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UN EJEMPLO DE ATLAS LINGÜÍSTICO AUTOMATIZADO: EL ALES Manuel Alvar y María Pilar Ñuño Introducción Desde hace tiempo venimos trabajando en la automatización de la carto grafía lingüística. En la Revista de la Universidad Complutense, Manuel Alvar presentó los resultados de unos inicios en contacto con los métodos seguidos por W. Putschke para el ALE h Sin embargo, la aplicación de estos procedi mientos distaba mucho de ser viable en nuestros Atlas y decidimos buscar su rentabilidad práctica eliminando, en cuanto fuera posible, una carga teórica que nos era improductiva. En el Centro de Cálculo de la Universidad Com plutense de Madrid (CCUM) llevamos a cabo los estudios necesarios para nuestros propios fines. Quisimos seguir un camino largo, pero de absoluta seguridad, por cuanto íbamos a tener la posibilidad de una continua com probación gracias a otros Atlas realizado ya. Así, pues, partimos del ALEA1 2, obra conclusa y realizada por procedi miento manual. Se trataba ahora de llevar a cabo una serie de muestras con un método totalmente distinto; lógicamente, si estaban bien hechas, tendrían que alcanzar los mismos resultados que el método tradicional. En efecto, el conjunto de tareas llegó a buen fin y ahora nos ahorramos su exposición por cuanto se ha hecho en una publicación reciente3. Teniendo conciencia de las posibilidades del método, y habiéndolo practicado en una región muy 1 «Ordenadores y geografía lingüística: el proyecto del Atlas plurilingüe de Europa (ALE)», XXV, 1976, págs. 79-85. El trabajo se había leído como comunicación en el Simposio que sobre Ordenadores y Lingüística había organizado la Universidad Complu tense en febrero de 1974. La impresión del texto fue tan deficiente como se va haciendo costubre en las publicaciones científicas españolas. 2 Manuel Al.vab, con la colaboración de A, Llórente y G. Salvador, Atlas lingüístico y etnográfico de Andalucía (6 vols.), Granada, desde 1961. 3 Manuel Alvar y Manuel Verdejo, «Automatización de Atlas Lingüísticos», Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, XXXIV, 1978 [1980], págs. 23-48. (Al impresor, piadosa víctima, se le olvidó poner las láminas ilustrativas.) 359 L^IIl, 1981 ________________ _ compleja, parecía fácil transponerlo a un pequeño dominio en el que, a la sazón, estábamos trabajando. Desde 1976 a 1978 llevamos a cabo la recogida de materiales para el ALES4. En el CGUM trabajamos con dos técnicos de Informática, Miguel García y Carola Martínez: ellos resolvieron nuestros problemas y establecie ron los programas. Resultado de todo ello fue la ponencia (Bases de datos en geografía lingüística) que presentaron al Congreso de Informática celebrado en el CCUM (junio de 1980). Los fines a que se ha llegado son altamente satisfactorios, pues al resolver el problema de la salida gráfica de los datos lingüísticos, se ha obtenido un «banco de datos, con información organizada», y ese banco de datos permite la elaboración de unos índices para facilitar el manejo —abrumador por su riqueza— de un Atlas lingüístico5. Los PASOS SEGUIDOS El ALES está copiado en «cuadernos de formas», según la terminología usada en los métodos de cartografía lingüística. Es decir, se trata de una lista de carácter onomasiológicc: dado un «concepto» (lo que en el futuro será la cabecera del mapa), enumerar las designaciones que tiene en cada localidad de la provincia. Válganos un ejemplo fácilmente comprobable: en el mapa 8 del trabajo dedicado al ALES (RFE, LIX, pág. 108), encontramos: a) «con cepto» (artesa pequeña); b) «designaciones locales» (cuezo, duerna, -o, masera, amasador, arca, cocio, dezca, desga, artesa, nezca). Pues bien, esto es un mapa elaborado; antes de llegar a él, hay que confeccionar las «listas de formas», resultado de despojar los cuestionarios de campo. Un Atlas lingüístico, vemos tiene diversos procesos de elaboración; pres cindiendo de todas las tareas previas, la programación de los materiales exige: 1. Recogida in situ de los datos, mediante un cuestionario elaborado pre viamente. Este cuestionario es —en teoría— el habla de una localidad. 2. Preparación de los «cuadernos de formas»; es decir, despojar los cues tionarios de cada una de sus preguntas para preparar una colección de listas onomasíológicas. Si antes disponíamos de la posible monografía sobre un habla local, lo que ahora tenemos son los nombres de un concepto (artesa pequeña, 4 Véase «El Atlas lingüístico y etnográfico de la provincia de Santander (España)», Revista de Filología Española, LIX, 1977 [1979], págs. 81-118. 5 A pesar de quedar lejos de nuestro objeto, resulta útil el trabajo de Cesare Segbe, «Les transcriptions en tant que diasystémes», apud La pratíque des ordinateurs dans la critique des textes, París, 1979, págs. 45-49. 360 . „ , , ------------UN EJEMPLO DE ATLAS LINGÜÍSTICO AUTOMATIZADO: EL «ALES» en el ejemplo seleccionado), en cada una de las localidades escogidas (en la provincia de Santander, en ese mismo ejemplo). 3. Redacción de cada mapa. 4. Dibujo por un técnico de las cartas lingüísticas. 5. Obtención de láminas para reproducir según un procedimiento habi tual (fotograbado sobre planchas de cinc, fotolitos de offset, etc.). 6. Impresión. La codificación de los mapas En el trabajo de la RDTP (XXXIV, 38-41) se dan los resultados de la codificación, que no es otra cosa que convertir en signos legibles por la má quina los grafemas que utilizamos en transcripción fonética6. Entonces, re sulta evidente que la tarea que cumplimos por este procedimiento parte de los § § 2-3 y trata de reemplazar al § 4 y, veremos, sustituir al § 5. «Reem plazar al § 4» tiene varias finalidades: el dibujo automático con el trazador de curvas (plotter), que reduce enormemente la duración del dibujo, con lo que se ahorra —además— muchísimo dinero. Y si se obtiene la cartografía sobre un soporte válido para la impresión, evitamos el costosísimo dispendio del § 5 y, por añadidura, todos los tiempos que en él se invierten7. María Pilar Ñuño ha realizado la penosísima tarea de codificar el ALES. Es decir, según lo que anteriormente se ha dicho, ha dispuesto en el lenguaje establecido por un programa los signos lingüísticos de los cuadernos de for mas. Por tanto, ha hecho comprensible para la computadora el metalenguaje de la transcripción fonética; lo que gráficamente ha sido pasar nuestra ilus tración 1 a nuestra ilustración 2; o, si se prefiere, reescriturar en una hoja de codificación. La codificación se ha realizado así: todos los signos especiales (y en ellos incluidos los fonéticos, cualquier tipo de llamada como la interrogación, el acento, los subrayados, etc.) se trasladan o codifican con dos caracteres8, mientras que todos los demás se copian con uno solo. El trabajo se cumple del siguiente modo: A) Signos fonéticos: A cada fonema se le asigna un signo y las variantes fonéticas se marcan con un número distinto para cada una de ellas, que se 6 Quien esté interesado por la programación relacionada con la lingüística puede leer el libro de Jacques Andbé y Catherine Fuchs, Ordinateurs, programmation et langues naturelles, «Bibliothèque Repieres-Mame», 1974. 7 Nada hay de provecho para nuestro objeto, a pesar de la cantidad de trabajos in cluidos, en Applications of Linguistics (edit. G. E. Perben-J. L. M. Trim), Cambridge, 1971. 8 Dos cuadrículas en la hoja de codificación. 361 111, 1981_____________________________________________________________ sitúa al lado del signo foneinático. Ejemplo: el fonema [a] se realiza en una serie de alomorfos fonéticos como [a], [a], [a], [b], [ú], [?]> y [’]. La codificación de los alófonos es ésta: [*] = A9 [?] == Al = A5 [a] == A2 Dd = A8 [a] == A3 — A7 [B] == A4 [é] = A8 La serie de números puede llegar hasta el 9; el 0 lo sustituimos por A, y si los alófonos rebasaran el número 10, a cada uno de ellos se le asigna una letj’a del alfabeto; de este modo la tabla de transposición fonética sereduce así: 362 UN EJEMPLO DE ATLAS LINGÜISTICO AUTOMATIZADO: EL «ALES» El doble espacio que se da a los caracteres que llevan signos diacríticos o a los signos de llamada, etc., se da también a los espacios de separación de palabras. Pero si cualquiera de estos signos estuviera no en el mapa, sino fuera de él (por ejemplo, en los comentarios), la palabra afectada se escribe con entrecomillado simple (’...’) y los signos de puntuación, o los espacios en blanco fuera del mapa, se codifican con un solo carácter. B) Otros signos: Para cualesquiera de los signos que no caben en la tabla anterior, pero que son bien frecuentes en cualquier mapa lingüístico, hemos preparado otra tabla, en la que cada uno de los signos ocupa dos casillas: acento "b CH •— guión largo RL ( abrir paréntesis (b uniendo dos letras LL ) cerrar paréntesis )b uniendo dos palabras LB / slash /V ~ tilde nasal encima R Ñ mayúscula G Xí ~ tilde nasal debajo > R Ñ minúscula GN = igual = b ¿ abrir interrogación #1 más (comentario) + b ? cerrar interrogación % I '• diéresis sobre mayúsculas DS subrayado sencillo # s ■' diéresis sobre minúsculas DR fin subrayado sencillo % sA UE VA subrayado doble X VC fin subrayado doble % D 0 VV comillado sencillo #Q T TE fin comillado sencillo % Q _L T0 comillado doble #G [ (* fin comillado doble % G ] )* Tabulación #T En el ordenador del CCUM que manejamos no hay acento, diéresis ni ñ. Hemos resuelto la dificultad codificándolos como si fueran signos fo néticos (con dos caracteres); por ejemplo; cigüeña aparece codificada como cigu’dr’e’gn’a. Con el signo fe indicamos ’espacio obligatoriamente en blanco’; en la hoja de codificación no debe figurar el signo, - pero sí el espacio; ejemplo: sábana — sa’ ” * baña. 363 L^\ í 11, 1981-------------------------------- ----------------------—-------------—-----— Composición de las láminas Se intenta que el formato del ALES convenga con alguno de los otros Atlas ya impresos y los que en el futuro se puedan editar. Los de Andalucía y Canarias tienen una presentación horizontal exigida por la forma de las regiones. En el caso particular del Archipiélago no se pudo hacer una compo sición distinta, a pesar de que se redujeron los canales interinsulares con una distribución proporcional9. Sin embargo, el Atlas de Aragón, Navarra y Rioja 10 11 ha podido presentarse de manera mucho más cómoda y manejable y con ella coincidirá totalmente la del ALES, con las salvedades a que vamos a hacer mención. Cada lámina contiene dos mapas, dispuestos según el modelo de muestra en la ilustración adjunta. En el margen superior izquierdo figura el número de la lámina, y en el derecho, el de los mapas que la constituyen. Cada uno de éstos (figs. 1, 2), en su ángulo superior izquierdo lleva el número que le corresponde dentro del Atlas; debajo, y con mayúsculas de tipo mayor, el título, y en otra línea inferior, el modo de formular la pregunta. El ángulo superior derecho se reserva para las referencias a otros Atlas españoles y el inferior izquierdo para los comentarios. El extremo inferior derecho se des tina a completar la transcripción de las respuestas que no caben en el mapa n. Codificar cada uno de estos elementos tiene su complejidad, por más que dado su carácter totalmente lógico se puede dominar sin más dificultades que la reiteración práctica. En las láminas se pueden seguir los pasos que vamos a enumerar: Cuestiones previas 1. * La máquina está programada para escribir la palabra Lámina antes del número y sin necesidad de que figure en la hoja de codificación. Además, todas las enumeraciones que hacemos en este apartado, la máquina las trans cribe en el mismo orden que nosotros se las facilitamos. 2. * Número de la lámina, seguido de un signo como de doble centavo (gq) con el que indicamos a la máquina que la información de este apartado ha concluido y debe pasar a dibujar la siguiente. 9 Manuel Alvab, Atlas Lingüístico y Etnográfico de las Islas Canarias [ALEICan], Las Palmas de Gran Canaria, 1975-1978. Cf. tomo I, pág. 2 c (Los puntos de encuesta y su representación en los mapas). 10 Se han publicado ya (1979-1981) seis de los once tomos previstos; los VII-IX están en impresión y acabada la redacción de los X y XI. 11 Todo ello se imprime sobre una plantilla en color en la que se registran los límites de la provincia y los puntos de encuesta. Los puntos se enumeran según se dijo en RFE, LXIX, págs. 116-17. 364 N O M B R E D EL T RA BA JO : L ám in a 15 - M ap as 2 9- 30 T FECHA [ USUARIO PROGR. ¡ TRABAJO 365 LÇ\U1, 1981 3. a Igual que en el § I, la máquina escribe la palabra Mapas en el án gulo superior derecho. 4. a Números de los mapas que constituyen la lámina. El doble signo qq señala, como siempre, el final de la información y el paso a la siguiente. 5. a Número del mapa que aparece en la mitad superior de la lámina, y signo qq de final. 6. a Título del mapa. Va transcrito en letras capitales de gran tamaño. Es necesario hacer este aviso a la máquina, y lo formulamos poniendo el signo de dólar ($) delante de cada palabra del título. El trazador de curvas (plotter) deja de escribir letras mayúsculas al llegar a un espacio en blanco. Como se quiere resaltar el entintado de esta cabecera, la información se repite tres veces, seguido de qq; el plotter superpone el dibujo de las letras otras tan tas veces. 7. a El título puede ocupar hasta tres renglones de 25 espacios cada uno; si es preciso, se indica a la máquina el paso de uno a otro mediante el signo cj. 8. a Modo de formular la pregunta. Hemos previsto para ello cuatro ren glones de 20 espacios y uno de 13. Para que la máquina escriba con mayúscula la primera letra, la hacemos preceder del signo de arroba (@); al final de cada renglón aparece q y, al terminar la información, qq. 9. a Referencias a otros Atlas lingüísticos. Disponemos de 54 espacios dis tribuidos en tres renglones iguales. Si las siglas del Atlas de referencia van en mayúsculas, se les antepone $; ál final de esta parte de Ja referencia, se deja un espacio en blanco, se vuelve a escribir $ y a continuación el tomo del Atlas, número del mapa y cualquier otra referencia (por ejemplo el título de. éste si no coincide con el de nuestro mapa). 10. a Si las siglas del Atlas, cuya referencia transcribimos, están formadas por mayúsculas y minúsculas, las versales se codifican con entrecomillado simple, precediendo con @ a cada una de las letras, las minúsculas se codifi can a continuación normalmente. Ejemplo: ALEIÇan = ’@A@L@E@I@C’AN. Terminada la información, se vuelve a poner qq. 360 UN EJEMPLO DE ATLAS LINGÜÍSTICO AUTOMATIZADO: EL «ALES» 11.a Comentarios. Contamos con doce líneas dispuestas así: líneas 1.* y 2.‘ = 29 espacios líneas 3.a y 4.* = 34 líneas 5.* a 8.a = 37 línea 9.a = 35 espacios línea 10.a = 45 líneas 11.* y 12.a = 65. 12. a Cada comentario se inicia con la inicial de la provincia y el número de la localidad (ejemplo S 103). Para que esta referencia sea muy visible va con doble subrayado, que a la máquina se le señala anteponiendo # D; tras este signo se escribe el número del pueblo o de los pueblos a los que se refiere el comentario, y al terminar se escribe % D, con lo que la máquina acaba de subrayar. Se deja un espacio en blanco, se escriben los dos puntos (:), y, de seguir los signos @ o S, se vuelve a dejar un espacio en blanco. Tras todos estos preliminares figura el comentario, cuyo fin se marca con cf Si un comentario ocupa más de un renglón, al finalizar cada uno de ellos se pone c} y, antes de comenzar el siguiente = T (signo de tabulación), a fin de que la máquina siga escribiendo bajo los comentarios y no con la sigla de la locali dad. Al terminar la codificación de los comentarios se pone, como siempre, <¡c¡. 13. a Como en los comentarios pueden ir palabras en transcripción foné tica, no se debe olvidar su codificación: comilla simple, dos caracteres por letra y comillasimple al final, según liemos indicado ya. 14. a Respuestas dibujadas fuera del mapa. Si alguna respuesta no se puede cartografiar, pasa al ángulo inferior derecho del rectángulo. En él hay dis puestos 14 renglones de 38 espacios cada uno para resolver los problemas que puedan surgir. La codificación consta de los siguientes procesos: signo $, inicial de la provincia, número de la localidad y, con entrecomillado simple, la respuesta. Los signos <4 y <¡d se utilizan al término de una o de todas las contestaciones, respectivamente. Si alguno de los lugares que en la hoja se reservan para comentarios, notas, etcétera, quedará libre por ausencia de datos, basta con poner cjd en la hoja- de codificación para que el plotter dibuje automáticamente el siguiente. (Ge néricamente, suele llamarse fichero a las anotaciones complementarias'; en el caso que nos ocupa, el fichero quedaría en blanco.) 367 Las anotaciones que figuren en el cuestionario en cualquier lugar que no corresponda a los ficheros, se transcribirán en la cabecera del espacio en blanco que figura en el ángulo inferior derecho del mapa (espacio reservado normalmente para inscribir en él las respuestas que no caben dentro del mapa). 15.a Respuestas. Van insertas en el mapa con transcripción fonética; ocu pan siempre un lugar bajo la sigla del pueblo para que no se produzcan errores de localización. 16.a En la hoja de codificación se escribe la sigla (inicial de provincia y número de la población), se deja un espacio en blanco, se transcribe la res puesta 12 y, por último, d- 17. a No es nada raro que, en localidades consecutivas, se registre la misma respuesta; en tal caso, basta con codificar la contestación en la primera de esas localidades y en las otras se pone un guión (—<). 18. a Si la respuesta no cabe en el lugar correspondiente del mapa, tras la sigla de la población se escriben las letras DP. que representan una especie de calderón musical o flámula13, con el que indicamos que esa respuesta "figura en el ángulo inferior derecho del rectángulo en el que el mapa aparece en cuadrado. 19. a El número de espacios disponibles para transcribir la respuesta es limitado y heterogéneo; por ejemplo, S 304 no permite más de cinco, mientras que S 203 admite hasta treinta. De esta diversidad surge uno de los problemas más complejos que nos ha planteado la codificación de las respuestas. Es ne cesario centrarlas para que el trazador de curvas las desplace hacia la derecha o la izquierda del registro de la población. Recurrimos al «centrado» de los espacios: así, en una línea que. sólo consiente cinco espacios, el centro de la línea de respuesta está en el número 3; por su parte, una localidad que tenga disponibles 18 espacios, tiene su centro entre los 9 y 10. Si el centro de la línea cae debajo del número asignado al punto de encuesta, no es nece sario el «centrado» porque el plotter dibuja teniendo en cuentra el centro de la línea, no su comienzo ni su fin, y entonces la palabra queda mecánicamente centrada. 20. a Para centrar, se coloca el primer signo de la respuesta bajo la cifra de las centenas que aparece en el número de la localidad. De este modo po 12 Como ya se ha indicado, a cada signo fonético se le dan dos espacios. 13 Véase la Tabla de signos no fonéticos con que se ilustra el apartado Los mapas etno gráficos, de este mismo trabajo. 368 ttn EJEMPLO DE ATLAS LINGÜISTICO AUTOMATIZADO ¡ EL «ALES» drán quedar —a uno y otro lado de la respuesta— unos espacios en blanco hasta el final de los que para ella hay reservados en el hueco de la , trans cripción. Hecha esta distribución se restan entre sí los espacios no cubiertos a ambos lados; si fueran más los que quedan a la derecha, se disponen a continuación de la palabra tantos espacios en blanco 14 como haya arrojado la resta y, a su final, el consabido signo cj, que indica —como siempre— in formación concluida. Si la diferencia fuera favorable a la izquierda del co mienzo de la palabra, los espacios en blanco se dispondrían delante de ésta. Para diferenciar estos espacios en blanco de otros que puedan tener este mismo carácter y con el fin de aclarar la tarea de las perforistas, se repre sentan en la codificación con un subrayado infrascrito. Por ejemplo: S 203 A3L B101” R T 06---------------cj = [alborto]. LOS MAPAS ETNOGRÁFICOS Cuanto hemos dicho hasta ahora, se puede aplicar a los mapas etnográ ficos, con unas salvedades que debemos consignar y que, evidentemente, sim plifican muchísimo nuestro quehacer. 1. ° Las respuestas quedan automáticamente centradas porque los signos que se transcriben son uno o dos en cada localidad. 2. ° En estos mapas no hay ninguna respuesta fuera del espacio asignado en la localidad, pues con él basta para transcribir los pocos signos de que tenemos necesidad. Por ello, en los mapas etnográficos, destinamos el margen inferior derecho del rectángulo para explicar el valor de cada uno de los símbolos empleados. 3. ° Si en algún caso hubiera que dibujar cualquiera de estos símbolos fuera del mapa, procederíamos como en los casos de transcripción fonética, colocando tales símbolos entre comillas simples. 4. ° La tabla de signos etnográficos y su codificación en el ALES es la que sigue: II II No olvidemos que son dobles por tratarse de transcripción fonética. 369 L^lll, 1981 1 BA CK b’ BB CL F BC CM 4 BD BE DA DB CA DC 0 CB O CC ☆ ES © CD CE tí) PA © CF CG A TA 9 C1 4 TB ó CJ TC Otras consideraciones Hemos descrito la codificación tal y como la hemos practicado en el ALES. Tarea minuciosa y que exige no pocos cuidados, pero que presenta enormes ventajas para el futuro de la cartografía lingüística. Con estas páginas —evi dentemente de interés muy concreto— hemos querido poner al alcance de los investigadores muchos esfuerzos, una considerable experiencia y un ingenio que nuestros colaboradores han desarrollado para resolver los problemas que les íbamos planteando. En los centros de proceso de datos de las Universida des de Lovaina, del Estado de Nueva York (Albany), y, sobre todo, en el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, hemos ido apren diendo quehaceres que habitualmente quedan lejos de nuestras investigacio nes humanísticas, y que ahora aspiramos a divulgar. Después de esto, dar las gracias a nuestros colegas de Informática sería más que redundante. Lo que con ellos aprendimos, aquí está y los beneficios no serán pocos. Tras las tareas que hemos ido exponiendo quedan otras: la perforación de tarjetas 15 y el dibujo automatizado sobre papel sensible, pero esto ya es tarea de unos técnicos con los que apenas colaboramos. Sí quisiéramos decir unas breves palabras sobre el trazador de curvas y el soporte del dibujo. Nuestros 15 Según un modelo generalizado y el que se nos ha aplicado en el CCUM (cf. Manuel Alvar Ezquerra, Proyecto de lexicografía española, Barcelona, 1976, págs. 211-16). 370 UN EJEMPLO DE ATLAS LINGÜISTICO AUTOMATIZADO: EL «ALES» mapas se han dibujado con rotulador en un plotter Calcomp 563 16 sobre papel plástico de tipo comercial. Superamos una pequeña dificultad : el tra zador de curvas dibuja sobre papeles perforados para facilitar el arrastre y el papel plástico es liso. Obviamos el tropiezo. Final El ALES está dispuesto para la imprenta y sus mapas ya han sido utiliza dos en alguna ocasión 17. Acabamos las encuestas el 8 de julio de 1978. Tres años después los materiales están totalmente disponibles y nuestras tareas acabadas. Pensemos en lo que hubiera sido el procedimiento normal con el que hemos trabajado : tiempo, costos. ¡ Cuán lejos estamos de las previsiones que los dialectólogos solemos hacer! Pero hemos hablado también de un banco de datos, y a ello se han referido técnicos de informática 18. Pues bien, tenemos dispuestos tres índices principales (de palabras, de terminaciones y de frecuencias) y otros tres secundarios. Los Atlas lingüísticos habrán dejado de ser ese monstruosofantasma que abruma por su magnitud. Ahora ya se po drán usar como diccionario normal, como repertorio de sufijos, desinencias, etc., como conjunto para estudiar campos semánticos, como elementos fundamenta les de estadística lingüística y otros etcéteras no poco extensos 19. Unase esto a las virtudes clásicas de la geografía lingüística (distribución espacial orde nada, visión simultánea de los fenómenos, ordenación geográfica, transcripción rigurosa, recogida in situ, etc.) y pensaremos que habrá sido útil la colabora ción interdisciplinar20 que acabamos de exponer21. 16 Cf. RDTP, XXXIV, pág. 47. 17 Geografía lingüística y diccionarios, comunicación leída por M. Alvar en la sesión plenaria del 30 de agosto (VII Congreso Internacional de Hispanistas, Venecia, 1980). 16 Véase página 362. 19 Cf. Josse De Kock, «Linguistique et langues romanes», apud Romanistik und Datenverarbeitung. Akten der 1. Sektion des Deutsches Romanistentages, Saarbrücken, 1979, págs. 24-25. 20 No se tienen en cuenta estos hechos —lo que habla de su novedad— en la enume ración del libro de Josse De Kock, Linguistique automatique et langues romanes, París, 1977, páginas. 39-41. 21 Cf. RDTP, XXXIV, § VI, págs. 47-48, y el artículo de Manuel Alvab y Carola Martínez Abad, Automatización de índices en los Atlas lingüísticos (en prensa, Hom. A. Ra banales, Chile). 371 IS 29-30 30 3 lira™, rstlrs tabla jrada es metálica y i cilindro hierro; una grada Cástre: rotefcátc 5212 rastra S3CN rástra+ INSTRUMENTOS PORA ALLANAR LA TIERRA ARADA. (LINGUIST ICO-ETNOGRAFICO) 3Ci<$ 3D3 X> ráetr«+ el rastro e6 un? La la un ganchoG de I rotabato, i tractor. con pinchos: ccn uñas curvas? do madera con COOC H0Q8 -LfiMt5- 372 373 374