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Créditos
Coordinadores del proyecto y textos: Amparo Marroquín, directora de la Maestría en Gestión Estratégica 
de la Comunicación, de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA); y Willian Carballo, 
coordinador de Investigación Institucional de la Escuela de Comunicación Mónica Herrera.
Investigadora y apoyo en los textos: Karla Ramos (UCA).
Asistentes de investigación: Laura Flores, Doris Rosales y Graciela Barrera (UCA); Francela Amaya, 
Jaqueline Herrera y Emerson Contreras (Escuela de Comunicación Mónica Herrera).
Asesor de plataforma online y sistematizador de resultados cuantitativos: Jorge Castillo.
Asesora muestral: Alba Yanira Chávez.
Diseño y diagramación: Jorge Orantes.
Corrector de estilo: Manuel Fernando Velasco.
Asesoría gráfica de portada: Marisela Ávalos
2020. Este texto puede ser reproducido con previa autorización de la Escuela de Comunicación Mónica 
Herrera y de la Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación de la UCA, si es con un objetivo 
educativo y sin ánimos de lucro, siempre y cuando se cite la fuente.
Escuela de Comunicación Mónica Herrera
Av. Manuel Gallardo #3-3, Santa Tecla, La Libertad, El Salvador 
monicaherrera.edu.sv 
Teléfono: (503) 2507 6536
Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación
Departamento de Comunicación y Cultura
uca.edu.sv
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas
Teléfono: (503) 2210 6600, ext. 365, 366
Este proyecto fue elaborado en colaboración con DW Akademie, con el apoyo del Ministerio Federal de 
Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ).
Cómo citar esta publicación:
Carballo, W. y Marroquín, A. (2020). 2019 A. C. Así consumíamos medios en El Salvador antes de la 
COVID-19. San Salvador: Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de 
la Comunicación, UCA.
Índice
La importancia de estudiar el consumo de 
medios antes y después de la COVID-19
Metodología
Edad, género e ingresos: claves en 
nuestras prácticas sociodigitales
La vida es un audiovisual, y lo audiovisual 
ya era internet antes de la COVID-19
36% sí podía vivir sin radio
67% de las noticias falsas ya estaban en 
redes sociales
4
10
36
16
8
26
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
4
Hubo un antes y un después. El mundo cambió a partir 
de la notificación que el 31 de diciembre de 2019 
hiciera la OMS sobre el brote de la enfermedad en 
Wuhan (China). A partir de entonces, la propagación 
aumentó progresivamente y se expandió trayendo 
cambios sustanciales, entre ellos el confinamiento social 
como medida de protección. Ahí, dentro de las cuatro 
paredes, había que seguir siendo sociedad con todos 
sus componentes y complejidades.
Uno de esos cambios ha sido la relación que las 
audiencias salvadoreñas han tenido con las tecnologías 
de información y los medios de comunicación. De manera 
repentina, la posibilidad de una vida cotidiana en donde 
la información fluía a través de muchas mediaciones 
quedó reducida a las pantallas de los dispositivos. No 
existía la posibilidad del encuentro físico, comunicar 
dejó de ser este “poner en común” para pasar a ser un 
territorio desconocido, aunque indispensable. 
Pero un acontecimiento particularmente catastrófico 
como la llegada de la pandemia de COVID-19, que 
a partir de octubre de 2020 pasó a ser considerada 
una enfermedad endémica, nos hace olvidar que la 
vida cotidiana cambia a pasos acelerados debido, en 
mucho, a la explosión de las tecnologías de información 
y comunicación, y que nuestros consumos venían 
cambiando mucho antes del acontecimiento de Wuhan.
En El Salvador, pocas investigaciones se han ocupado 
de los usos que las audiencias salvadoreñas han hecho 
de los distintos medios de comunicación. La sociedad 
salvadoreña ha sido desde hace mucho tiempo una 
sociedad hipercomunicada. Solo para poner un ejemplo, 
hay más de cinco mil frecuencias de radio asignadas 
y, de acuerdo a uno de los estudios más recientes, es 
el país de Centroamérica con más penetración de 
celulares con 9.8 millones de aparatos registrados; 
esto implica 180 líneas telefónicas de celulares por 
cada 100 habitantes (según datos de la Defensoría del 
Consumidor, de 2019). Es por ello que, durante 2019, un 
equipo de investigadores del área de la comunicación y 
la cultura de la Escuela Mónica Herrera y la Universidad 
Centroamericana José Simeón Cañas decidió iniciar un 
estudio descriptivo que permitiera una aproximación 
a las audiencias y comprender sus comportamientos, 
más allá de las frases trilladas de “hoy nadie compra un 
periódico” o “ninguna familia ve televisión”.
La importancia 
de estudiar el 
consumo de 
medios antes y 
después de la 
COVID-19
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
5
Posteriormente, con la instalación de la pandemia, 
el equipo se preguntó hasta dónde se mantenía 
este consumo y en qué había variado, por lo que se 
reorganizó el trabajo y se decidió continuar el estudio 
en el momento del confinamiento. Para conseguir que 
este trabajo tuviera la rigurosidad que amerita una 
descripción densa, se optó por efectuar dos encuestas 
nacionales (una durante 2019 y la otra en 2020) y 
llevar a cabo, además, una aproximación cualitativa a 
la recepción a través de seis grupos focales antes de la 
pandemia y de doce entrevistas durante la pandemia.
¿Cómo vemos televisión cuando la vemos? ¿Para qué 
usamos la radio? ¿Le creemos a las noticias que circulan 
en redes sociales y llegan a nuestros celulares? ¿Nos 
informamos? ¿Nos divertimos? Estas son las preguntas que 
se formularon en un inicio y que se buscaron responder.
El punto de partida
El campo de la comunicación siempre ha resultado muy 
complejo de definir como lugar de enunciación de las 
ciencias sociales. Las primeras carreras de comunicación 
nacen vinculadas al aprendizaje del oficio periodístico 
o la producción audiovisual (cine y televisión), y 
durante muchos años permanecieron en ese ámbito. 
La investigación en comunicación, especialmente en 
América Latina, también se centró en sus inicios en 
la reflexión sobre los medios de comunicación y el 
oficio periodístico. 
Posteriormente, llegó a una etapa estructuralista, se 
pretendía encontrar las estructuras que permanecían 
en el lenguaje, en los contenidos. Se proponía estudiar 
los medios y sus discursos de una manera científica, 
la metodología venía de la semiótica y se consideró 
una ciencia. La influencia de la escuela marxista, 
particularmente althusseriana, se hizo notar en el tipo de 
problemáticas que se planteaban y la manera cómo se 
construían relaciones de los fenómenos comunicativos 
sociales; los medios eran esos aparatos ideológicos del 
estado y las audiencias tenían poco que decir sobre 
las formas en que usaban estos contenidos. Desde 
estos lugares de enunciación, los departamentos de 
comunicación llevaron a cabo análisis discursivos que 
buscaban desmantelar los procesos de manipulación y 
mostrar cómo unas masas, despojadas de toda posibilidad 
de agencia y de pensamiento crítico, eran sometidas 
e inmovilizadas (Mattelart, 2001; Martín Barbero, 
1978). En Estados Unidos, por su parte, las escuelas de 
comunicación, más bien seducidas por las posibilidades 
tecnológicas, desarrollaban teorías funcionalistas que 
explicaban la posibilidad de desarrollo social que 
permitían los grandes medios de comunicación.
La reflexividad latinoamericana de comunicación tuvo 
un cambio importante cuando una serie de pensadores 
(Paulo Freire, Jesús Martín Barbero, Néstor García 
Canclini, Rosa María Alfaro o María Cristina Mata, por 
mencionar algunos) insistieron en la centralidad de 
la cultura al momento de pensar la comunicación. 
Desde Argentina, Héctor Schmucler señaló, en 1984, 
que era necesario pensar y formular “un proyecto 
de comunicación/cultura”; esto es, entender la 
comunicación como disciplina y como campo de 
estudios que construye cultura, no que la destruye, 
como ladoxa de las sociedades latinoamericanas solía y 
suele señalar incluso hoy. La cultura se construye no solo 
desde los productos mediáticos, sino también desde 
aquello que los públicos hacen con esas propuestas.
La discusión teórica latinoamericana encontró una reflexión 
central en dos textos: De los medios a las mediaciones, 
de Jesús Martín Barbero, publicado en 1987; y Culturas 
híbridas, publicado en 1990, por el antropólogo Néstor 
García Canclini. El primero de estos trabajos insistió en la 
necesidad de desplazar la mirada de la comunicación de 
los medios a los usos, esto es de la reflexión por el oficio 
y el discurso, anclada en el medio, a la revisión de lo que 
las personas hacen con los medios y los sentidos que se 
construyen a través de la vida cotidiana. 
Esto implicó volver a pensar algunos conceptos y 
encontrarse con los pequeños gestos de resistencia 
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
6
que acompañaban las ya conocidas complicidades. 
Fue a partir de ese momento que en América Latina se 
inauguró una tradición por los estudios de audiencia, 
cuya cartografía fue coordinada por Nilda Jacks en 2011. 
En dicho libro se constataba, entre otras cosas, que 
mucha de la investigación académica en comunicación 
tenía poca relevancia y casi ninguna resonancia en el 
ámbito sociopolítico de las sociedades latinoamericanas. 
A partir de esta reflexión, la comunidad académica hacía 
un llamado a buscar “las experiencias constitutivas de 
los públicos contemporáneos o qué público habita el 
ahora de la música y el cine” (Martín Barbero en Jacks, 
2011, p. 453). Lo que esto implica es la necesidad de 
pensar la complejidad de las relaciones entre gustos 
colectivos, prácticas de consumo y condiciones sociales.
En El Salvador existe muy poca investigación académica 
sobre el uso del tiempo libre para el consumo de 
medios y de productos mediáticos en general. Desde 
la UCA, distintos estudios de opinión del IUDOP han 
adelantado algunos detalles, pero más vinculados a 
las actitudes de los salvadoreños hacia los medios. Por 
ejemplo, es posible tener datos sobre si los medios 
de comunicación son una institución confiable o no 
para los salvadoreños. La Escuela de Comunicación 
Mónica Herrera, por su parte, ha hecho algunas 
aproximaciones hacia públicos específicos como los 
jóvenes o los migrantes y ha revisado qué consumen 
y en qué plataformas lo hacen. Se tienen pocos datos 
cuantitativos. Y los pocos datos disponibles sobre este 
consumo son propiedad de empresas de mercadeo 
que se dedican a vender dicha información. La agencia 
más conocida es Rivera Media, que trabaja radio y 
televisión (http://www.riveramedia.tv/); los últimos 
datos que se encuentran en línea son las clasificaciones 
de consumo de diciembre de 2011. La información, en 
este sentido, es muy limitada.
Al finalizar la segunda década del siglo XXI, las 
tecnologías de la comunicación, en particular la 
penetración de internet y el celular como centro de 
convergencia tecnológica, han transformado la vida 
cotidiana y el uso del tiempo libre. El investigador 
Carlos Alberto Scolari, uno de los especialistas que 
desde la Universidad Autónoma de Barcelona trabaja 
en estos temas, ha señalado que el mayor cambio 
que se está experimentando en la comunicación es 
el paso del broadcasting al networking, es decir, de 
plataformas como la radio y la televisión dirigidas a 
audiencias masivas, al consumo dirigido y a la carta de 
nuevas interfaces como YouTube o Netflix, que si bien 
mantienen la lógica del lenguaje audiovisual y pueden 
llegar a suscitar fenómenos masivos, le apuestan cada 
vez más a una competencia en donde el espectador 
tiene una mayor capacidad de decisión (o al menos así 
lo hacen aparecer).
Como ya hemos señalado, en El Salvador nunca se 
estudió en profundidad la manera en que las personas 
utilizaban los medios. Sin embargo, incluso si estos 
estudios se hubieran ejecutado, las nuevas tecnologías, 
la llegada del internet 2.0, las redes sociales y la 
instalación de nuevas formas de propaganda política a 
partir de ello vuelven necesaria una nueva propuesta de 
investigación. Tampoco se conoce lo que las personas 
hacen a través de las plataformas digitales. En este 
nuevo entorno, muchas audiencias “se juegan en la vida 
diaria, configurados por la interacción entre diferentes 
estrategias de identificación, modos de socialización y 
personalización” (Lasén y Puente, 2016, p. 15). 
En cierta forma, hace falta entender, en el caso 
de El Salvador, de qué manera los procesos de 
comunicación y consumo de medios construyen 
ciertas identidades culturales, esto es el cruce entre el 
campo de la comunicación y el de la cultura. Castells 
explica el binomio de la comunicación/cultura desde la 
dimensión simbólica de las relaciones que construyen 
las personas entre ellos mismos y con la naturaleza. 
Señala que la relación de ambos campos se construye 
“basados en la producción (con su complemento, 
el consumo), la experiencia y el poder, cristalizada 
durante la historia de los territorios específicos, con 
lo que genera culturas e identidades” (2000, p. 40). 
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
7
En ese sentido, la comunicación es un proceso que a 
través de distintas experiencias de consumo genera 
culturas y pone en escena y negociación sentidos e 
identidades. Marcelino Bisbal (2000), por su parte, 
establece una interrelación entro los dos conceptos: 
“La cultura es también comunicación” (p. 22). Esto se 
debe a que la cultura se constituye a través de procesos 
de comunicación que se repiten hasta ser aprendidos 
por un colectivo determinado. 
Por otro lado, las formas de consumo de información se 
han transformado, esto implica que el usuario no solo 
es espectador de los medios, sino que también tiene 
la capacidad de producir información y participar de 
forma activa en la construcción del conocimiento en el 
entorno digital. Al respecto, desde el año 1972 McLuhan 
y Nevitt ya habían previsto este fenómeno, que ha sido 
nombrado como “prosumo” (1972, p. 9). Para Lasén y 
Puente, este concepto “se encuentra estrechamente 
vinculado al de mediación, donde los prosumidores 
son simultáneamente consumidores y productores 
de contenidos. Sin fines claramente lucrativos, los 
prosumidores consumen, producen e intercambian 
información y conocimientos”.
Frente a estos cambios, es importante la generación 
de datos y la reflexión académica sobre la manera en 
que las audiencias salvadoreñas utilizan su tiempo libre 
y hacen sentido desde los mensajes de los medios 
de comunicación, cómo influyen estos para distintas 
decisiones de su vida cotidiana. Hay varias razones por las 
cuales es importante discutir y entender este consumo, 
sin embargo esta investigación quiere hacer énfasis en 
una de ellas. Sin una investigación que permita establecer 
las relaciones de causalidad entre las decisiones de 
los proyectos vitales de la población salvadoreña y el 
consumo de medios, no será posible establecer procesos 
de educación y alfabetización mediática que permitan 
construir una sociedad más crítica. 
Un trabajo como este ha buscado brindar los insumos 
necesarios para incidir en cómo estas audiencias 
interpretan los mensajes. Incidir en ello es hacer 
educación de audiencias, conocida como educación o 
alfabetización mediática. Esto quiere decir que no basta 
con educar a los jóvenes para que sepan leer y escribir un 
texto escrito; hoy día, para formar el pensamiento crítico 
es indispensable que la sociedad adquiera competencias 
para la decodificación de los mensajes que circulan 
desde los medios y, en especial, que entienda que lo 
que se pone en escena en estos espacios es, en mucho, 
una disputa por el control hegemónico de nuestras 
sociedades y, al mismo tiempo, lo que se negocia desde 
la vida cotidiana de las personas, la manera en que esto 
incide en su quehacer. Lo que seintenta, entonces, es 
entender cómo se negocia en estos espacios un control 
del sentido de la propia vida y una disputa por el control 
hegemónico de nuestra sociedad.
El concepto de media literacy o alfabetización mediática e 
informacional (AMI) se utilizó en sus inicios para referirse 
al proceso de trabajar educación para las audiencias, de 
manera que sepan situarse de manera crítica frente a 
las lógicas (financieras, técnicas, ideológicas y políticas) 
de los medios de comunicación masiva. La corriente de 
alfabetización mediática ha sido muy desarrollada por 
las escuelas anglosajonas de comunicación (Aparici, 
1997). En la actualidad, el campo es entendido como 
la construcción de las competencias esenciales que 
permite a los ciudadanos interactuar con los medios 
de comunicación y desarrollar el pensamiento 
crítico ante ellos, a través de ciertas intervenciones 
educomunicativas (Wilson, 2012). Sin embargo, este 
tipo de procesos ha sido poco desarrollado o, en 
todo caso, mal enfocado en El Salvador (Marroquín, 
Carballo, Chévez, 2020). Aunque gracias a instituciones 
que abanderan este tema, como la Deutsche Welle 
Akademie junto a universidades como la Escuela de 
Comunicación Mónica Herrera y la UCA, ya se llevan a 
cabo los primeros esfuerzos en el país. En ese sentido, 
resultados como los del presente estudio comparativo 
ayudarán a sustentar mejor los futuros trabajos de 
alfabetización mediática que se efectúen en el país. 
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
8
Para estudiar el consumo mediático de los salvadoreños 
antes de la pandemia se desarrolló una investigación 
mixta, es decir, que comprende herramientas tanto 
cuantitativas como cualitativas. Para la encuesta se 
recurrió al trabajo online, pues esto permitía rapidez en 
el levantamiento de información y disminuía costos de 
manera considerable. 
Primero se llevó a cabo una encuesta en línea. El marco 
muestral equivale a la población salvadoreña estimada 
para el año 2019, mayor de 18 años, estratificada de 
forma proporcional por grupos de edad y sexo, utilizando 
estimaciones y proyecciones de la población de ambos 
sexos por calendario y edad simple 2005-2050, según 
datos del Ministerio de Economía y la Dirección General 
de Estadísticas y Censos. El requisito de las personas 
participantes era que residieran en el país.
Por ser una encuesta online no se puede garantizar la 
aleatoriedad en la selección de cada individuo, razón 
por la que se usó el muestreo no probabilístico por 
conveniencia y cuotas por variable sociodemográfica. 
Las cuotas en este caso son adaptadas al criterio de la 
proporción por grupos de edad y sexo.
Se realizaron 1586 encuestas efectivas, levantadas entre el 
8 de octubre y el 11 de noviembre de 2019. Para conseguir 
una diversidad de respuestas, un grupo de encuestadores 
Metodología
Sexo
56%
Femenino
44%
Masculino
Edad
60 años o más
50 - 59 años
40 - 49 años
30 - 39 años
18 - 29 años
15.8%
11.5%
14.9%
18.5%
39.3%
Ocupación actual
Empleado formal
Estudiante
Jubilado
Comerciante
Profesional independiente
En empleo informal
Desempleado
Empresario
38.4%
27.2%
7.5%
6.3%
5.9%
5.8%
5.5%
3.3%
Ingreso familiar
Menos de $300
Entre $301 - $1000
Entre $1001 - $2000
Entre $2001 - $3000
Más de $3000
15.0%
43.2%
23.3%
12.0%
6.6%
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
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se desplazó físicamente por las cuatro grandes regiones 
del territorio nacional: occidente, oriente, la capital y la 
zona paracentral. Los encuestadores ayudaron también 
a muchas personas de la tercera edad a completar de 
manera presencial las encuestas en visitas a parques, y 
pidieron a jóvenes en distintas instituciones que llenaran 
el formulario. De esta manera, la muestra obtenida 
consiguió respuestas de personas residentes en todos los 
departamentos del país.
Por otro lado, desde el apartado cualitativo, se 
desarrollaron seis grupos de discusión. Dos grupos por 
cada uno de los siguientes segmentos: 18 a 29 años, 30 
a 49 años y 50 años o más. Con ellos se profundizó sobre 
aspectos de su relación con los medios de comunicación, 
partiendo de los resultados cuantitativos obtenidos 
previamente en la encuesta. Los grupos de discusión 
también permitieron establecer elementos comunes en 
el consumo y diferencias, vinculadas sobre todo a las 
rutinas de aproximación a los contenidos mediáticos.
Posterior al trabajo de campo, los datos fueron 
sistematizados, analizados y triangulados hasta obtener 
los hallazgos que se presentan en la presente publicación.
Región en que reside
51.5% Central
25.9% Occidente
16.7% Oriente
6.0% Paracentral
Viven de manera permanente 
menores de entre 1 y 12 años
67%
No
33%
Sí
Grupos o asociaciones a las que pertenece
Religiosas
Ninguna
Académicas
Deportivas
Humanitarias
Clubes (club social)
Políticas
Sindicales
Otras
Musicales
Feministas
Culturales
38.5%
34.7%
19.4%
16.0%
11.0%
9.6%
6.2%
2.8%
2.5%
0.4%
0.3%
0.3%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
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Edad, género e 
ingresos: claves 
en nuestras 
prácticas 
sociodigitales 
Los datos cualitativos y cuantitativos obtenidos antes de la cuarentena 
confirman lo que ya han adelantado otros estudios: que las redes 
sociales se están volviendo omnipresentes en la comunicación de la 
mayoría de las personas de toda edad o condición económica y que 
el celular es una herramienta clave en ese proceso. Sin embargo, los 
hallazgos también revelaron matices nuevos sobre cómo, dependiendo 
de esas u otras variables como el género, las personas se relacionan 
con una u otra plataforma. Por ejemplo, Instagram y Pinterest eran más 
usadas por las mujeres que por los hombres consultados; mientras que 
Twitter era más de jóvenes y adultos jóvenes de hasta 39 años. También 
destacaba cómo Facebook y WhatsApp se habían vuelto cotidianos en 
buena parte de los adultos mayores.
Internet y redes sociales
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
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El dato de acceso a internet obtenido en la encuesta 
era alto: 93%, lo cual encuentra explicación en el hecho 
de que fue llenada en línea, ya sea directamente por el 
entrevistado o con apoyo de asistentes de investigación. 
Indistintamente de eso, algunos cruces de variables 
arrojaban información muy ilustrativa sobre cómo los 
salvadoreños están conectándose.
Los ingresos económicos mensuales, por ejemplo, 
eran reveladores. Siete de cada diez personas que 
ganan menos de 300 dólares contestaron tener acceso 
a internet. Este dato nos dice que, incluso con un 
salario inferior o igual al mínimo en el sector comercio 
y servicios, las cifras de conectividad son muy altas. 
Esto indicaría que las facilidades de las compañías 
telefónicas y la necesidad de comunicación a través del 
internet están llevando a miembros de todos los estratos 
económicos a ocupar parte de su presupuesto para tal 
fin o a buscar otros mecanismos, como la conexión wifi 
gratuita en lugares públicos, para estar conectados todo 
el tiempo que puedan. Como se relató en los grupos 
focales, es común que muchas personas guarden parte 
¿Cuántas horas acostumbra utilizar internet al día?
49.0%
Más de 4 horas
22.3%
De 3 a 4 horas
18.1%
De 1 a 2 horas
10.6%
De 0 a 1 horas
de su dinero para comprar datos de internet para sus 
celulares o aprovechen las facilidades de las empresas 
para acceder gratuitamente a algunas redes sociales a 
cambio de adquirir otros servicios.
De las personas que tienen acceso a internet, casi la 
mitad (49%) pasaba conectada más de cuatro horas al 
día. Cuando vemos solo los resultados de los jóvenes 
de 18 a 29 años, el porcentaje de los que pasaban en 
línea ese tiempo aumenta a 64.5%. Como lo mencionó 
un estudiante universitario en uno de los grupos focales: 
“Desde que me despierto, a las 5 de la mañana, lo primero 
que hago es ver el celular”. Por el contrario, elporcentaje 
de los que estaban en el internet más de cuatro 
horas bajó a 12.7% entre los mayores de 60 años. Las 
personas con ingresos monetarios mensuales menores 
son también quienes menos tiempo aseguraban pasar 
conectados. 
Lo que no admite matices es el dispositivo a través del 
cual las personas consultadas se conectaban: el celular 
fue mencionado por el 95.7% de los entrevistados. 
Te
lé
fo
no
ce
lu
la
r
La
pt
op
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do
ra
de
 e
sc
rit
or
io
Ta
bl
et
O
tro
s
¿Con qué dispositivo suele conectarse a internet? 
(puede escoger más de una opción)
95.7%
45.3%
25.4% 23.6%
14.9%
1.2%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
12
Este aparato aparecía omnipresente en las diferentes 
edades. Una mujer del grupo de entre 30 a 49 años 
ilustró este punto con claridad: “Yo no veo TV, todo 
lo veo en el celular, ahí tengo las noticias (…). Solo 
cuando hago ejercicio proyecto en el televisor, pero lo 
hago desde el celular”.
El segundo lugar de los dispositivos más usados para 
conectarse era para las laptops (45.3%) y el tercero para 
los televisores inteligentes (25.4%). Solo hasta el cuarto 
lugar aparecían las computadoras de escritorio (23.6%) 
y hasta el quinto las tabletas (14.9%). La conexión más 
mencionada, por su parte, era la residencial, con 78% 
de menciones.
De Facebook, WhatsApp y otras redes 
Cuando exploramos redes sociales, WhatsApp y 
Facebook no tenían competencia. Aunque WhatsApp 
es más una plataforma de mensajería, se incluyó 
como red social para poder obtener datos sobre su 
utilización en El Salvador, y es así cómo se extrajo que 
el 86% de los encuestados la mencionaron como una 
red que ocupan. Facebook fue seleccionada por el 81% 
y YouTube por el 64%. En la clasificación les seguían 
Instagram y Twitter, con 53 y 32%, respectivamente.
Medios a los que dedica más tiempo en una escala del 1 al 10 (datos promedio)
4.9 3.9 4.0 2.6
Otros sitios gratuitos
disponibles en internet
(tipo YouTube)
Plataformas streaming 
de pago (tipo Netflix, 
HBO, etc)
Televisión por cable Televisión abierta (canales 
salvadoreños
de acceso gratuito)
¿Cuáles son las fuentes principales de su conexión a 
internet? (puede escoger más de una opción)
78.7%
Internet
residencial
46.8%
Plan postpago
para mi teléfono
27.2%
Internet en mi
trabajo
21.0%
Saldo prepago
para mi teléfono
15.8%
Wifi en lugares
públicos
14.8%
Wifi en mi
centro de
estudios
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
13
Cada red social, sin embargo, tenía sus matices. Twitter, 
por ejemplo, se utiliza más a medida que los ingresos 
salariales son superiores. Tenía, además, su público 
concentrado principalmente entre las personas de 18 a 
39 años. Según los datos de la encuesta, el número de 
personas de esas edades que aseguraron utilizar esta 
red social ronda el 39%; en cambio, para los mayores 
de 40 años es ya de 33%, y así continuaba a la baja a 
medida los encuestados se volvían mayores. 
Una joven mujer contó en uno de los grupos focales 
la razón de su predilección por la aplicación de 
microblog: “Yo, igual, me informo bastante por Twitter, 
en cualquier momento lo primero que veo es Twitter 
porque es como más rápido”. Es importante recordar, 
además, que la encuesta se llevó a cabo a finales de 
2019, cuando el joven presidente de El Salvador y 
con entonces seis meses en el cargo, Nayib Bukele, 
ya usaba esta red social como su principal canal para 
transmitir información a la ciudadanía. Esta práctica 
atrajo a muchos nuevos usuarios que lo admiraban –o 
lo criticaban– y también a gente que no quería estar 
WhatsApp 86.4%
Facebook 81.9%
YouTube 64.8%
Instagram 53.5%
Twitter 32.8%
Pinterest 19.5% LinkedIn 9.2%
Snapchat 8.9%
Ninguna red social 6.6%
Telegram 5.4%
Otras 1.3%
¿Cuál de las siguientes redes sociales utiliza? 
(puede escoger más de una opción)
27.8%
Más de 4 horas
22.3%
De 3 a 4 horas
31.7%
De 1 a 2 horas
17.3%
De 0 a 1 horas
¿Cuántas horas al día aproximadamente diría 
usted que dedica a revisar sus redes sociales?
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
14
desinformada sobre lo que pasaba con el controversial 
político. En efecto, un joven mencionó en el grupo de 
discusión: “Pues más que todo [yo sigo] los tuits de 
Nayib. Yo, de hecho, ya no usaba Twitter, y lo volví a 
instalar para estar pendiente”.
Instagram, por su parte, era claramente una red social 
de los más jóvenes y de personas con más recursos 
económicos. Por ejemplo, entre aquellos de 18 a 
29 años, 79% mencionó utilizar dicha red social; en 
cambio, entre los que tienen de 30 a 39 años, la cifra 
bajaba a 55%; y así su uso continúa en declive a medida 
avanza la edad. De igual forma, entre más altos son 
los ingresos salariales percibidos, más era la cantidad 
de personas que decían estar en Instagram: 34.5% 
entre quienes ganan menos de 300 dólares al mes y 
de 53% hacia arriba para quienes ganan más de esa 
cantidad de dinero. Steffany, de uno de los grupos 
focales de jóvenes, explica por qué la prefiere respecto 
a, por ejemplo, Facebook: “Es que la gente se rebusca 
en Instagram, como es más visual, entonces la gente 
trata de mantener la estética. Entonces es como más 
llamativo el contenido que hay en Instagram que en 
Facebook”.
Ser hombre o ser mujer también es una variable 
interesante de analizar para algunas redes. Instagram, 
por ejemplo, era utilizada por el 56.4% de mujeres, cifra 
que bajaba a 49.9% para ellos. Algo parecido ocurría en 
Pinterest, utilizada solo por 9.8% de hombres y por el 
27.3% de mujeres. Como lo aseguró una joven mujer en 
su grupo focal: “Me considero una persona supervisual, 
eh… como de Pinterest, para buscar referencias”.
En Twitter ocurría lo contrario: 37.1% de los hombres 
dijeron ocuparla, en contraste con el 29.4% de ellas 
que aseguró usar dicha red. En otras plataformas 
como Facebook, WhatsApp o YouTube, las diferencias 
eran menores a los tres puntos porcentuales, es decir, 
menos significativas.
Redes sociales que utilizan hombres y mujeres
WhatsApp
85.6% 87.1%
Facebook
80.5%
83.0%
YouTube
65.4% 64.3%
Instagram
49.9%
56.4%
Twitter
37.1%
29.4%
Pinterest
9.8%
27.3%
Hombres
Mujeres
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
15
“Yo no veo TV; todo lo veo 
en el celular, ahí tengo las 
noticias (…). Solo cuando 
hago ejercicio proyecto en 
el televisor, pero lo hago 
desde el celular”.
Mujer, en el grupo focal de 30 a 49 años.
18-29 años
30-39 años
40-49 años
50-59 años
60 años o más
Menos de $300
Entre $300 y $1000
Entre $1001 y $2000
Entre $2001 y $3000
Más de $3000
Usuarios de Instagram según edad e ingresos económicos
79.2%
55.8%
44.5%
29.7%
12.8%
34.5%
53.4%
55.0%
66.3%
69.2%
18-29 años
30-39 años
40-49 años
50-59 años
60 años o más
Menos de $300
Entre $300 y $1000
Entre $1001 y $2000
Entre $2001 y $3000
Más de $3000
Usuarios de Twitter según edad e ingresos económicos
39.3%
39.8%
33.5%
29.1%
10.8%
11.8%
29.9%
39.8%
45.8%
51.9%
Los grupos focales revelaron también datos interesantes 
sobre cómo los adultos mayores se relacionan muy 
bien con algunas de estas redes sociales digitales o 
plataformas de mensajería. WhatsApp, por ejemplo, 
que era utilizada por el 86% de los hombres y mujeres 
de entre 50 y 59 años y por seis de cada diez mayores 
de 60 años, es una herramienta que cada vez es más 
común en la comunicación interpersonal de estos 
segmentos. Lo ocupaban, según dijeron, “por mi 
trabajo, por ahí me contactan”, “para contactarme 
rápidamente con mis clientes”, “por la familia más que 
todo” o “para comunicarme, tenemos un grupo de la 
comunidad”. Algo parecido ocurría con Facebook, con 
la diferencia de que algunos agregaron que también 
ocupaban esta última “para estar en comunicación con 
gente lejos del país”.
En la encuesta también se preguntó cuánto tiempo 
pasabanen redes sociales. Al consolidar todas las 
respuestas, la más repetida fue entre 1 y 2 horas, con 
el 31%, aunque hay un 27% que mencionó hacerlo más 
de 4 horas y un 17% que dijo que pasa en ellas menos 
de una hora. De nuevo, los jóvenes son quienes más 
tiempo invierten en estas actividades.
En conclusión, buena parte de la comunicación en El 
Salvador hoy está en las redes sociales digitales. Sin 
embargo, existen tantas diferencias generacionales en 
la forma en que se consumen que, si a eso le sumamos 
el surgimiento continuo de nuevas plataformas 
adaptadas a nuevos gustos, todo parece indicar que 
este campo será de los que más siga en movimiento en 
los próximos años.
“Yo me informo bastante 
por Twitter, en cualquier 
momento lo primero que 
veo es Twitter porque es 
como más rápido”.
Mujer, en el grupo focal de 18 a 29 años.
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
16
La vida es un 
audiovisual, y lo 
audiovisual ya era 
internet antes de 
la COVID-19
Ya desde antes de la emergencia sanitaria, el consumo audiovisual 
de la población salvadoreña parecía atravesar muchos sitios: se 
encontraba en las redes sociales, en las plataformas a demanda, en 
los televisores y en el cine. Incluso con la lógica de lo multimedia y lo 
transmedia, muchos consumos o historias que pueden empezar en un 
formato impreso o sonoro terminan ofreciendo sus productos en otros 
lenguajes y es ahí en donde lo audiovisual se coloca otra vez al centro. 
De tal forma que los resultados del estudio desarrollado justo antes 
del impacto de la pandemia ya apuntaban a que la vida de muchos 
se cuenta y se consume en estética audiovisual. Además, que esta se 
encuentra cada vez menos en el aparato televisivo y en el cine –como 
lugar de diversión y encuentro– y cada vez más en la red. 
Consumo de TV, cable, cine, YouTube y 
contenido por demanda
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
17
El lenguaje audiovisual es la conjunción de imágenes 
en movimiento con sonidos. Música con imágenes fijas. 
Eso es: cine, televisión y contenido en internet. Como 
diría Carlos Alberto Scolari, las plataformas muchas 
veces se superponen: son una interfaz (Scolari, 2018). A 
partir de ese enfoque, en la encuesta prepandemia se 
les pidió a las personas consultadas que dijeran cuánto 
de su tiempo destinan a diferentes formas de consumo 
audiovisual, en donde cero era “nada” y diez “mucho”. 
Arriba quedaron sitios como YouTube y otros gratuitos 
en la red, con 4.9 de promedio. Al otro extremo, el que 
menos puntaje recibió fue la televisión abierta (canales 
gratuitos de la televisión local), con apenas 2.6 de 10 
puntos posibles.
Es decir, ver y oír contenidos hace tiempos dejó de ser 
algo que se hace necesariamente a través de una pantalla 
de televisor en la sala de la casa o en el dormitorio. Hoy, 
en buena medida, pasa por el internet. Eso significa 
que se puede consumir en un celular mientras se va en 
bus, en la computadora del trabajo mientras se finge 
laborar o hasta en la tablet mientras se está en el baño. 
La encuesta previa a la cuarentena reveló que esta nueva 
forma de consumir audiovisuales adquiría más simpatía 
aún entre los jóvenes (19 a 29 años), cuyo promedio para 
sitios como YouTube y otros gratuitos fue de 6.3 de 10. 
En cambio, para los mayores de 60, fue el más bajo (2.5 
de 10), segmento poblacional que reservaba su primer 
lugar para la televisión por cable (4.5 de 10).
En televisión abierta, las noticias eran lo que los 
encuestados más consumían ya desde entonces (76% de 
las respuestas), seguido por las películas y los deportes. 
Esto último es consecuente con que Canal 6 (famoso 
por transmitir filmes) y Canal 4 (autodenominado 
“tradición en deportes”) hayan sido mencionados como 
los canales locales más vistos. La mayor parte respondió 
que durante la semana le dedica una hora a la TV abierta 
y los fines de semana, dos. Otro dato importante es que 
17% respondió que sí ve canales nacionales por internet. 
Valga decir que la mayoría de estas empresas mediáticas 
cuenta con plataformas para ver noticias o partidos en 
línea, por ejemplo.
¿Ve canales de televisión abierta?
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Ven televisión abierta
64.2%
68.4%
62.0%
58.8%
51.0%
57.9%
57.5%
61.3%
73.1%
84.4%
79.7%
60.2%
53.7%
50.2%
59.3%
63.3%
39%
No
61%
Sí
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
18
La televisión por cable –servicio que el 78% de 
encuestados mencionó tener en el hogar– ha ofrecido 
un contenido aparentemente más diverso, aunque 
la selección de las audiencias se concentraba en 
ciertos formatos que son los más gustados: las series 
y películas, con 75% de las respuestas. La mayor parte 
veía el cable dos horas al día, ya sea fines de semana o 
de lunes a viernes.
Por otro lado, ocho de cada diez personas consultadas 
reconocieron ver contenido audiovisual en internet. La 
plataforma más usada es YouTube, le siguen las redes 
sociales y luego las plataformas streaming de pago (tipo 
Netflix). Estos datos demuestran que uno de los cambios 
más importantes para las audiencias salvadoreñas 
ha sido la llegada de la programación audiovisual “a 
demanda”. Ya no se depende de la parrilla, los horarios 
y el orden de programas que ha decidido un personaje 
invisible con base en estudios que están en otro sitio. 
Ahora es posible decidir qué se quiere mirar. Series 
como House of Cards, Dark o Juego de tronos se han 
encontrado en distintos momentos en la preferencia de 
los públicos salvadoreños. Algunos pagan en Netflix, 
otros buscan maneras de “bajar” tales contenidos de 
forma gratuita de internet, bien en YouTube o bien en 
sitios especialistas en alojar contenido de forma pirata.
La gran mayoría consumía estos audiovisuales de 
internet mientras estaba en el hogar (98%). Y lo hacía, 
principalmente, desde el celular (88%) y para ver series 
y películas (arriba del 60% en ambos casos). Y cuando 
se les consultó sobre cómo tomaban la decisión de 
qué ver a través de estas plataformas, la respuesta más 
repetida, con 55% de menciones, fue “tomo la decisión 
al instante”. Solo el 22% revisaba sitios especializados o 
consultaba expertos antes para guiarse.
Por otro lado, uno de cada cuatro salvadoreños señalaba 
en 2019 que iba al cine una vez cada tres meses. A 
mayor ingreso, más cine se consume. Los géneros 
preferidos eran la comedia y la acción. Y quizá uno de 
los datos de mayor relevancia y que luego retomamos 
20.7%
Menos de una hora
30.5%
Una hora
24.3%
Dos horas
5.4%
Más de 
cuatro horas
3.8%
No veo
10.2%
Tres horas 
5.1%
Cuatro horas 
¿Cuántas horas al día en promedio ve televisión abierta 
de lunes a viernes?
17.5%
Menos de una hora
18.9%
Una hora
26.1%
Dos horas
9.2%
Más de 
cuatro horas
8.2%
No veo
12.4%
Tres horas 
7.7%
Cuatro horas 
¿Cuántas horas al día en promedio ve televisión abierta 
los fines de semana?
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
19
¿Qué tipo de programas son los que más ve en la televisión abierta? 
(puede escoger más de una opción)
Noticias
DeportesPelículas
76.6% 36.1% 29.8%
SeriesEntrevistas
23.4%
18.9%
Religiosos
14.8%
Documentales
14.1%
Caricaturas y
programas
infantiles
9.6%
Concursos
6.2%
Programas
de cocina
5.6%
Revistas
matutinas
4.1%
Programas
juveniles
3.8%
Novelas
2.0%
Otros
1.3%
Noticias
Películas
Entrevistas
Deportes
Series
Documentales
Religiosos
Caricaturas y programas infantiles
Programas de cocina
Programas juveniles
Concursos
Revistas matutinas
Otros
64.3%
37.9%
32.7%
28.3%
26.8%
20.2%
15.1%
10.7%
9.2%
7.7%
7.0%
6.3%
2.9%
83%
No
17%
Sí
¿Suele ver programas de la televisión nacional en 
plataformas de internet?
¿Qué tipo deprogramas de la televisión nacional son 
los que más ve en internet?
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
20
en las conclusiones ha sido encontrarnos con que un 
25% de las audiencias entrevistadas señaló que han 
visto ficción o documentales salvadoreños en salas de 
cine; esto quiere decir, una de cada cuatro personas 
estaba dispuesta a pagar para consumir la producción 
nacional. Una gran noticia para el desarrollo de las 
industrias culturales que puede llevarnos a la hipótesis 
que en otros países se ha manejado: no se consume 
lo extranjero porque es lo que más gusta, se consume 
porque es esa la única oferta que existe.
Consumimos según la edad y el momento
En la revisión de los consumos, algunas mediaciones 
parecen determinar los gustos y usos de la población 
salvadoreña; en primer lugar, la edad y el sexo. Pero en 
ciertos momentos, el territorio y la coyuntura que se vive 
hacen que las preferencias se modifiquen.
Para los más jóvenes, el grupo que va de los 18 a los 
29 años, el consumo audiovisual a través de la televisión 
abierta ha sido mixto. No es la opción preferida, pero 
tampoco la desechan. De hecho, la mitad de los 
entrevistados manifestó ver canales locales gratuitos. 
Respecto a la televisión por cable, la respuesta parece 
ser la obvia: a mayor ingreso, mayor consumo (pues hay 
que pagar mensualidades por este servicio). También 
se evidenció que los jóvenes de 18 a 29 años eran los 
mayores consumidores de series.
Desde el “planeta del adulto joven”, es decir, los que 
están entre los 30 y los 39 años, el consumo de televisión 
abierta se mantuvo, un poco menos que el consumo de 
las personas mayores y bastante por delante de los más 
jóvenes. Además, este segmento representaba el tercer 
grupo con altos índices de preferencias en la televisión 
por cable y el segundo en consumo de contenido 
audiovisual en internet. “Todo es por redes o por 
YouTube o Netflix. Y cuando digo que no veo la tele me 
refiero a canales nacionales. Es mejor pagar un internet 
con más velocidad”, ilustra una mujer dentro del grupo 
focal de esa edad. “Yo consumo más cosas de deportes. 
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Tienen servicio de cable
70.6%
72.6%
82.4%
79.2%
92.3%
94.2%
84.0%
78.7%
48.7%
76.0%
87.9%
82.6%
77.6%
74.8%
78.7%
77.5%
22%
No
78%
Sí
¿Tiene servicio de televisión por 
cable en el hogar?
“Todo es por redes o 
por YouTube o Netflix. Y 
cuando digo que no veo la 
tele me refiero a canales 
nacionales. Es mejor 
pagar un internet con más 
velocidad”.
Mujer, grupo focal de 30 a 39 años.
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
21
¿Cuántas horas al día en promedio ve televisión por 
cable de lunes a viernes?
18.5%
Menos de una hora
21.3%
Una hora
22.7%
Dos horas
8.2%
Más de 
cuatro horas
10.3%
No veo cable 
día de semana
12.3%
Tres horas 
6.5%
Cuatro horas 
¿Cuántas horas al día en promedio ve televisión por 
cable los sábados y domingos?
13.0%
Menos de 
una hora
15.1%
Una hora
22.6%
Dos horas
15.3%
Más de 
cuatro horas
9.0%
No veo cable 
fin de semana
14.3%
Tres horas 
10.7%
Cuatro horas 
¿Qué tipo de programas son los que más ve en cable? 
(puede escoger más de una opción)
Series y películas
NoticiasDeportes
75.1%
30.5% 26.1%
MúsicaCine y arte
18.5%
17.6%
Caricaturas y
programas
infantiles
17.1%
Salud y hogar
12.9%
Telenovelas
10.7%
Religiosos
10.5%
Reality shows
10.4%
Documentales
1.6%
Otros
1.5%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
22
En televisión, ESPN, los canales de Estados Unidos”, 
agrega un hombre dentro del mismo rango.
Respecto a los gustos, el sector femenino prefería 
noticias, series, películas y novelas. A los hombres les 
gustaban los deportes, las series, la música, las noticias 
y películas. 
En cuanto a las plataformas online, estas son utilizadas 
como un sustituto de la televisión; programas que antes 
veían en cable, ahora prefieren verlos en internet. Este 
cambio en particular puede deberse a dos aspectos: 
a) la influencia por parte de otros, normalmente sus 
hijos (generación ya más digital) y amistades (pares 
cercanos), quienes les inducen a probar las ventajas de 
la virtualidad y las plataformas en línea; y b) a un factor 
económico, ya que perciben que reciben una mayor 
variedad de programas a un menor costo. 
Los adultos que están por encima de los 40 años y 
hasta 59 son quienes marcaron el mayor consumo 
de televisión por cable antes de la pandemia. Este 
era aprovechado para ver, en su mayoría, deportes y 
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Ha visto cine salvadoreño
3.9%
0.7%
4.7%
15.3%
1.9%
3.9%
6.3%
10.1%
2.5%
2.7%
3.7%
3.7%
5.7%
9.0%
13.2%
11.5%
75%
No
25%
Sí
¿Ha visto alguna película o documental salvadoreño 
en el cine en los últimos dos años?
noticias. También mencionaron que los medios digitales 
les permiten tener mayor libertad de movilidad: verlo 
donde y cuando quisieran. 
Si de medios tradicionales y redes sociales se trataba, 
en su mayoría mencionaron no dedicarle el tiempo 
suficiente debido a su agitada vida laboral. Este grupo 
de edad disminuye el consumo audiovisual por internet 
y usa poco plataformas como YouTube. La mediación de 
la ritualidad en estos consumos parece ser evidente: “En 
YouTube generalmente era para tutoriales y ese tipo de 
cosas, ocasionalmente, pero era muy raro”, mencionó un 
hombre de 59 años en grupo de discusión.
El grupo de los consumidores mayores de 60 años fueron 
quienes más consumían la televisión abierta, el Canal 6 era 
el más sintonizado. Contrario a otros grupos que hemos 
visto, cuyo mayor consumo era el internet, estos adultos 
transitan del consumo de televisión abierta a buscar 
la televisión por cable. En cuanto a programación, las 
noticias y los deportes resultaron ser muy mencionados. 
Los medios que para ellos tenían mucha credibilidad son 
la radio, los periódicos escritos y la TV. 
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
23
22.5%
No voy al 
cine
0.3%
Más de una vez 
a la semana
11.5%
Hace años 
que no voy
13.9%
Una vez al año
26.7%
Una vez cada 
tres meses
16.4%
Una vez 
al mes
6.4%
Una vez cada 
quince días
2.2%
Una vez a la 
semana
¿Con qué frecuencia asiste al cine? ¿Qué tipo de películas prefiere? (puede escoger más 
de una opción)
Infantiles Ciencia
Ficción
Terror
1.2%
Otras
2.9%
30.6% 23.4%
Comedia Acción
63.4% 61.8%
Romance SuspensoDrama
34.4% 34.1%38.7%
Sí consumen
19%
No
81%
Sí
¿Consume contenido audiovisual (series, 
películas, tutoriales, videos musicales, 
youtubers, etc.) a través de internet? Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
80.8%
73.7%
77.8%
84.4%
89.4%
90.0%
88.3%
80.7%
61.8%
46.4%
76.9%
80.5%
88.4%
93.6%
82.2%
80.2%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
24
Otro aspecto importante es que en este segmento 
utilizaban los medios digitales, redes sociales y televisión 
para formarse. Les interesan los programas educativos, 
sobre salud, medicina, medioambiente, culturales, 
religiosos y de historia. “Vaya, por ejemplo, los libros: 
ahí están toditos los libros, usted solo por búsqueda los 
mete al celular y se los mete todos, usted solo aprieta... y 
eso se lo da bien concentradito, rápido. Eso lo motiva a 
veces a uno”, afirma un hombre mayor de 60 años dentro 
del grupo focal.
Los adultos mayores dijeron compartir con susfamiliares 
la mayoría de los programas, series, películas, partidos 
de fútbol, novelas y documentales; su consumo es más 
comunitario. Reconocieron un uso mínimo de consumo 
en plataformas streaming y otros sitios similares tanto 
gratuitos como pagados. “[Para mí] el internet es un 
órgano de comunicación mundial avanzado... Sin 
embargo, yo en lo personal, últimamente, he debido 
tener limitaciones o poner un tiempo de verlos porque 
hay otras cosas importantes, porque siento que lo 
absorbe y da adicción en una forma sutil”, mencionó un 
hombre en el grupo de discusión de mayores de 60 años.
Así, antes de la nueva normalidad de 2020, la fotografía 
mostraba que muchos (se exceptúa a la mayoría de 
los adultos mayores) ya no concebían su consumo 
audiovisual como estar frente a un aparato grande como 
un televisor, sino como contenido que puede estar en 
el celular, en la computadora o en la tablet, y bajo un 
sistema que prima la autoselección del contenido a 
demanda en lugar de la imposición de una empresa 
mediática. Hábitos y prácticas que manifiestan no solo 
acciones aisladas, sino gran parte de nuestro ecosistema 
mediático e informativo.
Ce
lu
la
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La
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so
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el
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Co
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es
cr
ito
rio
Ta
bl
et
Co
ns
ol
a 
de
 ju
eg
o
¿En qué dispositivo consume contenido audiovisual en 
internet? (puede escoger más de una opción)
88.0%
41.7%
36.3%
14.0% 11.8%
5.3%
¿Qué tipo de contenido mira más en estas plataformas 
de internet? (Puede escoger más de una opción)
Contenido
religioso
Programas y
videos infantiles
Otros
11.8% 11.3% 2.4%
Contenido
de humor
Noticias y
reportajes
Videobloguers
o youtubers
Deportes
22.0%
20.3%
26.6% 25.0%
Películas Series
64.1% 61.2%
Videos musicales DocumentalesTutoriales y
videos educativos
33.4% 32.4%39.5%
Ce
lu
la
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¿En qué dispositivo consume contenido audiovisual en 
internet? (puede escoger más de una opción)
88.0%
41.7%
36.3%
14.0% 11.8%
5.3%
¿Qué tipo de contenido mira más en estas plataformas 
de internet? (Puede escoger más de una opción)
Contenido
religioso
Programas y
videos infantiles
Otros
11.8% 11.3% 2.4%
Contenido
de humor
Noticias y
reportajes
Videobloguers
o youtubers
Deportes
22.0%
20.3%
26.6% 25.0%
Películas Series
64.1% 61.2%
Videos musicales DocumentalesTutoriales y
videos educativos
33.4% 32.4%39.5%
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
25
20.0%
Una hora
24.5%
Dos horas15.9%
Tres horas 
¿Cuántas horas al día (en promedio) consume 
contenido en estas plataformas de lunes a viernes?
8.2%
Menos de 
una hora
20.1%
Más de 
cuatro horas
0.8%
No consumo 
contenido de 
lunes a viernes
10.5%
Cuatro horas 
¿Cuántas horas al día (en promedio) consume 
contenido en estas plataformas el sábado y domingo?
7.6%
Menos de 
una hora
10.9%
Una hora
20.3%
Dos horas
1.8%
No consumo 
contenido fines 
de semanas
17.9%
Tres horas 
14.4%
Cuatro horas 
27.1%
Más de 
cuatro horas
Yo
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ub
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oc
ia
le
s
Pl
at
af
or
m
as
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tro
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iti
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 g
ra
tu
ito
s
di
sp
on
ib
le
s e
n 
la
 re
d
¿Qué plataformas usa más para ver contenido 
audiovisual en internet? (Puede escoger más 
de una opción)
80.0%
62.5%
56.7%
16.4%
¿Cómo decide qué contenido ver en estas plataformas? 
(Puede escoger más de una opción)
Tomo la decisión 
al instante
Sigo sugerencias
de la misma
plataforma
Busco información
en sitios 
especializados o con
expertos
Sigo recomendaciones
de publicidad en
redes sociales y otros
medios
Otras
Sigo recomendaciones
de amigos
55.6%
25.1% 22.9% 0.8%
43.1% 34.8%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
26
36% sí podía 
vivir sin radio
La radiodifusión aún tenía cifras de consumo suficientes como para 
que esta industria no desfalleciera en El Salvador. Sin embargo, desde 
entonces tenía un gran reto: atraer a los más jóvenes, muchos de los 
cuales no la oyen o reconocen que, en muchos casos, lo hacen solo 
porque el entorno –la familia, el tráfico, el gimnasio al que asisten– no 
les deja opción. Y aunque la música seguía siendo el gran imán de las 
emisoras locales, sitios como YouTube se han convertido en el lugar 
preferido y más inmediato para disfrutarla a la carta. Variables como la 
edad, el sexo y la zona geográfica del país, por su parte, condicionaban 
el tipo de ritmo que se escuchaba en esas o en cualquier plataforma: 
en general se oye romántica y pop, pero los jóvenes gustaban mucho 
del reguetón, el rock era más del gusto de hombres que de mujeres, 
la religiosa era preferida por quienes menos ingresos económicos 
perciben y en oriente se disfrutaba mucha ranchera y regional mexicana.
Emisoras, música y streaming
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
27
Uno de los eslóganes más conocidos de la cultura 
popular local lo popularizó la Asociación Salvadoreña 
de Radiodifusores (ASDER): “Está comprobado, no se 
puede vivir sin radio”. En tiempos de YouTube, streaming 
y celulares, la frase parece ya no apegarse del todo a lo 
que dicen los datos. De acuerdo con los resultados de la 
encuesta antes de la pandemia, 64% de los consultados 
escuchaban radios salvadoreñas. El número indica que 
esta práctica aún era parte del consumo de la mayoría. 
Sin embargo, algunas variantes como ingreso, sexo y 
edad, así como la inmersión en otras respuestas sobre 
acceso a contenido musical, invitan a una reflexión más 
profunda y menos optimista. 
El más importante de esos matices se da entre 
generaciones. Mientras que entre personas de 40 
años hacia arriba el porcentaje que escuchaba radios 
salvadoreñas superaba el 70% y llegaba incluso 
hasta el 75% entre aquellos entre 50 y 59 años, esta 
actividad solo la realizaba el 54% de los jóvenes entre 
18 y 29 años. 
Esos niveles de sintonía incluso podrían ser menores, 
pero, como lo aclaran los asistentes al grupo focal 
de dicha edad, muchas veces los jóvenes se ven 
condicionados por su entorno para terminar oyendo 
radio “a la fuerza”. “Cuando [mi hermana y yo] vamos 
a la casa de mi abuelita, ahí sí, más que todo a la hora 
del almuerzo o la cena, a mi abuelita le gusta poner el 
radio. Entonces, a quien le guste o no le guste, estamos 
sentadas escuchando la radio”, comentó Nátaly, una 
joven veinteañera. Pasa lo mismo con aquellos que 
viajaban en el carro de sus papás y durante las mañanas 
se convertían de manera colateral en oyentes de algún 
programa de entrevistas. También si estaban en el 
gimnasio sin audífonos y debían escuchar la estación 
que se emite en el establecimiento.
¿Escucha radios salvadoreñas?
36%
No
64%
Sí
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Escuchan radio
64.2%
62.1%
57.1%
68.3%
57.7%
75.3%
70.7%
60.0%
60.9%
70.4%
75.3%
70.3%
69.0%
54.2%
65.9%
62.3%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
28
Los anteriores patrones juveniles de consumo de radio 
distaban mucho de las costumbres de los mayores de 
60 años. En uno de los grupos focales con participantes 
de este segmento, un hombre jubilado se denominó 
“adicto” a escuchar radios como YSKL. O como lo 
menciona una mujer septuagenaria: “Yo con el radio 
amanezco, pero siempre buscando los programas, 
no solo oír por oír, sino siempre los de entrevistas de 
derechos humanos, me gustan muchísimo”. En general, 
como puede apreciarse, persistía entre los adultos un 
uso de la radio como medio para informarse, mucho 
más orgánico y con mayor apego al medio.
La cantidad de horas oyendo radios salvadoreñas 
refuerza las diferenciasentre generaciones. En general, 
la encuesta reveló que la mayoría (arriba del 63%) 
escuchaba una hora o menos de una hora al día de 
lunes a viernes, porcentaje que bajaba levemente (a 
53%) en fines de semana. Sin embargo, entre jóvenes, el 
pico más alto estaba entre quienes oyen menos de una 
hora durante la semana. Y en cambio, en la edad más 
avanzada, los picos estaban entre quienes oyen una y 
hasta dos horas. Ya para el caso de los fines de semana, 
las diferencias eran menos notorias.
El tipo de programación que escuchan en sus aparatos 
de transmisión no deja dudas: en cualquier edad, la 
música sobresale siempre. Lo que sí existía son algunas 
contradicciones respecto a cómo se relacionan con 
las radios que incluyen este contenido artístico. De 
acuerdo con los resultados de los grupos focales, unos 
se quejaban de que los locutores hablan mucho, pues 
quisieran solo oír sus canciones favoritas; mientras que 
otros sintonizaban radio precisamente porque querían 
escuchar a las personas que comentan detrás de los 
micrófonos. Muchas empresas radiales se han empezado 
a decantar por este último formato.
Si bien en cuanto a música no había mayores diferencias 
cuantitativas, sí había claros contrastes entre quienes 
aseveraban utilizar la radio para otros fines, como oír 
noticias, entrevistas o contenido religioso. Así, entre más 
joven, menos se utilizaba este medio de comunicación 
para tales objetivos. Por ejemplo, solo 14% de aquellos 
¿Cuántas horas al día oye radios salvadoreñas de 
lunes a viernes?
31.5%
Menos de una hora
31.7%
Una hora
19.1%
Dos horas
5.3%
Más de 
cuatro horas
2.4%
No escucho 
radio de lunes a 
viernes
6.9%
Tres horas 
3.2%
Cuatro horas 
¿Cuántas horas al día oye radios salvadoreñas 
sábado y domingo?
30.5%
Menos de una hora
23.1%
Una hora
15.5%
Dos horas
4.3%
Más de 
cuatro horas
17.2%
No escucho radio 
fines de semana
5.4%
Tres horas 
4.0%
Cuatro horas 
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
29
¿Qué tipo de programación es la que más escucha? 
(puede escoger más de una opción)
Musical
Noticias Religión Entrevistas Entretenimiento
Deportes Contenido local
de mi comunidad
Otros
80.0% 23.7%
14.3% 13.7%
10.6% 2.9% 0.8%
22.0%
¿En qué lugar escucha radio? (puede escoger más de una opción)
Carro Casa Trabajo
59.9%
52.4%
11.7%
Transporte público
10.0%
En la calle
caminando
En mi centro
de estudio
2.6% 0.4%
las mujeres que manifestaron ejercer esta práctica son 
apenas el 3% de quienes respondieron la encuesta. 
Otras diferencias en el consumo son más sutiles, 
pero siempre están ahí. Por ejemplo, entre quienes sí 
escuchaban radio, las personas con ingresos más altos 
(arriba de 3 mil dólares mensuales) representaban el 
porcentaje menor, con 57.7%; aunque apenas tres 
puntos porcentuales debajo de aquellos que ganan 
menos de 300 dólares (60.9%). Los que ganan entre 1 
mil y 3 mil dólares al mes mostraron los picos más altos: 
arriba del 70%.
consultados que tenían entre 18 y 29 años escuchaba 
noticias por radio, un dato mucho menor al más del 
34% de los mayores de 50 años que mencionaron sí 
informarse por esta vía. 
Uno de los datos con un mayor abismo en las respuestas 
se dio entre hombres y mujeres que consumen deporte 
a través de este medio. Mientras que el 20% de ellos 
aseguró oír este tipo de contenido en alguna emisora, 
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
30
Siempre relacionado con los ingresos económicos, son 
interesantes los extremos a la hora de oír contenido 
religioso en una emisora: las personas que ganan 
menos de 300 dólares representaban el porcentaje más 
alto de radioescuchas de este formato, con 26.9%; y 
quienes ingresan mensualmente más de 3 mil dólares 
eran el porcentaje más bajo, pues solo el 13.3% oía 
programación cristiana.
Uno de los datos más reveladores es cómo los 
automotores se han convertido en el sitio donde más se 
escucha radio. Según los datos cuantitativos, si sumamos 
a quienes lo hacían en el carro más los del trasporte 
público, el porcentaje superaba a quienes lo consumen 
en casa (69 versus 52%). Albill, un joven universitario, por 
ejemplo, reconoció en uno de los grupos focales que 
“durante el tráfico” escucha mucha radio.
Destaca, además, que era mayor la cantidad de mujeres 
que sintonizan emisoras en casa: ellas lo hacían en un 
56% y ellos en un 46%. Es importante recordar que, en 
El Salvador, las labores domésticas aún son ejercidas por 
una mayoría femenina. En los grupos focales se pudo 
comprobar que la radio es un acompañante cotidiano 
mientras se llevan a cabo dichas actividades. 
Finalmente, el porcentaje general de personas que 
aseguraron escuchar radios en internet es reducido: 
solo el 16%. Curiosamente, el porcentaje más alto no 
estaba entre jóvenes, sino entre adultos que van de 30 
a 59 años, con cifras que oscilaban entre el 19 y el 20%. 
Seis de cada diez personas que sintonizaban radios en 
línea prefieren emisoras salvadoreñas; y la mayoría las 
escuchaba a través de las páginas web de tales medios 
de comunicación, aunque también lo hacían desde 
redes sociales o aplicaciones móviles. 17% mencionó 
que oía medios internacionales y 21% que ambos.
Por otra parte, dada la importancia de la música entre 
los radioescuchas, no sorprende que las radios que 
aparecían más mencionadas como favoritas fueran 
aquellas especializadas en ese tipo de contenido. Vox 
FM, Láser inglés, Scan y ABC estaban en el top 5 de las 
más oídas, clasificación en la que solo se colaba Radio 
Bautista, una emisora religiosa, como segundo lugar de 
la lista.
¿Escucha radios en internet?
84%
No
16%
Sí
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Escuchan radio por internet
16.5%
16.9%
16.2%
16.3%
19.7%
22.4%
19.5%
12.9%
13.1%
13.6%
19.0%
19.9%
20.2%
12.7%
13.7%
19.8%
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
31
¿A través de qué plataforma escucha radios en 
internet? (puede escoger más de una opción)
En
 p
ág
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 w
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de
 la
s r
ad
io
s
En
 a
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En
 tr
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sm
isi
on
es
 e
n
re
de
s s
oc
ia
le
s
O
tra
s
62.9%
41.9%
20.4%
0.6%
¿De dónde son las radios que escucha en 
internet?
61.2%
Salvadoreñas17.6%
Extranjeras
21.2%
Ambas
86%
Sí
14%
No
¿Escucha música con regularidad?
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Escuchan música con regularidad
87.2%
81.1%
85.4%
87.0%
85.6%
90.5%
87.5%
86.9%
79.4%
73.6%
84.1%
84.3%
88.1%
91.8%
85.5%
87.2%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
32
Salvadoreños románticos
Ya que nos metemos a la música, la encuesta también 
exploró sus preferencias en este sentido. Lo primero es 
que la gran mayoría la escuchaba con regularidad: 86%. 
Los cruces de variables para este apartado no muestran 
mayores diferencias, excepto los adultos mayores de 60 
años, cuyo porcentaje bajó hasta 73%. 
¿Cuál es el género favorito? El Salvador es un país 
romántico. Este género obtuvo un 47% de menciones a 
nivel general. Le sigue el pop y el rock, con 43 y 32%, 
respectivamente. ¿Y el reguetón? Fue el preferido de 
apenas el 21.7%, superando apenas por centésimas a 
la cumbia, un género que, tras una época de esplendor 
en los noventa, ha venido a menos a partir del nuevo 
siglo, pero que sigue vigente en fiestas patronales o 
celebraciones privadas en empresas o para fin de año.
Por supuesto que esos datos cambian cuando los 
filtramos por algunas de las variables evaluadas. El 
reguetón, por ejemplo, subió a 40.7% entre jóvenes de 
18 y 29 años,mucho más arriba que en el resto de los 
segmentos generacionales. Por su parte, el rock seguía 
siendo cosa de jóvenes y adultos jóvenes (superando 
el 40% de respuestas en estas edades), la música 
romántica más de mujeres (54% la prefiere frente al 38% 
de hombres) y el rock y la electrónica más masculino 
(46% de hombres oía rock contra 21% de mujeres, y 29% 
de ellos prefería electrónica versus 19% de ellas).
Romántica
Pop
Rock
Clásica
Religiosa
Salsa
Electrónica
Reguetón
Cumbia
Bachata
Rap/R&B
Ranchera
Banda/Tex Mex
Otras
47.6%
43.1%
32.7%
32.2%
31.9%
27.6%
24.1%
21.7%
21.3%
17.5%
13.6%
12.1%
11.5%
9.7%
¿Qué tipo de música le gusta más? (puede escoger más 
de una opción)
¿A través de qué medio escucha música? (puede 
escoger más de una opción)
61.3%
Plataformas gratuitas 
en internet como 
YouTube
48.8%
Radioemisoras
38.7%
Plataformas de pago 
como Spotify, Deezer, 
Apple u otras
22.2%
Dispositivos de 
almacenamiento
autograbados (USB, 
CD caseros)
13.0%
Otros sitios de 
descargas gratuitas en 
internet
10.7%
Dispositivos de 
almacenamiento
comprados (CD 
original, acetatos, etc.)
“En YouTube encontré 
todas esas canciones que 
creía que era imposible, 
yo tuve a YouTube para mi 
motivación en la música”.
Hombre, en el grupo focal del segmento 
de 60 años o más.
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
33
51%
No
49%
Sí
Oriente
Paracentral
Occidente
Central
Más de $3000
Entre $2001 y $3000
Entre $1001 y $2000
Entre $300 y $1000
Menos de $300
60 años o más
50-59 años
40-49 años
30-39 años
18-29 años
Femenino
Masculino
Sí escucha música nacional
61.9%
50.6%
44.9%
46.5%
30.3%
48.3%
46.4%
51.1%
55.6%
52.7%
58.2%
49.7%
56.0%
41.7%
47.4%
50.7%
¿Suele escuchar música de artistas/grupos 
salvadoreños?
77%
No
23%
Sí
¿Ha comprado música salvadoreña en el último 
año en cualquier formato?
54%
No
46%
Sí
¿Ha asistido a “toques” o conciertos de grupos o 
cantantes salvadoreños en el último año?
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
34
Por otro lado, el oriente del país lideraba los 
porcentajes de música ranchera, con 19.5% de 
respuestas, casi el doble de quienes viven en el área 
metropolitana (central) y dijeron preferir dicho estilo 
musical originario de México. También oriente, junto 
a la zona paracentral del país, representaban los 
porcentajes más altos de personas que expresaron 
gustarle la música banda o tex-mex, géneros de la 
frontera mexicana-estadounidense. San Miguel, La 
Unión y Morazán, todos departamentos de oriente, eran, 
por cierto, lugares donde el efecto de las remesas que 
mandan los salvadoreños radicados en Estados Unidos 
más ha dejado sus huellas.
Otro dato interesante y coherente con lo que se había 
expuesto previamente: entre más dinero se gana 
mensualmente, menos es el gusto por música religiosa. 
Las personas que ingresan menos de 300 dólares 
representan el 38% de quienes dijeron oír este tipo de 
canciones, luego viene una tendencia en picada hasta 
llegar al 22%, que corresponde a los que ganan arriba 
de 3 mil dólares al mes.
El consumo específico de música salvadoreña estaba 
dividido, 49% sí solía escucharla; el resto, no. Destaca 
que son las personas con ingresos mayores (arriba de 3 
mil dólares) los que menos lo hacen (30%). Por su parte, 
oriente es donde más música local se escuchaba. 
Oírla, sin embargo, no es lo mismo que comprarla o 
asistir a los eventos donde los artistas la tocan, lo cual 
implicaría ganancias para estos últimos. Así, solo el 23% 
mencionó haber comprado música salvadoreña en el 
último año en cualquier formato; y solo el 46% manifestó 
haber ido a un toque o concierto en ese mismo periodo. 
Es importante recordar que las fiestas patronales son, 
por norma, amenizadas por artistas salvadoreños, 
principalmente de cumbia.
También se consultó sobre una propuesta que alcanzó su 
punto máximo de discusión en 2019, cuando un grupo 
de artistas asociados solicitó a los diputados modificar 
la Ley de Cultura para obligar a las estaciones de radio 
a programar un 40% de música producida en casa. La 
mayoría de consultados para esta encuesta estaba a favor. 
Los que dijeron estar “de acuerdo” o “muy de acuerdo” 
¿Está de acuerdo con la 
propuesta de que el 40 
por ciento de la música 
que suena en radios sea 
salvadoreña? 36.2%
Muy de acuerdo
35.7%
De acuerdo
10.5%
En desacuerdo
8.8%
No me interesa
el tema
6.6%
No estoy seguro
2.2%
Muy en desacuerdo
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
35
sumaban más del 70%. Solo un 2% se manifestó “muy 
en desacuerdo”. De nuevo, los residentes en el oriente 
del país son los que más a favor estaban de la propuesta 
de difusión obligatoria de música nacional; mientras que 
las personas con mayores ingresos son los que más en 
contra estaban o a los que menos les interesaba el tema.
Por otro lado, YouTube se plantó como el lugar donde los 
consultados escuchaban música (y ven videos musicales). 
Seis de cada diez mencionaron dicha plataforma como 
el medio para hacerlo, superando a la misma radio y a los 
sitios de descarga streaming. El disco compacto original 
ha quedado relegado al último lugar, en coherencia con 
lo que ha ocurrido en la industria internacional. Como lo 
resume Stéfany, asistente al grupo focal de jóvenes de 
18 a 29 años: “Creo que soy una persona de YouTube”. 
Incluso, asistentes al grupo focal de mayores de edad 
mencionaron esta plataforma como una manera de oír 
éxitos de su época.
Finalmente, los sitios tipo streaming (Deezer, Spotify 
y otros) tenían en el segmento de 18 a 29 años su 
principal consumidor, pues los consultados de estas 
“Cuando [mi hermana y 
yo] vamos a la casa de mi 
abuelita, más que todo a la 
hora del almuerzo o la cena, 
a ella le gusta poner el radio. 
Entonces, a quien le guste 
o no, estamos sentadas 
escuchando la radio”.
Mujer, en el grupo focal del segmento de 18 
a 29 años.
edades que dijeron preferir estos medios para disfrutar 
canciones sumaron 56%; cifra, eso sí, aún por debajo 
de YouTube, con 73%. La radio y el CD, por su parte, 
tenían sus porcentajes de preferencia más alto entre los 
mayores de 60 años y los más bajos entre los jóvenes. 
Sin embargo, el streaming y el internet no eran ajenos a 
los abuelos y abuelas. En uno de los grupos focales de 
adultos mayores, algunos de los asistentes contaron que 
en su celular tienen música descargada. Alguien incluso 
hizo sonar en plena charla en su playlist al intérprete de 
tangos Carlos Gardel.
Muy de acuerdo con que 40% de música en 
radios sea salvadoreña
G
an
an
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en
os
de
 $
30
0
En
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 y
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M
ás
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 $
30
00
42.9%
40.5%
33.3%
24.1%
14.8%
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
36
67% de las 
noticias falsas ya 
estaban en redes 
sociales
Sitios como Twitter, Facebook y WhatsApp eran a donde el 45% de 
los salvadoreños consultados acudía para informarse. Mientras que la 
preferencia por la televisión como medio para enterarse de noticias 
aumentaba con la edad, entre más joven se era más se optaba por 
las redes sociales para tal fin. Este comportamiento de consumo 
periodístico abre a las audiencias a una amplia variedad de artículos 
y reportajes audiovisuales, pero también potencia la circulación de 
desinformación. De hecho, el 87% de los entrevistados aseguró haber 
visto, leído o escuchado información falsa; y la gran mayoría manifestó 
haberlo hecho, justamente, en redes sociales. A ello hay que sumar que 
apenas dos de cada diez personas verificaban siempre si la información 
que consumen es verdadera. El método preferido para ello era el 
contraste con otros medios.
Noticias y desinformación
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
37
En tierra de televisión,radio y periódicos –digitales o 
en papel–, las redes sociales ya eran las reinas antes 
de la pandemia. Estas, según los resultados de la 
encuesta prepandemia, eran el medio a través del 
cual la mayoría de los entrevistados se informaba: 
45.5% así lo respondió. Sin embargo, la edad, los 
ingresos económicos y, en menor medida, la zona del 
país, amplificaban aún más el impacto de sitios como 
Twitter, Facebook, WhatsApp y otros en el consumo 
noticioso local.
Así, la cifra de quienes se informaban por dichos 
medios subió hasta 62% entre los jóvenes de 18 a 29 
años, contrario, por ejemplo, a los adultos mayores de 
60, segmento en el cual solo el 11% lo hacía. Por otro 
lado, un 34.5% de aquellos que percibían menos de 
300 dólares al mes las colocó como una fuente para 
enterarse de la realidad nacional e internacional; 
mientras que el porcentaje llegó hasta el 50% entre 
quienes ganaban más de 3 mil dólares al mes. 
Aunque, ínfima, también había diferencia entre las 
respuestas de quienes viven en la zona central (área 
metropolitana) y quienes lo hacen en algunas zonas 
del interior del país, como en la paracentral: 47.4 
contra 42.1%, respectivamente. Así, se puede concluir 
que, entre más joven se es y mayores ingresos se tiene, 
más se depende de las redes sociales para informarse. 
Fátima, asistente al grupo focal de jóvenes de 18 a 29 
años, explicó cómo llegó a preferir las redes sociales 
para tal fin: “Antes sí me gustaba ver las noticias en 
la televisión, pero ahora siento que es mucho de ‘y 
en Sonsonate hubo un festejo de…’, entonces no es 
algo que me llame la atención (…). Entonces ya no me 
gusta en la televisión, prefiero en Twitter”. En general, 
las personas encuentran inmediatez y, sobre todo, solo 
las noticias sobre temas que le interesan, ya sea en 
Facebook, Instagram o Twitter, y por eso las prefieren. 
A nivel general, a la hora de informarse la televisión 
ocupaba el segundo lugar (29.7%) y los periódicos 
digitales el tercero (11.9%). Atrás venían los que no 
consumen noticias (5.2%), los que leen periódicos 
impresos (4.2%) y los que escuchan radio (3.4%).
Cuando aparece un titular de una noticia en sus redes 
sociales que le interesa ¿ingresa al link para leerla o 
verla completa?
47.9%
Sí
35.8%
Algunas veces
7.0%
No
6.4%
No tengo 
redes sociales
2.9%
No me aparecen noticias 
en redes sociales
¿Cuál es el principal medio a través del cual se informa 
sobre hechos noticiosos?
45.5%
Leo noticias 
en mis redes 
sociales
29.7%
Veo televisión
11.9%
Ingreso a 
periódicos 
digitales
5.2%
No veo ni leo ni 
escucho 
información 
noticiosa
4.2%
Leo periódicos 
impresos
3.4%
Escucho radio
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
38
Con la televisión ocurría el caso contrario a las redes 
sociales: entre mayor se era, más se prefería dicho 
medio para enterarse del acontecer noticioso. De 
hecho, se llegaba hasta 59.6% para aquellos de 60 
años o más. En oriente, además, la penetración de 
la TV como medio para informarse era mayor que en 
otras regiones (alcanzaba un 34%, contrario al 26% de 
la zona metropolitana de San Salvador). 
Sin embargo, los grupos focales permitieron identificar 
que existía una combinación de esfuerzos entre los 
miembros de la familia a la hora de informarse. Patricia, 
mayor de 60, lo ejemplificó así: “Si tiembla, veo las 
noticias, las veo porque quiero informarme dónde 
fue el epicentro; cuando oigo que mi hija me dice, 
mirá, fue allá... inmediatamente ve ella en internet 
[ríe ]”. De esta forma, en un mismo hogar los jóvenes 
alimentan de información obtenida en redes sociales 
a los adultos, a la vez que estos siguen buscando 
información en la televisión. Suele ocurrir, pues, que 
la hora de las noticias se vuelve un momento familiar. 
Como narró Albill, joven universitario: “Cuando visito 
a mi abuela en Santa Ana [es] que veo las noticias, que 
ahí todos las vemos juntos, no sé por qué”. Esto pasa 
mientras, al mismo tiempo, algunos miembros del 
grupo pueden estar viendo información en Twitter.
¿Qué hay de los periódicos en papel y en línea? En 
preguntas aparte se exploró ambos aspectos puntuales. 
43% de los consultados de cualquier edad manifestó leer 
el diario en su formato físico, dato que se elevaba hasta 
67% en el caso concreto de los adultos mayores de 60 
Cuando ve o lee noticias en internet que le interesan, 
¿verifica si la información es cierta?
26.6%
Algunas veces 
sí y otras no
19.7%
Sí, siempre
18.9%
La mayoría de 
veces lo hago, 
aunque no 
siempre
15.6%
Muy rara vez
9.9%
No veo ni 
leo noticias 
en internet
9.2%
No, nunca
Cuando verifica si una noticia es cierta, ¿cómo lo hace? 
(Puede escoger más de una)
72.3% 47.8%
33.9% 19.7%38.8%
Busco en otros medios a 
ver si tienen la misma 
noticia
Busco cuál es la 
fuente original 
mencionada en la 
noticia
Veo la fecha 
para saber si es 
una nota actual
Reviso qué 
periodista firma 
la nota
Consulto a una 
persona en 
quien confío
Veo si el medio que 
publica es confiable
Otro
2.0%11.1%
“Yo, noticias, o sea, que 
encienda el tele yo para 
ver noticias, no. Quizá para 
informarme todo se dirige a 
las redes sociales”.
Hombre, en el grupo focal del segmento 
18 a 29 años.
Escuela de Comunicación Mónica Herrera y Maestría en Gestión Estratégica de la Comunicación, UCA
39
años. Para los jóvenes y adultos jóvenes de hasta 39 años, 
en cambio, se trataba de una práctica menos frecuente, con 
porcentajes que no superan el 32%. La frase de Miguel, del 
grupo de 18 a 29 años, reflejó algunos intereses de esta 
generación cuando se enfrentan con el papel: “Depende 
de mi estado, a veces miro el horóscopo o cosas que me 
hagan reír [sonríe], veo caricaturas, pero, sobre todo, los 
titulares y el deporte”. El contraste con alguien mayor de 
60, como lo expresó en su correspondiente grupo una 
mujer, es evidente: “Sí, compro periódicos casi que un día 
sí y un día no… Me gusta leer, me entretiene. Me gusta 
también por el negocio, me gusta saber cómo van las 
cosas de economía”.
Para el caso de los periódicos digitales, los que 
respondieron sí leerlos representan el 48%. Y es en el 
¿En qué medio recuerda haber visto, leído o 
escuchado noticias falsas? (marque todos los 
medios que recuerde)
En
 p
ub
lic
ac
io
ne
s e
n 
re
de
s s
oc
ia
le
s
Si
tio
s w
eb
 d
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pe
rió
di
co
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ig
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Te
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Pe
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N
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le
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o 
o 
es
cu
ch
ad
o 
no
tic
ia
s f
al
sa
s
Ra
di
o
67.7%
41.7%
25.7%
18.4%
12.9%
10.3%
¿De qué tema era la noticia falsa que leyó, vio o 
escuchó? (marque todas las opciones que recuerde)
72.5%
De política
38.1%
De violencia / 
inseguridad
32.3%
De espectáculo / 
cultura
30.4%
De temas 
sociales
18.3%
De 
economía
17.4%
De 
curiosidades
14.1%
De 
migración
13.4%
De ciencia
10.6%
De deportes
2.2%
Otras
segmento de 30 a 39 años donde más lo hacían (58%). 
Evelyn, participante de uno de los grupos focales de 
esa edad, argumentó: “Es que los medios digitales 
son más rápidos al poner las noticias”.
Desinformación: es que lo leí en Facebook
Uno de los fenómenos que más ha ocupado a los 
estudiosos de los medios de comunicación en los 
últimos años es el de la desinformación. Aunque se 
trata de un concepto mucho más amplio y antiguo, 
una de sus caras más visibles y que las personas más 
fácilmente identifican es la de las noticias falsas, es 
decir, información no real hecha pasar por cierta, que 
si es con dolo tiene el fin de beneficiar o perjudicar a 
alguien o simplemente distraer.
2019 A. C.- Así consumíamos medios en El Salvador antes de la COVID-19 
40
En la encuesta prepandemia se preguntó en qué medio 
recordaban haber leído, visto o escuchado noticias 
falsas. Solo el 12.9% respondió que “no recordaba” 
ninguna. El resto, por ende, sí lo había hecho: es 
decir, 87.1% sí había estado expuesto a información 
no verdadera en algún medio de comunicación.