecientesde estudios
conjuntosde historia social y de historiade las mentalidades:J-F. SOULET, Les Pyrénéesau
XIXsiecle. T. 1, Organisationsocialeet mentalités;t. 1I, Une sociétéen dissidence,Toulouse,
1988; D. LEJEUNE, Les «alpinistes»en Francea lafin du XIX et au débutdu xx siecle.Étude
d'histoire sociale,étudede mentalité,París1988.
78 «Génesii crisi de la noció de'mentalitats'», p. 18.
79 M. BLOCH, La sociedadfeudal, Madrid, 1986.
80 J. LE GOFF,La civilizacióndel Occidentemedieval,Barcelona,1969.
Historiade lasmentalidades,historiasocial 133
bajo en los sistemasde valoresmedievales,y los campesinosy los ofi-
cios en las fuentesliterarias81 ; su compilaciónHérésieset sociétésdans
l' Europepré-industrielle. II e-18esiecles82; su estudiosobre las cate-
goríassocialesen SanFranciscode Asís83, etc. ReynaPastoranotade
GeorgesDuby que la cuestiónnodal del conjuntode trabajosHommes
et structuresdu Moyen Age es enlazarhistoria social e historia de las
mentalidades84, indagandoel feudalismocomo mentalidadmedieval,la
vulgarizaciónde modelosculturales,el vocabulariode la caballeríaen
su origen... En 1974,al tiempo que Le Goff en el volumen«Nuevoste-
mas»de Faire de l'histoire define la mentalidadcomo ambigua,Duby,
en el volumen «Nuevosproblemas»,escribeHistoire socialeet idéolo-
gies des sociétés85, mostrandouna preocupaciónpor el estudiode las
ideologíasen el marcode unahistoriasocialde las mentalidadesque le
llevará, en 1978, a un modélico estudiode una ideologíadominante
vista como una mentalidad,Lestrois ordres ou l'imaginaire du féoda-
lisme. En 1980,todavíaDuby insisteen que hay que «estudiarlas ideo-
logías»y las mentalidades,y ponecomoejemplode síntesisla obrade
Le Goff sobrela civilización medievalde 196586. La verdades que la
vía abiertapor Lestrois ordresquedómásbien sin desarrollosposterio-
res87, por muchoqueel crecienteinteréspor el imaginariopodía-pue-
de-agrandarla encuestade los sistemasideológicos,siempreque na-
turalmenteseenfocaracomo imaginariosocial.En todo caso,las obras
de Duby sonpuntode referenciaparaunarenovadahistoriade las men-
talidadessociales,comolo sonen generallas de otros historiadoresque
despuésde él salieronde Aix-en-Provence:Michel Vovelle, Maurice
Agulhon, PhilippeJoutard-historiaoral-88, Paul Veyne-sociología
histórica-89.
81 J. LE GOFf, Tiempo,trabajo y cultura en el Occidentemedieval.Madrid, 1983.
82 Herejíasy sociedadesen la Europapreindustrial.siglosXI-oHm. Madrid, 1987.
81 Ordenes.estamentos-" clases.Madrid, 1978.pp. 108-149.
84 G. Dl'BY, Hombres-" estructurasde la EdadMedia, Madrid, 1977,p. 8.
85 Hacer la Historia. 1. pp. 157-177.
86 «Orientationsdes rechercheshistoriquesen france. 1950-1980»,Mále Moyen Age...,
pp. 255-256;véaseasimismoHistoire sociale. sensibilitéscollectil'eset mentalités.Mélanges
RobertMandrou (1985),pp. 34-35.
87 Tenemosunanotableexcepción,O. NICCOLl, I sacerdori. i guerrieri, i contadini. Storia
dí un immaginedella societé,Turín, 1979.
88 La légendedesCamisards:unesensibilitéau passé.París.1977.
89 Le Pain et le Circe, sociologiehistoriqued'un pluralismepolitique, París,1976.
134
De la ambigüedada la definición
CarlosBarros
En nuestrocriterio la vulgarizaciónhistóricadebede estaren ma-
nos de los historiadores,que no puedensituarseal margende la época
que les toca vivir y han de conmoversey atenderde algunamaneraa
todos aquellostemas,grandesy pequeños,públicos y privados,que
más interéssuscitanen el hombrede hoy90: sin llegar a trasmutarseen
unaplumaen el viento, abjurandode su función social y científica. Es
más, el futuro y el prestigio de la historia como medio de evasióny
comomediode formación,depende-másde lo quepiensanalgunos-
de quemantengao no el alto nivel alcanzadocomocienciasocialautó-
noma; por algo el lector buscaen el libro de historia algo que difícil-
mente le puedeofrecer, por ejemplo, la novela histórica: el qué, el
cómoy el por quéde las sociedadesy de las culturashistóricas.
Decimosqueel futuro de la historiade las mentalidadescomodisci-
plina estáen la reanudación,en un nuevonivel científico, de sustradi-
cionalesrelaciones(nuncarotasdel todo) con la historia social, porque
sólo así la historiade las mentalidadescontribuiráa la explicaciónde la
actividad humanaen la historia; más allá de una función cultural, co-
yuntural, de satisfacerla nostalgiacolectivapor un pasadoperdido... La
significación científica del estudiode las mentalidadessocialesradica
en que nos permitedescubrirla determinaciónen primera instanciade
los hechoshistóricos,cuyaconexióncon la determinaciónenúltima ins-
tancia, ubicadaen las condicionesmaterialesde existencia,devendrá
factible a travésde la unidadsocialdel sujetohumanode la historia.La
continuidadde la historiade las mentalidadestiene, por tanto, su máxi-
mo sentidohistoriográficoen el marco de una historia de la subjetivi-
dad que respondaa la necesariahumanizaciónde la historia desdeel
puntode vistasocial,antropológico,episódico,político, etc.
Investigarla subjetividadhumanamediantelas mentalidades,exige
invertir el procesode dispersiónexpansivaqueha seguidoestetérmino
en la historiografíafrancesa,sin renunciara la partepositivade dicho
proceso:reconocimientogeneralizadode la necesidadde investigarlos
modosde pensar,sentir, imaginary actuarde la gente;extensiónde ese
nuevo enfoquea la mayor parte de las disciplinas del «tercernivel»;
experienciainterdisciplinarcon la antropologíay el psicoanálisis(Be-
90 Verbigracia,LawrenceStoneincluye entre las cuestioneshistóricasque apasionanal
gran público: la movilidad social, la protestapopulary las esperanzasmilenaristas,los con-
flictos sociales,«Retourau récit ou réflexions sur uneNouvelle Vielle Histoire», Le Débat,
n.o 4, 1980,p. 132.
Historiade las mentalidades,historiasocial 135
ウ。ョセッョI[ y sobretodo la referenciade las obrasde los años60 -y sus
continuadoresposterioresy actuales-que analizanla mentalidaden la
sociedad,fieles a la ideade unahistoriade los hombresen sociedad.
Pasarpuesdel desarrolloextensivode la historiade las mentalida-
desa un desarrollointensivo,pasarde la ambigüedadqueridaa la con-
creciónperseguidade las mentalidadescomoconcepto91 y disciplinade
investigación92, es una imperiosanecesidadparacontrarrestarcon la
ayudade la historia social la avanzadadisolución del nuevo territorio
en la multiplicidad de los objetos,de los tiemposy de las disciplinas.
La articulaciónde lo mental,en su sentidomás amplio, que supereel
desmigajamientoactual seráfactible cuandola instanciade totaliza-
ción, el temacentralde la encuestade las mentalidades,vuelvaa serel
sujetohumanoen la historia,en la grany la pequeñahistoriade las so-
ciedadesy de las sociabilidades.El tiempo largo, la historia inmóvil,
dejande seralgo novedosoparael historiadorcuandono seresistea la
tentaciónde enarbolarla lentitud comoel anti-cambio,auspiciandouna
teoríahistóricade las permanenciasque nos retrotraea naturalezashu-
manasatemporales,ajenasen definitiva a la historia real. El estudiode
las mentalidadesen su contextohistórico y social, utilizandocreadora-
mentelos paradigmasde la psicologíay de la historiasocial,posibilita-
rá recuperary articular la corta y la larga duración,la historia-cambio
con la historia lenta. Y qué decir de la tendenciade la historia de las
mentalidadesa la absorciónpor las disciplinasy cienciassocialesveci-
nas: o bien nos resignamosy nos aprestamosa especializamosen una
de esasdisciplinas fronterizas,o bien redefinimosla historia de las
mentalidadescomo disciplina específicade investigaciónen relación
con aquelloscamposque identifican y diferenciana la historia como
cienciasocial, y que constituyenla basemás sólida de su prestigioen
los ámbitoscientíficosy culturales,estoes, lahistoria social y todavía
la historia de los acontecimientos,la historia-historia,cooperandopor
lo demás,en plano de igualdad,con todaslas restantescienciassocia-
les y especializacionesde la historia.
Parallegarcon la historiade las mentalidadesa la seguridad-siem-
pre relativa,ciertamente-de objetoy de métodoqueha llegadoha os-
91 Sobreel papel de los conceptosen el progresode la historia. P. veyセeL «La historia
conceptualizante».Hacer la Historia.r, pp. 75-104.
92 La historia de las mentalidadesconstituyemenosuna verdaderasubdisciplinaen el in-
terior de la investigaciónhistórica que un campode interésy de sensibilidadrelativamente
vasto, quizásheterogéneo,1. REVEL. «Mentalités»,Dictionnaire de scienceshistoriques.Pa-
rís. 1986,p. 450.
136 CarlosBarros
tentarla historiasocial angloamericana,la historiaeconómicao la his-
toria demográfica,la multiplicidad de objetosy de métodosproducidos
duranteveinte añosson un inconvenientepero tambiénuna facilidad:
proporcionala masacrítica suficientepara un procesode inventario,
seleccióny recomposición.
El primerpasoesllegaral consensosiguiente:paradelimitarunadis-
ciplina abierta,sin murallas,que incite a la innovacióny al diálogo con
otrascienciassociales,no esnecesariomantenerindefinido, vago,ambi-
guo,queabarcatodoy no abarcanada,el conceptodementalidad.Basta-
rá con precisar,en la definición, la amplituddel objetoy la conveniencia
y posibilidadde unainvestigaciónde vanguardia.El casoes que no hay
ningún objeto del conocimiento-y menosaún una metodologíade ゥ ョ セ
vestigación-queseconservevivo sinedie sin serdefinido conun míni-
mo de rigor, o siendodefinido equívocamentede maneravoluntaria,ad-
mitiendo a priori enfoquescontradictorios,etc. Con ello no queremos
decir que tengaque haberun conceptounívoco reconocidouniversal-
mentede la historiade las mentalidades,dehechoenestemomentono lo
hay; tampocoexisteun único y absolutoconceptode historia,de cultura
o de EdadMedia, pero cadaescuelao tendenciao investigadortiene su
concepcióny aportasusmatices,cuyapublicaciónsiempreesde agrade-
cer, siendode granutilidad científicael debateconceptual,sobretodo si
seevitaquesetransformeen un debatesemánticoo alejado dela prácti-
ca investigadora.En resumidascuentas,respectoa la historiade las men-
talidadesdeberíamoshuir tantode la descalificaciónpreviay global ante
la proclamadavocacióndevaguedad,comodel abandonoactualal empi-
rismo; sigamosel procedimientohabitual,que las hipótesisconceptuales
y metodológicas previasse contrasteny reformulenen contactocon la
praxisde la investigación,y el debatehistoriográficosubsiguiente.
Definir (lat. definire) es «delimitar los campos,poner límite». Ya
adelantamosque nuestra proposiciónes que la historia de las mentali-
dadesprecisesus límites fronterizosde objeto y métodocon la antro-
pología históricay la historia cultural -asegurandolos intercambios
másestrechos-,retornandoa su vinculaciónoriginal con la psicología
y la historiasocial,y cultivandola diversificaciónde contactosrenova-
dorescon las cienciassocialesa efectosde préstamosmetodológicos93,
93 La afirmaciónde que la investigaciónhistórica, necesariamente,debeformar suspro-
piosconceptos,pareceerróneadesdeel puntode vista del desarrollode la ciencia. Esmucho
másadecuadoexigir que los historiadoresse beneficiende los logros de otras disciplinas.
Esto vale, sobre todo, para los términos quepodríamosllamar ahistóricos: grupo social,
producción..., J. TOPOLSKY, Metodologíade la historia, Madrid, 1982,p. 476.
Historiade las mentalidades,historiasocial 137
tomandoconocimientode las diferentescorrientes existentesen éstas,
pero sin caeren la estrechezacadémicade miras y la radicalización
del argumentopolémico,que con frecuenciahacenaparecercomo in-
compatiblesexperienciasy métodosdisciplinariosque objetivamente
no lo son.
La referenciateóricamentemásseguraparadeterminarel objetode
la historiade las mentalidadeses sin dudala psicologíacientífica. Con
lo que retomamosla posición basede Lucien Febvreen sus Combates
por la historia94• En 1965, el sociólogoBouthoul decíade la mentali-
dad: «Esel verdaderosujetode la psicologíasocia1»95.
En realidadtambiénla antropologíatieneen comúncon la psicolo-
gía el estudiode las estructurasmentales,o si se quierede los caracte-
res psíquicos,en las diferentesculturas,empezandopor las llamadas
primitivas, si bien su objetocomodisciplinaes másamplio: el hombre
en todassus dimensiones.El intercambiofructífero entre psicologíay
antropología,basadoen la parcialcomunidadde objeto96, estácasi iné-
dito entrela psicologíay la historia; es más,estevacíoha retrasadoun
desarrollocientíficamentemás atinadode la historia de las mentalida-
des,quehoy por hoy recibemásinformaciónsobrelos procesospsíqui-
cos de la antropologíaque de la propia psicología,con lo que supone
de limitación de objetos y de métodos;la primera especializaciónde
los antropólogosen mentalidadesprimitivas, por ejemplo, ha hecho
que conozcamospeor la manerade investigarlos factoresconscientes
en las mentalidadeshistóricas,al tiempoque hemosaprendidomejor el
valor del pensamientosimbólico; en general,la complejidadcultural de
las sociedadeshistóricas,clasistasy con Estado,obliga al historiador
de las mentalidadesa hacersu propia experienciametodológicacomo
tuvo que haceren su momentola antropología.El desenvolvimiento
autónomode los estudiosde las mentalidadessocialesen la historiade-
beríaaportarcosasnuevasal conocimientogeneralde la psicologíahu-
mana.
Hay doscuestiones,que tienenque ver con la psicología,queexpli-
can hastacierto punto el hechode que lahistoria de las mentalidades,
en contrade la intenciónde susfundadores,evolucionaseprácticamen-
te al margende la psicología:el total desinterésde los psicólogospor la
historia, a diferenciade los antropólogos,salvo algunospsicoanalistas,
9-l L. FEBVRE. «Histoire el psychologie» (1938). Combatspour /'histoire. París, 1965,
pp. 107-220.
95 G. BOL'THülJL, Lasmentalidades.Barcelona,1971.p. 30.
96 J. STOETZEL, Psicologíasocial. Alcoy. 1982.pp. 38-44.
138 CarlosBarros
justamentela partemáspolémicade la psicología;el predominiode la
psicologíade la conducta,desdelos años30 a los años60, sustentada
por el neopositivismoy con una fuerte tendenciaa la experimentación
y a la psicologíaindividual y biológica, que poco teníaque ofrecera
los historiadores.Uno y otro problemaestánconectadosentresí.
El paradigmaconductista(behaviorismo)considerasolamentefac-
tible la observaciónobjetivay la medicióncientíficade la conductahu-
mana,no de los procesosmentalesque subyacenen ella. La caídadel
positivismo, que trajo consigoel ascensode Annalesy de Past and
Present,supusoasimismola emergenciade unapsicologíadel conoci-
mientoo cognitivaquenaceen los años60, maduraen los años70 y es
hegemónicaen la actualidadentrelos psicólogos.
En suma,si el psicólogopuedeanalizary medircientíficamentela ac-
tividad mentalglobal, ¿porquéno ha de sercapazel historiadorde medir
las mentalidadesantiguas?97;aunteniendoen cuentalas limitacionesque
imponela documentaciónconservaday la imposibilidadde observardi-
rectamentecomo el antropólogoo de entrevistarpersonalmentecomo el
psicólogosocial,aunsabiendoquehay queadaptaro crearlas herramien-
tasenfunción del medioespecíficotemporaly socialestudiado.
El objetode la historiade las mentalidadesno puedeserotro quela
actividadmentalhumana98 en su globalidad,con el fin de comprender
mejor el comportamientoy las relacionesde la sociedad,y los hechos
que ha protagonizadoel sujeto colectivo de la historia. El objeto del
historiadorde las mentalidadescoincide,en resumen,con el de la psi-
cologíacognitiva99 y la psicologíasocial, sin queello signifiqueque la
investigaciónde la actividad, los procesosy las estructurasmentales
(precisionesque suelehacerla psicologíaparareferirsea lo que noso-
tros generalizandohemosllamado mentalidad)en la historia, pueda
permitirseel lujo de permanecerfuera del campode actuaciónde la
psicologíaconductistay del psicoanálisis.La conductasocial, y aun el
acontecimientohistóricoengeneral,esunafuenteexcelenteparala ob-
97 Hemostratadoel problemade la dobleobjetivización,tantodesdela posicióndel histo-
riador-sujetocomo del protagonistahistorico-sujetoen C. BARROS, Mentalidady revuelta...,
pp. 1-35.
98 De acuerdocon nuestraexperienciaen el estudiode las mentalidadeshistóricas,siem-
precomplejas,esprecisoarticulartodoso partede los cuatroprocesoscognitivos,siguientes:
pensamientoracional, sentimiento,imaginarioe inconsciente,C. BARROS,Mentalidady re-
vueltaoo., pp. 3-4.
99 Psicologíacognitivaes el análisiscientíficode los procesosmentalesy estructurasde
memoriahumanoscon elfin de comprenderla conductahumana,R. E.MEYER, Elfuturo de
la psicologíacognitiva, Madrid, 1985,p. 17.
Historiade las mentalidades,historiasocial 139
tención de datos mentalescon una metodologíaadecuada.Por otro
lado, una historiografíapionerade las mentalidadescolectivasno sería
tal si desconociesela contribuciónparadigmáticade Freuda la psicolo-
gía y a las cienciassociales.El nuevo territorio del historiadores tan
amplio y tan precisocomoel objetode la psicologíacognitiva,conduc-
tista y psicoanalítica:la mentalidady la conductahumanas entodassus
facetaspsicológicas.La concurrenciade la antropologíay de la socio-
logía en el estudiodel mismo objeto, es para la historia una fuente de
informacióny un ejemplometodológicoa seguir,al objetode importar
temasy métodossin resultarfagocitadospor --enestecaso--la psico-
logía, cienciasociala buensegurono demasiado«imperialista».

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