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CARDIOLOGÍA EN EL DESPORTE 2 EDICIÓN - J RICARDO SERRA GRIMA

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ÍNDICE DE CAPÍTULOS 
Prólogo a la primera edición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xi 
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . xv 
PARTE I Modificaciones provocadas por el entrenamiento 
físico y sus efectos sobre el aparato cardiovascular 
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio . . . . . . . . . . . . . . . . 3 
Capítulo 2. Adaptación cardiovascular producida por el 
entrenamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 
Capítulo 3. Ejercicio físico en la prevención y el tratamiento 
de la enfermedad cardiovascular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57 
Capítulo 4. Riesgo cardiovascular durante el ejercicio físico 79 
Capítulo 5. El entrenamiento de las cualidades físicas fuera 
del ámbito competitivo y en situaciones especiales . . . . 97 
Capítulo 6. El entrenamiento de las cualidades físicas en el ámbito 
del máximo rendimiento deportivo . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 
PARTE 11 Casos clínicos médico-deportivos: valoración 
clínica y funcional. Recomendaciones médicas 
y programas de ejercicio 
Capítulo 7. Alteraciones en la frecuencia cardíaca 
Caso 1. Bradicardia sinusal extrema en un corredor 
163 
de maratón ............................................ 163 
vii 
viii Índice de capítulos 
Caso 2. Atleta con bradicardia sinusal marcada 
sintomática ............................................ 171 
Capítulo 8. Alteraciones en la conducción auriculoventricular 175 
Caso 3. Bloqueo auriculoventricular en un jugador 
de baloncesto de 11 años .. ...... . ... . .. . ... . ... . .. . 175 
Caso 4. Bloqueo 2:1 inducido por el ejercicio en un ciclista 
joven de nivel internacional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181 
Capítulo 9. Arritmias supraventriculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 
Alteraciones en el ritmo cardíaco 
Caso 5. Fibrilación auricular en un jugador profesional 
de baloncesto de 32 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189 
Caso 6. Episodio de fibrilación auricular en un jugador 
de waterpolo de 15 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195 
Capítulo 1 O. Arritmias ventriculares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 
Caso 7. Taquicardia ventricular sincopal en un corredor 
de maratón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201 
Caso B. Taquicardia ventricular bien tolerada en un atleta 
joven sobreentrenado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210 
Caso 9. Taquicardia ventricular inducida por ejercicio 
extremo . . ............ .. ..... . ...... . .. . ......... 217 
Capítulo 11. Alteraciones en la repolarización ventricular . . . . . . . . . . 221 
Caso 10. Electrocardiograma con imagen de grave 
alteración de la repolarización ventricular en un jugardor 
de fútbol profesional de 34 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221 
Capítulo 12. Cardiopatía orgánica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 
Miocardiopatías 
Caso 11 . Miocardiopatía hipertrófica en un jugador 
de fútbol de 15 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229 
Caso 12. Trasplante cardíaco en un nadador 
de competición por miocardiopatía dilatada 
Cardiopatía coronaria 
Caso 13. Infarto agudo de miocardio en un corredor 
236 
de maratón de nivel popular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 242 
Caso 14. Cardiopatía coronaria sin infarto de miocardio 
en un adulto físicamente activo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248 
-
fndice de capítu los ix 
Caso 15. Infarto agudo de miocardio en un triatleta 
de 32 años . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 253 
Caso 16. Infarto agudo de miocardio en un paciente 
de 50 años con programa de rehabilitación indefinido . . . 259 
Capítulo 13. Cardiopatía congénita . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263 
Caso 17. Enfermedad de Ebstein en un ciclista profesional 263 
Caso 18. Rodete valvular subaórtico en un deportista 
con un nivel de actividad física media . . . . . . . . . . . . . . . . 269 
Caso 19. Aorta bicúspide en un joven jugador 
de balonmano . ....... .. ............ . .. . . .... . .... 274 
Capítulo 14. Alteraciones en la repolarización ventricular de tipo 
isquémico .. ..... .. ..... .. ..... .. ...... .. ..... . .. 279 
Caso 20. Electrocardiograma de esfuerzo con depresión 
del segmento RS-T de tipo isquémico . ...... .... ... .. . 279 
Caso 21. Alteraciones en la repolarización ventricular 
atípica de isquemia en un corredor de fondo veterano . . . 285 
Índice alfabético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 289 
Modificaciones provocadas 
por el entrenamiento físico 
y sus efectos sobre el aparato 
cardiovascular 
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Respuesta cardiovascular al ejercicio 
Introducción 
La adaptación a cargas de trabajo progresivas implica una mayor aportación 
de oxígeno al músculo esquelético en actividad y a los demás sistemas que 
desempeñan una función destacada durante el ejercicio. Para conseguir este 
objetivo se producen modificaciones a nivel central (adaptación cardíaca) y 
periférico (adaptación muscular), cuya magnitud guarda relación, parcial­
mente, con el nivel de entrenamiento previo, las condiciones específicas en 
las que se realiza el ejercicio, la edad, el sexo, el tipo de ejercicio, la aptitud 
física (fitness] y la presencia o ausencia de cardiopatía orgánica con repercu­
sión funcional significativa. 
Durante un ejercicio máximo en el que entran en acción grandes grupos 
musculares, los requerimientos energéticos en reposo pueden incrementarse 
más de 20 veces y el gasto cardíaco alrededor de 6 veces, lo que permite equi-
~ librar las necesidades con el aporte hasta un límite que coincide con el ago-,, 
§ tamiento y la claudicación del esfuerzo. 
] El comportamiento de los diferentes parámetros hemodinámicos varía du­
·~ rante el ejercicio según el tipo de trabajo y las características de la prueba 
} (carga de trabajo inicial, incremento, duración, etc.); de ahí la importancia de 
·~ seleccionar el protocolo más adecuado para cada situación. 
1 La reproducibilidad de la prueba de esfuerzo es una de las cuestiones que 
8 
B acarrea más problemas en la valoración del fitness y de los efectos del entre­
~ 
~ namiento . En la mayoría de las ocasiones, especialmente en deportistas de 
~ alto nivel, se subestima la capacidad real de ejercicio, con todos los inconve-
~ nientes que genera cuando se trata de diseñar el programa de entrenamiento 
-o 
:~ más idóneo. Este problema también es importante en pacientes con algún 
! tipo de cardiopatía debido a que del resultado de la prueba pueden derivar­
§ se decisiones terapéuticas importantes. Para atenuar este inconveniente se 
~ aconseja elegir la prueba más apropiada para cada persona en función de sus 
·~ habilidades, del fitness o del objetivo específico de la prueba. En resumen, se 
¡¡¡ 
@ trata de individualizar el procedimiento para alcanzar los objetivos deseados. 
3 
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4 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
Tipos de trabajo muscular 
Las modificaciones cardiocirculatorias y periféricas varían sensiblemente en 
relación con las modalidades de contracción muscular, que pueden ser de 
tipo dinámico (isotónico), estático (isométrico) o mixto. 
El trabajo dinámico o isotónico provoca cambios en la longitud de la fibra 
con discretas alteraciones en la tensión muscular. Se produce contracción y 
relajación simultánea de grandes grupos musculares, lo cual origina impor­
tantes demandas energéticas y cambios significativos en las funciones de los 
sistemas cardiovascular y respiratorio, ambos directamente implicados en el 
transporte de oxígeno almúsculo esquelético. 
El trabajo dinámico, o actividad muscular rítmica en la que se genera mo­
vimiento , permite una valoración más adecuada de los diferentes parámetros 
de la función cardiopulmonar y hemodinámicos. Por esta razón se utilizan 
con más frecuencia las pruebas de esfuerzo con trabajo dinámico para valo­
rar la capacidad física o pruebas de esfuerzo clínicas. 
El trabajo isométrico o estático produce cambios en la tensión de la fibra 
sin modificar su longitud de forma significativa. Una de las situaciones más 
frecuentes en las que se presenta este tipo de trabajo es al ejercer una tensión 
contra una resistencia fija o imposible de vencer. Levantar pesos o arrastrar 
objetos pesados son algunas de las modalidades de ejercicio de predominio 
isométrico. El interés que suscita este tipo de trabajo, especialmente cuando 
se utiliza en la valoración de pacientes con cardiopatía, es la marcada res­
puesta que genera sobre la presión arterial sistólica y diastólica, efecto que se 
describe más adelante. 
El trabajo mixto es una combinación de ambos en diferente proporción se­
gún el tipo de tarea o deporte que se realiza. La mayoría de las actividades 
que lleva a cabo una persona en su trabajo o durante el ejercicio físico requie­
ren un esfuerzo de estas características, y por este motivo se habla de activi­
dades o deportes con trabajo de predominio dinámico, de predominio isomé­
trico o de tipo mixto. 
Ergómetros 
Para la evaluación de la respuesta cardiovascular a diferentes tipos de traba­
jo se han utilizado distintos modelos; entre los más comunes cabe señalar los 
siguientes: step test (escalón), handgrip, cicloergómetro en posiciones de se­
destación y decúbito, treadmill y ergómetro de brazos. El cicloergómetro y el 
treadmill son los más utilizados en las pruebas de valoración funcional del 
rendimiento físico o en las pruebas diagnósticas. 
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Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 5 
Cicloergómetro 
Se dispone de modelos de tecnología sencilla, con sistema de frenado mecá­
nico, y de otros más complejos y de mayor coste económico, que llevan in­
corporados sistemas de frenado electrónico que permiten conocer con preci­
sión el trabajo efectuado. La posición del asiento es graduable, por lo que 
pueden utilizarlo personas de diferentes estaturas en las posiciones más có­
modas para desarrollar el trabajo en condiciones adecuadas. Este detalle, apa­
rentemente insignificante, no debe despreciarse porque en los casos con li­
mitación acentuada del rendimiento físico, los impedimentos biomecánicos 
pueden incidir en el resultado global de la prueba. Es decir, antes de iniciar 
el procedimiento hay que ajustar la distancia del asiento y comprobar el án­
gulo de la rodilla en la máxima extensión. 
Al mismo tiempo, es recomendable acoplar a los pedales un sistema para 
la fijación de los pies similar al utilizado por los ciclistas. Quienes no han 
practicado bicicleta y/o disponen de poca coordinación pueden tener dificul­
tades para mantener el ritmo de pedaleo a las revoluciones establecidas. Si se 
consigue la fijación correcta del pie, es más cómodo pedalear sin perder el 
ritmo , no reducir el trabajo o, por el contrario, realizar un esfuerzo suplemen­
tario innecesario. 
El trabajo realizado en bicicleta es de tipo dinámico; no obstante, existe 
un componente isométrico no despreciable en personas poco habituadas a 
este tipo de actividad y a niveles de esfuerzo intensos, como ocurre en los mi­
nutos finales de una prueba poco antes de llegar al agotamiento. El efecto del 
trabajo isométrico se ha demostrado en ciclistas profesionales al valorar la 
respuesta cardiovascular a largo plazo. Mediante ecocardiografía se ha obser-
~ vado que presentan cambios inducidos por el trabajo dinámico e isométrico1
• 
§ El trabajo adicional y la dificultad para mantener el ritmo estable contri­
! buyen a incrementar el gasto energético total y del miocardio, lo cual tiene 
] un gran interés en pruebas de esfuerzo cuyo objetivo primordial es el diag­
~ nóstico y la valoración de la cardiopatía coronaria. 
i Habitualmente, las pruebas de esfuerzo se realizan en un cicloergómetro 
·! en posición de sedestación; sin embargo , en casos especiales se puede utili-
8 
B zar la bicicleta en posición supina. Existen diferencias en la respuesta cardio-
~ 
z vascular durante el esfuerzo agudo por el simple cambio postural. El trabajo 
o 
~ cardíaco para un mismo nivel de esfuerzo es más intenso cuando el ejercicio 
~ se realiza en posición supina debido al incremento de la presión de llenado 
:~ diastólico. Este fenómeno incide en la valoración de pacientes con cardiopa­
! tía coronaria, al conseguirse cambios en el electrocardiograma (ECG) más 
§ acentuados a un nivel de esfuerzo más bajo2
• 
~ El cicloergómetro en posición supina se utiliza habitualmente en el estu­
-~ dio de la función cardíaca durante el esfuerzo con técnicas isotópicas . Para 
¡¡¡ 
@ realizar el procedimiento se necesita buena estabilidad del tronco superior y 
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6 CARDIOL O G [A EN EL D EPOR TE 
la mejor forma de conseguirlo es en la posición de decúbito con la gammacá­
mara acoplada al plano anterior del tórax. 
Treadmill 
El trabajo se realiza al andar sobre una plataforma móvil con velocidad y pen­
diente graduables. El ejercicio en estas condiciones es más fisiológico y ase­
quible a la mayoría de las personas. Se movilizan más grupos musculares que 
en la bicicleta, lo cual se traduce en un consumo de oxígeno más elevado, de 
aproximadamente 250 ml/min, pero esta diferencia no es significativa3 • 
El esfuerzo físico en el treadmill varía sensiblemente cuando se realiza 
con la ayuda del soporte de seguridad o sin sujetarse a él. La diferencia en el 
gasto energético de un caso a otro puede llegar hasta un 30% . Uno de los ob­
jetivos de la prueba de esfuerzo es, como ya se ha indicado, la valoración del 
rendimiento cardiovascular; por esta razón es importante observar el máximo 
rigor en el método durante la realización del procedimiento. La vigilancia de 
la actitud de los pacientes desde el inicio del ejercicio (si se apoyan mucho 
pese a que se recomienda que sólo utilicen el soporte para guardar el equili­
brio) contribuye a determinar con más exactitud la intensidad del esfuerzo 
realizado. El cumplimiento de estos detalles facilita alcanzar el objetivo se­
ñalado en la mayoría de las pruebas en las que por distintas causas no se rea­
liza el estudio de la función cardiopulmonar con análisis del V02máx' que es 
un método más preciso. 
Protocolos de ejercicio 
Se han utilizado diversos modelos de ejercicio en cinta y bicicleta ergométri­
ca. La aplicación de uno u otro tipo está en función de las características de 
los individuos y del objetivo principal que se persigue al indicar la prueba. 
Protocolos en treadmi/1 
Protocolo de Bruce (tabla 1-1) 
Este protocolo es uno de los más utilizados en los laboratorios de pruebas de 
esfuerzo clínicas cuyo objetivo prioritario es el diagnóstico y la valoración de 
la cardiopatía coronaria. Asimismo, se emplea en la detección de esta enfer­
medad entre la población general y en la valoración de la capacidad funcio­
nal por método indirecto en diversas situaciones. 
La velocidad y la pendiente se incrementan cada 3 min. El gasto energéti­
co es equivalente a 1 MET (gasto energético basal: 3,5 ml/kg/min de 0 2) por 
minuto cuando el trabajo realizado en la cinta es real, sin apoyo de la barra. 
El error en el cálculo del V02máx es del 10 al 20%. En pacientes con función 
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Ca pítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 7 
Tabla 1-1. Protocolo de la prueba de esfuerzo en treadmill de Bruce 
Etapa Velocidad (km /h) Porcentaje pendiente Duración (min) 
1 2,1 3 
2 3 10 3 
3 4 ,5 12 3 
4 6 ,1 14 3 
5 7,5 16 3 
6 9 18 3 
7 9,9 20 3 
8 10 ,8 22 3 
cardiovascular deprimida puede acentuarse debido a que el rápido incremen­
to del trabajoen esta situación excede la cinética de la captación del \10 2• 
Existe amplia experiencia sobre la utilidad de este protocolo en pruebas 
de esfuerzo con finalidad diagnóstica o de valoración funcional. Desde un 
punto de vista práctico, se debe recomendar a todos los pacientes que no uti­
licen el soporte para poder valorar de forma más objetiva el trabajo que se rea­
liza. Cuando el paciente lo utiliza sólo para no perder el equilibrio y se apo­
ya con un dedo de cada mano , el ahorro en gasto energético , comparado con 
andar sin ayuda, es insignificante. 
En pacientes físicamente activos se puede utilizar una modificación de 
este mismo protocolo consistente en reducir las etapas a 2 min para intensi­
ficar el trabajo con más rapidez. Esta maniobra también es útil en los casos 
en que el objetivo de la prueba sea alcanzar el máximo trabajo cardíaco y la 
valoración de la capacidad funcional pasa a un segundo plano. La prueba 
dura menos minutos, se realiza más esfuerzo y se elimina en muchos casos el 
~ cansancio muscular que obliga a parar la prueba sin haber alcanzado el nivel 
'O 
5 de trabajo cardíaco óptimo. 
e 
-o ·¡:; 
j Protocolo de Ba/ke Naughton 
:::, ., 
-~ Este protocolo tiene tres modalidades con velocidades de 3,2 km/h, 4 ,8 km/h 
~ 
a. y 5 ,4 km/h. El más suave es el indicado para personas mayores con capaci-
8 
~ dad física disminuida y, en general, en situaciones en las que se han de rea-
~ lizar pruebas de bajo nivel de esfuerzo. 
(J) 
~ 
~ 
-5 Protocolo de Ba/ke modificado (tabla 1-2) ·g 
.!e! 
! El protocolo de Balke modificado consta de seis etapas con velocidad cons-
§ tantea 5,4 km/h y un incremento de la pendiente de un 1 % cada minuto . Es 
~ parecido al anterior y ambos tienen la ventaja de acomodarse a pacientes con 
-~ dificultades en la marcha por la suavidad de la pendiente. No obstante, el rit­
¡¡¡ 
@ mo de 5 ,4 km/h es demasiado rápido para personas de edad avanzada. 
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8 CAR DIOL OG[A EN EL D EPO RTE 
Tabla 1-2. Protocolo de la prueba de esfuerzo en treadmill de Balke modificada 
Etapa Velocidad (km /h) Porcentaje pendiente Duración (minls) MET 
Inicio 2 ,2 0 ,0 1,9 
1 5,4 0,0 1:00 3,6 
2 5,4 1,0 1:00 4,1 
3 5,4 2,0 1:00 4 ,5 
4 5,4 3 ,0 1:00 5 ,0 
5 5,4 4,0 1:00 5,5 
6 5,4 5,0 1:00 5,9 
7 5,4 6,0 1:00 6 ,4 
8 5 ,4 7 ,0 1:00 6,9 
9 5,4 8,0 1:00 7,3 
10 5,4 9,0 1:00 7,8 
11 5,4 10,0 1:00 8 ,3 
12 5 ,4 11 ,0 1:00 8 ,7 
13 5,4 12,0 1:00 9,2 
14 5,4 13,0 1:00 9,7 
Jl,[ET, metabolic equivalent time. Gasto energético en reposo equivalente a 3,5 ml/kg/min de oxígeno. 
Protocolo de deportistas 
Para el hombre (tabla 1-3). El calentamiento es de 3 min (previamente ya han 
efectuado ejercicios de estiramientos musculares y carrera continua sin des­
plazamiento) y a continuación la velocidad de la cinta aumenta 1 km/h/min, 
con velocidad inicial de 8 km/h. La pendiente es de un 3% constante. La cin­
ta permite llegar a una velocidad de 24 km/h. 
Tabla 1-3. Protocolo de la prueba de esfuerzo en treadmill para deportistas 
(hombres y mujeres) 
Etapa Velocidad (km/h) Porcentaje pendiente Duración (min ls) 
Hombres Mujeres 
1 8 6 3 3 
2 9 7 3 1 
3 10 8 3 1 
4 11 9 3 1 
5 12 10 3 1 
6 13 11 3 1 
7 14 12 3 1 
8 15 13 3 1 
9 16 14 3 1 
10 17 15 3 1 
11 18 16 3 1 
12 19 17 3 1 
13 20 18 3 1 
14 21 20 3 1 
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Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 9 
Para la mujer (tabla 1-3). La velocidad inicial es de 6 km/h e incrementos 
de 1 km/h, con pendiente constante de un 3 % . 
En resumen, los protocolos que se han mencionado cubren las necesida­
des de un laboratorio de pruebas de esfuerzo. Se dispone también de otros 
protocolos, pero los más utilizados son, en general, los que hemos descrito. 
La posibilidad de modificar manualmente cada uno de ellos , si las circuns­
tancias lo aconsejan, permite realizar estas pruebas a personas sanas o a pa­
cientes con una capacidad física deteriorada. 
Lo más importante es aplicar el protocolo adecuado a cada situación, fa­
miliarizarse con él y observar la actitud de quien está realizando la prueba, 
de modo que se consiga toda la información necesaria para valorar con obje­
tividad los diferentes parámetros en cualquiera de sus indicaciones. 
Protocolos en cicloergómetro 
El cicloergómetro es un instrumento que se utiliza como alternativa al tread­
mill, ocupa un espacio menor y su coste es sensiblemente más bajo. En pre­
sencia de limitaciones osteoarticulares , inestabilidad en el treadmill, falta de 
coordinación o en los casos en que interesa valorar con mayor precisión el 
comportamiento de la presión arterial es posible obtener más rendimiento de 
las pruebas, en especial de las realizadas con fines diagnósticos y en las que 
hay que conseguir un nivel de esfuerzo óptimo. 
Se suele aplicar una carga inicial ligera de 25-50 W (150-300 kg/m/min-1
) 
e incrementos de 25-50 W cada 2 min hasta la limitación por síntomas. Este 
período es suficiente para conseguir la estabilización de la frecuencia car­
,g díaca y la presión arterial en cada nivel de esfuerzo. La brevedad de las eta­
~ pas permite alcanzar la frecuencia cardíaca máxima con mayor facilidad, al 
; no acumular cansancio muscular por la prolongación del tiempo de etapa. En 
~ los momentos en los que se acusa el cansancio muscular, hasta el punto 
j de limitar la prueba, la reducción de la resistencia y el incremento del ritmo de 
~ pedaleo son una maniobra útil para aumentar el trabajo cardíaco, objetivo 
: de la mayoría de las pruebas de esfuerzo. 
·a. 
~ El gasto energético del trabajo realizado en cicloergómetro valorado por 
~ método indirecto se representa en la tabla 1-4. 
:i 
o 
(J) 
~ 
~ Protocolos de rampa 
-o ·g 
.!e! Froelicher et al .4 introdujeron una modalidad de prueba que presenta las si­
:g 
~ guientes características: 
e 
::, 
~ 1 . El incremento de trabajo es progresivo, suave y a intervalos de 1 min. 
-~ 2. Es una prueba individual en la cual la pendiente y la velocidad se adap­
¡¡¡ 
@ tan a las características de cada persona. 
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10 CA RDIOL OG[A EN EL D EPO RTE 
Tabla 1-4. Gasto energético en ml/kg/min para el trabajo en cicloergómetro 
Peso (kg) Consumo de oxígeno (mllkglmin) 
40 15,0 22 ,5 30,0 37,5 45 ,0 52 ,5 60,0 67 ,5 82 ,5 97 ,5 
50 12,0 18,0 24,0 30,0 36,0 42 ,0 48 ,0 54,0 66 ,0 78 ,0 
60 10,0 15 ,0 20 ,0 25 ,0 30,0 35 ,0 40,0 45 ,0 55 ,0 65 ,0 
70 8,5 13 ,0 17,0 21,5 25,5 30,0 34,5 38 ,5 47,0 55,5 
80 7,5 11 ,0 15 ,0 19 ,0 22 ,5 26,0 30,0 34,0 41 ,0 49,0 
90 6,7 10,0 13,3 16,7 20 ,0 23 ,3 26,7 30 ,0 36,7 43,3 
100 6 ,0 9,0 12,0 15,0 18,0 21,0 24,0 27 ,0 33 ,0 39,0 
110 5,5 8 ,0 11,0 13,5 16,5 19,0 22 ,0 24 ,5 30,0 35,5 
120 5,0 7,5 10,0 12 ,5 15 ,0 17,5 20,0 22 ,5 27 ,5 32,5 
Carga de trabajo 
kg/min: 150 300 450 600 750 900 1.050 1.200 1.500 1.800 
W (aprox.): 25 50 75 100 125 150 175 200 250 300 
Consumo de oxigeno total por minuto, incluyendo el basal (ml) 
600 900 1.200 1.500 1.800 2.100 2.400 2.700 3.300 3.900 
Kilocalorías/minuto (aproximadamente) 
3,0 4,5 6,0 7,5 9,0 10,5 12,0 13,5 16,5 19,5 
3. Se trata de una prueba que tiene una duración de entre 8 y 10 min, en la 
que se alcanza el V02máx• 
4. El V02máx y la frecuencia cardíaca máxima teórica según la edad se pue­
den predecir mediante un nomograma que el mismo grupo ha propuesto. 
El diseño de la prueba se ha establecido de modo que no se prolongue más 
de 10 min, en que deben alcanzarse el V0 2máx teórico y la frecuencia car­
díaca predicha. 
La utilización de un protocolo de estas características debería reservarse 
para casos en los que el objetivo es alcanzar el pico de la potencia aeróbica 
(V02máx) , que es esencialmente de valoración funcional. 
Adaptación cardiovascular al esfuerzo agudo 
Trabajo dinámico 
En el trabajo dinámico están implicados grandes grupos musculares y las de­
mandas energéticas son elevadas. El incremento del V02máx se produce a ex­
pensas de la frecuencia cardíaca y del volumen sistólico, que progresan de 
forma lineal en relacióncon la intensidad del esfuerzo realizado. Se alcanza 
un punto en que ambas constantes se estabilizan y no pueden llevarse a cabo 
niveles de trabajo superiores. Se ha llegado al agotamiento y la claudicación 
al esfuerzo se produce en 1-3 min. Se había indicado que el volumen sistóli­
co se estabiliza antes, alrededor del 40-50% de la máxima capacidad de es-
­
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-
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ai 
·~ 
¡¡¡ 
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 11 
fuerzo , pero en un estudio realizado en deportistas de alto nivel con ECG nor­
mal, en que se utilizó el sistema VEST (monitorización ambulatoria de la fun­
ción ventricular) (láminas 1 y 2) para valorar el comportamiento de la fun­
ción ventricular, se observa que el volumen sistólico se mantiene hasta el 
límite fisiológico de la adaptación al esfuerzo 5
• El incremento del volumen 
sistólico se produce por aumento del volumen telediastólico o disminución 
del volumen telesistólico. Que se produzca de una forma u otra depende de 
diversos factores, entre los que cabe citar la función ventricular y la posición 
del cuerpo durante la prueba (decúbito o sedestación). El volumen sistólico 
de los deportistas, especialmente los que realizan trabajo dinámico o mixto , 
es más alto que el de los sedentarios de una superficie corporal similar. 
La presión arterial sistólica aumenta entre 7 y 10 mmHg por MET de gas­
to energético6• La presión arterial diastólica no se modifica o experimenta un 
ligero aumento . El resultado es el incremento de la presión arterial media 
que, en personas con presión arterial normal, no excede 120 mmHg (fig. 1-1). 
La presión arterial sistólica puede llegar a 220-230 mmHg en personas sanas. 
Habitualmente, el incremento de la presión arterial sistólica es más elevado 
en individuos sedentarios que en los deportistas . 
Existen diferencias en el comportamiento de la presión arterial en rela­
ción con el trabajo realizado utilizando las extremidades superiores (p . ej ., re­
mar) o inferiores (bicicleta o carrera) . El incremento de la presión arterial sis-
220 
200 
~ 180 
E 
E i 160 
oi 
t: 
"' 140 
-8 
·¡;:; 
~ 120 
100 
80 
11 
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Reposo 
Media --------- -• - _ ...... -.--
Diastólica 
25 so 75 100 
% V02m.lx 
@ Figura 1 -1. Cornportarniento de la presión arterial durante el ejercicio dinámico. 
­
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­
12 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
tólica y diastólica es más acusado cuando el trabajo se realiza casi exclusiva­
mente con los brazos. 
La valoración de la presión arterial durante el trabajo dinámico se suele 
realizar en la prueba de esfuerzo en bicicleta o treadmill. Las dificultades se 
presentan en los niveles de esfuerzo próximos al agotamiento, por las inter­
ferencias del ruido del ergómetro, el movimiento del cuerpo y la tensión 
muscular. Para obtener un registro más preciso de la presión arterial es acon­
sejable seguir, entre otras, las siguientes recomendaciones: 
1. Mantener el brazo relajado en el momento de iniciar la compresión con el 
manguito. 
2. La determinación siempre debe hacerla, si es posible, la misma persona 
que colabora en el procedimiento. 
3. El valor de la presión diastólica en los niveles de esfuerzo próximos al 
agotamiento es difícil de determinar, por lo que resulta de mayor utilidad 
centrarse exclusivamente en la presión sistólica. 
4. La presión sistólica durante el período de recuperación tiene más interés 
cuando se dispone del registro en el máximo esfuerzo. 
En resumen, la respuesta cardiovascular al trabajo físico de predominio 
dinámico es de progresión más suave y, en consecuencia, más fisiológica. Es 
uno de los argumentos para recomendarlo en programas de prescripción 
de ejercicio cuyo objetivo es el mantenimiento y la mejora de la condición 
física. 
Trabajo isométrico 
El trabajo isométrico produce cambios en la tensión de la fibra muscular sin 
alterar significativamente su longitud. Las características más relevantes de 
este tipo de trabajo muscular se han señalado anteriormente en el apartado 
«Tipos de trabajo muscular». En el trabajo de levantamiento de pesas , sobre 
todo cuando la resistencia que hay que vencer es elevada, hay un predomi­
nio del trabajo isométrico o estático. A pesar de que en el trabajo de levanta­
miento de pesas existen también momentos de trabajo dinámico, la respues­
ta cardiovascular a este tipo de ejercicio es similar a la del trabajo puramente 
isométrico. Hecha esta matización, para simplificar los términos, en el apar­
tado de trabajo isométrico se incluyen todas las formas de trabajo muscular 
en oposición al trabajo dinámico puro. 
La contracción isométrica causa un incremento abrupto de las presiones 
arteriales sistólica y diastólica, en ocasiones desproporcionado para el es­
fuerzo efectuado (fig. 1-2). La magnitud de la respuesta presora guarda rela­
ción con la masa muscular implicada: a más masa muscular, mayor incre­
mento en la presión arteriaF. 
- ­
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Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 13 
240 11 220 
200 
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120 
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80 
o 25 so 75 100 
Porcentaje máximo de contracción voluntaria 
Figura 1-2. Comportamiento de la presión arterial durante el ejercicio isométrico: con­
tracción muscular progresiva sobre un dinamómetro. 
Como reacción a un ejercicio de gran resistencia, la presión arterial mues­
tra valores extremadamente elevados durante la fase de contracción concén-
trica y declina con la contracción excéntrica. Este fenómeno se explicaría por 
el hecho de que, al ser la resistencia muy alta, hay una fase isométrica (has-
~ ta que se vence la inercia del movimiento) seguida de la fase concéntrica en 
'O 
e 
::, la que propiamente se inicia la acción. En el comportamiento de la presión 
! arterial influye , además, la participación de otros grupos musculares (en for-
-o 
-~ ma de trabajo de predominio isométrico) encargados de mantener la actitud 
} postural correcta. 
Me Dougall et al. 8
, en un estudio realizado con deportistas jóvenes levan­
~ 
a. tadores de pesas, demostraron que durante el esfuerzo la presión arterial lle-
8 
~ gaba a 320 mmHg. La compresión mecánica de los vasos y la maniobra de 
~ Valsalva, que aumenta la presión intratorácica que se transmite al árbol arte-
~ rial, son responsables de la extrema elevación de la presión arterial. 
~ La respuesta cardiovascular de la contracción de pequeños grupos muscu­
:~ lares puede medirse utilizando un manómetro conectado a la columna de 
! mercurio. El procedimiento consiste en realizar una contracción voluntaria 
"' e 
::, sostenida equivalente a los dos tercios de la máxima contracción voluntaria. 
~ Se produce reducción del flujo arterial por compresión de las pequeñas arte­
-~ rias que impiden el retomo venoso y el aumento de las presiones sistólica 
¡¡¡ 
@ y diastólica son desproporcionados . El volumen sistólico y la frecuencia car-
­
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-
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14 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
díaca aumentan discretamente. Para un mismo porcentaje de la máxima con­
tracción voluntaria existe una relación entre incremento de la presión arte­
rial y masa muscular activa. Por ejemplo, hay una mayor respuesta presora 
en la extensión de la pierna por contracción del cuádriceps que en la manio­
bra de fuerza de presión manual (handgripf. El flujo sanguíneo se reduce 
cuando la contracción muscular alcanza el 40-60% de la máxima contracción 
voluntaria. Por encima de este punto, el flujo se mantiene a causa de una 
marcada respuesta presora que ajusta la presión de perfusión por encima de 
la presión intramuscular10
,
11
• 
El aumento de la presión arterial y de la intratorácica por la maniobra de 
Valsalva se transmite al líquido cefalorraquídeo que, a la vez, incrementa la 
presión en la misma proporción que en el tórax y el abdomen. Este efecto po­
dría ser el causante de la reducción de la presión en la circulación cerebral y 
reducir el riesgo de accidentes vascularesen casos extremos12 • 
El ejercicio físico de estas características provoca un tipo de respuesta car­
diovascular que posiblemente no resulte adecuado para todas las personas 
que desean practicar ejercicio de musculación como complemento de un pro­
grama de acondicionamiento físico general. La reacción inmediata al cesar el 
estímulo de la sobrecarga muscular consiste en una súbita dilatación de los 
vasos de la masa muscular que estaban ocluidos mecánicamente y la activa­
ción de reflejos barorreceptores y cardiopulmonares. Esto produce un brusco 
descenso de la presión arterial que puede ser la causa de la sensación de ma­
reo e inestabilidad que se experimenta después de un esfuerzo importante. 
La atenuación de la respuesta cardiovascular durante el esfuerzo o en la re­
cuperación se consigue con el entrenamiento. La progresión suave de las car­
gas de trabajo dentro de un programa de prescripción de ejercicio puede evi­
tar los efectos desfavorables de este tipo de trabajo realizado en condiciones 
poco cuidadas. 
Se ha estudiado el comportamiento de la función ventricular durante el 
ejercicio isométrico mediante ventriculografía isotópica y ecocardiografía. La 
prueba más utilizada en estos casos es la contracción isométrica con hand­
grip a un 25-30% de la máxima contracción voluntaria. En sujetos normales 
el descenso de la fracción de eyección se relaciona con el importante incre­
mento en la presión arterial sistólica. En el ejercicio isométrico de gran inten­
sidad la fracción de eyección disminuye inicialmente, pero se produce la 
compensación a través del mecanismo de Frank-Starling13-15 • Así, el descen­
so de la fracción de eyección no corresponde a un signo de función ventricu­
lar anormal y probablemente se debe a una forma transitoria de adaptación al 
ejercicio de estas características16 • 
En resumen, el ejercicio isométrico provoca una respuesta cardiovascular 
que se caracteriza por el incremento importante de la presión arterial sistóli­
ca y, en consecuencia, del trabajo cardíaco, así como de las resistencias peri­
féricas. Los programas de entrenamiento en los que predomina este tipo de 
­
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-
= -
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-
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­
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 15 
trabajo requieren un seguimiento más esmerado de los deportistas, especial­
mente los veteranos, con tendencia o antecedentes de hipertensión arterial 
sistémica. 
Consumo máximo de oxígeno (V02má) 
El V0 2máx es el parámetro que se utiliza habitualmente en la valoración del 
rendimiento cardiocirculatorio. Representa la máxima capacidad de trans­
porte y utilización de oxígeno como fuente de energía para los diferentes ór­
ganos y sistemas. 
La utilización de oxígeno en los procesos oxidativos durante el ejercicio 
depende de los siguientes procesos fisiológicos: ventilación pulmonar, difu­
sión alveolocapilar, gasto cardíaco y su redistribución, diferencia arteriove­
nosa de 0 2 y de las variaciones fisiológicas del 0 2• 
El V02máx es el producto del gasto cardíaco por la diferencia (A-V de 0 2) 
en el esfuerzo límite: 
vo2máx = (FC X VS) X dif A-V 0 2 
FC: frecuencia cardíaca; VS: volumen sistólico. 
El V02máx se alcanza normalmente cuando en el ejercicio está implicada la 
mitad de la masa muscular corporal. Por esta razón, el V02máx está más limi­
tado por el gasto cardíaco que por el factor periférico17
• 
El V02máx equivale al límite fisiológico de la adaptación al esfuerzo. El cri-
terio más objetivo de V02máx es la estabilización (plateau] del V02 en las dos 
~ últimas etapas de ejercicio en la prueba de esfuerzo. No obstante, es casi im-,, 
§ posible llegar a este nivel en pacientes afectados de enfermedad pulmonar, 
! cardiovascular o incluso en la población general sin patología aparente. Por 
-o 
-~ consiguiente, es más real hablar de pico de 0 2 en lugar de V02máx 18
• 
B 
:::, ., 
e 
: Variaciones fisiológicas 
·a. 
8 
B 
~ 
Antes de la pubertad no existen diferencias fisiológicas significativas entre 
~ niños y niñas. Más tarde se establecen cambios valorables, de modo que el 
~ V02máx es entre un 10 y un 20% más alto en hombres que en mujeres , que 
~ equivale a un 70-75 % en valores aproximados. Algunas de las causas que jus-
-o 
:~ tifican las diferencias son la concentración de hemoglobina, la masa muscu-
i lar y el volumen sistólico . 
En ambos sexos el pico se alcanza a los 18-20 años y a partir de esta edad 
~ declina de forma paulatina, de tal forma que a los 60 años disminuye a los 
-~ dos tercios del que se tenía por término medio a los 20 años. Con el entrena­
¡¡¡ 
@ miento físico , sobre todo si el trabajo es de predominio dinámico o mixto, au-
., 
e 
:::, 
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= 
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- -
16 CA RDIOL OG[A EN EL D EPO RTE 
menta de un 10 a un 30% por aumento del volumen sistólico y de la diferen­
cia A-V de 0/ 9
•
20
• 
El V02 basal es de 3,5 ml/kg/min (MET). El incremento de actividad gene­
ra un mayor gasto energético; por ejemplo, al pedalear en una bicicleta está­
tica sin resistencia a un ritmo de 60 revoluciones por minuto, el gasto llega a 
ser de 5,8 ml/kg/min (casi 2 MET). Si se aplica una resistencia, el gasto ener­
gético en personas sanas es de 10 ± 1 ml/kg/min por watt. El gasto energéti­
co del trabajo realizado en treadmill se puede calcular por método indirecto 
utilizando nomogramas ajustados a edad y sexo. Uno de los que se han utili­
zado es el de Bruce (fig. 1-3). Asimismo, puede calcularse el V0 2máx aplican­
do la siguiente fórmula cuando se aplica el protocolo de Bruce: 
V02 en ml/kg/min = 2,94 min + 7,65 (hombres) 
V0 2 en ml/kg/min = 2,94 min + 3,74 (mujeres) 
El interés en conocer el gasto energético durante la prueba de esfuerzo se 
debe a la buena correlación que existe entre el V0 2máx y la función cardíaca21
• 
La reproducibilidad en la determinación del 0 2 utilizando este método es 
alto (r = +0,9) y el error estándar es de menos de 2 ml/kg/min. El gasto ener­
gético teórico del trabajo realizado en bicicleta se puede conocer con tablas 
de referencia validadas (tabla 1-4) . 
15 
20 
25 
30 
35 
40 
45 
50 
55 
60 
65 
70 
75 
Hombre 
15 
20 
25 
30 
35 
40 
45 
50 
55 
60 
65 
70 
75 
Mujer o 
14 
15 
Figura 1-3. Nomograma para calcular el porcentaje de reducción en la función aeróbi­
ca en pacientes que realizan la prueba de esfuerzo siguiendo el protocolo de Bruce. La 
línea que une el punto de la columna de la izquierda (edad del individuo) con el de 
la derecha (minutos de ejercicio) se proyecta sobre la columna central que señala el 
porcentaje de reducción de la función aeróbica, en este caso de un 50%. Adaptada de 
Bruce, 197321
• 
­
­
-
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­
­
­
-
­
­
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 17 
En los laboratorios de pruebas de esfuerzo clínicas no es habitual utilizar 
ergoanalizadores de gases para el estudio de la función cardiopulmonar (lá­
mina 3). La utilización de métodos indirectos en la valoración del V0 2máx 
puede suplir con garantías el método de valoración directo si la metodología 
de la prueba es rigurosa. Las ventajas del método de valoración indirecto son 
el menor coste económico de la prueba y la comodidad para los pacientes 
que, con frecuencia, tienen dificultades para adaptarse a la mascarilla y pre­
sentan sensación de agotamiento mucho antes de lo esperado. 
Ventilación pulmonar 
Aumenta en relación lineal con el consumo de oxígeno y la producción de 
dióxido de carbono (C0 2) hasta el 50-60% del V02máx• Por encima de este 
punto, que coincide en algunos casos con el umbral anaeróbico (v. más ade­
lante), la ventilación se relaciona con la producción de C0 2 que se incremen­
ta más que el consumo de oxígeno. La presión de C02 del gas espirado 
(PaC02) aumenta hasta el 75% del máximo consumo de oxígeno; por encima 
de este umbral la PaC02 desciende. La relación lineal entre ventilación y pro­
ducción de C02 varía entre personas debido, en parte, a las diferencias en la 
respuesta ventilatoria al estímulo delC0/ 2• Los volúmenes ventilatorios al­
tos por encima de 120 1/min en personas sanas y deportistas y el aumento del 
consumo de oxígeno se deben, parcialmente, al incremento del gasto energé­
tico por el trabajo de los músculos respiratorios, que se intensifica a niveles 
de ventilación extremos. 
La ventilación pulmonar llega a ser 20-25 veces más alta que en reposo en 
el máximo esfuerzo. Durante el trabajo de mediana intensidad la ventilación 
~ se produce por el incremento del volumen corriente, mientras que durante el 
'O 
§ ejercicio de fuerte intensidad es la frecuencia respiratoria la que adquiere una 
! función de mayor relieve. 
-o ·¡:; 
~ 
B 
~ Difusión del alvéolo al capilar 
·¡¡; 
~ 
a. Este proceso depende de la diferencia en la presión parcial de oxígeno (P0 2) 
8 
~ entre los pulmones y el capilar pulmonar. Durante el ejercicio la presión de 
~ 0 2 en el alvéolo es más elevada debido al incremento de la ventilación. A la 
~ vez, la presión de 0 2 de la sangre venosa está disminuida por la mayor cap-
~ tación de oxígeno por el músculo esquelético en plena actividad. El resulta-
-o 
:~ do de estos dos fenómenos es la mayor diferencia en el gradiente de presión 
! parcial entre el oxígeno alveolar y el oxígeno del capilar y, en consecuencia, 
§ el incremento de la perfusión de oxígeno. 
cr'l 
= ­
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18 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
Gasto cardíaco 
El aporte de oxígeno a los tejidos guarda relación con el volumen sistólico y 
la frecuencia cardíaca (gasto cardíaco = volumen sistólico x frecuencia cardía­
ca). Los niveles progresivos de esfuerzo producen el incremento lineal de la 
frecuencia cardíaca hasta un punto en que cargas superiores de trabajo no 
consiguen mantener el ritmo ascendente y la curva tiende a la estabilización. 
Es la frecuencia cardíaca máxima real de un individuo. La frecuencia car­
díaca máxima puede predecirse utilizando la fórmula: 220 - edad. Con el en­
trenamiento disminuye de 10 a 15 lat./min debido al incremento del tono va­
gal y/o a la depresión del tono simpático23; no obstante, mediante estudios 
realizados con desnervación farmacológica se ha dado mayor relieve a la mo­
dificación de la frecuencia cardíaca intrínseca en el comportamiento de la 
frecuencia cardíaca24,25 • 
Paralelamente, el volumen sistólico aumenta de 70 ml/lat. a 120-130 
ml/lat. en individuos sedentarios sanos. Los deportistas pueden alcanzar en 
reposo los valores de esfuerzo que presentan los sujetos sedentarios y, con el 
ejercicio, aumenta hasta 200 ml/lat. Los factores implicados en el aumento 
del volumen sistólico son la contractilidad por estímulo simpático, el retor­
no venoso que aumenta la precarga y los cambios hemodinámicos en el ven­
trículo izquierdo, que aumenta en la telediástole y disminuye en la telesísto­
le. En reposo y en decúbito es un 20% más alto que en bipedestación debido 
a un mayor retorno venoso. 
Como se ha mencionado, el volumen sistólico aumenta hasta el 40-50% 
del V02máx' momento en que se estabiliza. A partir de este nivel el incremen­
to del gasto cardíaco se hace a expensas de la frecuencia cardíaca. 
Redistribución del gasto cardíaco 
El músculo esquelético recibe en reposo el 20-25% del total del gasto car­
díaco , pero en el máximo esfuerzo se produce un cambio en el volumen san­
guíneo que afluye a cada uno de los órganos y sistemas. 
El músculo esquelético recibe el 85 % del gasto cardíaco de acuerdo con 
la relevante función que desempeña durante el ejercicio. Esto es posible por 
la reducción del flujo a órganos cuya función no es prioritaria, como el siste­
ma nervioso central, la piel o el riñón. La regulación del flujo se produce por 
interacción de las funciones del sistema nervioso autónomo y del metabolis­
mo local. 
Extracción de oxígeno (diferencia arteriovenosa) 
La captación de oxígeno por el músculo esquelético se demuestra por la di­
ferencia en la concentración de oxígeno, que aumenta progresivamente en 
función de la intensidad del ejercicio. Entre los factores más importantes de 
­
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-
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 19 
los que depende esta captación se encuentran: el índice metabólico, la distri­
bución regional del flujo sanguíneo periférico y la densidad de los capilares 
en el músculo. En personas sanas , la diferencia arteriovenosa de oxígeno os­
cila entre 4 y 5 ml por 100 ml, aproximadamente el 23% de la extracción. Du­
rante el ejercicio, la extracción aumenta y la diferencia puede llegar hasta 16-
18 ml de 0/100 ml, excediendo el 85% de la extracción. En deportistas, la 
saturación puede descender de un 10 a un 20% debido a la adaptación del 
músculo al entrenamiento. En pacientes con cardiopatía, la extracción se in­
crementa y es uno de los mecanismos que contribuyen a mantener la capaci­
dad funcional dentro de unos límites. 
Se ha demostrado la mejoría en la tolerancia al ejercicio en pacientes con 
insuficiencia cardíaca sometidos a un programa de entrenamiento físico; no 
hay evidencia de cambios en la función cardiopulmonar y, sin embargo, la 
adaptación al esfuerzo es mejor26-30• 
Chati et al.31 investigaron la contribución de la pérdida de la capacidad fí­
sica en las anormalidades del músculo esquelético de pacientes con insufi­
ciencia cardíaca. Demostraron que entre este tipo de pacientes y los indivi­
duos sedentarios no había diferencias significativas durante el ejercicio en 
los niveles musculares de fosfocreatina, pH intracelular y difosfato de adeno­
sina. Por el contrario, las había entre estos dos grupos y personas físicamen­
te activas . Éstas presentaban concentraciones más bajas de fosfocreatina, ade­
nosina y menos acidosis, lo que pone de manifiesto una mejor adaptación 
periférica al ejercicio. Estos datos sugieren que los cambios metabólicos en el 
músculo esquelético de pacientes con insuficiencia cardíaca contribuyen a 
disminuir la capacidad de ejercicio a consecuencia de la inactividad física. 
Otros estudios hacen referencia a la función que desempeña el factor pe­
~ riférico en la limitación al esfuerzo por alteraciones en los procesos de trans-,, 
5 porte y utilización de energía32•33 • El deterioro progresivo en la capacidad de 
! ejercicio , sin justificación al no existir empeoramiento de la función cardía-
-o 
-~ ca, puede atenuarse o incluso tolerar mejor el esfuerzo con programas de en-
} tren.amiento de baja intensidad. 
e 
·¡¡; 
~ ·a. 
8 
~ Otros parámetros evaluados en pruebas con analizadores de gases 
~ Ventilación minuto (J) 
~ 
~ Se trata del volumen de aire movilizado , expresado en 1/min (BTPS) . Puede 
:~ llegar a ser de 20 a 25 veces superior a los valores de reposo en el máximo es­
! fuerzo. En esfuerzos moderados la ventilación aumenta a través del volumen 
§ corriente y en los esfuerzos importantes lo hace a expensas de la frecuencia 
~ ventilatoria. La ventilación aumenta de forma lineal en un esfuerzo gradua­
-~ do hasta que se llega al 60-70% del VO 2máx' en que se inicia la acumulación 
¡¡¡ 
@ de lactato y se produce una inflexión en la curva. Este punto se denomina 
­
­
­
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- ­
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= = = 
­
20 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
umbral ventilatorio. Niveles de esfuerzo por encima del umbral ventilatorio 
se asocian a la progresiva acumulación de lactato que lleva a la fatiga muscu­
lar. El entrenamiento de predominio aeróbico modifica el umbral ventilato­
rio , retrasa la acumulación de lactato y, en consecuencia, se toleran niveles 
de esfuerzo superiores . 
Producción de dióxido de carbono (VCO) 
La producción de C02 se genera como resultado de los procesos metabólicos 
musculares durante el ejercicio. Se expresa en 1/min (STPD). La reacción bio­
química que se desarrolla es la siguiente: 
Láctico+ H+ + NaHC03 >>> LaNa + C03H2 
C038i >>> Hp + co2 
La acumulación de lactato se sigue del incremento de la ventilación pul­
monar por estímulo de los quimiorreceptores que facilitan la eliminación de 
C02 y se evitala acidosis respiratoria. Por lo tanto, los valores de C02 y de la 
ventilación pulmonar son una medida indirecta del incremento en la produc­
ción de lactato durante el ejercicio físico. 
Cociente respiratorio 
El cociente respiratorio representa la cantidad de C02 producido dividido 
por el consumo de oxígeno. En reposo, alrededor del 70-75% del gasto ener­
gético basal se convierte en C0 2, por lo que el cociente oscila entre 0 ,70 y 
0 ,85. Esta cifra oscila, además, en función de si el sustrato energético son hi­
dratos de carbono o grasas. Al progresar el ejercicio, la producción de C0 2 au­
menta hasta el punto en que el cociente sobrepasa la unidad. Valores de 1 a 
1,2 indican que se está llegando al esfuerzo máximo. En los deportistas, el co­
ciente respiratorio alcanza valores más elevados debido a la mayor tolerancia 
al metabolismo anaeróbico y al retraso en la producción de C02 • Un cocien­
te de 1,10 coincide aproximadamente con un esfuerzo máximo. 
Pulso de oxígeno 
El pulso de oxígeno es un índice de la eficiencia del transporte de 0 2 del cora­
zón a los tejidos. Se obtiene del cociente entre el V02 y la frecuencia cardíaca: 
Pulso de 0 2= V0 / FC = VS x dif. A-V de 0 2 (VS = volumen sistólico)/ FC 
En presencia de un volumen sistólico reducido, el pulso se mantiene a ex­
pensas de una mayor extracción de oxígeno. Los valores más altos se observan 
­
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Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 21 
en deportistas y en individuos con capacidad física de buen nivel con indepen­
dencia del entrenamiento. Los valores más bajos se ponen de manifiesto en los 
casos en que el volumen sistólico está reducido por una función ventricular de­
primida 34. Asimismo, pueden obtenerse valores más bajos, pese a que la fun­
ción ventricular sea normal, cuando la saturación de oxígeno en la sangre arte­
rial está disminuida, como ocurre en la anemia significativa o hipoxemia. 
Umbral anaeróbico: ventilatorio y/o metabólico 
Este umbral se define como el nivel más elevado de consumo de oxígeno a 
partir del cual la ventilación aumenta exponencialmente en relación con la 
del V0 2 (umbral ventilatorio). Se acentúa la acumulación de lactato en el 
músculo por aporte insuficiente de oxígeno para cubrir las necesidades ener­
géticas. Este desequilibrio aumenta por la glucólisis anaeróbica para la pro­
ducción de energía y, en consecuencia, se genera mayor producción de lacta­
to (umbral metabólico). El umbral anaeróbico en individuos sedentarios se 
sitúa al 45-65% del V02máx y en entrenados se desplaza hacia la derecha, de 
modo que el predominio del metabolismo anaeróbico se retrasa, la vía aeró­
bica actúa más tiempo y, en consecuencia, el rendimiento es más eficaz. 
El concepto de umbral anaeróbico ha tenido diversas interpretaciones. 
Desde un punto de vista metabólico, hay que situarlo en el momento en que 
el lactato alcanza los 4 mmol/1. Los criterios de Wasserman se fundamentan 
en un método ventilatorio y se definen como el punto de inflexión en que au­
menta la ventilación no lineal en relación con el V02 sin cambios en la rela­
ción VE/VC02 
35 • 
Más recientemente, algunos estudios han demostrado que la producción 
de lactato aumenta de forma continua, incluso en situación de reposo, lo que 
desvirtuaría el concepto de umbral. Por esta razón podría utilizarse, en lu­
! gar del término umbral anaeróbico, el de umbral ventilatorio, que para algu-
-o 
e 
::, 
-~ nos define mejor los cambios metabólicos que se producen durante el es-
~ fuerzo36•
37 
• ., 
-~ El interés en determinar el umbral anaeróbico durante las pruebas de es-
1 fuerzo en pacientes con cardiopatía o en deportistas se debe a las siguientes 
8 
~ razones: 
:i 
o 
~ 1 . Es útil para conocer aspectos de la condición física y de la adaptación al 
~ entrenamiento, lo que permite diseñar los programas con criterios más só-
:~ lidos y objetivos. 
! 2. Se relaciona con la acumulación de lactato en el plasma . ., 
e 
::, 3. La fatiga muscular se asocia a la acumulación de lactato. 
~ 4 . La acidosis metabólica puede facilitar la inestabilidad eléctrica cardíaca y 
-~ la subsiguiente aparición de arritmias en pacientes predispuestos afecta­
¡¡¡ 
@ dos de cardiopatía coronaria38,39 • 
­
­
-
­
­
= -
----------------------­ ----------------------------------------------------­
­
- -
- ­
­
­
­
­
­
­
­
­
­
­
22 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
En resumen, el umbral anaeróbico es una buena referencia en la adapta­
ción al esfuerzo y, pese a la controversia que ha suscitado, su determinación 
es útil en la prescripción de ejercicio. Tal vez el mayor inconveniente cuan­
do se utilizan los criterios de Wasserman es su determinación. En estos casos 
es mejor considerarlo indeterminado. 
Reducción funcional aeróbica 
La desviación del V02máx por debajo de los valores normales es lo que se de­
nomina reducción de la función aeróbica. La función cardiovascular guarda 
buena correlación con el V02máx y depende, como se ha mencionado, del gas­
to cardíaco y de la diferencia arteriovenosa de oxígeno. Mediante un nomo­
grama, obtenido de valores de individuos sanos del mismo sexo, edad y ni­
vel de actividad física, y utilizando la siguiente fórmula, se puede calcular la 
disminución de la capacidad o función aeróbica: 
RFA = V0 2máx pronosticado - V0 2máx obtenido 
V02máx pronosticado 
RF A: reducción funcional aeróbica. 
X 100 
Este método permite obtener información del deterioro de la función car­
díaca. La reducción es ligera en un 15-25 %, moderada en un 26-40% y grave 
en un 41-51 %. En casos con sobrepeso, de vida sedentaria, períodos de con­
valecencia prolongados o la falta de motivación al realizar la prueba, se ob­
serva reducción en la función aeróbica sin que ello tenga relación con cam­
bios en la función cardiovascular40• Es importante insistir en este punto para 
no incurrir en falsas interpretaciones cuando el objetivo de la prueba de es­
fuerzo es la valoración de la capacidad funcional. El ejemplo más demostra­
tivo de lo que ocurre con el reposo se ha verificado en individuos sanos que 
después de permanecer en cama durante 3 semanas muestran una disminu­
ción del V02máx de un 25 % . 
En ocasiones no existe correlación entre la duración del ejercicio o la ca­
pacidad física valorada en MET y la fracción de eyección (FE) en reposo 
deprimida. En estos casos, lo normal sería comprobar la presencia de una ca­
pacidad aeróbica significativamente disminuida; no obstante , con cierta fre­
cuencia no ocurre de esa forma. Se ha demostrado que pacientes con FE 
en reposo < 40% muestran una capacidad funcional superior a la pronostica­
da, con valores de V0 2máx a nivel de la media de sedentarios sanos. Esto ocu­
rre en los casos que la función sinusal es normal y permite mantener el gas­
to cardíaco pese al descenso o la ausencia de incremento del volumen 
sistólico41
•
42
• 
­
­
­
­
-
­
­
­
­
­
­
­
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 23 
Consumo miocárdico de oxígeno 
Los factores determinantes del consumo de oxígeno más relevantes son la 
presión arterial y la frecuencia cardíaca. Cuanto mayor es el incremento de 
ambos factores , tanto mayores son las necesidades energéticas del miocardio 
que han de compensarse por el mayor flujo coronario43.44. Si estas demandas 
energéticas son importantes y el flujo coronario no es el adecuado, por las li­
mitaciones impuestas por la cardiopatía coronaria, se produce isquemia en el 
territorio afectado. La traducción clínica del fenómeno es la angina y en 
el ECG se registran cambios específicos. 
La cuantificación del trabajo cardíaco permite conocer de forma indirecta 
el consumo de oxígeno del miocardio , importante en la realización de una 
prueba de esfuerzo. Se utiliza el producto de la frecuencia cardíaca por la 
presión arterial sistólica. Cuanto mayor es su incremento, tanto más impor­
tantes son las demandas energéticas del miocardio. En las pruebas de esfuer­
zo de tipo diagnósticotiene interés valorarlo y hacer la comparación con el 
valor en reposo . Una relación esfuerzo/reposo por encima de 2,5 sugiere que 
el trabajo cardíaco realizado es suficiente. 
Samoff et al. 45 encontraron correlación positiva entre frecuencia cardíaca, 
presión arterial, volumen diastólico y consumo de oxígeno miocárdico; sin 
embargo, la mejor correlación se produce entre índice de frecuencia cardía­
ca, presión arterial y tiempo de contracción sistólica. También se denomina 
índice tensión-tiempo. 
La tensión intraparietal desarrollada por el ventrículo es otro factor vin­
culado al consumo de oxígeno miocárdico y guarda relación con la presión 
arterial, el grosor de la propia pared y el radio del ventrículo46
• Por último, 
,g hay que hacer referencia a la contractilidad, que es un elemento con inciden­
~ cia sobre el trabajo cardíaco y, en consecuencia, en el incremento de las de-
e 
; mandas energéticas. 
e 
-o ·¡:; 
~ 
B 
~ Incompetencia cronotrópica 
·¡¡; 
~ 
a. La frecuencia cardíaca alcanzada en la prueba de esfuerzo es el signo que 
8 
B demuestra la intensidad del traba¡·o efectuado. El valor alcanzado en el lí­
~ 
~ mite fisiológico de la adaptación al esfuerzo es la frecuencia máxima que 
~ puede llegar hasta 220 en personas jóvenes y que desciende con la edad47
• 
~ El entrenamiento modifica el valor de la frecuencia cardíaca basal y es más 
-o 
:~ lenta para un esfuerzo submáximo comparado con los individuos sedenta­
:g 
a. rios . 
El insuficiente incremento para un nivel de esfuerzo determinado, en au­
~ sencia de fármacos con acción cronotrópica negativa o limitación periférica 
-~ (claudicación intermitente, fatiga muscular, falta de motivación, etc .) se defi­
¡¡¡ 
@ ne como incompetencia cronotrópica (fig. 1-4). 
"' e 
::, 
-
- - -
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-
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24 
195 
175 -
··•. ·- .. ::-.. :-:-.. ,.,. _________ __ .:.:·~ --
150 
125 
100 
30 35 40 45 so SS 
CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
60 
.. a 
- b 
Límite de la 
incompetencia 
cronotrópica 
65 Edad 
Figura 1-4. Valoración de la incompetencia cronotrópica. La insuficiente taquicardiza­
ción durante el ejercicio tiene interés pronóstico. Su estimación en la prueba de es­
fuerzo permite conocer si existe alteración en la adaptación de la frecuencia cardíaca 
al esfuerzo. El nomograma de Hamond et al. (JACC 1983 :826-833) es muy sencillo de 
aplicar. Basta proyectar sobre la línea del límite de la incompetencia cronotrópica la 
del paciente en la columna de la frecuencia cardíaca. En un paciente de 60 años la fre­
cuencia cardíaca mínima en el máximo esfuerzo no debería ser inferior a 130 lat./min. 
a y b: las líneas de puntos y discontinua corresponden al mismo valor obtenido en es­
tudios de otros autores. 
Este signo tiene interés clínico debido a que habitualmente se asocia a la 
disfunción sinusal o a la cardiopatía isquémica grave48 • En los pacientes con 
infarto agudo de miocardio de localización posteroinferior es frecuente la in­
suficiente taquicardización en pruebas de esfuerzo efectuadas en las tres pri­
meras semanas. Este fenómeno guarda relación en parte con la afectación de 
receptores adrenérgicos49
• 
Respuesta del electrocardiograma normal 
Los cambios que se producen con el ejercicio se deben a la activación simpá­
tica y a la inhibición del tono vagal. 
1. Onda P: aumenta su voltaje y la onda de repolarización es más acusada. 
Estas modificaciones influyen sobre el segmento P-Q, que se hace descen­
dente. 
2. Intervalo P-R: se acorta debido a la disminución del período refractario de 
la unión A-V por efecto de la actividad adrenérgica. 
3. Duración del QRS: se reduce al aumentar la velocidad de conducción por 
las fibras de Purkinje y a través de la masa ventricular. 
-
­
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­
­
­
- -
­
-
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 
Tabla 1-5. Modificaciones fisiológicas del ECG durante el ejercicio 
Taquicardia sinusal 
Aumento de voltaje de la onda P 
Acortamiento del intervalo P-R 
Descenso del segmento PQ 
Cambios en el voltaje del QRS 
Descenso del punto J 
Desnivel negativo del segmento RS-T 
Ascendente rápido 
Sin inflexiones RS-T /T 
Acortamiento del intervalo QT 
Cambios en el voltaje de las ondas T y U 
25 
4. Segmento ST y punto J: se considera normal cuando es ascendente y de 
forma convexa con duración de entre 0,04 y 0 ,06 s del punto J. Estos cam­
bios desaparecen inmediatamente al cesar el ejercicio y el punto J regresa 
a la línea de base. 
5. Onda T: cambia de morfología y aumenta de voltaje, especialmente tras el 
esfuerzo. 
En la tabla 1-5 se enumeran los cambios que se consideran fisiológicos en 
el ECG durante el ejercicio. 
Adaptación cardiovascular al esfuerzo prolongado 
El programa de entrenamiento de corredores de larga distancia, ciclistas o na-
~ dadores consta de sesiones en las que predomina el volumen sobre la inten-,, 
§ sidad durante períodos prolongados. Las características del trabajo de predo-
! minio dinámico o aeróbico están más indicadas a personas sin antecedentes 
,o 
-~ de haber practicado deporte con regularidad, deportistas de otras especiali-
} dades, veteranos o portadores de algún tipo de cardiopatía sin repercusión 
-~ clínica y funcional importante. 
~ 
a. El trabajo de una carrera de larga distancia (maratón, ultramaratón) no 
8 
~ puede considerarse, en rigor, extenuante, excepto en los últimos minutos de 
~ la prueba. Requieren esfuerzo sostenido, manteniendo el equilibrio entre el 
~ consumo y el aporte de oxígeno a los tejidos durante las horas que dura el 
~ ejercicio. La intensidad del esfuerzo oscila entre el 70 y el 90% del V0 2máx y 
,o 
-~ en relación con el umbral anaeróbico . 
. !e! 
:g 
a. 
"' e 
::, 
La disminución gradual de la capacidad física en los últimos kilómetros 
de una carrera de maratón y, en general, del esfuerzo prolongado, se debe a 
~ diversos factores, entre los cuales cabe señalar los de tipo energético-metabó­
-~ lico o psicológico. Se produce un incremento significativo de enzimas mus­
¡¡¡ 
@ culares debido a modificaciones en la permeabilidad y/o destrucción de mio-
­
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-
-
­
­
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26 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
fibrillas . En las carreras de maratón o ultramaratón aumenta la actividad ca­
talítica de creatincinasa 2 (CK2, CKMB) en el músculo esquelético, cuyo efec­
to es parecido a lo que ocurre en el miocardio. Por esta razón, los microtrau­
mas en la miofibrilla inducirían aumentos de la actividad catalítica de CK2 
en el plasma o de su proporción sobre la actividad catalítica de CK indiferen­
ciables de los observados en la fase aguda del infarto de miocardio50
• En re­
poso o tras un esfuerzo prolongado, los atletas presentan concentraciones 
plasmáticas de CK2 elevadas, similares a las más elevadas observadas en su­
jetos con infarto agudo de miocardio; sin embargo, cuando la concentración 
de CK2 se valora como razón sobre la actividad catalítica total de CK (en 
mg/1) se observa que el 94% de los atletas presentan valores de esa isoforma 
no diferenciables de los sedentarios, mientras que el 100% de enfermos con 
infarto presentan valores elevados de la misma. De esta forma se pueden dis­
tinguir correctamente ambos tipos de sujetos. 
El estudio de la función ventricular izquierda durante el esfuerzo prolon­
gado se ha estudiado en 10 corredores de maratón de edades comprendidas 
entre 32 y 47 años (media de 39,6 años). Se comprobó mediante ventriculo­
grafía isotópica realizada en los primeros 10 min tras finalizar la carrera que 
el tiempo de sístole era significativamente más largo después de la carrera51
• 
No había diferencia entre la fracción de eyección en reposo y tras el esfuer­
zo. Niemela52 comprobó que la función ventricular izquierda en corredores 
de ultramaratón (corrieron entre 114 y 227 km) estaba deprimida al final del 
ejercicio. La fatiga cardíaca es probablemente la causa del fenómeno. Con el 
fin de profundizar en el significado de la prolongacióndel tiempo de sístole 
se ha realizado un estudio en 10 corredores de ultramaratón de edades com­
prendidas entre los 26 y los 48 años. Corrieron durante 6 h por un circuito de 
1.454 m . Los resultados del estudio demostraron que la FE era más alta en el 
estudio realizado tras el esfuerzo debido a la disminución en el volumen te­
lesistólico. La FE del ventrículo derecho era más baja tras el esfuerzo debido 
al aumento del volumen telesistólico y telediastólico. Asimismo, coincidien­
do con el estudio previo, se observó que el tiempo en alcanzar la máxima sís­
tole era más largo tras el esfuerzo que en reposo. Por último, la captación de 
antimiosina (marcador específico de la miosina del miocardio en presencia 
de rotura y/o modificaciones en la permeabilidad de la membrana) era nor­
mal en 7 casos y había una mínima captación en 3 casos. Las conclusiones 
del estudio sugieren que las alteraciones en la función biventricular se deben 
a adaptación funcional y no a la alteración estructural en el miocardio53. 
En resumen, durante el esfuerzo prolongado se producen cambios que 
afectan exclusivamente a la función y constituyen mecanismos de adapta­
ción a una situación especial. No se ha demostrado la presencia de daño en 
el propio miocardio producido por ejercicio de larga duración. 
­
-
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-
Capítulo 1. Respuesta cardiovascular al ejercicio 27 
Receptores adrenérgicos en el miocardio y esfuerzo prolongado 
La metaiodobenzilguanidina (MIBG) se ha utilizado en la valoración de la ac­
tividad simpática en el miocardio . Desde el punto de vista clínico, lo más 
destacable es la relación entre actividad simpática, desarrollo de arritmias 
cardíacas potencialmente malignas y muerte súbita54
•
55. 
Para valorar la influencia del ejercicio de larga duración (maratón, ultra­
maratón) sobre la inervación simpática cardíaca, se ha estudiado a un grupo 
de 9 corredores de larga distancia que al menos habían participado en una 
ocasión en una carrera de 100 km. La media de edad del grupo era de 34 ± 11 
años. Los atletas corrieron durante 4 h por un circuito hospitalario de 1.100 
m (lámina 4) . Los kilómetros recorridos oscilan entre 44 y 55 (45 ± 8). Antes 
de iniciar la carrera se les inyectó 1231-MIBG. A las 2 semanas se realizó el es­
tudio en reposo con la misma dosis del radiofármaco. Se tomaron imágenes 
planares y se realizó tomografía computarizada por emisión de fotones sim­
ples (SPECT) de tórax al final de la carrera y en reposo. 
Para cuantificar la captación de MIBG se calculó el índice de captación 
del corazón y el mediastino. Asimismo, se determinó la concentración de 
noradrenalina después de la carrera y en situación basal. 
El índice corazón-mediastino en reposo era de 1 ,84 ± 0,16 y después de la 
carrera de 1,70 ± 0,18 (p < 0,005). La frecuencia cardíaca aumentó de 70 ± 8 
latidos a 81 ± 13 (p < 0,03). La frecuencia cardíaca teóricamente de esfuerzo 
es la que se ha obtenido unos 5 min después de haber acabado la carrera, lo 
que justifica que sea más baja de lo esperado. El nivel de noradrenalina en re­
poso es de 142 ± 68 pg/ml y de 156 ± 48 pg/ml después de la carrera, que no 
se considera significativo. 
,g Los resultados de este estudio sugieren que la captación de 1231-MIBG pue­
~ de estar influida por el ejercicio prolongado. Éste aumentaría el lavado y dis-
c 
; minuiría la captación de MIBG según la activación simpática cardíaca. Son 
~ necesarias nuevas investigaciones con la utilización del radiofármaco, que es 
j captado por el simpático de manera similar a como lo hace con la noradrena­
~ lina, para valorar si este hallazgo guarda relación con lo que se ha llamado fa­
: tiga cardíaca y en la prolongación del tiempo de sístole, conceptos a los que 
·a. 
~ ya se ha hecho referencia. Asimismo, cabe especular sobre la reducción de la 
~ actividad simpática en el miocardio y la relación sobre la inestabilidad eléc­
:i 
g trica cardíaca responsable de arritmias cardíacas potencialmente malignas. 
~ En este caso , el fenómeno que se produce a tenor de lo que se ha investigado 
j previamente tendría un efecto protector56 • 
. !e! 
:g 
a. 
"' s Resumen 
cr'l 
ai 
-~ La respuesta cardiovascular al ejercicio varía en función del trabajo realiza­
¡¡¡ 
@ do, dinámico o aeróbico y estático o isométrico. El comportamiento de la fre-
­
­
­
­
-
-
-
-
-
28 C ARDI O LOG [A EN EL DEPO RTE 
cuencia cardíaca, de la presión arterial y del consumo de oxígeno se modifi­
ca además si el trabajo se realiza en treadmill o bicicleta ergométrica, así 
como según las características del protocolo aplicado. 
Se recomienda la utilización de analizadores de gases con el objetivo de 
valorar con criterios más objetivos la función cardiovascular. Uno de los ar­
gumentos más consistentes para utilizar este sistema es la buena correlación 
existente entre el V02máx y la función cardíaca. Al tratarse de sistemas de ma­
yor coste y complejidad, pudieran no estar disponibles en todo el laboratorio 
de pruebas de esfuerzo clínicas en medio hospitalario. En estos casos, la apli­
cación de métodos indirectos para la determinación del V02máx según tablas 
de referencia tiene una fiabilidad aceptable. 
En la respuesta al esfuerzo prolongado se producen cambios que corres­
ponden, en general, a mecanismos de adaptación diferentes y constituyen, 
probablemente, una variante de la normalidad. Los resultados de diferentes 
pruebas no invasivas y determinaciones analíticas demuestran que no hay 
signos de afectación orgánica aparente ni adaptación patológica en el corazón 
del deportista en el que no se han detectado signos de cardiopatía orgánica. 
BIBLIOGRAFÍA 
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En: Fletcher GF, editor. Cardiovascular response to exercise. Nueva York: Mount 
Kisco; 1994. p. 155-73. 
­
­
­
-
Adaptación cardiovascular producida 
por el entrenamiento 
Introducción 
El trabajo de predominio dinámico es, en gran medida, el responsable de las 
modificaciones más acusadas que se observan en el corazón después de un 
período de acondicionamiento no inferior a 8 semanas. La magnitud de los 
cambios guarda relación con la duración del entrenamiento, el volumen y la 
intensidad de cada una de las sesiones. La respuesta al entrenamiento viene, 
además, condicionada por factores individuales, genéticos y por el sexo1-8 • 
En el deportista se presentan con mayor frecuencia:bradicardia sinusal, 
alteraciones en la conducción auriculoventricular (A-V)9-14 , signos de hiper­
trofia ventricular izquierda y alteraciones en la repolarización ventricular. 
Estos signos, junto con el aparente agrandamiento de la silueta cardíaca por 
radiografía, forman parte del síndrome del corazón atlético, entidad clínica 
definida hace más de 25 años1 5
• Recientemente, la descripción del corazón 
~ del deportista se ha ampliado por la incorporación de nuevas técnicas de ex-,, 
§ ploración complementarias que han permitido aumentar los conocimien-
En este capítulo se analizan los cambios en el electrocardiograma (ECG), 
las modificaciones estructurales y la adaptación del músculo esquelético, 
·~ con especial referencia a los ergorreceptores implicados en la regulación de 
~ 
a. la frecuencia cardíaca y la presión arterial. 
8 
B 
~ 
:i 
o 
~ Electrocardiograma de reposo 
~ 
e 
-o 
:~ El ECG del deportista, cuyo entrenamiento es de predominio dinámico o ae-
i róbico , se caracteriza por presentar modificaciones que lo diferencian de far­
§ ma significativa del ECG de la persona sedentaria. Hace más de 50 años el 
~ ECG del corredor de maratón se interpretaba bajo sospecha de anormalidad 
·~ pese a que, desde el punto de vista clínico y funcional , no presentaba ningún 
¡¡¡ 
@ tipo de repercusión negativa. Este hecho se ha ido repitiendo, incluso en la 
33 
-
’ 
­
­
­
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­
­
­
­
-
­
34 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
Tabla 2-1 . Arritmias registradas en una muestra de 5.130 ECG en reposo 
de deportistas de un centro de medicina del deporte 
Bradicardia sinusal 
Taquicardia sinusal 
Extrasístoles supraventriculares 
Extrasístoles ventriculares 
Ritmo nodal 
Bloqueo A-V de l."' grado 
Bloqueo A-V de 2.º grado 
Síndrome de preexcitación 
Residencia Blume. Secretaria General de l'Esport. 
Número 
1 .121 
221 
25 
29 
15 
78 
4 
19 
Porcentaje 
22 
4 ,3 
0 ,5 
0,6 
0,29 
0,52 
0,07 
0,4 
actualidad, ante un deportista con bradicardia sinusal muy acusada que acu­
de a una revisión médica por presentar síntomas sin aparente relación con la 
frecuencia cardíaca excepcionalmente lenta. 
Por otra parte, deportistas muy entrenados bajo distinta metodología (tra­
bajo isométrico o estático) presentan un ECG con escasas diferencias en 
relación con el de un individuo sedentario. Al incluir este grupo , que en oca­
siones ni siquiera presenta bradicardia sinusal en reposo, en el de los depor­
tistas que realizan entrenamiento de tipo dinámico o aeróbico, se observa que 
el porcentaje de deportistas con bradicardia sinusal no alcanza el 100% es­
perado. En la tabla 2-1 puede verse que en un grupo de deportistas de dife­
rentes especialidades sólo en un 22 % se registró bradicardia sinusal. Este 
dato es sorprendente pero se justifica, en parte, por lo que se ha expuesto y 
por el factor emocional en el momento del registro del ECG, que puede en­
mascarar la bradicardia sinusal. Asimismo, no debe olvidarse que la frecuen­
cia cardíaca varía a lo largo de la temporada en función del tipo de entrena­
miento, período de descanso o de competición. Con mucha frecuencia la 
bradicardia sinusal más acusada coincide con picos de entrenamiento y 
la tendencia a la taquicardia relativa con los períodos de descanso relativo o 
absoluto o de sobreentrenamiento. 
Bradicardia sinusal 
Es el signo más común del ECG del deportista; no obstante, algunas estadís­
ticas muestran porcentajes que no llegan al 50% (tabla 2-2) . La etiología se 
debe al incremento del tono vagal y, simultáneamente, a la disminución del 
tono simpático. Si se provoca una desnervación del sistema nervioso autóno­
mo con atropina y propranolol, se observa que la frecuencia cardíaca de los 
deportistas es más baja que la de personas sedentarias, tanto en reposo como 
durante el ejercicio físico . Este fenómeno sugiere la existencia de un factor 
(frecuencia cardíaca intrínseca) que explicaría las diferencias en el grado de 
-
-
­
­
­
­
- -
­
­
Capítu lo 2. Adaptación cardiovascular producida 
por el entrenamiento 
Tabla 2-2. Presencia de arritmias entre la población gen eral sana y en deportistas 
Arritmia Población general(%) Atletas(%) 
Bloqueo sinusal 23 ,7 50-85 
Arritmia sinusal 2,4-20 13,5-69 
Migración 
Marca pasos 7,4-19 
Bloqueo A-V de l."' grado 0,65 6-33 
Bloqueo A-V de 2.º grado 0,003 
Bloqueo A-V de 3."' grado 0,06 0,017 
Ritmo nodal 0,1-0,15 0,15-2,5 
Frecuencia auricular 0,004 0,0063 
De Houston TP, James MD, Puffer C, et al. The Athletic Heart Syndrome. N Engl J Med. 1985;3 73:25. 
35 
bradicardia, para un nivel similar de entrenamiento, de unos individuos a 
otros18·21 • Un estudio de Williams et al. 22, realizado en personas sedentarias y 
corredores de maratón con el fin de valorar el efecto del entrenamiento físi­
co sobre los receptores betaadrenérgicos y el papel de éstos sobre la bradicar­
dia sinusal, sugiere: 
1. La disminución de la sensibilidad a las catecolaminas como factor que 
contribuye a la disminución de la frecuencia cardíaca. 
2. La consistencia de los datos con la hipótesis de que el impulso neural al 
nodo sinusal está alterado. 
La bradicardia sinusal de entre 51 y 60 lat./min se considera ligera, entre 
41 y 50 lat./min moderada y por debajo de 40 lat./min grave. Siguiendo esta 
~ clasificación de Strauss23, en la mayor parte de la población sedentaria con 
1J 
§ bradicardia sinusal, ésta es de grado ligero y es muy infrecuente registrar bra-
! dicardias moderadas y graves . 
-o 
-~ La bradicardia sinusal se acompaña de arritmia sinusal, sobre todo en de-
} portistas jóvenes; sin embargo, ésta se puede observar en deportistas vetera­
-~ nos , hecho que no ocurre en las personas sedentarias adultas . 
~ ·a. 
8 
B 
~ Conducción auriculoventricular 
:i 
o 
~ El efecto del entrenamiento produce cambios en la función del nodo A-V por 
~ incremento del tono vagal. El bloqueo A-V de primer grado se presenta en un 
-o 
:~ 6-33% , mientras que en la población general es sólo del 0 ,65% (tabla 2-2). La 
! variabilidad tan amplia en la presencia del bloqueo A-V de primer grado en­
§ tre población de deportistas se explica por las características de la muestra, 
~ nivel de entrenamiento y momento en que se ha realizado el ECG. Pese a to­
-~ dos estos factores, resulta infrecuente detectar valores superiores al 10% . 
¡¡¡ 
@ Una población de deportistas en la que se ha detectado el bloqueo A-V con 
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36 CA RDI OLOG[A EN EL D EPO RTE 
tanta frecuencia, posiblemente es un grupo seleccionado de forma intencio­
nada para una valoración de las arritmias. 
El bloqueo A-V de segundo grado tipo Wenckebach es menos frecuente 
que el de primer grado; no obstante, los valores de referencia varían en fun­
ción de las características del grupo estudiado. Así, por ejemplo, en corredo­
res de maratón puede llegar a ser de hasta un 10% , mientras que en la pobla­
ción de deportistas en general no llega al 1 % . Meytes6 ha observado, en una 
serie de deportistas, que un 2,4 % presenta este grado de bloqueo. Vittasolo24 
encontró en 35 atletas de fondo una prevalencia significativamente mayor de 
trastorno de la conducción A-V frente a un grupo control de sedentarios. Ta­
lan25 registró una prevalencia del 40% en atletas jóvenes. El porcentaje del 
2% observado en el ECG de corredores de maratón26 se aproxima al 7% que 
se ha registrado en un grupo de corredores de maratón de alto nivel durante 
una grabación de ECG de 24 h , fenómeno explicable por el mayor grado de 
vagotonía nocturna que puede incidir en la aparición del bloqueo. De hecho, 
resulta bastante común observar que en un atleta al que se le realiza una va­
loración cardíaca por bloqueo A-V de segundo grado en un ECG de control, 
éste desaparece en la siguiente exploración. Lo mismo ocurre con la disocia­
ción A-V, en que la frecuencia del nodo sinusal y del nodo A-V son similares 
y con una leve taquicardia se inhibe el nodo A-V. 
El bloqueo A-V de segundo grado tipo Mobitz