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HISTORIA DE LOS HOSPITALES
APUNTES DE ADMINISTRACION
HOSPITALARIA
EDAD MODERNA
En esta época, mejor dicho en las primeras
décadas del siglo XIX, las condiciones económico
sociales de la sociedad establecieron contrastes
paradójicos: por un lado los inmensos capitales, por el
otro la miseria acompañada de la ignorancia. Sufrió el
hospital, en el acrecentamiento de sus funciones, las
graves consecuencias del terreno social imperante. Es­
tas fueron remediadas, en parte. por la filantropía que
se observó en algunos pueblos.
HOSPITALES DE LA EPOCA.
Difícil es señalar, en esta época de la humanidad,
todas las instituciones asistenciales creadas durante la
misma, cuando apenas se pueden recordar las que si·
guen.
El Hospital Westminster es el primer centro asis­
tencial de esa índole. sostenido en Londres por contri·
buciones voluntarias. Fue fundado en 1719 y recons­
tru ¡do en 1834. Cuenta en la actualidad con más de
400 camas y constituye el eje del "Grupo de Hospita·
les" de su nombre.
El Hospital Enfermería Real de Edinburgo, con
capacidad para 1.500 pacientes, fundado en 1792, ha
sido reconstru ido en varias oportunidades.
El Hospital Sto Thomas, de Londres, establecido
en 1805 y reconstru (do en 1860, cuenta actualmente
con 550 camas de medicina y cirugía generales; ade­
más de 32 cuartos para enfermos privados.
El Hospital Nacional de 0510, que funciona des­
de 1826, es el centro asistencial más importante de
Noruega, con una capacidad de 1.000 camas en la
actualidad.
El Kommune-Hospital (Hospital Municipal) de
Copenhague inició Sus servicios en 1873. Es el centro
asistencial típico de 'a capital del reino de Dinamarca.
PROGRESO CIENTIFICO
Los estudios de física y química iniciados por
Antaine L. Lavosier (1743-1794) y del Marqués de la­
place (1749·1827) hicieron que en la segunda mitad
del siglo XVIII, Claudia Bernard, célebre fisiólogo
francés (1813-1878), laboratorista e investigador, de­
clarará la necesidad de expresar los trastornos funcio­
nales en términos físico-qu(micos.
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José María Barrionuevo Montealegre.
Cuarta Parte.
Se hizo necesario la exploración física del enfer­
mo y muchos médicos la perfeccionaron. Es en este
campo Renato Laennec (1781-1826) uno de los más
distinguidos. Estableció bases de la exploración de sig­
nos Hsicos, inventando el estetoscopio y dándole el
nombre de auscultación mediana a la práctica con
dicho instrumento. Se distinguió también por sus es­
tudios de las enfermedades de los pulmones y el cora­
zón. Son clásicas sus observaciones y descripciones de
la tuberculosis.
Armando Trousseav (1801-1867), médico fran­
cés y uno de los primeros clásicos de su época, -cono­
cido por sus estudios de pediatría y haber sido el
primero que practicó la traqueotomía,- igual que
Laennec, fue admirado por sus magníficos diagnósti-
cos. Su nombre quedó grabado en la anatomía. .
A mediados del siglo XIX Rodolfo Virchow, mé­
dico y biólogo alemán nacido en Pomerania
(l812-1902) y profesor universitario de prestigio,
fundó la patología celular y fomentó la investigación
en casi todas las ramas de la anatomía patológica,
llamando la atención sobre la alteración de la célula
enferma.
Aquellos grandes adelantos médicos de la época,
así como muchos más omitidos, a los cuales nos refe­
rimos en líneas anteriores, consolidaron la interven­
ción del Estado en la obra del hospital, vale decir, en
la atención de los servicios médicos públicos.
Hospital SUR AMERICA, Río de Janeiro Estados Unidos de
Brasil.
Así pues, fue en el hospital, durante el siglo
XIX, donde tuvo lugar el progreso de la medicina,
donde se llegó a diagnósticos desconocidos en tiem­
pos anteriores y se perfeccionó la anatomía patológi­
ca. Pero con aquellos adelantos también llegaron gran­
des problemas: la necesidad de albergar en los hospi­
tales anteriores a una población de enfermos crecien­
te, descuidándose el aspecto psíquico de sus huéspe·
des.
Lo último despertó el miedo popular hacia estas
instituciones, donde el rumor de la gente propagaba la
idea de que en ellos se suministraba "el caldo para la
muerte". De esta manera sólo los más pobres asistían
a ellas y siendo éstos los más numerosos no decreció
su población constante. Llegaron a tocar sus puertas,
muchos, en los últimos términos de su enfermedad.
CLASiFICACIDN DE ENFERMOS
La fórmu la inglesa, de hospitales con pacientes
separados en pabellones, no fue aceptada casi por u­
nanimidad, sino hasta bien entrado el siglo XIX, cuan­
do en los Estados Unidos de América se crearon cen­
tros con cientos y miles de camas y servicios dividi­
dos, especialmente en unidades verticales, por razones
de espacio.
Lo anterior lo explica principalmente la costum­
bre anglo-sajona de servirse, todas las clases sociales,
de los hospitales, en contraposición con 10 que ocu­
rría, en la misma época, en los países latino-america­
nos en donde privaba el servicio médico domiciliario
y las clínicas particulares, aún para aquellos mediana­
mente pudientes.
La Guerra de Secesión ~e los Estados Unidos de
América (1861·1864) obli9u a crear pabellones con
número limitado de enfermos en cada uno. Se obtuvo
resultados más favorables que en los hospitales clási·
cos, probablemente por disminuir las posibilidades de
infección
En la última mitad del siglo anterior se pone
remedio a deficiencias apuntadas, ante los descubri·
mientas de Louis Pasteur que establecieron la raciona·
lización de la profilaxis y la terapia; la implantación
por José Lister, de la cirugía antiséptica; la utilización
práctica del cloroformo como anestésico general por
James Y. Simpson; la preparación en forma de las
enfermeras, idealizada por Florence Nightingale (El
Angel de Crimea), que fueron incorporados como ele­
mentos auxiliares imprescindibles de las labores del
médico.
Todo lo anterior, repetimos, contribuyó a per­
fecionar la función básica de los hospitales dándole
prestigio a su obra e interesando a los gobernantes y
sociedad en su establecimiento y mejora constante..
-EDAD CONTEMPORANEA-
En el siglo XX el número de hospitales aumenta
considerablemente ante la necesidad de aislar a los
enfermos que lo ameriten, aún cuando el costo de sus
instalaciones y equipos es elevado. Se tiende a limitar
el número de camas, dándole énfasis a los servicios de
clínicas externas y a la atención domiciliaria. Se busca
siempre a colocar a Jos enfermos internados en salas
de número limitado y se elimina el sistema anterior de
"salones" de muchos pacientes.
Se calcula como mínimo 7 m2. por 3 m2, por
cama, para las de medicina, así como un poco más
para las cirugía, aunque siempre es conveniente con·
tar con más espacio. En los hospitales de amplias za­
nas verdes, menos frecuentes cada dia por razones
financieras y de otra (ndole, se dispone hasta de 100 a
150 metros cúbicos por cama, con patios más exten­
sos que la altura de los pabellones.
•
El Hospital de Maternidad, en San Salvador. con el volcán al fondo.
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El hospital de nuestra época trata de parecerse,
~~a tos enfermos, al propio hogar. Se preocupan sus
dlngente5 porque sea agradable, cordial y de que su
ambiente de colores alegres, sus habitaciones cómo·
das, aire acondicionado y alimentación balanceada
bien presentada y apetitosa, haga olvidar en parte ,~
ausencia de aquél. Resulta en oportunidades tan a·
tractivo y de mejores condici()(les que muchas casas y
el paciente siente la atracción de permanecer en él el
tiempo necesario. '
En países avanzados, como los Estados Unidos
de América, donde se cumplen a cabalidad aquellos
requisitos y otros. la gente se siente atraída por ellos.
Se piensa en el traslado de sus familiares cuando al·
guien cae enfermo, O el facultativo indica la necesidad
de un internamiento.
Ha desaparecido el temor Que en anteriores tiefTl.
pos producía, a enfermos V parientes, el hospital. El
pa<:ie~te h~ ten!d? oportunidad de observar que no es
el unlCO nt el ultImo recurso de SU atenciOn. Previa·
mente ha sido atendido, V muchas veces tratado con
éxito en los servicios externos. Agotadoséstos recuro
sos comprende mejor la necesidad de su internamien·
to, recibiendo la indicación como parte derivada de la
atención de su dolencia, en un medio que no le es
completamente extraño.
El prestigio cosechado por el hospital en los últi·
mas cincuenta años de nuestra época, su excelente
asistencia médica, los avances de la ciencia, su organi·
zación especializada y los eficientes equipos que po·
see han cimentado su necesidad social, inspirando ca·
da día mayor confianza.
Los elementos curativos con que cuenta cientí·
fi.~os y de equipo, han hecho variar mucho s~ pobla­
clon. En la actualidad ha disminuido el número de
enfermedades infecciosas, y se solucionan más rápida·
mente muchas de ellas. En cambio ha aumentado su
población con otras, producidas p~r los accidentes de
tránsito y de trabajo; tambien hay mayor número de
pacientes ancianos.
En este momento,Y para señalar un ejemplo de
la obra ~el hospital, podemos apuntar que en los Esta­
dos Unidos de América existen más de 7.000 hospita·
les con más de 1.500.000 de camas y ocupan, en sus
labores, el 2% de las fuerzas laborales del país.
Sin embargo no debemos olvidar Que el hospital
es un mundo extrai'o para el paciente, por más que lo
conozca y por más Que se le trate de rodear de como­
didades y atenciones. Aparecen, aún por abolir, mu·
chas rígidas reglamentaciones que prooucen ansiedad
en los enfermos.
Para terminar rápidamente las anteriores líneas
es '}ecesario. apuntar que en nuestra época, las leyes
SOCiales, los Intereses de las grandes industrias, los coso
tosos descubrimientos científicos y la imposibilidad
de pagar servicios caros, han dado Jugar a los sistemas
de segur\dad socia\ y de prevención de accidentes de
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trabajo. a través de organizaciones de carácter mutual
y comercial que pone al alcance de todos los servicios
asistenciales.
FUNCIONES.
En épocas anteiores, la función del hospital se
limitaba a cuidar y tratar a los pacientes que tocaban a
sus puertas. Corresponden al hospital moderno otras
funciones sumamente importantes. A ellas nos referi·
remos oportunamente, en el capítulo que destinare­
mos a analizarlas, pudiendo en estas líneas enumerar·
las de la si!JJiente manera:
a).- Función preventiva
b).- Función de instrucción
cl.- Función de investigación.
dl.- Función social.
Nos reservamoS el derecho de ampliar, posterior·
mente como se apuntó, aquellos conceptos.
Si el hospital de hoyes un centro de enseñanza e
investigación, debe poner al servicio de la sociedad
todos los elementos necesarios para fomentar la salud,
aparte de prevenir y tratar las enfermedades.
Lo anterior nos hace observar que ha desapareci­
do de su seno, el médico de antaño. Ha sido reempla·
zado por especialistas. Ha aparecido una serie de pro­
fesiones más, así como preparación de elementos de
segundo estrato jerárquico. No debemos dar, como lo
apun:amos en anteriores I¡neas, la necesidad de que el
hospital cuente con personar administrativo acorde
con las exigencias de preparación necesarias,
Dice la organización de la Salud, con relación a
la evolución de ros hospitales de nuestra época;
"El hospital es parte integrante de una organiza·
ción médica y social con el fin de proporcionar a la
población todos los cuidados médicos posibles, tanto
terapéuticos como preventivos, y cuyos servicios ex·
ternos casi se extienden hasta el seno de la familia ..."
Hotpltal Civil, Luis VenlaZa, Guayaquil. Eeuadot-.

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