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Grafología Histórica de Venezuela Siglo XIX Gerardo Lucas Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX Gerardo Lucas, doctor en Historia (ucaB), Master en Historia (usM), Master en Finanzas (university oF iLLinois), adMinistrador coMerciaL (ucaB), econoMista (ucv). eMpresario, de diLatada LaBor, Fue presidente de conindustria, d irector principaL de Fedecamaras. GraFóLoGo en ejercicio para La FirMa soLutionMakers, c.a. autor de La industriaLización pionera en venezueLa 1820-1936, caracas, ucaB, 1998, industriaLización conteMporánea en venezueLa: poLítica industriaL deL estado venezoLano 1936-2000, caracas, ucaB, 2006, coautor de venezueLa: repúBLica deMocrática, editoriaL arte, 2011. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX Gerardo Lucas Editor: Gerardo Lucas Coordinación Editorial e Investigación Iconográfica: Sheila Salazar Diseño Gráfico: Didier Barrios Fotografía: Yuri Lizcano Reservados todos los derechos. No se permite re- producir, almacenar en sistemas de recuperación de la información ni transmitir alguna parte de esta publicación, cualquiera que sea el medio emplea- do —electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc.—, sin el permiso previo de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual. Índice Introducción 09 Francisco de Miranda 13 Juan Germán Roscio 20 Simón Rodríguez 25 Andrés Bello 34 Simón Bolívar 39 José Tadeo Monagas 45 José María Vargas 50 José Rafael Revenga 56 Tomás Lander 61 Santos Michelena 65 José Antonio Páez 69 Antonio José de Sucre 75 Antonio Leocadio Guzmán 82 Fermín Toro 88 Juan Vicente González 93 Ezequiel Zamora 97 Cecilio Acosta 102 Arístides Rojas 107 Antonio Guzmán Blanco 112 Manuel Landaeta Rosales 118 Manuel Antonio Matos 122 Teresa Carreño 128 Introducción La grafología histórica es la intersección entre dos disciplinas, la ciencia histórica y la grafológica. La primera es reconocida universalmente como ciencia, sin embargo, la segunda no adquiere en todos los casos, para el co- mÚn de los mortales, esa categoría y la ubican, usualmente entre la ciencia, el arte, la pseudo ciencia y la especulación. Mc Millan Dictionary define a la grafología como la “ciencia que estudia la escritura de los individuos para conocer su personalidad”. El Diccionario de la Real Academia de la Lengua, por su parte, define a la grafología como el “arte que pretende averiguar, por las particularidades de la letra, cuali- dades psicológicas de quien la escribe”. La Enciclopedia Británica y la Me- rriam-Webster, no la definen, sencillamente la describen como “la inferencia del carácter a través de la escritura de la persona”. La popular enciclopedia en línea, Wikipedia, es más escéptica, la califica de “pseudo ciencia que pretende describir la personalidad de un individuo e intentar determinar ca- racterísticas generales del carácter, acerca de su equilibrio mental (e incluso fisiológico), la naturaleza de sus emociones, su tipo de inteligencia y aptitu- des profesionales mediante el examen de la escritura manuscrita”. Como hemos visto, aun cuando el término aparece por primera vez en 1872, podemos aseverar que, todavía en la actualidad no existe un criterio universal y compartido sobre su condición científica. Amén de lo anterior, la grafología tiene ciertamente un amplio espectro de credibilidad, no solo por la práctica en el campo de la psicología, el derecho penal, el reclutamiento y selección de personal, sino que se estudia en reputadas universidades en todo el mundo. En la Universitat Autónoma de Barcelona, Lumsa Di Roma, Universitá di Torino, UNAM (México), Universi- dad del Mar (Chile), Emerson University College (Buenos Aires), Prescott Uni- versity (Arizona), se dictan maestrías sobre esta disciplina. Además, existen escuelas especializadas como la British School of Graphology, The Institute of Graphological Science, (Dallas), International Graphoanalysis Society Inc., (Chicago), entre muchas otras. Podemos afirmar que aun cuando tiene un extenso nivel de aceptación por lo menos en occidente, la grafología no es considerada universalmente como ciencia. Dada esta circunstancia queda en manos del lector, estable- cer el grado de confiabilidad que le otorga al análisis grafológico. El suscrito ha practicado la grafología, en forma autodidacta, durante más de 40 años fundamentalmente, aplicándola a la selección de personal en empresas privadas, y actualmente con la firma consultora SolutioNMakers. Personalmente, los resultados de los análisis han validado su confiabilidad, en la práctica una y otra vez, en innumerables casos concretos. Por otra parte, la historia de Venezuela ha sido un interés tardío, el cual abordamos académicamente, estudiándola en la Universidad Santa María y luego en la Universidad Católica Andrés Bello. La conjunción de estos dos intereses nos impulsó a producir el presente trabajo, sabemos que son pocas las personas que tienen ambos intereses y el tiempo para realizarlo. El propósito principal de la investigación es conocer las motivaciones de- trás de los actos de veintidós prohombres del siglo XIX venezolano. De ellos conocemos sus actos, sus escritos y lo que acerca de ellos escribieron sus contemporáneos, pero pretendemos que la grafología les de vida y poda- mos establecer, por lo menos como hipótesis, qué los impulsaba a realizar determinados actos. Como decía Shakyamuni Buda, “se conoce el acto, pero no la motivación detrás del acto”. Nuestro interés es el de contribuir, a partir de nuevas hipótesis de trabajo, con el estudio de una materia sobre la cual no se ha incursionado, y que ello pueda servir de punto de partida para los estudiosos que deseen abordar el tema. En cuanto a la metodología, en una primera etapa seleccionamos veinti- dós personajes, que tuvieron un papel relevante en el país en los diferentes ámbitos en los cuales actuaron. Luego, estudiamos cartas originales de es- tos personajes, en deferentes décadas, una vez que descartamos las que identificamos como hechas por escribanos, práctica comÚn en la época, realizamos el análisis grafológico. Posteriormente releímos algunas biogra- fías, para, a partir de un breve relato biográfico, exponer al lector cómo las características de la grafía indican rasgos de la personalidad del individuo que condicionaron su comportamiento. En este trabajo reunimos: próceres, escritores, diplomáticos, políticos, mili- tares y a una mÚsico. Queremos resaltar como característica comÚn en todos ellos: la pasión. Consideramos que este sentimiento fue el motor que los im- pulsó a actuar de determinada manera. Algunos se muestran más apasiona- dos que otros, esto es muy visible en la grafía como el lector podrá constatar con la lectura de este estudio. No queremos dejar de mencionar que dos personajes en particular resulta- ron más complicados y difíciles de entender: Francisco de Miranda y Simón Rodríguez, curiosamente anclados en el siglo XVIII. En el caso del primero, quizás, como consecuencia de una vida signada por la conspiración y el sigilo y el segundo, por su personalidad iconoclasta, que muchos de sus con- temporáneos consideraban que rayaba en la locura. Quiero agradecer especialmente a la señora Xiomara Herrera, en el Archi- vo de la Academia de la Historia, por su invalorable colaboración identifi- cando los documentos y a la historiadora Sheila Salazar Rodríguez, sin cuya inestimable labor de revisión de forma y fondo de este trabajo, la ubicación de las cartastraspapeladas de algunos de los personajes y la investigación iconográfica, habría sido imposible llevar a término esta obra. Para concluir, nuestro Único deseo es que el lector disfrute del trabajo, y de repente, como decimos los venezolanos, le encuentre otra faceta al personaje de su interés. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 13 13 Francisco de Miranda PRECURsoR DE LA INDEpENDencIA AmERICAnA (1750-1816) Francisco de Miranda es uno de los personajes venezolanos más destaca- dos de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Es reconocido como el pre- cursor de la independencia americana, incansable viajero, combatiente en la independencia de los Estados Unidos, general de la revolución francesa y uno de los fundadores de la Sociedad Patriótica en Venezuela. Llevó una vida intensa llena de éxitos y también de fatalidades, concluyendo su vida en la cárcel de La Carraca, en Cádiz. Desde el punto de vista grafológico, creemos que es uno de personajes ve- nezolanos más complejos y difíciles de escrutar de su época por su carácter hermético y una vida signada por la conspiración y la aventura. Pero veamos lo que al respecto nos dice el análisis de su letra. Partamos de su firma. Lo primero que resalta es la primera letra de su nombre F que, al compararla con las restantes, veremos que es visiblemente más grande, lo cual nos habla de una persona que tenía una gran confianza en sí mismo. Esta característica de su personalidad llamó la atención del Premio Nóbel de Literatura V.S. Naipaul, para quien: Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 14 14 “la personalidad de Miranda no tenía nada de insignificante, era un expatriado sí, pero no un disminuido, trasuntaba fuerza. Era un tipo de hombres que instintivamente atraen a todos aquellos que se sienten incomprendidos” 1. Aunque nos resulte paradójico, otro aspecto que podemos inferir es que Miranda no buscaba la fama. El subrayado en la firma es comÚn tanto en los políticos, como en los artistas y hombres que buscan notoriedad. Nuestro personaje no subrayaba la suya. De acuerdo con esto, podemos afirmar que tal vez, no pusiera empeño en ser el centro de la atención, aunque pu- diera pensarse lo contrario. Nos atrevemos a especular que otros elementos inherentes a su personalidad hacían que se destacara; su ambición, pasión, cultura, presencia y su elegancia. Por Último, su firma también nos indica que era muy independiente. La zona alta de la F en su nombre, presenta rasgos sencillos, lo cual indica falta de apego hacía su madre, el rasgo circular en la zona baja significa que tenía algo de afecto por su padre. De acuerdo con su grafía, observamos que las p y q terminan en un triángu- lo en la parte baja, segÚn la grafóloga Dorothy Sara estamos en presencia de: “una persona de mente critica, que quiere hacer su propia voluntad, y que persiste hasta obtener sus fines. Y que además, carece de ingenuidad”2. Por otra parte, los márgenes, izquierdos y derechos, que deja en sus cartas son pequeños y excepcionalmente parejos, lo cual demuestra que era un excelente administrador de sus recursos económicos y del resto de sus activi- dades. En estas materias era organizado y en lo económico se respaldaba con administradores profesionales. A esta característica se unía otra circuns- tancia; Miranda no tenía recursos constantes sino intermitentes. Cuando lee- mos sobre su vida no deja de llamarnos la atención, la frecuencia con la que recurría a los préstamos. Por ejemplo, cuando llega a Londres en 1785 entra en contacto con el comerciante John Turnbull, con quien había hecho amistad desde Cádiz, de él obtiene un préstamo para cubrir sus gastos de instalación en esa ciudad. En 1790 recurre nuevamente a Turnbull quien le envía “cin- cuenta libras y un pagaré de doscientas libras que ya le había adelantado”3. Otra característica resaltante, era el extremado cuidado y esmero que po- nía en su trazo, así como una gran atención al detalle. Esto Último, se ob- 1 Quintero, Inés. Francisco de Miranda. Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2006, p. 66 2 Sara, Dorothy. A guide to Handwriting Analysis, New York, Ch. Publischers, 1969, p. 172. 3 Inés Quintero, ob cit., p. 38 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 15 15 serva en una puntuación muy precisa. Estos rasgos ejercen una influencia determinante en varios aspectos de su vida. El cuidado y atención al detalle se ponen de manifiesto en su gusto por vestirse muy bien. Cuando llega a Cádiz en 1771, proveniente de Caracas, lo primero que hace es comprar un vestuario de primera calidad: “Compra cinco varas y media de paño de primera, color moldoré, para hacerse un traje, dos pares de charreteras con trencillas de oro, cuatro varas de paño azul para un cabriolé, medias de seda, medias de algodón, dos sombreros negros, un quitasol de seda, una bolsa para el pelo y cuatro pares de zapatos”4. Los aspectos de su personalidad antes descritos, claridad en las pala- bras, puntuación rigurosa, explican también, su facilidad para el estudio y el aprendizaje de las lenguas. En efecto, dominaba los idiomas inglés, francés, italiano y latín5. Era un amante del aprendizaje: “Desde que llegó a España, Miranda se había convertido en un voraz consumidor de libros, dando ini- cio a la creación de una inmensa y diversa biblioteca.”6 Otra prueba de su temperamento detallista, son sus diarios de viaje, donde es posible encontrar una “semblanza precisa y minuciosa”7 de la Europa pre revolucionaria. Su capacidad de concentración y atención al detalle unido a su insaciable afán por adquirir conocimientos, lo hacía capaz de profundizar en los temas de su interés, al punto de impresionar a sus contemporáneos: “segÚn palabras extravagantes de John Adams, era opinión general en los Estados (Unidos) que Miranda sabia más de cada campaña, sitio y escaramuza ocurrida en toda la guerra que cualquier oficial de nuestros ejércitos o cualquier estadista de nuestros Consejos...”8. Del Precursor también se puede inferir que era muy sociable. Las termina- ciones curvas de su letra nos hablan de una persona amigable. Si unimos estas condiciones a su carácter reservado -aspecto que tocaremos más ade- lante-, y a su interés intelectual, podemos entender su cercanía con conno- tadas personalidades en Norteamérica, donde viaja en 1783, conoce a George Washington, Alexander Hamilton, Thomas Paine, Benjamín Franklin, Samuel Adams, Tomas Jefferson, entre otros, que constituyen la elite dirigente del país. Igual circunstancia sucedió después en Gran Bretaña, Francia y Rusia, donde se codeo con lo más granado de la sociedad. Sin duda, se 4 Ibidem, p. 15. 5 Ibídem, p. 16. 6 Ibídem, p. 23. 7 Ibidem, p. 32. 8 Ibidem, p. 27. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 16 16 puso como objetivo relacionarse extensivamente con las altas esferas de la sociedad para lograr ascenso personal y político y, en su momento, para promocionar sus planes de independencia latinoamericana. Gracias a sus reveladores archivos sabemos que tuvo incontables romances. Al respecto, podemos afirmar que su personalidad además de apasionada era particularmente sensual, lo revelan las zonas bajas con terminaciones diversas. En algunos casos los trazos largos descendientes terminan en forma curva, particularmente las g, y en otros casos terminan en pequeños triángulos, que connotan “en él la mala disposición hacia la pare- ja, se asocia generalmente a una actitud autoritaria, despótica y exigente9. Era una persona apasionada, pero no en extremo, tal como lo demuestra la inclinación positiva de su letra. Esta pasión se pone de manifiesto en oca- siones como la descrita por el hijo del Dr. Lloyd de Nueva Inglaterra, quien relata su encuentro con el Precursor: “…su tema favorito era la perspectiva de hacer la revolución en las provinciasespañolas de América del Sur, mientras comentaba esos asuntos, lo hacía con la mayor vehemencia de entUSiasmo y severidad en la denuncia, con rápida, apasionada y dominadora elocuencia, con todo el cuerpo en movimiento recorriendo a pasos gigantescos la estancia…”10. Era también muy reservado, siempre cerraba las a y las o. Esta peculiari- dad de su carácter se compadece con su actuación, Miranda pasó gran parte de su vida conspirando. Por otro lado, su reserva podía inspirar des- confianza en las personas con las cuales se relacionaba, y sospechamos, que pudo ser la causa de sus continuas desavenencias con algunos de ellos, además de sus rasgos autoritarios. Un ejemplo de su extremada reserva, podemos verlo en el infausto destino que corrieron sus compañeros de la expedición de los Cayos: “Al respecto guardó el más absoluto silencio”11. En efecto, Miranda era conflictivo. Creemos que este comportamiento se debía, a varios elementos de su personalidad que conjugados daban por resultado comportamientos contradictorios o incomprensibles. Su letra “Pal- mer” indica que era un hombre muy formal, condición que, a nuestro juicio, promueve la distancia. Su tendencia a ser reservado, que podía dar lugar a 9 Vels, Augusto. Grafología de la A a la Z. Editorial Herder. Madrid. 2000, Pág.327 10 Ibidem, p. 27. (subrayado nuestro). 11 Ibidem, p. 63. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 17 17 la desconfianza; unida a su mente crítica, que lo impulsaba a hacer su pro- pia voluntad, y su inclinación autoritaria, podrían explicar su personalidad conflictiva. La confrontación con los demás fue una constante en su vida. Cuando iniciaba su carrera militar en el ejército español, protagonizó varios incidentes: “Miranda tenía problemas con las autoridades militares: en julio de 1777 había sido encarcelado por contravenir las ordenanzas mili- tares relativas al uniforme; el año siguiente fue acusado y arrestado por insubordinación y en 1799 había sido nuevamente denunciado y acusado por su superior.” En 1782, el Jefe Militar en Haití se expresa de él en los siguientes términos: “...este oficial no deja de sembrar la discordia entre sus jefes, divulgando opiniones perjudiciales a todos, por este hecho es indigno de cumplir funciones de confianza”12. Esta conducta se repite a lo largo de su vida, durante la cual, protagoniza MÚltiples confrontaciones. También James Briggs, participante en la fallida expedición de los Cayos, emite juicios sobre el carácter petulante, violento, egoísta y vanidoso de Miranda13. Tampoco le causó buena impresión a Juan Germán Roscio, miembro fundamental de la Junta Suprema, dado que Miranda, pese a haber sido recibido por los revolucionarios venezolanos con aclamaciones y obsequios, con grado y sueldo de teniente general, y sin embargo, del beneficiado: “nunca salieron expresiones que en estos casos dictan la buena edu- cación, la modestia y la decencia.” Igualmente, “a juicio de Roscio se había convertido en un intrigante, sembrando la discordia y el chisme y fomentando las desavenencias.”14 Miranda aunque poseía un carácter fuerte y autoritario, otros aspectos de su personalidad, lo equilibraban, de forma que no siempre se imponía por encima de los demás, ni era intransigente, sino que apelaba al dialogo. En la grafología, la letra m en forma de curva sugiere sociabilidad, tal es el caso de nuestro personaje. Nos da la impresión de que era un hombre muy cuidadoso, detallista y 12 Ibidem, p. 20. 13 Ibidem, p. 75. 14 Ibidem., p. 84. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 18 18 conservador. El trazo alto en la letra t indica, que era un hombre de altas metas de vida, aunque los objetivos tácticos que se impone son conserva- dores. Jaques Brissot, miembro de la Comisión Nacional francesa, expresa optimismo y expectativas con respecto a los resultados que podrían obtener- se del envío de Miranda a Santo Domingo, sin embargo, él declina porque considera que la empresa es: “demasiado grande, demasiado noble, de- masiado interesante para que la haga encallar por falta de previsión en el comienzo”15. Pensamos que Miranda en materia de política y guerra, como hemos di- cho, era comedido. El sitio de la ciudad de Amberes, cuyo éxito le dio renom- bre en la revolución francesa, fue una batalla de posiciones, muy adecuada a su particular personalidad atenta al detalle; mientras que la debacle de la Primera Republica en Valencia (Venezuela), requería otros atributos de movili- dad, que no eran, en nuestra óptica, su fortaleza. Mantenía un equilibrio en las tres zonas de la vida, zonas altas, medias y bajas; la espiritual, la cotidiana y la material16. Al respecto podemos afirmar, que siempre actuaba en varias esferas simultáneamente. No era un hombre unidireccional. Aun cuando llevó una vida de incesante aventura, tuvo familia y cuidaba de ella. Proponía ideas libertarias, en la esfera de lo espiritual e intelectual, pero cuidaba de lo material a través de sus relaciones financieras con Turnbull. En conclusión, encontramos que Miranda fue un ser excepcional, posee- dor de muchos atributos y talentos, entre los cuales destacan la confianza en sí mismo, su erudición, su meticulosidad, independencia, ambición, capaci- dad de interrelación, características que por otro lado, eran opacadas por su carácter polémico, conspirador, conflictivo, excesivamente reservado y formal, que lo proyectaban como una persona distante, pretenciosa, inca- paz de inspirar confianza. En fin, sus condiciones personales de excepción le procuraron una vida llena de éxitos y sus deficiencias, decepciones y fatali- dades, propias de los grandes hombres de acción llenos de contrastes. 15 Ibidem, p. 45. (Subrayado nuestro) 16 Ibidem, p. 19. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 19 19 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 20 20 Juan Germán Roscio ADALID DE LA DECLARACIón DE LA INDEpENDencIA (1763-1821) Cuando se habla de la independencia venezolana, lo primero que se nos viene a la mente es la gesta protagonizada por nuestros reconocidos próce- res. Sin embargo con frecuencia se pasa por alto que un prócer, no solo fue aquel que combatió a caballo, sino civiles como Juan Germán Roscio, des- tacado jurista y político, cuyo aporte fue igualmente importante para el logro de la causa emancipadora, especialmente en su inicio. Nació en San José de Tiznados de padre de origen italiano y madre pro- veniente de la Villa de La Victoria. En 1774 a la edad de 11 años reside en Caracas. En la capital encontró la posibilidad de adquirir una formación cón- sona con sus inquietudes intelectuales. Siguió estudios en la Universidad de Caracas, donde se doctoró en Derecho Canónigo y luego en Derecho Civil. En el análisis grafológico resaltan sus cualidades de hombre estudioso e intelectual. Su letra era particularmente pequeña, lo que reafirma que poseía la primera de las cualidades que acabamos de apuntar, esta característica, distingue a las personas con alto nivel de concentración. Juan Germán Roscio vive en carne propia la discriminación que padecían los llamados pardos. Una vez graduado en 1794 como doctor en Derecho Canónico, lleva a cabo las gestiones para ingresar al Colegio de Aboga- Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 21 21 dos. Su aspiración se vio frustrada en un primer momento, a causa de la documentación que presentó para el Colegio de Abogados su expediente de limpieza de sangre omitía información considerada de importancia por quienes evaluaron su solicitud. Seguramente, este hecho no lo encontró des- prevenido. Roscio no ignoraba el funcionamiento de la sociedad colonial donde nació y se educó. En efecto, era comÚn cumplir con exigencias como estas para acceder a formar parte de un gremio tan importante. Después de un largoproceso en el cual presentó sus alegatos y argumentaciones final- mente, se aprobó su ingreso. Tomó parte activa en los sucesos del 19 de abril de 1810, fue uno de los protagonistas estelares de ese día; ingresa al Cabildo y aunque nadie lo elige como tal, se incorpora como “Diputado del Pueblo”. Más tarde re- dacta, junto con Francisco Isnardi el Acta de la Independencia. Fue miem- bro del Congreso Constituyente y uno de los redactores de la Constitución de 1811. En 1812, derrotada por los realistas la llamada primera republicana, es enviado al calabozo de La Carraca en España, la misma suerte correrán José Cortéz de Madariaga, Francisco Isnardi, Juan Paz del Castillo, Manuel Ruiz, Juan Pablo Ayala, José Mieres y Antonio Barona, a quienes Monteverde calificó, como los ocho monstruos instigadores del 19 de abril. Después de muchas vicisitudes, que incluyeron la intervención del príncipe Regente de Inglaterra ante Fernando VII, es puesto en libertad. Roscio fue un hombre que sufrió muchas privaciones económicas. Esta afirmación podemos verificarla al revisar sus cartas. Lo primero que se ad- vierte en ellas, es la falta de márgenes. Grafológicamente, los márgenes connotan la disposición y forma de usar los recursos económicos, si son márgenes amplios implican actitud generosa, si son márgenes estrechos indican escasez y pobreza. Sin duda fue un hombre de acción. Continuando con el análisis grafológi- co, podemos apreciar la inclinación de su escritura hacia la derecha, esto lo define como un individuo entregado y apasionado. En su caso, volcó todos sus esfuerzos sobre la causa en la cual creía. Nunca optó por una conducta pasiva frente a los acontecimientos de su tiempo, en 1817 publica, en Estados Unidos, su obra fundamental El triUnfo de la libertad sobre el despotismo, que justificaba la independencia de Amé- Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 22 22 rica de España y que tuvo amplia divulgación e impacto sobre las nuevas generaciones. Otro aspecto de su grafía, y que para nosotros es el más importante, es la unión de todas las letras de sus palabras, esto lo define como un hombre de una extremada lógica y de un pensamiento secuencial y ordenado. Esta característica se pone de manifiesto tanto en su lenguaje oral como en el escrito. Carlos Pernalete, autor de una biografía sobre nuestro personaje, al comentar la citada obra El triUnfo de la libertad sobre el despotismo refiere su estilo en los siguientes términos: “SU Sólida estrUctUra teológico - política, no da lugar ni tregua a la argumentaciones que los partidarios de la monarquía sustentaban en aquella época.17 Roscio regresa a Angostura (luego Ciudad Bolívar) en 1818, donde es elegido Presidente del Congreso, fue uno de los fundadores de El Correo del Orinoco. En 1820 es nombrado vicepresidente de la repÚblica, en sustitu- ción de Francisco Antonio Zea. José Rafael Revenga en una comunicación a Bolívar en 1820, describe la personalidad de Roscio en el ámbito de la administración pÚblica de la siguiente forma: “El Sr. Zea era el extremo de la indulgencia: el Sr. Roscio se adhiere a la ley, y parece no tener parientes ni amigos. Disgusta por consiguien- te a los empleados, a quien de continuo predica el cumplimiento de su obligación; a todos los pretendientes, a quienes no importa que su solicitud sea legal o ilegal; a todos los que comparan su conducta personal con la de él, y hallan en la comparación el contraste y la reprobación. ¿Sera que no conviene ser Catón (se refiere a Marco Porcio Catón) al presente? Yo creo que si hemos de tener Republica, son necesarios muchos catones”.18 De esta apreciación de Revenga, se desprende que Juan Germán Roscio era un hombre de una conducta intachable, que no exigía menos de los demás. Por otra parte, sus letras m y n en forma redondeada, caracterizan 17 Carlos Pernalete, Juan Germán Roscio,Caracas, C.A. El Nacional, 2008, p. 93 18 Ibidem, p. 101. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 23 23 al individuo que promueve y divulga sus ideas, pero sin imponerlaslo que no significa, que deja de lado la defensa de las normas y los valores en los cuales creía. En cuanto a su firma, podemos decir que nuestro personaje tenía una gran confianza en sí mismo, característica que se observa por el lóbulo superior pronunciado de la primera letra: la J. También es de resaltar, el diseño compli- cado y final de su rÚbrica, que muestra mÚltiples curvas en la zona baja. Esta fórmula era comÚn en las firmas del siglo XVIII, y con el paso de los años se fueron perdiendo. Estos rasgos son difíciles de analizar19, pero podemos afir- mar que nos encontramos ante personas que no pasaban desapercibidas, y eran originales en su pensamiento y actuación. De Angostura se traslada a CÚCUta para ejercer el cargo de Vicepresiden- te, y en 1821 fallece en la Villa del Rosario. Fue pues, Juan Germán Roscio uno de las personalidades más destacadas de nuestra independencia su aporte no debe buscarse en los campos de batalla, sino en su labor como hombre de ideas y acción que puso todo su conocimiento al servicio de la causa republicana. Autor, junto con Isnardi, del documento inaugural de nuestra independencia y coautor también, de la primera Constitución de Venezuela. En nuestro análisis grafológico, hemos encontrado a un intelectual, un hom- bre apasionado, entregado a la defensa de sus ideales, al mismo tiempo un negociador, que con su tenacidad y valentía jugó uno de los papeles más importantes en los albores de la independencia. Consideramos que a Roscio no se le ha reconocido el sitial que se merece en el proceso emancipador, donde se ha privilegiado al elemento militar sobre el civil, que realmente no estaba presente al inicio del movimiento. 19 Sara, Dorothy, A Guide to Handwriting Analysis, p.186. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 24 24 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 25 25 simón rodríguez EL IconocLAstA, MAESTRo DEL LIBERtADoR (1769-1854) Simón Rodríguez reconocido intelectual y maestro, dedicó gran parte de su larga vida a la docencia y al estudio, fundamentalmente, de manera au- todidacta, ya que nunca contó con recursos económicos que facilitarán su educación formal. Imbuido del pensamiento ilustrado, como todos los estudiosos de su épo- ca, aprovechó su largo exilio para conocer y aprender directamente de otras culturas y otros países. Sus métodos de enseñanza pocos ortodoxos, le ga- naron la desconfianza e incomprensión de sus contemporáneos, aun así, su aporte a la RepÚblica radica justamente, en su obra escrita donde recoge la concepción muy particular que manejaba sobre la práctica educativa. En su análisis grafológico, resaltan las letras maYÚsculas grandes lo cual caracteriza a las personas que tienen gran confianza en sí mismas, tal fue su caso. El doctor Manuel Uribe Ángel, quien en 1850, conoce a Rodríguez ya anciano, le manifiesta su admiración por estar ante el maestro del Libertador, éste le contesta: “fuera de ese, tengo algunos títulos para pasar con honra a la posteridad”.20 Respuesta además de irónica, reveladora de su autoestima. Los rasgos superiores e inferiores en la letra mayÚscula de su nombre son 20 Fernández Heres, Rafael, Simón Rodríguez, Caracas, C.A. Editora El Nacional, 2005, p. 59. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 26 26 simples, lo cual es comÚn entre quienes no sienten afecto por la madre o el padre. En efecto, en su caso es explicable por su condición de niño expósito, término que ha caído en desuso y que se aplicaba a los huérfanos. Simón Ro- dríguez fue adoptado por doña Rosalía Rodríguez, quien le dio su apellido. Probablemente esta condición marcó su vida solitaria, desarraigada y de falta de apego por la familia y su entorno. En una sociedad provincial como la Venezueladel siglo XVIII, revestía importancia el lugar que cada cual ocu- paba dentro de ella, la condición de huérfano tenía unas implicaciones muy diferentes a las que tiene hoy, en esa época podría representar una mácula. Lo cierto es, que tenía suficientes razones para abrigar sentimientos de desa- pego y su testimonio acerca de esta circunstancia es contundente: “Ya estoy cansado de verme despreciar por mis paisanos…mi pa- tria es el mundo y todos los hombres mis compañeros de infortunio. No soy vaca para tener querencia, ni nativo para tener compatriotas, nada me importa el rincón donde me parió mi madre, ni me acuerdo de los muchachos con que jugué trompo”21. Dentro de la misma línea de pensamiento, Bolívar, quien lo conocía muy bien, decía de él: “…es el mejor hombre del mundo; pero como es un filósofo cosmopoli- ta, no tiene ni patria, ni hogares, ni familia, ni nada”22. Los conceptos de la libertad e independencia personal fueron capitales para él. Uno de sus biógrafos el profesor JesÚs Andrés Lasheras lo describe como poseedor de una personalidad: “… recia, independiente, siempre clara en sus objetivos… sin medir consecuencias. Este fue Simón Rodríguez hasta que murió”23. Su extremada independencia, la podemos visualizar en el trazo de la letra z al final de su firma, donde hace una línea muy larga bajando hacia la iz- quierda. Para él seran inestimables su independencia y autonomía. En 1845 escribía: 21 Ibídem, p. 13. 22 Ibídem, p 9. 23 Ibídem, p. 58. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 27 27 “Por máxima de buen vivir, nunca he sido empleado; excepto en la enseñanza; porque el que aspire al magisterio que yo ejerza, no pue- de impedir a los que aprendan, la elección del maestro que les guste, aunque enseñe menos o enseñe mal; es lo mismo que la niña que quie- re un feo, a pesar de muchos buen mozos”24. En sus Sociedades Americanas en 1828, se descubre segÚn Rumazo Gon- zález, su pensamiento definitivo: “Por lo mismo, ni titubea ni duda; solo da el aserto categórico, engar- zado con el platino de una lógica severa, que a veces, solo a veces apela a la historia. Todo viene como afirmación suya, descubrimiento o anticipación suyos”25. Rodríguez era un hombre sencillo e introvertido, dedicado al estudio, la contemplación y la investigación. Además, era una persona reservada, lo cual se nota en el cierre de las a y las o. Era por naturaleza un investigador, tal como lo demuestra el tamaño de su letra que está entre mediana y pequeña, lo cual indica que tenía gran concentración y capacidad de estudio, esto se complementa con su puntuación muy precisa: pone todos los acentos, propio de las personas detallistas, rasgo que reafirma su temperamento de hombre erudito, poco dado a las actividades gregarias. Por otro lado, la legibilidad de sus caracteres nos dice que tenía facilidad de expresión condición esencial para la docencia. Desde que se inicia en su profesión muestra interés por el conocimiento del tema educativo, el cual sistematiza en varias obras. Se educó en la casa del Presbítero Carreño. Su contemporáneo el colom- biano Manuel Uribe Ángel quedó impresionado con su intelecto: “la erudi- ción del señor Rodríguez era incomparable, su sabiduría pasmosa”26. Bolívar en carta a Santander califica a Rodríguez como “un genio, un portento de gracia y de talento para el que lo sabe descubrir y apreciar”27. Se aplicó al estudio de los idiomas, dominaba varias lenguas, al punto de que lo confundían con un francés, segÚn su propio testimonio: 24 Ibidem, p. 23. 25 Rumazo González, Alfonso. Ideario de Simón, Caracas, ediciones Centauro, 1980, p. 8. 26 Fernández Heres, Óp. Cit, p. 63. 27 Íbidem, p. 95. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 28 28 “Lo mismo que inglés, alemán, italiano, o portugués, aunque hablo es- tas lenguas tan correctamente como la vuestra, sin contar los dialectos que de ellas dependen me son igualmente familiares”28. Su primer escrito Reflexiones sobre los defectos qUe vician la escUela de pri- meras letras de Caracas y medio de lograr sU reforma por Un nUevo estable- cimiento data de 1794 y fue objeto de estudio y discusión, en su momento. Posteriormente publica otros trabajos sobre el tema, Sociedades Americanas en 1828, LUces y VirtUDes Sociales, publicada en 1834 y Consejos de ami- go, dados al Colegio de LatacUnga, editada en 1851. Escribe, como dijimos, con una letra cuidadosa, la llamada letra Palmer, esto sugiere que era meticuloso. En 1806 fue calificado por la policía fran- cesa que lo seguía, como “hombre muy honesto y formal”29, lo cual confirma su temperamento discreto y cauteloso. La forma calígrafa de su letra, comÚn en los maestros de escuela, también nos dice que era muy rígido en su forma de ser: formal, inflexible, inalterable. Igualmente, era lento y muy cuidadoso en lo que hacía. Siendo muy joven se pone a cargo de la educación de Bolívar. Don Carlos Palacios decía de él: “es sujeto de probidad y habilidad notoria”30. El general O’Leary manifestaba que don Simón “tenía pocos amigos”31. Sin embargo, esto no quiere decir que carecía de dotes sociales. Era amistoso en el trato, lo podemos observar en las terminaciones en algunas de sus pa- labras, las hace en forma curva y ascendente. Igualmente, el tamaño de su firma es más grande que el tamaño del texto, esto significa que era percibido por los demás como un hombre extrovertido, aun cuando no lo fuera. Las d de rasgo sencillo en la parte superior, lo denota como alguien ge- nuino que no aparenta ser quien no es. La letra e no tiene rasgos excesivos e innecesarios, esto también lo define como un hombre sincero, sin construccio- nes artificiales o excedentes. Sus m son medianamente redondeadas, terminan como agudas en algu- nos casos, esta característica define a un hombre que se comunica con ama- bilidad y, que algunas veces, impone su opinión a partir de la argumenta- ción. Pensaba antes de actuar. Se nota en el comienzo de las letras, cuando hace un punto inicial y un trazo antes de escribir la primera letra. Es decir, que no actuaba en forma espontánea. 28 Ibidem, p. 64. 29 Ibidem, p. 62. 30 Mijares, Augusto, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 31 31 Ibidem, p. 86. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 29 29 Era terco, así lo muestra el cruce de la letra t; las hace bajas y muy hacia la base y con un bucle, prácticamente a la altura de la letra precedente del texto. Esta característica la encontramos en personas con bajos objetivos de vida, depresivas, si este rasgo se mantiene en el tiempo, es decir durante toda su vida, en esa misma medida, persiste esa condición. También es comÚn en personas que tienden a encerrarse en sus propias ideas y no aceptar las de otros32. Aquellos que han tenido una niñez muy sufrida, son particularmente propensos a padecer este mal. Lasheras concluye que Si- món Rodríguez: ” Con el tiempo y los desengaños, la conciencia de su valía y orgullo que defendía como propio de los hombres de valer fueron desarrollan- do en él un estilo irónico de vida que lo sumía a veces en una amargu- ra infinita”33. Tiene espacios amplios en la zona baja de las letras, lo cual tipifica la voluptuosidad, por ejemplo, la letra g la hace con una zona baja amplia y cerrada. Su rÚbrica la complementa con rasgos curvos al final, característico de sensualidad. Una de las cualidades más destacadas de Simón Rodríguez era su origi- nalidad. Su alta imaginación se muestra por la forma como rompe la unión entre las letras en su apellido sin embargo, después de casi treinta años en Europa, ésta cambia; une las letras de las sílabas en las palabras, típico de una mente analítica y ordenada. Su originalidad unida a su carácter excep- cionalmente independiente y a su terquedad, podía conducirlo a extremos en los cuales no medía las consecuencias desus actos a la hora de hacer lo que consideraba apropiado. La importancia dada a la creatividad la deja sentada en su Sociedades Americanas en 1828 donde acuña la frase: “La América Española es original= ORIJINALES han de ser sus institu- ciones i su gobierno= I ORIJINALES sus medios de fundar uno i otro. O Inventamos o Erramos”34. En 1839 cuando mantenía su escuela en Valparaíso, nos comenta Augusto 32 Sara, Dorothy. ob., cit., p. 144 33 Fernández Heres, Rafael, Ob. cit., 54. 34 Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, p. 447. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 30 30 Orrego Luco en sus Relatos (1917) que: “Entre las originalidades de la escue- la nos recordaba el mismo señor Lastarria de haber oído hablar de la manera como Don Simón enseñaba anatomía. Un testigo presencial vio colocados a sus discípulos a ambos lados de la sala, y a don Simón pasearse delante de ellos completamente desnudo para que se acostumbraran a ver el cuerpo humano”35. Estaba consciente de la forma en que era percibido por sus contemporá- neos. En 1829 publica sus ideas en Bogotá y dice: “hace 24 años que estoy hablando, y escribiendo pÚblica y privada- mente, sobre el sistema republicano, y, por todo fruto de mis buenos oficios, he conseguido que me traten de LOCO”36. A partir de estas afirmaciones podemos suponer que Rodríguez compren- día plenamente, el efecto que causaban sus excentricidades por lo tanto, no tenía nada de loco. Creemos que su comportamiento era un recurso para llamar la atención sobre sus ideas originales, sin medir los efectos negativos de sus actos, que como apuntábamos en líneas más arriba, eran los de una personalidad terca e independiente que por lo demás, no buscada con ello la notoriedad, porque era de un carácter sencillo y sin complicaciones. La motivación de Rodríguez para volver a América era poner en práctica sus ideas, aspiraba “emprender una educación popular, para dar ser a la Republica imaginaria que rueda en los libros, y en los Congresos”37. Esto nos habla de su pasión y altos valores ciudadanos. La inclinación de su letra (de 135º) a la derecha de muestra que así era Rodríguez tuvo dos oportunidades para materializar sus anhelos, una en Bogotá con una escuela taller, y otra, en Chuquisaca (Bolivia) donde fue nombrado Director General de Enseñan- za PÚblica. Ambas experiencias concluyeron en fracasos. Él mismo refería que: “Dos ensayos llevo hechos en América, y nadie ha traslucido el espíritu de mi plan. En Bogotá hice algo y apenas me entendieron: en Chuquisaca hice más y me entendieron menos”38. De los escritos de Antonio José de Sucre se desprenden algunas de las posibles causas. Una, un sentido de la independencia, que es válido en el plano personal, pero no dentro de la administración pÚblica. El Mariscal de Ayacucho en 1826, informaba a Bolívar sobre la gestión de Simón Rodrí- guez en Chuquisaca: “estoy descontento con el sistema de don Samuel; no 35 Rodríguez, Simón, Inventamos o Erramos, p. 12. 36 Rodríguez, Simón, Ob. cit., p. 189. 37 Ibídem, p. 79. 38 Ibídem, p. 100. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 31 31 hay rentas para pagar tal magnitud de empleados de cada colegio segÚn su plan…. Ahora vea Ud. si es de sorprenderse que un hombre tan bueno, de tanto talento, y tanta instrucción como don Samuel, haga tantos dispara- tes….”39 Simón Rodríguez vivió toda su vida en un estado de pobreza crónica. Do- minaba mÚltiples idiomas, era un erudito y un hombre muy culto, de acuerdo con el análisis grafológico era una persona clara, sistemática y organizada. Entonces nos preguntamos: ¿por qué fue pobre, cuando tenía condiciones personales que le habrían permitido, sin duda, arbitrarse los recursos, para llevar una vida por lo menos, de clase media? La explicación, a nuestro juicio, la encontramos en su personalidad y valores. Era como hemos dicho anteriormente, extremadamente independiente y manifestaba nunca haber sido empleado, salvo como maestro, valoraba esta independencia sobre el bienestar, no pensaba en el dinero y era sumamente terco. Bolívar en su periplo por Italia, lo describía como un “hombre caprichoso, sin ideas en sus propios negocios…hallándose muchas veces reducido a carecer de las cosas más necesarias”40. Luís Antonio Vendel-Heyl quien lo conoció en 1840 refiere que: “Don Simón quedó reducido a la mayor escasez. Después de tantos viajes y estudios que habían consumido su fortuna, el pobre hombre se hallaba condenado a no salir de su casa, porque no tenía más que la chaqueta, el pantalón de tela grosera y el viejo sombrero que llevaba cuando lo vi.”41 Sobre la raíz de su pobreza, el francés Vendel-Hey quien tuvo la oportuni- dad de conocerlo en Valparaíso, reproduce sus palabras: “yo, deseando hacer de la tierra un paraíso para todos, lo convierto en un infierno para mí. Pero ¿qué quiere usted? La libertad me es más querida que el bienestar”42. Catorce años después, su situación no varió y es así, que muere en Amota- pe (PerÚ) en extrema soledad y pobreza. Augusto Mijares se refiere a la fama de excéntrico que rodeó en los Últi- 39 Ibídem, p. 102. 40 Ibidem, p. 66. 41 Ibidem, p. 117 42 Rodríguez, Simón. Ob., Cit., p. 12 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 32 32 mos años a Rodríguez: “debemos admitir que ya anciano y exacerbada su natural altivez por diferentes causas, se habituó a desafiar al mundo usando sarcasmos que parecían cínicos; y también su travieso ingenio se complacía en escandalizar aun a las personas más respetables como sucedió con Andrés Bello”.43 Finalmente Simón Rodríguez fue un hombre de innegables talentos intelec- tuales y los puso al servicio de la docencia. Sus ideas novedosas sobre la enseñanza, las dejó plasmadas en varios de sus escritos. Se consideraba incomprendido por sus contemporáneos, para algunos, sus métodos de en- señanza se adelantaban a su tiempo. Ciertamente, estaba dotado de una personalidad compleja y polémica en la cual se conjugaban el exacerbado sentido de la independencia, el desarraigo, la originalidad, la erudición, la reserva y las excentricidades. 43 Mijares, Augusto, ob. cit, p.34. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 33 33 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 34 34 Andrés Bello REfORmADOR DE LA EDUCACIón y LAs LEyEs (1781-1865) En un ambiente dominado por la guerra y la anarquía, Andrés Bello se des- tacó como hombre de letras cuyo conocimiento trascendió las fronteras de su Venezuela natal. Si bien no fue prócer de la independencia pronto puso al servicio de esa causa su formación y dotes intelectuales. Dejó legados en el campo administrativo y de las leyes, en la diplomacia y fundamentalmente en la gramática. Al comenzar su análisis grafológico nos llama la atención, las grandes dotes espirituales que poseía. Esto es perceptible en los trazos de sus letras (como la l) que se alarga de manera exagerada hacía arriba, también en las terminaciones de sus palabras que adquieren la forma de un gran semicírcu- lo que gira hacia lo alto y hacia atrás. Efectivamente, Andrés Bello creció en un ambiente donde la religión ocu- paba un espacio importante, su familia era muy católica. Desde joven fue acogido como Hermano de la Orden Mercedaria de la Cofradía de la Señora de la Merced. Escribe con una letra pequeña, característico de los intelectuales. Es indu- dable, que nuestro personaje fue un intelectual por encima de cualquier otra cosa. Se destacó como un estudiante aventajado desde las primeras letras. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 35 35 En el Convento de la Merced bajo la tutela del fraile Cristóbal de Quesada maestro de latín y castellano, se inició en el estudio de los clásicos; Horacio, Virgilio, los dramaturgoscastellanos; como Calderón y Lope de la Vega. Lue- go pasó a la Real y Pontificia Universidad de Caracas donde obtuvo el título de bachiller en Artes. La inclinación positiva de su letra hacia la derecha lo define como una persona apasionada, en su caso creemos que esta pasión lo impulsó a per- severar y profundizar en sus estudios que dieron como fruto tan magna obra. Su primera publicación data de 1810, se trata de su ResUmen de la Historia de VenezUela. En 1823 junto a Juan García del Río publica La Biblioteca Americana. De manera autodidacta aprende el francés y el inglés, es así que en 1824 traduce El Arte de escribir del Abate de Condillac primera obra de filología publicada en el país. Sus Silvas Americanas fue unos de sus mayo- res legados a la literatura republicana en América, entre ellas destacan su Silva Al AnaUco, A la VacUna, A la AgricUltUra de la Zona Tórrida y Oración por Todos. En 1847 escribe Gramática de la LengUa Castellana considerada, hasta hoy, como uno de sus aportes más importantes al conocimiento del lenguaje y ha sido y sigue siendo tema de estudio para muchos investigadores. Pero no se contenta con llegar al especialista, sino que en 1851 sale a la luz su Compendio de Gramática Castellana para el USO de las escUelas primarias, en su afán de inculcar en estudiantes de los primeros niveles del aprendizaje la importancia del conocimiento del idioma. Tal ha sido la trascendencia de su Gramática que Menéndez y Pelayo afirmaba que: “sin duda, la que ha obtenido en nuestro siglo más reimpre- siones y ha servido para el estudio de mayor nÚmero de gentes y ha logrado comentarios y apologistas más ilustres”44. Desde el punto de vista grafológico su dedicación a un trabajo tan erudito se explica, además de por su intelecto, asunto que ya referimos líneas más arriba, también por su extremada atención a los detalles característica que es perceptible en una escritura donde están presentes todo los puntos, co- mas, y acentos. En sus cartas es evidente el escaso margen que deja en ellas tanto en el lado izquierdo como en el derecho, de acuerdo con nuestro análisis po- demos decir que estamos en presencia de una persona que ha pasado 44 Rafael Caldera, Andrés Bello, p. 149 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 36 36 por penurias económicas y, que debido a ello, administra sus recursos de manera muy juiciosa. Ciertamente, Andrés Bello incorporado desde 1810 a la causa independentista, debió abandonar su patria para cumplir misiones diplomáticas que inesperadamente, lo alejaron para siempre de ella. Le tocó formar parte junto a Luis López Méndez y Simón Bolívar, de la legación que viajó a Londres en busca de auxilios y reconocimiento al naciente movimiento de independencia venezolano. En ese país permanece durante casi veinte años. Además de dedicarse a las labores diplomáticas cargo que lo dejaba en manos de los vaivenes de la guerra, ya que era muy difícil por este medio costearse la vida, continÚa en su empeño en seguir consolidando su forma- ción académica. Pero los haberes le son escasos y tiene que enfrentar momen- tos muy difíciles . Se desempeña como preceptor de los hijos del subsecretario británico de Estado William Richard Hamilton En 1822 ocupa interinamente la secretaría de la Legación Chilena en Londres. La diversidad de temas que lo ocupan como la egiptología, estudio de la poesía clásica, las leyes, etc., encuentran su explicación grafológica en los trazos de sus palabras, estos no son continuos sino que a menudo los rompe, lo cual es característico de personas con una mente muy creativa y hasta imaginativa, con disposición para encontrar salidas a los problemas sin que estos lo abrumen. En cuanto a su firma, vemos que aparecen en ella tanto su nombre como apellido escritos de manera sencilla, sin mayores aditamentos Cuando era más joven solía incluirle tres pequeñas curvas cóncavas, esto indica que bus- caba llamar la atención sobre su persona, pero con modestia. En su edad madura las tres curvas se reducen a dos más largas, una bajo el nombre y la otra bajo el apellido, lo que nos dice que disfrutaba ser el centro de atención, característica muy comÚn en los hombres pÚblicos. Poco antes de morir y ya enfermo, lo asalta el temor de la soledad segÚn afirma Pedro Cunill Grau: “desde mediados de la década de los cincuenta se va cerniendo sobre Bello el temor de una vejez solitaria y creciente deses- peranza, cuando dice… ‘pesa sobre mí una maldición que me condena a una vejez solitaria’”45. No deja de llamar la atención que tratándose de un hombre pÚblico, que logró gozar durante su vida del reconocimiento de sus contemporáneos, y pese a las relaciones que pudo establecer con el círculo de intelectuales y hombres influyentes tanto de Chile como otros países, afir- 45 Pedro Cunill Grau, Andrés Bello, p. 119 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 37 37 mara sentirse solo. Nos atrevemos a explicar esta circunstancia a través de su grafía donde son notables los espacios que deja, entre las palabras caracte- rística comÚn en personas que prefieren guardar la distancia, que mantienen al otro sutilmente a raya. Aun cuando pareciera contradictorio, con respecto a lo que afirmamos anteriormente, el hecho de que no cierre sus letras a y o hablan más bien de un temperamento abierto capaz de comunicar sus pensamientos, esto se constata al leer sus poemas, cartas y otros escritos donde nos revela sus más íntimos sentimientos. Para Don Andrés Bello el conocimiento en sus diversas facetas era el pilar fundamental sobre el cual debían sustentarse los pueblos fruto de la revo- lución de independencia, dedicó su vida a divulgar el saber y nos legó su inestimable obra. Sin duda fue un hombre excepcional, tal como lo mostró su análisis grafológico, dotado de un gran intelecto, capacidad de trabajo, espiritualidad y organización. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 38 38 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 39 39 simón Bolívar EL LIBERtADoR (1783-1830) Simón Bolívar fue uno de los personajes más importantes de la indepen- dencia hispanoamericana. No en balde, cinco naciones del continente le adjudican el título de “padre de la patria”. Mostró con su personalidad, plu- ma y obras, un don de liderazgo excepcional. No pretendemos avalar esta realidad basándonos en una historiografía bolivarianista, sino centrarnos en el análisis grafológico a través del cual se descubren una serie de rasgos extraordinarios que dibujan su temperamento. Cuando iniciamos el análisis de su escritura, uno de los primeros rasgos que nos salta a la vista, es la inclinación extremadamente pronunciada de sus palabras (de 150º) hacia la derecha, quienes escriben así suelen ser individuos extremadamente apasionados y “emocionales”46, volcados hacía lo externo por lo tanto, necesitan de los demás en su caso, para llevar a cabo sus altas metas. En el análisis de su firma confirmamos su temperamento apasionado. La forma de zigzag que muchas veces adquiere la B de Bolívar revela: “entu- siasmo y ardor. Genio pronto y vivo.”47 Este es otro de los rasgos más resaltantes y atípico en la grafología del Li- bertador que nos permite entender muchos aspectos de su comportamiento. 46 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 75. 47 Xandro, Mauricio, Grafología Elemental, Barcelona, Editorial Herder, 2006, p. 74 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 40 40 En estas personas, sus actos están dominados por el corazón más que por la razón. Suelen ser percibidas por lo demás como agresivas48. Igualmente, en momentos críticos, su extremada vehemencia las impulsa a proceder de manera irracional. De acuerdo con Xandro Mauricio, quien posee esos ras- gos grafológicos “Acusa un temperamento muy apasionado e irreflexivo de impulsos incontenibles”49. Por otra parte este mismotemperamento, los proyecta ante sus congéneres como un líder, porque son dueños de una gran convicción y determinación. Daniel Florencio O’ Leary describía a Bolívar como un hombre que: “Tenía el don de la persuasión, y sabía inspirar la confianza de los demás. A esas cualidades se deben, en gran parte, los asombrosos triunfos que ob- tuvo en circunstancias difíciles, que otro hombre sin esas dotes y sin su temple de alma se habría desalentado”50. Pero estas mismas personas, que suelen ser muy entusiastas, acostumbran a mostrarse igualmente propensos a la depresión cuando las circunstancias le son adversas. En esos momentos de crisis todo lo ven oscuro. En 1824 en carta a su maestro de infancia Simón Rodríguez, el Libertador da rienda suel- ta a su desánimo: “Me hallo cansado, estoy viejo y ya no tengo nada que esperar de la suer- te…todos son temores e inquietudes; me parece que de un momento a otro pierdo mi reputación que es la recompensa y la fortuna que he sacado de tan inmenso sacrificio”.51 Retengamos esta Última frase de la cita que por sí sola, puede ilustrar otra de las afirmaciones que hacíamos en líneas precedentes; por lo general, quienes muestran una inclinación positiva de la letra (hacia la derecha) son personas volcadas a lo externo, en su caso, a los intereses de la repÚblica en la cual creía. Y en 1829 embargado por el desconsuelo y la decepción escribía: “Yo no puedo vivir…bajo el peso de la ignominia que me agobia, ni Co- lombia puede ser bien servida por un desesperado, a quien le han roto todos los estímulos del espíritu y arrebatado para siempre las esperanzas”52. Continuando con el análisis de esta primera letra de su firma notamos que es de gran tamaño, lo que señala que poseía gran confianza en sí mismo. La relevancia que le da a su apellido nos habla de un individuo que valoriza sus orígenes familiares, uno de sus escritos puede tomarse como ejemplo de 48 Tesouro de Grosso, Susana, Grafología, Buenos Aires, Editorial Kier, 2007, p. 19 49 Xandro, Mauricio, Ob. cit., p. 55. 50 Daniel Florencio O`Leary en Mijares, Augusto, El Libertador, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1987, p. 116 51 Carta de Simón Bolívar a Simón Rodríguez (1824), en Mijares, Augusto, Ob. cit, p.33. 52 Ibidem, p.3 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 41 41 esto “… mi derecha estará en las bocas del Orinoco y mi izquierda llegará hasta las márgenes del río de la Plata, mil leguas alcanzaran mis brazos, pero mi corazón se hallará siempre en Caracas”53. Es indudable que sentía apego por sus orígenes y que le concedía importancia al hecho de saberse miembro de una de las familias más prominentes de Caracas, tenía claro que descendía de Simón de Bolívar, uno de los primeros conquistadores y pobla- dores de la Provincia. Deteniéndonos en el análisis de los detalles de sus letras podemos visua- lizar, otros tantos aspectos de su personalidad. La forma de las palabras, específicamente del apellido, es triangular (el tamaño de la letra va de ma- yor a menor). Esta característica denota inteligencia estratégica quienes la poseen, son capaces de tener una visión de conjunto del problema y lograr separar de él lo particular. Otros elementos importantes de la personalidad los podemos extraer al analizar independientemente, algunas de sus letras. En el caso de la t, vemos que la subraya consistentemente en la zona más alta. Esto nos indica, que se establecía altos objetivos y lograba alcanzarlos, gracias a sus virtudes innatas o a su preparación. La letra p minÚscula comienza con un trazo inicial, lo cual revela a una perso- na que “piensa y trabaja con cautela que prefiere darle consideración antici- pada a todos los detalles de un nuevo plan antes de ponerlo en ejecución”54. El tamaño relativamente grande de sus caracteres, indica que era una per- sona más inclinada a la interacción social que a la actividad exclusivamen- te intelectual, acorde con un carácter introspectivo. Sin embargo, en otras tantas de las correspondencias del Libertador que hemos revisado, muestra cambios en esta variable, lo cual nos dice que tenía capacidad de introspec- ción cuando las circunstancias lo requerían. Los que tuvieron cercanía con él, testimoniaron acerca de su carácter ex- pansivo “no le gusta la rutina y prefiere expresarse en una forma extroverti- da”55. Su Edecán O’Leary recordaba que Bolívar: “Hablaba mucho y bien; poseía el raro don de la conversación y gustaba de referir anécdotas de su vida pasada”56. El Libertador muestra mÚltiples formas en las terminaciones de las palabras. Esto indica que poseía también, mÚltiples maneras de relacionarse con las personas, dependiendo de los individuos y las circunstancias. Las termina- 53 Íídem. 54 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 153. 55 Ibídem, p. 75. 56 Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 116. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 42 42 ciones curvas, denotan relación de amistad; las terminaciones ascendentes, relaciones impacientes; las terminaciones cortas relaciones abruptas, entre otras. Sobre el particular, O’Leary lo definía como un “Gran conocedor de los hombres y del corazón humano, comprendía a primera vista para qué podía servir cada cual; muy rara vez se equivocó”57. Sus m tienen las partes superiores entre curvas y agudas, esto sugiere que estamos en presencia de un individuo de carácter fuerte que pese a ello, intenta convencer a través de la razón no de la imposición. En ocasiones cierra las o y a rasgo característico de una persona reser- vada, este no es un rasgo persistente en otras ocasiones no lo hace, lo cual nos dice que era capaz de desvelarle sus intimidades a quien se ganara su confianza. Su escritura clara y legible, indica que logra transmitir sus ideas con claridad a los demás. Nuevamente acudimos a O’Leary quien consideraba que: “Su estilo era florido y correcto; sus discursos y escritos están llenos de imágenes atrevidas y originales. Sus proclamas son modelos de elocuencia militar. En sus despachos lucen, a la par de la galanura de estilo, la claridad y la precisión”58. La letra d muestra el ápice inclinado a la izquierda y a veces retornado a la derecha en un círculo, cuando el rasgo es sencillo, denota su cualidad inte- lectual59. También se refiere a la actividad espiritual y psíquica60. Además, es característico en personas muy fantasiosas o con gran capacidad para crear ideas y usarlas en forma práctica61. Es un hecho incuestionable su preocupación por el saber: “Hablaba y escribía francés correctamente, e italiano con bastante perfec- ción; de inglés sabía poco, aunque lo suficiente para entender lo que leía. Conocía a fondo los clásicos griegos y latinos, que había estudiado, y los leía siempre con gusto en las buenas traducciones francesas”62. Entrecortaba las silabas en las palabras, lo cual indica una alta imagina- ción. Ejemplo de ello fue la Carta de Jamaica, donde además de admitir las causas del fracaso de los primeros intentos independentistas, visualiza el escenario que hiciera posible el proyecto emancipador. Le prestaba mucha atención al detalle, ya que pone todas las puntuacio- nes requeridas, puntos y acentos. En 1803 desde Cádiz, le escribe al en- cargado de sus fondos cafetaleros de Seuce y Yare que le cuente: “hasta las 57 Ídem. 58 Ibidem, p. 116. 59 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 117. 60 Tesouro de Grosso, Susana, Ob. cit., p. 60. 61 Xandro, Mauricio, Ob. cit., p.86. 62 Daniel Florencio O’0Leary en Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 116. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 43 43 más pequeñas cosas que acontezcan en esas haciendas”63. Eso en los negocios, pero en el aspecto militar se mostraba igualmente atento: “En sus órdenes que comunicaba a sus tenientes, no olvidaba los detalles más triviales, todo lo calculaba, lo preveía”64. El margen izquierdo de sus cartas es casi inexistente, lo cual es caracte-rístico en las personas que maneja los recursos con sentido de escasez. El margen derecho es pequeño y constante, esto nos indica que como adminis- trador se mostraba muy organizado. Esta capacidad no pasó desapercibida para aquellos que le eran muy cercanos: “Genio creador por excelencia, sacaba recursos de la nada”65. La q en la zona baja se abre hacia la izquierda, esto revela su altruismo y un entendimiento objetivo de las necesidades de las otras personas66. Su letra es relativamente pronunciada, en las zonas altas y bajas en com- paración, con su zona media. Esta característica denota que los aspectos espirituales, materiales y sensuales de la vida, estaban por encima de los aspectos cotidianos. La rÚbrica ornamentada en la zona final y baja, pone en evidencia su sensualidad. Algunas veces, hace un círculo cerrado en las zonas bajas de la letra característico de una persona sensual. SegÚn Augusto Mijares: “el subteniente don Simón de Bolívar se enamoró. Parece haber sido una pasión mUy violenta…”.67 En su Diario relata posteriormente: “volví de Europa para Caracas en el año 1801 con mi esposa y les aseguro que entonces mi ca- beza solo estaba llena de los vapores del más violento amor, y no con ideas políticas...”68. Finalmente nos resta decir que sobre el Libertador se han escrito innume- rables estudios, tanto aquí como fuera de estas fronteras. En ellos abunda el culto a su figura sin aportar prácticamente nada a la historia. Deslindán- donos de esas motivaciones podemos concluir, a partir de su análisis grafo- lógico, que Bolívar fue un individuo de sentimientos, pasiones y cualidades extremas, de gran inteligencia, sentido estratégico, confianza en si mismo, liderazgo, voluntad, características todas, que hicieron posible que llevara a cabo su empresa emancipadora y que con sobrada razón sus acciones lo convirtieron en un personaje histórico de la mayor importancia. 63 Ibidem, p.87 64 Ibídem, p. 116. 65 Daniel Florencio O’Leary en Ídem. 66 Sara, Dorothy, Ob. cit., p. 173. 67 Mijares, Augusto, Ob. cit., p. 77. 68 Ibídem, p. 91. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 44 44 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 45 45 José Tadeo Monagas PRócER DE LA INDEpENDencIA y cAUDILLo REvOLUCIonARIo (1785-1868) José Tadeo Monagas fue sin lugar a dudas, uno de los personajes rele- vantes de nuestro proceso de independencia cuyo incuestionable liderazgo en la región oriental de la repÚblica, le deparó varios triunfos a la causa republicana. Su protagonismo no se circunscribió a ese período histórico su actuación logró trascender hasta convertirse en dos ocasiones, en presidente de la repÚblica y pretender, ya anciano, regresar a presidir los destinos de la nación. Nació en Maturín en 1785 en el seno de una familia dedicada a las activi- dades agropecuarias. Su educación formal fue exigua y y durante su juven- tud se dedica a las labores del campo. Para 1813, a la edad de 28 años, inicia su experiencia militar en el combate de las Bocas del Pao en el ejército patriota que comandaba Santiago Mariño. A partir de allí desplegará una larga y azarosa carrera militar participando en innumerables batallas, entre las que se encuentran: Maturín y Cachipo. En 1814 participa en el sitio de la Puerta, Bocachica, Arao, primera de Carabobo, donde asciende a Coro- nel; Aragua de Barcelona, Maturín y Urica. En 1815 en Cabrutica, el Palmar, Aragua de Barcelona y Angostura. En 1816 en Alacrán y el Juncal. Calabo- Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 46 46 zo en 1818, Semén y Ortiz; Cantaura y Santa Clara en 1819; Trincheras y Chicual en 1820 y en 1821 el Libertador lo asciende a General de División, obteniendo, al año siguiente, el cargo de Gobernador Civil y Militar de Bar- celona y Comandante del Departamento del Orinoco.69 La grafología de Monagas nos coloca frente a una persona con un alto nivel de autoestima, cualidad que se manifiesta por lo alto de la primera letra de su nombre.Era cuidadoso y expresaba claramente sus ideas, tal como escribe. También solía ser detallista, lo vemos en su cuidadosa puntuación. La inclinación de su letra hacia la derecha, revela su temperamento apasio- nado. Le interesaba destacarse como político y figura pública, si fijamos la atención en su firma veremos que la subraya, lo cual es signo inequívoco de lo que acabamos de afirmar. Amén de lo anterior, tiene dos rasgos particularmente resaltantes: en primer lugar, el círculo concéntrico al final de la firma muestra una persona que actÚa con máximo sigilo, que no suele revelar sus verdaderos sentimientos e intenciones. En segundo lugar, las larguísimas líneas en la terminación de sus letras, lanzadas hacia la parte inferior, revelan un hombre con independen- cia de criterio y acción. En otras palabras, actuaba sin consultar a nadie. Cuando estudiamos su vida encontramos que estos rasgos condicionaron y se reflejaron en sus acciones. Monagas alcanzó el grado 32 en la Masonería, afiliarse a esta secta era muy comÚn en esa época, pero también cónsona con su personalidad reser- vada.70 J.H. Robinson en su JOUrnal publicado en Londres en 1822, hace una semblanza de Monagas donde esta característica no pasa desapercibida: “Su frente es alta y ancha, sus ojos negros y sin expresión; pero cuando está animado, se tornan vivos y penetrantes…. Prefiere estar solo; y habla muy poco cuando está en compañía, porque siente sensible- mente lo mucho que fue descuidada su educación durante su niñez, y prefiere mantenerse en silencio que opinar”71 El segundo de sus rasgos resaltantes, como dijimos fue su extremada inde- pendencia de criterio. Uno de los hechos más cuestionados de su gobierno, nos es Útil para entender este aspecto de su personalidad. El 24 de enero de 1848 se produce el asalto al Congreso Nacional, que debatía por esos días 69 Fundación Polar, Ob. cit., p.984 70 Ibidem, p.990 71 Castillo Blomquist, Rafael, José Tadeo Monagas, Caracas, Monte Ávila, 1984, p. 22 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 47 47 la revocación del mandato a Monagas. Este episodio concluyó con un saldo de muertos y heridos, entre ellos Santos Michelena. SegÚn algunos analistas, este evento pudo ser evitado si José Tadeo hubiera intervenido oportunamen- te. Dicha versión sostiene que: “Barbosa declaró que Monagas había querido ir a parar el tumulto tan pronto oyó los primeros disparos, pero qUe fUe convencido de no hacerlo por sUS asesores quienes temían por su vida”72. Sabemos por sus rasgos grafológicos, que Monagas no seguía consejos de asesores, especialmente, en situaciones vitales. Probablemente, sabía que los eventos podían favorecerle, tal como explica Castillo Blumquist: “Ciertamente pudo haber evitado cualquier enfrentamiento violento entre la Cámara y la turba…..Parece que decidió permitir que se de- sarrollase la situación y dejar que se intensificara al ir reaccionando un bando contra el otro. Una vez ocurrido el rompimiento, y haber logrado Monagas su objetivo de disolver la Cámara, intervino para restablecer la paz y evitar mayores males”. Su independencia de criterio y acción, alcanzaba límites extremos. Ya muy enfermo, pocos días antes de su muerte, se conduce típicamente, tal como lo relata Antonio Arellano Moreno, en el prólogo del libro de Ricardo Becerra: “Como está acostumbrado a obedecer a su mente y a realizar su propia voluntad, un día sin consultar médicos ni obtener permiso de nadie, toma leche, se afeita, sale una mañana a pasear en coche sin darse cuenta que el cielo estaba tan nublado como su organismo y lo más alarmante: toma la decisión como las que siempre había tomado: ¡se manda a extraer tres piezas dentales en un día! Las consecuencias de tan temerarias decisiones se presentan de inmediato: violentos es- calofríos, dolor de costado, congestiónpulmonar, resfrío , expectora- ción sanguinolenta y otros síntomas que obligaron reunir de nuevo a la junta médica”.73 72 Ibídem, p. 21 (destacado nuestro). 73 Ricardo Becerra, José Tadeo Monagas, Caracas, Ediciones Centauro, 1979, p. 9. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 48 48 Fallece unos días después, el 18 de noviembre de 1868, en el pueblo del Valle, vecino a Caracas, a los 84 años. José Tadeo Monagas fue uno de los próceres de la independencia que logró destacarse como político, ocupando, como hemos dicho, por dos ve- ces la presidencia de la repÚblica. No fue consecuente con los dos partidos fundamentales del siglo XIX, obtuvo el apoyo conservador para llegar a la presidenciauna vez en el poder los abandona para aliarse con los liberales y después, en su segundo gobierno, su actuación lo aleja también de ellos, y lleva a cabo un gobierno personalista y nepótico. En el análisis grafológico resalta, su autoestima, su independencia de criterio, su creatividad, al lado de otros aspectos, como su afán por ocultar sus verdaderas intenciones, cir- cunstancia, que desde nuestro punto de vista, puede aclarar muchas de sus actuaciones. Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 49 49 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 50 50 José María Vargas MEDICo y nUESTRo pRImER pRESIDEntE CIvIL (1786-1854) José María Vargas nació en La Guaira, en 1786 en el seno de una familia que disfrutaba de una posición económica relativamente holgada. Logró convertirse en una figura de gran relevancia en Venezuela, en un siglo en el cual, imperaban los caudillos forjados en la guerra. El prestigio que alcanzó fue tal que incluso ocupó la primera magistratura, una verdadera hazaña en esa época dada su condición de civil. Una de las características más importantes que observamos al iniciar su análisis grafológico, es su condición de intelectual. El tamaño extremada- mente pequeño de las letras minÚsculas, así lo revela. Esta particularidad defi- ne a individuos que disfrutan el trabajo de investigación y estudio sobre todas las demás cosas. Su vida es un ejemplo claro de esto. A los 12 años ingresó al Seminario Real Tridentino de Caracas. Luego en 1803 se gradÚa en la Universidad Real y Pontificia de Santa Rosa de Lima de Caracas como bachi- ller en Filosofía. Cinco años después, en la misma casa de estudios, obtuvo el grado de Doctor en Medicina. A fin de seguir estudios de anatomía, quí- mica, cirugía y botánica, se establece en Edimburgo en1814 y permanece allí hasta 1818. Ese mismo año se incorporó al Real Colegio de Cirujanos de Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 51 51 Londres74. En 1819 fija residencia en Puerto Rico donde se dedicó al estudio de la botánica y a descubrir nuevas plantas, algunas de las cuales llevan su apellido en latín. La nitidez de su escritura nos habla de un hombre de un verbo claro y fluido, esta característica le daba condiciones para la enseñanza. La combinación de ambos atributos: su intelectualidad y sus dotes pedagógicas, explican que en 1832 creara la cátedra de Cirugía en la Universidad Central de Vene- zuela, manteniendo su dirección ininterrumpidamente hasta 1847. Posterior- mente es electo Rector de esta casa de estudios. Confluían en su personalidad tres particularidades que lo impulsaban a la vida pÚblica. En primer lugar, su temperamento apasionado, que se observa en la pronunciada inclinación de su letra hacia la derecha, esto significa que el corazón domina sobre el intelecto. La segunda, da cuenta de la valoración que le concedía a la amistad, evidenciado, en las terminaciones curvas en algunas vocales. La tercera, es que le gustaba contar con el reconocimiento pÚ- blico, esto se revela en el fuerte trazo con que subraya su nombre cuando firma. Ese interés por lograr el reconocimiento pÚblico, explica su temprana fi- guración en los inicios del movimiento de independencia. El 30 de abril de 1810, se hallaba en Cumaná cuando -a raíz de los hechos ocurridos en Caracas- se produce el arresto del Gobernador. Posteriormente, se nombra una Junta de Gobierno integrada por el Ayuntamiento y ocho diputados del pueblo, entre los cuales se encontraba José María Vargas. Desde nuestro punto de vista, esta característica -su afán de reconocimien- to pÚblico- justifica la aceptación de la candidatura a la Presidencia de la repÚblica en octubre de 1834. Al respecto Robert Kerr Porter, cónsul británi- co en Venezuela anotaba en su Diario: “Los amigos del doctor Vargas están haciendo grandes esfuerzos en halagos y papelitos: nadie digno como él para ocupar la silla, pues posee todos los requisitos….”75 Tal como hemos visto, en su personalidad confluían aspectos contradicto- rios, pese a su tendencia a la introspectivo como todo intelectual, también poseía un talante apasionado y un afán por lograr el reconocimiento publi- co. Este carácter paradójico de José María Vargas, no ha pasado desaperci- bido para aquellos investigadores que se han ocupado de estudiarlo. Rómulo Betancourt, para quien el conocimiento de la actuación de figuras 74 Sambrano Urdaneta, Oscar, Educadores Venezolanos, Caracas, Meneven, 1981, p. 31 75 Guerrero, Carolina, José Maria Vargas, ,Caracas, C. A. Editora El Nacional, 2006, p. 73 Grafología Histórica Venezolanos del siglo XIX 52 52 de singular importancia en la historia de Venezuela tuvo gran peso, hace referencia en sus ensayos del comportamiento equivoco como “el complejo varguiano”76. Confiesa, amén de la admiración que el personaje le desper- taba, que: “Lo que no termino de comprender es por qué el Doctor José Maria Vargas, tan resuelto en la pÚblica admisión de que no se sentía con interés ni destreza para el ejercicio de la Presidencia de la Republica, termi- nó por acceder a que fuese elegido Jefe del Estado”77. Profundizando en el tema Betancourt recordaba que el historiador José Gil Fortoul también se pronunció sobre el particular: “el 20 de abril 1834 presentó la dimisión de su cargo al Congreso, por una discrepancia de menor monta entre los poderes ejecutivo y legislativo. El Congreso el 30 de abril, no aceptó su renuncia.” Posteriormente, ya electo: “Presidente a su pesar, Vargas gobierna con fastidio, no bien transcurren tres meses cuando ya quiere aprovechar la primera ocasión que se le presenta de abandonar el Poder”78. Años antes en 1829 tuvo lugar otro incidente que puso de manifiesto su desinterés por el ejercicio del poder. Cuando José Antonio Páez lo nombra Prefecto interino del Departamento de Venezuela, él rehÚsa, alegando que nada entendía de administración de rentas ni de gobierno; que ignoraba incluso cuales eran las atribuciones de Prefecto79. Carolina Guerrero, en relación con este tema concluye que: “Vargas en el terreno político podría ser tildado de renunciante perpetuo a todo cargo, magistratura o potestad...”80. A partir de las opiniones de los especialistas consideramos que pese a sentirse atraído por el reconocimiento pÚblico que suponía el ejercicio del poder, su carácter e interés hacia lo introspectivo chocaba con la realidad, del ejercicio del cargo, y lo hacia cambiar de di- rección para asombro de sus contemporáneos. De acuerdo a la grafología, las o y las a bien cerradas nos dicen que estamos en presencia de un hombre reservado, por lo cual en sus escritos seguramente, encontraremos pocas pistas de sus desvelos y motivaciones. Este aspecto de su personalidad fue aprovechado por algunos para des- prestigiarlo y tildarlo de cobarde, pusilánime, etc. El análisis grafológico con- traría tales apreciaciones. Vargas tenia una gran autoestima y confianza en si mismo, que se observa por lo alta de la primera letra de su firma. Además, era una persona de un fuerte carácter que no mudaba de opinión, esto se 76 Betancourt, Rómulo. Hombres y Villanos, ,Caracas, Grijalbo,