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Manual_de_Medicina_Preventiva_en_Operaciones

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MANUALMANUAL
DE MEDICINADE MEDICINA
PREVENTIVPREVENTIVAA
EN OPERACIONESEN OPERACIONES
SUBSECRETARÍA DE DEFENSA
INSPECCIÓN GENERAL DE SANIDAD DE LA DEFENSA
INSTITUTO DE MEDICINA PREVENTIVA
DE LA DEFENSA
«Capitán Médico Ramón y Cajal»
MANUAL
DE MEDICINA PREVENTIVA
EN OPERACIONES
Edita: 
NIPO: 076-07-079-3
Depósito Legal: M-18545-2007
Imprime: Imprenta Ministerio de Defensa
Tirada: 3.000 ejemplares
Fecha de edición: abril 2007
© Autor y editor, 2007
PRESENTACIÓN
La medicina preventiva, a lo largo de la historia, ha ganado una creciente relevancia especial en
el ámbito de las operaciones militares. En la actualidad, consolidando una tendencia iniciada hace
tiempo, la mayoría de las bajas en operaciones se deben a enfermedades o lesiones no de combate.
Por ello el conocimiento y aplicación de medidas preventivas tiene una gran importancia para los
ejércitos, en su preocupación por proteger la salud de sus miembros y, además, para conservar el
potencial operativo de la fuerza.
Las actividades preventivas comienzan antes de los despliegues operativos, mediante la inteli-
gencia sanitaria, por la recogida y análisis de información de interés sanitario. De este modo es posi-
ble obtener un conocimiento profundo de las zonas de operaciones y realizar una valoración de las
amenazas, tipos de bajas sanitarias, enfermedades transmisibles, lesiones por calor o frío, acciden-
tes, artrópodos transmisores de enfermedades, etc. Finalmente, conocidas las amenazas, se pueden
recomendar las medidas preventivas adecuadas, como las inmunizaciones, quimioprofilaxis, desin-
sectación, educación sanitaria, etc., a aplicar tanto antes como después del despliegue y, naturalmen-
te, durante la permanencia en las zonas de operaciones.
Asimismo son muy importantes las medidas de promoción de la salud de todo el personal mili-
tar, principalmente mediante la educación sanitaria que le permita ser consciente, en todo momen-
to, de los riesgos a los que se enfrenta y cuales son las medidas que debe adoptar en cada caso para
conservar así la salud y contribuir al mantenimiento de la capacidad operativa de su unidad. Con
esta finalidad se ha elaborado la presente publicación.
Dada la importancia de la medicina preventiva militar el Ministerio de Defensa, siguiendo su
línea de especial interés y esfuerzo en relación con la salud del personal, y teniendo en cuenta las
peculiaridades de la profesión militar, ha impulsado esta publicación que esperamos sea de utilidad
para nuestros compañeros en el ejercicio de su actividad sanitaria en operaciones. 
Por la gran amplitud del campo de la medicina preventiva, donde todas las facetas sanitarias tie-
nen un papel a desarrollar, esta publicación es necesariamente multidisciplinar habiendo interveni-
do en su redacción expertos de las diferentes especialidades fundamentales del Cuerpo Militar de
Sanidad.
En la Subinspección General de Sanidad Logístico-Operativa de la Inspección General de
Sanidad se generó el impulso para iniciar el proyecto, alentado durante todo su desarrollo por el
GD. Med. Luis Villalonga Martínez. Es de justicia personalizar en el Director del Instituto de
Medicina Preventiva, Cor. Méd. José María Gervas Camacho, el reconocimiento a su ímproba
labor de coordinación del trabajo, acometido con el entusiasmo de un cadete cuando, por un moti-
vo u otro, era consciente de que estaba próximo el final de su Mando en tan principal Unidad.
Igualmente quiero agradecer a todo el personal del Instituto de Medicina Preventiva y en particu-
lar a la Cte. Med. Elena Ballester Orcal, su extraordinaria labor en la elaboración y edición de
esta publicación.
7
Por último, pero no con menor énfasis, debo agradecer la colaboración de las Direcciones de
Sanidad de los Ejércitos de Tierra, Aire, y de la Armada, del Hospital Central de la Defensa “Gómez
Ulla”, de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y del Centro de Valoración y Apoyo de la
Calificación Operativa para el Combate (Armada). La valiosa contribución de todos a este proyec-
to, desarrollado por el Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa “Capitán Médico Ramón y
Cajal”, lo ha hecho posible.
Recabo y espero de todos los lectores cuantas sugerencias hagan posible futuras ediciones corre-
gidas, aumentadas y en lo posible mejoradas de este “Manual de Medicina Preventiva en Operacio-
nes”. Ello redundará, sin duda en nuestro mejor apoyo sanitario a la Fuerza y en el mejor servicio a
España.
Madrid, 7 de febrero de 2007
Juan Manuel Montero Vázquez
GD. Med. Inspector General de Sanidad de la Defensa
8
INDICE GENERAL
Pág.
CAPITULO 1: Medicina Preventiva en operaciones. Conceptos generales .......................... 11
CAPITULO 2: Geografía Médica ....................................................................................... 19
CAPITULO 3: Inteligencia Sanitaria .................................................................................. 43
CAPITULO 4: Higiene del hábitat. Alojamientos .............................................................. 53
CAPITULO 5: Medidas higiénicas para la eliminación de desechos ................................. 59
CAPITULO 6: LDDD. Limpieza, desinfección, desinsectación y desratización básicas ... 81
CAPITULO 7: Aprovisionamiento de agua. Potabilización del agua de bebida ............. 105
CAPITULO 8: Higiene y seguridad alimentaria ................................................................. 125
CAPITULO 9: I: Higiene individual. Aseo corporal. Higiene bucodental .......................... 135
II: Higiene del vestuario y del calzado ....................................................... 139
CAPITULO 10: Salud mental ............................................................................................... 143
CAPITULO 11: Higiene de las actividades físicas ............................................................... 151
CAPITULO 12: Enfermedades transmisibles I. Conceptos generales .................................. 161
CAPITULO 13: Enfermedades transmisibles II ................................................................... 171
CAPITULO 14: Prevención de las Infecciones de transmisión sexual (ITS) y VIH/SIDA ... 201
CAPITULO 15: Prevención de los hábitos nocivos y de las drogas de abuso en las FAS .... 213
CAPITULO 16: Vacunaciones. Quimioprofilaxis ................................................................ 231
CAPITULO 17: Riesgos ocupacionales y su prevención ..................................................... 245
CAPITULO 18: Medidas preventivas de los accidentes de tráfico ...................................... 265
CAPITULO 19: Medicina preventiva en el ámbito Aéreo .................................................... 275
CAPITULO 20: Medicina preventiva en el ámbito Marítimo .............................................. 283
CAPITULO 21: Vigilancia epidemiológica en zona de operaciones ................................... 297
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MEDICINA PREVENTIVA
EN OPERACIONES:
CONCEPTOS GENERALES
CAPÍTULO 1
1. INTRODUCCIÓN
El Servicio de Sanidad de las Fuerzas Armadas tienen la misión principal de prestar el apo-
yo sanitario en las operaciones militares por medio de la selección, conservación y recuperación del
personal desde el punto de vista sanitario, minimizando los efectos que las lesiones y enfermedades
puedan tener sobre la efectividad, disponibilidad y moral de las unidades. Esta misión se alcanza
mediante la disposición de un sistema sanitario progresivo y escalonado.
El Servicio de Sanidad de las Fuerzas Armadas está constituido por los órganos de sanidad per-
tenecientes al Órgano Central del Ministerio de Defensa, Inspección General de Sanidad (IGE-
SAN), al Ejército de Tierra, a la Armada y al Ejército del Aire, Direcciones de Sanidad (DISANs),
que con la organización adecuada y coordinados mediante la aplicación de unos principios doctri-
nales se integran en la organización operativa a la que apoyan. Dentro de estos principios doctrina-
les se incluye la DoctrinaSanitaria Conjunta (DOSACON), aprobada por el Jefe del Estado Mayor
de la Defensa (JEMAD).
Con la finalidad de prestar el apoyo sanitario necesario en las operaciones militares el Ser-
vicio de Sanidad de las Fuerzas Armadas desarrolla diversas actividades sanitarias fundamen-
tales: la inteligencia sanitaria, que proporciona al mando información de interés sanitario para
el planeamiento y ejecución de las operaciones, la prevención sanitaria, para el mantenimien-
to de la salud y la prevención de la enfermedad; el tratamiento como parte esencial de la asis-
tencia médica de las lesiones y enfermedades y la evacuación para el traslado de las bajas sani-
tarias hacia las instalaciones sanitarias más adecuadas para la asistencia de sus lesiones y enfer-
medades; y, paralelamente a ellas, el abastecimiento y mantenimiento de los recursos
sanitarios.
La responsabilidad del apoyo sanitario incluye, como actuación básica, la conservación y la pro-
moción de la salud mediante la prevención de enfermedades y lesiones no de combate que repre-
sentan el mayor riesgo sanitario para el personal desplegado en operaciones.
En el proceso de planeamiento de las operaciones se debe elaborar una normativa técnica que
incluya las medidas de prevención sanitaria y los medios para implantarlas con efectividad.
2. MEDICINA PREVENTIVA EN OPERACIONES: GENERALIDADES
Las enfermedades y lesiones no de combate han sido históricamente y siguen siendo en nues-
tros días, una amenaza mayor que las bajas de combate, lo que puede afectar gravemente a la moral
y a la efectividad de las unidades y por tanto al éxito de la misión.
La prevención sanitaria es esencial en la conservación del potencial operativo de las unida-
des, para que el personal tenga el mejor nivel de salud posible y esté plenamente capacitado para
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cumplir la misión en tiempo y lugar oportunos. La prevención sanitaria incluye actuaciones para
evitar los efectos adversos del medio ambiente, de la enfermedad o de los sistemas de armas
empleados.
2.1. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES
— Ser la norma básica del quehacer del sanitario militar.
— Impregnar la actuación de los mandos, que dan e imparten su enseñanza.
— Insertarse en el comportamiento del soldado y marinero, como norma de actitud durante el
servicio y fuera de el.
La correcta aplicación de las medidas preventivas disminuye la morbilidad y la mortalidad por
enfermedades y accidentes, los costes humanos y materiales y mejora la calidad de vida del perso-
nal, lo que aumenta su capacidad operativa y su supervivencia en campaña.
3. MEDICINA PREVENTIVA EN OPERACIONES: COMETIDOS
— Identificar los riesgos y amenazas para la salud del personal en cada operación, consideran-
do el escenario (terreno, clima, enfermedades endémicas, medio ambiente y riesgos ocupa-
cionales).
— Asesorar sobre los riesgos y amenazas para la salud y las limitaciones que podrían suponer
para el plan de operaciones.
— Determinar los niveles mínimos aceptables de salud y de preparación física del personal que
va a desplegar.
— Establecer las medidas preventivas generales necesarias y vigilar su implantación y control.
— Establecer las medidas particulares para prevenir enfermedades transmisibles.
— Determinar y establecer los criterios aplicables al Área de Operaciones sobre aclimatación,
inmunizaciones, medidas particulares de profilaxis e instrucción preventiva de todo el per-
sonal (mediante educación sanitaria).
— Recoger, analizar y difundir los datos de interés sanitario, para mantener actualizadas las
medidas establecidas.
— Establecer un sistema de vigilancia epidemiológica (enfermedades de declaración obligato-
ria-EDOs, sistemas de alerta, control de brotes).
4. MEDICINA PREVENTIVA: REQUERIMIENTOS PARA REALIZARLA
4.1. INFORMACIÓN E INTELIGENCIA SANITARIA
El requerimiento esencial de la prevención sanitaria es disponer de información de interés sani-
tario en todas las fases de la operación. La información debe ser actual, exacta y lo suficientemen-
te dinámica para difundir rápidamente los cambios producidos ante una posible amenaza. Esta
información, una vez compilada, integrada, analizada y evaluada, se transforma en inteligencia sani-
taria, en la que es fundamental la prevención sanitaria.
4.2. CAPACIDADES DE MATERIAL Y PERSONAL
Debe preverse la provisión de medios para realizar inmunizaciones específicas y quimioprofila-
xis contra enfermedades infecciosas, el asesoramiento y adiestramiento y la información acerca de
las enfermedades y lesiones de no combate, el material sanitario de prevención y las oportunas
medidas de protección y apoyo dependientes de la zona donde se desarrolle la misión. Todas estas
medidas deben facilitar la instauración de una actitud de «disciplina sanitaria».
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Es necesario el apoyo de un laboratorio para realizar una vigilancia y valoración de los riesgos
medioambientales para la salud, incluyendo la detección y análisis elemental de la presencia de
agresivos NBQ.
5. ACTIVIDADES PREVENTIVAS EN LOS DESPLIEGUES
Las actividades preventivas se inician en la fase previa al despliegue, continúa durante el des-
arrollo de la operación y se completa en el período posterior a la misma. Afecta a todo el personal
del Área de Operaciones, que debe ser alertado sobre las medidas necesarias de protección perso-
nal e instruido en consonancia.
Estas actividades tienen una gran importancia, debido a la complejidad de los ambientes
y situaciones en los que se realizan las operaciones y a la exposición a múltiples riesgos y factores.
5.1. FASE PREVIA AL DESPLIEGUE
Es necesario que se establezcan unos criterios que deberán incluir lo siguiente:
— Revisión médica y odontológica, teniendo en cuenta el periodo de vigencia del último reco-
nocimiento médico y odontológico.
— Inmunizaciones preventivas, de acuerdo con los informes de inteligencia sanitaria, comple-
mentarias al módulo básico de vacunación.
— Educación sanitaria general y específica de la operación prevista.
— Actualización de la documentación sanitaria para seguimiento de las vicisitudes en la salud
del personal desplegado.
5.2. FASE DE DESPLIEGUE
Durante la fase del despliegue, es necesario realizar las siguientes actividades:
— Continuación del calendario vacunal.
— Mantenimiento de la quimioprofilaxis, si procede.
— Vigilancia global de la salud del personal, en el marco del apoyo sanitario establecido para
la operación.
— Vigilancia epidemiológica:
• De las posibles situaciones generadoras de estrés.
• Valoración continuada de la situación del escenario, desde el punto de vista preventivo.
• Vigilancia de la morbilidad-mortalidad.
• Establecimiento de una red de alerta sanitaria conforme a los datos de los puntos anteriores.
5.3. FASE POSTERIOR AL DESPLIEGUE
Valoración del estado de salud del personal, incluso un reconocimiento médico al regreso de la
misión, en especial si hubiera habido alguna situación que pudiera haber afectado a la salud. Este
reconocimiento dependerá del lugar, tipo y duración de la misión. En cualquier caso es muy conve-
niente que durante los meses posteriores al regreso, el individuo ante la presencia de algún signo o
síntoma (en especial síndrome febril sin causa justificada) acudiera a los servicios sanitarios de su
unidad indicando los lugares donde ha estado.
Los datos obtenidos de la participación en las operaciones permiten adecuar el apoyo sanitario
en operaciones futuras.
Es necesario mantener la continuidad de las medidas preventivas (vacunaciones y quimioprofi-
laxis) hasta su finalización en cada caso.
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6. MEDICINA PREVENTIVA: ORGANIZACIÓN-LOGÍSTICA
6.1. EL PRIMER Y SEGUNDO ESCALONES
El personal sanitario de las unidades y buques tiene la responsabilidad de la educación sanitaria
del personal y de la aplicación de las medidas de prevención en el ámbito de su competencia y de
acuerdo con los medios disponibles. Además es el asesor y encargado de las actuaciones preventi-
vas que requieran personal o equipo especializado. Actuarán siempre como centinelas dela red de
alertas sanitarias.
6.2. EL TERCER ESCALÓN
Es el primer lugar donde se localiza el oficial médico especialista en Medicina Preventiva y
Salud Pública (MPSP). Es el encargado de aplicar la normativa técnica elaborada por el cuarto esca-
lón, constituyendo en su caso equipos específicos para la investigación epidemiológica y apoyo
específico solicitado. Su responsabilidad comprende toda el Área de Operaciones. Es el segundo
eslabón de la red de alertas sanitarias.
6.3. EL CUARTO ESCALÓN
Tiene la misión de realizar los estudios y proponer las medidas para elaborar la normativa téc-
nica de prevención sanitaria para la Fuerza. Es responsable de la dirección y coordinación y realiza
las actividades de investigación y control epidemiológico y sanidad ambiental relativa a la opera-
ción. Es el tercer y último eslabón en la red de alerta sanitaria.
7. SANEAMIENTO DEL ÁREA DE OPERACIONES
En el transcurso de las operaciones y cuando las circunstancias lo permitan se procederá al sane-
amiento del escenario. El Servicio de Sanidad asesora en las siguientes materias:
— Inspección de enterramientos y registro de tumbas.
— Eliminación de cadáveres de animales y de restos orgánicos.
— Inspección NBQ del terreno, las aguas y los alimentos.
— Recogida y clasificación de los residuos de tipo sanitario.
— Protección del medio ambiente, en general, y si las circunstancias lo permiten, con simila-
res criterios a los que se emplearían en TN.
8. MEDICINA PREVENTIVA EN DESASTRES Y EMERGENCIAS
En general las condiciones sanitarias españolas son adecuadas, por lo que en situaciones de
desastres no se originan problemas importantes de Salud Pública. Protección Civil, en general, solu-
ciona las incidencias ocasionadas en caso de desastres, pero en ocasiones, las FAS, en coordinación
con las autoridades civiles, tiene que atender solicitudes de ayuda en la asistencia a la población
civil que ha sufrido algún desastre natural (terremoto, riada, inundación, sequía, huracán, erupción
volcánica) o provocado (incendio, atentado, accidente), cuando por la magnitud del daño se produ-
cen múltiples bajas (muertos, heridos, desaparecidos).
Las catástrofes que producen por sí mismas más problemas de Salud Pública son las inundacio-
nes; los que producen más lesiones son los terremotos y huracanes; los que ocasionan más daños
para el medio ambiente son las erupciones volcánicas, los corrimientos de tierras y las sequías
(Tabla 1.1).
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Las actividades preventivas tratarán de mantener las condiciones higiénicas en el aprovisiona-
miento del agua, de los alimentos y del alojamiento (campamentos), y vacunando contra las enfer-
medades previsibles.
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TABLA 1.1
Problemas de salud pública ocasionados por las catástrofes
TERREMOTOS HURACANES ERUPCIONES INUNDACIONES
DEFUNCIONES Numerosas Pocas Variables Pocas
LESIONES GRAVES Muchas Moderadas Variables Pocas
DIFUSIÓN DE ENF. Riesgo potencial
TRANSMISIBLES El riesgo aumenta en función del hacinamiento y del deterioro
de los servicios de sanidad pública
Infrecuente Infrecuente
MOVIMIENTOS DE
Frecuente Frecuente
LA POBLACIÓN Pueden ocurrir en zonas urbanas
que han sufrido graves daños
Infrecuente Infrecuente
ESCASEZ DE Pude estar causada por motivos Frecuente Frecuente
ALIMENTOS distintos de los problemas de
abastecimiento alimentario
GEOGRAFÍA MÉDICA
CAPÍTULO 2
1. INTRODUCCIÓN
La participación de las Fuerzas Armadas en misiones exteriores obliga a conocer las condicio-
nes biogeográficas y epidemiológicas de las zonas de despliegue, a veces, muy distintas de las espa-
ñolas. El conocimiento de dichas condiciones, proporciona los datos necesarios para adoptar las
medidas preventivas oportunas y mantener un operativo eficaz.
El estudio de los factores geográficos (geofactores) que inciden en la presentación de determi-
nadas enfermedades se denomina Geografía Médica, entre dichos factores destacan, sobre todo, los
climáticos, ecológicos, económicos y humanos.
Aquellas enfermedades que se adquieren en un país en el que su incidencia es más o menos fre-
cuente y se manifiestan clínicamente en otro sin provocar casos secundarios por contagio se denomi-
nan enfermedades importadas. Si las enfermedades importadas provocan casos secundarios, se
denominan enfermedades introducidas (si son producidas por un vector) o inducidas (si se produ-
cen de manera iatrógena). Cuando la enfermedad introducida o la inducida, son capaces de originar
nuevos casos, estamos ante una enfermedad autóctona. Si un vector infectado viaja en las bodegas
de un avión o de un barco y es capaz de transmitir la enfermedad al país de llegada, se habla de enfer-
medad de aeropuerto (Figura 2.1).
2. GEOGRAFÍA MÉDICA
2.1. ACCIDENTES CLIMÁTICOS POR EL CALOR
La actividad militar, requiere largos periodos de tiempo a la intemperie, por lo que se debe pres-
tar especial atención a la protección de la piel de las radiaciones solares intensas o prolongadas. La
patología más frecuente de interés militar que puede producirse es:
2.1.a. Agotamiento o colapso por calor
Aparece en sujetos que están realizando un trabajo físico intenso con sudoración profusa tras un
ascenso brusco de la temperatura. Sufren un desmayo con piel pálida y húmeda. Previamente aparece
cansancio exagerado, cefaleas, andar vacilante, vértigo, nauseas, sensación de sed intensa y disminución
de la orina. El sujeto se repone rápidamente tras colocarlo en un ambiente sombreado y fresco. Cuando
el cuadro es muy intenso o aparatoso, debe proporcionarse al afectado 1/2 litro de agua cada 15 minutos
y una cucharadita de sal cada seis horas hasta que el cuadro y la cantidad de orina se normalicen.
2.1.b. Calambres por calor
Aparecen sobre todo en las piernas, con dolor intenso en las pantorrillas como consecuencia
de la pérdida de sodio por el sudor se da en ciertas circunstancias en ambiente caluroso y húme-
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do (marchas, cocineros, etc.). La prevención pasa por la ingesta abundante líquido y sales mine-
rales. Ceden al cesar el ejercicio.
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Enfermedad
autóctona
Vector
Turista
Enfermedad de aeropuerto
Enfermedad inducida
Enfermedad importada
Vector
Enfermedad introducida
Vector
Enfermedad autóctona
País visitado País de origen
F
R
O
N
T
E
R
A
Figura 2.1
2.1.c. Insolación
Ocurre como consecuencia de una exposición prolongada de la cabeza al sol intenso (sin som-
bras). Es un cuadro similar al del agotamiento por calor al que le acompaña la cefalea, convulsio-
nes y somnolencia. Cede con medidas similares a las del agotamiento por calor.
2.1.d. Golpe de calor
Es un accidente que se origina cuando la eliminación de calor es inferior a su producción. Se
trata de un cuadro muy grave, no pocas veces mortal y que puede dejar importantes secuelas neu-
rológicas, por lo que requiere atención médica inmediata. El golpe de calor puede aparecer con tem-
peratura ambiente normal o fría, pero habitualmente coincidiendo con un grado de humedad alto y
ejercicio intenso.
Factores desencadenantes:
— Temperatura ambiente elevada: más de 30 °C.
— Humedad relativa del aire alta: 60% o más.
— Ausencia de viento.
— Ejercicio físico aún en personal adaptado y entrenado.
— Aclimatación inadecuada.
— Otros de menos importancia son: equipo militar ajustado, prendas de vestir poco adecuadas
(las mejores son las de algodón), toma de estimulantes (café, alcohol), medicamentos (anti-
histamínicos), fatiga y/ falta de sueño, procesos morbosos (vómitos y diarrea sobre todo),
obesidad, escasa ingesta hídrica, predisposición personal.
Sintomatología:
— Diálogo incoherente.
— Andar vacilante.
— Desmayo con pérdida de conciencia.
— Fiebre (temperatura rectal) > 40,6 °C.
— Piel seca y muy caliente.
Primeros auxilios:
— Conseguir ayuda médica o evacuación inmediata.
— Colocar al accidentado a la sombra en un lugar lo más fresco y aireado posible. Desnudarlo
y ponerlo en decúbito lateral.
— Humedecer la piel con agua o alcohol (colonia). Si se dispone de hielo, colocar unas bolsas
en cuello, axilas e ingles.
— Abanicar vigorosamente.— Si se consigue bajar la fiebre a 38,5 °C, interrumpir las maniobras de refrigeración, pero rea-
nudarlas inmediatamente si sube la temperatura.
— Evacuación en vehículo descubierto o cubierto con todas las ventanillas abiertas.
— Sólo si se recuperara el conocimiento, dar de beber agua fría y evacuar a pesar de todo.
— No administrar antitérmicos, en especial la aspirina.
2.1.e. Quemaduras solares
Se producen con mayor frecuencia en los trópicos, zonas nevadas y playas y son más graves en
las personas de piel clara.
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Las medidas preventivas más importantes son:
— Proteger la piel con vestidos (manga larga, gorra con pañuelo de protección posterior, pan-
talón largo, etc.).
— Exposición paulatina al sol.
— Cremas de protección solar de factor alto (15 a 20), que deben aplicarse media hora antes de
la exposición al sol o tras un baño o sudoración intensa.
2.1.1. MEDIDAS PREVENTIVAS
— Aclimatación de dos semanas (una como mínimo).
— Entrenamiento físico progresivo en el periodo de aclimatación.
— Suspender la actividad física intensa si se padecen diarrea o vómitos.
— Aprovechar las horas del amanecer y del atardecer, incluso la noche, para realizar las tareas
que requieran un esfuerzo físico más intenso.
— Realizar altos o descansos de manera periódica dependiendo de la temperatura y de la hume-
dad.
— Beber agua en abundancia aunque no se tenga sed; se puede imponer la «disciplina del
agua»: obligar a beber a la tropa periódicamente. La sed no es un buen orientador de deshi-
dratación. La orina oscura indica que no se bebe suficiente agua.
— Utilizar ropa ligera de algodón y no ajustada.
— Utilizar siempre que se pueda la prenda de cabeza de tela con orificios de aireación.
— Refrescarse periódicamente la superficie corporal y la cabeza.
2.2. ACCIDENTES CLIMÁTICOS POR FRÍO
2.2.a. Alteraciones Generales
Hipotermia
Consiste en el mantenimiento de la temperatura corporal por debajo de 35 ºC.
— Factores predisponentes:
• Delgadez y personas con escaso tejido graso subcutáneo.
• Inmovilidad forzada.
• Fatiga.
• Consumo de drogas, tabaco y alcohol.
• Dieta escasa o de bajo contenido calórico.
• Viento.
• Humedad.
• Exposición prolongada a la temperatura baja.
— Sintomatología:
• Con temperatura corporal entre 35 °C y 27 °C: desaparición de la sensación de frío y de las
maniobras de producción de calor («tiritona» y «piel de gallina»), piel fría y pálida, rigidez
muscular, movimientos lentos, apatía, sensación agradable de lasitud con somnolencia, enlen-
tecimiento de los latidos cardiacos.
• Con temperatura corporal entre 27 °C y 25 °C: pérdida de conciencia, respiración superficial
y lenta, enlentecimiento de los latidos cardiacos, pulsos imperceptibles, falta de reflejos, pupi-
las contraídas.
• Con temperatura corporal por debajo de 25 °C: coma, respiración lenta, entrecortada y super-
ficial, edemas en los miembros.
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— Primeros auxilios:
Se deben intentar con bajas que hayan estado sometidas a una hipotermia grave y prolongada
(varias horas) y que parecen muertos, ya que pueden ser reanimados con recuperación total de sus
funciones y sin secuelas neurológicas. Es importante que el traslado se realice con cuidado extre-
mo, evitando maniobras bruscas y golpes al manejar la camilla, para evitar peligrosas alteraciones
del ritmo cardíaco. Hay que evaluar otro tipo de lesiones, quitando al lesionado las ropas húmedas
o mojadas y secándole el cuerpo.
Se aplicarán medidas de calentamiento externo paulatino en habitación caliente y si se dispone
de ello con mantas eléctricas o botellas de agua caliente. Se le cubrirá con mantas secas y si es posi-
ble precalentadas. Si el afectado mantiene el conocimiento dar de beber bebidas calientes azucara-
das. Las medidas de calentamiento orgánico, deben realizarlas solamente los servicios sanitarios.
2.2.b. Alteraciones locales
Acrocianosis
Es característica sobre todo de las manos y más frecuente en mujeres. La piel aparece fría, tume-
facta y violácea.
Sabañones
Aparecen en sujetos predispuestos incluso con temperaturas no demasiado bajas. Son placas
violáceas, lisas y relucientes acompañadas de intenso picor y a veces dolor sobre todo con el calen-
tamiento. Aparecen con más frecuencia en dedos y orejas, con tendencia a recidivar.
Congelaciones locales
Los factores predisponentes son los mismos que los de la hipotermia, y en este caso aunque la
temperatura sea bien soportada por el organismo, se pueden ver afectadas partes locales mal o nada
abrigadas.
— Sintomatología (de no tratarse al afectado):
• Grado I: Palidez, frialdad y pérdida de sensibilidad locales.
• Grado II: Ampollas serosanguinolentas, ulceraciones e intenso dolor. A partir de este momen-
to, existe riesgo de infección sobreañadida.
• Grado III: Necrosis y gangrena seca o gaseosa.
• Grado IV: Pérdida de miembros por afectación ósea.
— Primeros auxilios:
Similares a los empleados en la alteración general, calentar con agua el miembro afectado de
manera paulatina desde 26 °C hasta los 40–45 °C manteniéndolo así 20 minutos y después colocar-
lo en alto.
Pie de trinchera o pie de inmersión
Se produce cuando se permanece un tiempo prolongado con los pies mojados o encharcados.
Aparecen síntomas muy similares a las congelaciones locales aunque no es necesario que la tempe-
ratura baje de 0 °C (se puede producir hasta a 10 °C). Primero hay dolor, después entumecimiento
y por último falta de sensibilidad. Pueden aparecer edemas y complicarse con gangrena.
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2.2.1. NO SE DEBE HACER EN NINGÚN ACCIDENTE CLIMÁTICO POR FRÍO
— Dar bebidas alcohólicas.
— Realizar bruscamente las maniobras de calentamiento.
— Frotar las zonas afectadas y menos aún hacerlo con nieve.
2.2.2. MEDIDAS PREVENTIVAS
— Mantener bien embetunado o engrasado el calzado que no debe abrocharse de manera dema-
siado ajustada.
— Mantener cinturones, trinchas o vestimentas sin apretar de manera que no dificulten la cir-
culación sanguínea en los miembros.
— Mantener el uniforme limpio y seco.
— Vestir "por capas", es decir varias prendas una encima de otra, primero las de lana y encima
de éstas las acrílicas y por último las impermeables.
— Mantener abrigadas con prendas de lana las orejas, nariz y manos con pasamontañas, bufan-
da, guantes, orejeras, etc.
— Reforzar la dieta con grasas y sobre todo con hidratos de carbono: galletas, chocolate, azú-
car, bombones, etc.
— No tocar directamente con las manos desnudas partes metálicas en ambiente frío.
2.3. DISBARISMOS: MAL DE ALTURA
Son las alteraciones orgánicas o funcionales que aparecen ante cambios bruscos de la presión
atmosférica. En condiciones ambientales normales, solamente el descenso de la presión atmosféri-
ca, y en paralelo el descenso de la concentración de oxígeno en las grandes alturas provocan altera-
ciones.
El trastorno funcional que se produce en las grandes alturas o mientras se intenta una importan-
te subida, se denomina «mal de altura». Aparece de forma crónica en personas aclimatadas y de for-
ma aguda en personas que están realizando o acaban de terminar la ascensión. La causa principal
es el menor contenido de oxígeno del aire a estas alturas, lo que obliga al organismo a una mayor
frecuencia respiratoria y del pulso y posteriormente a incrementar el número de glóbulos rojos.
— Sintomatología:
• Disminución de las actividades físicas con una importante fatiga.
• Pérdida de apetito, nauseas y vómitos.
• Pérdida de la agudeza visual y dolores intensos de cabeza.
• Dificultad respiratoria y aceleración del pulso que mejora al sentarse.
• Color rojo–azulado de la cara, lengua sonrosada y ojos congestionados con párpados hin-
chados.
• Puede haber una forma mortal con edema pulmonar y cerebral.
La prevención de este trastorno es difícil ya que puede aparecer incluso en individuos aclimata-
dos. Siempre que se tenga que ascender a alturas importantes (por encima de 2.500 - 3.000 metros),
el camino se realizará con frecuentes paradas, tanto más prolongadas, cuanto mayor sea la veloci-
dad de ascensión yno ascendiendo más de 300 metros al día a partir de los 3.000 metros. El cua-
dro tiende a normalizarse en 2 a 5 días.
26
2.4. PATOLOGÍA PRODUCIDA POR OTROS FACTORES
2.4.a. El viento
Los vientos del Sur, los vientos cálidos y los del nivel del mar contienen poca cantidad de ozo-
no, circunstancia que puede favorecer en ciertas personas la aparición de mayor frecuencia en el
pulso (taquicardia), aumento de la tensión arterial (hipertensión), enrojecimiento de la piel y su-
doración.
En clima desértico, el viento arrastra grandes cantidades de arena fina contra la que se deberá
proteger el equipo, así como al personal, con gafas especiales y prendas similares al pasamontañas
(es muy práctico utilizar prendas de cabeza parecidas a las que utilizan la población de la zona).
La exposición prolongada, durante varios días, a un viento local intenso puede llegar a provocar
alteraciones psíquicas como irritabilidad, agresividad y cambios de humor en ciertas personalida-
des predispuestas.
La protección labial es un aspecto que con frecuencia se olvida tanto en los climas calurosos,
como en los fríos como en ambiente muy ventoso, siendo ideal la aplicación de barras labiales
con filtros que combinen un factor de protección solar con un hidratante y un emoliente a base
de cacao.
2.4.b. Golpe de luz
En las superficies reflectantes como son el desierto, las playas, la nieve o el agua, la luz puede
acarrear alteraciones visuales de importancia:
— Conjuntivitis congestiva.
— Manchas negras en el campo visual y estrellas anaranjadas o rojas al cerrar los ojos.
— Ceguera transitoria.
La prevención consiste en el uso constante de gafas de sol que en ambiente desértico o de nie-
ve se procurará que tengan cristal polarizador con protectores laterales. Es muy útil un suplemento
de vitamina A en la dieta (zanahoria o yema de huevo). En ausencia de asistencia médica, y ante un
cuadro severo, se aconseja un parche ocular, lavado de los ojos de manera repetida, y colirios vaso-
constrictores (descongestivos).
3. ZOOLOGÍA MÉDICA
3.1. OFIDISMO
Aproximadamente se producen anualmente en el mundo cinco millones de mordeduras por ser-
piente venenosa, picaduras de escorpión y reacciones alérgicas a picaduras de insectos; de ellas unas
100.000 son mortales y un número importante deja secuelas severas. Salvo algunas islas y ambos
polos, casi ningún territorio se encuentra desprovisto de esta fauna. De las 2.700 especies de ser-
pientes conocidas, solamente unas 300 son venenosas.
Se entiende por ofidismo los efectos y secuelas que acarrean en el hombre las mordeduras pro-
ducidas por serpientes venenosas. Según el aparato inoculador del veneno, se distinguen cuatro gru-
pos de serpientes (Figura 2.2):
— Aglifas: No poseen dientes inoculadores de veneno; a este grupo pertenecen las culebras no
venenosas.
— Opistoglifas: Los dientes inoculadores del veneno son acanalados y se encuentran en el fon-
do de la boca; a este grupo pertenecen las culebras venenosas.
27
— Proteroglifos: Los dientes inoculadores del veneno son delanteros y perforados como una
aguja de inyectar; a este grupo pertenecen las cobras, mambas, corales y serpientes mari-
nas.
— Solenoglifos: Los dientes son similares a los del grupo de los proteroglifos, pero mas perfec-
cionados, más grandes y a veces retráctiles; a este grupo pertenecen las víboras y los cróta-
los o serpientes de cascabel.
Se distinguen varios tipos de toxinas en el veneno en las serpientes, pudiendo un mismo ejem-
plar poseer diversos tipos de las mismas.
— Neurotoxinas: actúan unas provocando parálisis flácida, otras espasmos tetánicos y otras
temblores musculares incoordinados.
— Hemotoxinas: alteran los procesos de coagulación de la sangre. Unas producen hemorragias
y otras trombosis.
El hábitat de estos animales es muy variado; las víboras, los crótalos (serpientes de cascabel) y
algunas cobras suelen vivir en ambientes áridos y pedregosos e incluso desérticos, existiendo ejem-
plares, sobre todo de víboras, que viven en hábitats boscosos, monte bajo y zonas húmedas, prácti-
camente todas son terrestres, aunque hay especies arborícolas (algunas mambas). La mayoría son
buenas nadadoras. Las especies marinas pasan toda su vida en el agua.
En la Península Ibérica de un total de trece especies de serpientes, cinco son venenosas, de ellas
tres son víboras (vipéridos) y dos culebras (colúbridos) de peligrosidad más remota por tratarse de
animales con los colmillos inoculadores del veneno en situación muy trasera, por lo que tienen que
abrir mucho la boca para morder. Las principales características y distribución geográfica (Figuras
2.3 y 2.4) de las especies venenosas españolas son:
— Vipera latastei: Ojo con pupila oval vertical. Cuerno nasal prominente (hocico muy respin-
gón). Dibujo dorsal negro en zig–zag y vientre grisáceo. Hábitos crepusculares y nocturnos.
Solenoglifa.
— Vipera aspis: Ojo con pupila oval vertical. Cuerno nasal menos prominente que la especie
anterior. Labios blancoamarillentos. Dibujo dorsal menos definido, a veces en bandas y
vientre oscuro. Hábitos crepusculares y nocturnos. Solenoglifa.
— Vipera berus: Ojo con pupila oval vertical. Nariz recta (sin cuerno nasal). Infinidad de
variantes en el colorido con vientre muy obscuro. En la parte posterior de la cabeza existe
invariablemente un dibujo en forma de V invertida. Solenoglifa.
— Culebra de capuchón (Macroprotodon cucullatus): Ojo con pupila oval vertical. "Bufanda"
negra en el cuello. Nariz redondeada. Opistoglifa.
28
Figura 2.2.
— Culebra bastarda (Malpolon mompesolanus): Ojo con pupila redonda. Nariz redondeada.
Escamas supraoculares en visera y frente deprimida longitudinalmente. Opistoglifa.
3.1.a. Medidas de primera urgencia
Toda mordedura de serpiente debe ser considerada como venenosa, a no ser que el ejemplar, sea
capturado y clasificado como no venenoso por un experto.
— Requerir inmediatamente asistencia médica y medio de transporte adecuado.
— Tranquilizar al mordido, acostarlo y hacerle sudar arropándolo con mantas y dándole de
beber infusiones calientes no excitantes (tila o poleo).
— No tomar nunca esta última medida en un accidentado inconsciente o estuporoso.
— Inmovilizar el miembro mordido en una posición natural (fisiológica) y dejar la mordedura
al descubierto rasgando las ropas.
— Si se dispone de hielo, poner una bolsa en la mordedura.
— Aplicar un torniquete ancho a tres o cuatro traveses de dedo por encima de la mordedura, sin
que este demasiado apretado y aflojándolo unos segundos cada 10 ó 15 minutos. Se debe
apuntar en la ficha de evacuación la hora en que se aplicó el torniquete, o si no se dispone
de ella, en el mismo torniquete o en la frente del herido.
29
Figura 2.3.
3.1.b. Lo que no se debe hacer
— Utilizar remedios caseros o populares.
— Practicar incisiones en el lugar de la mordedura, salvo criterio del personal sanitario.
— Succionar la herida con la boca, ya que el veneno puede penetrar por una caries o por una
herida en la boca. Además, es muy probable que se infecte la herida. Se puede intentar reti-
rar veneno de la mordedura con unas bombas de succión por vacío que están diseñadas espe-
cíficamente para ello, pero esta medida solamente será eficaz, si se realiza en los primeros
momentos.
— Cualquiera de estas tres maniobras puede provocar una infección de la herida.
3.1.c. Prevención
— Evitar remover matorrales o meter la mano en huecos de árboles, de paredes o rocas;
no remover leñeras o levantar piedras del suelo sin necesidad o con la debida protec-
ción.
— Caminar siempre calzado con bota reglamentaria.
— Caminar de noche precedido de una buena luz siempre que las circunstancias lo permi-
tan y procurando remover los matorrales que nos precedan con un bastón o un palo
largo.
Antes de acostarse revisar la habitación y la cama o el saco de dormir. De ser posible
pernoctar en lugares cerrados con telas mosquiteras de malla fina en puertas y ven-
tanas.
3.2. ARACNOIDISMO
Son los efectos y secuelas que acarrean enel hombre las mordeduras de arañas venenosas o de
escorpiones. Todas las arañas son venenosas, pero de las aproximadamente 100.000 especies exis-
tentes, solamente 50 poseen un aparato mordedor e inyector suficientemente potente como para ino-
cular veneno a través de la piel de la persona.
Sintomatología de la mordedura:
— Aracnoidismo sistémico (viuda negra)
30
Figura 2.4.
Está provocado por una neurotoxina. La mordedura es muy dolorosa, apareciendo al poco tiem-
po enrojecimiento e hinchazón y persistiendo el dolor y una sensación de quemazón. Posteriormen-
te aparece una zona necrótica. Hay vértigo, debilidad muscular, dolor de la musculatura abdominal,
torácica y dorsal. La musculatura abdominal puede contraerse de manera tetánica. Aparece también
sudoración, nauseas, vómitos, intenso dolor de cabeza, ausencia de micción, pulso débil, facie cia-
nótica, jadeos respiratorios, dificultad para hablar y para conciliar el sueño.
— Aracnoidismo necrótico (Loxosceles o arañas violín)
Las lesiones son fundamentalmente locales en el lugar de la picadura, apareciendo hinchazón
intensa. La necrosis es intensa y a veces muy profunda (dependiendo de la cantidad de veneno ino-
culada) produciendo, cuando se desprende la zona, un área cicatricial deformante. Si la cantidad de
veneno inoculado es grande pueden aparecer síntomas generales: fiebre, ictericia, convulsiones y
sangre en la orina.
Tanto el aracnoidismo sistémico como el necrótico, en algunos casos, pueden causar la muerte.
En la Península Ibérica vive una especie venenosa, la viuda negra (Latrodectes mactans trede-
cimgutatus); es característico su abdomen negro globuloso con trece manchas rojas. Se extiende por
toda la región mediterránea, Aragón y parte de la vertiente atlántica. Su picadura provoca el latro-
dectismo consistente en dolor local en el sitio de la mordedura, dolor torácico y abdominal con con-
tractura, agitación psicomotriz, cefaleas, nauseas y vómitos, aumento de la sudoración y de la sali-
vación, taquicardia, respiración rápida y agitada y ocasionalmente obnubilación. La sintomatología
comienza entre 20 minutos y dos horas tras la picadura y sin tratar desaparece en 7 días (48 horas
tras tratamiento adecuado). Otras especies frecuentes pero no peligrosas son la araña marrón (Loxo-
celes rufescens) y la tarántula (Lycosa tarentula) que pese a su leyenda provoca una picadura sin
importancia.
3.2.a. Picadura del escorpión (alacrán)
El veneno depende de la especie, puede ser neurotóxico (el más peligroso), hemotóxico y cito-
tóxico. La sintomatología varía desde síntomas dolorosos de intensidad variable en el lugar de la
picadura, hasta una sintomatología general que puede ser severa, consistente en palpitaciones, pul-
so débil y rápido, respiración jadeante y débil, contracciones musculares involuntarias dolorosas
particularmente a nivel del abdomen, sudoración y salivación excesivas, sed intensa, dificultades en
el habla y la deglución, vómitos, convulsiones, alucinaciones, trastornos mentales y estrabismo. La
micción puede estar disminuida o anulada y tener fiebre de 40°C o más.
Tras una evolución de 2 a 8 horas los síntomas pueden decrecer paulatinamente o bien aumen-
tan hasta producirse la muerte por parálisis respiratoria.
Los escorpiones más peligrosos viven en Israel y en Méjico; en la Península Ibérica viven dos
géneros:
— Escorpión amarillo (Buthus occitanus): Vive en toda la península, fundamentalmente en
zonas secas y rocosas de clima cálido. Provoca una picadura moderadamente grave.
— Escorpión de cola amarilla (Euscorpius flavicaudis): Mide algo más de la mitad del anterior
(hasta 5 cm). Vive en las mismas zonas que el escorpión amarillo, pero gusta más de la
humedad y de las zonas con vegetación. Su picadura solamente provoca síntomas locales.
3.2.b. Picadura por ciempiés (escolopendra)
La picadura es dolorosa pudiendo llegar a edematizar todo el miembro picado. No reviste peli-
gro (Figura 2.5).
31
Arañas, escorpiones y escolopendras: Medidas de primera urgencia
— Seguir las normas de las mordeduras por serpiente.
— Aplicar calor en el lugar de la mordedura en lugar de hielo.
Arañas, escorpiones y escolopendras: Prevención
— Rociar los lugares con telarañas o arañas con los insecticidas recomendados en el capítulo
4º.
— Tener precaución con el equipo, no meter a ciegas las manos en las mochilas, macutos o
petates. Las taquillas son particularmente peligrosas.
— Revisar las camas, literas o sacos de dormir antes de acostarse y el calzado antes de ponér-
selo.
— Usar mosquiteros en puertas, ventanas y cama.
3.3. ENTOMOLOGÍA MÉDICA
Es el estudio de las consecuencias que para la salud supone la picadura de los insectos, garrapa-
tas, ácaros, etc, el contacto con ellos, su mera presencia o la de sus productos (deyecciones, sedas,
escamas, etc.).
3.3.a. Patología producida por artrópodos
➢ Por si mismos
• Entomofobia
• Parasitosis ilusoria
• Daños mecánicos
• Dermatosis
• Miasis
• Alergias
• Dificultad en la explotación del terreno
32
Figura 2.5.
• Envenenamiento
➢ Como vectores por «foresis»
La entomofobia (el miedo a la presencia de artrópodos) y la parasitosis ilusoria (la sensa-
ción falsa de estar parasitado, sobre todo por ectoparásitos) no revisten importancia en el medio
militar.
Los daños mecánicos pueden estar causados por el choque violento con la conjuntiva al condu-
cir vehículos descubiertos sin gafas de protección, o por la penetración durante el sueño de artrópo-
dos en las cavidades naturales (oídos y nariz sobretodo).
Algunos artrópodos pueden causar dermatitis de contacto, como las cantáridas, los milpies o
cardadores y sobre todo las orugas pilosas de las mariposas, que son las que revisten mayor impor-
tancia por su abundante número en primavera en determinados terrenos (la mas conocida en Espa-
ña es la procesionaria del pino).
Las miasis son las infestaciones de pequeñas heridas o rozaduras de la piel por larvas de mos-
cas que aprovechan estas zonas para realizar la oviposición.
Las alergias respiratorias están producidas en sujetos predispuestos con patología previa de base
y se deben principalmente a la presencia (sobre todo de las heces) de ácaros del polvo o de cucara-
chas (Figura 2.6).
La presencia de gran número de insectos voladores, dípteros en la mayoría de los casos, en deter-
minadas zonas y épocas del año, producen gran número de molestias que dificultan con intensidad
variable las labores cotidianas.
Los himenópteros (abejas, avispas, abejorros y algunas hormigas tropicales) introducen veneno
en su picadura; generalmente La picadura de algunas garrapatas, puede provocar envenenamiento
seguido de parálisis; se trata de especies distribuidas por América del Norte
El papel de ciertos artrópodos como vectores de otras enfermedades se expondrá en otros capí-
tulos (Tablas 2.1 y 2.2).
33
Figura 2.6.
34
TABLA 2.1
VECTOR AGENTE ENFERMEDAD
MOSQUITO:
Anopheles spp. Plasmodium spp. Paludismo
Alfavirus Fiebre O´nyong-nyong
Aedes spp. Flavivirus Fiebre amarilla
Dengue
Plhlebovirus Fiebre del Valle del Rift
Bunyavirus (V. de La Crosse) Encefalitis californiana
Alfavirus Fiebre Chikungunya
Culex spp. Flavivirus Encefalitis japonesa
Encefalitis viral
Fiebre del Oeste del Nilo
Encefalitis de San Luis
Alfavirus Encefalitis viral
Encefalitis del Valle del Rift
Encefalitis equina del Oeste
Fiebre de Sinbis
Filarias tisulares Filariasis tisular
Culiseta melanura Alfavirus Encefalitis equina del Este
Haemogogus spp. Alfavirus Fiebre de Mayaro
Varios Alfavirus Encefalitis equina venezolana
GARRAPATAS:
Dermacentor andersoni Coltivirus Fiebre por garrapatas del Colorado
Dermacentor spp. Rickettsia rickettsii Fiebre de las Montañas Rocosas
Ixodes spp Flavivirus Encefalitis Centroeuropea
Encefalitis veranoestival rusa
Encefalitis de Powasan
Borrelia burgdorferi Enfermedad de Lyme
Babesia spp. Babesiosis
Ornithodorus spp. Borrelia spp. Fiebre recurrente endémica
Argas cooleyi Orbivirus (Virus Sixgum City) Fiebre de Oklahoma y Colorado
Rhipicephalussanguineus Rickettsia conorii Fiebre botonosa mediterránea
Ambylomma spp. Rickettsia africae Fiebre de Zimbabwe
Hyalomma Nairovirus Fiebre hemorrágica de Criméa-Congo
Varios géneros Ehrlichia spp. Erliquiosis humana
Rickettsia australis Tifus de Quensland
Rickettsia sibirica Tifus del Norte de Asia
PIOJOS:
Pediculus corporis Rickettsia prowazekii Tifus epidémico
Borrelia recurrentis Fiebre recurrente epidémica
Rochalimaea quintana Fiebre quintana o de las trincheras
MOSCAS:
Phlebotomus spp. Leishmania spp. Leishmaniasis visceral (Kala-Azar)
Orbivirus (Virus Changuinola) Fiebre panameña
Glossina spp. Trypanosoma spp. Tripanosomiasis africana
Simulium spp. Oncocerca volvulus Oncocercosis
Chrysops spp. Loa loa Filariasis hemática
Lutzomya spp. Leishmania spp. Leishmaniasis cutánea (del Nuevo Mundo)
Bartonella baciliformis Fiebre de Oroya Verruga peruana
PULGAS:
Xenopsyla spp. Rickettsia typhi Yersinia pestis Tifus endémico Peste
35
TABLA 2.1 (cont.)
VECTOR AGENTE ENFERMEDAD
OTROS:
Triatoma spp.(Chinche) Trypanosoma cruzi Tripanosomiasis americana
Allodermanyssus sanguineus Rickettsia akari Ricketsiosis varioliforme
Leptotrombidium spp.(Aca) Rickettsia tsutsugamushii Tifus de los matorrales
ROEDORES:
Ratas campestres Arenavirus Fiebre hemorrágica venezolana
Hantavirus Fiebre hemorrágica con síndrome renal
Mastomys spp. Arenavirus Fiebre de Lassa
Calomys spp. Arenavirus Fiebre hemorrágica argentina
Fiebre hemorrágica boliviana
Desconocido
Filovirus Fiebre Ebola
Fiebre Marburgo
Coxiella burnetii Fiebre Q
TABLA 2.2
ENFERMEDAD AGENTE VECTOR
Babesiosis Babesia spp. Ixodes spp.
Dengue Flavivirus Aedes spp.
Encefalitis californiana Bunyavirus Aedes spp.
Encefalitis centroeuropea Flavivirus Ixodes spp.
Encefalitis de Powasan Flavivirus Ixodes spp.
Encefalitis de San Luis Flavivirus Culex spp.
Encefalitis equina del Este Alfavirus Culiseta melanura
Encefalitis equina del Oeste Flavivirus Culex spp.
Encefalitis equina venezolana Alfavirus Varias especies de mosquitos
Encefalitis japonesa Flavivirus Culex spp.
Encefalitis veranoestival rusa Flavivirus Ixodes spp.
Encefalitis viral Flavivirus Culex spp.
Enfermedad de Lyme Borrelia burgdorferi Ixodes spp.
Erliquiosis humana Ehrlichia spp. Garrapatas var. Gen.
Fiebre amarilla Flavivirus Aedes spp.
Fiebre botonosa mediterránea Rickettsia conorii Ixodes spp.
Fiebre Chikungunya Alfavirus Aedes spp.
Fiebre de Ebola Filovirus Desconocido
Fiebre de las Montañas Rocosas Rickettsia rickettsii Dermacentor spp.
Fiebre de Lassa Arenavirus Mastomys spp.
Fiebre de Marburgo Filovirus Desconocido
Fiebre de Mayaro Alfavirus Haemogogus spp.
Fiebre de Oklahoma y Colorado Orbivirus Argas cooleyi
Fiebre de Oroya Bartonella baciliformis
Fiebre de Sinbis Flavivirus Culex spp.
Fiebre de Zimbabwe Rickettsia africae Amblyomma spp.
Fiebre del Oeste del Nilo Flavivirus Culex spp.
Fiebre del Valle del Rift Phlebovirus Aedes spp.
Fiebre hemorrágica argentina Arenavirus Calomys spp.
Fiebre hemorrágica boliviana Arenavirus Calomys spp.
Fiebre hemorrágica con síndrome renal Hantavirus Ratas campestres var. gen.
La «foresis» consiste en el transporte de microorganismos patógenos (bacterias y quistes funda-
mentalmente) desde un foco a un lugar exento de ellos; se realiza en los pelos de las patas, tan abun-
dantes en algunas especies.
➢ Piojos
Producen parasitación en la cabeza o en las ropas
(Pediculus humanus) y en el vello púbico (ladillas) y a
veces en pestañas, cejas y axilas. Los piojos además de
las molestias pruriginosas, pueden transmitir el tifus
exantemático, la fiebre de las trincheras y la fiebre recu-
rrente. Las ladillas se transmiten por contacto sexual y
no son vectores de enfermedades.
Las pediculosis son, en la mayoría de los casos, con-
secuencia del hacinamiento. Los piojos del cuerpo son
más frecuentes en climas fríos aunque también se pue-
den encontrar en climas desérticos en los que la falta de
baños corporales es la regla. Los huevos de los piojos se
denominan liendres (Figura 2.7) y se localizan en los
mismos pelos parasitados por los piojos y en las ropas
de lana y algodón, preferentemente en las costuras.
La profilaxis de las infestaciones por piojos consis-
te en una rigurosa higiene corporal, del vestido y del
hábitat.
36
TABLA 2.2 (cont.)
ENFERMEDAD AGENTE VECTOR
Fiebre hemorrágica de Criméa Congo Nairovirus Hyalomma spp.
Fiebre hemorrágica venezolana Arenavirus Ratas campestres var. gen.
Fiebre O´nyong-nyong Alfavirus Anopheles spp.
Fiebre panameña Orbivirus Phlebotomus spp.
Fiebre por garrapatas del Colorado Coltivirus Dermacentor andersoni
Fiebre Q Coxiella burnetii Desconocido
Fiebre quintana o de las trincheras Rochalimaea quintana Pediculus humanus
Fiebre recurrente endémica Borrelia spp. Ornithodorus spp.
Fiebre recurrente epidémica Borrelia recurrentis Pediculus humanus
Filariasis hemática Loa loa Chrysops spp.
Filariasis tisular Filarias tisulares Culex spp.
Leishmaniasis cutánea Leishmania spp. Lutzomya spp.
Leishmaniasis visceral o Kala Azar Leishmania spp. Phlebotomus spp.
Oncocercosis Oncocerca volvulus Simulium spp.
Paludismo Plasmodium Anopheles spp.
Peste Yersinia pestis Xenopsyla spp.
Ricketsiosis varioliforme Rickettsia akari Allodermanyssus sanguineus
Tifus de los matorrales Rickettsia tsutsugamushii Leptotrombidium spp.
Tifus de Quensland Rickettsia australis Garrapatas var. Gen.
Tifus del Norte de Asia Rickettsia sibirica Garrapatas var. Gen.
Tifus endémico Rickettsia typhi Xenopsyla spp.
Tifus epidémico Rickettsia prowazekii Pediculus humanus
Tripanosomiasis africana Trypanosoma spp. Glossina spp.
Tripanosomiasis americana o enf. De Chagas Trypanosoma spp. Triatoma spp.
Verruga peruana Bartonella baciliformis
Figura 2.7.
➢ Chinche (Cimex lectularius)
Aparece tanto en las ciudades como en el medio rural. Sus hábitos son nocturnos siendo más
frecuentes en los suelos y camas de madera, entre cuyas rendijas permanece de día. Es un insecto
sin alas de cuerpo aplanado y de color caoba o ambarino (Figura 2.8). Cuando las picaduras son
múltiples pueden provocar la aparición de zonas edematosas duras. La picadura de la chinche de las
camas no transmite la enfermedad al hombre.
➢ Mosquitos, moscas, flebotomos, mosca negra (simúlido) y tábanos
La picadura es dolorosa. El principal peligro de la picadura de estos insectos radica en la grave-
dad de las enfermedades que pueden transmitir: paludismo, fiebre amarilla, dengue, filariasis, etc.
➢ Pulgas (Pulex irritans)
Son insectos sin alas, lateralmente aplanados cuya característica principal es desplazarse a sal-
tos. Generalmente su presencia va unida a la de ganado y roedores.
Provoca picaduras elevadas, duras, y enrojecidas acompañadas de sensación de quemazón y
picor intenso. Las pulgas pueden ser transmisoras de la peste bubónica.
➢ Abejas, avispas y avispones
Estos insectos producen una picadura venenosa que, aunque generalmente solo produce una
reacción local de mayor o menor intensidad, puede llegar a provocar una reacción general por aler-
gia al veneno que puede ser mortal (Figura 2.9).
37
Figura 2.8.
Figura 2.9.
➢ Garrapatas
Las garrapatas pican clavando la «cabeza» en la piel anclándose hasta que una vez repletas de
sangre se desprenden solas y se dejan caer. La extracción de estos artrópodos nunca debe hacerse
tirando del abdomen del animal, ya que con toda seguridad éste se separará de la cabeza que per-
manecerá clavada pudiendo originar un foco de infección o un quiste. Para separar al animal basta-
rá con rociarlo con un repelente o un irritante (aceite, vaselina, laca de uñas, alcohol, colonia o
incluso con las debidas precauciones con la lumbre de un cigarrillo). También puede hacerse la
extracción con pinzas finas por una persona experta.
En ciertas regiones (Estados Unidos y Canadá) se dan casos de parálisis por garrapatas, cuando
el animal pica en la cabeza o en el cuello y permanece largo tiempo pasando desapercibido. Apare-
ce una parálisis ascendente completa en 24 horas con parálisis respiratoria y muerte. La retirada a
tiempo dela garrapata produce una recuperación rápida y completa.
Las garrapatas pueden transmitir numerosas enfermedades (Ver Tablas 2.1 y 2.2).
3.3.b. Lucha contra los artrópodos
➢ Barreras físicas
— Camisa de manga larga, pantalón largo y calcetines, sobre todo al anochecer.
— Mallas metálicas finas (con malla de 1,2 a 1,5 mm) en puertas, ventanas y orificios de ven-
tilación.
— Mosquiteros impregnados en repelente. Son mejores los cuadrangulares ya que evitan mas
que los cónicos el contacto con el cuerpo.
— Mantener las basuras cerradas y lejos de las viviendas.
— Luchar contra los estancamientos de agua por mínimos que sean. Practicar zanjas de drena-
je en los campamentos para evitar charcos (que se cegarán con arena si se producen).
➢ Barreras químicas (repelentes)
— Características:
• eficacia probada para los hematófagos.
• no ser de olor o tacto desagradable.
• ser persistentes, aguantando varios lavados.
• no ser tóxicos ni alergizantes.
• no deben manchar.
• no ser solventes de plásticos ni fibras sintéticas.
• tener bajo costo y presentaciones comerciales de fácil uso.
— Los repelentes (Tabla 2.3):
• DEET, es algo irritante y daña algunos plásticos y fibras sintéticas.
• Etil–hexanediol, no es tan duradero como el DEET.
• Bayrepel, bien tolerado por la piel y no ataca plásticos ni pinturas.
38
TABLA 2.3
DEET Picaridina
Otros: EBAAP,
DMP, etilhexanodiol
Actividad Mosquitos, moscas, Idem Menor
pulgas y garrapatas.
➢ Insecticidas ambientales
— Permetrina:
Pueden usarse en forma de pulverizaciones, evaporadores (Figura 2.10) y espirales fumígenas.
4. BOTÁNICA MÉDICA
Es el estudio de las consecuencias que para la salud supone el contacto y el consumo de ciertas
especies vegetales.
4.1. DERMATITIS DE CONTACTO
Algunas plantas causan escozor, enrojecimiento y picor intenso que invita al constante rascado
y que pueden terminar en ampollas en personas muy sensibles (ortigas, hiedra, perejil y apio), otras
provocan una descamación de la piel que a nivel de los dedos es muy dolorosa (bulbos de tulipanes,
jacintos y narcisos) y otras pueden causar una inflamación irritativa (resinas). La hiedra puede inclu-
so causar dermatitis cuando disemina el polen.
4.2. FOTODERMATITIS
Algunas especies de plantas (apio, césped, zanahoria, chirivía, cítricos) contienen sustancias que
sensibilizan a la piel ante una posterior exposición a la luz solar que podría llegar a provocar que-
maduras de primer y segundo grado.
39
TABLA 2.3 (cont.)
DEET Picaridina
Otros: EBAAP,
DMP, etilhexanodiol
Concentración 30-50 % 10-20 % 25-50 %
Presentación Nebulizador, loción, Nebulizador, Según el tipo
gel, jabón, barra, toallitas loción, barra
Duración del efecto 3-4 h 4-8 h Según el tipo
Observaciones No daña: fibras naturales ni sintéticas
Daña: plástico, cuero, pinturas y barnices
Figura 2.10: Sistema «swing-fog» utilizado por el servicio de veterinaria militar para pulverizar insecticida.
En la foto de la derecha se aprecia en detalle el depósito de insecticida (DI), el de combustible (DC)
y la «lanza térmica» (LT).
4.3. INTOXICACIONES
Son, la mayoría de las veces, accidentales o por confusión de frutos de especies parecidas. Una
vez más se impone la norma de no consumir alimentos no autorizados, incluso aunque "expertos",
los aconsejen como comestibles y no peligrosos. Esta medida debe extremarse en el caso de las
setas, cuya recolección y consumo deben estar rigurosamente prohibidos.
5. OTRAS PATOLOGÍAS
5.1. DIARREA DEL VIAJERO
Consiste en un cuadro de diarrea aguda y acuosa con una media de 4 a 5 deposiciones diarias (3
a 10) que aparece entre 12 y 72 horas tras la llegada al punto de destino. Los síntomas y signos más
frecuentes son: retortijones, vómitos (15% de los afectados), fiebre (5%) e incluso sangre en las
heces. Generalmente sin tratamiento dura de 2 a 5 días, pero se puede prolongar más de dos sema-
nas, en cuyo caso debemos pensar en una etiología por protozoos.
La diarrea es el cuadro clínico que con más frecuencia aparece en los viajeros y ha sido una
compañera constante en las grandes campañas militares pudiendo ser sus agentes causales, bacte-
rias, virus y protozoos.
Es un cuadro que se presenta con frecuencia cuando los efectivos militares están destacados fue-
ra del territorio nacional y tras permanecer una temporada más o menos prolongada en la zona, se
relajan las normas higiénicas y se comienzan a frecuentar fuentes de comida no autorizadas por los
servicios sanitarios.
Según la zona de actuación, varían los agentes causales y el riesgo de padecer la enfermedad
(Figura 2.11).
40
Figura 2.11.
5.1.a. Prevención de la diarrea del viajero
— Higiene del agua y de los alimentos.
— Lavarse los dientes, en las zonas de alto riesgo, con agua mineral.
— El tratamiento antibiótico y la quimioprofilaxis (quinolonas, subnitrato de bismuto y opio,
etc) se realizarán, en su caso, bajo prescripción médica o previa consulta al Instituto de
Medicina Preventiva de la Defensa.
6. SITUACIONES DE INTERÉS
6.1. BAÑOS EN AGUAS NATURALES
Las aguas naturales (ríos, lagos y mar) sólo se considerarán seguras en los países desarrollados
y siempre tras la autorización de los servicios sanitarios.
6.1.a. Aguas dulces (ríos y lagos)
La esquistosomiasis y la oncocercosis son particularmente abundantes y peligrosas en muchas
regiones. También la infección a través de la piel por larvas acuáticas (cercarias) de nemátodos no
parásitos y no específicos del hombre puede provocar el «picor del bañista».
6.1.b. Aguas saladas (mar)
En ciertas regiones son particularmente peligrosos los celentéreos (medusas, corales y anémo-
nas) que pueden provocar reacciones alérgicas importantes. En el litoral español solamente reviste
importancia la medusa denominada carabela portuguesa más abundante en el litoral oceánico. Es de
destacar que restos flotantes muertos de estos animales mantienen durante algún tiempo su capaci-
dad urticante.
Los peces ponzoñosos (sobre todo el «pescado de roca») y los moluscos venenosos (conos) pue-
den producir importantes cuadros de envenenamiento. En aguas donde se sospeche la presencia de
tiburones debe prohibirse el baño.
6.2. MASCOTAS Y ANIMALES DE COMPAÑÍA
No debe estar permitido la adopción de mascotas (perros, loros, monos, etc.) por el peligro de
transmisión de rabia, picaduras de pulgas, micosis y psitacosis.
En España hay leyes que prohíben la importación de ciertos animales exóticos por considerarse
especies protegidas.
7. ADAPTACIÓN O ACLIMATACIÓN
Es la adecuación de las funciones vitales del organismo a un cambio climático distinto y brusco.
Está en función del origen del individuo a aclimatar; idealmente requeriría al menos dos sema-
nas, si éste tiempo se reduce por necesidades de la operación, la aclimatación no será la óptima. El
lugar ideal para realizarla es en el mismo país o en el propio en una zona de climatología similar a
la de destino.
Se irá incrementando de la exposición al sol o al frío y el ejercicio físico de manera paulatina.
Un descanso excesivo produce anquilosamiento físico y psíquico, pero es importante un descanso
regular y una actividad intelectual o lúdica diaria, distinta a la laboral.
41
Dependiendo de la temperatura, deberán ajustarse de manera aproximada la ingesta de agua y el
ritmo de trabajo–descanso (Tabla 2.4).
8. REGLAMENTO SANITARIO INTERNACIONAL (RSI)
8.1. ASPECTOS DE INTERÉS MILITAR
El 23 de mayo de 2005, en la 58ª Asamblea Mundial de la Salud, se aprobó el texto del nuevo
RSI que entrará en vigor en junio de 2007 sustituyendo, entonces, al actual de 1969 (revisado en
1981) que hasta ésa fecha será el considerado en vigor.
El actual reglamento tiene por función recomendar prácticas, métodos y procedimientos relati-
vos a la vigilancia internacional y al control de enfermedades transmisibles, fundamentalmente
cólera, peste y fiebre amarilla. El nuevo texto de 2005, tiene un carácter mas ambicioso y actual,
abarcando todas las enfermedades infecciosas, sobre todo aquellas mas susceptibles de propagarseen forma de pandemia, con cuatro objetivos generales: prevenir y controlar su propagación univer-
sal, dar una respuesta en el ámbito de la salud pública y ofrecer la máxima protección a la pobla-
ción a escala internacional, todo ello interfiriendo lo menos posible en los desplazamientos interna-
cionales de las personas (viajes) y de las mercancías (comercio).
El RSI debe cumplirse siempre, y especialmente en aquellos casos en que tropas destacadas fue-
ra del territorio nacional operen en una zona que carezca de «administración sanitaria», o lo que es
lo mismo, de autoridad gubernamental competente para hacer cumplir en su país las medidas sani-
tarias que en él se indican.
El jefe de Sanidad Militar del contingente desplazado hará cumplir el RSI, informando de las
incidencias epidemiológicas a las autoridades sanitarias correspondientes. Si la zona de despliegue
contara con puertos y/o aeropuertos con tránsito civil o de mercancías sin interés militar, hará cum-
plir igualmente lo dispuesto en el Reglamento.
Según el artículo 80 del RSI de 1969 (Punto 10 del Anexo VI del nuevo RSI de 2007), los docu-
mentos de vacunación expedidos por las Fuerzas Armadas a su personal en servicio activo, tendrán
la misma validez que el Certificado Internacional de Vacunaciones siempre que contengan la mis-
ma información que éste y datos en español, inglés y francés.
El Ministerio de Defensa cuenta con dos centros autorizados por el Ministerio de Sanidad y
Consumo para actuar como Centro Internacional de Vacunaciones y poder administrar la vacuna
contra la fiebre amarilla y rellenar el correspondiente certificado internacional de vacunación. Estos
son el Instituto de Medicina Preventiva de la Defensa «Capitán Médico Ramón y Cajal» y el Hos-
pital General de la Defensa de San Fernando (Cádiz).
42
TABLA 2.4
TEMPERATURA INGESTA DE AGUA RITMO TRABAJO/DESCANSO
â 25 ºC 0,5 l/h 50´/10´
25-30 ºC 0,5-1 l/h 45´/15´
30-35 ºC 1,5-2 l/h 30´/30´
â 35 ºC â 2 l/h 20´/40´
INTELIGENCIA SANITARIA
CAPÍTULO 3
45
INTELIGENCIA SANITARIA
La Inteligencia Sanitaria es el resultado de la obtención de información no evaluada de interés
sanitario, su compilación, procesamiento, interpretación, evaluación, análisis e integración. Esta
secuencia de actuaciones se denomina ciclo de inteligencia y su objeto es la elaboración del infor-
me de inteligencia (Figura 3.1). Se entiende por información de interés sanitario a los datos cien-
tíficos (biológicos y ambientales sobre todo) y militar referente a las capacidades militares y sani-
tarias tanto en el ámbito civil como militar.
La Inteligencia Estratégica Sanitaria es la que requieren los Mandos Supremos (Nacionales y
Aliados) para establecer las decisiones de su nivel. La Inteligencia Táctica Sanitaria difiere de la
INFORMACIÓN NO EVALUADA DE INTERÉS SANITARIO
INFORME
DE
INTELIGENCIA
Ciclo de Inteligencia
COMPILACIÓNOBTENCIÓN PROCESAMIENTO
INTEGRACIÓNANÁLISISEVALUACIÓNINTERPRETACIÓN
DIFUSIÓN
Figura 3.1.
estratégica en el nivel de empleo (CE y unidades inferiores), tiempo disponible para su elaboración
y enfoque general de su contenido.
FASES
— Dirección: determina las necesidades y emite órdenes y peticiones.
— Obtención: explota las fuentes y recopila información.
— Elaboración: compila, procesa, integra, analiza, evalúa e interpreta la información convir-
tiéndola en el Informe de Inteligencia.
— Difusión: distribuye el Informe de Inteligencia a quien lo demanda o precisa.
COMETIDOS
— Estudiar la zona geográfica con sus características sanitarias, la red hospitalaria existente,
fiabilidad de su sanidad y posibilidades de empleo.
— Estudiar las capacidades militares sanitarias.
— Determinar los riesgos de carácter sanitario existentes y los que puedan surgir ante la apari-
ción de un conflicto, para las fuerzas propias, los beligerantes y la población civil.
— Determinar los condicionantes sanitarios de carácter general sobre el apoyo sanitario reque-
rido para la operación.
— Determinar los probables apoyos a recibir del Sistema Nacional de Salud.
DESARROLLO
La Inteligencia Militar, que es un todo único, trata de diversos aspectos, entre ellos los sanita-
rios que inciden sobre las operaciones. La Sanidad Militar con respecto a la Inteligencia actúa en
un doble sentido: como destinataria de los aspectos de inteligencia de interés sanitario y como fuen-
te de información al sistema militar de inteligencia. La necesidad de información sanitaria, con fre-
cuencia es calificada como «necesidad prioritaria».
El conocimiento de las características de la zona objeto de estudio tiene importancia incluso cuan-
do no se prevea un conflicto, por cuanto puede facilitar el apoyo y despliegue sanitario en misiones
humanitarias, de paz, de interposición, etc.
46
MODELO DEL INFORME DE INTELIGENCIA SANITARIA
FICHA TÉCNICA
DATOS GENERALES
47
ZONA GEOGRÁFICA: ______________________________________________________________
FECHA: ____/____/____
ORIGEN: _________________________________________________________________________
DESTINO: ________________________________________________________________________
COPIA INFO: ______________________________________________________________________
FUENTE: _________________________________________________________________________
CLASIFICACIÓN: __________________________________________________________________
LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA
COORDENADAS DEL PLANO
TOPOGRAFÍA
CLIMA. RANGOS DE TEMPERATURA
RIESGOS DE DESASTRES NATURALES
COMUNICACIONES. Disponibilidad y fiabilidad
POSIBILIDADES DE EVACUACIÓN:
— CARRETERA: Factores estacionales y de seguridad
— AEROPUERTOS Y PUERTOS: localización, servicios, canales de navegación, pro-
fundidades, características.
— MEDIOS DE TRANSPORTE PÚBLICOS
RIESGOS NBQ
FACTORES SOCIO-POLÍTICOS DE INTERÉS MÉDICO
INCIDENCIA Y MÉTODOS DE CONTROL DE LAS ENFERMEDADES
48
ENFERMEDADES ENTÉRICAS Y DIARREICAS
ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
ENFERMEDADES DE LA PIEL
INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL
ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR VECTORES
CALENDARIOS VACUNALES Y COBERTURA VACUNAL 
OTRAS
PROFILAXIS ESPECÍFICA:
— Criterios
— Quimioprofilaxis y otras medidas; resistencias
— Calendario vacunal
IDIOMAS
INFLUENCIA POLÍTICA Y ECONÓMICA
DENSIDAD DE POBLACIÓN Y DISTRIBUCIÓN REGIONAL
DATOS DEMOGRÁFICOS
— Natalidad
— Mortalidad
— Migración
— Mortalidad infantil
— Esperanza de vida
— Índices de fertilidad
COSTUMBRES Y PRÁCTICAS RELIGIOSAS
ACTITUD DE LA POBLACIÓN
DISPONIBILIDAD DE DROGAS ILÍCITAS
— Tipos
— Lugares
PROSTITUCIÓN
— Legislación
— Zonas
— Estimación del riesgo sanitario
HIGIENE Y SANEAMIENTO
FLORA Y FAUNA DE INTERÉS MÉDICO
49
AGUA
— Origen
— Calidad y tipo de tratamiento
— Cantidad
— Distribución
CONDICIONES DE VIDA
RECURSOS ALIMENTARIOS
— Hábitos y estado nutricional
— Disponibilidad de alimentos
— Condiciones higiénicas
RESIDUOS ORGÁNICOS E INORGÁNICOS
FACTORES AMBIENTALES
— Contaminación industrial
— Riesgos naturales
BOTÁNICA MÉDICA
— Géneros y distribución geográfica y estacional
— Medidas preventivas
ANIMALES DOMÉSTICOS
— Géneros (ganado y callejeros)
— Medidas preventivas
— Zoonosis
ZOOLOGÍA MÉDICA (FAUNA SALVAJE)
— Géneros y distribución geográfica
— Medidas preventivas
ARTRÓPODOS VECTORES
— Géneros y distribución geográfica y estacional
— Métodos de protección y control
SERVICIOS DE SALUD CIVILES
50
SANIDAD PRIVADA
— Organización y administración
— Capacidades
— Medicina de urgencias 
INSTALACIONES SANITARIAS
— Tipos, organización y estructura. Contactos
Localización (proximidad a vías de SERVICIOS DE SALUD PÚBLICA
— Organización y administración
— Capacidades
— Medicina de urgencias 
— Programas de medicina preventiva e ingeniería sanitaria
— Evacuación
— Posibilidades de apoyo mutuo
PERSONAL SANITARIO
— Formación, titulaciones (calidad)
— Cantidad por habitantes (médicos, enfermeras y odontólogos)
— Especialistas
— Transporte de enfermos (ambulancias, tipos)
— Material y equipos sanitarios
— Industria farmacéutica. Farmacias
— Bancode sangre: calidad, disponibilidad
— Laboratorios clínicos: capacidad, tipos
PLANES DE EMERGENCIAS
— Activación de los servicios sanitarios
— Protección civil
ORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE EPIDEMIOLOGÍA
JUICIO CRÍTICO
SANIDAD MILITAR
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
51
ORGANIZACIÓN, ESTRUCTURA Y DEPENDENCIA
LOCALIZACIÓN. CONTACTOS
PROXIMIDAD ZONAS DE EVACUACIÓN
POSIBILIDADES DE APOYO MUTUO
CARACTERÍSTICAS:
— Capacidades. Hospitales (datos)
— Cantidad y calidad del personal sanitario. Especialistas
— Servicios de urgencia y evacuación. Capacidad de actuación ante bajas masivas
— Material y equipo
— Capacidades del banco de sangre
— Capacidades de los laboratorios clínicos
JUICIO CRÍTICO
ASPECTOS GENERALES
MEDIDAS COLECTIVAS DE PROTECCIÓN MÉDICA
MEDIDAS DE PROTECCIÓN INDIVIDUAL
HIGIENE DEL HABITAT.
ALOJAMIENTOS
CAPÍTULO 4
55
1. GENERALIDADES
El alojamiento tiene como misión fundamental proporcionar al soldado un hábitat que le prote-
ja adecuadamente de los fenómenos meteorológicos naturales (frío, calor, humedad, viento, etc.), y
una correcta higiene, impide la transmisión de enfermedades y la contaminación del medio por los
residuos generados por la actividad humana.
2. ALOJAMIENTOS MÁS UTILIZADOS EN EL MEDIO MILITAR
2.1. Campamentos.
2.2. Acantonamientos.
2.3. Vivacs.
2.4. Trincheras y refugios.
2.1. CAMPAMENTOS
Son instalaciones militares utilizadas por las unidades militares en ejercicios, maniobras de
adiestramiento en tiempo de paz y operaciones. Son diferentes a los cuarteles.
Para esta clase de alojamientos se debe elegir un terreno que ofrezca garantías de suministro
de agua potable. No se deben elegir terrenos húmedos, pantanosos o con capas de agua a poca
profundidad.
La orientación de conjunto del campamento debe ser la que consiga que reciba la mayor insola-
ción posible. El estudio de los vientos dominantes en la zona servirá para determinar la situación
más protegida y también la ubicación de las letrinas y zona de eliminación de residuos para que los
malos olores no afecten a los alojamientos.
Generalmente el campamento se compone de módulos pre-fabricados, barracones si es perma-
nente y de tiendas de campaña cuando es transitorio
Barracones/módulos pre fabricados
Cuando sea posible se emplearán módulos prefabricados que en la mayoría de los casos son
transportables e idealmente deberían estar provistos de sistemas de aire acondicionado. El sue-
lo debe estar elevado para aislarlo de la humedad. El interior ha de ser saneado con la periodi-
cidad que los servicios veterinarios consideren oportuno. Las paredes han de ser lisas y sin ador-
nos, los cuadros, papeles o tablones de avisos serán sólo los precisos para el funcionamiento de
la Unidad y deberán desprenderse con facilidad para poder realizar una mayor limpieza y desin-
sectación.
La altura máxima del habitáculo no debería sobrepasar los 3 m, calculándose unos 6 m2 por per-
sona, para la superficie del barracón, en total un cubicaje de 18 m3, necesarios para disminuir la
aparición de enfermedades de transmisión aérea.
El equipo debe incluir una cama con su correspondiente colchoneta. La ventilación debe ser sufi-
ciente para que no se enrarezca el aire ni se acumulen malos olores; lo más indicado es que la entra-
da de aire esté en la parte inferior del habitáculo y se produzca a través de rejillas protegidas con tela
metálica para evitar la entrada de insectos o roedores, y la salida del aire esté en la parte superior y se
efectúe a través de ventanas basculantes, para que la renovación sea lo más natural posible.
Las condiciones ideales son las siguientes: temperatura alrededor de los 18°C, humedad alrede-
dor del 40%.
Tiendas de campaña
Sólo deben emplearse para una ocupación transitoria y provisional.
Se debe instalar en terrenos ligeramente inclinados y alrededor de la misma se hará una peque-
ña zanja para que en caso de lluvia, el agua bordee la tienda y no se inunde el interior.
Se debe ventilar adecuadamente. No se debe dormir nunca directamente sobre el suelo; siempre
se empleará colchoneta o plancha aislante.
Cuando la tienda constituya el alojamiento deberá prestarse atención a la ropa y calzado antes
de ponérselo y al saco de dormir antes de utilizarlo para evitar en lo posible la presencia en los mis-
mos de artrópodos o serpientes.
Organización, conservación, y limpieza del campamento
Los módulos o tiendas de campaña estarán dispuestos por calles, buscando en los cruces una
orientación norte-sur, este-oeste, con lo que tendrán la misma insolación por ambos lados. La dis-
tancia entre barracones debe ser de una vez y media su altura.
En los campamentos permanentes es necesaria la presencia fija de personal que se encargue de
la vigilancia, mantenimiento, limpieza y tareas de higiene en general, así como la recogida y elimi-
nación de residuos.
La limpieza de los respectivos alojamientos, será diaria, conservando en perfecto estado de poli-
cía los alojamientos y manteniendo en todo momento la disciplina higiénica adecuada, no arrojan-
do papeles ni restos de comida ni otros desperdicios al suelo, efectuándolo en los lugares señalados
para ello, no fumando, excepto en las zonas autorizadas.
2.2. ACANTONAMIENTOS
Son edificaciones ya existentes aprovechadas por las Unidades por ofrecer una mayor protec-
ción que los vivacs. Por lo general serán edificios públicos como gimnasios, escuelas, garajes, etc.
Desde un punto de vista sanitario, pueden presentar numerosas deficiencias, como la escasez de
agua, la insuficiencia de alcantarillado o de sistemas de evacuación de aguas residuales y excretas,
las situaciones de hacinamiento por escasez de espacio. Los corrales, granjas, apriscos, cuadras,
siendo instalaciones habitual o esporádicamente donde pernocte ganado, dada la presencia de insec-
tos y roedores, por lo que se emplearán como último recurso.
Las medidas sanitarias aplicables serán dictadas por los servicios sanitarios de la Unidad, indi-
cándose el número máximo de individuos por alojamiento, procurando evitar el hacinamiento y
teniendo en cuenta las posibilidades de ventilación. Se señalarán convenientemente las zonas de
emplazamiento de letrinas y las fuentes de agua autorizadas.
56
Se empleará únicamente el agua declarada potable por los Servicios Sanitarios quedando prohi-
bido todo suministro no autorizado.
Cuando se abandone una zona de acantonamiento esta quedará a ser posible en mejor estado que
cuando se ocupó.
2.3. VIVACS
Representan alojamientos improvisados, impuestos por las circunstancias de la operación o bien
del adiestramiento.
Siempre que se pueda deben escogerse en terrenos protegidos del viento y en las proximidades
de zonas arboladas, que puedan suministrar los materiales (ramas, matorrales) que combinados con
los elementos propios del equipo (mantas, planchas, ponchos, etc.) sirvan para mejorar las condi-
ciones de protección del vivac.
Se señalizarán convenientemente las zonas de letrinas y los lugares de enterramiento de basuras.
Están sometidos a las inclemencias metereológicas por lo que sólo deben ser utilizados durante
períodos breves de tiempo. Debido a sus propias condiciones son alojamientos precarios, por lo que
se deben extremar más las medidas higiénicas, evitando la acumulación de excretas y basuras, orga-
nizando su eliminación con todos los medios disponibles.
No se situarán vivacs ni letrinas cerca de los cursos de agua ni sobre terrenos excesivamente per-
meables que pueden facilitar la infiltración de las excretas a la capa de aguas profundas.
No se acampará en las orillas de los ríos o en ramblas, para evitar los riesgos de posibles creci-
das repentinas.
Las vaguadas pronunciadas pueden ser peligrosas en caso de incendio, ya que en ellas el fuego
se propaga a gran velocidad.
2.4. TRINCHERAS Y REFUGIOS
El mantenimiento de las sus condiciones higiénicas son difíciles debido a su situación por deba-
jo del nivel del suelo, y a la facilidad para inundarse si llueve.
La constante presencia del personal