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1 La lucha contra el machismo como lucha de la clase trabajadora Guillermo Defays Central de Trabajadores de la Argentina (Autónoma) de la Capital 2 La lucha contra el machismo como lucha de la clase trabajadora Introducción y resumen El movimiento de mujeres en la Argentina, ha tenido en los últimos años una gran vitalidad en la lucha, una singular claridad en los planteos y una dinámica inusualmente democrática. Valga este pequeño ensayo como un aporte para la conciencia de todos los trabajadores sobre la lucha contra el machismo y valga también como homenaje a la lucha que esperamos entre todas y todos, hacer que triunfe. No se pretende encarar la coyuntura con estas notas, sino más bien hacer aportes teóricos para la discusión, la formación y la labor militante. Se ha recurrido a fuentes clásicas y a otras no tan clásicas y se han incorporado también algunos conceptos originales. Los primeros capítulos (1 al 7) ponen el acento en la función histórica del machismo, dejando en claro que ni es "algo natural" ni algo que el "progreso" vaya a revertir. En particular, se describe como el machismo ha sido funcional a las distintas etapas del capitalismo y cuales son los mecanismos de reproducción intergeneracional del mismo. Establecido lo anterior y teniendo en cuenta que la relación estrecha entre machismo y explotación a lo largo de la historia de la humanidad, generalmente lleva al razonamiento: "Los explotadores son machistas", se aventura la siguiente afirmación alternativa: "Los machistas son explotadores". A partir de aquí, el propósito es entonces, investigar como y de que manera, la lucha contra el machismo podría ser un factor fundamental en una transformación revolucionaria de la sociedad. En los capítulos siguientes (9 al 12), se desarrolla la posibilidad y especificidad de la lucha ideológica - cultural contra el machismo, se analiza como esta se refleja en los aspectos políticos y económicos y se establece con claridad que se trata de un aspecto de la lucha de clases. La "familia nuclear capitalista", el sistema educativo y los medios de comunicación masivos, son las "arenas" principales donde hace falta que esta lucha se defina. Por último, se analizan algunas "trampas ideológicas" que el sistema capitalista despliega a favor del machismo. En este sentido, el movimiento feminista, que ha sido referenciado en esta parte final, es el que con mayor justeza ha echado luz sobre estos temas y, por la misma razón, ha sido duramente atacado por el sistema. Toda crítica, señalamiento de errores y también aportes, serán bienvenidos. Guillermo Defays (guilledefays@yahoo.com.ar) Febrero 2018 3 Índice 00 - Introducción y resumen ........................................................................................... 2 01 - El macho no celoso .................................................................................................. 4 02 - Construcción social de los celos, machismo y patriarcado .................................. 7 03 - Algunas (pocas) digresiones sobre conceptos a utilizar..................................... 10 04 - El papel de la mujer al surgir el capitalismo ......................................................... 13 05 - La familia nuclear como salvadora del capitalismo ............................................. 16 06 - La segunda proletarización de la mujer ................................................................ 18 07 - La "reproducción" del machismo .......................................................................... 21 08 - Una tesis y varias preguntas ................................................................................. 24 09 - El machismo como parte de la ideología dominante ........................................... 27 10 - La lucha contra el machismo como parte de la lucha de clases ......................... 29 11 - Posibilidad y características de la lucha ideológica contra el machismo .......... 31 12 - Arenas y desarrollos de la lucha contra el machismo ......................................... 33 13 - Feminismo y lucha contra el machismo ............................................................... 36 14 - A modo de (brevísima) conclusión ........................................................................ 41 Bibliografía ..................................................................................................................... 42 4 1 - El macho no celoso Entre los mamíferos de orden superior, la habitual preeminencia o dominancia de los machos no es porque éstos sean animales y por ende "naturales". Si se razona de esta manera, se invierten las causas y consecuencias de la realidad; lo que ocurre en verdad, es que esta preeminencia o dominancia de los machos, es la que hace que perdure su condición de animales "no humanos" y no a la inversa. La transformación del animal en humano, se da a partir de la cooperación y la solidaridad y no a partir de la competencia. La horda o manada suministra un accionar común que permite unir las fuerzas de los individuos aislados. Pero los celos de los machos en los periodos de apareamiento, frena y hasta puede disolver el accionar de la horda. Nos dice Engels: La tolerancia recíproca entre los machos adultos y la ausencia de celos constituyeron la primera condición para que pudieran formarse esos grupos extensos y duraderos en cuyo seno únicamente podía operarse la transformación del animal en hombre (Engels, F., 1992:75) Entre los seres humanos, "si algo se ha podido establecer irrefutablemente, es que los celos son un sentimiento que se ha desarrollado relativamente tarde" (Engels, F., 1992:76), es decir, los celos son una construcción social y no natural. Si el ser humano hubiera sido "celoso por naturaleza", si fuera un sentimiento natural en particular del varón, poseer a la mujer para una exclusividad sexual, no podría haber llegado a ser humano. Una de las cuestiones que apuntó Engels en su tiempo, es que mientras en general, entre los mamíferos y en la integración de las manadas, se verifica la poligamia, por el contrario, no hay casos de poliandria entre los animales no humanos (Engels, F., 1992:72)1, mientras que en un periodo extensísimo de la humanidad, la poliandria fue la norma. Los términos "poligamia" y "poliandria" son usados aquí en el sentido de exclusividad sexual, sostenida en el tiempo, de un macho con varias hembras o de una hembra con varios machos2. Valga esta aclaración, porque se observa en los últimos años una tendencia a denominar poliandria animal al "apareamiento de una hembra con varios machos en el transcurso de un mismo episodio reproductivo" (García Gonzalez, F., 2012)3, es decir en forma ocasional. Parece fundante para esta tergiversación terminológica, un "paper" del año 2010 elaborado por científicos de las universidades de Exeter y de Liverpool (Reino Unido), donde afirman que la poliandria animal previene la extinción de la mayoría de las especies (Price, Tom A.R. et al. 2010), dando al término el significado ya mencionado 1 Se harán en lo que sigue, algunos comentarios aclaratorios sobre el tema 2 Los casos de las "reinas" en ciertas especies de insectos responden a una organización que tiene como una de sus características la exclusividad sexual de la reina, pero en la que esta "poliandria" es solo un componente de una organización mucho más compleja. También en mamíferos, como los elefantes, algunas clases de cebras, etc., existen estructuras de las manadas con una hembra dominante y donde hay apariciones ocasionales de machos. Pero tampoco aquí puede hablarse de poliandria en el sentido estricto. 3 Una definición similar puede encontrarse en: Rosalino Vásquez Conde y Rosalino Vásquez López, Temas selectos de biología2 - Editorial Patria, 2016 5 de apareamiento de una hembra con varios machos (individual females usually mating with more than one male). De lo que se está hablando en este documento (y a lo que apuntaba Engels) es de la monogamia, la poligamia y la poliandria en las organizaciones sociales de los mamíferos y, en particular entre las de los de orden superior y cuando estas relaciones implican exclusividad sexual más o menos permanente y no, ocasional. Esto está planteado así, porque el objetivo de la afirmación, teoría de la evolución mediante, es mostrar que siendo verificada la poliandria solo entre las organizaciones sociales humanas, resulta concluyente que el pasaje de la "animalidad" a la "humanidad" solo fue posible por la naturaleza no celosa, en particular de los machos, de la especie humana4. Los celos son, como se dijo, una construcción social que se verá, responde a causas económicas y está íntimamente relacionada con el patriarcado. Subsiste aún hoy, lo que ya advertía Engels: Una de las ideas más absurdas que nos ha transmitido la época de la ilustración del siglo XVIII es la opinión de que en el origen de la sociedad la mujer fue esclava del hombre. Entre todos los salvajes y en todas las tribus que se encuentran en los estadios inferior, medio y, en parte, hasta superior de la barbarie, la mujer no solo es libre, sino que también está muy considerada. (Engels, F., 1992:97) Todos los contactos con comunidades primitivas que han vivido aisladas, muestran esto mismo. En particular, se reconoce la libertad y el desinhibimiento sexual de las mujeres de estas comunidades. Resulta contradictorio que, subsistiendo el cliché de la mujer primitiva arrastrada por los cabellos por su "marido", también se insista en asociar la libertad y el desinhibimiento sexual que se ha observado en los contactos actuales con comunidades primitivas, al ... ¡primitivismo de las mismas!, cuando esto es claramente incompatible con el cliché de la mujer esclava mencionado. Engels también nos describe el proceso por el cual la civilización condujo al dominio de la mujer por parte del hombre. En este punto, resulta útil insertar una imagen de una línea de tiempo, desde la aparición del ser humano actual hasta la actualidad (esta aparición se ubica en general entre 150.000 y 130.000 años atrás, aunque algunas corrientes la ubican "solo" hace unos 30.000 años, cuando los homos neandertales se habrían extinguido (Schiller, Jon. 2010)). 4 Por lo que se sabe hoy, hay una sola especie de primates con una estructura de "matrimonio en grupos" al decir de Engels, que practican el sexo por placer y sin celos: "Los bonobos forman parejas esporádicas de hembras con machos o de hembras o machos entre sí. Este emparejamiento evidencia que la utilización del sexo se ha desvinculado de la procreación mucho más que entre los humanos. Y además daría incluso fundamento biológico a la conducta sexual homosexual. Y justo es la conducta sexual de los bonobos, la que da idea de la conducta sexual en los inicios de la cultura humana ..." (de Francisca Martín-Cano Abreu, Comparación entre sexualidad humana y animal, Fuente: Revista Familia. Revista Cultural y Educativa, Nº 13, Toronto, Canadá 2003) 6 De cualquier forma, si se ubica en forma convencional en unos 7.000 años atrás (tal vez antes en algunas regiones), el estadio civilizatorio que Engels señala como el del paso a la esclavitud de la mujer por parte del hombre (en algunas culturas, en algunas áreas geográficas), se observa la desproporción entre los tiempos históricos en que la mujer era libre y en los que era (es) posesión del hombre. A pesar de esto, la cultura dominante, nos sigue señalando como "natural" al machismo y los celos masculinos y al hombre de las cavernas arrastrando por los cabellos a la mujer, como una continuación del comportamiento que se observa en los animales no humanos. 7 2 - Construcción social de los celos, machismo y patriarcado Durante la mayor parte de la existencia del ser humano sobre la Tierra: La economía doméstica comunista, donde la mayoría, si no la totalidad de las mujeres, son de una misma gens [de un mismo clan], mientras los hombres pertenecen a otras distintas, es la base efectiva de aquella preponderancia de las mujeres, que en los tiempos primitivos estuvo difundida por todas partes ... la economía doméstica comunista significa predominio de la mujer en la casa, lo mismo que el reconocimiento exclusivo de una madre propia, en la imposibilidad de conocer con certidumbre al verdadero padre, significa profunda estimación de las mujeres, es decir, de las madres. (Engels, F.,1992: 97,98) Esta situación continuó hasta que comenzó el intercambio entre comunidades - comenzando en el oriente medio hace unos siete u ocho mil años - con la consecuente aparición del valor de cambio de los bienes que se generaban: Hasta el estadio inferior de la barbarie, la riqueza duradera se limitaba poco más o menos a la habitación, los vestidos, adornos primitivos y los enseres necesarios para obtener y preparar los alimentos: la barca, las armas, los utensilios caseros más sencillos. El alimento debía se conseguido cada día nuevamente. Ahora, con sus manadas de caballos, camellos, asnos, carneros, cabras y cerdos, los pueblos pastores iban ganando terreno ... Pero, ¿a quien pertenecía esta nueva riqueza? No cabe duda alguna de que, en su origen, a la gens [al clan]. Pero muy pronto debió desarrollarse la propiedad privada de los rebaños ... Con arreglo a la división del trabajo en la familia de entonces, correspondía al hombre procurar la alimentación y los instrumentos de trabajo necesarios para ello; consiguientemente, era, por derecho, el propietario de dichos instrumentos y en caso de separación se los llevaba consigo, de igual manera que la mujer conservaba sus enseres domésticos. Por tanto, según las costumbres de aquella sociedad, el hombre era propietario del nuevo manantial de alimentación, el ganado, y más adelante, del nuevo instrumento de trabajo, el esclavo. Pero según la usanza de aquella misma sociedad, sus hijos no podían heredar de él, ... los hijos del difunto no pertenecían a su gens [a su clan], sino a la de la madre ... (Engels, F.,1992: 105 - 108) Así, pues, las riquezas, a medida que iban en aumento, daban, por una parte, al hombre una posición más importante que a la mujer en la familia y, por otra parte, hacía que naciera en él la aspiración de valerse de esta ventaja para modificar en provecho de sus hijos el orden de herencia establecido ... Bastó decidir sencillamente que en lo venidero los descendientes de un miembro masculino permanecerían en la gens [en el clan], pero los de un miembro femenino saldrían de ella, pasando a la gens [al clan] de su padre. Así quedaron abolidos la filiación femenina y el derecho hereditario materno, sustituyéndolos la filiación masculina y el derecho hereditario paterno. (Engels, F.,1992: 109) Pero establecer la filiación masculina, equivale a asegurar la paternidad del varón y esto solo se consigue asegurando la fidelidad femenina. Para ello era necesario entregar a la mujer, sin reservas, al poder del hombre. El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la 8 mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción ... Famulus quiere decir 'esclavo doméstico' ... Esta expresión [de la que deriva 'familia'] la inventaron los romanos para designar un nuevo organismo social, cuyo jefe tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de esclavos, con la patria potestad romana y el derecho de vida y de muerte sobre todos ellos. (Engels, F.,1992: 110 - 112) Había nacidoasí el patriarcado. El periodo de tiempo durante el cual la "norma" es el patriarcado y existen por lo tanto los consiguientes celos masculinos como expresión del sentimiento - y la necesidad - de posesión que tiene el hombre sobre la mujer, es mucho menor en extensión que el periodo en que la mujer era considerada y primaba el derecho materno. Pero dado que el periodo del patriarcado es el que vivimos actualmente y del que tenemos mayor información por ser el periodo histórico y mayormente documentado, la cultura dominante pretende mostrarlo como natural y permanente. El propio Sigmund Freud nos dice: Lo que no nos es posible indicar es el lugar que corresponde en esta evolución a las grandes divinidades maternas, que precedieron quizá en todas partes a los dioses padres. Parece, en cambio, cierto que la transformación de la actitud con respecto al padre no se limitó al ámbito religioso ... Con la institución de las divinidades paternas, fue transformándose paulatinamente la sociedad huérfana de padre {vaterlose} hasta adoptar el orden patriarcal. (Freud, S., 1968: 592) Pero, agrega Freud, "La familia pasó a constituir una reproducción de la horda primitiva antigua y devolvió al padre una gran parte de sus antiguos derechos" (Freud, S., 1968: 592). Es decir que Freud, sin desconocer el periodo matriarcal que precedió al patriarcado, sigue suponiendo un estadio patriarcal pretérito (la horda primordial regida por un padre macho y dominante), que asocia a las estructuras neuróticas que observaba en la sociedad patriarcal que lo rodeaba. Es sin duda una naturalización inventada o asociada al comportamiento animal, que no puede explicar ni el paso de la animalidad a la humanidad, como ya se vio, ni tampoco como se habría pasado de esa horda patriarcal inventada, al matriarcado que duró decenas de miles de años ocupando la mayor parte del transcurrir del ser humano en el planeta. En cambio, la "norma" del patriarcado surge, como se vio, de una determinación histórica nacida a partir de la división de tareas entre el hombre y la mujer en la sociedad primitiva y de las consecuencias de los primeros intercambios entre comunidades, que causan que el varón quedara como propietario de la nueva riqueza que los bienes de cambio generan. A partir de aquí se suceden: desequilibrio de poder entre géneros, justificaciones ideológico culturales como "la sangre", "la astilla de tal palo", etc., justificaciones religiosas como el "dios padre", luego pasaje del derecho materno al derecho paterno y ... la dominación de la mujer por el hombre, queda consumada. (En la sociedad capitalista actual, una "justificación" ideológica es la principal. Ésta es la que pone "por encima" del valor de uso, al valor de cambio de los bienes. De esta manera, que el varón sea el "amo" ya que es él el generador de los bienes de cambio, origen de la riqueza mercantil, también se naturaliza. Por su parte, la mujer, cuyos productos son bienes 9 de uso y la "reproducción de la fuerza de trabajo" de todo el grupo familiar, queda subordinada a la voluntad patriarcal) Lo anterior tiene muchas variaciones y particularidades según la época, el modo de producción y la región geográfica considerada. En particular, se analizará la forma que adoptan el patriarcado y el machismo en general, en la época actual y dentro del modo de producción capitalista. 10 3 - Algunas (pocas) digresiones sobre conceptos a utilizar Primero un par de cuestiones. Se hará referencia en general al término "capitalismo", considerando las formaciones sociales que se tienen en la práctica. En una formación social coexisten en general diversos modos de producción, de los cuales uno suele ser dominante. Cada modo de producción en su forma pura (El Capital de Karl Marx, estudia por ejemplo el modo capitalista puro de producción) determina dos clases antagónicas (aunque pueden reconocerse dentro de ellas, estratos de clase). El esquema de las clases en una formación social está determinado por la imbricación de los distintos modos de producción que coexisten en ella (Poulantzas, N., 1969:79). Al hacer referencia a las clases sociales, se considera el concepto marxista amplio, ya que, puede comprobarse que los análisis de Marx relativos a las clases sociales se refieren siempre, no simplemente a la estructura económica - relaciones de producción -, sino al conjunto de las estructuras de un modo de producción y de una formación social, y a las relaciones que mantienen ahí los diversos niveles. (Poulantzas, N., 1969: 69) En general se hará referencia a los niveles o planos: - Económico - de Relaciones de Producción - Político - Jurídico - Ideológico - Cultural Esto es una conceptualización para poder analizar o describir cuestiones que, en la práctica ocurren en simultáneo. Por ejemplo, cuando hay una disputa sindical por el salario (que es por como se reparte la renta de lo producido), estas cuestiones "ocurren" en el plano económico - de relaciones de producción. Pero esta disputa implica una cierta organización de los trabajadores y de los empresarios, que además están enmarcados por las leyes del país y la época de que se trate, tendrá repercusión sobre algún partido político o bloque parlamentario, etc.. Todo esto, se dirá transcurriendo en el plano político - jurídico. Por último, las características de las relaciones entre empresarios y trabajadores, la repercusión de la lucha en la sociedad, etc., dependerá del conjunto de ideas y las pautas culturales vigentes, por ejemplo, percepción de derechos, cosmovisión de una sociedad futura, etc.. Todo esto, se conceptualizará como ocurriendo en el plano ideológico - cultural. Se reitera que todo esto ocurre al mismo tiempo, con los mismos actores y sin que estos en general, tengan conciencia de estos "planos conceptuales". En otro orden de cosas, el capitalismo necesita de la libre contratación de la fuerza de trabajo. Por eso, en el momento cúlmine de la transformación del sistema, la revolución francesa, a impulso de la naciente burguesía, consagró los derechos individuales de las ciudadanas y los ciudadanos, sustentado en el argumento de que naciendo los seres humanos, “por naturaleza” libres e iguales, es función del estado (el estado de derecho) preservar esta libertad y asegurar la igualdad de oportunidades. Una vez que los individuos acuerdan someterse a las leyes que devienen de este estado (el contrato social), la sociedad se desenvuelve sobre la base de los acuerdos (contratos) que hacen entre sí, estas mujeres y hombres libres y con iguales oportunidades. El contrato de trabajo sin embargo, se celebra necesariamente entre dos partes desiguales y esto no es una "imperfección" o circunstancia, sino que es inherente a la forma que adopta la explotación del trabajador por parte del empresario en el modo capitalista de producción. 11 Cabe acotar que esta desigualdad ha sido tratada de atemperar por buena parte de la legislación occidental del siglo XX, instaurándose el llamado "estado social de derecho" y dando lugar a leyes protectoras del trabajador, legalización del derecho de huelga, etc. También cabe señalar que estas leyes y derechos no han salido ciertamente por causa de la reflexión y comprensión de los legisladores, sino a partir de muchos años de luchas obreras y muchos muertos en el camino. Marx "descubrió" que en el contrato de trabajo, lo que el trabajador suministra a cambio de un sueldo, es su fuerza de trabajo y no su trabajo (Marx, K., 1975: 107); es decir, suministra su potencialidad para trabajar. Esta fuerza de trabajo que el empresario "compra" mediante el pago de un sueldo es una mercancía y, por lo tanto éste adquiere el derecho de consumirla o de usarla. Entonces en ese contrato tan particular, se ponen en juego dos valores económicos completamente distintos: - El trabajador pone en juego el valor que se requiere para conservar o "reproducir"su fuerza de trabajo, lo que incluye su propia alimentación y vestido, el cuidado de su salud, su equilibrio psicológico, la crianza de hijos que devendrán trabajadores, la adquisición de destrezas y calificaciones laborales - profesionales, etc. - El empresario pone en juego el valor del trabajo efectivamente realizado por el trabajador, que el empresario puede hacer crecer y optimizar gracias a su "poder de dirección" y que no tiene más límite en teoría, que la energía activa física y mental del trabajador. Por lo tanto, se tiene por un lado un valor que tiene que ver con la condición cultural y física del ser humano, su educación, su salud, cuestiones que hacen directamente a sostener y aumentar la potencialidad para trabajar, pero que no se agota en esto y que también incluye su ocio (tiempo que debe, necesariamente, sustraerse al tiempo de trabajo), su actividad social y artística, su "vida digna", concepto este, que está en continua disputa y que depende tanto del nivel de conciencia alcanzado por una sociedad, como del nivel tecnológico que influya sobre las condiciones materiales de la vida. Por otro lado, está la productividad del trabajo realizado, productividad de una mercancía (la fuerza de trabajo) en la que el capitalista invierte para obtener más de lo que puso. Este excedente es lo que Marx llama "trabajo excedente" o plusvalía (Marx, K., 1975: 110). Cabe hacer notar aquí, que la ganancia del empresario, que no es lo mismo que la plusvalía, podría ser discutida hasta en términos morales - de la "moral capitalista" se entiende - , tendría límite y, hasta una cierta "lógica" como remuneración del "trabajo de dirección". La plusvalía como generación de capital, no; es la esencia del sistema capitalista y no se puede discutir si no se discute el sistema, no tiene nada que ver con la "moral" ni con la remuneración de un trabajo y, sobre todo, no tiene límite; generar la mayor cantidad de capital posible, es la médula misma del sistema. (La "lógica" del capitalismo es: Dinero → Mercancía → Dinero (Marx, K., 1973: 155). Esto se vuelve "natural" - lógica dominante - y se mete en lo ideológico - cultural de la población; "tengo este dinero, ¿que hago con él, en donde lo pongo para que no pierda su valor o me de más dinero". Este pensamiento "normal", es una "copia" del pensamiento del empresario cuando al pagar un sueldo, espera obtener del trabajo de su empleado, más de lo que pagó. Sin embargo, este pensamiento, que hoy nos parece "natural", no siempre fue así. En las sociedades pre capitalistas, la lógica dominante era en cambio: Mercancía → Dinero → Mercancía (Marx, K., 1973: 158) - en realidad en este caso hay que usar la palabra "bien de uso" en lugar de la palabra "mercancía" -. Omar Khayyam, poeta persa del siglo XI / XII, 12 refleja esta lógica dominante en uno de sus poemas: "No entiendo a los vendedores de vino, ¿que cosa más valiosa podrían comprar con el producto de su venta?" (Khayyam, O., 1970) ) 13 4 - El papel de la mujer al surgir el capitalismo El machismo, como instancia del plano ideológico - cultural, parecería atravesar transversalmente a la sociedad, con relativa independencia de la clase o de la formación social considerada. Esto es así y subsiste casi inalterable hasta el día de hoy, aunque cuestiones como el patriarcado, relativamente dependiente de las instancias del plano político - jurídico, haya sufrido severas modificaciones. En cuanto a las mujeres, la legislación que debía sostener la declaración de los derechos individuales "nacidos" con la revolución francesa, ha ido moviéndose en esa dirección con relativa lentitud y con diferencias en los diferentes países. Baste recordar la situación en nuestro país: El Código Civil, originalmente consagraba el matrimonio patriarcal; recién en 1926 con la "ley de derechos de la mujer" se modifico el control del patrimonio y la administración de los bienes de la sociedad conyugal y por lo tanto la herencia del hombre y de la mujer, en 1947 fue la ley de voto femenino, en 1985 la patria potestad compartida, en 1987 el divorcio vincular y más recientemente el cupo femenino legislativo y sindical, la ley de derechos sexuales y reproductivos, etc. (Kandel, E., 2006) Todas estas diferencias entre el estatus jurídico de mujeres y hombres, no obstaron para que los capitalistas, "agarrados" de la libertad de contratación, también consagrada por la revolución francesa, emplearan según sus necesidades a varones, mujeres y aún niños. Esta era la situación que se venía teniendo en la Inglaterra del siglo XVIII y que se generalizó en Europa en el siglo XIX. En la primera mitad del siglo XIX, los capitalistas intentan proletarizar a todas las capas de pequeños productores, por incorporar también a todos los miembros de sus familias, incluyendo mujeres y niños, y prolongar indefinidamente la jornada de trabajo obrero. (Larguía, I., 1983: 91) Las jornadas de más de doce horas diarias para ambos miembros de las parejas, hacían que por ejemplo, las obreras con niños pequeños, no pudiendo ocuparse de ellos y no teniendo otro medio de solucionar este problema, se ven obligadas a drogarlos con un soporífero, el Godfrev's Cordial, para dejarlos tranquilos en la casa durante su ausencia en la fábrica, con los efectos que pueden imaginarse en el desarrollo infantil. (Larguía, I., 1983: 92) Esta tendencia inicial del capitalismo, finalmente cambió de rumbo; Marx señaló cómo los inspectores gubernamentales ingleses constataban los efectos de esta tendencia suicida: se minaban las bases de la nación, se mellaban las facultades del obrero, se empobrecía su cultura, se destruía su constitución física, se reducía su estatura media, se consumían prematuramente sus fuerzas, hasta ocasionar su muerte o inhabilitación temprana (Larguía, I., 1983: 91) ¿Por qué se revirtió este intento fallido del capitalismo temprano? No fue ciertamente por cuestiones morales o humanitarias. Los capitalistas se dieron cuenta de que en su ansia de apropiarse de la mayor cantidad posible de trabajo excedente o plusvalía y explotar por 14 igual a mujeres y varones, destruían también el funcionamiento familiar pre capitalista y con eso se destruía también la reproducción de la fuerza de trabajo. En efecto, en las familias de agricultores, empobrecidas entonces dado la decadencia del sistema feudal, las que devenidas en migrantes internos hacia los núcleos urbanos, suministraron la mayor parte de los trabajadores asalariados de esta etapa capitalista en la Europa de la primera mitad del siglo XIX a la que se está haciendo referencia, se tenía la siguiente situación: En los sistemas precapitalistas de economía natural, donde el intercambio es muy reducido, la diferencia entre trabajo social y trabajo de subsistencia coincide con la diferencia entre reproducción de la fuerza de trabajo y plustrabajo. El trabajo social se materializa en obras de utilidad para la comunidad o para consumo del señor y su séquito, mientras el trabajo de subsistencia es de consumo directo. (Larguía, I., 1983: 87) En las familias de los siervos feudales subsistía el machismo producto de la preeminencia del varón como apropiador de la riqueza que le había sido dada en virtud de la división de trabajo primigenia y los primeros intercambios sociales en los albores de la civilización. Aquí, en el sistema feudal, no existía remuneración por el trabajo social y por lo tanto no había quien "tuviese la riqueza". En cambio, dado el sostenimiento a lo largo de los siglos de las pautas ideológicas - culturales, el varón era el jefe de la familia y el "representante" de la misma ante el señor feudal (sobre el señor feudal, si pesaban fuertes e históricos determinantes económicos que hacían de él un patriarca y un machista; los siervos, al sostenerse como "jefes de familia" no hacían más que reproducir la lógica - o cultura - dominante). Cuandoel capitalismo pretendió, vía la plusvalía, apropiarse del valor que generaba la familia feudal, ahora proletaria, no valoró adecuadamente en su etapa temprana, al trabajo de subsistencia o trabajo doméstico, nombrado muchas veces y con justeza "trabajo invisible", que era responsable de la reproducción de la fuerza de trabajo. Ese trabajo doméstico, estaba realizado en su mayor parte por las mujeres, de manera que, al proletarizarse las mismas y hacer que la fuerza de trabajo de éstas se concentrara en el trabajo social, sacándolas del trabajo doméstico, se destruyó el trabajo de subsistencia y por lo tanto se bloqueó la reproducción de la fuerza de trabajo, lo que casi llevó al colapso a la sociedad de entonces. Se considera útil en este punto, insertar el siguiente gráfico (gráfico original, teniendo en cuenta conceptualizaciones de la referencia (Larguía, I., 1983: 75)): 15 Capital variable Bienes Reproducción de la Fuerza de Trabajo Sueldo Fuerza de Trabajo Consumo Gasto Trabajador Trabajo doméstico El trabajo doméstico, trabajo no remunerado y por lo tanto, invisible para el capitalismo, en la época feudal producía además, gran parte de los bienes (que también hacen a la reproducción de la fuerza de trabajo) que en el capitalismo se vuelven mercancías y que entonces, deben ser adquiridos con el sueldo recibido por la venta de la fuerza de trabajo. Esto último, señala un posible camino que el capitalismo se ha venido esforzando en transitar y que se podría enunciar así: "Si se consiguiera que el consumo hiciera innecesario el trabajo doméstico, se obtendrían dos ventajas (para los empresarios): Se aumentaría el consumo en el sistema capitalista y se 'liberaría' a la mujer para su libre explotación por parte del sistema". Pero en el siglo XIX no era posible alcanzar esto. El único "bien" en condiciones de sustituir al trabajo doméstico era la servidumbre, lo que hoy nombramos como "servicio doméstico" y esto no podía (ni puede hoy) generalizarse a la totalidad de los asalariados, habida cuenta de que los trabajadores del servicio doméstico son también asalariados. En cambio, el capitalismo encaró la resolución de la complicada situación a la que había llegado en el siglo XIX mediante un ingenioso invento ... inventando el Ama de Casa. 16 5 - La familia nuclear como salvadora del capitalismo El ama de casa era necesaria para reconstruir la "vieja" familia agrícola o feudal, con su función de reproducción de la fuerza de trabajo y adaptarla a la nueva situación capitalista. El modelo pasó a ser entonces la familia conocida como "familia nuclear" - siempre patriarcal - como célula fundamental de la nueva sociedad, con el varón - el jefe de familia - saliendo a trabajar y la mujer permaneciendo en la casa, al cuidado de la misma y de los hijos. Así entonces, se "oficializaba" el trabajo invisible de la mujer y además ésta pasó a tener la importante función de ser la organizadora y ejecutante del consumo familiar. Claro que este proceso no fue lineal ni simultaneo en todo el mundo. Ciertamente fue encarado cuando ya estaba prácticamente concluida la etapa conocida como "acumulación original" (Larguía, I., 1983: 93). También se verá luego, que hubo después un "reflujo" donde la mujer sale nuevamente a trabajar y, esta situación nos acompaña hasta hoy. La familia nuclear fue posible fundamentalmente, gracias al machismo, gracias a la idea de la mujer como posesión del varón, que el capitalismo encauza bajo el aspecto de "roles complementarios". Por un lado, el varón es el "jefe", dado que él es el que "trae la plata" para poder consumir (preeminencia del valor de cambio sobre el valor de uso), corre los riesgos ante la sociedad y la mujer queda resguardada en la seguridad de la casa. En realidad, la familia nuclear es un "pequeño taller" que forma parte de la estructura capitalista. Es una unidad de consumo y además una unidad de producción, donde mediante trabajo de tiempo completo y sin remuneración a cambio - prácticamente la definición de trabajo esclavo - , se reproduce la fuerza de trabajo para consumo del capitalismo. Tal vez parezca exagerado hablar de "trabajo esclavo", sobre todo porque faltaría la condición de "prisionera" de la mujer en la casa. Pero debe tenerse en cuenta que, en este modelo donde la mujer no tiene un sueldo y le resultaría difícil emplearse fuera del hogar (casi imposible para una mujer del siglo XIX en Europa, o de muchos casos concretos en la actualidad), si bien no hay rejas físicas, hay fuertes y efectivas barreras económicas que impiden que la mujer "escape" de la casa. Si sumamos a esto el machismo, la esclavitud está consumada. Uno de los que mejor comprendió el valor de la familia nuclear para el sistema capitalista, fue Henry Ford. En un momento dado, Ford duplicó el salario de sus empleados, pero con la condición de que estos cumplieran ciertas reglas: Para calificar para este salario doble, el trabajador tenía que ser ahorrativo y controlado. Tenía que tener su hogar pulcro y saludables a sus hijos, y, no podía pasar de los 22 años para casarse5 (Snow, R., 2013) . Creó además en la fábrica un "Departamento Sociológico", cuyos inspectores podían visitar de improviso los domicilios de los trabajadores para asegurarse de que todo era como lo declarado, investigaban hábitos de consumo, en particular de alcohol, las propias relaciones entre la pareja y como les iba a los hijos en la escuela. Se aceptaban algunas trabajadoras, 5 "To qualify for his doubled salary, the worker had to be thrifty and continent. He had to keep his home neat and his children healthy, and, if he were below the age of twenty-two, to be married" 17 solo en el caso que hubieran devenido única sostén de familia y era causa de pérdida del empleo de los varones, que sus esposas se emplearan en cualquier trabajo remunerado. Es decir, la familia nuclear permitió la continuidad de la explotación capitalista, asegurando la reproducción de la fuerza de trabajo y el equilibrio y la salud de los trabajadores. Para esto, el sistema se vale del machismo, ya que asegura al varón la posesión de la mujer por medios económicos y define un ámbito de reclusión de la misma - el "hogar" - de manera que los celos del macho puedan estar a resguardo. El varón se sabe explotado por el capitalismo, pero se consuela sabiendo que tiene un lugar donde él es el amo y señor y donde además hay una mujer que le es fiel y le obedece. La mujer se cree explotada por su marido, sin darse cuenta que es un engranaje más del sistema y que su verdadero explotador es el capitalismo. 18 6 - La segunda proletarización de la mujer Después de la experiencia del capitalismo temprano de proletarizar indiscriminadamente a las mujeres, lo que casi causa el exterminio de su propia base de subsistencia, siguió, como se acaba de describir, el periodo de "retorno" de la mujer al hogar, ahora constituido como "familia nuclear". Pero rápidamente y en distintas etapas, las mujeres volvieron a los empleos que les suministraba el capitalismo. Esta vuelta de las mujeres al capitalismo visible, se dio en el marco de una estabilización y crecimiento del sistema que se apoyaba en la familia nuclear, también por la sustitución de algunos bienes de uso que tradicionalmente estaban a cargo de las mujeres (el pan, confección de ropa, etc.) por bienes de consumo adquiridos, por la irrupción de los llamados "electrodomésticos" que ahorran tiempo de trabajo y también por la generalización de la educación pública, lo que que contribuyó a sacar a las mujeres del estado de ignorancia y atraso cultural y práctico en que generalmente se encontraban. En esta incorporación al "mercado laboral" los tradicionales modelos sexuales, ... siguen influyendo poderosamente en la selección de las ocupaciones para lamujer. ... La división del trabajo que se produce entre hombres y mujeres en el seno del proletariado, es el reflejo fiel de la división secreta del trabajo que liberó al hombre para la actividad pública mientras recluía a la mayoría del sexo femenino dentro de los límites asfixiantes de la reposición privada de la fuerza de trabajo. No es por casualidad que las mujeres son llevadas a incorporarse a la industria textil y sus derivados, a la industria alimenticia y farmacéutica, y a los servicios como maestras, enfermeras, secretarias, ascensoristas, telefonistas y sirvientas. Estas actividades no son más que la proyección en la esfera pública de las tareas que cumple la mujer en el seno de la familia. (Larguía, I., 1983: 32,33) Esta proyección, que es proyección del machismo al ámbito social del trabajo, influye dentro del plano ideológico - cultural en las relaciones de trabajo, de manera de tener como resultado beneficioso para el capitalismo (Larguía, I., 1983: 33,34): - Justificar el pago de salarios más bajos que los del hombre a la mujer trabajadora, para un puesto equivalente, y una misma calificación - Justificar, al asignársele a la mujer en la producción, en general tareas físicamente más "livianas" que las de los varones, la obligación de la trabajadora de continuar reponiendo fuerza de trabajo en el hogar al retornar de su empleo Para comprender mejor la "justificación" de la diferencia de salarios, se debe tener en cuenta además el hecho siguiente. Cuando se decía que el trabajador le asigna valor a su mercancía, es decir a la fuerza de trabajo, implícitamente está considerando en esto, a la reproducción de la fuerza de trabajo que involucra la reproducción de la familia nuclear en su conjunto. Cuando la mujer "sale" a trabajar, el capitalista sabe que este nuevo sueldo va a incrementar la valorización de una reproducción de fuerza de trabajo (la de la familia en su conjunto) que, en general es la misma que cuando solo el varón se empleaba. 19 Entonces, en la negociación sindical que finalmente va a establecer el salario, la presión patronal "aprieta" sobre la parte más débil que es el sueldo de las mujeres, y el machismo de los trabajadores (y trabajadoras) hacen el resto (desgraciadamente, aún dentro de la clase trabajadora, el tema de la diferencia salarial entre mujeres y varones, en general no es tomado en cuenta por los sindicatos, pues éstos continúan pensando en una clase obrera masculina y las diferencias de sexo son concebidas como especificidades y no como una división fundamental que estructura en su constitución a la clase obrera (Kandel, E., 2006: 72)). La diferencia de salarios entre varones y mujeres es un hecho objetivo y verificable. En la Argentina, es actualmente (2017) del 26,3% según el informe de INDEC sobre Distribución del Ingreso en el 3er trimestre de 2017 y hasta de un 35%6 según una información periodística. Como consecuencia, al "salir la mujer a trabajar", si bien los ingresos de la familia aumentan, con la "sensación" de que la explotación disminuye, en realidad, la explotación es decir la apropiación de plusvalía contada "por trabajador" (que es lo que le importa al capitalista; no, los ingresos de las familias), aumenta en promedio, debido a los menores salarios de las mujeres, es decir de la mayor explotación que se realiza sobre las mismas. De nuevo, el círculo virtuoso para el capitalismo se cierra: Con la "invención" del ama de casa y la familia nuclear machista y patriarcal, se consiguió frenar la "extinción" de la clase trabajadora. Ahora, al establecer las condiciones para que la mujer se vuelva a integrar al mercado de trabajo, se consigue aumentar, gracias de nuevo al machismo, la extracción de plusvalía promedio del conjunto de la clase trabajadora. En cuanto al tiempo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo, este se ve disminuido debido a los productos - alimentos y vestidos - elaborados, a los electrodomésticos y, en algunas clases sociales a la posibilidad de contratar personal doméstico para limpieza, niñeras, etc. De más está decir, que todo esto refuerza el rol de consumidores que también tienen los trabajadores. Pero quedan otros tiempos que el consumo no puede sustituir. Se trata por un lado del dedicado a goce y cultivo artístico e intelectual (que, ciertamente se pretende llenar de aparatos, electrónica, etc. para consumo) y cuyo grado de importancia depende de cuanto los trabajadores puedan imponer la valorización de su "buen vivir". Por otra parte, está toda la comunicación y relacionamiento intra familiar, lo que obviamente incluye la llamada "crianza" de los niños. En este caso, el machismo le impone un rol obligatorio a la mujer, "haciéndola cargo" sobre la base de una supuesta "extensión" de su función biológica reproductiva. Nos dice Isabel Larguía: Dado que la reposición de la fuerza de trabajo sigue siendo considerada como una característica sexual secundaria, en lugar de diferenciarse como una función específicamente económica, el hombre considera ... (Larguía, I., 1983: 38) - en general - 6 Diario Infobae, 30/03/2017 - Economía 20 ... degradante participar de la misma. El obrero agitador y activista en su centro de trabajo, no advierte que el patrón le arranca a su mujer, por su intermedio (en esto cumple funciones de capataz delegado), una contribución a la plusvalía, que capitaliza. (Larguía, I., 1983: 38) Este trabajo de reproducción de la fuerza de trabajo, constituye una "segunda jornada laboral no remunerada" que, en general se carga sobre la mujer. Las fuerzas conservadoras de algunos países desarrollados, han promovido el "trabajo de medio tiempo" para las mujeres (Larguía, I., 1983:37), con la intención de "institucionalizar" la segunda jornada laboral de las mismas. En la actualidad, una herramienta utilizada para esto mismo por algunas empresas, es el teletrabajo7 (trabajo desde el hogar), posible gracias a las últimas tecnologías de la información y la comunicación. Un dato de 2017 de España8, indica que las mujeres realizan trabajo "invisible" no remunerado, en un promedio de 26,5 horas semanales, contra 14 horas en promedio de los varones (se incluyen cursos y colaboraciones sin sueldo en ONG). Además, las mujeres ganan en promedio un 23% menos que los varones en los empleos remunerados. Algunos varones no machistas participan en la reproducción de la fuerza de trabajo (realizan trabajo "invisible") a la par de las mujeres. Esto, si se generalizara, a pesar de representar un gran avance en el plano ideológico - cultural, no sería sin embargo suficiente. Lo que realmente habría que plantear como objetivo, sería en cambio: la "reproducción social de la fuerza de trabajo" (que la sociedad en su conjunto se ocupe de esto), lo que obliga también a cuestionar a la familia nuclear. A veces se agita el fantasma de la "destrucción de la familia" si se avanzara en esa dirección. Cabe recordar que la familia nuclear es "un tipo de familia" que, en particular es funcional al sistema capitalista. Han habido muchos otros tipos de familia a lo largo de la historia y la prehistoria y nada impide que se evolucione hacia otros nuevos para el buen vivir de la humanidad. 7 Puede consultarse: Sindicato Cepetel de los trabajadores de las tecnologías de la información y la comunicación, Cartilla Teletrabajo / Jornada abierta - Un acercamiento hacia los beneficios, las desventajas y una reglamentación en falta, en http://www.cepetel.org.ar/wp- content/uploads/2015/03/Teletrabajo-Jornada-Abierta.pdf 8 La mujer dedica el doble de horas que el hombre al trabajo no pagado, https://elpais.com/economia/2018/02/12/actualidad/1518462534_348194.html?id_externo_rsoc=FB _MX_CM 21 7 - La "reproducción" del machismo La familia nuclear, que no desaparece durante lasegunda proletarización de la mujer - solo cambia de forma -, tiene además el rol fundamental de ser a su vez, el ámbito donde se reproduce el machismo inter generacionalmente. La reproducción de las pautas culturales entre generaciones, tiene su evento más importante9 cuando las niñas y los niños transcurren la edad entre los tres y los seis años. Esto aparece a partir de la represión de las pulsiones sexuales de la niña o el niño por parte del entorno familiar, seguido de una "rebelión" infantil y por fin la aceptación y el proceso identificatorio con el "represor", internalizandose finalmente las pautas culturales de éste. En efecto, en cualquier tipo de sociedad, las pulsiones naturales de las niñas y los niños de esa edad, son reprimidas / prohibidas por el entorno familiar (entorno que depende del tipo de familia de que se trate). Ante esto, aunque intenten resistir, el "fracaso" de la rebelión es inevitable, dado el poco poder real de la niña o niño (Rozitchner, L., 1987: 31) (este es un proceso que tiene muchas variantes, depende si se trata de una niña o un niño, si la resolución va a devenir en una persona heterosexual u homosexual, etc.). Pero en el plano imaginario, la niña o el niño dan muerte al opresor, al que también aman y sienten por lo tanto, culpa. La "salida" es entonces "resucitarlo" al identificarse con él, positiva o negativamente. Entonces, este "otro" u otra resucitado o resucitada, o la negación del otro o de la otra, quedan internalizados en la niña o el niño: La niña o el niño no saben que tienen este otro o esta otra dentro suyo, están en su inconsciente, se confunden con su propio ser, y entonces "ser de otro modo, implica el riesgo de dejar de ser" (Rozitchner, L., 1987: 39) de no existir. El "ser" del entorno familiar, queda así fijado, reproducido en la nueva generación. Este proceso es nombrado por Bronislaw Malinowski como "complejo familiar"10 (Malinowski, B., 1937: 137) o, como él mismo prefería llamarlo; "sistema de afectos familiares"11 (Malinowski, B., 1937: 178). Este sistema es una generalización del "complejo de Edipo" de Sigmund Freud. El complejo de Edipo fue originalmente enunciado por Freud, no como un caso particular, sino en un sentido que pretendía ser universal y aplicable a cualquier sociedad. Pero las experiencias "de campo" sobre las sociedades matriarcales que aún subsistían en la primera mitad del siglo XX, llevadas a cabo principalmente por Malinowski y por Margaret Mead12, mostraron que, en realidad el complejo de Edipo corresponde esencialmente a nuestra familia de derecho paterno, aria, con una desarrollada patria potestad, sostenida por la ley romana y la moral cristiana, y acentuada por las condiciones económicas modernas de la burguesía acomodada13. (Malinowski, B., 1937: 5) 9 La descripción de otros mecanismos de reproducción cultural, puede encontrarse por ejemplo en: R. Kaës, H. Faimberg, M. Enriquez, J. Baranes, Transmisión de la vida psíquica entre generaciones, Facultad de Psicología. UBA 10 "nuclear family complex" 11 "family ... correlated system of sentiments" 12 Ver por ejemplo: Margaret Mead, Adolescencia, sexo y cultura en Samoa 13 "the Œdipus complex, corresponds essentially to our patrilineal Aryan family with the developed patria potestas, buttressed by Roman law and Christian morals, and accentuated by the modern economic conditions of the well-to-do bourgeoisie" 22 Por lo tanto, la familia nuclear, patriarcal y machista, reproduce mediante este sistema de afectos familiares, los valores y creencias imperantes, en particular reproduce el machismo, dificultando que a partir de otras instancias sociales, como la educación o la militancia sindical y/o política, se puedan modificar estas pautas culturales. Pero además, el "sistema de afectos" patriarcal (el que tenemos hoy), donde se tiene propiamente el complejo de Edipo y donde el otro que nos constituye es la "ley del padre", nos condiciona en general para la aceptación del poder constituido socialmente. Freud nos mostró que es desde el hogar, como lugar del Edipo y de la solución despótica que se instaura como matriz, como se consolidan y se aceptan las posteriores sumisiones adultas que desde el poder social nos solicitan como sujetos. La solución equívoca del niño, necesariamente equívoca porque es fantaseada, individual e infantil, encuentra afuera otro poder despótico personalizado - cabeza visible o invisible - donde coincide el ideal del yo interior con el yo de otro dominador, y ahora exterior. Dios, patria y hogar es la síntesis acabada de los poderes dominantes que desde la institución mínima - la familia - alcanza la máxima - la iglesia - donde se consolida como poder 'espiritual' ese cuerpo que previamente el ejército sometió a su voluntad. (Rozitchner, L., 1987: 49) Es útil además detenerse un tanto en la argumentación de Freud sobre que el complejo de Edipo era la "causa original de la cultura, algo que precedía y daba origen a la mayoría de instituciones, ideas y creencias humanas" (Freud, S., 1968). El fundamento de Freud para sostener que "su" complejo era universal, fue su "invención" de la horda primordial regida por un padre macho y dominante (en realidad, él toma de Charles Darwin esta idea de la horda primordial - que Darwin planteaba como argumento biológico y no sociológico, contra la hipótesis de la promiscuidad, sin considerar a la familia ni a la distinción entre naturaleza y cultura -, así como toma de Robertson Smith la idea del sacramento totémico, y le adiciona que la identificación del ser humano con el tótem, es un rasgo de la mentalidad, común a los niños, a los primitivos y a los neuróticos, basada en la tendencia a identificar al padre con algún animal desagradable14). (Malinowski, B., 1937: 149) En esta horda primordial inventada, la promiscuidad sería impedida por el macho dominante, quien se quedaría con todos los derechos sexuales sobre las hembras. Los miembros más jóvenes del grupo debían migrar y fundar su propia horda, si querían realizar sus propias tendencias reproductivas. En un momento dado, los hermanos expulsados aunarían fuerzas, matarían al padre, y luego lo devorarían, identificándose con él. Pero los hermanos también lo admiraban y amaban, por lo que nacería el sentimiento de culpa entre ellos. El totemismo y la exogamia surgirían como solución al sentimiento de culpa; la instauración del tótem y las fiestas conmemorativas serían a su vez un acto de festejo frente el triunfo sobre el padre primordial. El lugar vacío que deja dicho padre serviría como motor de toda producción cultural, bajo la necesidad de reencuentro de un ideal de omnipotencia perdido. (Freud, S., 1968) Comparando cómo se comportan los animales y cómo los humanos para ver si un parricidio puede asociarse a un grupo animal, Malinowski concluye que un "crimen totémico" nunca 14 "the identification of man with the totem is a trait of the mentality common to children, primitives and neurotics, based upon the tendency to identify the father with some unpleasant animal" 23 podría haber tenido lugar en la naturaleza. Esto significa, entonces, que desde el punto de vista teórico, Freud "intentó explicar el origen de la cultura mediante un proceso que implica la existencia previa de la cultura, con lo que estamos ante una falacia circular15" (Malinowski, B., 1937: 153). La observación de Malinowski es totalmente coherente con el desarrollo de la humanidad que expone Engels y que comprende a la sociedad patriarcal, como una etapa posterior de toda la evolución primitiva, que comienza necesariamente en forma comunista y matriarcal. Esta detención sobre este punto, sirvió para mostrar nuevamente, lo falaz de los argumentos que intentan mostrar que el machismo y el consecuente patriarcado, son condiciones "naturales" delser humano. Malinowski, si, coincide con Freud en que los orígenes de la cultura implican la represión de las pulsiones, y que todas las características básicas del complejo de Edipo o de cualquier otro 'complejo' son consecuencias necesarias del proceso de formación gradual de la cultura16 (Malinowski, B., 1937: 182) , pero señala que el origen de la cultura no puede derivar de una "manada", como algunos antropólogos creen, porque no hay nada innato en los vínculos que unen a los seres humanos en grupos sociales. Dice que toda forma de cooperación "está basada en artefactos culturales y regida por normas convencionales"17 (Malinowski, B., 1937: 190). Así que el origen de la cultura no puede estar en el gregarismo; tiene que estar en la familia, que en algún momento dejó de estar regulada por los instintos (como sucede en el caso de los animales) para estarlo por vínculos culturales de organización social (Malinowski, B., 1937). Esto significa que "la formación de los sentimientos está relacionada con la organización social y con el uso de cultura material por parte del ser humano"18 (Malinowski, B., 1937: 240). Sin referenciarlo en ningún momento, la coincidencia de Malinowski con Engels es completa. Pero además, al afirmar Malinowski que no hay nada innato en los vínculos que unen a los seres humanos en grupos sociales, sino que estos vínculos son culturales, inaugura una rica relación dialéctica entre el pasaje de la animalidad a la humanidad y el nacimiento de la cultura. Retomando el hilo, el capitalismo se vale de la familia nuclear para seguir explotando y pudo "construir" y sostener a esa familia nuclear gracias al machismo imperante en la cultura. Pero además es la propia familia nuclear patriarcal, la que reproduce culturalmente en forma continua, al machismo, así como también y por añadidura, condiciona a los seres humanos para la aceptación del autoritarismo. 15 "tries to explain the origins of culture by a process which implies the previous existence of culture and hence involves a circular argument" 16 "the beginning of culture implies the repression of instincts, and that all the essentials of the Œdipus complex or any other 'complex' are necessary by - products in the process of the gradual formation of culture" 17 "it is based on cultural artefacts and governed by conventional norms" 18 "the formation of sentiments is associated with social organization and with the wielding of material culture by man" 24 8 - Una tesis y varias preguntas La ubiquidad del machismo en el plano ideológico - cultural, a partir de su "creación" histórica y a través de todos los modos de producción y formaciones sociales que se sucedieron, resulta llamativo. ¿Por qué una nota de este plano, interdependiente con los planos económico - de relaciones de producción y político - jurídico, se mantiene constante, aún cuando las notas en los otros planos y en el propio ideológico - cultural, puedan ser tan diversas? Se dirá que no, que no es igual el machismo de la familia romana o el de la edad media, que el machismo que observamos hoy, que se han hecho "progresos", que vamos camino a superarlo. En todos estos argumentos, que se pueden escuchar hoy y aún proviniendo de interlocutores "progresistas", subyace escondido el mismo concepto falaz: Que el machismo sería algo "natural" en el ser humano y que, entonces es función del "avance" social y cultural de la humanidad, aplacar y hasta tender a hacer que casi desaparezca, esta rémora de nuestra condición animal. Como se vio, el machismo es una construcción social que nada tiene de natural. Por lo tanto, es falso el precepto de que "a mayor civilización, menos machismo". En cambio, de lo que se trata, es de contraponer otras distintas pautas civilizatorias que "se opongan" al patriarcado y al machismo. En esto, no vale ciertamente plantear la vuelta a las sociedades matriarcales pre mercantiles, sino, necesariamente la idea de una nueva sociedad comunista y anti patriarcal. Por otra parte, considerando la interrelación dialéctica de los planos de la sociedad (sobre esto se profundizará más adelante), cabe preguntarse sobre las implicancias del entrelazamiento de este hilo conductor del machismo "a través" de la historia, con otras características comunes que vienen sosteniéndose en los distintos modos de producción a lo largo de la historia. El otro elemento constante en el periodo histórico de la humanidad, ha sido la explotación de una clase social por otra, con características distintas según las distintas formaciones sociales (también en este caso se podrá encontrar a quien diga: "no es lo mismo la explotación del esclavo en Roma, que del siervo de la gleba, o que del trabajador en el capitalismo" - por esto de que el "progreso" mejora todo -). Por supuesto es posible hallar las relaciones particulares entre el machismo y la explotación de clase para los distintos modos de producción o formaciones sociales. En particular, se desarrolló brevemente en este mismo trabajo, como "funciona" el entrelazamiento entre el machismo y la explotación capitalista. Existe una tendencia a establecer que la explotación implica machismo; son las imágenes que surgen de inmediato cuando se piensa en el capataz de los esclavos, en el señor feudal o hasta en el propio patrón capitalista y explotador (o patrona explotadora; el machismo incluye hoy a muchas mujeres). Es decir, "dado que son explotadores, son machistas". Pero también otro pensamiento es posible, es decir, se podría plantear; "dado que son machistas, son explotadores". Avanzar sobre los significados y consecuencias de afirmar esta inversión de causa y consecuencia, sin perder de vista que esto representa dar una vuelta dialéctica, podría arrojar luz sobre ciertas cuestiones. 25 Por un lado, se puede ver que en los intentos prácticos de establecer sociedades sin clases, es decir, sin explotadores ni explotados, se han encontrado y se encuentran en los países (se piensa en el caso cubano) en que se avanza sobre estos intentos, un escollo en el machismo19. Por otro lado, en las idealizaciones utópicas de una sociedad, y que en general comprenden entre otras características, un "regreso" al aislamiento y al contacto con la naturaleza, aparece además de la ausencia de explotación, la ausencia de machismo y de los celos, la consideración de la mujer, etc. En efecto, más allá de lo utópico de ciertos planteos, está claro que no es imaginable una situación donde si desaparece el machismo no desapareciera la explotación. La tesis que asoma entonces, podría plantearse así: ¿No será el feminismo y la lucha contra el machismo un componente crucial en la lucha por una transformación revolucionaria de la sociedad? Seguramente se dirá "pero si esto está implícito en cualquier estrategia revolucionaria; el socialismo no dejará lugar para el machismo; en la sociedad futura, mujeres y hombres seremos iguales, etc.". No es eso. Esos argumentos llevan aparejados un solo aspecto de la relación entre explotación y machismo, sostienen que al desaparecer la explotación desaparecerá el machismo. La tesis es en cambio: "Desaparezcamos" el machismo para que desaparezca la explotación. Esta mirada sobre el costado "menos visible" de la relación dialéctica entre machismo y explotación, abre también una ventana sobre la relación dialéctica entre el plano ideológico - cultural de la sociedad y los demás (planos económico - de relaciones de producción y político - jurídico, como fue conceptualizado a partir de la referencia a Poulantzas (Poulantzas, N., 1969)). La lucha contra el machismo, es una lucha contra las ideas arraigadas en parte de la población, contra ciertas formas de cultura que se encuentra diseminada en la sociedad. Es, lo que expresado en un lenguaje más conceptual, una lucha desarrollada principalmente en el plano ideológico - culturalde una sociedad (mientras que por otra parte lo referido a la explotación, se lo concibe como un desarrollo que atraviesa los planos). Al examinar teóricamente la tesis propuesta de eliminar el machismo como acción necesaria para transformar la sociedad, aparecen preguntas que será necesario dilucidar: 1) Dado que la explotación de una clase social por parte de otra tiene su expresión en el actual sistema capitalista, por la explotación que realizan los dueños del capital (burgueses, en el lenguaje clásico) sobre los trabajadores; ¿el machismo forma parte de la "ideología burguesa", o "viene de antes", de otros sistemas de explotación?. En otras palabras, ¿se lucha contra el sistema, luchando contra el machismo? 2) La lucha contra la explotación en general es lucha de clases, pero también encontramos machistas entre los trabajadores, entre nuestros propios compañeros; entonces, ¿la lucha contra el machismo forma parte de la lucha de clases o es otro tipo de lucha? 3) Como se dijo, la lucha contra el machismo se desarrolla principalmente contra ciertas ideas y culturas; es decir es una lucha "en la cabeza" de la sociedad. ¿Puede esta lucha en el plano ideológico - cultural, modificar situaciones que tienen expresión principal en los 19 Solo a modo de ejemplo de la subsistencia del machismo en Cuba, ver: Yaditza del Sol González, Machismo en Cuba... ¿lenguaje de otra época?, en Granma de julio 2015 (http://www.granma.cu/opinion/2015-07-23/machismo-en-cuba-lenguaje-de-otra-epoca) 26 planos político - jurídico y económico - de relaciones de producción?; es decir, ¿puede modificar a la sociedad toda? 4) La lucha ideológica - cultural, va acompañada sin duda por visibilización política, de lo cual, es formidable expresión la lucha desarrollada por las mujeres, por ejemplo en Argentina. ¿Pero dónde están las "cabezas" de la sociedad que es más necesario "ganar", es decir, dónde es principal dar la lucha de ideas contra el machismo? 5) Hay machismo aún en sociedades "progresistas" o "liberadas". ¿Dónde se esconden en esos casos los gérmenes del machismo; en que "trampas ideológicas" nos hace caer el sistema? 27 9 - El machismo como parte de la ideología dominante El machismo no parecería ser un requerimiento de ninguna de las cuestiones básicas de la explotación capitalista. Si, como fue visto, es algo "aprovechado" para sostener la familia nuclear y así, asegurar la reproducción de la fuerza de trabajo. Pero por otra parte, el machismo "precede" al capitalismo y está presente desde los primeros intercambios mercantiles de la civilización. Para llevar luz sobre la pregunta (1)20 del punto anterior, es útil tener en cuenta los conceptos de Gramsci sobre los intelectuales en el contexto de la lucha de clases. Gramsci se refiere a quienes cumplen "la función social inmediata de la categoría profesional de los intelectuales" ("todos los hombres son intelectuales; pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales") (Gramsci, A., 2004: 391, La formación ...) y estos "intelectuales" son los que surgiendo "directamente de la masa" y manteniéndose "en contacto con ella", provocan que se "modifique el 'panorama ideológico' de una época" (Gramsci, A., 2004: 379, Relaciones ...). Es decir, son los generadores de las notas ideológicas que sirven para desarrollar la lucha en el plano ideológico - cultural. (Con el término "nota ideológica" se está designando a un cierto conjunto de ideas o conceptos que, junto con otros conjuntos, constituyen una totalidad mayor que puede ser reconocida como una "ideología".) Ahora bien, existen por un lado, "intelectuales orgánicos" de una clase social, que son los que "le dan homogeneidad y consciencia de su propia función [a la clase de la que forman parte], no solo en el campo económico, sino también en el social y político" (Gramsci, A., 2004: 388, La formación ...) y por otro lado "intelectuales preexistentes" que parecen "representar una continuidad histórica ininterrumpida, a pesar de los cambios más complicados y radicales de las formas sociales y políticas" ("la más típica de estas categorías intelectuales es la de los clérigos" (Gramsci, A., 2004: 389, La formación ...), dice Gramsci). Lo que se puede "leer" entonces en estos conceptos de Gramsci, es algo más general. Esto es que, en una formación social determinada, coexisten notas ideológico - culturales orgánicas o "de clase" y notas ideológico - culturales preexistentes que son capaces de "atravesar" las clases de una sociedad. El machismo, se inscribe sin duda en la categoría de las notas ideológico - culturales preexistentes. No es una nota ideológico - cultural de clase y por eso las atraviesa y se encuentra al machismo tanto entre los trabajadores como entre los patrones. Este "atravesamiento" no implica ciertamente indiferencia o neutralidad. Ya se vio como los capitalistas sacan partido del machismo y tienden a reforzarlo, como lo han hecho históricamente también las distintas clases explotadoras. Cuando Lenin se refiere a ideología, es muy drástico y afirma: 20 1) Dado que la explotación de una clase social por parte de otra tiene su expresión en el actual sistema capitalista, por la explotación que realizan los dueños del capital (burgueses, en el lenguaje clásico) sobre los trabajadores; ¿el machismo forma parte de la "ideología burguesa", o "viene de antes", de otros sistemas de explotación?. En otras palabras, ¿se lucha contra el sistema, luchando contra el machismo? 28 el problema se plantea solamente así: ideología burguesa o ideología socialista. No hay término medio (pues la humanidad no ha elaborado ninguna 'tercera' ideología, además, en general, en la sociedad desgarrada por las contradicciones de clase nunca puede existir una ideología al margen de las clases ni por encima de las clases). (Lenin. 1985: 53) La afirmación es justa; la ideología burguesa "incluye" al machismo. No porque éste surja directamente de cuestiones en el plano económico - de relaciones de producción en el capitalismo; sino porque aún siendo una nota ideológica - cultural preexistente, el machismo "conviene" a los empresarios y patrones en las formas descriptas anteriormente. Por lo tanto, la pregunta (1) tiene por respuesta que, luchando contra el machismo, se lucha efectivamente contra el sistema explotador. 29 10 - La lucha contra el machismo como parte de la lucha de clases La pregunta (2)21 nos pone ante la cuestión de si la lucha contra el machismo es lucha de clases, habida cuenta de que en general, cuando se consideran la lucha económica - de relaciones de producción y la lucha política - jurídica, sus aspectos principales aparecen claramente como lucha de clases. En cambio, al considerar la lucha ideológica - cultural contra el machismo y el patriarcado, se observa que la disputa parece "atravesar" las clases; valga como ejemplo el machismo de los trabajadores que se mencionó en la referencia de Kandel. (Kandel, E. 2006) Para contestar esta cuestión, se recurrirá a detenerse un tanto en el pensamiento de Lenin. En el libro "¿Qué hacer?" - que en general se lo considera como la "fuente" de la teoría leninista de la organización - Lenin encara y desenmascara la (in) posibilidad de completar el camino revolucionario solamente a partir de la "resistencia a los capitalistas" y/o la lucha sindical. De allí, surge el papel del partido que luego se plasmara en la práctica en la revolución soviética de octubre de 1917. Se podría decir que en ¿Qué hacer?, Lenin sienta la base teórica de la "separación" y especificidad de los planos político - jurídico e ideológico - cultural, con respecto del plano económico - de relaciones de producción, cuestión que luego fuera "actuada" en las jornadas revolucionarias de octubre. Por un lado, cabemencionar que en esta explicitación de la "separación" y especificidad de las luchas estructurales y "súper estructurales" que se hace en ¿Qué hacer?, parecería que las cuestiones ideológico - culturales, en lecturas o interpretaciones posteriores de la teoría de la organización leninista, han sido interpretadas frecuentemente como "subordinadas" a las cuestiones político - jurídicas, esto es, subordinadas a la cuestión del partido revolucionario. Pero por otra parte, en su totalidad, ¿Qué hacer? también puede ser visto como un gran compendio de argumentos para la lucha ideológica, en principio poniendo el acento sobre los aspectos del "economicismo", la distinción entre "política sindical" (o "tradeunionista", nombre apropiado para poner énfasis en las características del sindicalismo inglés de aquella época) y hacer política para la revolución, etc.. Estas notas ideológicas sobre el "economicismo" y el "tradeunionismo", son orgánicas (Lenin actúa en este caso como "intelectual orgánico", al decir de Gramsci), es decir devienen de las cuestiones estructurales, parecen "sin duda" ligadas a la lucha de clases y esto mismo, hace que cueste diferenciarlas de las especificidades de la lucha política. Pero si Lenin pone el acento sobre estas notas ideológicas orgánicas, de ninguna manera pretende agotar la cuestión en las mismas. Por ejemplo, nos dice: ¿Por qué los ... castigos corporales de que son objeto los campesinos, las arbitrariedades de los funcionarios y el trato que la policía da a la 'plebe' de las ciudades, la lucha contra los hambrientos y la persecución de los deseos de instrucción y de saber que siente el pueblo, la exacción de tributos y la persecución de las sectas religiosas, el duro adiestramiento impuesto a los soldados y el trato cuartelero que reciben los estudiantes y los intelectuales liberales; por qué todas 21 2) La lucha contra la explotación en general es lucha de clases, pero también encontramos machistas entre los trabajadores, entre nuestros propios compañeros; entonces, ¿la lucha contra el machismo forma parte de la lucha de clases o es otro tipo de lucha? 30 estas manifestaciones de opresión y miles de otras análogas, que no están directamente ligados a la lucha 'económica', han de representar en general medios y motivos menos 'ampliamente aplicables' para la agitación política, para incorporar a las masas a la lucha política? Justamente al revés ... (Lenin. 1985: 80) Es decir, se explicita la incorporación de notas ideológicas preexistentes (los campesinos como "propiedad" de los señores feudales, la negación de las "libertades individuales", el desmedro por la educación pública, la intolerancia religiosa, etc.) a la ideología burguesa. Lenin no menciona, seguramente por una cuestión de oportunidad, al machismo como integrante de estas notas, aunque su presencia en la Rusia de principios del siglo XX era evidente. Las cuestiones ideológicas de ¿Qué hacer?", con el acento en notas orgánicas o "de clase", pero sin omitir las notas ideológicas preexistentes que atravesaban a la sociedad rusa de esa época, tienen un destinatario claro, que son principalmente los propios trabajadores. La lucha ideológica - cultural contra el machismo y el patriarcado, también hace falta dirigirla contra todos los machistas, incluyendo a los trabajadores machistas, pero eso no quita que esté inscripta en la lucha de clases. Cuando Lenin cuestiona, critica, lucha contra las posiciones de los trabajadores, expresadas en sus periódicos y publicaciones, ¿no está desarrollando lucha ideológica? y esta lucha, ¿no es lucha de clases? (habida cuenta de que para él, "nunca puede existir una ideología al margen de las clases ni por encima de las clases" (Lenin. 1985: 53)). Pero los destinatarios de este discurso ideológico son los trabajadores (ya que "muy frecuentemente la lucha económica de los obreros está ligada - si bien no de modo inseparable - a la política burguesa, clerical, etc." (Lenin. 1985: 58)). Lo mismo ocurre cuando se lucha contra la ideología machista de los trabajadores y de sus dirigentes; se está desarrollando lucha de clases. Claro está que las cuestiones relativas a la elaboración y transmisión del discurso ideológico, tienen aspectos particulares (y distintos a las que enfrentaba Lenin a la hora de escribir ¿Qué hacer?). 31 11 - Posibilidad y características de la lucha ideológica contra el machismo ¿Es posible que la lucha contra el machismo y el patriarcado sea capaz de influir y aún modificar aspectos estructurales de una formación social; que sea capaz de ser un elemento decisivo en la erradicación de la explotación?. Es decir, ¿será esta la respuesta a la pregunta (3)22?. Hay un discurso "clásico", que habla de la "estructura" de la sociedad, representada por el plano económico - de relaciones de producción y que sobre éste se erigiría, linealmente, la súper estructura formada por los planos político - jurídico e ideológico - cultural. Esta determinación lineal o unidireccional de la súper estructura por parte de la estructura, se la relaciona generalmente con el siguiente párrafo de Marx: En la producción social de su vida, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de la conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política e intelectual en general. (Marx, K., 1974:7) La interpretación de que esta afirmación implica una relación lineal o unidireccional entre estructura y súper estructura, no proviene ciertamente de Marx, sino de algunas lecturas no críticas o parciales de la obra marxista y engeliana. Desde ya, el propio Engels23 y luego Lenin (Lenin, 1985) alertaron sobre lo falso de una relación lineal o unidireccional y luego, muchos pensadores, entre los que merecen destacarse Antonio Gramsci y Louis Althusser, a su tiempo explicitaron la relación dialéctica que existe entre los planos de la sociedad. En particular, Gramsci nos dice que la proposición contenida en la Introducción a la crítica de la economía política, de que los hombres toman conciencia de los conflictos de estructura en el terreno de la ideología, debe ser considerada como una afirmación de valor gnoseológico [es decir, cognoscitivo]. (Gramsci, A., 1986: 146) ; es decir que la frase de Marx, indica el proceso a través del cual se forman las ideas, las concepciones del mundo, pero de ninguna manera niega que las ideas pudieran a posteriori interaccionar o influir sobre la base material, sobre la estructura económica de la sociedad. Esta base material o plano económico - de relaciones de producción, al ser influida por las ideas (por el plano ideológico - cultural), dará origen a nuevas instancias ideológicas, en un proceso que entonces, deviene dialéctico. 22 3) Como se dijo, la lucha contra el machismo se desarrolla principalmente contra ciertas ideas y culturas; es decir es una lucha "en la cabeza" de la sociedad. ¿Puede esta lucha en el plano ideológico - cultural, modificar situaciones que tienen expresión principal en los planos político - jurídico y económico - de relaciones de producción?; es decir, ¿puede modificar a la sociedad toda? 23 Carta de Engels a J. Bloch del 21 de setiembre de 1890. Puede consultarse en: Graciela Inda y Celia Duek, Ideología y lucha de clases en los clásicos del marxismo, Revista Theomai, 2014 32 Althusser por su parte, entiende la relación planteada por Marx entre estructura y superestructura
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