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Fotografías de Ricardo Stuckert Editor Pablo Gentili Amazonas: vidas en peligro pueblos indígenas de Brasil Amazonas: vidas en peligro fotografías de Ricardo Stuckert editor Pablo Gentili diseño Mariana Migueles pueblos indígenas de Brasil Amazonas: vidas en peligro Pueblos indígenas de Brasil Buenos Aires, Argentina, 2019 Fotografías Ricardo Stuckert Editor Pablo Gentili Arte, diagramación y diseño Mariana Migueles Asesoramiento periodístico Marcelo Eckhardt © Ricardo Stuckert de todas las fotografías CLACSO Secretaria Ejecutiva: Karina Batthyany FLACSO Brasil Directora: Salete Valesan CEDALC Gerente: Rodrígo López Stuckert , Ricardo Amazonas: vidas en peligro / Ricardo Stuckert ; editado por Pablo Gentili- 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : CLACSO ; Medellin : CEDALC ; Rio de Janeiro : Faculdade Latino-americana de Ciências Sociais, FLACSO. Sede Brasil, 2019. 128 p. ; 28 x 28 cm. ISBN 978-987-722-420-7 1. Pueblos Originarios. 2. Brasil. 3. Fotografía. I. Título. CDD 779 Índice Presentación Vidas en peligro Pablo Gentili Bienvenidos al corazón de Brasil Rodrigo López Mesa Kalapalo Kamaiurá Mebêngôkreá Yanomami Yawanawá Huni Kuin Ashaninka Pataxó Xukuru Kariri 10 13 19 22 44 52 68 74 88 102 118 132 1110 A m az o na s: v id as e n p el ig ro La selva amazónica constituye la mayor reserva de biodiversidad del mundo. De su preservación depende el equilibrio climático global. El proceso de devastación ambiental que sufre la Amazonía constituye el más feroz saqueo de bienes comunes que ha sufrido la historia humana. Su inmenso bosque tropical alberga la mayor diversidad de especies animales, el 20% del agua dulce, más del 20% del oxígeno y el 50% de todas las especies de plantas y árboles existentes en el planeta. En la región amazónica viven en harmonía con el medioambiente más de 150 pueblos indígenas, distribuidos en casi 5.000 territorios, hablando más de 50 lenguas diferentes. Son ellos los que han protegido el mayor ecosistema mundial durante siglos. La destrucción ambiental que vive el Amazonas no se reduce a la devastación intencional de su flora y de su fauna. Es parte constitutiva del genocidio que han sufrido los pueblos indígenas durante más de 500 años. Una política de exterminio, colonización, aculturación y disciplinamiento que ha destrozado pueblos y civilizaciones, lenguas y tradiciones. Los pueblos indígenas del Amazonas son parte indivisible de la selva que habitan y defienden. Los expulsan, los asesinan, los enferman, los maltratan, los humillan, los silencian porque quieren robarles lo que les pertenece: la tierra, los ríos, el aire, la vida. Matan su inmensa y ancestral diversidad, porque los poderosos saben que sin indios la selva está desprotegia e inmune al saqueo. Destruyen sus aldeas porque pretenden destruir su historia. Lo hacen porque saben que son los pueblos indígenas los verdaderos guardianes de la selva, sus fieles e incansables protectores. Destruyen su presente porque se quieren apoderar de nuestro futuro. Arde el Amazonas. Son vidas las que están en peligro. 13 El 19 de agosto de 2019 una nube negra y espesa cubrió la ciudad de San Pablo. En pocos minutos, siendo las 14:00 horas, se hizo de noche. Las imágenes se diseminaron rápidamente por los medios de comunicación y por las redes sociales dentro y fuera de Brasil. El mundo quedó pasmado al conocer las razones que causaban este raro fenómeno: a miles de kilómetros de allí, el fuego devoraba la selva amazónica. El curso del viento permitió que el mayor genocidio ambiental de la humanidad cobrara presencia al proyectar- se en el cielo gris de una de las ciudades más contaminadas del planeta. Una obstinada peregrinación de ínfimas partículas de árboles, plantas, animales e insectos muertos, imprimiéndose sobre el firmamento lúgubre de una ciudad sepultada bajo una montaña de vehículos, de basura y desechos industriales, con amplias regiones sin saneamiento básico, donde se enferman o mueren por la indolencia ambiental millares de seres humanos año tras año. Sobre el cielo de San Pablo, los incendios forestales proyectaban su espectro de destrucción y abandono, atizados por la irresponsabilidad de casi todos los gobiernos civiles y militares brasileños que han transformado la mayor reserva de biodiversidad del mundo en un objeto de saqueo y depredación. Los incendios intencionales en la Amazonía no son nuevos. Se han producido de forma constante durante los últimos 50 años. Cada día la selva amazónica disminuye su extensión como consecuencia de un proceso de deforestación cuyas causas son, principalmente, la producción de ganado y soja. También, por la acción delictiva y sin control público de las compañías madereras y de la explotación minera legal o ilegal. Desde los años 70, con excepción del período comprendido entre 2005 y 2015, bajo los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, la destrucción de la re- gión amazónica no paró de crecer. Un proceso que se intensificó en los últimos años y que ha alcanzado sus niveles históricos más altos desde la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil. Entre 2016 y 2018, Brasil ha perdido más de 30.000 km2 de selva, una extensión semejante a la de Bélgica. Vidas en peligro Pablo Gentili Pablo Gentili Profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro. Coordinador del Observatorio de Derechos Humanos en América Latina de la Facultad de Ciencia Política y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. 1514 A m az o na s: v id as e n p el ig ro 42 millones de indígenas han sobrevivido al exterminio en América Latina. Lo han hecho casi siempre en condiciones de miseria, abandono y exclusión. La mitad de ellos ocupa la periferia de las grandes ciudades, las favelas, las villas miserias, los pueblos jóvenes, las barriadas, los cantegriles, los márgenes sinuosos de una frontera que separa a los que transforman sus privilegios en derechos y a los que soportan que sus derechos nunca sean otra cosa que una lejana promesa de bienestar. Los pueblos indígenas están aquí, a nuestro lado. O están distantes, en áreas rurales, en reservas, casi confinados, alejados, dispersos en las selvas, en los bosques y los montes, en los pantanales, entre las mon- tañas y en las llanuras, rodeados de agua o de desiertos. Los indios, sus pueblos, sus lenguas, sus culturas, su diversidad nos rodean y nos interpelan. Pero casi nunca los vemos. Nuestra indiferencia transforma su presencia en una persistente ausencia, en un grito silencioso, en un ensordecedor estruendo que nadie escucha. O casi nadie. Los indios están aquí: invisibles, etéreos, incorpóreos, tan parecidos y tan distintos a nosotros, tan próximos y tan lejanos del espejo difuso en el que se refleja la filigrana de una herencia que siempre hemos despreciado. Los indios: nosotros en el espejo de la indiferencia o, lo que es lo mismo, en el des- consuelo de la ignorancia. Están allí, pero no los vemos porque nunca hemos entendido que los otros suelen ser depositarios de lo que desco- nocemos y tememos sobre nosotros mismos. Se hablan hoy, en América Latina, 500 lenguas indígenas. Pero casi na- die las escucha. Por eso, casi nadie nota cuando una de ellas desapare- ce y simplemente muere. La muerte de una lengua es el preanuncio de la muerte de la humanidad. Pero esto poco importa en América Latina, donde cada año desaparecen pueblos y lenguas que nadie nunca ha co- nocido ni escuchado. Un ritual de exterminio, una ceremonia de silencio e ignominia que nos convoca a celebrar el triunfo de la civilización sobre la barbarie desde hace ya 500 años. Cuando muere una lengua, triunfa la infamia sobre el futuro. La vergüenza se apodera del destino, el silencio derrota al grito, la miseria a la poesía, la oscuridad a la vida. Invisibles en la multitudHoy ser indio es luchar por un lugar en medio de la multitud YaguaréYamã escritor y activista indígena El gobierno de Bolsonaro ha permitido que, en el año 2019, la deforestación aumentara más de 45% con relación al año anterior. Promoviendo la libre portación de armas en los territorios rurales, Bolsonaro ha favorecido la prolife- ración de grupos de exterminio y milicias que asesinan líderes indígenas. Brasil es uno de los cuatro países del mundo con mayor número de homicidios de activistas ambientales, casi todos impunes. Su gobierno ha prácticamente desmontado los sistemas de protección de las reservas donde habitan las comunidades locales, facilitando la expansión del agronegocio, de la minería clandestina y de las poderosas empresas madereras. Su retórica de odio, racismo y destrucción ha contribuido con el avance de los grandes terrate- nientes que controlan la más amplia bancada de diputados defensores del agronegocio que jamás ha tenido el Congreso brasileño. De los 513 diputados brasileños, 225 (44%) pertenecen a la denominada “bancada ruralista”. De los 81 senadores, 32 (40%) defienden activamente a favor de los grupos nacio- nales y multinacionales que intervienen en los negocios rurales, violando con pasmosa frecuencia las leyes ambientales y ejerciendo la violencia contra las poblaciones campesinas, indígenas o quilombolas. Cuando el 19 de agosto de 2019 una nube negra y espesa cubrió de muerte la ciudad de San Pablo, el mundo se horrorizó con la noticia de que, solo en 2018, 1.347.132 hectáreas de bosque habían sido quemadas o arrasadas en el Amazonas. También, con el hecho de que, a mitad de este año, esa cifra ya había sido superada. Mucho se denunció, con rabia e indignación necesarias y oportunas, que el “pulmón del planeta” estaba siendo destruido con conse- cuencias ambientales y climáticas irreparables. Un hecho que afectaba a toda la humanidad y a las próximas generaciones. De lo que se habló poco, una vez más, es de quienes hoy y siempre han habitado debajo de esos árboles, abrazándolos, cuidándolos, protegiéndolos: los pueblos indígenas del Amazonas. No se queman solamente árboles y plantas cuando arde la selva. No se asesinan solo centenares de especies animales. El fuego que devora la región amazónica, devora vidas que casi siempre son imperceptibles. Vidas repletas de diversidad y cultura. Vidas que el poder se empecina en volver imperceptibles, invisibles. 1716 A m az o na s: v id as e n p el ig ro Este es un libro que pretende denunciar la tiranía de la mirada indolente, perezosa y cruel sobre los pueblos indígenas en América Latina. Este es un libro político, o sea, un libro sobre el poder de la palabra y de la mi- rada, sobre el silencio y la ceguera, sobre la colonialidad de la sensibilidad, del conocimiento y del sentido común. Este es un libro político, o sea, un libro repleto de esperanza, de vida, de resistencia y de luz. Viven hoy, en Brasil, cerca de 900 mil indígenas, organizados en más de 250 pue- blos, muchos de ellos con algunas pocas docenas de habitantes, otros con miles. Hablan 200 lenguas y ocupan 15% de un territorio de dimensiones continentales, en el ecosistema más diverso y rico del planeta. Los pueblos indígenas de Brasil han tenido la misma poca suerte que el resto de los pueblos indígenas de América Latina, despreciados por los gobiernos nacio- nales, casi siempre ejercidos por quienes les roban sus tierras, su dignidad, su cultura, su derecho a una vida libre. Comunidades indígenas diezmadas por la miseria, las pestes biológicas y culturales, religiosas y ambientales que les impo- nen un modelo de desarrollo que los desprecia como seres humanos y los redime sólo en su condición de pecadores, o sea, de esclavos. Este libro captura momentos de la vida cotidiana de algunos de los principales pueblos indígenas de Brasil, particularmente los que habitan la selva amazónica. Lo hace a través de imágenes, recordándonos que la fotografía es siempre el fragmento de una historia que no ha podido ser silenciada, de una historia que se resiste a ser olvidada. Como ha señalado Susan Sontag, “fotografiar es apropiar- se de lo fotografiado. Significa establecer con el mundo una relación determinada que parece conocimiento, y por lo tanto poder”. Porque “al enseñarnos un nuevo código visual, las fotografías alteran y amplían nuestras nociones de lo que me- rece la pena mirar y de lo que tenemos derecho a observar. Son una gramática y, sobre todo, una ética de la visión”. Ricardo Stuckert, uno de los grandes fotógrafos latinoamericano contemporá- neos, nos ayuda a mirar lo que el poder colonial invisibiliza. Con su cámara revela lo que tenemos derecho a mirar, o sea, lo que tenemos derecho a conocer. Aque- llo que los poderosos aspiran a silenciar. Con su cámara, ilumina el espejo en el que se refleja nuestra ignorancia sobre los otros, o sea, sobre nosotros mismos. Su recorrido por los pueblos indígenas de Brasil transita a contramano de la foto- grafía social y etnográfica convencional. En efecto, sus imágenes nos muestran vida, luminosidad, fuerza, creatividad, sonoridad, matices, tonalidades cambiantes, musicalidad, movimiento, alegría, pero, sobre todo, libertad, infinita libertad. Ricardo Stuckert parece despreciar la mirada compasiva del fotógrafo obsesio- nado por mostrarnos un indio abandonado y triste, sumergido en el dolor de su miseria, en el abismo del hambre y de la enfermedad. Frente a esto, nos propone una gramática, una ética de la visión llena de vitalidad, donde es posible, en una imagen, comprender o simplemente aproximarse a la complejidad de pueblos repletos de historia, de palabras, de arte, de costumbres, cantos, ritmos, bailes, rituales, narrativas, saberes, sabores, tecnologías y secretos. Los indios de Stuckert son indios empecinados en contar una historia que nunca consiguen contar porque parece que nadie los quiere escuchar. Frente al daguerrotipo etnonaturalista del indígena sumergido en su miseria y desprovisto de dignidad, Stuckert reclama nuestro derecho a mirar lo que el poder oculta: la diversidad y la vitalidad cultural de los pueblos indígenas constituye una imprescindible fuente de energía para dotar de sentido a nuestra identidad. Así, Stuckert celebra la vida que se despliega como torrente incontrolable en un mural de colores y de luz, de fuerza, misterio y poesía. Sabe, como alguna vez sos- tuvo Henri Cartier-Bresson, que en los confines de una fotografía se puede atrapar y preservar la vida. Nada más y nada menos que esto: hacer que la vida viva. Ricardo Stuckert pertenece a una familia de fotógrafos presidenciales. Su padre lo fue. Y también su hermano, que acompañó a Dilma Rousseff durante 6 años. Ricardo fue el fotógrafo oficial del ex presidente Lula. Hasta hoy sigue a su lado, registrando cada uno de los momentos más relevantes del vergonzoso y fraudulento juicio que lo ha mantenido encarcelado. Sus fotografías han recorrido el mundo, cosechando premios y reconocimientos por su excelencia artística, estética y técnica. Esta obra presenta una selección parcial de lo que se ha transformado en un am- bicioso proyecto creativo que Ricardo Stuckert se niega a abandonar: retratar a los principales pueblos indígenas de un país que ha vivido silenciando, ocultando o despreciando las raíces de su diversidad. Un país que ha vivido dándole la espalda a su futuro de justicia, libertad e igualdad. Gilberto Gil afirma: “la multiplicidad cultural brasileña es un hecho”. En cada imagen del gran fotógrafo brasileño Ricardo Stuckert vibra esa verdad: la multitud de pueblos y culturas que habitan el pulmón de América es inconmensurable y no podemos dejar de sorprendernos y maravillarnos frente a ella. Este libro es una invitación a abismarse en el Amazonas y palpar la vitalidad de los pueblos originarios del Brasil. Cada página inaugura un diálogo sensible en el que la intensidad de los colores y la potencia de los gestos moviliza sentimientos, despierta admiración, deja huella. Las miradasy expresiones que habitan estas páginas son tan profundamente humanas como conmovedoras. ¿Qué diálogos podemos entablar con la no menos multicultural historia de nuestros pueblos? No hay una única respuesta posible. O tal vez sí: el diálogo es la respuesta. La edición colombiana de este libro es una apuesta por entablar una conversación amplia con las raíces culturales de América, (re)descubrirnos en ellas, pensarnos bajo otras miradas, mirarnos con otros ojos. Bienvenidos al corazón de Brasil, bienvenidos a un diálogo posible entre nuestras culturas. Bienvenidos al corazón de brasil Rodrigo López Mesa Gerente CEDALC El fotógrafo o el cuentista se ven precisados a escoger y limitar una imagen o un acaecimiento que sean significativos, que no solamente valgan por sí mismos, sino que sean capaces de actuar en el espectador o en el lector como una especie de apertura, de fermento que proyecta la inteligencia y la sensibilidad hacia algo que va mucho más allá de la anécdota visual o literaria contenidas en la foto o en el cuento. Julio Cortázar (1914-1986) Escritor argentino. 2524 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 2726 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 2928 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 3130 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 3332 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro A todas las lenguas hay que preservarlas, porque cuando se pierde una lengua, se pierde una visión del mundo. Así como hay leyes para preservar los seres biológicos, también debe haber leyes para preservar las lenguas. Ahora hay leyes que protegen las especies en peligro de extinción. ¿Por qué no tener también leyes para las lenguas en extinción? Cada vez que un pueblo deja de hablar una lengua, se empobrece toda la humanidad. - Ernesto Cardenal (1925) Poeta, sacerdote, teólogo, escritor, traductor, escultor y político nicaragüense. 3534 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 3736 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 3938 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 4140 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 4342 ka la p al o A m az o na s: v id as e n p el ig ro 4544 ka m ai ur á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 4746 ka m ai ur á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 4948 ka m ai ur á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 5150 ka m ai ur á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 5352 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 5554 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 5756 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 5958 in d io s m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) 6160 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 6362 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 6564 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 6766 m eb ên g ô kr e (k ay ap ó ) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 6968 ya no m am i A m az o na s: v id as e n p el ig ro 7170 ya no m am i A m az o na s: v id as e n p el ig ro 73 ya no m am i A m az o na s: v id as e n p el ig ro 72 La comunicación entre culturas es más compleja que la comunicación en el interior de cada cultura, pues incluye un factor nuevo y determinante: la traducción. Es una actividad que cambia aquello mismo que transmite. La traducción introduce al otro, al extraño, al diferente, en su forma más radical: un lenguaje distinto. Y un lenguaje distinto significa una manera distinta de pensar y sentir, una visión otra del mundo. Otra alienación latinoamericana, muy típica, es nuestra actitud de pueblo que llegó aquí ayer, y no conoce la tierra donde habita. Mientras que un indio sabe el nombre, el uso y el misterio de cada animal, planta, piedra, tierra y nube, para nosotros los latinoamericanos todo es bicho, palo o cosas. Somos, culturalmente, una especie de pueblos tabla rasa, desculturizados de aquellos saberes y de aquellas artes tan elaboradas por nuestras matrices indígenas, africanas y euro- peas. Al civilizarnos nos convertimos en idiotas.- Octavio Paz (1914-1998).Poeta y ensayista mexicano. Premio Nobel de literatura. - Darcy Ribeiro (1922-1997) Antropólogo, educador y político brasileño. U n lu g ar e n la m ul tit ud ya no m am i 7574 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 7776 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 7978 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 80 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 8382 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro Heredamos también, de los indios, tal vez, otra virtud que es una predis- posición a la vida solidaria que brota natural y frondosa donde quiera que no surja un patrón blanco monopolizando la tierra y esclavizando a la gente. Darcy Ribeiro (1922-1997) Antropólogo, educador y político brasileño. 84 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 8786 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 86 in d io s Ya no m an i Lamentablemente la cultura indígena aún es vista como folclórica. Y es fruto de una política que siempre trató a los indígenas como seres del pasado, de un pasado atemporal, sin historia. La sociedad brasileña terminó incorporando ese equívoco y lo aceptó como una verdad absoluta. El resultado ha sido desastroso para la propia sociedad pues acabó negando la participación efectiva de nuestro pueblo en la composición de la identidad nacional”. El indio es un ser humano que tejió y desa- rrolló su cultura y su civilización íntimamente ligados a la naturaleza. A partir de ella, elaboró tecnologías, teologías, cosmologías, sociedades que nacieron y se desarrollaron de experiencias, vivencias e interacciones con la selva, el monte, los ríos, las montañas y las vidas del reino animal, mineral y vegetal. - Daniel Munduruku (1964). Escritor y educador indígena brasileño. - Kaka Werá Jecupé (1964) Escritor y político indígena brasileño 8988 hu ni k ui n (k ax in aw á) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 9190 hu ni k ui n (k ax in aw á) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 9392 hu ni k ui n (k ax in aw á) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 9594 hu ni k ui n (k ax in aw á) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 9796 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 9998 hu ni k ui n (k ax in aw á) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 101100 hu ni k ui n (k ax in aw á) A m az o na s: v id as e n p el ig ro 103102 as ha ni nk a A m az o na s: v id as e n p el ig ro 105104 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 107106 ya w an aw á A m az o na s: v id as e n p el ig ro 109108 as ha ni nk a A m az o na s: v id as e n p el ig ro 111110 as ha ni nk a A m az o na s: v id as e n p el ig ro 113112 as ha ni nk a A m az o na s: v id as e n p el ig ro 115114 as ha ni nk a A m az o na s: v id as e n p el ig ro 117116 as ha ni nk a A m az o na s: v id as e n p el ig ro 123122 p at ax ó A m az o na s: v id as e n p el ig ro 125124 p at ax ó A m az o na s: v idas e n p el ig ro 127126 p at ax ó A m az o na s: v id as e n p el ig ro 129128 p at ax ó A m az o na s: v id as e n p el ig ro El indio es invisible, invisibilizado, pierde la voz, pierde el foco, pierde la imagen, desaparece ahogado en el mar de la burocracia, ahogado en el mar de las palabras, va desapareciendo poco a poco. Es como un grito en el silencio de la noche, nadie sabe de dónde vino, nadie sabe dónde encontrarlo. Nosotros siempre fuimos invisibles. El pueblo indígena, los pueblos indígenas, ellos siempre fueron invisibles para el mundo. Aquel ser humano que pasa hambre y sed, que es masacrado, que es perseguido, muerto en la selva, en las rutas, en las aldeas, no existe. Para el mundo externo, existe aquel indio exótico, el que usa collar, el que danza y canta para que el turista lo contemple. Pero aquel otro, el que está en la aldea, ese sufre una enfermedad, la enfermedad de ser invisible, casi un desaparecido. Almires Martins Machado (1967). Doctor en derecho indígena. Nació en la reserva indígena de Dourados. 131130 p at ax ó A m az o na s: v id as e n p el ig ro 135134 xu ku ru -k ar ir i A m az o na s: v id as e n p el ig ro Un indio Un indio bajará de una estrella colorida, brillante de una estrella que vendrá a una velocidad escalofriante y se posará en el corazón del hemisferio sur de América en un claro instante. Después de exterminada la última nación indígena y el alma de los pájaros, las fuentes de agua límpida, más avanzado que la más avanzada de las más avanzadas de las tecnologías, vendrá: impávido como Mohammed Alí. Vendrá - lo vi: apasionadamente como Peri. Vendrá - lo vi: tranquilo e infalible como Bruce Lee, vendrá - lo vi. Un indio preservado en pleno cuerpo físico, en todo sólido, todo gas, y todo líquido, en átomos, palabras, alma, corazón, en gesto, olor en sombra, en luz, en sonido magnífico. A un punto equidistante entre el Atlántico y Pacífico de ese objeto refulgente, sí, bajará el indio y todo lo que sé que él va a decir y hacer no sé contarlo así, de un modo explícito. Vendrá: impávido como Mohammed Alí. Vendrá - lo vi: apasionadamente como Peri. Vendrá - lo vi: tranquilo e infalible como Bruce Lee, vendrá - lo vi. Y aquello que en ese momento se revelará a los pueblos sorprenderá a todos no por ser exótico sino por haber podido estar oculto siempre, cuando justamente era lo obvio. Caetano Veloso (1942). Músico, poeta y cineasta brasileño. Brasil no puede seguir siendo, como decía Oswald de Andrade, un país de esclavos que temen ser hombres libres. Tenemos que completar la construcción de la nación, incorporar segmentos excluidos, reducir las desigualdades que nos atormentan. O no tendremos cómo recuperar nuestra dignidad interna, cómo afir- marnos ante el mundo, cómo sustentar el mensaje que tenemos para dar a este planeta siendo una nación que se prometió a sí misma el ideal más alto que se puede proponer una colectividad: el ideal de la convivencia y la tolerancia entre seres y lenguajes diversos. El papel de la cultura en ese proceso no es apenas táctico o estratégico, es central. La multiplicidad cultural brasileña es un hecho. Pa- radójicamente, nuestra unidad cultural también lo es. Gilberto Gil (1942). Músico brasileño. Fue Ministro de Cultura durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. De hecho, podemos decir que nuestra diversidad interna es hoy en día uno de nuestros trazos de identidad más nítidos. Es lo que hace que un favelado carioca vinculado al samba y a la macumba y un caboclo amazónico que cultiva carimbós y encantamientos se sientan y, de hecho, sean igualmente brasileños. Somos un pueblo mestizo que viene creando hace siglos una cultura esen- cialmente sincrética. Una cultura diversificada y plural, como un verbo conjugado por personas distintas, en tiempos y modos diversos. Porque, al mismo tiempo, la cultura es una: cultura tropical sincré- tica tejida al abrigo y a la luz de la lengua portuguesa. Amazonas: vidas en peligro fo to gr af ía s de R IC AR DO S TU CK ER T Es te lib ro ca pt ur a m om en to s de la v id a co tid ia na d e al gu no s de lo s pr in cip al es pu eb lo s in dí ge na s de B ra sil . L o ha ce a tr av és d e im ág en es , r ec or dá nd on os qu e la fo to gr af ía e s sie m pr e el fr ag m en to d e un a hi st or ia q ue n o ha p od id o se r s ile nc ia da , d e un a hi st or ia q ue s e re sis te a s er o lvi da da . Ri ca rd o St uc ke rt, u no d e los g ra nd es fo tó gr af os la tin oa m er ica no co nt em po rá ne os , no s ay ud a a m ira r l o qu e el po de r c ol on ia l in vis ib iliz a. C on s u cá m ar a, re ve la lo qu e te ne m os d er ec ho a m ira r, o se a, lo q ue te ne m os d er ec ho a co no ce r y q ue lo s po de ro so s as pi ra n a sil en cia r. Co n su cá m ar a, ilu m in a el es pe jo e n el qu e se re fle ja n ue st ra ig no ra nc ia s ob re lo s ot ro s, o se a, s ob re n os ot ro s m ism os . Su re co rri do p or lo s pu eb lo s in dí ge na s de B ra sil tr an sit a a co nt ra m an o de la fo to gr af ía s oc ia l y e tn og rá fic a co nv en cio na l. S us im ág en es n os p ro po ne n un a gr am át ica , u na é tic a de la v isi ón lle na d e vit al id ad , d on de e s po sib le, e n un a im ag en , c om pr en de r o s im pl em en te a pr ox im ar se a la co m pl eji da d de p ue bl os re pl et os d e hi st or ia , d e pa la br as , d e ar te , d e co st um br es , c an to s, rit m os , b ai les , rit ua les , n ar ra tiv as , s ab er es , s ab or es , t ec no lo gí as y s ec re to s. Lo s in di os d e St uc ke rt so n in di os e m pe cin ad os e n co nt ar u na h ist or ia q ue n un ca co ns ig ue n co nt ar p or qu e pa re ce q ue n ad ie lo s qu ier e es cu ch ar . Un a ob ra q ue ce leb ra la v id a qu e se d es pl ieg a co m o to rre nt es d e co lo re s y de lu z, de fu er za , m ist er io y p oe sía . R ica rd o St uc ke rt no s m ue st ra q ue , e n lo s co nfi ne s de u na fo to gr af ía , s e pu ed e at ra pa r y p re se rv ar la v id a. N ad a m ás y na da m en os q ue e st o: h ac er q ue la v id a viv a. Am az on as : v id as e n pe lig ro pu eb los in díg en as d e B ra sil Tapa_WEB copy Amazonas_web_interior Contratapa_WEB copy
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