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Nazaret año 2 ENCUENTRO Samuel: el niño llamado PREVIOS LOCAL Salón de reuniones AMBIENTACION Cartel o imagen de Samuel y su nombre en grande pegado en el centro. MATERIALES Cartel o imagen de Samuel y su nombre en grande, folios de colores, rotuladores y celo. Lectura de la vocación de Samuel(Anexo) DURACIÓN 50 min. Proyecto Marco de Pastoral ÁMBITOS CONTENIDOS » Descubrimiento de la Palabra de Dios como fuente de vida. » Significar todos los momentos vitales OBJETIVOS DEL ENCUENTRO » Mostrar la importancia de las vocaciones bíblicas veterotestamentarias » Conectar con la vida pasada y el sacramento del bautismo recibido. ESTRUCTURA ACOGIDA El catequista advierte a los niños que hoy van a conocer a un personaje bílbico que como ellos aprendió a escuchar la voz de Dios siendo niño. INTERIORIDAD/ORACIÓN Nos gusta dormir y descansar, pero incluso en el sueño Dios trabaja y llama. DINAMICA DE TRABAJO (SECUENCIADA) El catequista hace el esfuerzo de saludar a cada niño por su nombre. Dinámica “Agudizando el oído”: El catequista grita el nombre de un/a niño/a a la vez que todos gritan el suyo propio. Han de acertar qué nombre ha gritado. El que acierte el nombre se pone en el medio. Segunda Ronda: el catequista gri- ta otro nombre mientras todos gritan lo que sea. El del medio ha de acertar qué nombre ha gritado el catequista…. Se podía hacer otra ronda según el tiempo y la motivación. Con los ojos cerra- dos. Otro voluntario se sitúa en otro lugar de la sala y grita el nombre de un compañero (mientras todos gritan su propio nombre). El compañero que ha es- cuchado su nombre ha de llegar a dónde está el que ha gritado su nombre con los ojos cerrados y acertar quién es. Hablamos sobre lo vivido: » ¿Ha resultado fácil o difícil escuchar el nombre de cada uno? ¿Por qué? » En la tercera ronda, ¿fue fácil saber qué compa- ñero había gritado el nombre? ¿Por qué? » ¿Cómo hubiera sido más fácil escuchar nuestro propio nombre? » ¿Quiénes son las personas más comunes que os llaman por vuestro nombre?( que enumeren: pa- dre, madre, hermanos, profes, abuelos,…)¿ Si os llaman, aunque no las podáis ver, reconoceríais quién os ha llamado por vuestro nombre? ¿Por qué? » Y si…….. te llamase Dios por tu nombre, ¿lo reco- nocerías? …. Lo dejamos ahí. Vamos a escuchar un relato de la Biblia donde a un niño llamado Samuel, le pasó algo muy curioso, con Alguien que le llamó y de primeras no lo reconoció. …A ver quién fue…Se lee 1 Sam 3, 1-16.(Anexo) Se dialoga recogiendo la historia bíblica, sobre todo cómo Samuel aprende a escuchar la voz de Dios y cómo llama: » ¿Samuel supo desde el principio que era Dios quien lo llamaba? ¿Por qué? » ¿Quién le ayuda a reconocer la voz de Dios? » ¿Qué responde Samuel a Dios a la tercera vez? » ¿Qué personas cercanas a ti te pueden ayudar a reconocer la voz de Dios que te llama cada día? » ¿Cómo le responderías a Dios? ¿te harías “el sor- do” como cuando tus padres, abuelos, hermanos o compañeros de clase te llaman por tu nombre para pedirte que les ayudes en algo? ¿O respon- derías como Samuel, a la primera? » ¿Estás dispuesto a escuchar a Dios que te llama por tu nombre para hacer el bien, para ayudar a los demás? Para escuchar a Dios, los amigos de Jesús, rezamos solos o juntos, leemos su Palabra (la Biblia) para sa- ber qué quiere Dios de nosotros. Se les pide que escriban su nombre en el folio y la respuesta de Samuel y lo coloquen junto al de Samuel. CONCLUSIONES Y RECOGIDA FINAL Mientras van colocando los nombres se hace no- tar que todos hemos ya recibido una llamada por nuestro nombre, este nombre fue puesto incluso en nuestro Bautismo, un sacramento que nos vincula a Dios. Se puede pedir que pregunten a sus padres porqué le pusieron su nombre y que busquen su significa- do. ORACION FINAL Y ENVIO Oración: No sé si ha sonado el despertador. Me he despertado. Alguien me dice: que te llama Dios. ¡Ay Dios mío!¿Me has llamado? Soy yo, dime, dime. Sé que eres Tú Señor. Habla, habla, que yo te escucho. Cojo boli y papel para apuntar, por si es necesario para que no se me olvide nada. Soy como un niño pequeño, como Samuel. Soy todo oídos. ANEXO 1 El niño Samuel El niño Samuel oficiaba ante el Señor con Elí. La Palabra del Señor era rara en aquel tiempo y no abunda- ban las visiones. Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver. Aún no se había apagado la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el santuario del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó: —¡Samuel, Samuel! Y éste respondió: —¡Aquí estoy! Fue corriendo adonde estaba Elí, y le dijo: —Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí respondió: —No te he llamado, vuelve a acostarte. Samuel fue a acostarse, y el Señor lo llamó otra vez. Samuel se levantó, fue a donde estaba Elí, y le dijo: —Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí respondió: —No te he llamado, hijo; vuelve a acostarte. Samuel no conocía todavía al Señor; aún no se le había revelado la Palabra del Señor. El Señor volvió a llamar por tercera vez. Samuel se levantó y fue a donde estaba Elí, y le dijo: —Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí comprendió entonces que era el Señor quien llamaba al niño, y le dijo: —Anda, acuéstate. Y si te llama alguien, dices: Habla, Señor, que tu siervo escucha. Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y lo llamó como antes: —¡Samuel, Samuel! Samuel respondió: —Habla Señor, que tu siervo escucha. ANEXO 1 El niño Samuel El niño Samuel oficiaba ante el Señor con Elí. La Palabra del Señor era rara en aquel tiempo y no abunda- ban las visiones. Un día Elí estaba acostado en su habitación. Sus ojos empezaban a apagarse y no podía ver. Aún no se había apagado la lámpara de Dios, y Samuel estaba acostado en el santuario del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó: —¡Samuel, Samuel! Y éste respondió: —¡Aquí estoy! Fue corriendo adonde estaba Elí, y le dijo: —Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí respondió: —No te he llamado, vuelve a acostarte. Samuel fue a acostarse, y el Señor lo llamó otra vez. Samuel se levantó, fue a donde estaba Elí, y le dijo: —Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí respondió: —No te he llamado, hijo; vuelve a acostarte. Samuel no conocía todavía al Señor; aún no se le había revelado la Palabra del Señor. El Señor volvió a llamar por tercera vez. Samuel se levantó y fue a donde estaba Elí, y le dijo: —Aquí estoy; vengo porque me has llamado. Elí comprendió entonces que era el Señor quien llamaba al niño, y le dijo: —Anda, acuéstate. Y si te llama alguien, dices: Habla, Señor, que tu siervo escucha. Samuel fue y se acostó en su sitio. El Señor se presentó y lo llamó como antes: —¡Samuel, Samuel! Samuel respondió: —Habla Señor, que tu siervo escucha.