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Grafologia_Historica_de_Venezuela

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Grafología Histórica 
de Venezuela 
Siglo XIX 
 
Gerardo Lucas 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Grafología Histórica 
Venezolanos del siglo XIX 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gerardo Lucas, doctor en Historia (ucaB), 
Master en Historia (usM), Master en Finanzas 
(university oF iLLinois), adMinistrador coMerciaL 
(ucaB), econoMista (ucv). eMpresario, de diLatada 
LaBor, Fue presidente de conindustria, d irector 
principaL de Fedecamaras. 
GraFóLoGo en ejercicio para La FirMa 
soLutionMakers, c.a. autor de La industriaLización 
pionera en venezueLa 1820-1936, caracas, ucaB, 
1998, industriaLización conteMporánea en venezueLa: 
poLítica industriaL deL estado venezoLano 1936-2000, 
caracas, ucaB, 2006, coautor de venezueLa: repúBLica 
deMocrática, editoriaL arte, 2011. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Grafología Histórica 
Venezolanos del siglo XIX 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Gerardo Lucas 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Editor: Gerardo Lucas 
Coordinación Editorial e Investigación Iconográfica: Sheila Salazar 
Diseño Gráfico: Didier Barrios 
Fotografía: Yuri Lizcano 
 
Reservados todos los derechos. No se permite re- 
producir, almacenar en sistemas de recuperación 
de la información ni transmitir alguna parte de esta 
publicación, cualquiera que sea el medio emplea- 
do —electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, 
etc.—, sin el permiso previo de los titulares de los 
derechos de la propiedad intelectual. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Índice 
 
 
 
Introducción 09 
Francisco de Miranda 13 
Juan Germán Roscio 20 
Simón Rodríguez 25 
Andrés Bello 34 
Simón Bolívar 39 
José Tadeo Monagas 45 
José María Vargas 50 
José Rafael Revenga 56 
Tomás Lander 61 
Santos Michelena 65 
José Antonio Páez 69 
Antonio José de Sucre 75 
Antonio Leocadio Guzmán 82 
Fermín Toro 88 
Juan Vicente González 93 
Ezequiel Zamora 97 
Cecilio Acosta 102 
Arístides Rojas 107 
Antonio Guzmán Blanco 112 
Manuel Landaeta Rosales 118 
Manuel Antonio Matos 122 
Teresa Carreño 128 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Introducción 
La grafología histórica es la intersección entre dos disciplinas, la ciencia 
histórica y la grafológica. La primera es reconocida universalmente como 
ciencia, sin embargo, la segunda no adquiere en todos los casos, para el co- 
mÚn de los mortales, esa categoría y la ubican, usualmente entre la ciencia, 
el arte, la pseudo ciencia y la especulación. 
Mc Millan Dictionary define a la grafología como la “ciencia que estudia 
la escritura de los individuos para conocer su personalidad”. El Diccionario 
de la Real Academia de la Lengua, por su parte, define a la grafología como 
el “arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cuali- 
dades psicológicas de quien la escribe”. La Enciclopedia Británica y la Me- 
rriam-Webster, no la definen, sencillamente la describen como “la inferencia 
del carácter a través de la escritura de la persona”. La popular enciclopedia 
en línea, Wikipedia, es más escéptica, la califica de “pseudo ciencia que 
pretende describir la personalidad de un individuo e intentar determinar ca- 
racterísticas generales del carácter, acerca de su equilibrio mental (e incluso 
fisiológico), la naturaleza de sus emociones, su tipo de inteligencia y aptitu- 
des profesionales mediante el examen de la escritura manuscrita”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
Como hemos visto, aun cuando el término aparece por primera vez en 
1872, podemos aseverar que, todavía en la actualidad no existe un criterio 
universal y compartido sobre su condición científica. 
Amén de lo anterior, la grafología tiene ciertamente un amplio espectro 
de credibilidad, no solo por la práctica en el campo de la psicología, el 
derecho penal, el reclutamiento y selección de personal, sino que se estudia 
en reputadas universidades en todo el mundo. En la Universitat Autónoma de 
Barcelona, Lumsa Di Roma, Universitá di Torino, UNAM (México), Universi- 
dad del Mar (Chile), Emerson University College (Buenos Aires), Prescott Uni- 
versity (Arizona), se dictan maestrías sobre esta disciplina. Además, existen 
escuelas especializadas como la British School of Graphology, The Institute 
of Graphological Science, (Dallas), International Graphoanalysis Society 
Inc., (Chicago), entre muchas otras. 
Podemos afirmar que aun cuando tiene un extenso nivel de aceptación 
por lo menos en occidente, la grafología no es considerada universalmente 
como ciencia. Dada esta circunstancia queda en manos del lector, estable- 
cer el grado de confiabilidad que le otorga al análisis grafológico. 
El suscrito ha practicado la grafología, en forma autodidacta, durante más 
de 40 años fundamentalmente, aplicándola a la selección de personal en 
empresas privadas, y actualmente con la firma consultora SolutioNMakers. 
Personalmente, los resultados de los análisis han validado su confiabilidad, 
en la práctica una y otra vez, en innumerables casos concretos. Por otra 
parte, la historia de Venezuela ha sido un interés tardío, el cual abordamos 
académicamente, estudiándola en la Universidad Santa María y luego en la 
Universidad Católica Andrés Bello. La conjunción de estos dos intereses nos 
impulsó a producir el presente trabajo, sabemos que son pocas las personas 
que tienen ambos intereses y el tiempo para realizarlo. 
El propósito principal de la investigación es conocer las motivaciones de- 
trás de los actos de veintidós prohombres del siglo XIX venezolano. De ellos 
conocemos sus actos, sus escritos y lo que acerca de ellos escribieron sus 
contemporáneos, pero pretendemos que la grafología les de vida y poda- 
mos establecer, por lo menos como hipótesis, qué los impulsaba a realizar 
determinados actos. Como decía Shakyamuni Buda, “se conoce el acto, 
pero no la motivación detrás del acto”. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Nuestro interés es el de contribuir, a partir de nuevas hipótesis de trabajo, 
con el estudio de una materia sobre la cual no se ha incursionado, y que ello 
pueda servir de punto de partida para los estudiosos que deseen abordar el 
tema. 
En cuanto a la metodología, en una primera etapa seleccionamos veinti- 
dós personajes, que tuvieron un papel relevante en el país en los diferentes 
ámbitos en los cuales actuaron. Luego, estudiamos cartas originales de es- 
tos personajes, en deferentes décadas, una vez que descartamos las que 
identificamos como hechas por escribanos, práctica comÚn en la época, 
realizamos el análisis grafológico. Posteriormente releímos algunas biogra- 
fías, para, a partir de un breve relato biográfico, exponer al lector cómo las 
características de la grafía indican rasgos de la personalidad del individuo 
que condicionaron su comportamiento. 
En este trabajo reunimos: próceres, escritores, diplomáticos, políticos, mili- 
tares y a una mÚsico. Queremos resaltar como característica comÚn en todos 
ellos: la pasión. Consideramos que este sentimiento fue el motor que los im- 
pulsó a actuar de determinada manera. Algunos se muestran más apasiona- 
dos que otros, esto es muy visible en la grafía como el lector podrá constatar 
con la lectura de este estudio. 
No queremos dejar de mencionar que dos personajes en particular resulta- 
ron más complicados y difíciles de entender: Francisco de Miranda y Simón 
Rodríguez, curiosamente anclados en el siglo XVIII. En el caso del primero, 
quizás, como consecuencia de una vida signada por la conspiración y el 
sigilo y el segundo, por su personalidad iconoclasta, que muchos de sus con- 
temporáneos consideraban que rayaba en la locura. 
Quiero agradecer especialmente a la señora Xiomara Herrera, en el Archi- 
vo de la Academia de la Historia, por su invalorable colaboración identifi- 
cando los documentos y a la historiadora Sheila Salazar Rodríguez, sin cuya 
inestimable labor de revisión de forma y fondo de este trabajo, la ubicación 
de las cartastraspapeladas de algunos de los personajes y la investigación 
iconográfica, habría sido imposible llevar a término esta obra. Para concluir, 
nuestro Único deseo es que el lector disfrute del trabajo, y de repente, como 
decimos los venezolanos, le encuentre otra faceta al personaje de su interés. 
 
 
 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 13 
 
13 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Francisco 
de Miranda 
PRECURsoR DE LA 
INDEpENDencIA AmERICAnA 
(1750-1816) 
Francisco de Miranda es uno de los personajes venezolanos más destaca- 
dos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Es reconocido como el pre- 
cursor de la independencia americana, incansable viajero, combatiente en 
la independencia de los Estados Unidos, general de la revolución francesa 
y uno de los fundadores de la Sociedad Patriótica en Venezuela. Llevó una 
vida intensa llena de éxitos y también de fatalidades, concluyendo su vida en 
la cárcel de La Carraca, en Cádiz. 
Desde el punto de vista grafológico, creemos que es uno de personajes ve- 
nezolanos más complejos y difíciles de escrutar de su época por su carácter 
hermético y una vida signada por la conspiración y la aventura. 
Pero veamos lo que al respecto nos dice el análisis de su letra. Partamos 
de su firma. Lo primero que resalta es la primera letra de su nombre F que, al 
compararla con las restantes, veremos que es visiblemente más grande, lo 
cual nos habla de una persona que tenía una gran confianza en sí mismo. 
Esta característica de su personalidad llamó la atención del Premio Nóbel de 
Literatura V.S. Naipaul, para quien: 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 14 
 
14 
 
 
 
“la personalidad de Miranda no tenía nada de insignificante, era un 
expatriado sí, pero no un disminuido, trasuntaba fuerza. Era un tipo de 
hombres que instintivamente atraen a todos aquellos que se sienten 
incomprendidos” 1. 
 
Aunque nos resulte paradójico, otro aspecto que podemos inferir es que 
Miranda no buscaba la fama. El subrayado en la firma es comÚn tanto en 
los políticos, como en los artistas y hombres que buscan notoriedad. Nuestro 
personaje no subrayaba la suya. De acuerdo con esto, podemos afirmar 
que tal vez, no pusiera empeño en ser el centro de la atención, aunque pu- 
diera pensarse lo contrario. Nos atrevemos a especular que otros elementos 
inherentes a su personalidad hacían que se destacara; su ambición, pasión, 
cultura, presencia y su elegancia. 
Por Último, su firma también nos indica que era muy independiente. La zona 
alta de la F en su nombre, presenta rasgos sencillos, lo cual indica falta de 
apego hacía su madre, el rasgo circular en la zona baja significa que tenía 
algo de afecto por su padre. 
De acuerdo con su grafía, observamos que las p y q terminan en un triángu- 
lo en la parte baja, segÚn la grafóloga Dorothy Sara estamos en presencia 
de: “una persona de mente critica, que quiere hacer su propia voluntad, y 
que persiste hasta obtener sus fines. Y que además, carece de ingenuidad”2. 
Por otra parte, los márgenes, izquierdos y derechos, que deja en sus cartas 
son pequeños y excepcionalmente parejos, lo cual demuestra que era un 
excelente administrador de sus recursos económicos y del resto de sus activi- 
dades. En estas materias era organizado y en lo económico se respaldaba 
con administradores profesionales. A esta característica se unía otra circuns- 
tancia; Miranda no tenía recursos constantes sino intermitentes. Cuando lee- 
mos sobre su vida no deja de llamarnos la atención, la frecuencia con la que 
recurría a los préstamos. Por ejemplo, cuando llega a Londres en 1785 entra 
en contacto con el comerciante John Turnbull, con quien había hecho amistad 
desde Cádiz, de él obtiene un préstamo para cubrir sus gastos de instalación 
en esa ciudad. En 1790 recurre nuevamente a Turnbull quien le envía “cin- 
cuenta libras y un pagaré de doscientas libras que ya le había adelantado”3. 
Otra característica resaltante, era el extremado cuidado y esmero que po- 
nía en su trazo, así como una gran atención al detalle. Esto Último, se ob- 
1 Quintero, Inés. Francisco de Miranda. Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2006, p. 66 
2 Sara, Dorothy. A guide to Handwriting Analysis, New York, Ch. Publischers, 1969, p. 172. 
3 Inés Quintero, ob cit., p. 38 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 15 
 
15 
 
 
 
serva en una puntuación muy precisa. Estos rasgos ejercen una influencia 
determinante en varios aspectos de su vida. El cuidado y atención al detalle 
se ponen de manifiesto en su gusto por vestirse muy bien. Cuando llega a 
Cádiz en 1771, proveniente de Caracas, lo primero que hace es comprar 
un vestuario de primera calidad: “Compra cinco varas y media de paño de 
primera, color moldoré, para hacerse un traje, dos pares de charreteras con 
trencillas de oro, cuatro varas de paño azul para un cabriolé, medias de 
seda, medias de algodón, dos sombreros negros, un quitasol de seda, una 
bolsa para el pelo y cuatro pares de zapatos”4. 
Los aspectos de su personalidad antes descritos, claridad en las pala- 
bras, puntuación rigurosa, explican también, su facilidad para el estudio y el 
aprendizaje de las lenguas. En efecto, dominaba los idiomas inglés, francés, 
italiano y latín5. Era un amante del aprendizaje: “Desde que llegó a España, 
Miranda se había convertido en un voraz consumidor de libros, dando ini- 
cio a la creación de una inmensa y diversa biblioteca.”6 Otra prueba de su 
temperamento detallista, son sus diarios de viaje, donde es posible encontrar 
una “semblanza precisa y minuciosa”7 de la Europa pre revolucionaria. 
Su capacidad de concentración y atención al detalle unido a su insaciable 
afán por adquirir conocimientos, lo hacía capaz de profundizar en los temas 
de su interés, al punto de impresionar a sus contemporáneos: 
 
“segÚn palabras extravagantes de John Adams, era opinión general 
en los Estados (Unidos) que Miranda sabia más de cada campaña, 
sitio y escaramuza ocurrida en toda la guerra que cualquier oficial de 
nuestros ejércitos o cualquier estadista de nuestros Consejos...”8. 
 
Del Precursor también se puede inferir que era muy sociable. Las termina- 
ciones curvas de su letra nos hablan de una persona amigable. Si unimos 
estas condiciones a su carácter reservado -aspecto que tocaremos más ade- 
lante-, y a su interés intelectual, podemos entender su cercanía con conno- 
tadas personalidades en Norteamérica, donde viaja en 1783, conoce a 
George Washington, Alexander Hamilton, Thomas Paine, Benjamín Franklin, 
Samuel Adams, Tomas Jefferson, entre otros, que constituyen la elite dirigente 
del país. Igual circunstancia sucedió después en Gran Bretaña, Francia y 
Rusia, donde se codeo con lo más granado de la sociedad. Sin duda, se 
4 Ibidem, p. 15. 
5 Ibídem, p. 16. 
6 Ibídem, p. 23. 
7 Ibidem, p. 32. 
8 Ibidem, p. 27. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 16 
 
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puso como objetivo relacionarse extensivamente con las altas esferas de la 
sociedad para lograr ascenso personal y político y, en su momento, para 
promocionar sus planes de independencia latinoamericana. 
Gracias a sus reveladores archivos sabemos que tuvo incontables 
romances. Al respecto, podemos afirmar que su personalidad además de 
apasionada era particularmente sensual, lo revelan las zonas bajas con 
terminaciones diversas. En algunos casos los trazos largos descendientes 
terminan en forma curva, particularmente las g, y en otros casos terminan en 
pequeños triángulos, que connotan “en él la mala disposición hacia la pare- 
ja, se asocia generalmente a una actitud autoritaria, despótica y exigente9. 
Era una persona apasionada, pero no en extremo, tal como lo demuestra 
la inclinación positiva de su letra. Esta pasión se pone de manifiesto en oca- 
siones como la descrita por el hijo del Dr. Lloyd de Nueva Inglaterra, quien 
relata su encuentro con el Precursor: 
 
“…su tema favorito era la perspectiva de hacer la revolución en las 
provinciasespañolas de América del Sur, mientras comentaba esos 
asuntos, lo hacía con la mayor vehemencia de entUSiasmo y severidad 
en la denuncia, con rápida, apasionada y dominadora elocuencia, 
con todo el cuerpo en movimiento recorriendo a pasos gigantescos la 
estancia…”10. 
 
Era también muy reservado, siempre cerraba las a y las o. Esta peculiari- 
dad de su carácter se compadece con su actuación, Miranda pasó gran 
parte de su vida conspirando. Por otro lado, su reserva podía inspirar des- 
confianza en las personas con las cuales se relacionaba, y sospechamos, 
que pudo ser la causa de sus continuas desavenencias con algunos de ellos, 
además de sus rasgos autoritarios. Un ejemplo de su extremada reserva, 
podemos verlo en el infausto destino que corrieron sus compañeros de la 
expedición de los Cayos: “Al respecto guardó el más absoluto silencio”11. 
En efecto, Miranda era conflictivo. Creemos que este comportamiento se 
debía, a varios elementos de su personalidad que conjugados daban por 
resultado comportamientos contradictorios o incomprensibles. Su letra “Pal- 
mer” indica que era un hombre muy formal, condición que, a nuestro juicio, 
promueve la distancia. Su tendencia a ser reservado, que podía dar lugar a 
9 Vels, Augusto. Grafología de la A a la Z. Editorial Herder. Madrid. 2000, Pág.327 
10 Ibidem, p. 27. (subrayado nuestro). 
11 Ibidem, p. 63. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 17 
 
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la desconfianza; unida a su mente crítica, que lo impulsaba a hacer su pro- 
pia voluntad, y su inclinación autoritaria, podrían explicar su personalidad 
conflictiva. La confrontación con los demás fue una constante en su vida. 
Cuando iniciaba su carrera militar en el ejército español, protagonizó varios 
incidentes: 
 
“Miranda tenía problemas con las autoridades militares: en julio de 
1777 había sido encarcelado por contravenir las ordenanzas mili- 
tares relativas al uniforme; el año siguiente fue acusado y arrestado 
por insubordinación y en 1799 había sido nuevamente denunciado y 
acusado por su superior.” En 1782, el Jefe Militar en Haití se expresa 
de él en los siguientes términos: “...este oficial no deja de sembrar la 
discordia entre sus jefes, divulgando opiniones perjudiciales a todos, 
por este hecho es indigno de cumplir funciones de confianza”12. 
 
Esta conducta se repite a lo largo de su vida, durante la cual, protagoniza 
MÚltiples confrontaciones. También James Briggs, participante en la fallida 
expedición de los Cayos, emite juicios sobre el carácter petulante, violento, 
egoísta y vanidoso de Miranda13. Tampoco le causó buena impresión a 
Juan Germán Roscio, miembro fundamental de la Junta Suprema, dado que 
Miranda, pese a haber sido recibido por los revolucionarios venezolanos 
con aclamaciones y obsequios, con grado y sueldo de teniente general, y sin 
embargo, del beneficiado: 
 
“nunca salieron expresiones que en estos casos dictan la buena edu- 
cación, la modestia y la decencia.” Igualmente, “a juicio de Roscio se 
había convertido en un intrigante, sembrando la discordia y el chisme 
y fomentando las desavenencias.”14 
 
Miranda aunque poseía un carácter fuerte y autoritario, otros aspectos de 
su personalidad, lo equilibraban, de forma que no siempre se imponía por 
encima de los demás, ni era intransigente, sino que apelaba al dialogo. En 
la grafología, la letra m en forma de curva sugiere sociabilidad, tal es el caso 
de nuestro personaje. 
Nos da la impresión de que era un hombre muy cuidadoso, detallista y 
12 Ibidem, p. 20. 
13 Ibidem, p. 75. 
14 Ibidem., p. 84. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 18 
 
18 
 
 
 
conservador. El trazo alto en la letra t indica, que era un hombre de altas 
metas de vida, aunque los objetivos tácticos que se impone son conserva- 
dores. Jaques Brissot, miembro de la Comisión Nacional francesa, expresa 
optimismo y expectativas con respecto a los resultados que podrían obtener- 
se del envío de Miranda a Santo Domingo, sin embargo, él declina porque 
considera que la empresa es: “demasiado grande, demasiado noble, de- 
masiado interesante para que la haga encallar por falta de previsión en el 
comienzo”15. 
Pensamos que Miranda en materia de política y guerra, como hemos di- 
cho, era comedido. El sitio de la ciudad de Amberes, cuyo éxito le dio renom- 
bre en la revolución francesa, fue una batalla de posiciones, muy adecuada 
a su particular personalidad atenta al detalle; mientras que la debacle de la 
Primera Republica en Valencia (Venezuela), requería otros atributos de movili- 
dad, que no eran, en nuestra óptica, su fortaleza. 
Mantenía un equilibrio en las tres zonas de la vida, zonas altas, medias y 
bajas; la espiritual, la cotidiana y la material16. Al respecto podemos afirmar, 
que siempre actuaba en varias esferas simultáneamente. No era un hombre 
unidireccional. Aun cuando llevó una vida de incesante aventura, tuvo familia 
y cuidaba de ella. Proponía ideas libertarias, en la esfera de lo espiritual e 
intelectual, pero cuidaba de lo material a través de sus relaciones financieras 
con Turnbull. 
En conclusión, encontramos que Miranda fue un ser excepcional, posee- 
dor de muchos atributos y talentos, entre los cuales destacan la confianza en 
sí mismo, su erudición, su meticulosidad, independencia, ambición, capaci- 
dad de interrelación, características que por otro lado, eran opacadas por 
su carácter polémico, conspirador, conflictivo, excesivamente reservado y 
formal, que lo proyectaban como una persona distante, pretenciosa, inca- 
paz de inspirar confianza. En fin, sus condiciones personales de excepción 
le procuraron una vida llena de éxitos y sus deficiencias, decepciones y fatali- 
dades, propias de los grandes hombres de acción llenos de contrastes. 
 
 
 
 
15 Ibidem, p. 45. (Subrayado nuestro) 
16 Ibidem, p. 19. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 19 
 
19 
 
 
 
 
 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 20 
 
20 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Juan Germán 
Roscio 
ADALID DE LA DECLARACIón 
DE LA INDEpENDencIA 
(1763-1821) 
Cuando se habla de la independencia venezolana, lo primero que se nos 
viene a la mente es la gesta protagonizada por nuestros reconocidos próce- 
res. Sin embargo con frecuencia se pasa por alto que un prócer, no solo fue 
aquel que combatió a caballo, sino civiles como Juan Germán Roscio, des- 
tacado jurista y político, cuyo aporte fue igualmente importante para el logro 
de la causa emancipadora, especialmente en su inicio. 
Nació en San José de Tiznados de padre de origen italiano y madre pro- 
veniente de la Villa de La Victoria. En 1774 a la edad de 11 años reside en 
Caracas. En la capital encontró la posibilidad de adquirir una formación cón- 
sona con sus inquietudes intelectuales. Siguió estudios en la Universidad de 
Caracas, donde se doctoró en Derecho Canónigo y luego en Derecho Civil. 
En el análisis grafológico resaltan sus cualidades de hombre estudioso e 
intelectual. Su letra era particularmente pequeña, lo que reafirma que poseía 
la primera de las cualidades que acabamos de apuntar, esta característica, 
distingue a las personas con alto nivel de concentración. 
Juan Germán Roscio vive en carne propia la discriminación que padecían 
los llamados pardos. Una vez graduado en 1794 como doctor en Derecho 
Canónico, lleva a cabo las gestiones para ingresar al Colegio de Aboga- 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 21 
 
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dos. Su aspiración se vio frustrada en un primer momento, a causa de la 
documentación que presentó para el Colegio de Abogados su expediente 
de limpieza de sangre omitía información considerada de importancia por 
quienes evaluaron su solicitud. Seguramente, este hecho no lo encontró des- 
prevenido. Roscio no ignoraba el funcionamiento de la sociedad colonial 
donde nació y se educó. En efecto, era comÚn cumplir con exigencias como 
estas para acceder a formar parte de un gremio tan importante. Después de 
un largoproceso en el cual presentó sus alegatos y argumentaciones final- 
mente, se aprobó su ingreso. 
Tomó parte activa en los sucesos del 19 de abril de 1810, fue uno de los 
protagonistas estelares de ese día; ingresa al Cabildo y aunque nadie lo 
elige como tal, se incorpora como “Diputado del Pueblo”. Más tarde re- 
dacta, junto con Francisco Isnardi el Acta de la Independencia. Fue miem- 
bro del Congreso Constituyente y uno de los redactores de la Constitución 
de 1811. 
En 1812, derrotada por los realistas la llamada primera republicana, es 
enviado al calabozo de La Carraca en España, la misma suerte correrán 
José Cortéz de Madariaga, Francisco Isnardi, Juan Paz del Castillo, Manuel 
Ruiz, Juan Pablo Ayala, José Mieres y Antonio Barona, a quienes Monteverde 
calificó, como los ocho monstruos instigadores del 19 de abril. Después de 
muchas vicisitudes, que incluyeron la intervención del príncipe Regente de 
Inglaterra ante Fernando VII, es puesto en libertad. 
Roscio fue un hombre que sufrió muchas privaciones económicas. Esta 
afirmación podemos verificarla al revisar sus cartas. Lo primero que se ad- 
vierte en ellas, es la falta de márgenes. Grafológicamente, los márgenes 
connotan la disposición y forma de usar los recursos económicos, si son 
márgenes amplios implican actitud generosa, si son márgenes estrechos 
indican escasez y pobreza. 
Sin duda fue un hombre de acción. Continuando con el análisis grafológi- 
co, podemos apreciar la inclinación de su escritura hacia la derecha, esto lo 
define como un individuo entregado y apasionado. En su caso, volcó todos 
sus esfuerzos sobre la causa en la cual creía. 
Nunca optó por una conducta pasiva frente a los acontecimientos de su 
tiempo, en 1817 publica, en Estados Unidos, su obra fundamental El triUnfo 
de la libertad sobre el despotismo, que justificaba la independencia de Amé- 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 22 
 
22 
 
 
 
rica de España y que tuvo amplia divulgación e impacto sobre las nuevas 
generaciones. 
Otro aspecto de su grafía, y que para nosotros es el más importante, es 
la unión de todas las letras de sus palabras, esto lo define como un hombre 
de una extremada lógica y de un pensamiento secuencial y ordenado. Esta 
característica se pone de manifiesto tanto en su lenguaje oral como en el 
escrito. Carlos Pernalete, autor de una biografía sobre nuestro personaje, al 
comentar la citada obra El triUnfo de la libertad sobre el despotismo refiere su 
estilo en los siguientes términos: 
 
“SU Sólida estrUctUra teológico - política, no da lugar ni tregua a la 
argumentaciones que los partidarios de la monarquía sustentaban en 
aquella época.17 
 
Roscio regresa a Angostura (luego Ciudad Bolívar) en 1818, donde es 
elegido Presidente del Congreso, fue uno de los fundadores de El Correo del 
Orinoco. En 1820 es nombrado vicepresidente de la repÚblica, en sustitu- 
ción de Francisco Antonio Zea. 
José Rafael Revenga en una comunicación a Bolívar en 1820, describe 
la personalidad de Roscio en el ámbito de la administración pÚblica de la 
siguiente forma: 
 
“El Sr. Zea era el extremo de la indulgencia: el Sr. Roscio se adhiere a 
la ley, y parece no tener parientes ni amigos. Disgusta por consiguien- 
te a los empleados, a quien de continuo predica el cumplimiento de 
su obligación; a todos los pretendientes, a quienes no importa que 
su solicitud sea legal o ilegal; a todos los que comparan su conducta 
personal con la de él, y hallan en la comparación el contraste y la 
reprobación. ¿Sera que no conviene ser Catón (se refiere a Marco 
Porcio Catón) al presente? Yo creo que si hemos de tener Republica, 
son necesarios muchos catones”.18 
 
De esta apreciación de Revenga, se desprende que Juan Germán Roscio 
era un hombre de una conducta intachable, que no exigía menos de los 
demás. Por otra parte, sus letras m y n en forma redondeada, caracterizan 
17 Carlos Pernalete, Juan Germán Roscio,Caracas, C.A. El Nacional, 2008, p. 93 
18 Ibidem, p. 101. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 23 
 
23 
 
 
 
al individuo que promueve y divulga sus ideas, pero sin imponerlaslo que no 
significa, que deja de lado la defensa de las normas y los valores en los 
cuales creía. 
En cuanto a su firma, podemos decir que nuestro personaje tenía una gran 
confianza en sí mismo, característica que se observa por el lóbulo superior 
pronunciado de la primera letra: la J. También es de resaltar, el diseño compli- 
cado y final de su rÚbrica, que muestra mÚltiples curvas en la zona baja. Esta 
fórmula era comÚn en las firmas del siglo XVIII, y con el paso de los años se 
fueron perdiendo. Estos rasgos son difíciles de analizar19, pero podemos afir- 
mar que nos encontramos ante personas que no pasaban desapercibidas, y 
eran originales en su pensamiento y actuación. 
De Angostura se traslada a CÚCUta para ejercer el cargo de Vicepresiden- 
te, y en 1821 fallece en la Villa del Rosario. 
Fue pues, Juan Germán Roscio uno de las personalidades más destacadas 
de nuestra independencia su aporte no debe buscarse en los campos de 
batalla, sino en su labor como hombre de ideas y acción que puso todo su 
conocimiento al servicio de la causa republicana. Autor, junto con Isnardi, 
del documento inaugural de nuestra independencia y coautor también, de la 
primera Constitución de Venezuela. 
En nuestro análisis grafológico, hemos encontrado a un intelectual, un hom- 
bre apasionado, entregado a la defensa de sus ideales, al mismo tiempo un 
negociador, que con su tenacidad y valentía jugó uno de los papeles más 
importantes en los albores de la independencia. Consideramos que a Roscio 
no se le ha reconocido el sitial que se merece en el proceso emancipador, 
donde se ha privilegiado al elemento militar sobre el civil, que realmente no 
estaba presente al inicio del movimiento. 
19 Sara, Dorothy, A Guide to Handwriting Analysis, p.186. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 24 
 
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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 25 
 
25 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
simón 
rodríguez 
EL IconocLAstA, MAESTRo 
DEL LIBERtADoR 
(1769-1854) 
Simón Rodríguez reconocido intelectual y maestro, dedicó gran parte de 
su larga vida a la docencia y al estudio, fundamentalmente, de manera au- 
todidacta, ya que nunca contó con recursos económicos que facilitarán su 
educación formal. 
Imbuido del pensamiento ilustrado, como todos los estudiosos de su épo- 
ca, aprovechó su largo exilio para conocer y aprender directamente de otras 
culturas y otros países. Sus métodos de enseñanza pocos ortodoxos, le ga- 
naron la desconfianza e incomprensión de sus contemporáneos, aun así, su 
aporte a la RepÚblica radica justamente, en su obra escrita donde recoge la 
concepción muy particular que manejaba sobre la práctica educativa. 
En su análisis grafológico, resaltan las letras maYÚsculas grandes lo cual 
caracteriza a las personas que tienen gran confianza en sí mismas, tal fue su 
caso. El doctor Manuel Uribe Ángel, quien en 1850, conoce a Rodríguez ya 
anciano, le manifiesta su admiración por estar ante el maestro del Libertador, 
éste le contesta: “fuera de ese, tengo algunos títulos para pasar con honra a 
la posteridad”.20 Respuesta además de irónica, reveladora de su autoestima. 
Los rasgos superiores e inferiores en la letra mayÚscula de su nombre son 
20 Fernández Heres, Rafael, Simón Rodríguez, Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2005, p. 59. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 26 
 
26 
 
 
 
simples, lo cual es comÚn entre quienes no sienten afecto por la madre o el 
padre. En efecto, en su caso es explicable por su condición de niño expósito, 
término que ha caído en desuso y que se aplicaba a los huérfanos. Simón Ro- 
dríguez fue adoptado por doña Rosalía Rodríguez, quien le dio su apellido. 
Probablemente esta condición marcó su vida solitaria, desarraigada y de 
falta de apego por la familia y su entorno. En una sociedad provincial como 
la Venezueladel siglo XVIII, revestía importancia el lugar que cada cual ocu- 
paba dentro de ella, la condición de huérfano tenía unas implicaciones muy 
diferentes a las que tiene hoy, en esa época podría representar una mácula. 
Lo cierto es, que tenía suficientes razones para abrigar sentimientos de desa- 
pego y su testimonio acerca de esta circunstancia es contundente: 
 
“Ya estoy cansado de verme despreciar por mis paisanos…mi pa- 
tria es el mundo y todos los hombres mis compañeros de infortunio. 
No soy vaca para tener querencia, ni nativo para tener compatriotas, 
nada me importa el rincón donde me parió mi madre, ni me acuerdo 
de los muchachos con que jugué trompo”21. 
 
Dentro de la misma línea de pensamiento, Bolívar, quien lo conocía muy 
bien, decía de él: 
 
“…es el mejor hombre del mundo; pero como es un filósofo cosmopoli- 
ta, no tiene ni patria, ni hogares, ni familia, ni nada”22. 
 
Los conceptos de la libertad e independencia personal fueron capitales 
para él. Uno de sus biógrafos el profesor JesÚs Andrés Lasheras lo describe 
como poseedor de una personalidad: 
 
“… recia, independiente, siempre clara en sus objetivos… sin medir 
consecuencias. Este fue Simón Rodríguez hasta que murió”23. 
 
Su extremada independencia, la podemos visualizar en el trazo de la letra 
z al final de su firma, donde hace una línea muy larga bajando hacia la iz- 
quierda. Para él seran inestimables su independencia y autonomía. En 1845 
escribía: 
21 Ibídem, p. 13. 
22 Ibídem, p 9. 
23 Ibídem, p. 58. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 27 
 
27 
 
 
 
 
 
“Por máxima de buen vivir, nunca he sido empleado; excepto en la 
enseñanza; porque el que aspire al magisterio que yo ejerza, no pue- 
de impedir a los que aprendan, la elección del maestro que les guste, 
aunque enseñe menos o enseñe mal; es lo mismo que la niña que quie- 
re un feo, a pesar de muchos buen mozos”24. 
 
En sus Sociedades Americanas en 1828, se descubre segÚn Rumazo Gon- 
zález, su pensamiento definitivo: 
 
“Por lo mismo, ni titubea ni duda; solo da el aserto categórico, engar- 
zado con el platino de una lógica severa, que a veces, solo a veces 
apela a la historia. Todo viene como afirmación suya, descubrimiento 
o anticipación suyos”25. 
 
Rodríguez era un hombre sencillo e introvertido, dedicado al estudio, la 
contemplación y la investigación. Además, era una persona reservada, lo 
cual se nota en el cierre de las a y las o. Era por naturaleza un investigador, tal 
como lo demuestra el tamaño de su letra que está entre mediana y pequeña, 
lo cual indica que tenía gran concentración y capacidad de estudio, esto 
se complementa con su puntuación muy precisa: pone todos los acentos, 
propio de las personas detallistas, rasgo que reafirma su temperamento de 
hombre erudito, poco dado a las actividades gregarias. Por otro lado, la 
legibilidad de sus caracteres nos dice que tenía facilidad de expresión 
condición esencial para la docencia. Desde que se inicia en su profesión 
muestra interés por el conocimiento del tema educativo, el cual sistematiza en 
varias obras. 
Se educó en la casa del Presbítero Carreño. Su contemporáneo el colom- 
biano Manuel Uribe Ángel quedó impresionado con su intelecto: “la erudi- 
ción del señor Rodríguez era incomparable, su sabiduría pasmosa”26. Bolívar 
en carta a Santander califica a Rodríguez como “un genio, un portento de 
gracia y de talento para el que lo sabe descubrir y apreciar”27. 
Se aplicó al estudio de los idiomas, dominaba varias lenguas, al punto de 
que lo confundían con un francés, segÚn su propio testimonio: 
 
24 Ibidem, p. 23. 
25 Rumazo González, Alfonso. Ideario de Simón, Caracas, ediciones Centauro, 1980, p. 8. 
26 Fernández Heres, Óp. Cit, p. 63. 
27 Íbidem, p. 95. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 28 
 
28 
 
 
 
“Lo mismo que inglés, alemán, italiano, o portugués, aunque hablo es- 
tas lenguas tan correctamente como la vuestra, sin contar los dialectos 
que de ellas dependen me son igualmente familiares”28. 
 
Su primer escrito Reflexiones sobre los defectos qUe vician la escUela de pri- 
meras letras de Caracas y medio de lograr sU reforma por Un nUevo estable- 
cimiento data de 1794 y fue objeto de estudio y discusión, en su momento. 
Posteriormente publica otros trabajos sobre el tema, Sociedades Americanas 
en 1828, LUces y VirtUDes Sociales, publicada en 1834 y Consejos de ami- 
go, dados al Colegio de LatacUnga, editada en 1851. 
Escribe, como dijimos, con una letra cuidadosa, la llamada letra Palmer, 
esto sugiere que era meticuloso. En 1806 fue calificado por la policía fran- 
cesa que lo seguía, como “hombre muy honesto y formal”29, lo cual confirma 
su temperamento discreto y cauteloso. La forma calígrafa de su letra, comÚn 
en los maestros de escuela, también nos dice que era muy rígido en su forma 
de ser: formal, inflexible, inalterable. Igualmente, era lento y muy cuidadoso 
en lo que hacía. Siendo muy joven se pone a cargo de la educación de 
Bolívar. Don Carlos Palacios decía de él: “es sujeto de probidad y habilidad 
notoria”30. 
El general O’Leary manifestaba que don Simón “tenía pocos amigos”31. Sin 
embargo, esto no quiere decir que carecía de dotes sociales. Era amistoso 
en el trato, lo podemos observar en las terminaciones en algunas de sus pa- 
labras, las hace en forma curva y ascendente. Igualmente, el tamaño de su 
firma es más grande que el tamaño del texto, esto significa que era percibido 
por los demás como un hombre extrovertido, aun cuando no lo fuera. 
Las d de rasgo sencillo en la parte superior, lo denota como alguien ge- 
nuino que no aparenta ser quien no es. La letra e no tiene rasgos excesivos e 
innecesarios, esto también lo define como un hombre sincero, sin construccio- 
nes artificiales o excedentes. 
Sus m son medianamente redondeadas, terminan como agudas en algu- 
nos casos, esta característica define a un hombre que se comunica con ama- 
bilidad y, que algunas veces, impone su opinión a partir de la argumenta- 
ción. Pensaba antes de actuar. Se nota en el comienzo de las letras, cuando 
hace un punto inicial y un trazo antes de escribir la primera letra. Es decir, que 
no actuaba en forma espontánea. 
28 Ibidem, p. 64. 
29 Ibidem, p. 62. 
30 Mijares, Augusto, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 31 
31 Ibidem, p. 86. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 29 
 
29 
 
 
 
Era terco, así lo muestra el cruce de la letra t; las hace bajas y muy hacia 
la base y con un bucle, prácticamente a la altura de la letra precedente del 
texto. Esta característica la encontramos en personas con bajos objetivos 
de vida, depresivas, si este rasgo se mantiene en el tiempo, es decir durante 
toda su vida, en esa misma medida, persiste esa condición. También es 
comÚn en personas que tienden a encerrarse en sus propias ideas y no 
aceptar las de otros32. Aquellos que han tenido una niñez muy sufrida, son 
particularmente propensos a padecer este mal. Lasheras concluye que Si- 
món Rodríguez: 
 
” Con el tiempo y los desengaños, la conciencia de su valía y orgullo 
que defendía como propio de los hombres de valer fueron desarrollan- 
do en él un estilo irónico de vida que lo sumía a veces en una amargu- 
ra infinita”33. 
 
Tiene espacios amplios en la zona baja de las letras, lo cual tipifica la 
voluptuosidad, por ejemplo, la letra g la hace con una zona baja amplia y 
cerrada. Su rÚbrica la complementa con rasgos curvos al final, característico 
de sensualidad. 
Una de las cualidades más destacadas de Simón Rodríguez era su origi- 
nalidad. Su alta imaginación se muestra por la forma como rompe la unión 
entre las letras en su apellido sin embargo, después de casi treinta años en 
Europa, ésta cambia; une las letras de las sílabas en las palabras, típico de 
una mente analítica y ordenada. Su originalidad unida a su carácter excep- 
cionalmente independiente y a su terquedad, podía conducirlo a extremos 
en los cuales no medía las consecuencias desus actos a la hora de hacer lo 
que consideraba apropiado. 
La importancia dada a la creatividad la deja sentada en su Sociedades 
Americanas en 1828 donde acuña la frase: 
 
“La América Española es original= ORIJINALES han de ser sus institu- 
ciones i su gobierno= I ORIJINALES sus medios de fundar uno i otro. O 
Inventamos o Erramos”34. 
 
En 1839 cuando mantenía su escuela en Valparaíso, nos comenta Augusto 
32 Sara, Dorothy. ob., cit., p. 144 
33 Fernández Heres, Rafael, Ob. cit., 54. 
34 Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 447. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 30 
 
30 
 
 
 
Orrego Luco en sus Relatos (1917) que: “Entre las originalidades de la escue- 
la nos recordaba el mismo señor Lastarria de haber oído hablar de la manera 
como Don Simón enseñaba anatomía. Un testigo presencial vio colocados a sus 
discípulos a ambos lados de la sala, y a don Simón pasearse delante de ellos 
completamente desnudo para que se acostumbraran a ver el cuerpo humano”35. 
Estaba consciente de la forma en que era percibido por sus contemporá- 
neos. En 1829 publica sus ideas en Bogotá y dice: 
 
“hace 24 años que estoy hablando, y escribiendo pÚblica y privada- 
mente, sobre el sistema republicano, y, por todo fruto de mis buenos 
oficios, he conseguido que me traten de LOCO”36. 
 
A partir de estas afirmaciones podemos suponer que Rodríguez compren- 
día plenamente, el efecto que causaban sus excentricidades por lo tanto, no 
tenía nada de loco. Creemos que su comportamiento era un recurso para 
llamar la atención sobre sus ideas originales, sin medir los efectos negativos 
de sus actos, que como apuntábamos en líneas más arriba, eran los de una 
personalidad terca e independiente que por lo demás, no buscada con ello 
la notoriedad, porque era de un carácter sencillo y sin complicaciones. 
La motivación de Rodríguez para volver a América era poner en práctica 
sus ideas, aspiraba “emprender una educación popular, para dar ser a la 
Republica imaginaria que rueda en los libros, y en los Congresos”37. Esto nos 
habla de su pasión y altos valores ciudadanos. La inclinación de su letra (de 
135º) a la derecha de muestra que así era Rodríguez tuvo dos oportunidades 
para materializar sus anhelos, una en Bogotá con una escuela taller, y otra, 
en Chuquisaca (Bolivia) donde fue nombrado Director General de Enseñan- 
za PÚblica. Ambas experiencias concluyeron en fracasos. Él mismo refería 
que: “Dos ensayos llevo hechos en América, y nadie ha traslucido el espíritu 
de mi plan. En Bogotá hice algo y apenas me entendieron: en Chuquisaca 
hice más y me entendieron menos”38. 
De los escritos de Antonio José de Sucre se desprenden algunas de las 
posibles causas. Una, un sentido de la independencia, que es válido en el 
plano personal, pero no dentro de la administración pÚblica. El Mariscal de 
Ayacucho en 1826, informaba a Bolívar sobre la gestión de Simón Rodrí- 
guez en Chuquisaca: “estoy descontento con el sistema de don Samuel; no 
35 Rodríguez, Simón, Inventamos o Erramos, p. 12. 
36 Rodríguez, Simón, Ob. cit., p. 189. 
37 Ibídem, p. 79. 
38 Ibídem, p. 100. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 31 
 
31 
 
 
 
hay rentas para pagar tal magnitud de empleados de cada colegio segÚn 
su plan…. Ahora vea Ud. si es de sorprenderse que un hombre tan bueno, 
de tanto talento, y tanta instrucción como don Samuel, haga tantos dispara- 
tes….”39 
Simón Rodríguez vivió toda su vida en un estado de pobreza crónica. Do- 
minaba mÚltiples idiomas, era un erudito y un hombre muy culto, de acuerdo 
con el análisis grafológico era una persona clara, sistemática y organizada. 
Entonces nos preguntamos: ¿por qué fue pobre, cuando tenía condiciones 
personales que le habrían permitido, sin duda, arbitrarse los recursos, para 
llevar una vida por lo menos, de clase media? La explicación, a nuestro 
juicio, la encontramos en su personalidad y valores. Era como hemos dicho 
anteriormente, extremadamente independiente y manifestaba nunca haber 
sido empleado, salvo como maestro, valoraba esta independencia sobre 
el bienestar, no pensaba en el dinero y era sumamente terco. Bolívar en su 
periplo por Italia, lo describía como un “hombre caprichoso, sin ideas en 
sus propios negocios…hallándose muchas veces reducido a carecer de 
las cosas más necesarias”40. Luís Antonio Vendel-Heyl quien lo conoció en 
1840 refiere que: 
 
“Don Simón quedó reducido a la mayor escasez. Después de tantos 
viajes y estudios que habían consumido su fortuna, el pobre hombre se 
hallaba condenado a no salir de su casa, porque no tenía más que la 
chaqueta, el pantalón de tela grosera y el viejo sombrero que llevaba 
cuando lo vi.”41 
 
Sobre la raíz de su pobreza, el francés Vendel-Hey quien tuvo la oportuni- 
dad de conocerlo en Valparaíso, reproduce sus palabras: 
 
“yo, deseando hacer de la tierra un paraíso para todos, lo convierto 
en un infierno para mí. Pero ¿qué quiere usted? La libertad me es más 
querida que el bienestar”42. 
 
Catorce años después, su situación no varió y es así, que muere en Amota- 
pe (PerÚ) en extrema soledad y pobreza. 
Augusto Mijares se refiere a la fama de excéntrico que rodeó en los Últi- 
39 Ibídem, p. 102. 
40 Ibidem, p. 66. 
41 Ibidem, p. 117 
42 Rodríguez, Simón. Ob., Cit., p. 12 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 32 
 
32 
 
 
 
mos años a Rodríguez: “debemos admitir que ya anciano y exacerbada su 
natural altivez por diferentes causas, se habituó a desafiar al mundo usando 
sarcasmos que parecían cínicos; y también su travieso ingenio se complacía 
en escandalizar aun a las personas más respetables como sucedió con 
Andrés Bello”.43 
Finalmente Simón Rodríguez fue un hombre de innegables talentos intelec- 
tuales y los puso al servicio de la docencia. Sus ideas novedosas sobre la 
enseñanza, las dejó plasmadas en varios de sus escritos. Se consideraba 
incomprendido por sus contemporáneos, para algunos, sus métodos de en- 
señanza se adelantaban a su tiempo. Ciertamente, estaba dotado de una 
personalidad compleja y polémica en la cual se conjugaban el exacerbado 
sentido de la independencia, el desarraigo, la originalidad, la erudición, la 
reserva y las excentricidades. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
43 Mijares, Augusto, ob. cit, p.34. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 33 
 
33 
 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 34 
 
34 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Andrés Bello 
REfORmADOR DE LA 
EDUCACIón y LAs LEyEs 
(1781-1865) 
En un ambiente dominado por la guerra y la anarquía, Andrés Bello se des- 
tacó como hombre de letras cuyo conocimiento trascendió las fronteras de 
su Venezuela natal. Si bien no fue prócer de la independencia pronto puso 
al servicio de esa causa su formación y dotes intelectuales. Dejó legados en 
el campo administrativo y de las leyes, en la diplomacia y fundamentalmente 
en la gramática. 
Al comenzar su análisis grafológico nos llama la atención, las grandes 
dotes espirituales que poseía. Esto es perceptible en los trazos de sus letras 
(como la l) que se alarga de manera exagerada hacía arriba, también en las 
terminaciones de sus palabras que adquieren la forma de un gran semicírcu- 
lo que gira hacia lo alto y hacia atrás. 
Efectivamente, Andrés Bello creció en un ambiente donde la religión ocu- 
paba un espacio importante, su familia era muy católica. Desde joven fue 
acogido como Hermano de la Orden Mercedaria de la Cofradía de la 
Señora de la Merced. 
Escribe con una letra pequeña, característico de los intelectuales. Es indu- 
dable, que nuestro personaje fue un intelectual por encima de cualquier otra 
cosa. Se destacó como un estudiante aventajado desde las primeras letras. 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 35 
 
35 
 
 
 
En el Convento de la Merced bajo la tutela del fraile Cristóbal de Quesada 
maestro de latín y castellano, se inició en el estudio de los clásicos; Horacio, 
Virgilio, los dramaturgoscastellanos; como Calderón y Lope de la Vega. Lue- 
go pasó a la Real y Pontificia Universidad de Caracas donde obtuvo el título 
de bachiller en Artes. 
La inclinación positiva de su letra hacia la derecha lo define como una 
persona apasionada, en su caso creemos que esta pasión lo impulsó a per- 
severar y profundizar en sus estudios que dieron como fruto tan magna obra. 
Su primera publicación data de 1810, se trata de su ResUmen de la Historia 
de VenezUela. En 1823 junto a Juan García del Río publica La Biblioteca 
Americana. De manera autodidacta aprende el francés y el inglés, es así que 
en 1824 traduce El Arte de escribir del Abate de Condillac primera obra de 
filología publicada en el país. Sus Silvas Americanas fue unos de sus mayo- 
res legados a la literatura republicana en América, entre ellas destacan su 
Silva Al AnaUco, A la VacUna, A la AgricUltUra de la Zona Tórrida y Oración 
por Todos. 
En 1847 escribe Gramática de la LengUa Castellana considerada, hasta 
hoy, como uno de sus aportes más importantes al conocimiento del lenguaje 
y ha sido y sigue siendo tema de estudio para muchos investigadores. Pero 
no se contenta con llegar al especialista, sino que en 1851 sale a la luz su 
Compendio de Gramática Castellana para el USO de las escUelas primarias, 
en su afán de inculcar en estudiantes de los primeros niveles del aprendizaje 
la importancia del conocimiento del idioma. 
Tal ha sido la trascendencia de su Gramática que Menéndez y Pelayo 
afirmaba que: “sin duda, la que ha obtenido en nuestro siglo más reimpre- 
siones y ha servido para el estudio de mayor nÚmero de gentes y ha logrado 
comentarios y apologistas más ilustres”44. 
Desde el punto de vista grafológico su dedicación a un trabajo tan erudito 
se explica, además de por su intelecto, asunto que ya referimos líneas más 
arriba, también por su extremada atención a los detalles característica que 
es perceptible en una escritura donde están presentes todo los puntos, co- 
mas, y acentos. 
En sus cartas es evidente el escaso margen que deja en ellas tanto en el 
lado izquierdo como en el derecho, de acuerdo con nuestro análisis po- 
demos decir que estamos en presencia de una persona que ha pasado 
44 Rafael Caldera, Andrés Bello, p. 149 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 36 
 
36 
 
 
 
por penurias económicas y, que debido a ello, administra sus recursos de 
manera muy juiciosa. Ciertamente, Andrés Bello incorporado desde 1810 a 
la causa independentista, debió abandonar su patria para cumplir misiones 
diplomáticas que inesperadamente, lo alejaron para siempre de ella. Le tocó 
formar parte junto a Luis López Méndez y Simón Bolívar, de la legación que 
viajó a Londres en busca de auxilios y reconocimiento al naciente movimiento 
de independencia venezolano. En ese país permanece durante casi veinte 
años. Además de dedicarse a las labores diplomáticas cargo que lo dejaba 
en manos de los vaivenes de la guerra, ya que era muy difícil por este medio 
costearse la vida, continÚa en su empeño en seguir consolidando su forma- 
ción académica. Pero los haberes le son escasos y tiene que enfrentar momen- 
tos muy difíciles . Se desempeña como preceptor de los hijos del subsecretario 
británico de Estado William Richard Hamilton En 1822 ocupa interinamente 
la secretaría de la Legación Chilena en Londres. 
La diversidad de temas que lo ocupan como la egiptología, estudio de la 
poesía clásica, las leyes, etc., encuentran su explicación grafológica en los 
trazos de sus palabras, estos no son continuos sino que a menudo los rompe, 
lo cual es característico de personas con una mente muy creativa y hasta 
imaginativa, con disposición para encontrar salidas a los problemas sin que 
estos lo abrumen. 
En cuanto a su firma, vemos que aparecen en ella tanto su nombre como 
apellido escritos de manera sencilla, sin mayores aditamentos Cuando era 
más joven solía incluirle tres pequeñas curvas cóncavas, esto indica que bus- 
caba llamar la atención sobre su persona, pero con modestia. En su edad 
madura las tres curvas se reducen a dos más largas, una bajo el nombre y la 
otra bajo el apellido, lo que nos dice que disfrutaba ser el centro de atención, 
característica muy comÚn en los hombres pÚblicos. 
Poco antes de morir y ya enfermo, lo asalta el temor de la soledad segÚn 
afirma Pedro Cunill Grau: “desde mediados de la década de los cincuenta 
se va cerniendo sobre Bello el temor de una vejez solitaria y creciente deses- 
peranza, cuando dice… ‘pesa sobre mí una maldición que me condena a 
una vejez solitaria’”45. No deja de llamar la atención que tratándose de un 
hombre pÚblico, que logró gozar durante su vida del reconocimiento de sus 
contemporáneos, y pese a las relaciones que pudo establecer con el círculo 
de intelectuales y hombres influyentes tanto de Chile como otros países, afir- 
45 Pedro Cunill Grau, Andrés Bello, p. 119 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 37 
 
37 
 
 
 
mara sentirse solo. Nos atrevemos a explicar esta circunstancia a través de su 
grafía donde son notables los espacios que deja, entre las palabras caracte- 
rística comÚn en personas que prefieren guardar la distancia, que mantienen 
al otro sutilmente a raya. 
Aun cuando pareciera contradictorio, con respecto a lo que afirmamos 
anteriormente, el hecho de que no cierre sus letras a y o hablan más bien de 
un temperamento abierto capaz de comunicar sus pensamientos, esto se 
constata al leer sus poemas, cartas y otros escritos donde nos revela sus más 
íntimos sentimientos. 
Para Don Andrés Bello el conocimiento en sus diversas facetas era el pilar 
fundamental sobre el cual debían sustentarse los pueblos fruto de la revo- 
lución de independencia, dedicó su vida a divulgar el saber y nos legó su 
inestimable obra. Sin duda fue un hombre excepcional, tal como lo mostró 
su análisis grafológico, dotado de un gran intelecto, capacidad de trabajo, 
espiritualidad y organización. 
 
Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 38 
 
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Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 39 
 
39 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
simón 
Bolívar 
EL LIBERtADoR 
(1783-1830) 
Simón Bolívar fue uno de los personajes más importantes de la indepen- 
dencia hispanoamericana. No en balde, cinco naciones del continente le 
adjudican el título de “padre de la patria”. Mostró con su personalidad, plu- 
ma y obras, un don de liderazgo excepcional. No pretendemos avalar esta 
realidad basándonos en una historiografía bolivarianista, sino centrarnos en 
el análisis grafológico a través del cual se descubren una serie de rasgos 
extraordinarios que dibujan su temperamento. 
Cuando iniciamos el análisis de su escritura, uno de los primeros rasgos 
que nos salta a la vista, es la inclinación extremadamente pronunciada de 
sus palabras (de 150º) hacia la derecha, quienes escriben así suelen ser 
individuos extremadamente apasionados y “emocionales”46, volcados hacía 
lo externo por lo tanto, necesitan de los demás en su caso, para llevar a cabo 
sus altas metas. 
En el análisis de su firma confirmamos su temperamento apasionado. La 
forma de zigzag que muchas veces adquiere la B de Bolívar revela: “entu- 
siasmo y ardor. Genio pronto y vivo.”47 
Este es otro de los rasgos más resaltantes y atípico en la grafología del Li- 
bertador que nos permite entender muchos aspectos de su comportamiento. 
46 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 75. 
47 Xandro, Mauricio, Grafología Elemental, Barcelona, Editorial Herder, 2006, p. 74 
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En estas personas, sus actos están dominados por el corazón más que por 
la razón. Suelen ser percibidas por lo demás como agresivas48. Igualmente, 
en momentos críticos, su extremada vehemencia las impulsa a proceder de 
manera irracional. De acuerdo con Xandro Mauricio, quien posee esos ras- 
gos grafológicos “Acusa un temperamento muy apasionado e irreflexivo de 
impulsos incontenibles”49. 
Por otra parte este mismotemperamento, los proyecta ante sus congéneres 
como un líder, porque son dueños de una gran convicción y determinación. 
Daniel Florencio O’ Leary describía a Bolívar como un hombre que: 
“Tenía el don de la persuasión, y sabía inspirar la confianza de los demás. 
A esas cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que ob- 
tuvo en circunstancias difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple 
de alma se habría desalentado”50. 
Pero estas mismas personas, que suelen ser muy entusiastas, acostumbran 
a mostrarse igualmente propensos a la depresión cuando las circunstancias 
le son adversas. En esos momentos de crisis todo lo ven oscuro. En 1824 en 
carta a su maestro de infancia Simón Rodríguez, el Libertador da rienda suel- 
ta a su desánimo: 
“Me hallo cansado, estoy viejo y ya no tengo nada que esperar de la suer- 
te…todos son temores e inquietudes; me parece que de un momento a otro 
pierdo mi reputación que es la recompensa y la fortuna que he sacado de 
tan inmenso sacrificio”.51 
Retengamos esta Última frase de la cita que por sí sola, puede ilustrar otra 
de las afirmaciones que hacíamos en líneas precedentes; por lo general, 
quienes muestran una inclinación positiva de la letra (hacia la derecha) son 
personas volcadas a lo externo, en su caso, a los intereses de la repÚblica en 
la cual creía. 
Y en 1829 embargado por el desconsuelo y la decepción escribía: 
“Yo no puedo vivir…bajo el peso de la ignominia que me agobia, ni Co- 
lombia puede ser bien servida por un desesperado, a quien le han roto todos 
los estímulos del espíritu y arrebatado para siempre las esperanzas”52. 
Continuando con el análisis de esta primera letra de su firma notamos que 
es de gran tamaño, lo que señala que poseía gran confianza en sí mismo. 
La relevancia que le da a su apellido nos habla de un individuo que valoriza 
sus orígenes familiares, uno de sus escritos puede tomarse como ejemplo de 
48 Tesouro de Grosso, Susana, Grafología, Buenos Aires, Editorial Kier, 2007, p. 19 
49 Xandro, Mauricio, Ob. cit., p. 55. 
50 Daniel Florencio O`Leary en Mijares, Augusto, El Libertador, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 116 
51 Carta de Simón Bolívar a Simón Rodríguez (1824), en Mijares, Augusto, Ob. cit, p.33. 
52 Ibidem, p.3 
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esto “… mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegará 
hasta las márgenes del río de la Plata, mil leguas alcanzaran mis brazos, 
pero mi corazón se hallará siempre en Caracas”53. Es indudable que sentía 
apego por sus orígenes y que le concedía importancia al hecho de saberse 
miembro de una de las familias más prominentes de Caracas, tenía claro que 
descendía de Simón de Bolívar, uno de los primeros conquistadores y pobla- 
dores de la Provincia. 
Deteniéndonos en el análisis de los detalles de sus letras podemos visua- 
lizar, otros tantos aspectos de su personalidad. La forma de las palabras, 
específicamente del apellido, es triangular (el tamaño de la letra va de ma- 
yor a menor). Esta característica denota inteligencia estratégica quienes la 
poseen, son capaces de tener una visión de conjunto del problema y lograr 
separar de él lo particular. 
Otros elementos importantes de la personalidad los podemos extraer al 
analizar independientemente, algunas de sus letras. 
En el caso de la t, vemos que la subraya consistentemente en la zona más 
alta. Esto nos indica, que se establecía altos objetivos y lograba alcanzarlos, 
gracias a sus virtudes innatas o a su preparación. 
La letra p minÚscula comienza con un trazo inicial, lo cual revela a una perso- 
na que “piensa y trabaja con cautela que prefiere darle consideración antici- 
pada a todos los detalles de un nuevo plan antes de ponerlo en ejecución”54. 
El tamaño relativamente grande de sus caracteres, indica que era una per- 
sona más inclinada a la interacción social que a la actividad exclusivamen- 
te intelectual, acorde con un carácter introspectivo. Sin embargo, en otras 
tantas de las correspondencias del Libertador que hemos revisado, muestra 
cambios en esta variable, lo cual nos dice que tenía capacidad de introspec- 
ción cuando las circunstancias lo requerían. 
Los que tuvieron cercanía con él, testimoniaron acerca de su carácter ex- 
pansivo “no le gusta la rutina y prefiere expresarse en una forma extroverti- 
da”55. Su Edecán O’Leary recordaba que Bolívar: “Hablaba mucho y bien; 
poseía el raro don de la conversación y gustaba de referir anécdotas de su 
vida pasada”56. 
El Libertador muestra mÚltiples formas en las terminaciones de las palabras. 
Esto indica que poseía también, mÚltiples maneras de relacionarse con las 
personas, dependiendo de los individuos y las circunstancias. Las termina- 
53 Íídem. 
54 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 153. 
55 Ibídem, p. 75. 
56 Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 116. 
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ciones curvas, denotan relación de amistad; las terminaciones ascendentes, 
relaciones impacientes; las terminaciones cortas relaciones abruptas, entre 
otras. Sobre el particular, O’Leary lo definía como un “Gran conocedor de 
los hombres y del corazón humano, comprendía a primera vista para qué 
podía servir cada cual; muy rara vez se equivocó”57. 
Sus m tienen las partes superiores entre curvas y agudas, esto sugiere que 
estamos en presencia de un individuo de carácter fuerte que pese a ello, 
intenta convencer a través de la razón no de la imposición. 
En ocasiones cierra las o y a rasgo característico de una persona reser- 
vada, este no es un rasgo persistente en otras ocasiones no lo hace, lo cual 
nos dice que era capaz de desvelarle sus intimidades a quien se ganara su 
confianza. 
Su escritura clara y legible, indica que logra transmitir sus ideas con claridad 
a los demás. Nuevamente acudimos a O’Leary quien consideraba que: 
“Su estilo era florido y correcto; sus discursos y escritos están llenos de 
imágenes atrevidas y originales. Sus proclamas son modelos de elocuencia 
militar. En sus despachos lucen, a la par de la galanura de estilo, la claridad 
y la precisión”58. 
La letra d muestra el ápice inclinado a la izquierda y a veces retornado a la 
derecha en un círculo, cuando el rasgo es sencillo, denota su cualidad inte- 
lectual59. También se refiere a la actividad espiritual y psíquica60. Además, es 
característico en personas muy fantasiosas o con gran capacidad para crear 
ideas y usarlas en forma práctica61. 
Es un hecho incuestionable su preocupación por el saber: 
“Hablaba y escribía francés correctamente, e italiano con bastante perfec- 
ción; de inglés sabía poco, aunque lo suficiente para entender lo que leía. 
Conocía a fondo los clásicos griegos y latinos, que había estudiado, y los 
leía siempre con gusto en las buenas traducciones francesas”62. 
Entrecortaba las silabas en las palabras, lo cual indica una alta imagina- 
ción. Ejemplo de ello fue la Carta de Jamaica, donde además de admitir las 
causas del fracaso de los primeros intentos independentistas, visualiza el 
escenario que hiciera posible el proyecto emancipador. 
Le prestaba mucha atención al detalle, ya que pone todas las puntuacio- 
nes requeridas, puntos y acentos. En 1803 desde Cádiz, le escribe al en- 
cargado de sus fondos cafetaleros de Seuce y Yare que le cuente: “hasta las 
57 Ídem. 
58 Ibidem, p. 116. 
59 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 117. 
60 Tesouro de Grosso, Susana, Ob. cit., p. 60. 
61 Xandro, Mauricio, Ob. cit., p.86. 
62 Daniel Florencio O’0Leary en Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 116. 
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más pequeñas cosas que acontezcan en esas haciendas”63. 
Eso en los negocios, pero en el aspecto militar se mostraba igualmente 
atento: 
“En sus órdenes que comunicaba a sus tenientes, no olvidaba los detalles 
más triviales, todo lo calculaba, lo preveía”64. 
El margen izquierdo de sus cartas es casi inexistente, lo cual es caracte-rístico en las personas que maneja los recursos con sentido de escasez. El 
margen derecho es pequeño y constante, esto nos indica que como adminis- 
trador se mostraba muy organizado. 
Esta capacidad no pasó desapercibida para aquellos que le eran muy 
cercanos: “Genio creador por excelencia, sacaba recursos de la nada”65. 
La q en la zona baja se abre hacia la izquierda, esto revela su altruismo y 
un entendimiento objetivo de las necesidades de las otras personas66. 
Su letra es relativamente pronunciada, en las zonas altas y bajas en com- 
paración, con su zona media. Esta característica denota que los aspectos 
espirituales, materiales y sensuales de la vida, estaban por encima de los 
aspectos cotidianos. 
La rÚbrica ornamentada en la zona final y baja, pone en evidencia su 
sensualidad. Algunas veces, hace un círculo cerrado en las zonas bajas de 
la letra característico de una persona sensual. SegÚn Augusto Mijares: “el 
subteniente don Simón de Bolívar se enamoró. Parece haber sido una pasión 
mUy violenta…”.67 En su Diario relata posteriormente: “volví de Europa para 
Caracas en el año 1801 con mi esposa y les aseguro que entonces mi ca- 
beza solo estaba llena de los vapores del más violento amor, y no con ideas 
políticas...”68. 
Finalmente nos resta decir que sobre el Libertador se han escrito innume- 
rables estudios, tanto aquí como fuera de estas fronteras. En ellos abunda 
el culto a su figura sin aportar prácticamente nada a la historia. Deslindán- 
donos de esas motivaciones podemos concluir, a partir de su análisis grafo- 
lógico, que Bolívar fue un individuo de sentimientos, pasiones y cualidades 
extremas, de gran inteligencia, sentido estratégico, confianza en si mismo, 
liderazgo, voluntad, características todas, que hicieron posible que llevara 
a cabo su empresa emancipadora y que con sobrada razón sus acciones lo 
convirtieron en un personaje histórico de la mayor importancia. 
 
63 Ibidem, p.87 
64 Ibídem, p. 116. 
65 Daniel Florencio O’Leary en Ídem. 
66 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 173. 67 
Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 77. 
68 Ibídem, p. 91. 
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José Tadeo 
Monagas 
PRócER DE LA INDEpENDencIA 
y cAUDILLo REvOLUCIonARIo 
(1785-1868) 
José Tadeo Monagas fue sin lugar a dudas, uno de los personajes rele- 
vantes de nuestro proceso de independencia cuyo incuestionable liderazgo 
en la región oriental de la repÚblica, le deparó varios triunfos a la causa 
republicana. Su protagonismo no se circunscribió a ese período histórico su 
actuación logró trascender hasta convertirse en dos ocasiones, en presidente 
de la repÚblica y pretender, ya anciano, regresar a presidir los destinos de la 
nación. 
Nació en Maturín en 1785 en el seno de una familia dedicada a las activi- 
dades agropecuarias. Su educación formal fue exigua y y durante su juven- 
tud se dedica a las labores del campo. Para 1813, a la edad de 28 años, 
inicia su experiencia militar en el combate de las Bocas del Pao en el ejército 
patriota que comandaba Santiago Mariño. A partir de allí desplegará una 
larga y azarosa carrera militar participando en innumerables batallas, entre 
las que se encuentran: Maturín y Cachipo. En 1814 participa en el sitio de la 
Puerta, Bocachica, Arao, primera de Carabobo, donde asciende a Coro- 
nel; Aragua de Barcelona, Maturín y Urica. En 1815 en Cabrutica, el Palmar, 
Aragua de Barcelona y Angostura. En 1816 en Alacrán y el Juncal. Calabo- 
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zo en 1818, Semén y Ortiz; Cantaura y Santa Clara en 1819; Trincheras y 
Chicual en 1820 y en 1821 el Libertador lo asciende a General de División, 
obteniendo, al año siguiente, el cargo de Gobernador Civil y Militar de Bar- 
celona y Comandante del Departamento del Orinoco.69 
La grafología de Monagas nos coloca frente a una persona con un alto 
nivel de autoestima, cualidad que se manifiesta por lo alto de la primera letra 
de su nombre.Era cuidadoso y expresaba claramente sus ideas, tal como 
escribe. También solía ser detallista, lo vemos en su cuidadosa puntuación. 
La inclinación de su letra hacia la derecha, revela su temperamento apasio- 
nado. Le interesaba destacarse como político y figura pública, si fijamos la 
atención en su firma veremos que la subraya, lo cual es signo inequívoco de 
lo que acabamos de afirmar. 
Amén de lo anterior, tiene dos rasgos particularmente resaltantes: en primer 
lugar, el círculo concéntrico al final de la firma muestra una persona que 
actÚa con máximo sigilo, que no suele revelar sus verdaderos sentimientos e 
intenciones. En segundo lugar, las larguísimas líneas en la terminación de sus 
letras, lanzadas hacia la parte inferior, revelan un hombre con independen- 
cia de criterio y acción. En otras palabras, actuaba sin consultar a nadie. 
Cuando estudiamos su vida encontramos que estos rasgos condicionaron 
y se reflejaron en sus acciones. 
Monagas alcanzó el grado 32 en la Masonería, afiliarse a esta secta era 
muy comÚn en esa época, pero también cónsona con su personalidad reser- 
vada.70 J.H. Robinson en su JOUrnal publicado en Londres en 1822, hace una 
semblanza de Monagas donde esta característica no pasa desapercibida: 
 
“Su frente es alta y ancha, sus ojos negros y sin expresión; pero cuando 
está animado, se tornan vivos y penetrantes…. Prefiere estar solo; y 
habla muy poco cuando está en compañía, porque siente sensible- 
mente lo mucho que fue descuidada su educación durante su niñez, y 
prefiere mantenerse en silencio que opinar”71 
 
El segundo de sus rasgos resaltantes, como dijimos fue su extremada inde- 
pendencia de criterio. Uno de los hechos más cuestionados de su gobierno, 
nos es Útil para entender este aspecto de su personalidad. El 24 de enero de 
1848 se produce el asalto al Congreso Nacional, que debatía por esos días 
69 Fundación Polar, Ob. cit., p.984 
70 Ibidem, p.990 
71 Castillo Blomquist, Rafael, José Tadeo Monagas, Caracas, Monte Ávila, 1984, p. 22 
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la revocación del mandato a Monagas. Este episodio concluyó con un saldo 
de muertos y heridos, entre ellos Santos Michelena. SegÚn algunos analistas, 
este evento pudo ser evitado si José Tadeo hubiera intervenido oportunamen- 
te. Dicha versión sostiene que: 
 
“Barbosa declaró que Monagas había querido ir a parar el tumulto 
tan pronto oyó los primeros disparos, pero qUe fUe convencido de no 
hacerlo por sUS asesores quienes temían por su vida”72. 
 
Sabemos por sus rasgos grafológicos, que Monagas no seguía consejos 
de asesores, especialmente, en situaciones vitales. Probablemente, sabía 
que los eventos podían favorecerle, tal como explica Castillo Blumquist: 
 
“Ciertamente pudo haber evitado cualquier enfrentamiento violento 
entre la Cámara y la turba…..Parece que decidió permitir que se de- 
sarrollase la situación y dejar que se intensificara al ir reaccionando 
un bando contra el otro. Una vez ocurrido el rompimiento, y haber 
logrado Monagas su objetivo de disolver la Cámara, intervino para 
restablecer la paz y evitar mayores males”. 
 
Su independencia de criterio y acción, alcanzaba límites extremos. Ya muy 
enfermo, pocos días antes de su muerte, se conduce típicamente, tal como lo 
relata Antonio Arellano Moreno, en el prólogo del libro de Ricardo Becerra: 
 
“Como está acostumbrado a obedecer a su mente y a realizar su 
propia voluntad, un día sin consultar médicos ni obtener permiso de 
nadie, toma leche, se afeita, sale una mañana a pasear en coche sin 
darse cuenta que el cielo estaba tan nublado como su organismo y lo 
más alarmante: toma la decisión como las que siempre había tomado: 
¡se manda a extraer tres piezas dentales en un día! Las consecuencias 
de tan temerarias decisiones se presentan de inmediato: violentos es- 
calofríos, dolor de costado, congestiónpulmonar, resfrío , expectora- 
ción sanguinolenta y otros síntomas que obligaron reunir de nuevo a la 
junta médica”.73 
 
72 Ibídem, p. 21 (destacado nuestro). 
73 Ricardo Becerra, José Tadeo Monagas, Caracas, Ediciones Centauro, 1979, p. 9. 
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Fallece unos días después, el 18 de noviembre de 1868, en el pueblo del 
Valle, vecino a Caracas, a los 84 años. 
José Tadeo Monagas fue uno de los próceres de la independencia que 
logró destacarse como político, ocupando, como hemos dicho, por dos ve- 
ces la presidencia de la repÚblica. No fue consecuente con los dos partidos 
fundamentales del siglo XIX, obtuvo el apoyo conservador para llegar a la 
presidenciauna vez en el poder los abandona para aliarse con los liberales 
y después, en su segundo gobierno, su actuación lo aleja también de ellos, y 
lleva a cabo un gobierno personalista y nepótico. En el análisis grafológico 
resalta, su autoestima, su independencia de criterio, su creatividad, al lado 
de otros aspectos, como su afán por ocultar sus verdaderas intenciones, cir- 
cunstancia, que desde nuestro punto de vista, puede aclarar muchas de sus 
actuaciones. 
 
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José María 
Vargas 
MEDICo y nUESTRo pRImER 
pRESIDEntE CIvIL 
(1786-1854) 
José María Vargas nació en La Guaira, en 1786 en el seno de una familia 
que disfrutaba de una posición económica relativamente holgada. Logró 
convertirse en una figura de gran relevancia en Venezuela, en un siglo en el 
cual, imperaban los caudillos forjados en la guerra. El prestigio que alcanzó 
fue tal que incluso ocupó la primera magistratura, una verdadera hazaña en 
esa época dada su condición de civil. 
Una de las características más importantes que observamos al iniciar su 
análisis grafológico, es su condición de intelectual. El tamaño extremada- 
mente pequeño de las letras minÚsculas, así lo revela. Esta particularidad defi- 
ne a individuos que disfrutan el trabajo de investigación y estudio sobre todas 
las demás cosas. Su vida es un ejemplo claro de esto. A los 12 años ingresó 
al Seminario Real Tridentino de Caracas. Luego en 1803 se gradÚa en la 
Universidad Real y Pontificia de Santa Rosa de Lima de Caracas como bachi- 
ller en Filosofía. Cinco años después, en la misma casa de estudios, obtuvo 
el grado de Doctor en Medicina. A fin de seguir estudios de anatomía, quí- 
mica, cirugía y botánica, se establece en Edimburgo en1814 y permanece 
allí hasta 1818. Ese mismo año se incorporó al Real Colegio de Cirujanos de 
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Londres74. En 1819 fija residencia en Puerto Rico donde se dedicó al estudio 
de la botánica y a descubrir nuevas plantas, algunas de las cuales llevan su 
apellido en latín. 
La nitidez de su escritura nos habla de un hombre de un verbo claro y fluido, 
esta característica le daba condiciones para la enseñanza. La combinación 
de ambos atributos: su intelectualidad y sus dotes pedagógicas, explican 
que en 1832 creara la cátedra de Cirugía en la Universidad Central de Vene- 
zuela, manteniendo su dirección ininterrumpidamente hasta 1847. Posterior- 
mente es electo Rector de esta casa de estudios. 
Confluían en su personalidad tres particularidades que lo impulsaban a la 
vida pÚblica. En primer lugar, su temperamento apasionado, que se observa 
en la pronunciada inclinación de su letra hacia la derecha, esto significa que 
el corazón domina sobre el intelecto. La segunda, da cuenta de la valoración 
que le concedía a la amistad, evidenciado, en las terminaciones curvas en 
algunas vocales. La tercera, es que le gustaba contar con el reconocimiento pÚ- 
blico, esto se revela en el fuerte trazo con que subraya su nombre cuando firma. 
Ese interés por lograr el reconocimiento pÚblico, explica su temprana fi- 
guración en los inicios del movimiento de independencia. El 30 de abril 
de 1810, se hallaba en Cumaná cuando -a raíz de los hechos ocurridos en 
Caracas- se produce el arresto del Gobernador. Posteriormente, se nombra 
una Junta de Gobierno integrada por el Ayuntamiento y ocho diputados del 
pueblo, entre los cuales se encontraba José María Vargas. 
Desde nuestro punto de vista, esta característica -su afán de reconocimien- 
to pÚblico- justifica la aceptación de la candidatura a la Presidencia de la 
repÚblica en octubre de 1834. Al respecto Robert Kerr Porter, cónsul británi- 
co en Venezuela anotaba en su Diario: “Los amigos del doctor Vargas están 
haciendo grandes esfuerzos en halagos y papelitos: nadie digno como él 
para ocupar la silla, pues posee todos los requisitos….”75 
Tal como hemos visto, en su personalidad confluían aspectos contradicto- 
rios, pese a su tendencia a la introspectivo como todo intelectual, también 
poseía un talante apasionado y un afán por lograr el reconocimiento publi- 
co. Este carácter paradójico de José María Vargas, no ha pasado desaperci- 
bido para aquellos investigadores que se han ocupado de estudiarlo. 
Rómulo Betancourt, para quien el conocimiento de la actuación de figuras 
74 Sambrano Urdaneta, Oscar, Educadores Venezolanos, Caracas, Meneven, 1981, p. 31 
75 Guerrero, Carolina, José Maria Vargas, ,Caracas, C. A. Editora El Nacional, 2006, p. 73 
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de singular importancia en la historia de Venezuela tuvo gran peso, hace 
referencia en sus ensayos del comportamiento equivoco como “el complejo 
varguiano”76. Confiesa, amén de la admiración que el personaje le desper- 
taba, que: “Lo que no termino de comprender es por qué el Doctor José 
Maria Vargas, tan resuelto en la pÚblica admisión de que no se sentía con 
interés ni destreza para el ejercicio de la Presidencia de la Republica, termi- 
nó por acceder a que fuese elegido Jefe del Estado”77. Profundizando en 
el tema Betancourt recordaba que el historiador José Gil Fortoul también 
se pronunció sobre el particular: “el 20 de abril 1834 presentó la dimisión 
de su cargo al Congreso, por una discrepancia de menor monta entre los 
poderes ejecutivo y legislativo. El Congreso el 30 de abril, no aceptó su 
renuncia.” Posteriormente, ya electo: “Presidente a su pesar, Vargas gobierna 
con fastidio, no bien transcurren tres meses cuando ya quiere aprovechar la 
primera ocasión que se le presenta de abandonar el Poder”78. Años antes en 
1829 tuvo lugar otro incidente que puso de manifiesto su desinterés por el 
ejercicio del poder. Cuando José Antonio Páez lo nombra Prefecto interino 
del Departamento de Venezuela, él rehÚsa, alegando que nada entendía de 
administración de rentas ni de gobierno; que ignoraba incluso cuales eran 
las atribuciones de Prefecto79. 
Carolina Guerrero, en relación con este tema concluye que: “Vargas en 
el terreno político podría ser tildado de renunciante perpetuo a todo cargo, 
magistratura o potestad...”80. A partir de las opiniones de los especialistas 
consideramos que pese a sentirse atraído por el reconocimiento pÚblico que 
suponía el ejercicio del poder, su carácter e interés hacia lo introspectivo 
chocaba con la realidad, del ejercicio del cargo, y lo hacia cambiar de di- 
rección para asombro de sus contemporáneos. De acuerdo a la grafología, 
las o y las a bien cerradas nos dicen que estamos en presencia de un hombre 
reservado, por lo cual en sus escritos seguramente, encontraremos pocas 
pistas de sus desvelos y motivaciones. 
Este aspecto de su personalidad fue aprovechado por algunos para des- 
prestigiarlo y tildarlo de cobarde, pusilánime, etc. El análisis grafológico con- 
traría tales apreciaciones. Vargas tenia una gran autoestima y confianza en 
si mismo, que se observa por lo alta de la primera letra de su firma. Además, 
era una persona de un fuerte carácter que no mudaba de opinión, esto se 
76 Betancourt, Rómulo. Hombres y Villanos, ,Caracas, Grijalbo,