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Dialnet-EbolaDePrincipioAFin-581319

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ÉBOLA DE PRINCIPIO A FIN 
Manipulación y Tratamiento 
 
Mónica Fernández Solar 
 Iván Fernández Solar 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
– 6 – 
Ébola de principio a fin. 
© Mónica Fernández Solar e Iván Fernández Solar. 
Reservados todos los derechos a favor del autor. 
 
Editorial: 3Ciencias 
I.S.B.N.: 978-84-943990-5-3 
Dep. Legal: A 599 - 2015 
 
 Vigo, 29 de junio 2015. 
– 7 – 
 
 
 
Índice 
 
 
 
Introducción ....................................................... 9 
 
Capítulo primero 
 ¿Qué es el Ébola? ............................................. 11 
 
Capítulo segundo 
 Datos y cifras ................................................... 17 
 
Capítulo tercero 
Sintomatología y transmisión ............................ 29 
 
Capítulo cuarto 
Manipulación de pacientes y prevención .......... 37 
 
Capítulo quinto 
Tratamiento ....................................................... 75 
 
Bibliografía ...................................................... 79 
– 8 – 
– 9 – 
 
 
 
 
 
 
 
"El miedo es natural: el miedo a la libertad que nos da el 
conocimiento es absolutamente natural. No obstante, por 
terrible que sea el aprendizaje, es peor vivir sin sabiduría". 
 
Popular. 
 
– 10 – 
– 11 – 
 
 
CAPÍTULO I 
 
 
¿QUÉ ES EL ÉBOLA? 
 
 
El virus del Ébola (Ebolavirus) es un virus de la familia 
Filoviridae y género Filovirus, situación taxonómica que 
comparte con el virus de Marburgo. Es el patógeno causante 
de la enfermedad del Ébola, una enfermedad infecciosa muy 
grave que afecta a los seres humanos. 
 
Este nombre proviene del río Ébola (en la República 
Democrática del Congo, antiguo Zaire), donde fue identifica-
do por primera vez en 1976 durante una epidemia con alta 
mortalidad. 
Las dos especies tipo del género Filovirus, el único co-
nocido en la familia Filoviridae. Esta familia comparte muchas 
características con las familias Paramyxoviridae y Rhabdovi-
ridae; todas conforman el orden Mononegavirales. 
 
El virus del Ébola no presenta reacciones serológicas 
cruzadas con el virus de Marburgo. Esto permite su identifi-
cación serológica. 
– 12 – 
– 13 – 
Filoviridae es una familia de virus del orden Mononegavirales. 
Se caracterizan por poseer como genoma RNA monocatena-
rio de sentido negativo, y por infectar a primates. Agrupa, 
entre otros, al virus del Ébola y al virus de Marburg. 
 
Causan serias fiebres hemorrágicas virales, caracterizadas 
por anormalidades en el sangrado y en coagulación sanguí-
nea, incluyendo el sangrado difuso. El virus del Ébola destru-
ye el sistema inmunitario. 
 
Los viriones (partículas virales) se caracterizan por su 
forma larga, cilíndrica, con partículas filamentosas que pue-
den ser rectas, curvadas, coleadas, o encontrarse en formas 
configurativas de "6" o de "U". Están ocasionalmente ramifi-
cados y las partículas varían grandemente en longitud pero el 
diámetro (de cerca de 80 nm) es consistente. El genoma es un 
ARN lineal, de cadena única y sentido negativo. Sintetizan 
siete proteínas: VP24, VP40, GP, y cuatro en la nucleocápsi-
de: L, NP, VP35, VP30. 
 
Replican por cuerpos de inclusión en el citoplasma. Se 
producen por gemación de células infectadas, y consiste en 
que el ARN viral y las proteínas son encapsuladas en una 
membrana lipídica formada de la membrana plasmática de 
células hospedantes. 
 
La incapacidad del sistema inmune de combatir a estos 
virus puede, al menos en parte, ser debido al complejo sínte-
sis de una glicoproteína viral, que forma espigas heterotríme-
ras dentro de la membrana plasmática del virión. Los genes 
que codifican la sínteses de esta proteína en el virus del Ébo-
la, mas no en el virus de Marburg, contiene un codón de pa-
– 14 – 
rada y, como resultado, dos formas del GP ébola pueden ser 
producidos vía un cambio mutacional. 
 
 
 
 
 
 
 
– 15 – 
La infección por el virus del Ébola fue identificada por prime-
ra vez en Sudán y en la República Democrática del Congo. 
La enfermedad aparece normalmente en brotes en las regio-
nes tropicales del África subsahariana. Entre 1976 (año en el 
que se detectó el virus por primera vez) y 2013 la Organiza-
ción Mundial de la Salud reportó 1716 casos es decir, resulta-
ron infectadas menos de 1000 personas por año. Hasta 2014 
los brotes de Ébola solo habían afectado a regiones concretas 
de África. A partir de la epidemia de 2014 originada en África 
Occidental, se han producido contagios en otros continentes. 
El brote actual es el más virulento hasta la fecha, y está afec-
tando a Guinea, Sierra Leona, Liberia y Nigeria. 
 
La enfermedad es causada por cualquiera de las cinco 
especies de virus Ebola que han sido identificadas como: 
Bundibugyo ebolavirus (BDBV), Reston ebolavirus 
(RESTV), Sudan ebolavirus (SUDV), Taï Forest ebolavirus 
(TAFV) y Zaire ebolavirus (ZEBOV)
– 16 – 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
– 17 – 
 CAPÍTULO II 
 
 
 DATOS Y CIFRAS 
 
 
El primer brote documentado de ébola ocurrió en 1976, 
simultáneamente en Zaire y Sudán (zonas que hoy pertenecen 
a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, 
respectivamente), donde se detectaron 3418 casos y 2830 
muertes con una tasa de letalidad de 83%. Este brote fue cau-
sado por el virus Ébola-Zaire, una de las cepas más epidémi-
cas y mortales de la historia. Los brotes de fiebres hemorrági-
cas virales tienen una tasa de mortalidad de entre el 41 y el 
89%. 
 
Se considera que los murciélagos frugívoros, en particu-
lar Hypsignathus monstrosus, Epomops franqueti y Myonyc-
teris torquata, son posiblemente los huéspedes naturales del 
virus del Ébola en África. Por ello, la distribución geográfica 
de los Ebolavirus puede coincidir inicialmente con la de di-
chos murciélagos. 
 
En el año 1976 murieron alrededor del 92 % de los infec-
tados. 
 
Dada la naturaleza letal del Ébola, ya que no existe una 
vacuna aprobada10 o el tratamiento no está disponible, está 
clasificado como un agente de bioseguridad de nivel 4, por 
los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de 
los Estados Unidos de América. 
– 18 – 
Está clasificado como de categoría A como agente de 
bioterrorismo, porque tiene el potencial de servir como arma 
para su uso en guerra biológica. Sin embargo su eficacia co-
mo arma biológica pudiera considerarse como limitada por su 
letalidad rápida, ya que los pacientes morirían demasiado 
rápidamente antes de que estuviesen en condiciones de pro-
pagación del contagio. 
 
El virus del Ébola se introdujo en la población humana a 
consecuencia de un contacto estrecho con la sangre, secre-
ciones, órganos u otros líquidos corporales de animales infec-
tados. Este virus solo se transmite vía contacto directo con 
fluidos del cuerpo infectado de mamíferos. En África se han 
comprobado casos de infección asociados a la manipulación 
de chimpancés, gorilas, murciélagos de la fruta, monos, antí-
lopes de los bosques y puercoespines infectados que habían 
sido encontrados muertos o enfermos en la selva. Incluso 
luego de prácticas de embalsamamiento continúa el riesgo de 
contagio. 
 
Posteriormente, el virus se propagó en la comunidad me-
diante la transmisión de persona a persona, debido al contacto 
estrecho con la sangre, secreciones, órganos u otros líquidos 
corporales de personas infectadas. Las ceremonias de in-
humación en las cuales los integrantes del cortejo fúnebre 
tienen contacto directo con el cadáver también pueden des-
empeñar una función significativa en la transmisión. 
 
– 19 – 
 
Brotes de fiebre del Ébola en África desde 1979 a 2008. 
 
El virusse transmite por contacto directo con líquidos 
corporales y excreciones infectados como la saliva, el sudor, 
la sangre, el semen, el flujo vaginal, sumado a los líquidos 
biológicos de estudios bioquímicos como el cefalorraquídeo, 
el sinovial, el pleural o el peritoneal, además de vómitos, ori-
na y heces, tanto de animales —principalmente simios y mur-
ciélagos— como de humanos, ya sea vivos o fallecidos. Tam-
bién por contacto indirecto a través de fómites o reservorios 
animales: aquéllos que presentan la infección en forma asin-
tomática (sin síntomas) pero contagiosa. Las ceremonias de 
inhumación que se celebran en ciertas aldeas africanas debido 
a la idiosincrasia parecen estar relacionadas en el contagio, ya 
que los miembros del cortejo fúnebre entran en contacto di-
recto con el cadáver. 
 
El número básico de reproducción - R0 del ébola es bajo 
comparado con otras enfermedades contagiosas como SARS, 
SIDA, o la gripe española de 1918, esto significa que cada 
caso individual produce menos contagios que estas enferme-
dades durante el período de infección del paciente. En el caso 
del ébola el R0 se encuentra entre 1.2 y 1.9 lo que significa 
que cada persona infectada, en promedio contagiara a entre 
1.2 y 1.9 personas durante la duración de la misma. 
 
 
Cepa Ébola-Zaire 
 
La cepa Ébola-Zaire tiene la mayor tasa de mortalidad, 
hasta 90 % en algunas epidemias, con una media de un 83 %. 
 
– 20 – 
El primer brote tuvo lugar el 26 de agosto de 1976 en 
Yambuku, una ciudad del norte de Zaire (actualmente, Re-
pública Democrática del Congo). El primer caso registrado 
fue Mabalo Lokela, un profesor de escuela de 44 años que 
volvía de un viaje por el norte del Zaire. Su alta fiebre fue 
diagnosticada como un caso de malaria, y en consecuencia se 
le administró quinina. Lokela volvió al hospital cada día; una 
semana después, sus síntomas incluían vómitos incontrola-
bles, diarrea sangrienta, dolor de cabeza, mareos y dificulta-
des respiratorias. Más tarde empezó a sangrar por nariz, boca 
y ano muriendo el 8 de septiembre de 1976, apenas 14 días 
después de manifestársele los primeros síntomas. 
 
 
Brote de Ébola en África Occidental de 2014. 
 
Artículos principales: Brote de Ébola en África Occidental 
de 2014 y Ébola en España. 
 
En 2014 surgió el mayor brote de la historia de esta cepa y 
también el mayor brote de Ébola hasta entonces, afectando 
inicialmente a Guinea-Conakry y expandiéndose posterior-
mente a Sierra Leona, Liberia y Nigeria. 
 
El 8 de agosto de 2014, la OMS decretó la situación como 
"emergencia pública sanitaria internacional" y recomendó 
medidas para detener su transmisión en medio de la expectan-
te preocupación mundial ante el riesgo de pandemia global. 
Entre ellas, pedía a los países donde se habían detectado afec-
tados que declarasen emergencia nacional y hacía una llamada 
a la solidaridad internacional. 
 
 
– 21 – 
La declaración se producía al rondar la cifra de 1000 falle-
cidos por la epidemia que amenazaba con seguirse extendien-
do tras fallar los mecanismos de contención iniciales. Los 
primeros afectados transportados oficialmente a Estados Uni-
dos durante el brote, fueron llevados a Atlanta para ser trata-
dos con ZMapp, un suero experimental procedente de Gine-
bra que había dado resultados positivos con simios. El día 9 
de ese mes se confirmaba que España había recibido dicho 
fármaco. 
 
El 7 de octubre de 2014 se declaró en Madrid (España) el 
primer caso de contagio de Ébola fuera de África. Una de la 
auxiliares de enfermería que atendieron al misionero repatria-
do desde Sierra Leona Manuel García Viejo (fallecido a causa 
del virus) resultó contagiada por la enfermedad. El 11 de oc-
tubre siguiente se supo de otro caso de contagio fuera de 
África, al ser infectada una trabajadora sanitaria en Dallas 
(Estados Unidos) al tratar al paciente Thomas Duncan, falle-
cido como consecuencia de la enfermedad. 
 
En Nigeria el brote epidémico que llegó al país a través de 
un vuelo con un pasajero infectado se pudo controlar total-
mente en octubre de ese mismo año, con un total de 19 con-
tagios y 8 fallecidos. 
 
 
Cepa Ébola-Sudán 
 
El Ébola-Sudán fue la segunda cepa clasificada del virus, 
en 1976. Aparentemente se originó entre los trabajadores de 
una fábrica de algodón en Nzara, Sudan, ya que el primer 
caso registrado fue uno de los trabajadores. Sin embargo, los 
científicos que analizaron a todos los animales e insectos que 
– 22 – 
había en la fábrica, no pudieron encontrar ninguno que diese 
positivo al virus Ébola. El transmisor original aún se desco-
noce. 
 
La epidemia acabó causando 151 muertes entre las 285 
personas que resultaron infectadas. 
 
 
 
Cepa Ébola-Reston 
 
Apareció en noviembre de 1989 en un grupo de cien ma-
cacos (Macaca fascicularis) importados desde Filipinas hasta 
Reston (Virginia), EE.UU. Otro cargamento de macacos in-
fectados fue también enviado a Filadelfia, EE. UU. Esta epi-
demia fue altamente letal en los macacos, pero no causó nin-
guna muerte entre los humanos. Sin embargo, seis de los en-
cargados de manipular los animales dieron positivo al virus, 
dos de ellos debido a una exposición previa. Sobre este inci-
dente el escritor estadounidense Richard Preston escribió un 
libro de notable éxito: The Hot Zone, traducido al español 
con el título de Zona caliente. Más monos infectados con 
Ébola-Reston fueron enviados de nuevo a Reston y Texas en 
febrero de 1990. También se detectaron en 1992 en Siena 
(Italia) y en Texas de nuevo en marzo de 1996. Ningún 
humano fue infectado en estos últimos brotes. 
 
El 23 de enero de 2009, el Gobierno de Filipinas anunció 
la detección de anticuerpos IgG frente al virus Ebola Reston 
(ERV) en una persona que podía haber estado en contacto 
con cerdos enfermos. 
 
– 23 – 
El 30 de enero de 2009, el Gobierno filipino anunció la 
detección de anticuerpos anti-ERV en otras cuatro personas: 
dos granjeros de Bulacán y otro de Pangasinán (las dos gran-
jas, ambas en el norte de Luzón, estuvieron en cuarentena por 
haberse detectado infecciones porcinas por ERV) y un carni-
cero de un matadero de Pangasinán. El caso seropositivo 
anunciado el 23 de enero tiene una explotación doméstica de 
cerdos en Ciudad Valenzuela (un barrio del área metropolita-
na de Manila). 
 
Unos 6000 cerdos de una explotación ganadera situada al 
norte de Manila fueron sacrificados para impedir la expansión 
de una epidemia del virus Ébola-Reston. 
 
Estos casos en Filipinas representaron la primera vez que 
el Ébola-Reston había sido detectado en cerdos, y también la 
primera vez que se sospechó de una transmisión del virus 
Ébola-Reston desde el cerdo al ser humano. 
 
 
 
Cepa Ébola-Tai-Forest 
 
Este subtipo de Ébola fue descubierto entre los chim-
pancés de los bosques de Tai en Costa de Marfil. El 1 de no-
viembre de 1994, se encontraron los cadáveres de dos chim-
pancés en este bosque. Las autopsias revelaron que había 
sangre marrón en el corazón de los dos chimpancés, y que 
uno de ellos presentaba los pulmones encharcados de sangre. 
Los estudios de los tejidos tomados de los chimpancés arroja-
ron muchas similitudes con la cepa Ébola-Zaire que durante 
1976 causó estragos en Zaire y Sudán. Más tarde, en 1994, se 
encontraron más chimpancés muertos. Muchos de ellos die-
– 24 – 
ron positivo al Ébola tras utilizarse tests moleculares. Se cree 
que el origen del brote fue la carne de algunos monos infecta-
dos de la especie Colobus roja que los chimpancés atacaban. 
Una de los científicos que llevaron a cabo las autopsias de los 
chimpancés infectados contrajo Ébola. Desarrolló los prime-
ros síntomas, similares al dengue o la malaria, aproximada-
mente una semana después de las autopsias. Fue transportada 
a Suiza para recibir tratamiento. Dos semanas después fue 
dada de alta, y seis semanas después de la infección estaba 
completamente recuperada. 
 
 
 
Cepa Ébola-Bundibugyo 
 
El 29 de noviembre de 2007, el ministrougandés de Sa-
lud confirmó que la fiebre hemorrágica que había matado al 
menos a 35 personas y que había infectado a 127 en Uganda, 
había sido provocada por el virus del Ébola. Las muertes se 
registraron en la región de Bundibugyo, en la frontera con la 
República Democrática del Congo. Tras analizar muestras el 
Laboratorio Nacional de Estados Unidos y el Centro para el 
Control de las Enfermedades, la Organización Mundial de la 
Salud confirmó que se trataba de una cepa nueva del virus 
Ébola. 
 
 
 
– 25 – 
Cronología de los principales brotes 
de la enfermedad por el virus del 
Ébola 
Año País Especie del virus 
Ca-
sos 
Defuncio-
nes 
Tasa 
de letalida
d 
2014 Guinea* Ébola Zai-re 1.540 904 55% 
2014 Liberia* Ébola Zai-re 4.665 2.705 58% 
2014 Sierra Leo-na* 
Ébola Zai-
re 3.706 1.259 34% 
2012 
República 
Democráti-
ca del Con-
go 
Ébola 
Bundibug-
yo 
57 29 51% 
2012 Uganda Ébola Sudán 7 4 57% 
2012 Uganda Ébola Sudán 24 17 71% 
2011 Uganda Ébola Sudán 1 1 100% 
2008 
República 
Democráti-
ca del Con-
go 
Ébola Zai-
re 32 14 44% 
2007 Uganda Ébola Bundibug- 149 37 25% 
– 26 – 
Año País Especie del virus 
Ca-
sos 
Defuncio-
nes 
Tasa 
de letalida
d 
yo 
2007 
República 
Democráti-
ca del Con-
go 
Ébola Zai-
re 264 187 71% 
2005 Congo Ébola Zai-re 12 10 83% 
2004 Sudán Ébola Sudán 17 7 41% 
2003 
Congo Ébola Zai-re 35 29 83% (Nov
-Dic) 
2003 
Congo Ébola Zai-re 143 128 90% (Ene-
Abr) 
2001
-
2002 
Congo Ébola Zai-re 59 44 75% 
2001
-
2002 
Gabón Ébola Zai-re 65 53 82% 
2000 Uganda Ébola Sudán 425 224 53% 
1996 Sudáfrica (ex-Gabón) 
Ébola Zai-
re 1 1 100% 
1996 
Gabón Ébola Zai-re 60 45 75% (Jul-
– 27 – 
Año País Especie del virus 
Ca-
sos 
Defuncio-
nes 
Tasa 
de letalida
d 
Dic) 
1996 
Gabón Ébola Zai-re 31 21 68% (Ene-
Abr) 
1995 
República 
Democráti-
ca del Con-
go 
Ébola Zai-
re 315 254 81% 
1994 Costa de Marfil 
Ébo-
la Costa de 
Marfil 
1 0 0% 
1994 Gabón Ébola Zai-re 52 31 60% 
1979 Sudán Ébola Sudán 34 22 65% 
1977 
República 
Democráti-
ca del Con-
go 
Ébola Zai-
re 1 1 100% 
1976 Sudán Ébola Sudán 284 151 53% 
1976 
República 
Democráti-
ca del Con-
go 
Ébola Zai-
re 318 280 88% 
 
– 28 – 
 
 
 
– 29 – 
 CAPÍTULO III 
 
 
 SINTOMATOLOGÍA Y TRANSMISIÓN 
 
 
La EVE es una enfermedad vírica aguda grave que se 
suele caracterizar por la aparición súbita de fiebre, debilidad 
intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual 
va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfun-
ción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias inter-
nas y externas. Los resultados de laboratorio muestran dismi-
nución del número de leucocitos y plaquetas, así como eleva-
ción de las enzimas hepáticas. 
 
Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté pre-
sente en la sangre y las secreciones. El virus del Ébola se ha 
aislado en el semen hasta 61 días después de la aparición de la 
enfermedad en un caso de infección contraída en el laborato-
rio. 
 
La sintomatología del Ébola en la fase inicial es parecida 
a un estado gripal caracterizado por fatiga, fiebre, cefaleas, y 
dolor en las articulaciones, los músculos y el abdomen. Tam-
bién son comunes el vómito, la diarrea y la pérdida de apetito. 
Otros síntomas menos frecuentes incluyen dolor de garganta, 
dolor en el pecho, hipo, dificultad para respirar y para tragar. 
El período de incubación habitual es de 8 a 10 días, pero 
puede variar entre 2 y 21 días. En aproximadamente 5-50% 
de los casos, las manifestaciones cutáneas pueden incluir una 
erupción maculopapular. 
– 30 – 
Los primeros síntomas pueden ser similares a los de la 
malaria, el dengue, u otras fiebres tropicales, antes de que la 
enfermedad progrese a la siguiente fase. 
 
La fase de sangrado suele comenzar a los 5-7 días de las 
primeras manifestaciones sintomáticas del EVE. En el 40-
50% de los casos se produce sangrado en las mucosas y en 
las zonas de punción.34 Las hemorragias internas y subcutá-
neas se manifiestan en forma de enrojecimiento de los ojos y 
tos, vómitos o excreciones con sangre. En la piel, se crean 
petequias, equimosis y hematomas, especialmente allí donde 
se le hayan punzado la piel con inyecciones. 
 
En el análisis de la sangre se detectan leucocitosis neu-
trofílica, trombocitopenia y anemia. La muerte se produce, 
por lo general, en la segunda semana de la enfermedad, debi-
do a hemorragias y shock hipovolémico por la pérdida de 
sangre. 
 
 
Los primeros síntomas incluyen los siguientes: 
 
◾Fiebre alta (mayor de 37,7ºC, el principal signo). 
 
◾Dolor de cabeza. 
 
◾Dolor articular y muscular. Debilidad. 
 
◾Dolor de estómago. 
 
◾Diarrea. 
 
◾Vómitos. 
– 31 – 
◾Falta de apetito. 
 
◾Sangrado anormal. 
 
 
Al cuarto o quinto día de la enfermedad pueden presen-
tarse también: 
 
◾Fallo renal y hepático. 
 
◾Exantema máculo papular. 
 
◾Hemorragias masivas internas o externas. 
 
Estos síntomas sólo pueden ser indicativos de la enfer-
medad por el virus Ébola si se tiene constancia de haber esta-
do en contacto con un paciente infectado y con síntomas o 
bien si la persona se encuentra en uno de los países afectados 
o lo ha visitado en los últimos 21 días. 
 
La recuperación del paciente depende de su respuesta 
inmunitaria. A partir de la segunda semana de evolución, los 
pacientes o bien desarrollan un fallo multiorgánico que con-
duce al fallecimiento, o progresan hacia la recuperación. El 
virus del Ébola no establece infecciones crónicas. 
 
El reconocimiento se basa en estudios epidemiológicos 
(permanecer en un área endémica, con el contacto con el pa-
ciente, etc) y los síntomas clínicos característicos. Pruebas de 
laboratorio especializadas detectan antígenos específicos y/o 
genes del virus. Los anticuerpos contra el virus se pueden 
determinar, el virus puede ser aislado en cultivo celular. 
– 32 – 
Las pruebas en las muestras de sangre se asocian con un 
mayor riesgo de infección y debe llevarse a cabo en el nivel 
máximo de protección biológica (Nivel 4 de riesgo biológi-
co). También se analizan muestras de saliva y orina. 
 
 
Los virus del género Ebolavirus pueden sobrevivir en su-
perficies secas varias horas y en fluidos está descrita una su-
pervivencia de varios días a temperatura ambiente. Se inacti-
van con radiación ultravioleta y gamma, calentamiento duran-
te 60 minutos a 60ºC o hirviendo durante 5 minutos. Son 
susceptibles al hipoclorito sódico y a otros desinfectantes. La 
refrigeración o congelación no inactiva estos virus. 
 
 
 
 Mecanismo de transmisión 
 
 
La transmisión se produce mediante: 
 
 Contacto directo con sangre, secreciones u otros flui-
dos corporales, tejidos u órganos de personas vivas o muertas 
infectadas. 
 
 Contacto directo con objetos que se han contaminado 
con fluidos corporales de los pacientes. 
 
 Transmisión por contacto sexual: los estudios mues-
tran que el virus del Ébola puede aislarse en semen hasta 82 
días después del inicio de síntomas; además, una investigación 
reciente en Liberia ha identificado por PCR material genético 
del virus 199 días después del inicio de síntomas. En una mu-
– 33 – 
jer se ha detectado por PCR material genético del virus en 
fluido vaginal 33 días después del inicio de síntomas. Hasta la 
fecha no se ha aislado virus vivo de fluidos vaginales. 
 
 Lactancia materna: se ha detectado la presencia de vi-
rus en la leche materna hasta al menos 15 días después del 
inicio de los síntomas. 
 
 El virus del Ébola ha sido aislado en humor acuoso de 
un paciente con uveítis 14 semanas después del inicio de 
síntomas de EVE. En este mismo paciente, las muestras de 
exudado conjuntival y de lágrimas fueron negativas para el 
virus del Ébola por lo que este hallazgo no tiene implicacio-
nes para el riesgo de transmisión comunitaria. Se deberán 
considerar los riesgos en caso de intervenciones de cirugía 
ocular. 
 
 Además, la transmisión a los humanos también puede 
ocurrir porel contacto con animales vivos o muertos infecta-
dos. 
 
El inicio de la transmisibilidad está relacionado con la vi-
remia y con la aparición de los primeros síntomas. Durante el 
periodo de incubación, en el cual las personas infectadas 
están asintomáticas, no se transmite el virus. La transmisibili-
dad comienza cuando se desarrollan los síntomas. La transmi-
sibilidad se incrementa a medida que evoluciona la enferme-
dad. 
 
El Ébola no se propaga tan fácilmente como las enferme-
dades más comunes como los resfriados, la gripe o el saram-
pión. NO hay evidencia de que el virus que causa el Ébola se 
propague a través del aire o el agua. Una persona que tiene el 
– 34 – 
Ébola no puede propagar la enfermedad hasta que aparezcan 
los síntomas. 
 
El Ébola puede sólo propagarse entre los seres humanos 
por contacto directo con fluidos corporales infectados que 
incluyen, entre otros: la orina, la saliva, el sudor, las heces, el 
vómito, la leche materna y el semen. 
El virus puede entrar al cuerpo a través de una ruptura en 
la piel o las membranas mucosas, incluso los ojos, la nariz y la 
boca. 
 
También puede diseminarse por contacto con cualquier 
tipo de superficies, objetos y materiales que hayan estado en 
contacto con fluidos corporales de una persona enferma, tales 
como: 
 
•Tendidos y ropa de cama 
 
•Prendas de vestir 
 
•Vendajes 
 
•Agujas y jeringas 
 
•Equipo médico 
 
En África, el Ébola también puede transmitirse por: 
 
•Manipular animales salvajes infectados, cazados para 
alimento (carne de caza) 
 
•Contacto con sangre o fluidos corporales de animales 
infectados 
– 35 – 
 
•Contacto con murciélagos infectados 
 
 
 
El Ébola no se propaga a través de: 
 
•El aire 
 
•El agua 
 
•Los alimentos 
 
•Los insectos (mosquitos) 
 
 
Los trabajadores de la salud y las personas que cuidan de 
familiares enfermos están en mayor riesgo de contraer el Ébo-
la, debido a que son más propensos a entrar en contacto di-
recto con los fluidos corporales. 
 
– 36 – 
– 37 – 
 CAPÍTULO I V 
 
MANIPULACIÓN DE PACIENTES Y PREVENCIÓN 
 
Las precauciones adecuadas para el manejo de los pa-
cientes en investigación o confirmados de EVE incluyen las 
precauciones estándar, precauciones de contacto y precau-
ciones de transmisión por gotas. 
 
Se deberá tener en cuenta para la atención de los pacien-
tes en investigación o confirmados de EVE, el riesgo adicio-
nal para aquellos trabajadores especialmente sensibles en fun-
ción de sus características personales o estado biológico co-
nocido, debido a circunstancias tales como patologías pre-
vias, medicación, trastornos inmunitarios, embarazo o lactan-
cia. 
 
Medidas ante un caso en investigación o confirmado 
 
1. Comunicación urgente a todas las personas/servicios 
que vayan a estar implicadas en el manejo del pacien-
te o de sus muestras. 
 
2. Transporte del paciente, cuando sea requerido: 
 
 
– El transporte del paciente se realizará en una ambulan-
cia especialmente preparada, con la cabina del conductor físi-
camente separada del área de transporte del paciente. 
 
– 38 – 
– El personal que intervenga en el transporte deberá ser 
informado y formado previamente y deberá utilizar equipo de 
protección individual adecuado. 
 
– Una vez finalizado el transporte se procederá a la des-
infección del vehículo y a la gestión de los residuos produci-
dos. 
 
– En caso de que el paciente se niegue a ser trasladado, 
se aplicará la Ley Orgánica 3/1986, de 14 de abril, de Medi-
das Especiales en Materia de Salud Pública. 
 
3. Implantación inmediata de las medidas de control de 
infección: 
 
3.1. Aislamiento estricto del paciente 
 
– Los casos en investigación o confirmados deben usar 
mascarilla quirúrgica desde su identificación y durante el 
transporte y la hospitalización. 
 
– Los casos en investigación o confirmados se deberán 
ingresar en habitación individual (con baño propio) con puer-
ta cerrada con acceso restringido a personal esencial para la 
atención y cuidado del paciente y estar localizada en una zona 
poco transitada 
 
– Se debe establecer un registro con hora de entrada y 
salida de las personas que entran en la habitación, así como 
de las actividades realizadas en cada acceso y de los inciden-
tes o accidentes que concurran en las mismas. 
 
– 39 – 
– Los equipos, instrumental, vajilla etc., utilizados para el 
paciente, siempre que sea posible se desecharán. Si no es po-
sible desecharlos se limpiarán y desinfectarán adecuadamente 
inmediatamente después de su uso. 
 
– Los residuos de los casos confirmados o en investiga-
ción se tratarán como residuos sanitarios del Grupo III. 
 
– Se debe utilizar instrumental médico de bioseguridad 
de uso exclusivo o si es reutilizable aplicar las técnicas de 
esterilización adecuadas. 
 
– Evitar cualquier procedimiento que pueda producir ae-
rosoles. La ropa de vestir y de cama del enfermo no debe ser 
manipulada ni aireada para evitar la emisión de aerosoles. 
 
– Las heces y la orina de los pacientes pueden eliminarse 
en la red de alcantarillado habitual. Se recomienda la limpieza 
de los inodoros con el desinfectante adecuado. 
 
3.2. Medidas de protección de personas en contacto con 
casos en investigación o confirmados 
 
– El número de personas y el tiempo de contacto con el 
caso, será el mínimo posible. 
 
– Todo el personal que entre en contacto con el caso de-
berá ser informado y formado previamente y utilizar las me-
didas de protección adecuadas a su actividad. 
 
– Adherencia estricta a las prácticas estándar de control 
de infección. 
– 40 – 
– Asegurar que todas las personas que van a estar en 
contacto con el paciente, o con sus fluidos o secreciones, 
utilicen equipo de protección individual (EPI) de contacto y 
de transmisión por gotas. 
 
– Cuando se realicen procedimientos que generen aero-
soles (por ejemplo, aspiración del tracto respiratorio, intuba-
ción o broncoscopia), cuando el manejo o la situación clínica 
del paciente así lo requiera (vómito o hemorragia activa, di-
arrea incontrolada…) o el manejo de sus fluidos o secrecio-
nes así lo recomiende, usar mascarilla al menos con respira-
dor de nivel FFP2. 
 
– Estricta higiene de manos antes y después del contacto 
con el paciente y de la retirada del EPI. 
 
– El EPI debe ponerse sobre ropa de trabajo y no sobre 
ropa de calle. 
 
– Cualquier procedimiento que pueda conllevar contacto 
con sangre u otros fluidos, secreciones o excreciones del pa-
ciente, o producción de aerosoles, debe realizarse bajo estric-
tas condiciones de protección. 
 
– La puesta y retirada de los EPI de cualquier trabajador 
que vaya a entrar en contacto con el paciente o sus fluidos 
será realizada siempre bajo supervisión y, si es necesario, con 
ayuda. 
 
– Se recomienda tener identificado el grupo sanguíneo 
del personal que vaya a atender a un caso confirmado y si 
fuera posible conocer la situación inmune frente a VIH, 
Hepatitis B y C. 
– 41 – 
– Se reforzará la formación, la información, así como los 
procedimientos de respuesta y seguimiento. 
 
 
3.3. Control de la infección durante la toma, transporte y 
procesamiento de muestras: 
 
– Durante el proceso de obtención de la muestra clínica 
del paciente se deben usar las precauciones descritas ante-
riormente para el control de la infección. 
 
– Las muestras extraídas al paciente deben ser introduci-
das en bolsas de plástico selladas, correctamente etiquetadas, 
en un contenedor a prueba de fugas y enviadas directamente a 
la zona de manipulación de muestras de laboratorio. 
 
– Se recomienda evitar el transporte de muestras por 
áreas del hospital distintas al área de aislamiento del paciente. 
Nunca enviar muestras a través de tubos neumáticos. 
 
– Las pruebas de laboratorio deben limitarse a las míni-
mas imprescindibles para diagnóstico y seguimiento del pa-
ciente. 
 
– Los responsables del hospital establecerán la localiza-
ciónmás adecuada para la manipulación y el procesamiento 
de las muestras de bioquímica, hematología y microbiología, 
así como de los equipos a utilizar, primando en todo momen-
to salvaguardar las medidas de seguridad. 
 
 
 
– 42 – 
– Siempre que sea posible se deberán realizar las pruebas 
de laboratorio en una ubicación anexa a la zona de aislamien-
to de pacientes con objeto de minimizar el movimiento de 
muestras. 
 
– Se recomienda el empleo de sistemas “pruebas a la ca-
becera del paciente" (POCT) para la realización de las prue-
bas bioquímicas y hematológicas y para determinación de 
antígeno de plasmodium. 
 
– Si se requiere realizar hemocultivos, se utilizarán fras-
cos de plástico, nunca de cristal. 
 
– Se debe informar al personal de laboratorio de la natu-
raleza de las muestras antes de ser enviadas. Las muestras 
deben permanecer en custodia del personal de laboratorio 
designado hasta completar el estudio. 
 
– El manejo de estas muestras en los laboratorios de mi-
crobiología, bioquímica o hematología deberá ser realizado 
por el personal estrictamente necesario y se deberán utilizar 
las precauciones de control de la infección descritas más arri-
ba. 
 
– Las muestras clínicas se deben procesar en una cabina 
de seguridad biológica clase II utilizando prácticas con nivel 
de bioseguridad tipo 3. 
 
– Para asegurar un sistema seguro de trabajo se deben 
seguir los protocolos de descontaminación, mantenimiento y 
eliminación de residuos utilizados habitualmente para otro 
tipo de microorganismos (hepatitis B, C, VIH u otros virus 
transmitidos por vía sanguínea). 
– 43 – 
– La limpieza de rutina y los procedimientos de desinfec-
ción se pueden utilizar para los analizadores automatizados; 
estos deben ser desinfectados después de su uso según las 
recomendaciones del fabricante. 
 
 
Tratamiento de los casos en investigación o confirmados 
No existe un tratamiento específico frente a la EVE. Ante la 
sospecha de EVE se debe iniciar tratamiento intensivo de 
soporte, con mantenimiento del equilibrio del balance de flui-
dos y electrolitos, volumen circulatorio y presión arterial. 
Están contraindicadas las inyecciones intramusculares, la as-
pirina, los antiinflamatorios no esteroideos y las terapias anti-
coagulantes. Es importante minimizar el uso de procedimien-
tos invasivos que pueden provocar el sangrado excesivo del 
paciente. 
 
 Estudio y manejo de contactos 
 
Ante un caso que cumpla criterios de caso en investigación se 
iniciará la identificación de contactos tanto sanitarios como 
familiares/convivientes/laborales, que será interrumpida si se 
descarta el caso tras los resultados de laboratorio. 
 
En caso de que las medidas establecidas para el seguimien-
to de un contacto conlleven imposibilidad de atender su acti-
vidad laboral deberá comunicarse, por el procedimiento esta-
blecido en la normativa, dicha contingencia a la empresa o a 
sus servicio de prevención. 
 
 
 
– 44 – 
A efectos del seguimiento y valoración epidemiológica, se 
considerarán los siguientes tipos de contacto: 
 
 Contacto de alto riesgo: 
 
 Contacto cercano (dentro de 1 metro), sin EPI apropiado 
(o con incidencias en la utilización del EPI), con un caso con-
firmado que estuviera tosiendo, vomitando, sangrando o que 
tuviera diarrea. 
 
 Relaciones sexuales sin uso de preservativo con un varón 
confirmado de EVE antes de haber obtenido dos resultados, 
con un intervalo de una semana, negativos para virus del 
Ébola por PCR en una muestra de semen, o en los seis meses 
posteriores al inicio de la clínica si no se han realizado prue-
bas en el semen. 
 
 Contacto directo con ropas, ropa de cama o fómites con-
taminados con sangre, orina o fluidos de un caso confirmado, 
sin el EPI apropiado (o con incidencias en la utilización del 
EPI). 
 
Herida percutánea (por ejemplo, con una aguja) o exposición 
de las mucosas a fluidos corporales, tejidos, o muestras de 
laboratorio de un caso confirmado. 
 
 Atención sanitaria a un caso confirmado o manejo de sus 
muestras sin el EPI apropiado (o con incidencias en la utiliza-
ción del EPI) (enfermeros, personal de laboratorio, de enfer-
mería, de ambulancia, médicos y otro personal). 
 
– 45 – 
Contacto con el cadáver de una persona fallecida por EVE 
o con ropa o fómites del cadáver, sin el EPI apropiado (o con 
incidencias en la utilización del EPI). 
 
Contacto directo con murciélagos, roedores o primates, su 
sangre, fluidos corporales o su cadáver o con carne de caza 
no cocinada en/de un área afectada. 
 
Contacto de bajo riesgo: 
 
Persona que ha tenido contacto directo con un caso con-
firmado, sus fluidos corporales o cualquier otro material con-
taminado en el transcurso de la atención sanitaria o del mane-
jo de material contaminado, usando adecuadamente y sin in-
cidencias el EPI. 
 
 Persona que ha estado en un espacios físicos cerrados en 
los que pueda haber fómites con restos biológicos de un caso 
confirmado (ej. asientos en sala de espera, la misma consulta, 
la misma ambulancia...). 
 
 Persona que ha tenido un contacto familiar o social di-
recto o cercano (< 1 metro) con un caso confirmado de EVE, 
que no cumpla criterios de contacto de alto riesgo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
– 46 – 
En todo caso la persona que supervise la puesta o retirada 
del EPI comunicará, con carácter urgente, la existencia de 
cualquier tipo de incidencia que suponga una rotura del pro-
tocolo establecido a: 
 
- Los responsables de medicina preventiva y/o epidemio-
logía según el caso, serán quienes realizaran la clasificación y 
confirmación de los contactos de alto y bajo riesgo. 
 
- Y a los servicios de prevención de Riesgos Laborales que 
serán los responsables de realizar la investigación de los inci-
dentes o accidentes (problemas en la utilización o uso inade-
cuado de EPI, accidentes, etc), que se produzcan en el ámbito 
de sus competencias, de acuerdo con lo establecido en la Ley 
31/1995, de 8 de noviembre de prevención de riesgos labora-
les, así como de efectuar la evaluación del riesgo de los pues-
tos de trabajo. 
 
Los responsables de salud pública recibirán la información 
disponible del incidente o accidente a efectos de garantizar, si 
procede, el seguimiento epidemiológico de los contactos. 
 
En cualquier caso cada CCAA, y su autoridad en materia 
de salud pública, determinará quién realizará el seguimiento y 
la clasificación y confirmación de los contactos de alto y bajo. 
 
 
 
 
 
– 47 – 
 
 Manejo de los contactos 
 
Actuación para los contactos de alto riesgo: 
 
– Se establecerá cuarentena en el domicilio (siempre que 
se pueda garantizar el cumplimiento la misma), en un hospital 
o dónde las Autoridades de Salud Pública establezcan. 
Además la persona o institución responsable realizará una 
vigilancia activa con toma de temperatura supervisada duran-
te los 21 días posteriores a la última fecha de exposición po-
sible a la infección. No obstante, en determinadas situaciones, 
esta cuarentena será valorada y en su caso validada por el 
responsable de Salud Pública. 
 
Si presentan fiebre o un cuadro clínico compatible con la 
clínica de la enfermedad, estos contactos serán considerados 
como casos en investigación hasta que se disponga de los 
resultados de laboratorio. 
 
Vigilancia activa durante los 21 días posteriores a la última 
fecha de exposición posible a la infección. 
 
La persona contacto de bajo riesgo se tomará y anotará la 
temperatura dos veces al día. La persona/institución respon-
sable de su seguimiento contactará con ella al menos una vez 
al día para registrar la temperatura e investigar la presencia de 
cualquier síntoma relacionado con la enfermedad, con el obje-
tivo de detectar precozmente la presencia de signos o sínto-
mas de enfermedad. 
 
Estas personas deben estar localizables a lo largo del pe-
riodo de seguimiento. Podrán llevar una vida normal, en fami-
– 48 – 
lia, con amigos y, en general,en el ámbito laboral (en cual-
quier caso, se valorará de forma individualizada con el res-
ponsable del seguimiento). 
 
Se indicará a estas personas que si presentan fiebre o cual-
quier otro síntoma compatible con la clínica de la enferme-
dad, deberán hacer autoaislamiento inmediato domiciliario, y 
contactar de forma urgente con el responsable del seguimien-
to. 
El criterio de alta es responsabilidad de los servicios asis-
tenciales que atiendan al paciente y debe realizarse de forma 
individualizada. 
 
La OMS requiere dos muestras de sangre con resultado 
negativo para virus de Ébola, separadas al menos 48 horas, 
para poder dar el alta al paciente, que tiene que estar clínica-
mente asintomático. Sin embargo, a partir de los pacientes 
que han sobrevivido fuera de la zona epidémica en África, se 
está generando evidencia en la que se demuestra presencia del 
virus en otros fluidos (entre otros saliva, esputo, conjuntiva, 
heces, orina o sudor) tras la negativización en sangre. La evi-
dencia sobre la viabilidad de estos virus no es concluyente, 
por tanto, las medidas de aislamiento podrían estar justifica-
das hasta la negativización por PCR de todos estos fluidos 
corporales (o cuando los cultivos sean negativos). 
 
Se recomienda que los hombres que se han recuperado de 
EVE se abstengan de relaciones sexuales sin protección (uso 
correcto del condón) hasta que su semen haya resultado ne-
gativo por PCR para virus del ébola en dos muestras conse-
cutivas. En caso de que no se hayan realizado las pruebas en 
el semen, deberán abstenerse de relaciones sexuales sin pro-
tección durante al menos 6 meses tras el inicio de síntomas. 
– 49 – 
Debido en parte a la demostración de persistencia de virus 
viable en leche materna durante al menos 15 días después del 
inicio de los síntomas, debería evitarse esta práctica al menos 
durante ese periodo. 
 
 
Medidas de control del medio ambiente 
 
– El personal de limpieza del hospital y el personal encar-
gado de manipular ropa y enseres deben usar el EPI adecuado 
al manipular o limpiar el material o superficies potencialmente 
contaminadas. 
 
– Las superficies, los objetos inanimados contaminados o 
equipos contaminados deben ser desinfectados con un desin-
fectante. 
 
 – La ropa contaminada debe ser colocada en doble bolsa 
con cierre hermético o en el contenedor de residuos sanitarios 
del Grupo III para ser incinerada. Es importante, evitar la 
generación de aerosoles al cierre de las mismas. 
 
Las actuales recomendaciones de la OMS para impedir la 
diseminación internacional del virus indican que los países 
deben elaborar recomendaciones para detectar, investigar o 
tratar un posible caso de Ébola. 
 
 
 
 
 
 
– 50 – 
 
1. SOLICITUD DESDE EL DOMICILIO 
 
Ante una llamada o consulta por fiebre se iniciará el des-
pistaje del posible caso telefónicamente: 
 
• Se preguntará por los criterios clínicos y epidemiológi-
cos. 
 
• Si se sospecha la posibilidad de EVE, desde el centro sa-
nitario se llamará al 112/061 y se seguirán las indicaciones del 
Protocolo de Actuación de la Comunidad Autónoma. 
 
2. UN POSIBLE CASO LLEGA A UN CENTRO DE 
SALUD, CENTRO DE URGENCIAS DE 
ATENCION PRIMARIA O A UN HOSPITAL NO 
DE REFERENCIA 
 
Cuando un posible caso llegue a urgencias (ambulatoria o 
de un hospital no de referencia) o a un centro de salud, se 
debe preguntar inmediatamente por los criterios clínicos y 
epidemiológicos y, si la respuesta es afirmativa (posible caso 
en investigación): 
 
a) Se debe evitar que el paciente pueda estar en la sala de 
espera común hasta que sea valorado por un facultati-
vo. 
 
b) Se trasladará a sala definida con anterioridad por cada 
centro. Si ya está en sala sanitaria, permanecerá en 
ella. 
 
 
– 51 – 
c) No se realizará ninguna actuación sanitaria (ausculta-
ción, obtención de muestras biológicas, etc.) fuera de 
los hospitales designados por las CCAA, salvo que sea 
estrictamente imprescindible. 
 
d) El posible caso se notificará de forma urgente de 
acuerdo con el Protocolo de Actuación de la Comuni-
dad Autónoma. 
 
e) Para entrar a la zona designada en la que se encuentre 
el paciente posible caso en investigación, los profesio-
nales llevarán el correspondiente equipo de protección 
individual 
 
 
3. TRANSPORTE DEL POSIBLE CASO 
 
– Se recomienda que no vaya con acompañante. En caso 
de que sea imprescindible por una necesidad sanitaria, éste 
utilizará al menos mascarilla quirúrgica. 
 
– Todos los residuos generados serán tratados como resi-
duos sanitarios del Grupo III. 
 
– A continuación, tras su paso, se activará el protocolo de 
limpieza y desinfección de la ambulancia. 
 
 
 
 
 
 
– 52 – 
4. EL POSIBLE CASO LLEGA AL HOSPITAL DE 
REFERENCIA 
 
– El hospital previamente ha sido avisado. 
 
– La recepción será efectuada por dos profesionales pro-
tegidos con el EPI adecuado en función del riesgo de exposi-
ción. 
 
– Será conducido, por la zona menos transitada posible, al 
área especialmente destinada a los efectos dentro del mismo. 
 
– A continuación, tras su paso, se activará el protocolo de 
limpieza y desinfección del hospital. 
 
LIMPIEZA Y DESINFECCIÓN DE LOS ESPACIOS EN 
LOS QUE HAYAN PERMANECIDO LOS POSIBLES 
CASOS 
 
1. El personal de limpieza utilizará equipo de protección 
individual adecuado24 según la actividad que vaya a 
desempeñar. 
 
1.1. Para la limpieza de sangre, secreciones u otros fluidos 
corporales, el personal adoptará las precauciones de 
contacto y frente a gotas. 
 
1.2. Para la limpieza de superficies, sin la contaminación 
contemplada en el apartado anterior, se procederá a 
utilizar guantes apropiados y mantener una estricta 
higiene de manos. 
 
 
– 53 – 
1.3. Siempre que exista riesgo de crear aerosoles, se usará 
mascarilla al menos FFP2. 
 
2. Se reforzará la formación del personal en materia de 
tratamiento de residuos peligrosos y se recordarán los 
procedimientos a seguir. 
 
3. La empresa de limpieza proveerá a su personal de los 
materiales de limpieza precisos que, siempre que sea 
posible, serán desechables. Igualmente deberán contar 
con contenedores adecuados para residuos sanitarios 
del grupo III. 
 
 
4. Limpieza de equipos y superficies: 
 
a) la sangre u otros fluidos corporales (vómitos, diarre-
as,…) del paciente se recogerán previamente sin arras-
tre con material absorbente y desechable que se depo-
sitarán en contenedores de residuos sanitarios del 
Grupo III, 
 
b) se recomienda la limpieza de los inodoros con un de-
sinfectante de uso hospitalario26 o con una solución 
de hipoclorito sódico que contenga 5000 ppm de cloro 
activo (dilución 1:10 de una lejía con concentración 
40-50 gr/litro preparada recientemente), preferible-
mente después de cada uso y al menos una vez al día, 
así como al alta del paciente. 
 
 
 
– 54 – 
c) se limpiarán todos los objetos no desechables, equi-
pos, aparatos, mobiliario y enseres afectados. Poste-
riormente se limpiaran todas las superficies, encimeras, 
paredes, puertas (insistiendo en los pomos/manillas) y 
suelos. La limpieza y desinfección de todos los ele-
mentos descritos se realizará con un desinfectante in-
cluido en la política de limpieza y desinfección del cen-
tro sanitario27 o con una solución de hipoclorito sódi-
co que contenga 1000 ppm de cloro activo (dilución 
1:50 de una lejía con concentración 40-50 gr/litro pre-
parada recientemente). 
 
d) el material de electro medicina, el aparataje eléctrico y 
el material de exploración (fonendoscopio…) se lim-
piará con un paño humedecido en agua y jabón suave 
y se dejará secar completamente. Se evitará utilizar 
productos abrasivos y cepillos duros. En la desinfec-
ción del equipo se seguirán las recomendaciones es-
pecíficas recomendadas por cada fabricante. 
 
 
e) finalizado el proceso anterior, se procederá de igual 
manera a la limpieza y desinfección de los útiles de 
limpieza no desechables (limpiar con agua y jabón y 
desinfectar con una solución de hipocloritosódico que 
contenga 5000 ppm de cloro activo, dilución 1:10 de 
una lejía con concentración 40-50 gr/litro preparada 
recientemente, al menos durante 1 hora). 
 
 
 
 
– 55 – 
5. Todos los residuos recogidos así como los producidos 
en el proceso de limpieza, se depositarán en el conte-
nedor descrito anteriormente. Igualmente se deposi-
tarán en contenedor, los materiales desechables de lim-
pieza utilizados y los equipos de protección individual. 
 
6. La ropa, sábanas o cualquier otro textil a desechar, 
será incluida en la bolsa o contenedor para residuos 
sanitarios de Grupo III destinado a este fin por el cen-
tro sanitario. 
 
7. Las bolsas/contenedores conteniendo los residuos de-
berán quedar en el lugar designado a tal efecto, que 
permanecerá cerrado hasta que según el procedimiento 
de gestión de residuos del centro, se proceda a su reti-
rada. 
 
 
PROTECCIÓN DE LOS TRABAJADORES CON 
RIESGO DE EXPOSICIÓN A VIRUS ÉBOLA (VE). 
 
Cualquier medida de protección debe garantizar que 
proteja adecuadamente al trabajador de aquellos ries-
gos para su salud o su seguridad que no puedan evitar-
se o limitarse suficientemente mediante la utilización 
de medios de protección colectiva o la adopción de 
medidas de organización del trabajo. Hay que tener 
presente que la dimensión de la protección va más allá 
del trabajador e incluye al resto de las personas suscep-
tibles de contacto directo o indirecto con el paciente. 
Las medidas de protección colectiva, los dispositi-
vos médicos que incorporan mecanismos de protección 
integrados (dispositivos de bioseguridad) y otras me-
– 56 – 
didas para evitar la exposición a sangre, fluidos y ma-
teriales contaminados y, sobre todo, la formación, la 
información, la supervisión, así como los procedimien-
tos de respuesta y seguimiento frente a accidentes e in-
cidentes son fundamentales en la protección de perso-
nas en contacto con casos en investigación o confir-
mados. 
 
Se limitará el número de personas y el tiempo de 
exposición al mínimo posible y se establecerá un lista-
do de trabajadores expuestos, el tipo de trabajo efec-
tuado, así como un registro de las correspondientes 
exposiciones, accidentes e incidentes. En este sentido, 
los trabajadores y supervisores comunicarán inmedia-
tamente cualquier accidente o incidente a su superior 
jerárquico directo y a la persona o personas con res-
ponsabilidades en materia de prevención de riesgos la-
borales (Real Decreto 664/1997 de 12 de mayo, sobre 
la protección de los trabajadores contra los riesgos re-
lacionados con la exposición a agentes biológicos du-
rante el trabajo). A su vez, los trabajadores tendrán a 
su disposición las instrucciones escritas en el lugar de 
trabajo y, si procede, se colocarán avisos que conten-
gan, como mínimo, el procedimiento que habrá de se-
guirse ante un accidente. 
 
 
 
 
Los niveles y medidas de protección que se establezcan 
deben ajustarse y aplicarse en función de la naturaleza 
de las actividades, la evaluación del riesgo para los tra-
bajadores y las características del agente biológico. 
– 57 – 
 
En el sector sanitario, las medidas de protección co-
lectiva, el conocimiento de las medidas para evitar la 
exposición a sangre, fluidos y materiales contaminados 
y la adherencia a las precauciones estándar de control 
de la infección, son fundamentales en la protección de 
las personas en contacto con casos en investigación o 
confirmados. 
 
En función de la naturaleza de las actividades y los 
mecanismos de transmisión del virus Ébola, podemos 
establecer los diferentes escenarios de riesgo en los 
que se pueden encontrar los trabajadores sanitarios. 
 
Entendemos por: 
 
Exposición de alto riesgo: aquellas situaciones labo-
rales en las que puede producirse contacto con fluidos 
corporales, materiales contaminados o aerosoles gene-
rados a partir de material contaminado por EVE. 
 
Exposición de bajo riesgo: aquellas situaciones la-
borales en las que la relación que se pueda tener con 
un caso en investigación o confirmado no incluye con-
tacto con fluidos corporales, material potencialmente 
contaminado o cuerpo del cadáver con EVE. 
 
– 58 – 
 Baja probabilidad de exposición: trabajadores que no 
mantienen atención directa al público o, si la tienen, se 
produce a más de un metro de distancia, o con medi-
das de protección colectiva que evitan el contacto 
(mampara de cristal). 
 
 
 
 
 
S
e
 
c
o
n
s
i
d
e
r
a
 
E
P
I
 
c
u
a
l
q
 
EXPOSICIÓN DE 
ALTO RIESGO 
EXPOSICIÓN DE 
BAJO RIESGO 
BAJA 
PROBABILIDAD 
DE EXPOSICIÓN 
 
Trabajadores 
que atienden a 
casos en inves-
tigación o en-
fermos de EVE. 
Personal de 
laboratorio que 
manipule mate-
riales contami-
nados. 
Personal que 
maneja cadáve-
res de pacien-
tes sospecho-
sos o fallecidos 
por EVE. 
Personal de 
limpieza que 
tenga contactos 
con fluidos, 
secreciones, 
material o aero-
soles contami-
nados. 
Componentes 
de EPI de pro-
tección ante 
fluidos y, en su 
caso, frente a 
aerosoles. 
 
 
Personal cuya 
actividad labo-
ral no incluye 
contacto con 
fluidos corpora-
les, material 
contaminado o 
cuerpo del 
cadáver con 
EVE (por ejem-
plo, celadores, 
camilleros, 
otros trabajado-
res de limpie-
za). 
Disponibilidad 
de bata (resis-
tente a la pene-
tración de flui-
dos), mascarilla 
quirúrgica, 
guantes, gafas 
o pantalla facial 
y, en su caso, 
calzas o botas... 
Trabajadores sin 
atención directa 
al público o a 
más de 1 metro 
de distancia o 
con medidas de 
protección colec-
tiva que evitan el 
contacto (por 
ejemplo, adminis-
trativos). 
Conductor de 
ambulancia. 
No necesario el 
uso de EPI. 
 
– 59 – 
Se considera EPI cualquier equipo destinado a ser 
llevado o sujetado por el trabajador para que le proteja 
de uno o varios riesgos que puedan amenazar su segu-
ridad o su salud en el trabajo, así como cualquier com-
plemento o accesorio destinado a tal fin. 
 
Los equipos de protección individual, tal y como 
establece el Real Decreto 773/1997 relativo a su utili-
zación, proporcionarán una protección eficaz frente a 
los riesgos que motivan su uso, sin suponer por sí 
mismos u ocasionar riesgos adicionales ni molestias in-
necesarias. 
 
Para ello deben: 
 
a) Responder a las condiciones existentes en el lu-
gar de trabajo. 
 
b) Tener en cuenta las condiciones anatómicas y fi-
siológicas y el estado de salud del trabajador. 
 
 
c) Adecuarse al usuario, tras los ajustes necesarios. 
En el caso de que existan riesgos múltiples que 
exijan la utilización simultánea de varios equi-
pos de protección individual, éstos deberán ser 
compatibles entre sí y mantener su eficacia en 
relación con el riesgo o riesgos correspondien-
tes. 
 
A este respecto señalar que aspectos tales como, el 
diseño ergonómico (confort de su uso, libertad de mo-
vimiento,…), las exigencias de mantenimiento, la 
– 60 – 
adaptabilidad entre los diferentes componentes, se de-
ben tener presentes a la hora de elegir el equipo con el 
fin de evitar riesgos añadidos por el propio equipo, 
pudiendo contribuir positivamente en dicha elección la 
participación de los trabajadores o sus representantes. 
 
Adicionalmente, el real decreto indica que los equipos 
de protección individual que se utilicen deberán reunir 
los requisitos establecidos en cualquier disposición le-
gal o reglamentaria que les sea de aplicación, en parti-
cular en lo relativo a su diseño y fabricación, lo que se 
traduce generalmente en cumplir con el Real Decreto 
1407/1992. 
 
La existencia de diferentes modelos de EPI (bata, 
mono sin capucha, mono con capucha, etc.) y de dife-
rentes componentes según el riesgo de exposición (ga-
fas o pantalla facial, mascarilla FFP2/FFP3 según qué 
maniobras, gorro, capuz o capucha, etc.) requiere que 
los procedimientos de colocación y retirada deban ser 
objeto del correspondiente ajuste a los integrantes del 
EPI establecidos para cada caso y a las condiciones 
anatómicas, fisiológicas y el estado de salud del traba-
jador.Antes de proceder a la colocación del equipo de 
protección, se deben retirar todos los objetos persona-
les que se lleven puestos (reloj, pendientes, anillos, 
pulseras, teléfono móvil, bolígrafos, etc...,), recogerse 
el pelo (coleta) y, en su caso, usar ropa de trabajo. 
 
 
– 61 – 
Si el trabajador utiliza gafas graduadas, éstas deben 
quedar bien sujetas, siendo posibles opciones el uso de 
cinta adhesiva a la frente o capucha, el uso de pantalla 
facial en lugar de gafas de protección, etc. 
 
Recuerde realizar la higiene de las manos antes de 
ponerse el EPI, inmediatamente después de la retirada 
de guantes, y después de quitarse todos los elementos 
del EPI, así como cubrir las heridas y lesiones de las 
manos con apósito impermeable al iniciar la actividad. 
 
En la secuencia de colocación, además de la máxi-
ma protección de la piel y mucosas frente a salpicadu-
ras, se tendrá en cuenta la secuencia de retirada del 
EPI para su adecuada colocación, para evitar la con-
taminación de uno mismo y del ambiente. Es importan-
te comprobar el ajuste del equipo y la estabilidad de 
los distintos componentes (gafa, mascarilla…) para 
asegurar que se mantiene la protección durante la acti-
vidad. 
 
El EPI, en su caso, debe ponerse sobre ropa de tra-
bajo y no sobre ropa de calle. 
 
La retirada de los EPI por personal entrenado es 
especialmente importante y será realizada siempre bajo 
supervisión32 y, si es necesario, con ayuda. La posibi-
lidad de mirarse en un espejo facilita las maniobras. 
 
Si durante la retirada ocurre alguna incidencia que 
haga sospechar la posibilidad de auto contaminación: 
 
 
– 62 – 
 Si la zona de posible contaminación es en una 
prenda de ropa, ésta se retirará (procurando que la zo-
na supuestamente contaminada quede envuelta por las 
zonas supuestamente limpias) y se introducirá en una 
bolsa que se cerrará y será enviada para su lavado y 
desinfección o se desechará, según el caso. 
 
 Si la zona de posible contaminación es una parte 
de la piel o el cabello debe lavarse inmediatamente con 
agua y jabón (incluso dándose una ducha si se conside-
ra más conveniente) o, si la zona es pequeña y accesi-
ble, limpiándola con una solución desinfectante (hidro-
alcohólica o similar). 
 
 Si la zona de posible contaminación es una mu-
cosa debe lavarse con abundante cantidad de agua (si 
se trata del ojo puede usarse una solución de limpieza 
de ojos). 
 
A continuación, se detallan ejemplos de secuencias pa-
ra la colocación y retirada de EPIS correspondientes a 
bata y mono (con capucha). 
 
A. PONERSE EL EPI antes de entrar en la habita-
ción: 
 
1. Calzas 
2. Bata (preferentemente con puño ajustable) 
3. Guantes (primer par). 
4. Mascarilla quirúrgica o respirador FFP2. 
5. Pantalla facial o gafas protectoras (en su caso). 
6. Gorro o capuz. 
– 63 – 
7. Guantes (segundo par). Este par de guantes debe 
estar fijado a la manga de la bata o mono para asegurar 
que no hay desplazamiento. 
 
 
 
B. QUITARSE EL EPI 
 
Retirar el EPI cuidadosamente para evitar la conta-
minación/inoculación de uno mismo y minimizar la 
contaminación del ambiente; desechar los componentes 
del equipo de forma adecuada (contenedores/bolsas de 
residuos sanitarios del grupo III), quedando la superfi-
cie interna al exterior (“dar la vuelta”) y siempre en di-
rección hacia el suelo. 
 
En caso de contaminación visible la aplicación de 
una compresa absorbente (sin arrastre) previamente al 
inicio de la retirada del EPI reduciría el nivel de riesgo 
de contaminación durante la retirada del EPI. La zona 
donde se retire el EPI debe considerarse zona conta-
minada y someterse a limpieza y desinfección. 
 
1. Retirar los guantes, par exterior, eliminarlos. 
2. Retirar las calzas, eliminarlas. Desatar las cintas 
(si las tiene) y retirar las calzas introduciendo los dedos 
por el interior del borde y tirando hacia abajo dándoles 
la vuelta sobre sí mismas. 
3. Retirar la bata y eliminarla. 
4. Retirar el gorro o capuz, si ha sido necesario 
(agarrándolo desde fuera y desde detrás hacia delante) 
y eliminarlo. 
– 64 – 
5. Retirar el protector ocular agarrándolo por la 
parte que ha quedado colocada detrás de la cabeza. 
Eliminarlo, o si es reutilizable, depositarlo en el conte-
nedor designado para su descontaminación. 
6. Retirar la mascarilla o el protector respiratorio 
amarrándolo por la parte posterior de las bandas elásti-
cas. No tocar la parte frontal. 
7. Retirar los guantes, par interior, eliminarlo. 
8. Realizar la higiene de manos con agua y jabón 
y/o solución antiséptica. 
Los pasos 1 a 6 se recomienda realizarlos dentro de 
la habitación de aislamiento, junto a la puerta. 
Los pasos 7 y 8 se recomienda realizarlos ya fuera de 
la habitación, también junto a la puerta. 
 
 
UTILIZACIÓN CORRECTA DE LOS GUANTES 
A. COLOCACIÓN 
 
 Extienda los guantes para que cubran la parte del 
puño de la manga o la bata. 
 
B. RETIRADA 
 
  El exterior de los guantes está contaminado. 
 
  Agarre la parte exterior del guante con la mano 
opuesta en la que todavía tiene puesto el guante y quí-
teselo. 
 
  Sostenga el guante que se quitó con la mano en-
guantada. 
 
– 65 – 
  Deslice los dedos de la mano sin guante por debajo 
del otro guante que no se ha quitado todavía a la altura 
de la muñeca. 
 
 Quítese el guante de manera que acabe cubriendo el 
primer guante (siempre hacia abajo para evitar conta-
minación ambiental). 
 
 Arroje los guantes al recipiente de residuos sanita-
rios del grupo III. 
 
 
SECUENCIA DE RETIRADA DEL EQUIPO DE 
PROTECCIÓN INDIVIDUAL (MONO CON 
CAPUCHA) 
 
1. Retirar los cubre botas (calzas de media caña) y 
eliminarlos. Desatar las cintas (si las tiene) y retirar el 
cubre botas introduciendo los dedos por el interior del 
borde y tirando hacia abajo intentando darle la vuelta 
sobre sí mismo. 
 
2. Retirar el par de guantes externo y eliminarlo. 
 
3. Quitar el mono: 
― Abrir el cierre delantero del mono (solapa y 
cremallera), procurando no tocar ninguna otra zona de 
la parte delantera del mono. 
― Quitar la capucha tirando de ella hacia atrás por 
la parte trasera. 
― Sujetar el mono por la parte externa de los bor-
des superiores del cierre y bajarlo de los hombros 
doblándolo hacia afuera. 
– 66 – 
― Sacar un brazo de la manga, tirando con la otra 
mano de la parte externa del mono, de manera que, al 
retirar la manga, arrastre el nuevo guante externo de 
ese brazo. 
― Con la mano del brazo sin manga sujetar el mo-
no por la parte interior y sacar el otro brazo de la 
manga, de manera que arrastre el nuevo guante exter-
no de ese brazo. 
― Enrollar la parte extraída del mono doblándola 
sobre sí misma y dejando la parte interna hacía afuera. 
― Continuar enrollando la parte del mono que cu-
bre las piernas hasta el borde inferior. 
― Sacar el mono de cada pierna, sujetándolo siem-
pre por la cara interior, y echarlo al contenedor. 
 
 4. Retirar el par de guantes interno y eliminarlos. 
 
 5. Realizar una primera higiene de manos. 
 
6. Poner un nuevo par de guantes. 
 
7. Retirar las gafas, agarrándolas por la parte poste-
rior de las cintas, evitando tocar la parte delantera, y 
eliminarlas (si se usan gafas reutilizables, depositarlas 
en el contenedor designado para su descontaminación). 
 
– 67 – 
8. Retirar la mascarilla de protección cogiéndola 
por la parte posterior de las cintas, evitando tocar la 
parte delantera, y eliminarla. En su caso, retirar el go-
rro usado. 
 
 
 
 
9. Retirar el par de guantes y eliminarlos. 
 
10. Realizar higiene de manos con agua y jabón y/o 
solución desinfectante. 
 
 
 
Los pasos 1 a 8 se recomienda realizarlos dentro de 
la habitación de aislamiento, junto a la puerta. 
 
– 68 – 
Los pasos 9 y 10 se recomienda realizarlos ya fuera de 
la habitación, también junto a la puerta. 
 
 
ACTUACIÓN ANTE CONTACTOS DE BAJO 
RIESGO DE UN CASOCONFIRMADO EN 
ESPAÑA 
 
Una vez identificados los contactos de bajo riesgo 
de un caso confirmado se debe garantizar su segui-
miento durante los 21 días posteriores a la última ex-
posición para detectar de forma precoz la aparición de 
síntomas y realizar un diagnóstico que confirme o des-
carte la enfermedad, así como, en caso necesario tomar 
todas las medidas de control adecuadas, para evitar la 
aparición de casos secundarios. 
 
A continuación se detallan los puntos clave del se-
guimiento de estos contactos: 
 
 La persona contacto de bajo riesgo deberá to-
marse y anotar en un papel, la temperatura axilar 2 ve-
ces al día (mañana y final de la tarde). La toma de 
temperatura se repetirá a cualquier hora del día en caso 
de sentir malestar físico o cualquier otro síntoma com-
patible con la enfermedad. 
 
 El profesional responsable de su seguimiento 
contactará telefónicamente con el contacto al menos 
una vez al día, para preguntar por su temperatura cor-
poral y por si se hubiera presentado cualquier otro 
síntoma de enfermedad. Se establecerán las horas de 
llamada. 
– 69 – 
 
 Deberá registrar la toma de cualquier medica-
mento y evitar la toma de cualquier antitérmico o anti-
inflamatorio, salvo prescripción médica. 
 
 Los contactos podrán llevar una vida normal, en 
familia, con amigos y, en general, en el ámbito laboral 
(en cualquier caso, se valorará de forma individualiza-
da con el responsable del seguimiento). 
 
 Los contactos deberán estar localizables a lo lar-
go del periodo de seguimiento, hasta que el profesional 
responsable de su seguimiento les informe de que ha 
finalizado este periodo. 
 
 Por precaución, los contactos deben evitar des-
plazamientos largos fuera de su domicilio, viajes al ex-
tranjero o actividades diferentes a las cotidianas. 
 
 Cualquier desplazamiento fuera de la comunidad 
autónoma de residencia deberá ser notificado al res-
ponsable de su seguimiento, informando del lugar de 
residencia durante esos días y fecha de regreso. Deben 
asegurarse de tener cobertura de telefonía móvil de 
manera permanente. 
 
 Si los contactos requirieran atención sanitaria de 
cualquier otra índole, antes de desplazarse a ningún 
centro sanitario, deberán contactar con el responsable 
de su seguimiento. 
 
 Se recomienda poner en conocimiento del centro 
de salud y hospital de referencia de estas personas el 
– 70 – 
hecho de que están en vigilancia por ser contactos de 
un caso de Ébola. Si es posible, en la historia clínica de 
estos contactos se incluirá un flash para alertar a los 
médicos que tengan que atenderles. 
 
 Se indicará al contacto en seguimiento que si pre-
sentan fiebre o cualquier otro síntoma compatible con 
la clínica de la enfermedad, estos sujetos deberán hacer 
autoaislamiento inmediato domiciliario, evitar el con-
tacto a menos de un metro de distancia con otras per-
sonas del domicilio y comunicarlo de forma urgente al 
responsable de su seguimiento. En caso de no locali-
zarle, llamar al 112/061 comunicando su situación y 
que está en seguimiento como contacto por posible 
exposición al virus de Ébola. Si tras la valoración de la 
situación clínica por parte de los responsables del se-
guimiento se considera que ésta es compatible con un 
caso en investigación por virus Ébola, se activará el 
protocolo de caso en investigación y será trasladado al 
hospital que cada CCAA haya designado. Estos con-
tactos serán considerados como casos en investigación 
hasta que se disponga de los resultados de laboratorio 
concluyentes. 
 
 
 
– 71 – 
MANEJO DE CADÁVERES DE CASOS 
SOSPECHOSOS DE ENFERMEDAD POR VIRUS 
ÉBOLA (EVE). 
 
El cadáver de un paciente con EVE contiene una 
elevada carga viral en sus órganos y fluidos, por lo que 
debe considerarse como material de alto riesgo. Por 
ello, el manejo del cadáver debe efectuarse por perso-
nal adecuadamente entrenado y equipado con las mis-
mas medidas de protección que las adoptadas por el 
personal sanitario ante un paciente enfermo por Ébola, 
y siempre en número suficiente para que la maniobra 
de trasvase al féretro sea segura, sujeto a supervisión 
y, si es necesario, con ayuda, para evitar la transmisión 
a las personas que lo manejen. 
 
Los cadáveres de pacientes fallecidos por EVE de-
ben ser considerados como cadáveres del Grupo I en 
relación a lo establecido en el Decreto 2263/1974, de 
20 de julio, por el que se aprueba el Reglamento de 
Policía Sanitaria Mortuoria y los Reglamentos de Sa-
nidad Mortuoria autonómicos. 
 
El manejo de estos cadáveres debe ser el mínimo 
posible y debe limitarse a personal formado y entrena-
do. Se debe reducir al mínimo posible el número de 
trabajadores que estén o puedan estar expuestos al vi-
rus. 
 
No se debe realizar autopsia ni procedimientos de 
preparación del cuerpo del difunto; el cadáver deberá 
ser trasladado en un féretro sellado previamente inclui-
do en bolsas de traslado impermeable, con el fin de que 
– 72 – 
disminuya su manipulación. Finalmente deberá ser in-
cinerado. 
 
En el manejo de fallecidos por EVE se consideran 
procedimientos de alto riesgo el aislamiento del cadá-
ver y la introducción en el féretro. 
 
Para llevar a cabo dichas maniobras es necesario 
utilizar un EPI que proteja frente a la transmisión por 
contacto, por gotas (salpicaduras) y por aerosoles. 
 
AISLAMIENTO DEL CADÁVER E 
INTRODUCCIÓN EN EL FÉRETRO 
 
La entrada a la zona de aislamiento debe permane-
cer restringida al personal que estuvo encargado de la 
atención al paciente, por lo que la preparación y retira-
da del cadáver de dicha zona será realizada por este 
personal. 
El fallecido debe permanecer en el lugar de la muer-
te hasta que sea retirado de forma adecuada. El mate-
rial médico invasivo presente en el cuerpo del paciente 
en el momento de la muerte (vías intravenosas, catéte-
res, tubos endo-traqueales, sondas vesicales, etc.) debe 
dejarse en su lugar y no debe ser extraído. Antes de la 
movilización del cadáver, se revisará, alrededor del 
mismo, para retirar objetos cortantes o punzantes que 
puedan ocasionar accidentes en el personal que lo va a 
manejar. 
 
El servicio funerario proporcionará un féretro que 
cumpla los requisitos técnicos de estanqueidad necesa-
rios para la conducción de cadáveres del Grupo I2 y 
– 73 – 
una camilla de transporte metálica, y que no se va a 
destruir. El féretro vendrá preparado con un sistema de 
doble bolsa sanitaria de plástico para cadáveres, im-
permeables y resistentes a pinchazos (de, al menos, 
150 mm de espesor) de cierre hermético, que se fijarán 
al borde del ataúd con los cierres en sentidos contra-
rios. 
El cuerpo del fallecido no debe lavarse ni limpiarse, 
ni se realizará ninguna intervención de tanatopraxia. Se 
envolverá con la sábana bajera y el protector del 
colchón sobre los que se encuentre el cadáver, lo que 
permitirá levantarlo sin necesidad de un contacto di-
recto con el cuerpo del fallecido, y se traspasará inme-
diatamente a la primera bolsa dentro del féretro. 
 
Tras cerrar la bolsa con la cremallera, el exterior de 
la bolsa podrá pulverizarse con un desinfectante de uso 
hospitalario o una solución de hipoclorito sódico que 
contenga 5.000 ppm de cloro activo (dilución 1:10 de 
una lejía con concentración 40-50 gr/litro preparada 
recientemente). 
 
A continuación, se cierra la segunda bolsa. Si el cie-
rre es de cremallera, se procederá al sellado utilizando 
pegamentos u otras sustancias que aseguren la estan-
queidad de la cremallera. Posteriormente se cierra el 
ataúd y se precinta su tapa mediante cinta adhesiva y 
comprobación de inexistencia de posibles fisuras. El 
exterior del féretro y la camilla de transporte deberán 
desinfectarse (limpiando previamente toda contamina-
ción visible) antes de salir de la zona de aislamiento. El 
transporte fuera de la zona de aislamiento debe reali-
– 74 – 
zarse en la camilla rodante, de forma que no sea nece-
saria ulteriormanipulación. 
 
Tras la entrega del cadáver deberá realizarse una 
limpieza y desinfección completa de la zona de aisla-
miento donde haya fallecido el paciente, eliminando de 
forma adecuada los objetos desechables y limpiando y 
desinfectando los objetos no desechables. 
 
El féretro se trasladará fuera de la zona de aisla-
miento para su recepción por parte del personal de la 
funeraria, que realizará una nueva desinfección de la 
superficie externa del féretro y de la camilla de trans-
porte, con un desinfectante de uso hospitalario o una 
solución de hipoclorito (dilución 1:50 de una lejía con 
concentración 40-50 gr/litro preparada recientemente). 
Posteriormente no será necesario adoptar ninguna me-
dida especial de protección frente al VE para el manejo 
del féretro y su conducción. 
 
El traslado al vehículo de trasporte funerario se rea-
lizará por la zona menos transitada del centro sanitario, 
previamente designada para este fin. 
 
El destino final del cadáver será la incineración en 
una horno crematorio autorizado lo más próxima posi-
ble al centro sanitario de salida. 
 
Las cenizas pueden ser objeto de manipulación sin 
que supongan ningún riesgo frente al virus Ébola. 
– 75 – 
 CAPÍTULO V 
 
 TRATAMIENTO 
 
Actualmente, no existen vacunas ni tratamientos an-
tivirales de eficacia probada contra la enfermedad del 
Ébola. 
 
Los síntomas de la enfermedad se tratan a medida 
que aparecen. El tratamiento precoz mejora la supervi-
vencia. Se pueden adoptar las siguientes medidas bási-
cas de intervención para mejorar significativamente la 
probabilidad de supervivencia: 
 
◾Proporcionar líquidos intravenosos (IV) y mante-
ner el equilibrio hidroelectrolítico (sales corporales). 
 
◾Mantener los niveles adecuados de oxígeno en 
sangre y la presión arterial. 
 
◾Tratar las otras infecciones que puedan presentar-
se, o cualquier otra complicación. 
 
La recuperación del paciente depende de su res-
puesta inmunitaria. Las personas que se recuperan de 
la infección por el virus del Ébola producen anticuer-
pos que pueden durar por lo menos 10 años. 
 
Se cuenta con dos vacunas experimentales para uso 
clínico que se pueden usar en ensayos clínicos de la fa-
se 1 anteriores a su autorización: 
– 76 – 
◾(cAd3-ZEBOV) obtenida por GlaxoSmithKline 
con la colaboración del Instituto Nacional de Alergias 
y Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos. 
Utiliza como vector un adenovirus de chimpancé al 
que se la ha insertado un gen del virus del Ébola. 
 
◾(rVSV-ZEBOV) obtenida por el Organismo de 
Salud Pública del Canadá en Winnipeg. La licencia pa-
ra comercializarla es propiedad de una empresa esta-
dounidense, NewLink Genetics, con sede en Ames 
(Iowa). Utiliza un virus atenuado de la estomatitis ve-
sicular (una enfermedad del ganado) uno de cuyos ge-
nes ha sido reemplazado por un gen del virus del Ébo-
la. 
 
Tratamientos con fármacos antivirales: 
 
Los fármacos antivirales son aquellos que interfie-
ren la multiplicación del virus. Estos tratamientos pue-
den ser efectivos durante la fase sintomática de las en-
fermedades producidas por virus. Entre los más rele-
vantes se encuentran: 
 
◾TKM: Es un ARN de interferencia que bloquea la 
maquinaria genética del virus del Ébola. El fabricante 
es la farmacéutica canadiense Tekmira. Su producción 
también es limitada y no se sabe cuál es su disponibili-
dad actual. 
◾Otros antivirales experimentales, como Favipiva-
vir, Interferon, el BCX4430, Brincidofovir y AVI-
7537. 
 
– 77 – 
En cualquier caso, se trata de tratamientos experi-
mentales, no se tiene constancia de su efectividad y su 
disponibilidad no está garantizada. 
 
Tratamientos con anticuerpos específicos (inmuno-
terapia): 
 
La inmunoterapia consiste en suministrar al paciente 
anticuerpos específicos contra el virus que le produce 
la enfermedad. Con otras enfermedades, se ha mostra-
do eficaz en los momentos muy tempranos de la infec-
ción pero no así en los momentos más tardíos. Su ac-
tuación se basa en la capacidad que poseen los anti-
cuerpos específicos para bloquear la infectividad del 
virus. 
 
Las alternativas actuales en relación con la enfer-
medad por el virus Ébola son las siguientes: 
 
ZMAPP: Se trata de una mezcla de anticuerpos 
monoclonales frente al virus del Ébola desarrollada por 
Mapp Biopharmaceutical. Esos anticuerpos son capa-
ces de neutralizar eficazmente la infectividad del virus. 
Su disponibilidad es muy limitada y se trabaja para au-
mentar su producción. 
 
Otras alternativas: el grupo de expertos convocado 
por la OMS el 11 de agosto de 2014 convino en dar 
prioridad a las investigaciones sobre el tratamiento con 
plasma de personas que hayan superado la enfermedad 
(convalecientes). Dicho plasma se obtiene por dona-
ción de los convalecientes y posee anticuerpos especí-
ficos frente al virus. 
– 78 – 
 
– 79 – 
 BIBLIOGRAFIA: 
 
 
Centers for Disease Control and Prevention. Ebola (Ebola 
Virus Disease). Updated October 8, 2014. 
http://www.cdc.gov/vhf/ebola/index.html 
 
Gostin LO, Lucey D, Phelan A. The Ebola Epidemic: A Global 
Health Emergecy.JAMA. 
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25111044 
World Health Organization. Ebola Virus Disease. Updated Sep-
tember 2014. 
Simpson DIH (1977). «Marburg and Ebola virus infections: 
a guide for their diagnosis, management, and control» 
(PDF). WHO Offset Publication No. 36. p. 10f. 
 
«Ebola Virus, Clinical Presentation». Medscape 
 
Hoenen T, Groseth A, Feldmann H (July 2012). «Current 
ebola vaccines». 
 
http://www.cdc.gov/vhf/ebola/index.html
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/25111044
– 80 – 
– 81 – 
 
– 82 – 
 
ISBN: 978-84-943990-5-3 
	ÉBOLA DE PRINCIPIO A FIN
	Manipulación y Tratamiento
	Mónica Fernández Solar
	Iván Fernández Solar
	Índice
	¿QUÉ ES EL ÉBOLA?
	Cronología de los principales brotes de la enfermedad por el virus del Ébola

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