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Trabajo sobre el fuego
Las llamas son una agrupación de partículas o moléculas incandescentes compuestas por material inflamable, capaces de producir luz visible debido a un proceso químico violento conocido como oxidación. Mientras que el humo es similar en composición pero ya no emite la misma cantidad de luz visible que las llamas.
Triángulo de fuego.
Se trata de un modelo que explica los requisitos fundamentales para provocar la mayoría de incendios: una sustancia inflamable, un agente oxidante (tal como el oxígeno) y una fuente activa de energía. Si estos elementos se juntan en las proporciones adecuadas, darán lugar a un fuego; no obstante, también es factible prevenir o extinguirlo suprimiendo a uno cualquiera de ellos.
Triángulo de fuego.
Sin suficiente calor, el fuego no puede iniciarse ni propagarse. Se puede introducir un compuesto para absorber parte del calor disponible para la reacción y extinguirla. Comúnmente se utiliza agua, que consume energía para pasar a estado gaseoso. Los polvos o gases con la misma función también son alternativas eficaces.
Sin combustible, el fuego se detiene. Puede extinguirse naturalmente al ser consumido por las llamas o artificialmente mediante procesos químicos y físicos que impidan el acceso del fuego a su fuente de combustión. Este factor juega un papel crucial en la extinción de incendios (por ejemplo, con barreras), así como en los incendios controlados.
La falta de oxígeno impide el inicio y la propagación del fuego.
Los distintos tipos de fuego.
Incendio Clase A:
Los residuos se generan al incinerar combustibles sólidos habituales como madera, papel, corcho, tela, fibra y plásticos. Se hace en varias capas hasta el núcleo y producen desechos.
Fuego clase B:
Son incendios formados por líquidos inflamables como gasolina, alcohol, disolventes, pinturas y barnices. Sólo queman en la superficie y no dejan residuos.
Fuego Clase C:
Fuegos que implican la presencia de equipos eléctricos energizados, tales como motores eléctricos.
Cuando se eliminan los transformadores y aparatos eléctricos, la categoría de incendio clase C puede convertirse en otro tipo diferente al eliminar el riesgo de corriente eléctrica y fuego.
Clase de fuego D:
También conocidos como fuegos de metal, son aquellos incendios producidos por metales inflamables tales como sodio, magnesio, aluminio, potasio o circonio. Estos combustibles alimentan el fuego y sólo pueden ser extinguidos con líquidos especiales específicos para este propósito.
Fuego Clase K:
Los fuegos son generados por grasas y aceites de cocina, tales como mantecas vegetales o minerales.
Categorías y Clasificaciones de los Extintores
Los extintores son dispositivos móviles que se utilizan para combatir incendios en sus primeras etapas, cuando aún pueden ser controlados y apagados rápidamente.
Los tipos de extintores se clasifican según el agente extintor utilizado.
Extintores de agua.
El agua tiene un efecto físico principal de enfriamiento debido a su capacidad para absorber calor. También actúa secundariamente como agente sofocante, ya que el vapor de agua generado por la combustión se expande en aproximadamente 1671 veces y desplaza los gases inflamables. Los extintores de agua son adecuados para incendios Clase A pero no deben utilizarse en ningún caso sobre fuegos Clase C, donde existe riesgo eléctrico asociado al contenido conductor del agua corriente con la cual están cargados estos dispositivos.
Extintores AFFF.
La espuma se emplea para enfriar y sofocar incendios, ya que crea una capa continua de líquido que desplaza el aire, reduce la temperatura e impide la fuga de vapores con el fin de extinguir o prevenir las llamas. Aunque existen diversas variedades de espumas disponibles en el mercado, es común utilizar extintores con solución AFFF especialmente diseñada para combatir incendios involucrados con hidrocarburos. Dichos equipos son tanto adecuados para enfrentarse a combustiónes correspondientes al tipo A como a aquellos relacionados al tipo B.
Extintores de CO2.
debido a que es capaz de enfriar y sofocar las llamas al mismo tiempo. Cuando se descarga el gas dentro del extintor, se expande rápidamente debido a la presurización. Esto hace que la temperatura del agente disminuya drásticamente y alcance valores en torno a los -79°C, convirtiéndose en hielo seco. De ahí que esta descarga se denomine "nieve carbónica". Cuando esta niebla entra en contacto con el combustible, enfría las llamas y al mismo tiempo desplaza el oxígeno por asfixia como efecto secundario adicional. Se utiliza para incendios debido a su capacidad para enfriar y sofocar cualquier llama simultáneamente.