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Factores pronosticos que influyen en la supervivencia de las pacientes con tumor de Krukenberg

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Resumen
El tumor de Krukenberg es una neoplasia caracterizada por metástasis ovárica de origen digestivo, con afectación generalmente 
bilateral. El diagnóstico suele ser en etapas tardías, que junto a la ausencia de un protocolo específico para su tratamiento se asocia a 
mal pronóstico. Presentamos dos casos de pacientes de 38 y 50 años con diagnóstico de tumoración de gran tamaño a nivel de pelvis, 
una de ellas tras el diagnóstico de cáncer gástrico y la otra en la que el debut del tumor primario fue la metrorragia posmenopáusica 
asociada a la masa tumoral en pelvis. Ambas fallecieron en menos de 12 meses tras el diagnóstico, a pesar de ser sometidas a cirugía 
y tratamiento con quimioterapia. Entre los factores de peor pronóstico encontramos la aparición de metástasis ovárica de manera 
sincrónica, un tamaño tumoral > 5 cm, la afectación de ambos ovarios y la elevación del CEA.
Palabras clave: 
Tumor de 
Krukenberg. 
Carcinoma. Células 
en anillo de 
sello. Neoplasias 
ováricas. 
Pronóstico.
Key words: 
Krukenberg tumor. 
Carcinoma. Signet 
ring cell. Ovarian 
neoplasms. 
Prognosis.
Recibido: 11/10/2021
Aceptado: 22/10/2021
Palomo Rodríguez MF, Brenner Anidjar RD, Gallardo Martínez J, Jiménez Gallardo J, Márquez 
Maraver F, Pantoja Garrido M. Factores pronósticos que influyen en la supervivencia de las 
pacientes con tumor de Krukenberg. Prog Obstet Ginecol 2021;64:195-199.
Factores pronósticos que influyen en la supervivencia de las pacientes con 
tumor de Krukenberg
Prognostic factors influencing survival in patients with Krukenberg tumor
María de Fátima Palomo Rodríguez1, Rony David Brenner Anidjar1, Jara Gallardo Martínez1, Julián Jiménez Gallardo1, 
Francisco Márquez Maraver1 y Manuel Pantoja Garrido1
1Unidad de Gestión Clínica de Ginecología y Obstetricia. Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla
Revista Oficial de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia
P R O G R E S O S D E
O b s t e t r i c i a G i n e c o l o g í a
y
Revista Oficial de la Sociedad Española
de Ginecología y Obstetricia
Prog Obstet Ginecol 2021;64:195-199
Correspondencia: 
Jara Gallardo Martínez
Unidad de Gestión Clínica de Ginecología y 
Obstetricia
Hospital Universitario Virgen Macarena
Av. Dr. Fedriani, 3
41009 Sevilla
e-mail: jaragallardomtz@gmail.com
Abstract
The Krukenberg tumor is a neoplasm characterized by ovarian metastases of digestive origin, with generally bilateral involvement. 
Diagnosis is usually in late stages, which together with the absence of a specific protocol for its treatment, is associated with a poor 
prognosis. We present two cases of patients aged 38 and 50 with a diagnosis of a big mass at the pelvis, one of them after the diag-
nosis of gastric cancer and the other in which the onset of the primary tumor was postmeneopausal metrorrhagia associated with 
tumor mass in the pelvis. Both died less than 12 months after diagnosis, even having received surgery and chemotherapy treatment. 
Synchronous ovarian metastases, tumor size > 5 cm, involvement of both ovaries, and elevated CEA levels are factors of poor prognosis.
Práctica Clínica
196 M.F. Palomo Rodríguez et al.
[Prog Obstet Ginecol 2021;64:195-199]
INTRODUCCIÓN
El tumor de Krukenberg fue descrito por primera vez en 
el año 1896 por Friedrich Ernst Krukenberg y hace referen-
cia a la metástasis de un adenocarcinoma, generalmente 
del aparato digestivo (con células en anillo de sello), en 
tejido ovárico. Las principales localizaciones del tumor pri-
mario suelen ser el estómago, seguido del colon y el recto, 
y, más raramente, en mama, apéndice, tiroides, pulmón o 
páncreas (1-4). Su incidencia dentro de todos los tumores 
de ovario es del 1-2%, por lo que es bastante infrecuente. 
Los signos y síntomas clínicos para su diagnóstico suelen 
ser inespecíficos, por lo que el diagnóstico precoz de esta 
patología es difícil, lo que repercute negativamente tanto 
en el pronóstico como en las tasas de supervivencia (5). El 
tumor primario suele ser demasiado pequeño para detec-
tarlo a través de una exploración radiológica o endoscópi-
ca. Sin embargo, a veces, a través de una ecografía abdo-
mino-pélvica o mediante tomografía axial computerizada 
(TAC) pueden ser visibles masas sólido-quísticas a nivel 
ovárico (6). A todo ello, se une la existencia de diferentes 
protocolos de tratamiento para esta patología (cirugía 
citorreductora, quimioterapia adyuvante, neoadyuvante, 
intraperitoneal, etc.), no consensuados ni unificados, lo 
que dificulta el manejo de este tipo de neoplasias (5). 
A continuación, exponemos dos casos de tumor de 
Krukenberg, así, como el manejo que se realizó de los mis-
mos y sus resultados. El objetivo de este trabajo es valorar 
los factores pronósticos de esta infrecuente patología. 
CASO CLÍNICO N.º 1
Mujer de 38 años, nuligesta y sin antecedentes de inte-
rés, que ingresó para estudio por astenia de un año de 
evolución, que fue empeorando hasta hacerse de mínimos 
esfuerzos, con dolor abdominal acompañante localizado 
en fosa ilíaca izquierda y pérdida ponderal de 8 kg en el 
último mes; con normalidad analítica y en la radiografía 
abdominal practicada en urgencias generales. Se solicitó 
una ecografía de abdomen que mostraba múltiples adeno-
patías retroperitoneales, en hilio hepático y mesentéricas; 
con sospecha diagnóstica principal de síndrome linfopro-
liferativo. Se realizó una tomografía axial computerizada 
(TAC) de tórax, cuello y abdomen con contraste, objeti-
vándose múltiples adenopatías mediastínicas en todos los 
compartimentos así como abdomino-pélvicas y retrope-
ritoneales. En la ecoendoscopia se detectó una lesión en 
el antro gástrico que ocupaba todo el grosor de la pared y 
una gran adenopatía que comprimía el cuerpo y la cola del 
páncreas, que se biopsiaron, con el diagnóstico anatomo-
patológico posterior de adenocarcinoma de pared gástrica 
con presencia de células en anillo de sello, C-erb2 positivo 
y metástasis ganglionares (Estadio IV). De entre los marca-
dores tumorales solicitados destacaba la elevación del CA 
19.9 (205 U/ml) y del antígeno carcinoembrionario (11,6 
ng/ml). La exploración ginecológica al ingreso fue normal. 
Dada la irresecabilidad de la lesión se decidió tratamiento 
quimioterápico con cisplatino, capecitabina y trastuzumab 
en 7 ciclos, con buena tolerancia por parte de la paciente. 
Sin embargo, en la TAC de control 5 meses tras el diag-
nóstico se observaron dos masas anexiales bilaterales de 
nueva aparición de 75x60x50 mm en el ovario derecho y 
de 45x43 mm en el izquierdo (Fig. 1), por lo que se planteó 
la indicación de una laparotomía exploradora con cirugía 
citorreductora. La biopsia intraoperatoria objetivó que se 
trataba de un tumor metastásico de origen gástrico con 
células en anillo de sello. En el estudio posterior se con-
firmó el origen metastásico de las lesiones, así como la 
infiltración vasculolinfática por carcinoma de las trompas 
uterinas. Tanto en el cuerpo uterino como en el líquido 
ascítico no se encontraron células neoplásicas. Tras varios 
episodios de astenia intensa y disnea, reingresa 8 meses 
tras el diagnóstico de un cuadro disneico grave, deterio-
ro generalizado, delirium e hipoxia, con presencia de un 
derrame pleural bilateral con aparición de nuevas lesiones 
hepáticas y ascitis severa (Figs. 2 y 3). Tras drenaje pleural 
de 1.500 cc sin mejoría de la disnea y con delirium refrac-
tario se decidió sedación paliativa, produciéndose el éxitus 
de la paciente 72 h más tarde. 
CASO CLÍNICO N.º 2
Mujer de 50 años, sin antecedentes médicos de interés, 
en seguimiento en consultas de ginecología por metrorra-
gia posmenopáusica y una gran tumoración retrouterina 
de consistencia sólida con CEA y Ca 125 elevados (23,2 
ng/ml y 89,5 U/ml, respectivamente). En la resonancia 
magnética (RM) se visualizaba una gran masa pélvica que 
parecía depender de anejo izquierdo (Figs. 4 y 5). Ante los 
hallazgos descritos, se decidió realizar una laparotomía 
exploradora con biopsia de la lesióne histerectomía total 
más doble anexectomía y omentectomía. Intraoperato-
riamente se identificó una gran masa gástrica, situada en 
la curvatura menor y múltiples implantes peritoneales en 
la cara anterior del páncreas, metástasis hepáticas, una 
lesión esplénica, afectación tumoral en el intestino del-
gado (que obstruía por completo la luz intestinal a nivel 
del íleon, con dilatación retrógrada del mismo, por lo que 
se procedió a realizar una anastomosis enterogástrica 
con resección intestinal y anastomosis laterolateral). La 
anatomía patológica informó de una importante invasión 
linfovascular por carcinoma poco diferenciado con células 
en anillo de sello en miometrio, serosa uterina y para-
metrios, así como metástasis en ovario, epiplón, intestino 
delgado y peritoneo. Se categoriza como estadio IV y se 
planteó iniciar quimioterapia paliativa de primera línea 
con epirrubicina, cisplatino y capecitabina. Sin embargo, 
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al mes de la intervención y sin iniciar dicho tratamiento, 
la paciente debutó con una trombosis venosa profunda 
proximal extensa en miembro inferior izquierdo y un trom-
boembolismo pulmonar bilateral, falleciendo un mes más 
tarde por progresión de la enfermedad. 
Figuras 4 y 5. RM de abdomen y pelvis (corte coronal y axial), donde se
visualiza una gran lesión ocupante de espacio, heterogénea en región 
anexial izquierda, bien delimitada, hipointensa en T1 y de intensidad 
de señal intermedia/baja en DP, T2 y STIR, con áreas hiperintensas en 
su interior, mostrando tras la administración del medio de contraste 
endovenoso, un moderado realce heterogéneo de las zonas sólidas, 
con ausencia de captación de las zonas internas aparentemente líquidas 
(degeneración quística/necrosis), con un tamaño global aproximado de 
unos 104x67x89 mm.
Figura 1. TAC con contraste IV de tórax y abdomen en el que se obser-
van dos masas anexiales bilaterales que no eran visibles en el estudio 
anterior, de aspecto sólido y heterogéneo.
Figuras 2 y 3. TAC con contraste IV de tórax y abdomen con importante
derrame pleural bilateral, de mayor cuantía en hemitórax derecho. 
Patrón reticular grueso afectando a ambos pulmones (posible linfangi-
tis carcinomatosa). En abdomen, múltiples imágenes nodulares sólidas, 
hipodensas, afectando a ambos lóbulos, que no eran visibles en estudio 
previo y son compatibles con lesiones metastásicas. Múltiples adenopa-
tías retroperitoneales e importante cantidad de líquido libre peritoneal 
visible enabdomen y pelvis.
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DISCUSIÓN
La Organización Mundial de la Salud define al tumor de 
Krukenberg como un carcinoma ovárico caracterizado por 
la presencia de células malignas de estirpe epitelial muco-
secretoras en “anillo de sello” y la existencia de prolifera-
ción pseudosarcomatosa del estroma ovario (7). Algunos 
artículos recientes afirman que aunque el estómago sea el 
origen más frecuente, cada vez es más incidente el origen 
colorrectal. Se da sobre todo en mujeres premenopáusi-
cas, con una edad media de 45 años (9,10). En la serie 
de casos que exponen Kiyokawa y cols. (11) encontraron 
que el 40% eran menores de 40 años. También nuestras 
pacientes se hallaban en ese rango de edad (38 y 50 años). 
Se cree que esta edad de presentación más precoz, res-
pecto al resto de metástasis ováricas, es debida a que la 
vascularización de los anejos es mayor en la premeno-
pausia, favoreciendo la diseminación hematógena (9). Sin 
embargo, otros autores afirman que la vía por la que se 
origina este tipo de tumor es desconocida, aunque, posi-
blemente, la más aceptada sea la linfática, secundaria a 
la riqueza en conductos de linfa que drenan en la mucosa 
y submucosa gástrica (11).
El diagnóstico es difícil dado que la clínica es inespecífica 
inicialmente y porque, generalmente, el tumor primario 
es demasiado pequeño para detectarlo mediante pruebas 
de imagen rutinarias (6). Este tumor suele presentarse en 
la TAC como masas complejas semisólidas dependientes 
de anejos (generalmente bilaterales), con componente 
variable sólido-quístico (12). Sin embargo, las pruebas de 
imagen, incluida la TAC, aunque son útiles para identifi-
car qué pacientes podrían beneficiarse de una resección 
curativa del tumor de Krukenberg, solo permiten detectar 
metástasis intraperitoneales en un 50% de los casos. La 
laparoscopia diagnóstica podría ser útil para diagnosticar 
la carcinomatosis peritoneal frecuentemente asociada a 
estas neoplasias, pero es un procedimiento más invasivo 
y no está exenta de complicaciones (13).
En la mayoría de los artículos revisados, aunque no 
existe un protocolo óptimo de tratamiento, encontra-
mos beneficiosa para la supervivencia de la paciente la 
resección de los implantes tumorales visibles, sobre todo 
en el tumor metacrónico, incluso cuando existen otras 
metástasis no resecables (12,14,15,16,17). Por otro lado, 
la exéresis de implantes y/o metástasis tumorales mejora 
la supervivencia sobre todo en las neoplasias cuyo origen 
es colorrectal (19). En un artículo publicado por Cho y cols. 
(18) en el que compara dicha exéresis junto a quimiotera-
pia frente a la quimioterapia sola en pacientes con tumor 
de Krukenberg de origen gástrico, independientemente 
del estadio, encuentran una mayor supervivencia en el 
primer grupo terapéutico. En el caso de carcinomatosis 
peritoneal el tratamiento de elección parece ser la perito-
nectomía asociada a quimioterapia hipertérmica intraperi-
toneal (HIPEC), ya que presenta una mayor supervivencia 
con respecto a aquellas pacientes que solo se someten 
a cirugía y con una menor toxicidad que las que reciben 
tratamiento quimioterápico sistémico (19). Otra opción, 
para tumores irresecables o metástasis a distancia, podría 
ser la radioterapia paliativa, aunque faltan trabajos bien 
planteados sobre el tema (20). 
El pronóstico del tumor de Krukenberg es pobre, como 
en el descrito en nuestras pacientes, con una mediana de 
supervivencia de 7 a 11 meses tras el diagnóstico (21). 
Sin embargo, encontramos diferencias dependiendo de 
la localización del tumor primario; siendo peor para el 
cáncer gástrico avanzado que para el cáncer colorrectal 
avanzado, sobre todo si existen células en anillo de sello 
(22); y siendo mejor para el cáncer de mama en compa-
ración con los tumores del tracto gastrointestinal. Yook y 
cols. (23) informaron una mediana de supervivencia de 
17 meses, sin encontrar diferencias entre las pacientes 
con metástasis sincrónicas y metacrónicas. Como factores 
de riesgo independientes y desfavorables, encontramos la 
aparición sincrónica de las metástasis ováricas y el tumor 
primario (24), tal y como ocurrió en el segundo caso que 
hemos expuesto, con una evolución más rápida que en 
la paciente del primer caso. También influyen negativa-
mente un tamaño tumoral mayor de 5 cm y la afectación 
ovárica bilateral. Del mismo modo, niveles aumentados 
de marcadores tumorales, especialmente del CEA (eleva-
do en nuestras pacientes), se asocia también a un peor 
pronóstico (5,14). 
CONCLUSIONES
1. Aunque no existe un protocolo óptimo de tratamiento 
para el tumor de Krukenberg, la supervivencia se mejora 
con la resección de los implantes tumorales visibles frente 
al uso de quimioterapia. 
2. En el caso de carcinomatosis peritoneal el tratamien-
to de elección parece ser la peritonectomía asociada a 
quimioterapia hipertérmica intraperitoneal. 
3. El pronóstico del tumor de Krukenberg es pobre, con 
una mediana de supervivencia de 7 a 11 meses tras el 
diagnóstico. 
4. Como factores de riesgo independientes encontra-
mos la aparición de metástasis ováricas de manera sin-
crónica, un tamaño tumoral>5cm, la afectación de ambos 
ovarios y la elevación del CEA.
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