Vista previa del material en texto
Sesión del 14 de abril de 1967 HISTOPATOLOGIA DE LAS ATROFIAS MUSCULARES EN LA INFANCIA DR. ALVARO COMA FABRÉS Barcelona Queda sobreentendido que las alteraciones musculares atróficas a que nos vamos a referir interesan a la musculatura estriada, esquel- tica, integrada por fibras musculares con tales caracteres, y que a su vez lo están por miofibrillas estriadas o rabdofibrillas. También es obvio que la interpretación de las lesiones que vamos a considerar implica per se un parangón con la estructura e imagen histológica normal, y es por ello por cuanto haremos un recuerdo P re -vio de la misma. Histológicamente, las fibras musculares no son un elemento celu- lar. Están integradas por un sincicio o plasmodio constituido a expensas de un elemento embrionario con escisión múltiple, que va siguiendo al crecimiento del citoplasma. Longitud y grosor de las fibras musculares son función de la espe -cie animal a que pertenecen, pero dentro de estos valores puede haber ciertas variaciones en dependencia con la actividad (atrofia o hiper -trofia) o con el grado de perfección, pudiendo comprobarse que, en general, las funciones más delicadas corren a cargo de fibras más P e -queñas. El sincicio muscular (digamos fibra, para mejor entendernos) tiene un límite periférico o membrana, al que denominamos sarcolema . Su contenido constituye el citoplasma, en el que cabe distinguir una parte * Sesión científica celebrada en el Servicio de Medicina de la Infanci a del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, de Barcelona (Director: Prof. Dr. PED1K) MARTÍNEZ GARCÍA). ANOMALÍAS TESTICULARES DE POSICIÓN Y NÚMERO 255 indiferenciada o sarcoplasma, en el que se integran las estructuras u órganos fundamentales de la célula (condrioma, glucógeno, pigmentos, etcétera) v el núcleo, a la vez que otra parte diferenciada, en la que radica el 'funcionalismo y está constituida por las miofibrillas. La denominación de estriada que ha sido dada a estas fibras obe T -dece a la disposición transversal y en toda su longitud de sus sustan- cias de características histológicas distintas y alternantes, que se su- ponen mantenidas en posición como consecuencia de la acción de los denominados retículo áureo y de CATAL-FUSARL Hemos dicho que el sarcolema debe considerarse como la membra- na celular. Es anhista, transparente y, adquiriendo una disposición fes- toneada, se implanta a nivel de los telofragmas de HEIDENHAIN o líneas de KRAUSE. No hay que confundirlo con el conectivo interfibrilar, inte- grado esencialmente o, según algunos autores, exclusivamente por re- ticulina, aun cuando tengan el mismo origen mesenquimal. Esta reti.cu- lina, formando manguitos transversales y en dependencia de redes longitudinales, a su vez en relación con haces cohigenos, agrupa a las -fibras musculares, constituyendo los haces, bien englobados por con- juntivo rico en colágeno y fibras elásticas, e integrando el denominado perimiso interno. Estos se agrupan entre sí compactando los diversos haces musculares y estando en verdadera continuidad con el conjun- tivo que aisla el músculo y que conocemos como perimiso externo o aponeurosis. Una fibra muscular humana suele tener un grosor que oscila entre 25-100 micras, en tanto que las fibrillas lo tendrían de 0'2 a 1 micra. Consecuentemente, una fibra muscular estaría integrada por unas 100 miofibrillas. La contracción muscular se realiza como consecuencia del estímu- lo procedente de la inervación de las fibras musculares y tiene lugar a nivel de las placas motrices. Cada célula de las astas anteriores de la medula, a través de las fibras nerviosas mielínicas (axones) de las raíces anteriores, inerva varias fibras musculares mediante otras tantas ramas, terminando en la ya indicada placa motriz. Este grupo funcional es lo que conocemos con la denominación de «unidad motriz», cuyo número de fibras musculares integrantes es variable de acuerdo con el funcionalismo o delicadeza de la función .que les está encomendada. Así, los músculos oculares y laríngeos tienen una «unidad motriz» constituida por cuatro fibras, en tanto que para -otros músculos el número de éstas puede ser de 100 y aún llegar a 800 Y 1.500, como ocurre para con los grandes músculos de las extremi- dades. Por consiguiente, la «unidad motriz» estará integrada por la célula neurona motora del asta anterior de la medula, su axón, la fibra del 11111n..-_ 256 ÁLVARO COMA FABRS nervio mielinico de la raíz anterior, los ramos colaterales, la placa motora y las fibras musculares. Con este recuerdo por delante, entraremos ya en materia. La mus- culatura estriada puede afectarse primitivamente como consecuencia de una alteración inherente al metabolismo del tejido, pero también por un proceso de vecindad e incluso de afectación del conjuntivo in- tersticial, o por un proceso o enfermedad generalizada. Secundaria- mente, podrán sufrir afección a causa de una alteración en el mecanis- mo de inervación. Esencialmente nos interesan los procesos degenerativos originados en el propio músculo y los que reflejan una denervación periférica, en dependencia con una lesión del asta anterior de la medula o de los nervios motores periféricos. Estas lesiones quedarán catalogadas como atrofias musculares tipo mi6geno o neurógeno, respectivamente. Estas últimas, a su vez, las subdividimos en neurógenas propiamente dichas y espinales, según la lesión afecte al haz nervioso o tenga su origen en la medula espinal (cuadro sinóptico). CUADRO SINÓPTICO Primitivas: Tumores Lesiones inflamatorios NEUROGENAS : MIOGENAS : Secundarias: Lesiones de vecindad Lesiones intersticiales (colagenosis) Propiamente dichas Medulares ATROFIAS MUSCULARES En un inciso, diremos que los estudios de las biopsias musculares los hacemos siempre mediante cortes longitudinales y transversales, sis- temáticamente con las coloraciones de hematoxilina-cosina y de H0TC11" KISS (leucofuxina). Accidentalmente, procedemos a las impregnaciones argénticas de BIELSCHOWKI y de reticulina. En las atrofias neurógenas propiamente dichas, la alteración mus- cular deberá afectar exclusivamente a las fibras dependientes de la unidad o unidades motrices afectadas y será tanto más amplia cuanto más proximal sea la lesión nerviosa. Prácticamente es el caso de las neuritis o polineuritis. En la imagen histológica, en fase inicial, observamos haces muscu- lares normales junto a otros de escaso diámetro, pérdida de la estruc- HISTOPATOLOGÍA DE LAS ATROFIAS MUSCULARES EN LA INFANCIA 257 tura fibrilar y mayor densidad de núcleos sarcoplasmicos. En fases avanzadas o crónicas no es raro ver fibras muy atrofiadas junto a otras prácticamente intactas, y aún otras en estadios intermedios, manifes- tación de la afectación de pequeños grupos de fibras musculares que corresponden a la denominada subunidad motriz, inervada por un solo axón o la colateral de un axón. En las atrofias por lesión espinal (consecuencia de lesión de las células motoras del asta anterior), la afectación interesa a unidades motoras completas y no a subunidades. Hay profundas diferencias de diámetro entre las fibras, siempre en reducción y contrastando con las normales. También hay concentración de los núcleos sarcoplásmicos y pérdida de la estriación o estructura. Fig. 1. — Niño D.L.H., de ocho años. Seudohipertrofia muscular de DucHENNE, predominando en mús- culos gemelos internos. Prácticamente hemos de prescindir aquí de la forma espinal pro- gresiva, seudomiopática, ya que es propia del adulto, con progresión lenta, con gran hipertrofia de las fibras conservadas y aumento muy acu- sado de los núcleos sarcoplasmicos, como compensación a las fibras aeusadamente atróficas, englobadas por tejido conjuntivo y aun con 258 ÁLVARO COMA FABRS infiltración lipomatosa. Quizá algunos casos puedan ser observados en Ja segunda infancia. Quizá vale la pena dejar indicado que entre las atrofias musculares neurógenas las más frecuentes son : la amiotonía de OPPENHEIM, la amiotomía de WERDNIG-HOFFMANN, la atrofia peronealde CHAncor MARIE-TOOTH, la atrofia tenar-hipotenar de ARAN-DUCHENNE, la atrofia muscular progresiva de CRUVEILHIER y las consecuentes a parálisis de LANDRY y al síndrome de GUILLEIN-BARRE. Fig. 2. — Niño D.L.H., de ocho arios. Micro- gemelo interno. Fibras musculares con aspecto turbio, irregulares, de estructura poco precisa y disociadas por re- gueros conjuntivoadiposos.. Entre las atrofias mi6genas o miopáticas, las más frecuentes esta' rían representadas per la miotonía atrófica de CuRscHmANN-STEINEw e de DELEAGE, la miotonía congénita de THOMSEN o de EULENBURG la atrofia o distrofia muscular de ERB o ERB-LANDOUNIY, o de ERB-LAN' DOUZY-DEJERINE. La amiotonía congénita de OPPENHEIM se manifiesta, cual corres ponde a la denominación, desde el momento de nacer. El paciente acusa pérdida del tono muscular y ausencia de reflejos tendinosos. flaY limitación del control de esfínteres. Falta la sensibilidad y hay deficien cia mental. Por lo general, no progresa. La. amiotonía de WERDNIG-HOFFMANN no tiene diferencias anatorne patológicas, pero sí clínicas. Se manifiesta al cabo de unos meses 0 al final del primer ario, es rápidamente progresiva y lleva indefectible mente al exitus. La afectación de los músculos respiratorios implica las complicaciones que son de suponer. HISTOPATOLOGIA DE LAS ATROFIAS MUSCULARES EN LA INFANCIA 259 Fig. 3. — Atrofia miógena de tipo CURSCIIMANN- STEINERT. Microfotografía de fibras musculares de calibre variable, algunas de ellas con presencia de bandas fibrosas hipoleinnales de HE,IDENHEIN, que las estrangulan y forman muiiones. Músculo gemelo interno. Fig. 4. — Paciente F.F.F., de un mes. Ficha 8.038. Microfotografía de la enfermedad de WERD- NIG-HOFFMANN. Medula dorsal. Astas anteriores. Elementos neuronales atracos y formas de sate- litosis. Por ser una lesión neurógena, las lesiones primarias deben hallarse en el S.N.C., principalmente en la medula. Las células o neuronas motoras del asta anterior están reducidas en número, mientras que las morfológicamente existentes muestran diversos estadios degenerativos. '1 son estadios degenerativos por cuanto que tales elementos muestran 260 ALVARO COMA FABRÉS axón mielinico, que implica que las células han llegado a su madurez. El soma celular aparece globuloso, con grandes grumos de Nissi., teñi- dos fuertemente. No es raro observar fenómenos de satelitosis y neuro- nofagia. Puede también afectarse la columna intermediolateral o co- lumna de CLARK, así como los núcleos de los pares craneales y aún el tálamo. La forma atrofia muscular peroneal de CHARCOT-MARI-TOOTH es una forma crónica, familiar, que interesa preferentemente los músculos peroneos, consecuentemente a la degeneración de las ramas sensitiva y motora de los nervios. Generalmente afecta a niños de segunda in- fancia o quizá algo más tarde (de ordinario, entre los cinco y quince arios). La evolución es solapada y a la larga pueden imbricarse otras atrofias a distancia. Las atrofias miógenas suelen obedecer a un trastorno primario del músculo, generalmente de causa metabólica. La alteración tiene lugar sin sistematización, ya que no tiene relación alguna con la unidad motriz. Hay fibras atráficas, normales o hipertróficas compensadoras. Los elementos atracos están englobados por conjuntivo e incluso teji- do adiposo (tumefacción lipoesclerótica). 00000264 Page 1 00000265 Page 1 00000266 Page 1 00000267 Page 1 00000268 Page 1 00000269 Page 1 00000270 Page 1