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CONSIDERACIONES ANATOMO-
FISIOLÓGICAS PARA EL USO 
PRUDENTE DE FÁRMACOS EN 
CONEJOS 
Nicolás J Litterio, Mª Soledad Aguilar1 
 
RESUMEN 
Pese a la utilidad que representa el conejo como animal de producción y compañía, no existen hasta la fecha 
suficientes investigaciones en tal especie, acerca de la eficacia/seguridad de un tratamiento farmacológico. 
Esto se evidencia en la práctica profesional veterinaria, en la escasez de preparados farmacéuticos 
comerciales en cuyo prospecto figure el conejo, como animal de destino del medicamento. 
Independientemente de ello, se debe considerar que el desafío no radica en la elección de un fármaco fiable 
para el conejo u otra especie animal, sino más bien en el régimen de dosificación racional para el fármaco 
elegido. La posología racional en una determinada especie animal depende de su anatomía, bioquímica, 
fisiología y comportamiento, así como la naturaleza y las causas de la afección que requiere tratamiento. 
Debido a ello, el objetivo principal de este artículo es destacar las particularidades anatómicas y fisiológicas 
del conejo con impacto en cuestiones fármaco-terapéuticas, como también relacionadas al manejo correcto 
del animal. En el próximo artículo se hará hincapié en el conejo como animal de producción, considerando las 
enfermedades más frecuentes en cunicultura y los planes sanitarios existentes para lograr una mejor 
productividad y bienestar animal. 
 
INTRODUCCIÓN 
El conejo común o europeo, tiene su origen en la Península Ibérica y fue distribuido hace más de 2.000 años 
al resto de Europa por los romanos que los mantenían en jardines vallados denominados leporaria. Más 
tarde fueron domesticados por los monjes franceses a partir de los siglos V y VI, que los cocinaban en ciertas 
festividades primaverales, sustituyendo la "carne" durante la cuaresma. En el siglo XII los normandos 
llevaron el conejo a Gran Bretaña e Irlanda y éste se convirtió en un animal común durante los siguientes 
200 años. Fue completamente domesticado en el siglo XVII, utilizándose inicialmente para juegos dentro de 
los territorios de los grandes señores, pero hasta la época de la industrialización, no se convirtió en una 
fuente habitual de alimento. Conforme se fue extendiendo por toda Europa, los primeros exploradores, 
aprovecharon su gran capacidad reproductora, llevándolos como fuente de alimento en sus viajes, 
 
1 Universidad Católica de Córdoba - Unidad Ejecutora CONICET. Facultad de Ciencias Agropecuarias, Carrera de Veterinaria (Argentina). 
nlitterio@ucc.edu.ar 
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liberándolos en las remotas islas oceánicas. Fue introducido en Sudamérica a mediados del siglo XVIII y en 
Australia y Nueva Zelanda a finales del XIX, donde la ausencia de depredadores hizo que rápidamente 
aumentara el número de estos animales. Aunque se liberaron en Norteamérica nunca consiguieron 
sobrevivir en estado salvaje (afortunadamente para los granjeros). 
Actualmente existen más de 70 razas reconocidas de conejos y no sólo se siguen produciendo como fuente 
de alimento, sino también para la producción de piel y pelo, así como animal de laboratorio como unidad 
experimental. Además por su docilidad es muy común observarlo como animal de compañía. 
EL CONEJO ¿UN ROEDOR? 
Durante muchos años (hasta mediados del siglo XX) se ha considerado al conejo como un roedor, sin 
embargo taxonómicamente corresponde al orden Lagomorpha, diferenciándose del orden Rodentia 
básicamente en la dentición y en la estructura mandibular. Los lagomorfos tienen dos pares de dientes 
incisivos superiores, frente al único par existente en los roedores. Al igual que en los roedores, los incisivos 
son de crecimiento continuo, pero a diferencia de éstos, en los lagomorfos una capa de esmalte recubre 
ambas caras de los incisivos. El segundo par de incisivos, situados posteriormente a los tradicionales, son 
notablemente más pequeños. Además, la arcada maxilar (superior) de los lagomorfos no encaja con la 
arcada mandibular, es decir, sólo un lado de las muelas está en oclusión en un momento dado. Estas 
particularidades anatómicas, así como la estructura ósea, visceral y muscular, descritas posteriormente, los 
asemeja a algunos artiodáctilos (ej. bovinos) y perisodáctilos (ej. equinos). 
Como se observa en la tabla 1, dentro del orden de los lagomorfos actualmente se encuentran las familias 
Ochotonidae (picas) y Leporidae (conejos y liebres). Se estima que ambas familias se diferenciaron durante 
el Oligoceno (hace 37 millones de años). Las liebres se diferencian de los conejos, entre otra serie de 
características, en que generalmente son de mayor tamaño, tienen un periodo de gestación de 40 a 50 días 
y paren sobre la tierra a gazapos precoces. En tanto que las conejas poseen una gestación más corta (28 a 33 
días) y paren pequeños gazapos desprotegidos (sin pelos, con los ojos cerrados, incapaces de caminar y 
termorregular), en madrigueras bajo tierra. De hecho, las dos partes del nombre científico del conejo 
(Oryctolagus cuniculus), provienen del latín y significan "liebre cavadora" y "pasaje subterráneo", 
respectivamente. 
Tabla 1: taxonomía de los lagomorfos 
Orden Familia Género Especies (spp) N° de especies Nombre común 
Lagomorpha 
Ochotonidae Ochotona Spp > 30 
Pica (liebre silbadora; 
conejo de roca) 
Leporidae 
Lepus Spp > 30 Liebre 
Sylvilagus Spp 13 Conejo americano 
Oryctolagus cuniculi única actualmente Conejo común o europeo 
 
ASPECTOS ANATÓMICOS Y FISIOLÓGICOS DEL CONEJO 
TAMAÑO Y PESO 
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El tamaño del conejo adulto es variable, pesando en promedio entre 1,5 y 2,5 kg aunque estrictamente esta 
variable depende de la raza, pudiendo existir conejos adultos de 1 kg de peso (Dwarf Polish o las razas 
holandesas) y en otro extremo hasta 7 kg para el caso de la Flemish Giant. Las vísceras abdominales y la 
masa muscular contribuyen en una elevada proporción al peso del animal y no tanto por el aporte del 
esqueleto. Una consideración que hay que tener muy en cuenta es que, al levantarlos, debido a que si la 
columna del conejo no tiene un soporte durante esa maniobra, los pesados miembros posteriores 
flexionarán la unión lumbosacra, pudiendo causar fracturas. La articulación L6-L7 es una zona muy común de 
fracturas de columna, especialmente en animales jóvenes. 
TERMORREGULACIÓN 
Los conejos son extremadamente sensibles al calor y por ello deben mantenerse en ambientes 
comprendidos entre 15 y 21° C. Su temperatura corporal normal se encuentra entre 38,5 y 39,5° C. No 
pueden sudar y tienen un sistema de salivación y de jadeo muy poco eficaz. En estado salvaje, descienden su 
temperatura refugiándose en la sombra de sus madrigueras o estirándose sobre la tierra para aumentar la 
superficie corporal. Las largas orejas son también esenciales para la dispersión del calor ya que poseen un 
shunt arteriovenoso a contracorriente. De hecho, enfriando directamente las orejas se produce una caída de 
la temperatura corporal y viceversa. A diferencia de los roedores, los conejos adultos no poseen grasa parda, 
así que tiritan cuando se enfrían y retienen el calor corporal dirigiendo la sangre caliente desde las orejas a 
las partes principales del cuerpo. También adoptan una postura enroscada y se acurrucan juntos para 
disminuir el área de superficie expuesta. 
SISTEMA CARDIOVASCULAR 
Los conejos, a nivel cardíaco, tienen un sistema de conducción simple y el nódulo sinoatrial está formado 
principalmente por un pequeño grupo de células que generan impulsos; ésta es la razón por la que se 
realizaron los primeros experimentos con marcapasos en estos animales. La frecuencia cardiaca puede 
variar entre 180 a 250 latidos por minuto. A diferencia del perro, que tiene varias anastomosis entre las 
venas yugular externa e interna, el principal vaso de retorno sanguíneo desde la cabeza es la vena yugular 
externa.De esta forma, la lesión o ligadura de esta vena en conejos originan exoftalmos. Lo mismo ocurre 
con la arteria carótida interna y externa. 
Para la extracción de sangre, los mejores puntos de punción son la arteria auricular central y la vena yugular. 
Las muestras más pequeñas (<0,5 ml) pueden obtenerse de la vena marginal de la oreja, de la vena safena 
lateral o de la cefálica, aunque tienden a 
colapsarse al succionar. Es de destacar que 
si bien el vaso sanguíneo más visible en la 
oreja es la arteria auricular recta central, la 
administración de fármacos dentro de este 
vaso podría resultar fatal, por ello debería 
utilizarse en su lugar la vena marginal, 
aunque es más pequeña y menos visible 
(figura 1). 
Figura 1: vasos sanguíneos principales de 
la oreja del conejo. 
SISTEMA RESPIRATORIO 
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La parte externa de la cavidad nasal, comprendida por las narinas, es extremadamente sensible al tacto 
(motivo por el cual es recomendable no tocarlas). Esto se debe a la presencia de unas almohadillas sensitivas 
a la entrada de cada ollar. Además, existen de 20 a 25 pelos táctiles localizados a cada lado del labio 
superior. El ollar se mueve con una frecuencia de 20 a 150 movimientos por minuto, incluso permanece en 
movimiento cuando el animal está totalmente relajado. 
En la cavidad nasal propiamente dicha, los huesos de los cornetes tienen el órgano vomeronasal y el epitelio 
olfatorio, proporcionando a los conejos su agudo sentido del olfato. Los conejos están obligados a respirar 
por la nariz (no lo pueden hacer por la boca) así que se debe considerar que cualquier daño en las narinas o 
cornetes puede ser grave (de consideración para la intubación nasal). La glotis es pequeña y a menudo está 
cubierta por la lengua. La intubación no es una maniobra sencilla, debido al escaso tamaño de la glotis y la 
lengua larga. 
La cavidad torácica es muy pequeña en comparación con el abdomen del animal. La frecuencia respiratoria 
es de 30 a 60 respiraciones por minuto. Los conejos en reposo respiran principalmente realizando 
contracciones musculares del diafragma y no usan sus músculos intercostales. Estas características deben 
tenerse en cuenta cuando se realizan maniobras de inmovilización, como en la anestesia, ya que si se coloca 
al individuo en decúbito dorsal, la presión de las vísceras sobre el diafragma, complicará la respiración en el 
animal. 
SISTEMA DIGESTIVO 
Durante mucho tiempo se llegó a pensar, erróneamente, que los conejos eran rumiantes debido a la 
observación de su comportamiento, que pasa largas horas removiendo las mandíbulas de derecha a 
izquierda. En realidad, estos movimientos no se explican por la rumia sino por la alimentación en dos 
tiempos. En efecto, el conejo practica la cecotrofia, es decir el hábito de ingerir sus “heces”, para volverlas a 
redigerir. Sin embargo, estas no son heces verdaderas, sino cecotrofos, que poseen características más 
blandas que aquellas, son de color verde oliva y brillantes. En cambio, los excrementos finales del conejo son 
de un marrón oscuro, más gruesos y duros. 
La apertura de la boca es pequeña y diseñada para poder mordisquear. El labio superior tiene una hendidura 
media, philtrum o surco subnasal, que se curva a derecha e izquierda alrededor de la nariz (de allí el término 
"labio leporino"). Como todos los lagomorfos, los conejos tienen tres pares de incisivos: dos superiores y 
uno inferior. Los segundos incisivos superiores son rudimentarios y se sitúan justo detrás de los incisivos 
superiores. No poseen caninos y los premolares conjuntamente con los molares funcionan como una única 
unidad y a menudo se hace referencia a todos ellos como muelas. 
El esófago tiene tres capas de músculo estriado que, a diferencia de lo que ocurre en perros y humanos, se 
prolonga hasta el cardias del estómago. El cardias tiene un esfínter bien desarrollado y está ubicado de 
forma que el conejo no puede vomitar. El estómago tiene forma de letra "J", con paredes delgadas y se 
localiza en el lado izquierdo. El estómago normalmente contiene una mezcla de alimento, pelo (debido a sus 
hábitos de acicalamiento) y fluido, incluso 24 horas después de alimentarse. El bajo pH (1,0 a 2,0) del conejo 
adulto hace que el estómago y el intestino delgado sean casi estériles. 
En el neonato, el estómago posee un pH de 5,0 a 6,5. Esto lo convertiría en un medio de cultivo ideal para 
las bacterias de no ser por el hecho de que, en las tres primeras semanas de vida, está acidificado por la 
producción de un "aceite lácteo", compuesto de ácidos grasos decanoico y octanoico producidos por la 
reacción de las enzimas digestivas contenidas en la leche materna. Los conejos alimentados artificialmente 
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no tienen este factor antimicrobiano protector, lo que les hace más susceptibles a las infecciones. Alrededor 
de las 2 semanas de edad, los gazapos comienzan a adquirir flora intestinal comiendo los cecotrofos de la 
madre. Hacia las 4 a 6 semanas, la producción de aceite lácteo cesa y, para entonces, algunos 
microorganismos habrán conseguido colonizar el ciego para producir la fermentación en la última porción 
del intestino. En el destete, el pH gástrico se acidifica (pH 1,0 a 2,0), lo que mantiene el estómago libre de 
microorganismos. 
El intestino delgado es relativamente corto y constituye sólo el 12% del volumen gastrointestinal. La motilina 
es secretada por las células endocrinas del duodeno y el yeyuno y ayuda a estimular la motilidad en el 
intestino delgado, colon y recto (pero no en el ciego). La porción final de íleon termina en una dilatación 
denominada saco redondo (sacculus rutundus), que se abre en la unión entre el íleon, colon y ciego (figura 
2). Una válvula fina, la válvula ileocecal, permite al quimo pasar en una sola dirección hacia el ciego. 
El conejo tiene una gran porción de intestino 
grueso, particularmente el ciego, donde 
realizan la fermentación de los nutrientes, en 
forma similar a la de un equino. Sin embargo, 
a diferencia de los caballos que mantienen la 
fibra en su intestino hasta 3 días, los conejos la 
excretan rápidamente y, de esta forma, no 
necesitan transportarla en grandes 
cantidades. 
 
Figura 2: Sistema digestivo del conejo 
(O´Malley, 2007). 
 
El ciego del conejo es el más grande de todos 
los animales, en relación a su tamaño. Tiene 
10 veces la capacidad del estómago y alberga 
el 40% del contenido intestinal. A diferencia 
de muchos otros herbívoros, los 
microorganismos cecales principales en el 
conejo no son los Lactobacillus sino 
Bacteroides spp., protozoos ciliados, levaduras 
y un pequeño número de Escherichia coli y 
clostridios. El ciego actúa como un gran depósito de fermentación donde la flora microbiana disgrega la 
celulosa y las proteínas en ácidos grasos volátiles (AGVs) que son directamente absorbidos hacia el torrente 
sanguíneo. A diferencia de los rumiantes, el AGV predominante en el conejo es el acetato, sin importar el 
tipo de dieta, seguido por el butirato y propionato. Este hecho se debe a la dominancia en el ciego de 
Bacteroides spp. 
Aunque anatómicamente el colon tiene unas porciones ascendente, transversa y descendente, 
funcionalmente se divide en parte proximal (aproximadamente 50 cm) y en parte distal más larga 
(aproximadamente 90 cm). El colon proximal posee unas saculaciones (ausentes en el colon distal) 
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delimitadas por tres bandas musculares longitudinales y el giro cólico (fucus coli). Esta última, es una 
estructura única que poseen los lagomorfos; posee abundantes células ganglionares y se encuentra bajo la 
influencia de la aldosterona y las prostaglandinas. Actúa como un marcapasos, regulando el paso de la 
ingesta hacia el colon distal, controlando diferentes tipos de motilidad cólica que producen las heces duras y 
blandas. 
La motilidad cólica y la cecotrofia están reguladas por el sistema nervioso autónomo y la aldosterona. Estoindica que cualquier tipo de estrés, como una cirugía o cambios en la dieta, aumenta la adrenalina, que 
puede inhibir la motilidad gastrointestinal y conllevar una estasis cecal y formación de cecotrofos 
anormales. Aunque el vómito no es posible y la diarrea raramente se presenta en los conejos adultos, un 
descenso en la absorción de agua y electrolitos desde el colon, con hipomotilidad intestinal, conduce 
rápidamente a la deshidratación. Como consecuencia, la fluidoterapia es esencial para los conejos con 
enfermedades gastrointestinales. 
SISTEMA URINARIO 
Los conejos son animales con grandes necesidades de agua. La ingesta media es de 120 ml/kg, así que un 
conejo de 2 kg beberá el mismo volumen de agua que un perro de 10 kg. La cantidad de agua se verá 
influenciada por la temperatura ambiente y la composición y cantidad de alimento. En ayunas aumentan la 
ingesta de agua, alcanzando hasta el 65 % de la ingesta normal del fluido el tercer día de ayuno, lo que 
puede producir una depleción de los niveles de sodio. 
El riñón del conejo es relativamente simple en comparación con el de otros mamíferos. Los riñones son 
unipapilares, lo que significa que la papila y el cáliz confluyen en el uréter. Una característica del riñón del 
conejo es que, como ocurre en los mamíferos neonatos, no todos los glomérulos están activos al mismo 
tiempo. Esto significa que un conejo bien hidratado puede activar los glomérulos inactivos e incrementar la 
diuresis sin tener que aumentar el flujo de plasma renal y la tasa de filtración glomerular. 
La reabsorción de bicarbonato por los túbulos renales no es tan eficiente como en otros mamíferos debido a 
la ausencia de anhidrasa carbónica. Este enzima cataliza la conversión de dióxido de carbono a bicarbonato, 
y viceversa, acidificando el fluido luminal en los tubos colectores. Como el conejo también produce altos 
niveles de bicarbonato procedente de la fermentación bacteriana, fácilmente alcanza un exceso del mismo y 
una alcalosis metabólica. Como consecuencia, los conejos excretan una orina mucho más alcalina que la de 
otros animales, como las ratas. 
Los conejos también son más vulnerables a la ingesta de ácidos porque carecen del sistema de 
amortiguación con amonio renal, normal en los mamíferos. En muchos de éstos, la acidosis metabólica 
aumenta la tasa de amoniaco, que se combina con los iones hidrógeno y se excreta como ion amonio. Este 
proceso, en el conejo, sólo tiene lugar en respuesta a los bajos niveles de bicarbonato, haciéndolo muy 
susceptible a los desequilibrios acido-básicos. 
Los conejos tienen una menor capacidad para concentrar su orina y, por tanto, emiten cantidades copiosas. 
El volumen de orina varía mucho con el medio ambiente y el animal, alcanzando volúmenes de entre 20 y 
350 ml/kg por día, con una media de alrededor 130 ml/kg. La densidad específica de la orina está entre 
1,003 y 1,036 (media 1,015) y su pH es alcalino con valores de 7,6 - 8,8 (más bajo en conejos en ayunas). 
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La orina es la mayor vía de excreción de magnesio y calcio. Normalmente, es de color crema debido a los 
altos niveles de carbonato cálcico pero puede variar de amarillo a rojo. Los pigmentos vegetales producen, 
de forma común, una orina de color rojo brillante, que se puede confundir con una hemorragia. 
A diferencia de la mayoría de los mamíferos, la principal ruta de excreción de calcio es la orina. Los conejos, 
normalmente tienen altos niveles de calcio sérico, que están en proporción directa con los niveles de calcio 
en la dieta; la absorción de calcio de la dieta es independiente de la vitamina D. Los conejos excretan una 
proporción de calcio muy elevada con respecto a otros mamíferos. 
DISPOSICIÓN DE FÁRMACOS EN EL CONEJO 
Es paradójico que, siendo el conejo uno de los animales donde se realizan los ensayos farmacológicos para la 
aprobación de medicamentos en personas, muy pocos productos se encuentren autorizados para su empleo 
en esta especie. Esto conlleva a un uso no contemplado (fuera de prospecto o extra label), de medicamentos 
en conejos (particularmente alto en aquellos que son mascotas y algo menos en los de producción), 
debiéndose emplear aquellos aprobados para otras especies animales. Sin embargo, considerando las 
diferencias anatómicas y fisiológicas del conejo, respecto a otros animales, es cuestionable pensar en que las 
extrapolaciones de pautas posológicas entre especies e incluso dentro de una misma especie, sean fáciles de 
realizar. Las mayores diferencias estarían radicadas a nivel farmacocinético, es decir influenciadas en la 
absorción, distribución, metabolismo y excreción. 
La cecotrofia, es una de las características que indudablemente hace diferencia en la biodisponibilidad de 
fármacos, respecto a otras especies animales. Influye fundamentalmente en la absorción y eliminación. La 
cecotrofia le otorga al fármaco la posibilidad de pasar dos veces por el sistema digestivo del conejo, 
aumentando la probabilidad de absorción. El estrés es una alteración frecuente en el conejo, por tratarse de 
una especie de presa. Es importante que el manejo de los animales sea el adecuado para no desencadenar 
estrés, que condicionará, no sólo la administración del medicamento (por ejemplo a través de la ración o el 
agua de bebida, un conejo estresado tiende a no comer ni beber) sino a la disposición del fármaco. 
El ciego del conejo puede constituir un reservorio y colaborar en el incremento del tiempo de permanencia 
de un fármaco en el organismo, y por ende en su biodisponibilidad. Si bien esto es cierto, este mecanismo 
de reservorio es menos eficiente en comparación con el ciego de los equinos o el rumen en los bovinos. 
Otros factores a considerar y que influyen en la biodisponibilidad, es el pH de los diferentes espacios 
corporales, y sus variaciones con el estado de salud / enfermedad, edad, etc., considerando que el pH 
condiciona la proporción de fármaco ionizado / no ionizado. Cobra particular importancia el pH gástrico, 
cecal y urinario. 
En cuanto al metabolismo, es conocido que es uno de los factores más importantes que explica las 
diferencias entre especies y dentro de la misma especie, en la disposición de un fármaco. Existen variaciones 
cuantitativas entre especies en las reacciones de fase I y cualitativas en el metabolismo de fase II. Dentro las 
fases metabólicas de fase I, las reacciones de hidrólisis mediadas por esterasas, han sido estudiadas en 
conejos. El primer descubrimiento de estas reacciones fue en 1852 cuando un médico austríaco administró 
belladona a un lote de conejos y descubrió que el 60% de ellos no mostraban ningún signo de enfermedad. 
Esto condujo al descubrimiento de la atropinesterasa, enzima hepática del conejo que hidroliza la atropina, 
reduciendo su efecto en esta especie. 
Otra esterasa, aunque sérica en este caso, es la enzima que hidroliza la procaína. Al igual que en medicina 
humana, en veterinaria se la utiliza como anestésico local, aunque tiene un mayor uso como sal procaínica 
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junto al betalactámico bencilpenicilina. Los efectos adversos de la procaína están relacionados a su 
mecanismo de acción y se manifiestan con signos neurotóxcios y cardiotóxicos conllevando a la muerte. La 
esterasa de procaína impide que los conejos sufran de esta intoxicación aunque, al igual que con la atropina, 
no todos los conejos poseen buena actividad enzimática. Aproximadamente 70 % de los conejos presentan 
la enzima con muy buena actividad, demostrando la variabilidad presente en la especie. 
También se ha hallado la arilesterasa (paraoxonasa) en conejos, que es capaz de hidrolizar e inactivar a los 
metabolitos neurotóxicos organofosforados. Los conejos tienen una elevada actividad paraoxonasa en 
comparación con otras especies y se han utilizado como modelo para estudios de toxicidad de 
organofosforados (insecticida y gas nervioso). 
Por otra parte, en relación a la fase II,la glucuronidación representa una de las principales reacciones en el 
metabolismo de los fármacos. Entre los animales domésticos, los conejos (al igual que los cerdos y los 
caballos) muestran la capacidad máxima de glucuronidación hacia sustratos fenólicos. También en la fase II 
se halla la acetilación que, al igual que la glucuronidación, difiere en cualitativamente entre las especies 
animales. Esto se observa en los conejos y los cerdos que poseen alta capacidad de acetilación, mientras que 
los pollos y los caballos son acetiladores pobres. Ejemplo de ello se puede observar en la acetilación de las 
sulfonamidas, mediante N-acetiltransferasa, donde los conejos las metabolizan con gran eficiencia. 
En lo relativo a la excreción de fármacos, se debe contemplar que la vía fecal no necesariamente es una vía 
de eliminación, sino como se mencionó inicialmente, puede constituir una vía de reabsorción, cuando se 
ingieren los cecótrofos. La vía urinaria es una de las más importantes, como en la mayoría de las especies. 
Sin embargo se debe considerar las características del sistema urinario del conejo (pH, excreción de iones, 
etc) que modifican la excreción de fármacos. En particular, se debe considerar el volumen diario de orina 
que eliminan, pues junto a ella se eliminará una elevada proporción de fármacos. 
La lactancia también debe considerarse, pues los gazapos no sólo podrán consumir el fármaco (o sus 
metabolitos) a través de la leche materna, sino que también por consumir los cecotrofos de la madre, a 
partir de los 15 días de edad. 
Respecto a los animales con destino a consumo humano, se debe prestar especial atención en la 
administración de medicamentos, pues pueden quedar residuos que resulten perjudiciales para el 
consumidor y al medioambiente. Así como no están disponibles en cantidad y variedad formulaciones 
comerciales para conejos, lógicamente tampoco está indicado el tiempo que se debe respetar desde la 
última administración del fármaco hasta que el animal sea sacrificado. Todo redunda en el correcto 
conocimiento farmacológico por el veterinario interviniente, para poder adoptar, en forma extra-indicada, 
un período de resguardo racional. 
EFECTOS ADVERSOS POR QUIMIOTERÁPICOS EN CONEJOS 
Como se ha descrito, el conejo es un fermentador del intestino grueso y el ciego y el colon son sitios 
importantes de la digestión microbiana de alimento. Esto hace que los conejos sean particularmente 
propensos a la enterocolitis inducida por fármacos antimicrobianos, secundaria a la alteración de su 
microflora normal que conduce a un crecimiento excesivo de microorganismos patógenos como Clostridium 
ssp. Por esta razón, los antibióticos administrados por vía oral, de baja biodisponibilidad y excretados 
extensamente en la bilis (como la oxitetraciclina) o por eflujo de enterocitos (doxiciclina) después de la 
administración parenteral, no deben utilizarse o deben usarse con precaución en los conejos. 
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De importancia en la enterocolitis, que puede resultar mortal en conejos y otros animales fermentadores del 
intestino posterior, se destacan a la lincomicina, clindamicina, eritromicina, penicilinas (amoxicilina, 
ampicilina), ácido clavulánico y algunas cefalosporinas (ceftiofur), independientemente de la vía de 
administración. La ampicilina no debe administrarse a los conejos, ya que puede producir colitis clostridial 
por C. spiroforme. De la misma forma, concentraciones tan bajas como 8 ppm de lincosamidas 
accidentalmente agregadas a la ración han sido seguidas por cecocolitis severa y fatal en conejos. La diarrea 
generalmente aparece dentro de las 24 a 48 horas siguientes a la administración antimicrobiana y la mayoría 
de los casos son fatales. Las condiciones patogénicas y las alteraciones repentinas en la dieta también 
pueden predisponer al animal a disbiosis, e incluso los antimicrobianos que se consideran seguros pueden a 
veces causar problemas. 
Como antimicrobianos seguros y eficaces en conejos, puede emplearse el enrofloxacino y otras 
fluoroquinolonas. Una de las razones por las que éstas son populares para el tratamiento en pequeños 
mamíferos, es la potente actividad contra patógenos Gram-negativos que afectan a estos animales y la 
excelente absorción oral, sin originar reacciones adversas intestinales, como los antimicrobianos antes 
descritos. La mayor precaución que se debe tener con las fluoroquinolonas, tanto en conejos como en otras 
especies, es su empleo en animales en crecimiento, ya que deteriora el cartílago epifisario. 
Por último, en lo que respecta a antiparasitarios, se debe considerar el uso de fipronil en conejos, teniendo 
en cuenta que la ectoparasitosis es frecuente en estos animales. El fipronil es un derivado fenilpirazólico, 
con muy buena acción contra pulgas y garrapatas. Actúa como antagonista del GABA, inhibiendo el normal 
ingreso de aniones cloruro a célula nerviosa, con la consiguiente muerte del parásito por hiperexcitación. 
Tras la exposición dérmica de fipronil en conejos (o por ingestión oral, debida al hábito de acicalamiento) se 
pueden observar alteraciones en el comportamiento como anorexia, letargo, convulsiones e incluso puede 
conllevar a la muerte. La edad del conejo es un factor influyente, aumentando la probabilidad de 
neurotoxicidad y muertes en gazapos. Pese a ello, es recomendable no usar fipronil en los conejos, 
independientemente de la edad. 
CONSIDERACIONES FINALES 
Las diferencias entre las especies y dentro de las especies en la respuesta a los fármacos pueden explicarse 
bien por las variaciones en la farmacocinética o en la farmacodinamia. Para ello es fundamental conocer los 
aspectos básicos de la fisiología y anatomía de cada especie en particular. 
Se ha mencionado que el conejo es una especie que tiene un gran empleo como animal de compañía y 
fundamentalmente como animal de producción. También se ha citado en varias oportunidades, los escasos 
productos medicamentosos aprobados para su uso en conejos, debido a la falta de ensayos de 
farmacocinética, eficacia y seguridad para su empleo en esta especie; el empleo racional de fármacos, por lo 
tanto, es un gran desafío en los conejos. El veterinario que los utilice debe disponer de los últimos 
conocimientos que estén a su alcance, para garantizar tanto el bienestar del animal, como también para la 
protección de la salud pública debido al consumo humano de productos de origen animal, y la salvaguarda 
medioambiental, considerando los residuos de medicamentos que pueden excretarse desde el animal. 
BIBLIOGRAFÍA 
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