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Antonio Moreno Verdulla LITERATURA INFANTIL Introducción en cu problemática, su historia c su didáctica SERVICIO DE PUBLICACIONES UNIVERSIDAD DE CÁDIZ 1998 Moreno Verdulla, Antonio Literatura infantil: Introducción en su problemática, su historia y su didáctica / Antonio Moreno Verdulla. — 2a ed.— Cádiz: Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1998. — 244 p. ISBN 84-7786-502-7 1. Literatura infantil-Historia y crítica. I. Moreno Verdulla, Antonio. II. Universidad de Cádiz. Servicio de Publicaciones, ed. III. Título. 82-3.09 Copyright: I.S.B.N.: Depósito Legal: UNIVERSIDAD DE CÁDIZ 84-7786-502-7 CA: 631/98 Diseño y Maquetación: Creasur Imprime: Imprenta Repeto-Cádiz A Carmen García Surrallés Prefacio La Didáctica de la Lengua nos empuja a encontrarnos con la literatura. Enseñar la lengua nos supone utilizar canciones, rimas, adivi nanzas, cuentos y dramatizaciones que son fruto de nuestra inventiva, del trabajo de los profesionales de la literatura, o pertenecientes a la tradición oral. Esta razón nos obliga a reflexionar necesariamente en la literatura diri gida a los niños, la que puedan crear los niños o aquella otra que los niños van haciendo suya porque coincide con sus gustos. Nos proponemos conseguir un acercamiento y una primera profundización del lector a la problemática de la existencia y supervivencia de la literatura para niños, ya sea escrita o de tradición oral, las publica ciones periódicas, radio, televisión y cine que se hacen para niños, diferen ciando sus ventajas e inconvenientes. Esta reflexión se ha de extender también a las técnicas creativas de animación a la lectura en todos los géne ros de la literatura infantil, siendo preciso, en ocasiones, recorrer un poco de su historia, el funcionamiento de la biblioteca del centro o del aula, los premios que se conceden en la actualidad o las utilidades de los catálogos. Antonio Moreno Verdulla I La literatura infantil y su problemática -¿Qué es literatura infantil? -Contenido de la literatura infantil * obras no pensadas para niños * obras pensadas para los niños * obras escritas por los niños -Problemática de los intereses de los niños: lo maravilloso, lo aventurero, el mundo animal, la naturaleza y el hombre. -Características de las obras infantiles: divertidas, apasionantes, reales, verdaderas, con validez moral, serenidad psicológica, continuidad de interés, claridad de exposición, texto con ilustraciones. -La selección de los textos -Condiciones de las lecturas infantiles: * conexión con los intereses del niño * presentación atractiva de la obra * adecuación con el nivel lector del niño -Problemas que plantea la selección de textos * adaptaciones * selección de fragmentos * solución intermedia -Graduación de las lecturas según las etapas: de prelectura, animista, fantástica, fantástico-realista y estética. y según el tipo de lector: romántico, realista, intelectual y estético. -La problemática de los géneros 7 Literatura Infantil Introducción Podemos decir que existe un apartado de la literatura universal que es comúnmente ignorado. Sólo resultan familiares los adjetivos de la literatura "española, francesa, inglesa, hispanoamericana..." o "medieval, moderna, contemporánea..." ; sin embargo, en pocas circunstancias hablar de literatura infantil o juvenil resulta natural. Y, así las cosas, incluso puede suceder que ninguno de los que ya se han acostumbrado a nombrarla se ha yan detenido a pensar un poco en el contenido de esa fracción de la litera tura, tan a la moda editorial, que responde a la calificación de "infantil" o "juvenil". "Paradojas de la literatura para la juventud" -se queja Marc Soria no1- "sus autores son numerosos pero, a excepción de algunos univer salmente célebres, nadie conoce sus nombres." 1 SORIANO. Marc (1975): Guide de littérature pour la jeunesse. Courants, problèmes, choix d'auteurs. Paris: Flammarion; pâg. 15 Necesidad de la literatura infantil La cierta relación entre desarrollo y lenguaje en el niño, entre pensamiento y lenguaje en el adulto, es conocida de todos. Si el adulto necesita de la lengua para ampliar sus conocimientos, sus experiencias y sus satisfacciones (estéticas, por ejemplo), mucho más el joven, el adolescente, y el niño. Si el primero, supuestamente, ya no precisa encontrar una literatura expresamente escrita para él, si el segundo igualmente puede aceptar en determinados casos la lectura de obras destinadas a adultos, no cabe duda que el último, el niño, por el contrario, exige necesariamente experiencias de lengua apropiadas. Requiere una literatura que avance igual que él y su entorno avanzan. Y esto ¿qué es, literatura o pedagogía? Pues tanta pedagogía como educativa es cualquier lectura para el adulto; pero sin olvidarnos de que el adulto y el niño buscan principalmente otra cosa: comunicación, una diversión espiritual que puede ser estética o lúdica. Buscan literatura, oral o escrita. 8 Antonio Moreno Verdulla ¿Literatura infantil? "¿Hay una esfera de creación para la infancia y la adolescencia?" (López Tamés)2 2 LÓPEZ TAMÉS. Román (1985): Introducción a la literatura infantil: 2a-ed: 1990. Universidad de Murcia, pág. 15. 3 CERVERA, Juan (1991): Teoría de la Literatura Infantil, Bilbao: Universidad de Deusto-Ediciones Mensajero; pág. 9. 4 CERVERA. Juan (1985): La literatura infantil en la Educación Básica; Madrid: Cincel-Kapelusz; pág. 14. 5 Cfr: NOBILE. ANGELO (1990): Literatura infantil y juvenil. La infancia v sus libros en la civilización tecnológica. Edición española: Madrid. Morara. ’1992: pp. 45 y 46. 6 Michaei. TOURNIER publicó en 1982 un artículo en El Correo de la Unesco, reflexionando sobre su experiencia como autor de un libro infantil. Dicho artículo se reproduce en el núm. 36 (febrero de 1992) de Cuadernos de Literatura Infantil v Juvenil, Barcelona: Editorial Fontalba. "Durante largo tiempo la literatura infantil ha tenido consideración escasa e incluso algo peyorativa. Se han discutido su existencia, su necesidad y su naturaleza" (J. Cervera)3 Con facilidad, incluso entre aquellos que dicen aceptar su existen cia, surge a veces la pregunta ¿qué aspectos contiene tal literatura infantil? El profesor Juan Cervera expresó en cierta ocasión que esta duda no es más que "una forma retórica de manifestar escepticismo, tanto sobre su exis tencia como sobre su validez".4 Marc Soriano, por su parte, nos recuerda la dificultad de responder con precisión cuáles son los contenidos de esta "literatura de la juventud", como él precisa que debe llamarse y que preferimos entender como "literatura de la infancia y la adolescencia"5 aunque, por abreviar, nos refiramos a ella con el conocido nombre genérico de "literatura infantil". ¿Cuáles son, siguiendo pues a Soriano, los autores, las obras, las pretensiones de los emisores en el proceso de la creación,6 las posibilidades del receptor, etc? 9 Literatura Infantil Cervera nos advierte de discrepancias entre los críticos sobre esos conceptos referentes a la literatura infantil: "naturaleza y objetivos, cuestio nes siempre interesantes, porque su estudio y aclaración arrojan mucha luz sobre ella",7 aunque "en el momento actual nadie se atreve a negar su exis tencia y su necesidad". La aceptación, cada vez mayor, de la literatura infantil quizás sea consecuencia del sorprendente fenómeno sociológico que hemos vivido en los últimos años y que hoy tiende a estabilizarse -más de seis mil títulos publicados en 1986 y en descenso hasta los casi cinco mil de 1991, según datos del Ministerio de Cultura-, 7 Cfr: CERVERA (1991). pág. 9. 8 LÓPEZ TAMÉS. (1990). pág. 16. 9 Cfr: LÓPEZ TAMÉS (1990), pág. 17: "Es excesivo confundir, como sucede en las lenguas románicas, la literatura con lo escrito, desdeñando así las formas orales". Damos por supuesto, en nuestro caso, que partimos de la seguridad de su existencia -"existe literatura infantil como existe la literatura popular", afirma Tamés8-,razón por la cual preguntamos qué es literatura infantil nos resulta ya innecesario y sólo nos limitaremos a realizarlo de modo retórico. Al hilo de esta cuestión, intentaremos describir qué ha sido la literatura infantil en los últimos tiempos y qué progresos se han realizado en su estudio para contar hoy con el reconocimiento expreso de los más impor tantes autores y críticos de la literatura. La presencia de la literatura infantil en nuestros días es evidente. Millones de pesetas consumidos en ventas y en publicidad televisiva nos pueden llevar a reflexionar sobre el auge de una literatura que viene precisa mente a cubrir el hueco de una necesidad natural. Los que están aprendiendo a ser lectores y, en definitiva, los que están aprendiendo a "ser", se convierten en insaciables devoradores de literatura pues, para ellos, toda información es poca. El mundo es la gran fuente de los descubrimientos y en ella no puede desecharse una vía de información tan importante como la literatura, ya sea oral o escrita17: "Cada vez se valora más el contacto de la literatura con el lector. Entonces la literatura, sin dejar de ser un conjunto 10 Antonio Moreno Verdulla de obras con determinadas características, implica la potencia de comunicar al lector capacidad para revivir dichas obras. De suerte que, cuando defina mos la literatura infantil, tendremos que tener presentes las reacciones de sus lectores".10 10 Cfr: CERVERA (1991), pág. 9. " SAVATER, Fernando (1988): "Lo que enseñan los cuentos": en Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil; núm. 1, diciembre 1988: pág. 8 y ss.: Barcelona: Ed. Fontalba. 12 Cit. por HÜRLIMANN, Bettina (1968): Tres siglos de literatura infantil europea; Barcelona: Juventud; 2a ed; pág. 5. Literatura infantil, juego de niños "He oído a ciertas personas decir delante de criaturas de tierna edad que leer es cosa muy educativa: sin deseo de caer en extremismos, creo que deberían ser quemadas a fuego lento. No sé si leer es cosa muy educativa (...) Cuando pienso en una lectura educativa, me imagino uno de esos diálogos beckettianos recomen dados por los oligofrénicos profesionales para aprender idiomas: ' ¿Es su padre torero o posee una casa en las afueras?’ (...) Lo que quiero decir es que la educación es una cosa muy necesaria (aunque a veces tiene tendencia a confundirse con la formación profesional, cuya utilidad es de otro orden más subordinado), pero la literatura es realmente imprescindible." (Fernando Savater.)11 Se cuenta que Heinrich Hoffmann, el médico autor de uno de los libros infantiles alemanes más editados desde 1845, el Struwwelpeter, replicó a su editor con una sentencia tajante: "Los libros infantiles existen para ser rotos".12 Luego existen, no podemos negarlo, y tan dentro de la vida de los niños, que podríamos creer que sólo para "ser rotos". Esta anéc dota puede conducimos a problemáticas diferentes; pero preferimos en este 11 Literatura Infantil momento recordar estas dos ideas: la literatura infantil existe e incluso podernos afirmar que se juega. En efecto, durante años, lejos de las aulas, donde no había otra cosa que pesadas tareas de gramática o de historia de la literatura, ha existido siempre un refugio para los niños que gustaban de la lectura: un mundo de canciones y libritos, de cuentos y más tarde de tebeos, que se han leído ansiosamente, que se han reconstruido a diario y que se han integrado en los juegos infantiles hasta el punto de perder poco a poco sus páginas y su frágil existencia. Es Bettina Hürlimann quien nos recuerda cómo este fenómeno será un gran problema a la hora de intentar reconstruir la Historia de la literatura infantil pues obstaculizará enormemente la difícil tarea de encontrar y clasificar los libros preferidos, los que más interesaron a los niños en todos los tiempos porque, generalmente, acabaron rotos. Mientras que, aquellos otros que se han conservado perfectamente, suelen ser los libros morali zantes o los que simplemente servían como ejercicios de lectura.1’ Literatura infantil, ¿función estética? Es imprescindible, sin embargo, que nos cuestionemos el papel y la función de esta discutida literatura en torno a tres aspectos: - su producción, ¿qué obras son infantiles o juveniles? - su receptor, ¿puede un niño percibir la obra literaria? - su emisor, ¿actúa con libertad o bajo fuertes condicionantes? Según suponen algunos críticos, el autor puede perder su libertad en el momento creativo, pues ¿acaso se puede escribir pensando en el tipo de lector? Y en este supuesto, ¿qué resulta'?, ¿literatura o pedagogía? Por estas o por otras causas similares, fueron muchas las voces un 12 |; HÜRLIMANN (1968). pág. 7 Antonio Moreno Vcrdulla portantes que se alzaron a favor y en contra de la literatura infantil,14 como las de Manzoni (en el siglo XIX) o Benedetto Croce (1866-1952). Crocc, que negaba la existencia de arte con adjetivos, suponía a los niños sin capacidad suficiente para captar todos los valones estéticos de una obra literaria, aunque sí la tuvieran en parte para captar otros menores -como el humor, por ejemplo-. Esto, sin querer y en el fondo, apunta ya una posibi lidad de literatura infantil, aún a sabiendas de que los niños pudieran no recibir (al principio de su vida lectora) todos los valores de los que puede gozar una obra. 14 Cfr: PETRINI, Enzo (1958): Estudio crítico de la Literatura Juvenil; Madrid, Rialp, reimp. 1981; capítulo 4, pp. 58 y ss. Para entender mejor la importancia de los pensamientos de Benedetto Croce y la defensa posterior que vamos a hacer, abramos un breve paréntesis con el fin de recordar algunos aspectos de las funciones del lenguaje. Contexto Emisor ---- Mensaje—Receptor C anal ------------- Código —--------------------- La Función Estética o Poética se centra en el propio lenguaje; pero orientándose hacia un uso artístico de la comunicación y, como en los demás casos, también puede llevar asociada otra de las funciones (sin generalizar): la poesía lírica y algunas autobiografías, la función emotiva; poesía épica, algunas obras de teatro y algunas novelas, la referencial, etc. Y, una vez que hemos hecho esta advertencia, podemos reconstruir el esquema de la comunicación sustituyendo los factores por las funciones que llevan asociadas: 13 Literatura Infantil Referencial Emotiva--------- Poética --------- Conativa Fática Metalingüística Sin embargo, existe también otra función que nos va a interesar mucho. Si nos detuviéramos a estudiar el mensaje y su relación con la fun ción poética, descubriríamos tal y como se apunta en muchos estudios, que existe un uso diferente: una función centrada también en el propio mensaje y muy cercana a la función poética, a la que frecuentemente se encuentra unida;13 pero que no puede identificarse con ella. Observemos este ejemplo tomado del folclore infantil: En el campo hay una cabra ética, perlética, pelapelambrética, pelúa, pelapelambrúa. Tiene sus hijos éticos, perléticos, pelapelambréticos, pelúos, pelapelambrúos. Si la cabra no fuera ética, perlética, pelapelambrética, pelúa, pelapelambrúa, no tendría sus hijos éticos, perléticos, pelapelambrétieos, pelúos, pelapelambrúos. (Popular.16) 15 Tal como dice Jacobson, las funciones no tienen valor excluyeme, sino predominante. 16 BRAVO-VILLASANTE, Carmen: Antología de la literatura infantil española, vol. 3. págs. 36. 14 Antonio Moreno Verdulla Se trata de la función lúdica; es decir, convertir el mensaje en un puro juego, gratuito, sin el pragmatismo de la comunicación usual (en esto último coincide con la función estética), y que es frecuentemente utilizada por la poesía infantil, folclórica o de autor, en retahilas, trabalenguas, canciones... Y tan clara es la asociación de literatura infantil con esta función lúdica que, refiriéndose a la actividad lúdico-creativa del niño en la escuela, el profesor Cervera nos advierte que "pese a sus limitaciones, puedefecundar y hacer más intensos los contactos con aquellos géneros o modalidades menos frecuentes y menos abonados por el ambiente. [...] De la misma forma que el juego aportará fórmulas para revitalizar, ampliar y perpetuar los contactos hasta transformar la literatura infantil en una vivencia del niño'1.17 17 CERVERA (1991), pág. 67. 18 COLACO, Ma Rosa (1970): El niño y la vida. Antología de textos y poemas infantiles; Barcelona: Kairós. 19 ADA, Alma Flor (1991): "La poesía infantil en Hispanoamérica" en CERRILLO. P. y PADRINO, J. coordinadores: Poesía Infantil. Teoría, Crítica e Investigación; Cuenca: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, p. 87 y ss. Aunque nuestro pensamiento hubiera sido similar al de Croce, posiblemente encontraríamos en este aspecto lúdico nuevos argumentos para aceptar totalmente la existencia de esa literatura. Además, nos es posible dudar de la afirmación de Croce sobre la capacidad del niño para reconocer los valores estéticos de la obra literaria después de conocer las experiencias de Ma Rosa Colago18, Alma Flor Ada19 o tantos otros profesores... Pues bien, con el único ejemplo de un poema escrito por un alumno de ocho años, pretendemos ahora llegar a intuir las posibilidades literarias de los niños como autores: EN EL AGUA UN PÁJARO MUERTO Con el pico abierto todo mojadito 15 Literatura Infantil con las plumas sucias la cabedla pelada pobre pajarito que moriste ahogado. Ya no pías Ya no cantas Ya no te ves los ojos en los espejos del agua. António Joaquim (8 años)2" En la segunda mitad del siglo XX, a la vista de lo sucedido durante la primera y del auge que experimentaba poco a poco la obra escrita para niños, una nueva visión de la literatura infantil se fue imponiendo. En parte, porque el niño juega cantando, representando, escuchando o leyendo y se divierte con esta actividad que, además de ser lúdica, le convierte en recep tor pleno de una manifestación artística: la literatura. Arturo Medina, que da por probada la existencia de la literatura infantil por su extensa nómina de autores y obras excelentes, piensa también que debe incluirse en la formación de los educadores porque, además, "los hábitos lectores van a despertarse en el niño por la frecuentación de estos libros, y no por la literatura impuesta de autores clásicos".21 En la misma línea de opinión podemos situar a Castro Alonso cuando nos dice que "movidos por el placer obtenido de las obras infantiles y juveniles, pasarán insensiblemente a la literatura de adultos, y nada puede haber mejor que la literatura para tornar la educación en autoeducación" 22 20 COLAQO (1970), pág. 91. 21 MEDINA, Arturo (1988): "Didáctica de la lengua"; en Didáctica de la lengua y la literatura; AA.VV.; Madrid: Anaya; pág. 25. 22 CASTRO ALONSO. Carlos (1977): Ciáticos de la literatura infantil; Valladolid: Lex nova; pág. 6. Literatura y literatura infantil 16 Antonio Moreno Verdulla Conceptos Si queremos distinguir qué es literatura infantil, debemos tener primero una definición de literatura y si nos acogemos al Diccionario de la Real Academia, diremos que literatura es el "arte bello que emplea como instrumento la palabra". Rafael Lapesa no olvida que "obra literaria es la creación artística expresada en palabras, aun cuando no se hayan escrito, sino propagado de boca en boca". Y José Ma Valverde añade que "la obra literaria no la escribe sólo el autor, sino toda su tradición, anterior y posterior, junto con todo su pueblo, su sistema cultural, su economía y hasta su poder militar".23 Romera Castillo nos recuerda que, con sólo "oír nombrar el término "literatura", entendemos en principio a qué materia nos referimos. Pero apenas intentamos hacer una precisión de ella, nos damos cuenta que es una abstracción más o menos compleja."24 23 Citados por CERVERA (1991). pág. 10. ^'ROMERA CASTILLO, JOSÉ (1982): Didáctica de la Lengua y la Lite ratura; Madrid: Playor; 2a ed.: pág. 138. 25 CERVERA (1991), pág. 11. Efectivamente, la palabra nos lleva a pensar en obra escrita, cosa que no sería del todo cierta puesto que existe un amplio apartado de literatura de tradición oral y porque gran parte de las obras escritas por el hombre no spn propiamente literarias: "Es importante que distingamos entre obra literaria y lo que no lo es; que quede clara la diferencia entre el lenguaje estándar, utilizado, por ejemplo, en los libros de textos, éstos sí destinados al niño, y el lenguaje artístico vehículo de la producción litera- ña".25 De pronto, podría parecemos que estamos inmersos en una con fusión de donde no podríamos salir con una idea clara de "literatura". Entre la vaguedad y la ambigüedad de los intentos de definición nos quedamos con la síntesis de aquellas ideas en las que parecen coincidir todos los críticos. En conjunto, según nos resume Romera Castillo, "literatura" viene a ser: -Un mensaje lingüístico. 17 Literatura Infantil -Transmitido oralmente o por la escritura. -Sin el pragmatismo de la comunicación usual. -Intemporal. -Cuyo fin primordial es la estética. Aún nos queda reflexionar sobre el adjetivo "infantil", para obtener el sentido completo de nuestro objetivo, la expresión "literatura infantil", y Dora Pastoriza26 nos recuerda que dicho adjetivo involucra a todo lo que pertenece a la infancia. Por esta razón, "literatura infantil" tendrá que responder a una doble orientación: la escrita por los niños y la elaborada por los adultos para los niños. Esta opinión viene a ser la más generalizada pero debemos hacer la salvedad siguiente: la que realmente nos interesa y la que ocupará más nuestra atención es esta última, puesto que la primera es poco frecuente y no se distribuye por los canales acostumbrados: los libros. En realidad, las obras de niños-autores son escasas y suelen estar recogidas y revisadas por los adultos. Son los casos, entre muchos otros, de Rosa Ma Colado y de Carlos Aladro.27 20 PASTORIZA, DORA (1962): El cuento en la literatura infantil; Kape lusz. 27 Recuérdese el trabajo publicado por el profesor jerezano Carlos AL.ADRO (1976): El ratón del Alba, Madrid: Editora Nacional. 28 PETRINI (1958), pp. 49-50. 29 BORTOLUSSI. Marisa (1985): Análisis teórico del cuento infantil. Madrid: Alhambra, pág. 16. Quizás por esto último, Petrini prefiere no hacer tanto hincapié en el adjetivo "infantil" y revalorizar el sustantivo "literatura", con la expresión que nos propone de "literatura para la infancia" o "literatura juvenil".28 A pesar de todo, "literatura infantil" es la forma más extendida, en muchos casos como forma abreviada de "literatura infantil y juvenil" o "de la infancia y la adolescencia". Marisa Bortolussi entiende como literatura infantil la "obra artística destinada a un público infantil"29 mientras que, por otra parte, "literatura 18 Antonio Moreno Verdulla infantil es aquella que los niños aceptan", nos repite con frecuencia Fernan do Savater. Se trata, por tanto, de un campo de la producción literaria cuyo destino es lo más claro que tienen estos autores: los niños y adolescentes. Cervera, en cambio, se pregunta si bastará con que el niño sea destinatario para que podamos hablar de literatura infantil y nos recuerda que cualquier intento de definición deberá cumplir estas dos condiciones: - la primera globalizadora, que no deje fuera ningún aspecto de lo que se considera literatura infantil (manifestaciones folclóricas y literarias, incluyendo también prensa, radio, cine y televisión); - la segunda selectora, para que nada que no sea literatura se incluya entre las obras que quepan en la primera (ediciones divul- gativas y pedagógicas, o bien las obras de poca o nula calidad) La realidad es que la literatura entra en el mundo de los niños desde el principio de sus vidas: por un lado, a través de las canciones de cuna, los cuentos, los romances... (que se han usado desde antiguo para irles formando en una familia y en unas tradicionespopulares -experiencias, moralidad, etc-); y, por otro lado, durante la escolarización, cuando se esta blecen los primeros contactos con antologías y libros especialmente dirigidos a ellos. Literatura infantil ¿interesante a los niños? Estos son los orígenes de una literatura que sólo logra entrar en el mundo infantil cuando conecta plenamente con sus intereses, salvándose así del error que ya había señalado Ortega y Gasset al advertimos de que "la in comprensión de la vida infantil que solemos padecer proviene de que juzgamos los actos de los niños suponiendo a estos sumergidos en el mismo medio que nosotros".30 30 Cfr: ORTEGA Y GASSET. JOSÉ: El espectador 19 Literatura Infantil "AI comienzo de Alicia en el país de las maravillas una niña se adormece de aburrimiento ante un libro, por lo visto no muy atractivo, que ni siquiera tenía ilustraciones ni diálogos. El detalle, aunque incompleto, pues nunca sabremos qué leía, nos parece intencional: ¿no nos propone Carroll, con su ejemplo, frente a la pesadez moral más común de la literatura infantil, un tipo de narración capaz de interesar y divertir a la niña? Podría expresarse esta insinuación de Carroll con la situación explícita que desarrolla el escritor inglés Saki en un rela to sobre los modos del cuento infantil, El narrador de cuentos. En un vagón de tren, un joven soporta el griterío de unos chiquillos y observa la incapacidad narrativa de una tía de los niños que intenta aplacarlos con anodinos cuentos morales; al fin el desconocido interviene, harto de la escena, y contrapone "otra" forma de relatar, "altamente impropia" según la dama pero más gustosa para los niños. Podríamos interpretar que, oblicuamente, propone Saki con su cuento una alternativa al didactismo y la ñoñería que tradicionalmente ha invadido (¿e inva de?) la literatura infantil. Pues bien, Lewis Carroll fue sin duda, en este punto un auténtico pionero." (Luis Maristany.31) 31 MARISTANY, Luis (1990): "La Narrativa de Lewis Carroll", en Cuadernos de Literatura Infantil, N° 22, noviembre 1990, pág. 28 y ss; Bar celona: Fontalba. Debemos tener en cuenta que los niños, aunque viven en nuestro mundo, también poseen uno propio. Continuamente padecen un choque de ambos; por eso, como si fueran poetas que traen su mundo simbólico al real, cambian y combinan la realidad con la fantasía para adaptarla a sus intereses. Incluso cuando un objeto del mundo real coincide con esos intere ses, el niño podrá transformarlo en su fantasía para hacerlo aún más atractivo. Y así, la luna, que para Lorca parece un pandero, para un niño 20 Antonio Moreno Verdulla es un botón...32 Algo similar sucede con sus juegos. En ellos, el "otro mun do" de los niños adquiere un papel importantísimo para la actuación posterior en el "mundo real". Se aprende jugando pero siempre y cuando el juego no sea una tarea, tal y como señala Huizinga,33 sino una actividad libre que puede iniciarse y finalizarse en cualquier momento, de tal manera que es a la vez evasión de la vida diaria. El juego, según Huizinga, crea orden, y oscila continuamente entre lo "ahora en broma" y lo "ahora en serio", y está situado dentro del plano de la estética por las tensiones, con trastes, repeticiones, variaciones, desenlaces... Al reflexionar sobre estas características notaremos, como Dora Pastoriza, que todas ellas tienen reflejo en la literatura infantil y esto deberá tenerlo muy en cuenta el adulto que se proponga crear una obra para los niños. 32 Cfr: MEDINA, Arturo (1991): "El niño y el fenómeno poético" en Poesía Infantil. Teoría, crítica e investigación; Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha; pp. 9-25. 33 Cfr: Homo ludens, F.C.E., México, 1943. 34 PETRINI (1958), pág. 128. ¿Qué gusta a los niños? "Las obras que más gustan a los muchachos y a las niñas son las obras magnánimas, llenas de grandes creaciones, en las que el buen orden de las partes forma un conjunto armonioso, y que están escritas en un estilo fuerte y lleno de sentimiento. ” (Anatole France) ¿Existen unos "ingredientes" que posibiliten el éxito de una obra para niños? Parece que sí y Petrini nos enumera una serie de elementos que satisfacen los intereses de los niños y que les lleva a gozar plenamente de la lectura.34 En ocasiones, se discute la conveniencia o no de repetir -y ¿hasta cuándo?- las opiniones de este famoso autor italiano. Como quiera que siempre será bueno comenzar por los principios, citar a los primeros, recordar sus pasos... y manifestar nuestras opiniones a la sombra de los que 21 Literatura Infantil nos precedieron, las mantenemos aquí: * lo maravilloso -elemento que les atrae sobremanera en el sentido de un suceso extraordinario fácilmente imaginable que irrumpe en la vida nor mal, como sucede en los cuentos de hadas. Juan Cervera nos dice que lo maravilloso "está representado por algo que sorprende en extremo, algo prodigioso, que no puede explicarse de forma natural. Como maravillosa puede calificarse la metamorfosis por la que un ser se convierte en otro, la posibilidad de transformarse en invisible un personaje..."35 Algunos autores, como Jacqueline Held, han visto necesario matizar o ampliar el término maravilloso^ enfrentándolo a 'fantástico' o a otros términos como 'fabuloso' y 'mágico'. Como entendemos que fantástico es un término más amplio que maravilloso, puesto que el segundo puede incluirse en el primero, pero no al revés, creemos que sólo es válida la utilización de lo maravilloso cuando nos refiramos concretamente a una parte de la fantasía utilizada por lo general en los cuentos de hadas y en aquellas otras obras que tomen de ellos este carácter. Obviamente, la fantasía produce casi todas las obras literarias, pero se derrama en ellas en mayor o menor medida, según el gusto y la intención del autor. A veces, la fantasía es 'realista' y en otros casos la obra es 'real', pero no por ello, han de excluirse del corpus de la literatura infantil. 15 CERVERA (1991), pág. 71. 36 Cfr. las páginas 13 a 16 de HELD, JACQUELINE (1977): Los niños y la literatura fantástica. Función y poder de lo imaginario; Madrid: Paidós, 3a ed. cast., 1987. * lo aventurero -principal elemento de las narraciones para los jóvenes y en muchas de las destinadas a los adultos, pues lleva al protagonista a utilizar su astucia, la fuerza o la inteligencia para superar situaciones arrie- 22 Antonio Moreno Vcrdulla sgadas y peligrosas-.37 37 NOBILE (1992, pág. 63) señala que es "el paso de la segunda infancia a la niñez" el que aumenta el interés por un relato de aventuras "que, en realidad, raramente se presenta en estado puro, resultando de la mezcla, no siempre bien calibrada, de elementos fantásticos, fantásticos-científicos. policíacos, de novela rosa, etc." “ SAVATER, (1988): "Lo que enseñan los cuentos", "En líneas generales, no creo que exista una literatura infantil, sino sólo un tipo de literatura -por lo común no escrita primordialmente para ellos- que gusta a los lecto res más jóvenes, lo sean por la edad o por mentalidad. En este tipo de ficción es importante la aventura. Sin aventura (es decir, sin riesgo, sin reto, sin enfrentamiento al mal, sin exploración, sin miedo, sin misterio, sin compañerismo, sin travesía, sin romance en el sentido inglés del término) no hay literatura propia para jóvenes, sino cursilería y adoctrinamiento. El peligro de la lite ratura de aventuras es la vulgaridad, pero prefiero y preferiré hasta la muerte la vulgaridad a la cursilería y el adoctrinamiento." (Fernando Savater.38) * el mundo de los animales -adaptable a todas las edades, hasta la pubertad, tanto en Las siete cabritillas como en El libro de las tierras vírgenes-, * la naturaleza y el hombre -el contacto del hombre con la naturaleza, antes dominador, hoy protector ecologista: Moby Dick, Tarzán, etc-. Cuando el autor es un adulto, puede suceder que, aunque no se hubiese propuesto escribirpara los niños, su obra haya quedado catalogada dentro de la literatura infantil porque los niños se la hayan apropiado. Este puede ser el caso de Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, Los viajes de 23 Literatura Infantil Gulliver, de Swift, etc. En cambio, Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carrol!, o El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry, quizás deban entenderse como casos opuestos, ya que sus autores de alguna manera manifestaron su intención: "Pido perdón por dedicar este libro para niños a un adulto", declara Sait-Exupéry en la dedicatoria de su obra. Por otra parte, también debemos tener en cuenta la posibilidad de adaptar, por su interés, obras escritas inicialmente para los adultos (ejemplos tradicionales de la literatura española son El Quijote y El Lazarillo). Sobre los problemas que plantean las adaptaciones -la controversia de sus beneficios y perjuicios- habría mucho que hablar. Generalmente, no se con sideran demasiado positivas, puesto que haber leído una adaptación puede quitar interés a la posterior lectura de la obra o, incluso, provocar una fobia. No obstante, también hay autores que piensan que es preferible brindar a los niños la oportunidad de leer las grandes obras de la literatura, aunque adaptadas, antes de que terminen el período escolar. Oportunidad que bien puede convertirse en única, cuando no se siga un hábito de lectura, o en un potenciador más para la lectura de la obra original, en el caso con trario. Las obras destinadas a los niños Defectos Como se sabe, también son muchos los autores que destinaron su obra a los niños o que, en nuestros días, están creando obras para niños. Sin embargo, estas obras han venido acusando defectos tales como los que nos señala Petrini: * ser excesivamente didácticas o moralizantes, no pensadas para divertir al lector, sino con una finalidad que en la mayoría de las ocasiones les restaba mucha naturalidad y simpatía. 24 Antonio Moreno Verdulla "Cuando yo era niño había unos libros ilustrados que se titulaban Lecciones de cosas. Siempre he pensado que éste es un gran título para un libro de poemas (uno como las Odas Elementales, de Pablo Neruda) o para una introducción a la filosofía. En aquellas lecciones de cosas había de todo un poco; cada cosa con su ilustración correspondiente. Se pasaba desde la urbanidad a la mineralogía, viendo, al pasar, al animal, al vegetal y al hombre. La gracia de aquellos libros era que podían usarse como recetarios o como planos de ciudades, o como manuales, donde las cosas que se enseñan se señalan con el dedo. Todos hemos aprendido así, la mayor parte de las cosas esenciales, las que sabemos bien, las que se han quedado en la memoria, como flores cerradas, plegadas, sustanciales. Esas cosas son, a veces, palabras, como plumier, orégano o archimandrita; otras veces son cosas materiales: como el feldespato o la porosa piedra pómez color gris; otras son cacharros, como el búcaro o como el botijo; otras son selvas como las nunca vistas selvas del Brasil; otras son papúes y otras, nosotros mismos, nuestras familias, nuestros amigos, nuestros juegos, nuestros esfuerzos, nuestros trabajos, nuestras casas." Las Lecciones de cosas, lecturas con moraleja, los Juani- tos y Floritas, etc, son prueba de ello. Alvaro Pombo39 nos ha facilitado la descripción de uno de estos libros en el fragmento anterior. Otro ejemplo muy claro de este tipo de obras es El estudio de la lengua castellana, o sea conversaciones familiares de un padre Con su hijo de José Ortiz de Casso, donde "se enseña la gramática mediante diálogos muy pintorescos, por ejemplo, el diálogo tercero: «Cuenta el hijo cierto lance que había presenciado 39 POMBO. Alvaro (1991): "La forma de las cosas", artículo publicado en Suplemento Semanal, n° 181, del 14 de abril. 25 Literatura Infantil con escándalo y trátase del nombre sustantivo.» Diálogo decimoctavo: «Se cuenta de cierto individuo sucio y asqueroso que, estando reñido con el agua y teniendo ojeriza al Barbero y poca devoción a la Lavandera, vivía en paz con el vino tinto; aféase la conducta de los que se le parecen y trátase de los verbos irregulares de la segunda conjugación»".40 10 Madrid, Establecimiento Tipográfico literario Universal, 1847. Cit. por Carmen BRAVO VILLASANTE (1985): Historia de la Literatura Infantil Española (ed. corregida y aumentada); Madrid: Escuela Española: pág. 336. De ella es también la referencia a los capítulos señalados. 41 La niña perdida, por D. Manuel Marinel-i.O; Biblioteca de vacaciones, Barcelona, Librería de Sucesores de Blas Camí, 1912. * ser insulsas y ñoñas, escritas como si los niños fueran, supuesta mente. poco inteligentes; * y estar llenas de infantilismos, expresados en diminutivos que contrastaban con una expresión engolada y cursi. Para que nos hagamos una idea de esta realidad, que, por suerte, va superándose en gran medida, nos servirá también un fragmento de una narración de principios de siglo 41: "¡Oh los gitanos errantes! Ellos no tienen casa ni hogar; ellos no fijan jamás su residencia en pueblo alguno, por que prefieren ir de un punto a otro, viviendo al día, sacando dinero de donde se pueda. El fraude, el embuste y el hurto, son generalmente los medios de que se vale el gitano para vivir, y así recorre un sin fin de países, sin tomar amor a nada ni a nadie, llevándose de paso cuanto halla al alcance de la mano. Eso sí: son alegres y chistosos los gitanos, y ellas, sobre todo, tienen una especial gracia en decirles a los necios la buenaventura a cambio de algún dinero. Solamente los tontos pueden hacer caso de los vaticinios y los augures de las gitanas. 26 Antonio Moreno Verdulla ¡Pobres ignorantes! ¡qué van a saber de las cosas del porvenir, si no aprendieron a leer ni a escribir siquiera! No hagamos caso de gitanos ni de gitanas, que no son otra cosa que una casta de tramposos y vividores. ” Características de las obras para niños Ni el autor de La niña perdida ni ningún contemporáneo suyo, pudo tener en cuenta estas "características" que medio siglo más tarde enumeró Enzo Petrini42 como propias de las obras infantiles y que son las siguientes: 42 PETRINI (1958), pp. 122 y 126. 1 .- que sean divertidas. 2 .- que sean apasionantes y cautiven al lector desde el principio hasta el fin. 3 .- que sean reales, sucesos imaginables que no alteren su entorno familiar y social. 4 .- que sean verdaderas, o lo que es igual, que estén asentadas en el mundo natural e histórico del niño, ya que estos suelen interesarse más por lo que tienen más cerca, su propio ambiente. 5 . que tengan validez moral, sin caer en el error de las moralejas, ya que éstas deben ser deducidles del contenido. 6 .- que proporcionen serenidad psicológica, es decir, que no le alteren ni le asusten. 7 .- que tengan un interés continuo, esto es, que no cambie el interés que se persigue desde el principio por otro u otros. 8 .- que tengan claridad expositiva, sin caer en el infantilismo ni en la pobreza de expresión; por el contrario, que tengan una cierta calidad estilística. 9 .- que vayan acompañadas de ilustraciones en proporción inversa a la edad del lector, de tal manera que sirvan de apoyo a la intuición de los más pequeños. 27 Literatura Infantil En gran medida, estas reflexiones de Petrini no han perdido toda su vigencia. Podemos entenderlas referidas a los tres elementos principales en este particular acto de comunicación: el emisor (autor y editor), el receptor-niño y el adulto, padre o maestro, si actúa como intermediario o animador Características de las obras para niños Punto de vista del receptor । , . / reales o /divertidas /apasionantes ¡„.„„¡„„bu Punto de vista del educador___ I / verdaderas / válidas ^históricamente moralmente i - ---—- . . . Punto de vista del emisor / interés / claridad I continuo expositiva No obstante, hay que considerar la evolución que ha tenido la literatura para niñosdespués de Petrini. Así, entenderemos en sentido amplio algunas de sus consideraciones, o, por el contrario, en momentos determinados de la evolución lectora del niño, de modo estricto. De esta manera, matizamos y resumimos: 1 .- que, con cualquier tema que traten las obras para niños, en función de la edad del posible lector, no sean totalmente tristes o pesimistas, sino más bien divertidas (por su humor, por su estilo, o por su intriga), para que apasionen y cautiven al lector desde el principio hasta el fin. 2 .- que sean verdaderas, en cualquiera de las dimensiones de espacio y tiempo en que se sitúe la obra (ya sea un mundo mágico, intemporal, futuro, pasado, o presente, ya sea geográficamente cercano o lejano) y siempre imaginables. 3 .- que tengan claridad de principios y amplia validez moral. 28 Antonio Moreno Verdulla 4 .- que tengan expresión correcta en un nivel de lengua no inferior al estándar -por más que aparezcan otros necesariamente-, riqueza léxica y correcto acompañamiento de ilustraciones que no contradigan el sentido del texto. ¿Qué obras debemos presentar al niño? ¿Cómo y cuándo debemos hacerlo? Estas son las preguntas a la hora de hacer una selección de textos para los niños. Quede claro lo siguiente: las posibles soluciones que vamos a analizar serán más o menos convenientes según la situación en que encon tremos a los lectores. La selección de textos ¿Podemos tener unos criterios que nos guíen a la hora de seleccio nar acertadamente un texto para niños? Las dificultades son muchas. La primera, el receptor. Necesitamos conocerle como individuo (sus gustos particulares, sus problemas, sus carencias, sus cualidades...) y como miembro de un grupo (etapa psicológica, estado del grupo, intereses...). El resto, tampoco es siempre fácil, pues las editoriales no detallan convenientemente los datos del receptor ideal de un libro. Y cuando lo hacen, tampoco es necesario tomarlos al pie de la letra. Lo ideal, por tanto, es conocer tan bien la obra como al receptor. ¿Qué debemos tomar en cuenta de las obras que pretendemos recomendar? Aparte lo dicho, podemos tener en cuenta los siguientes condicionamientos: Nivel de actualidad, aventura, humor adecuado. Nivel léxico e ilustraciones adecuado. Expresión y estilo adecuados. Traducción fiel a la obra y a nuestra lengua. Objetividad histórica (en ambientes, o en orden de suce sos, tipos de personajes..., sin que esto signifique una prohibición a la fantasía moderna u a otro tipo de plan teamiento, como queda visto) Equilibrio psicológico (nivel de violencia, competencia, 29 Literatura Infantil etc, adecuados), valores humanos (aceptando la exaltación patriótica; pero no el racismo, la xenofobia...) y morales (respetando los principios éticos fundamentales y, del receptor, también los religiosos, si tuviera). ¿Qué deben leer los niños? "El problema se nos plantea cuando, a partir de los 6 años, preferentemente, entra en contacto con los cuentos, los libros de autor, y, sobre todo, se acrecentará cuando su autonomía lectora lo enfrente con textos ante los que el niño es más o menos responsable de su elección y com prensión. La comunicación oral del cuento establecía entre éste y el niño una relación en cierto modo impuesta y con escaso margen para la elección. Ahora su capacidad lectora lo enfrenta deforma personal con otro tipo de literatura." (Juan Cervera43) 43 CERVERA, Juan (1990): "Problemas de la Literatura escrita para niños"; en CERRILLO, Pedro Y GARCÍA PADRINO, Jaime, eds: Literatura Infantil, pág. 60 y ss. Hasta el momento, hemos defendido la necesidad de conocer los intereses de los niños, para intuir un poco mejor qué temas son los que les gustan. Y en ello volvemos a reincidir, destacando la importancia que tiene el profundo conocimiento del mundo infantil por parte del adulto -bien como autor, o bien como animador de los lectores-. Ortega y Gasset tema muy presente esta nécesidad, hasta el punto de advertirnos en El espectador que "la discriminación entre lo que han de leer y no han de leer los niños, debie ra ser, por lo menos en principio, bastante clara, y derivarse como un coro lario de la noción de vida infantil". Todos nuestros intentos, en cambio, serían vanos, si nos olvidásemos ahora de situar esos intereses en la evolución psicológica de los niños. 30 Antonio Moreno Verdulla No cabe duda de que el niño lector se ha de sentir más atraído por un libro si el adulto que le muestra la obra, utiliza algún recurso que conecte con esos intereses y que no le produzcan la sensación de ser obras elevadas o ' de pequeños'. Y, aunque en el intento de animar a un niño a la lectura también puede ocurrimos que la presentación física de esa obra ya sea lo suficientemente atractiva para él -pues las editoriales, en la actualidad, tienen esto muy en cuenta-; si nos olvidásemos de valorar el contenido del libro, de acuerdo con la edad psicológica del lector, difícilmente podríamos conseguir nuestro propósito de crear un hábito lector en nuestros niños. "Naturalmente, habrá gente que deplore por igual a Spielberg y Salgari, a Marcial Lafuente Estefanía y al Equipo A. Suponen que a los niños habría que darles «otra cosa», algo un poco más formativo o educativo. Entretenimiento, sí, pero entreverado de cualidades que vayan más allá de lo meramente entretenido. En una palabra, instruir deleitando. Por experiencia propia diré que la mayoría de los intentos que conozco de instruir de leitando son dudosamente instructivos y deplorablemente nada deleitosos. El error, a mi juicio, de los partidarios de esta edificante actitud se basa en un olvido elemental, a saber: que en literatura lo único inapelable y durade ramente instructivo es el deleite mismo. Por supuesto, las mejores ficciones que un niño puede leer enseñan, junto a su fundamental lección de deleite, muchas pequeñas lecciones Utilísimas: yo aprendí en El escarabajo de oro de Poe a escribir con tinta simpática, en Guillermo Brown a preparar agua de regaliz y en varias historias de náufragos a construir una almadía con troncos de árboles y lianas trenzadas. Pocas instrucciones me han sido tan preciosas en mi vida corno éstas y otras semejantes." (Femando Savater.44) 44 SAVATER (1988): "Lo que enseñan los cuentos" 31 Literatura Infantil También, Enzo Petrini se refirió al conocimiento de los intereses del niño y del joven, por parte de los educadores, cuando nos explica que "las lecturas juveniles están situadas en el corazón de la actividad educativa y es necesario ofrecer una visión exacta de la niñez y de sus intereses".45 45 PETRINI (1958), pág. 30. ¿Qué debemos, al fin, ofrecer al niño? Tras lo comentado ante riormente, la respuesta parece venir por sí sola: 'debemos ofrecerle aquello que le interese'; sin embargo, son muchos los problemas que se nos plantearán a la hora de hacer una selección de los textos que han de leer los niños, sobre todo porque, sin caer en la instrumentalización de la literatura, tampoco nos podemos olvidar de nuestros intereses formativos. Nuestra primera obligación como educadores es crear el hábito de lectura evitando obsesiones que impidan un desarrollo natural del mismo. No podemos pretender que todos los niños progresen al mismo ritmo; sino que debemos procurar que cada lector avance en su propia trayectoria de lectura.. Por nuestra parte, ofreceremos en todas las ocasiones, y dentro de nuestras posibilidades, una oferta amplia que, además de ayudarnos a evitar la idea de "imposición" o de "tarea" (por la elección personal del libro) procure impedir el encasillamiento del lector en un determinado género. En el caso de la educación infantil, o en la primaria, debe entenderse que también nos referimos al niño como oyente, recitador, cantante y actor; pues, este es el punto de partida de la literatura infantil y juvenil -como sucede en el devenir histórico- y la base del lector adulto. Para los alumnos de la escuelainfantil, tenemos que añadir expresa mente la necesidad del libro de imágenes. Se trata de un librito con muy pocas páginas de cartón grueso y plastificado, donde el texto está encerrado en un dibujo, la imagen, que es por tanto el elemento fundamental. O carece de texto o las pocas frases que contiene están destinadas a los adultos (en 32 Antonio Moreno Verdulla esos casos, aparecen palabras o frases cortas que el adulto lee al runo, o que le sirven para recrear a su modo la historia que narran las imágenes). Estos libros de imágenes, primer paso para la lectura, son muy positivos para la adquisición de vocabulario e incluso para encauzar un posterior hábito de lectura hacia otro tipo de libros ilustrados. Debemos tener en cuenta que son libros que pertenecen a la etapa de pre-lectura. ¿Cómo presentar los textos? Los textos escritos para niños Los textos de autores contemporáneos o ya clásicos en la literatura infantil, son los más fáciles de presentar a los niños y los más aconsejables, siempre que su calidad literaria, las características de la obra, su presentación y la edad psicológica y madurez lectora del destinatario sean las adecuadas. Los textos de gran valor estilístico no escritos para niños En muchas ocasiones, podrá suceder que un buen texto literario carezca de interés para los niños pero nuestras obligaciones como profesores pueden empujarnos a presentárselo. En estos casos debemos actuar con mucha prudencia para no provocar una reacción contraria a la que buscamos: el hábito de lectura. En general, no debemos presentar al niño este tipo de textos, salvo por las necesidades docentes de las que hablába mos, o cuando exista mayor posibilidad de aceptación (por ejemplo, cuando ya se tiene cierta experiencia o madurez literaria). Y ¿en qué forma los presentaremos, adaptados o en la forma original? En la medida de lo posi ble, debemos hacerlo bajo su forma original. No obstante, esto sólo podremos hacerlo cuando la edad escolar de los lectores nos lo permita. Las adaptaciones plantean varios problemas pero el más grave de todos es la posible pérdida de los valores estilísticos que contenga una obra. 33 Literatura Infantil Por el contrario, poseen como ventaja transmitir al lector el sentido completo de la obra y de posibilitar una presentación ordenada cronológi camente que, de otro modo, resultaría imposible en el caso de las obras escritas en castellano antiguo. Marc Soriano hace varias reflexiones sobre este tema. Comienza distinguiendo entre adaptar y vulgarizar un texto. Respecto a lo primero, sabe que se trata de hacer llegar a los niños un texto que no era "para niños", bien por su contenido (censurado por los adultos), bien por su extensión. En estos casos, la adaptación no es más que una serie de amputaciones hechas a la obra. Como se ha dicho, bien por censura de los adultos, bien porque se desechan capítulos en favor de unos pocos. La primera deliberada, la segunda espontánea. Para Marc Soriano el ejemplo más claro de esta última posibilidad ha sido Robinsón Crusoe, conocido por la versión de un "editor pirata" que redujo la obra a los capítulos esenciales: "la tempestad, naufragio y llegada a la isla, las dificultades que allí encuen tra y su forma de superarlas, su amistad con Viernes y el regreso a Inglaterra". De esta forma, todas sus moralejas sobre el nacimiento y la his toria del hombre y su vida social quedan fuera del texto que ha conservado sólo la aventura. Pros y contras de las adaptaciones son analizados por el autor francés desde tres puntos de vista (jurídicos, estéticos y morales) para terminar reconociéndose partidario de la adaptación, a pesar de haber estado en contra durante muchos años. En cuanto a vulgarizar los textos, es decir actualizar la lengua de aquellos que han "envejecido" tanto como para dificultar su comprensión, no se muestra muy favorable.46 46 SORIANO (1975). pág. 29 y ss Frente a las adaptaciones tenemos también la selección de frag mentos que, en apariencia, no sufren dicha pérdida de valores, pero que puede quedarse en una simple mutilación de la obra literaria y dejar al lector sin el sentido completo de la obra, al ofrecerle solamente los capítulos más interesantes sin adaptación alguna. Para evitar en parte estos problemas, existe la posibilidad de ofrecerle al niño una solución intermedia, intercalando adaptaciones de los fragmentos omitidos. De esta manera, el lector puede conocer el sentido 34 Antonio Moreno Verrinila completo de la obra sin renunciar a los fragmentos de calidad artística. Los riesgos de esta especie de ensalada, mitad original mitad extraña, siguen siendo evidentes. Otros textos Cada cierto tiempo, suele discutirse sobre la conveniencia o no de acercar a los niños a obras importantes. Como aclaración, podemos decir que nos situamos entre los que recomiendan al niño textos de calidad literaria, con cierta riqueza léxica e ilustraciones adecuadas a su edad y una presentación cuidada. ¿En qué momento los presentaremos? Etapas Psicológicas Ya habíamos hecho referencia a la necesidad de hacer la selección de los textos teniendo muy en cuenta las diferentes etapas psicológicas por las que pasan los lectores. Hagamos unas delimitaciones generales que nos sean válidas para nuestros objetivos. De los dos a los cuatro años, aproximadamente, podemos denominarla E7/lfM DE PRELECTURA. Antes, el niño puede haber tenido su primer contacto con el libro de imágenes (generalmente de identificación y reconocimiento de objetos cercanos o familiares). En esta etapa aún necesitaremos de dichas obras, pero conteniendo nociones sobre contrarios (alto/bajo, pesado/ligero), colores, números, formas... y, las que más nos interesan, pequeñas historias de temáticas secuenciales (Me levanto, me lavo, me visto) etc. Entre las narraciones, elegiremos cuentos breves y cla ros, disparatados y repetitivos, sin elementos que le alteren psicológica mente, que puedan acompañarse de gestos y sonidos onomatopéyicos. Podremos dramatizar toda clase de situaciones de la vida cotidiana y de los cuentos que más les gusten, además de utilizar títeres de palo o de guante para acompañar las narraciones que citábamos anteriormente. Nos apoyare mos en las canciones y poemas infantiles, actuales y populares, con caracte rísticas similares a las de las narraciones. 35 Literatura Infantil De los cuatro a los seis tufos, podremos situar la ETAPA ANIMIS TA. En ella encontramos la palabra como refuerzo importante para los libros de imágenes, centrados ahora en el mundo que rodea al lector y ofreciéndole la posibilidad de cambiar situaciones o analizar sentimientos (a través de las caras, etc.); cuentos donde los animales, los objetos y los elementos de la naturaleza cobran vida humana y son proyecciones de los sentimientos infan tiles, llenos de fantasías y que, poco a poco, incorporan elementos y temas un poco más reales; poemas breves de animales, plantas o que se acerquen al medio en que se sitúa el niño; canciones, trabalenguas, nanas. De los seis a los ocho años, aproximadamente, nos encontramos en la ETAPA FANTASTICA. Le llega al niño el momento de los cuentos maravillosos. Es una etapa de transición hacia el pensamiento lógico. Posteriormente, sobre los ocho años y hasta los doce, se produce una variación que no abandona el gusto por lo maravilloso, se trata de la ETAPA FANTASTICO-REALISTA. El niño exige respuestas a sus preguntas y las soluciones ahora deben ser lógicas y asentadas en la realidad. Insisto en que no por ello ha de perderse el gusto por el elemento maravilloso; como ejemplo, en Tarzán, obra que se corresponde con esta etapa, también suceden hechos que pueden considerarse maravillosos. Le sucede la ETAPA ESTETICA, aproximadamente hasta los quin ce años. Un lector preparado, se encontrará en un importante momento de su madurez lectora y podremos acercarlo a fragmentos de autores místicos, retratos, biografías (porlas cuales puede llegar a apasionarse) e, incluso, iniciarlos en la lectura del ensayo. El educador debe aprovechar todo esto para introducirlo en obras de grandes valores estéticos y literarios. Tipos de lectores Tras reflexionar sobre las etapas generales que atraviesan los niños como lectores; debemos hacer también otra reflexión que alcance los diferentes tipos de lectores, variable que tendremos en cuenta a la hora de 36 Antonio Moreno Vcrdulla recomendar una lectura. Richard Bramberger47 nos propuso la siguiente clasificación: * romántico. Todos nuestros lectores no evolucionarán en sus gustos al mismo ritmo que los demás; cuando esto suceda de modo que el niño quede anclado fuertemente en la etapa fantásti ca, posiblemente habremos detectado un lector romántico. Este hecho es más frecuente entre las niñas que entre los niños. * realista. De forma opuesta al anterior, este lector abandonará rápidamente la etapa fantástica. Parece más frecuente entre los niños. * intelectual. A partir de la etapa fantàstico-realista, podremos detectar este tipo de lectores incansables, ávidos de lectura y de buena información. * estético. No debemos confundirlo con el lector romántico porque el estético, al contrario que el primero, evoluciona normalmente pero demostrando una gran atracción por la musicalidad y la belleza de los textos. Es el gran lector de poesías: las aprende, las recita, las copia... Por nuestra parte, hemos hecho las reflexiones siguientes, encaminadas a ofrecer una alternativa a esta clasificación.48 47 Cfr: La promoción de la lectura: Barcelona: Promoción cultural, 1975. 48 Si se desea conocer el texto completo, cfr. MORENO VERDULLA, A: "El lector: esencia, problemática y presencia", en I Congreso Nacional del Libro Infantil y Juvenil. Comunicaciones. Publicaciones de la Asoc. Esp. del Libro Infantil y Juvenil, Madrid. 1995. Hacemos un recorrido portel lector infantil teniendo en cuenta la actitud que observamos en los niños hacia la lectura, con conocimiento de la necesidad de un estudio más profundo, diferenciamos los siguientes tipos de lectores. En primer lugar, dos grandes grupos: lectores-destinatarios y lectores-receptores. Como criterio diferenciador, encontramos la actitud de "busca y captura de la obra interesante" de los segundos frente a la 37 Literatura Infantil pasividad de los primeros. Es decir, que distinguimos entre aquellos niños que ya eligen y aumentan solos el número de sus lecturas frente a los que, aun estando capacitados para ello, no lo hacen. Estos lectores-destinatarios leen lo preciso, a veces por necesidades escolares, o, como mucho, lo que llega a sus manos por medio de los adultos. Como no elige, basándonos en lo expuesto acerca de la libertad y gratuidad de la lectura, no podemos decir que sea receptor de la obra literaria, frente al lector que sí cumple estas dos condiciones: selecciona libremente y, sin ningún beneficio aparente, realiza el esfuerzo de la lectura gratuitamente. A este le llamamos lector-receptor porque intuimos además que se acerca al libro como canal de comunicación con actitud abierta, semejante a la que se produce en la comunicación oral. Son los lectores que eligen sus "libros con alas", o "los verdaderos libros".49 49 NOBILE, 1975; pág. 22. Las citas se refieren a P. Hazard y D. Volpi, ambas definiciones las expone el autor como alternativa al consumismo y a la banalidad. 50 SAVATER, F., 1988: Ídem. Tendremos dos tipos más en estas distinciones al diferenciar, dentro de los lectores-receptores un nuevo matiz que creemos definir con los términos activos y contemplativos. Ambos eligen y suelen tener el mismo goce de la obra leída pero el contemplativo se complace en la lectura misma, conformándose con el placer espiritual que le aporta. Para definirlo, nada mejor que atender a Fernando Savater cuando nos explica, por propia experiencia, que el error de los partidarios de convertir al niño en destinatario, para hacer realidad el instruir deleitando, "se basa en un olvido elemental, a saber: que en literatura lo único inapelable y duraderamente instructivo es el deleite mismo".50 El lector activo, responde de diversas formas a la incitación vivificante que es la lectura. En este nuevo escalón de nuestras distinciones, encontramos a creadores, y a recreadores. Los recreadores, como lectores- receptores que son, eligen, como activos-recreadores, actúan, y lo hacen de un modo limitado o ilimitado-, esto es, los primeros recrean la obra leída atendiendo a las indicaciones y sugerencias del autor, o siguiendo un plan 38 Antonio Moreno Verrinila establecido que va cambiando la historia y personalizándola. Es, por tanto, lector de libros que conducen y limitan la acción del niño, como son los que les indican "si crees que pasará tal cosa, sigue en la página tal" o "realiza tú mismo tales cosas". Los segundos no encuentran límites a la recreación de sus lecturas, porque la fantasía no los tiene. De nuevo remitimos a las palabras de Savater citadas en la página 31. Así, el lector recreador ilimitado traslada sus experiencias a la vida real, convierte su mundo en el mundo de la ficción, su habitación en palacio, su personalidad en la del personaje: corre peligros, investiga, desea la aventura, en fin, como la viven sus héroes y convierte sus juegos en una ampliación viva de los leído. Podemos decir que ambos, el lector recreador limitado y el ilimitado, cuando leen, también juegan. Por último, nos queda, enfrentado a los lectores recreadores, el lector creador. Desde nuestro punto de vista, el menos atendido. Unas veces por no valorar su esfuerzo, otras por no llegar a conocer siquiera que ese esfuerzo existe. Son los lectores que leen para escribir, haciendo real y justa la sentencia de Roland Barthes: "La actividad de leer conduce inexorablemente a la de escribir". Estos lectores cierran el círculo de la comunicación humana, se convierten de lectores en autores. Intentan devolver al mundo de la creación el placer que encontraron en lo creado. Ciertamente, lo creado en estos casos puede no alcanzar valores literarios o no distribuirse en la forma acostumbrada, pero el esfuerzo tan gratuito y libre como la lectura, debemos entenderlo al menos como un gesto callado de amor por ella. LECTORES Limitados Ilimitados 39 Literatura Infantil Es preciso tener en cuenta, para todos los casos y clasificaciones que hemos hecho, que todos son relativos y no admiten en la práctica que generalicemos e incluyamos a nuestros alumnos en una u otra etapa (puras), en uno u otro tipo. Por último, para que podamos tener suficientes criterios a la hora de la selección de textos, debemos observar también las cualidades físicas del texto infantil. Conociendo a nuestros lectores, nos fijaremos principalmente en cuatro puntos: la letra el tamaño la ilustración el material En el caso de los alumnos de la escuela infantil, la letra casi desapa rece y todo el contenido se basa en las imágenes. Podemos distinguir imágenes de ilustraciones. Las primeras contienen el significado de la obra, las segundas sólo son apoyo o refuerzo del texto. Paralelamente a la elección del tipo de letra, cuanto más pequeño sea nuestro futuro lector, más claro y sencillo ha de ser el libro de imágenes. Cuando nuestros alumnos ya han empezado a leer, nos preocupare mos de las ilustraciones -que deben ocupar la mayor parte del libro y ser de colores vivos y llamativos, en principio de tintas planas, sin sombras ni relieves- y de un tipo de letra, grande y sencilla. Nos fijaremos también en que el libro contenga frases cortas y claras. Para los pequeños lectores, cuentos de gran tamaño y manejables; de material duro, en cuanto al grueso de páginas y cubiertas. A medida que nuestros lectores van creciendo, se reduce el tamaño de la letra, las ilustraciones van disminuyendo en cantidad y aumentando en perfección, para que poco a poco desaparezcan los colores (ypor último la propia ilustración). El tamaño del libro va tomando las medidas más usuales (unos veinte o veintiún centímetros) y el tipo de material se hace más ligero, aunque preferentemente será fuerte. 40 Antonio Moreno Verdulla La instrumentalización de la literatura infantil De nada nos serviría que todas las obras destinadas a los niños fueran de calidad inmejorable, si los adultos nos dedicamos a utilizarlas para fines extraños a la propia literatura. Cervera ya nos avisa de los peligros de esta instrumentalización de la literatura infantil: "Si a partir de un deter minado cuento, pretendemos enseñar unas cuantas nociones de lengua, seguidas de otras tantas de cálculo, más otras del área social, para completar el muestrario con otras de moral o religión, lo que estamos haciendo es desprestigiar el propio cuento que indudablemente no contiene nada de eso más que de forma secundaria".51 51 CERVERA (1985), pág. 38. 52 CERVERA (1991), pág. 21. 53 LÓPEZ TAMÉS (1990), pág. 19. Verdaderamente, podemos caer en esa tentación que, en vez de enriquecer la obra literaria, la empobrece y reduce a un mero interés didáctico. La mejor posibilidad didáctica que nos ofrece la literatura infantil aparece ante el niño por sí misma y es múltiple, compleja y mucho más rica que cualquier intento de explotación que nosotros ideáramos. "Es una realidad interdisciplinar", dice Cervera.52 Los géneros de la literatura infantil "También en literatura infantil es necesario distinguir GÉNEROS y clasificar. Por ello, nos planteamos como siempre el viejo problema de la existencia de moldes" (...) ¿Son convencionales los géneros o se basan en la misma naturaleza humana, de la lengua? (...) Hoy se piensa que los géneros, naturaleza y división, están basados en la experiencia humana." (López Tamés53) 41 Antes de abandonar este primer capítulo, debemos conocer en qué medida se pueden adaptar los géneros literarios clásicos dentro de la literatura infantil. Y lo hacemos, siguiendo a Dora Pastoriza que, basándose en la clasificación aristotélica,54 nos simplifica bastante la cuestión. 54 Cfr PASTORIZA (1962) Recogemos su opinión en el cuadro siguiente: a/ tradicionales: lírico: poesías canciones épico: cuentos leyendas novelas dramático: teatro teatro de títeres teatro de sombras marionetas didáctico: fábulas adivinanzas libros de lectura b/modernos: periodismo cine radio televisión 42 Antonio Moreno Verdulla II Sobre las fuentes para el estudio de la literatura infantil Para que este recorrido por la literatura infantil pueda seguirse por el lector y ser ampliado según sus gustos o necesidades, creemos conveniente ofrecerle este capítulo donde encontrará referencias a publicaciones y orientaciones diversas para conseguir información siempre actualizada. No pretendemos, en todos los aspectos, destacar unas obras sobre otras sino, dado el carácter y el supuesto receptor de este libro, ofrecer una información útil que pueda superar en parte el paso de los años. Debemos tener en cuenta que para el estudio de la literatura infantil podemos utilizar, principalmente, tres tipos de fuentes: las bibliográficas, las orales y un grupo de otras fuentes documentales entre las cuales se encuentran las propias publicaciones infantiles. Fuentes bibliográficas: Publicaciones de temática general. Son de mucha utilidad al iniciar los estudios de literatura infantil y para la posterior profundización en el tema, puesto que la mayor parte de estas obras ofrecen bibliografías generales y específicas. Dentro de estas obras generales, no sólo tendremos que tener en cuenta aquellas cuyo tema concreto sea la literatura infantil, sino todas las que traten de la literatura y su didáctica. Tal es el caso de la obra de varios autores prestigiosos, publicada por la editorial Anaya en 1988: Didáctica de la lengua y la literatura. Entre los artículos de que consta el libro, destacan los de Arturo 43 Literatura Infantil MEDINA1 ("Didáctica de la literatura"), Juan CERVERA2 ("Lenguaje artístico y lúdico") y Jaime GARCÍA PADRINO3 ("La literatura infatil y la formación humanística"). 1 Arturo Medina (+1995) fue catedrático de la E.U. del profesorado de EGB Pablo Montesinos de Madrid y presidente honorario de la Sociedad Española de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Sus obras sobre estas materias son numerosas, aunque también ha dirigido algunas antologías a los niños. 2 Juan Cervera (+1996) fue Catedrático en la Universidad de Valencia, el primero en una cátedra española de Literatura Infantil, Premio Nacional de Literatura Infantil, autor de obras infantiles y de ensayo y crítica de literatura infantil. Su tesis doctoral la realizó sobre teatro infantil y se encuentra publicada bajo el título Historia crítica del teatro infantil español. Otra de sus obras más interesantes es la publicada en 1985, La literatura infantil en la Educación Básica, por Cincel-Kapelusz. Para otros datos de interés, cfr: Asociación española de amigos del IBBY (1986): 100 autores españoles de literatura infantil, Madrid: Publicaciones de la Asociación española de amigos del IBBY. Temas de literatura infantil, núm. 4; pág. 25; y Bravo VlLLASANTE [Diccionario], pág. 88. 3 Jaime García Padrino pertenece a la Universidad Complutense de Madrid. Ha dirigido obras y cursos en relación con la didáctica de la lengua y la literatura. Su tesis doctoral la ha realizado sobre poesía infantil española. Sus publicaciones en relación con la literatura infantil son muy numerosas. 4 Para algunos datos de interés, es posible consultar: BRAVO VlLLASANTE, Carmen (1985): Diccionario de autores de la literatura infantil mundial; Madrid: Editorial Escuela española; pág. 301. Es imposible dejar para más tarde el Estudio crítico de la literatura infantil (1958) de Enzo PETRINI4. Se trata de un verdadero clásico, donde el autor italiano nos introduce con claridad en las características de la literatura infantil, de sus obras, en los gustos de los niños, sus intereses y necesidades, etc. A pesar de los años, aún es una obra de consulta obligada. En 1990, el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla- La Mancha publica una obra miscelánea bajo el título Literatura Infantil. En esta obra, se recogen los textos de las conferencias que P. CERRILLO, J. CERVERA, J. GARCÍA PADRINO, A. MEDINA, J. MONTERO 44 Antonio Moreno Verdulla PADILLA y R. LÓPEZ TAMÉS, impartieron en el curso de verano del año anterior. La temática del libro gira alrededor de la Literatura infantil, su problemática, la tradición oral y la narrativa. Con respecto a la teoría y crítica literaria, es imprescindible también la consulta de dos obras modernas y técnicamente muy completas: la Introducción a la literatura infantil (1985) de Román LÓPEZ TAMÉS5 y la Teoría de la literatura infantil (1991) de Juan CERVERA. La obra del profesor López Tamés fue editada por la Universidad de Cantabria y acogida con gran entusiasmo por su amplitud y profundidad. Se editó nuevamente por la Universidad de Murcia en 1990 y a esta segunda edición corresponden las citas que se hacen en este libro. La Teoría de la literatura infantil es una obra similar a la anterior en cuanto a amplitud de temas y profundidad, pero destaca el enfoque crítico más que descriptivo que el profesor valenciano ha sabido imprimirle. Más tarde, Juan CERVERA, ha publicado una nueva obra centrándose más en la didáctica de la literatura en el terrreno de la Escuela Infantil: Literatura y lengua en la educación infantil.6 5 Román López Tamés (+1994) ha sido profesor en distintas univer sidades hispanoamericanas y catedrático de la E. U. de Magisterio de Cantabria. 6 CERVERA, J. (1993): Literatura y lengua en la educación infantil; Bilbao, Ed. Mensajero. 7 Para otros datos de interés, cfr: Bravo Villasante [Diccionario], pág. 193. La historia de la literatura infantil tiene en Bettina HÜRLIMANN7, una estudiosa ejemplar. En 1968se publica en España Tres siglos de li teratura infantil europea (1959), con unos apéndices sobre la literatura infantil en lengua española (por María Montserrat SARTO), en lengua catalana, gallega y vasca. En el misqto año que Hürlimann, 1959, en la Re vista de Occidente comienza a publicar sus obras de historia Carmen 45 Literatura Infantil BRAVO VILLAS ANTE8 (posteriormente en Doncel y las últimas en Escue la Española): Historia de la literatura infantil española. Historia de la lite ratura infantil universal, Antología de la literatura infantil en lengua espa ñola, y Diccionario de Autores de la literatura infantil mundial son las más importantes. Dentro de los estudios históricos de la literatura infantil, tenemos que contar también la obra Literatura infantil de Angela IONESCU y Juan M. SAN MIGUEL, publicada por la UNED. 8 Bravo Villasante (+1994) se define a sí misma en [Diccionario], pág. 58; cfr: 100 autores, pp. 15 y 16. 9 En 1996 se ha publicado una traducción en Argentina con el siguiente título: La literatura para niños y jóvenes. Guía de exploración de sus grandes temas (Buenos Aires: Ediciones Colihue). 10 NOBILE, Angelo (1990): Literatura infantil y juvenil. Edición española: Madrid, Morata, 1992; incluye un capítulo sobre "La literatura infantil y juvenil en España (1939-1990)" por TERESA COLOMER. 11 International Companion Encyclopedia of Children’s Literature (1996), Peter HUNT Editor: London, Routledge. Muy posterior a las obras de Hürlimann y Bravo-Villasante es la de Marc SORIANO, quien en 1975 publicó la Guide de littérature pour la jeunesse, ordenando temas y autores más importantes enciclopédicamente. Su obra,9 resulta interesante para estudiar la problemática de la literatura infantil y los principales autores (aunque limitados a la perspectiva francesa). Un tratamiento general del tema que nos ocupa y, en particular, de las influencias actuales de los medios de comunicación, desde el punto de vista de la psicopedagogía, se desarrolla en la obra reciente del italiano Angelo NOBILE Literatura infantil y juvenil.'0 De corte enciclopédico y práctico, con unos ochenta ensayos sobre el tema, ha sido Encyclopedia of Children’s Literature, una obra editada por Peter HUNT11 y que reúne múltiples trabajos y colaboradores para dar una visión universal de la literatura infantil. Sobre los niños y la literatura 46 Antonio Moreno Verdulla De clásica ha de calificarse también la obra de un pedagogo y estudioso de la literatura, Paul HAZARD12: Los niños, los libros y los hombres. En ella, reflexiona sobre las corrientes y tradiciones literarias dirigidas a los jóvenes. Otra autora francesa preocupada por estos temas, y en concreto sobre la narrativa fantástica, es Jacqueline HELD13 (1987): Los niños y la literatura fantástica. Función y poder de lo imaginario. Mercedes GÓMEZ DEL MANZANO14 realizó un trabajo sobre la relación entre el niño y el protagonista en la literatura infantil: El protagonista-niño en la literatura infantil del siglo XX. Incidencias en el desarrollo de la persona lidad del niño-lector (1987), trabajo amplio y profundo. Y junto a W. FÄHRMANN publicó El niño y los libros. Cómo despertar una afición (1979). En 1992, apareció Literatura Infantil y enseñanza de la literatura, coordinado por P. CERRILLO y J. GARCÍA PADRINO, y publicado por el Servicio de la Universidad de Castilla-La Mancha. Se recogen los textos de las conferencias que, sobre este tema, impartieron R. SENABRE, J. GONZÁLEZ CUENCA, F.C. ABASCAL, J. M. NAVARRO, A. LÓPEZ VALERO, P. GUERRERO, E. MARTOS, G. GARCÍA RIVERA, y los propios coordinadores, en el curso de verano del año anterior. 12 Cfr: SORIANO, Marc (1975): Guide de littératurepour la jeunesse, pág. 295; y Bravo Villasante [Diccionario], pág. 181. 13 Jacqueline Held ha escrito obras para niños y ha obtenido premios de literatura infantil en Francia. Cfr: SORIANO, Marc (1975), pág. 297. 14 Gómez del Manzano (tl992) perteneció a la Universidad Complutense de Madrid, fue también periodista y especialista en temas de animación a la lectura. Sobre folclore infantil Parece que es en la actualidad cuando los estudios sobre folclore se multiplican; no obstante, debemos mirar atrás para encontramos con los estudios y recopilaciones de importantes autores como Arcadio LARREA (El folklore y la escuela, 1967). Un poco antes, a finales de los cincuenta, Bonifacio GIL había publicado un Cancionero popular de Extremadura en dos volúmenes y más tarde, en 1964, un Cancionero infantil. Esta antología, 47 Literatura Infantil que, según parece desprenderse de la introducción que hace el autor, estuvo dirigida en principio a los propios niños13, ha quedado para los amantes del folclore, por un lado, y para padres y maestros, por el otro. Estos últimos pueden aprovecharse de los textos para refrescar en su memoria los que ha bían conocido por la tradición oral y ofrecérselos a sus hijos o alumnos16. 15 "Me propongo ofrecer un librito para el pequeño mundo de los ñiños", op. cit, pág. 10. 16 Dado que Bonifacio Gil recogió, principalmente, folclore castellano y extremeño, es recomendable recurrir también a otras colecciones, como por ejemplo: Folklore de Catalunya. Can<;oner (Canfons, refravs, endevinalles), recop. Joan AMADES, Barcelona: Ed. Selecta, 1979; Cancionero de Cáceres y su provincia, recop. Ángela CAPDEVIELLE, Cáceres: Dipu tación Provincial, 1957; La voz de los niños, recop. Gabriel CELAYA. Barcelona: Ed. Laia. 1972; Cancionero popular de la provincia de Madrid, 3 vols, recop. Manuel GARCÍA MATOS, Barcelona-Madnd: CSIC-Instituto Español de Musicología, 1951, 1952, 1960; Cancionero popular infantil español, recop. Juan HIDALGO MONTOYA, Madrid: Antonio Carmona, 5a ed. 1982; Cancionero de Andalucía, recop. Juan HIDALGO MONTOYA. Madrid: Antonio Carmona. 2a ed. 1984: Cancionero de las dos Castillas, recop. Juan HIDALGO MONTOYA, Madrid: Antonio Carmona, 2a ed. 1984; Cancionero judío de Marruecos, vols. I y II: Romances de Tetuán, recop. Arcadio LARREA Madrid, CSIC-Instituto de Estudios Africanos, 1952, y vol. III: Canciones rituales hispano-judías, Ídem, 1954; Cancionero salmantino, recop. Dámaso LEDESMÁ, Salamanca: Diputación Provincial, 1972 (reed. de la Ia ed. 1907); Cantos populares españoles, 5 vols, recop. Francisco RODRÍGUEZ MARÍN, Sevilla, 1882-1883; Mil canciones españolas, 2 vols, recop. Sección Femenina de F.E.T. y de la J.O.N.S, Madrid: Almenara, 1966; y Cancionero popular de Jaén, recop. Ma Dolores DE TORRES RODRÍGUEZ DE GÁLVEZ, Jaén: Instituto de Estudios Giennenses-Patronato José Ma Cuadrado del C.S.I.C. 17 Cuenca: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Castilla La Mancha, 1990. Más recientes son los estudios de Ana María PELEGRíN y Arturo MEDINA. De este último, uno de ellos es "La tradición oral como vehículo literario infantil. Sus valores educativos", en Literatura Infantil'1. Por su parte, Ana María Pelegrín ha dedicado casi todos sus estudios al folclore de los niños. Destacamos: Cada cual atienda a su juego. De tradición oral y 48 Antonio Moreno Verrinila literatura (1984)-sobre juegos folclóricos y sus textos-; La aventura de oír. Cuentos y memorias de tradición oral (1988) -estudio y antología de narraciones folclóricas-; "Romancero infantil", en: El Romancero. Actas del IV Coloquio Internacional del Romancero1* y, recientemente, La flor de la Maravilla. '9 Sobre poesía infantil Interesantísimo, para el tema que nos ocupa, es el libro publicado en Cuenca por la Universidad de Castilla-La Mancha (1991): Poesía Infantil. Teoría, crítica e investigación. En él colaboraron varios autores (Arturo Medina, Juan Cervera, Jaime García Padrino, Ana Pelegrín...) que ya hemos citado. El mundo poético infantil20 es el título de un ensayo de Fryda SCHULTZ DE MANTOVANI que mantiene su vigencia por la reflexión que hace la autora sobre el mundo del niño, el lenguaje poético y la recepción que de éste hacen los niños.