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C a p ít u lo 13 Ética evolucionista: el enfoque adaptacionista de la cooperación humana Alejandro Rosas∗ 1 La explicación de la moral “Ética evolucionista” es una etiqueta utilizada en filosofía para referirse al proyecto científico de proporcionar una explicación seleccionista o adaptacionista del comporta- miento moral y sus mecanismos subyacentes. La filosofía ha mostrado interés en este proyecto, principalmente por sus implicaciones meta-éticas o metafísicas, como por ejemplo sus implicaciones respecto del problema de la justificación u objetividad de la moral, o del problema de la libertad y el determinismo. En cambio, ha sido menor el interés en los detalles de la explicación y en un examen de la empresa explicativa con criterios internos a ella misma. En esta exposición me interesan, en efecto, los detalles de la explicación científica misma y dejo a un lado los problemas típicamente filosóficos. Conviene explicitar aquí las razones de este proceder, que podría parecer inapropiado, pues muchos considerarían el problema de la justificación o de la objetividad de las normas morales como un problema ineludible en este contexto. En primer lugar, el problema clásico de la justificación de la moral no parece tener solución salvo que la justificación se integre de algún modo en un contexto explicativo (lo mismo vale para la justificación del conocimiento). La justificación de conductas, reglas o políticas de acción apela a principios morales. Estos, a su vez, pueden justificarse apelando a otros principios igualmente morales aunque más básicos. Pero el proceso de justificación así concebido debe llegar a un fin, es decir, a unos principios que ya no pueden justificarse moralmente derivándolos de otros. Si al llegar a ese punto insistimos ∗ A tradução deste capítulo encontra-se na parte II, texto H. 400 en preguntar por la legitimidad del principio, como quería G. E. Moore, la pregunta adquiere otro carácter. Ya no estaríamos preguntando ¿por qué es bueno lo que el principio manda?, sino más bien ¿por qué creemos que lo que el principio manda es bueno? Ante esta pregunta es legítimo dar una respuesta que explique nuestras creencias apelando a asuntos que, si bien deben ser relevantes para el principio moral en cuestión, no tienen que ser ellosmismos criteriosmorales. Los asuntos que se consideren relevantes para una creencia moral pueden variar de época en época y según la cosmovisión subyacente. Podría tratarse de la procedencia divina de una creencia moral, o de su origen evolutivo. Una tercera opción apelaría a una intuición intelectual en la esperanza de evitar presuponer una cosmovisión concreta. Esta estrategia sería, en mi opinión, dilatoria, pues si el intuicionista postula la existencia de valores objetivos requiere el soporte de alguna cosmovisión. Sea como sea, las explicaciones ofrecidas para las creencias morales, cuando ya no apelan a otras creencias morales, apelan a aspectos de la realidad que en el universo de quien pregunta se acreditan como relevantes. En ese caso la explicación de la creencia contiene un elemento de justificación por coherencia, por la inserción de lo explicado en una visión abarcadora. Justificación y explicación se revelan entonces como parte de un mismo discurso, y no cabe pensar en términos de una contraposición entre ambas. Así, la explicación de por qué creemos en ciertos principios morales básicos, como el de la imparcialidad, podría apelar, en una cosmovisión naturalista, a rasgos estables (en un grado por establecer) de la naturaleza humana en tanto producto de la evolución por selección natural. Estos a su vez, se establecerían en coherencia con principios internos a la biología evolucionista y a otras ciencias que se consideren relevantes para establecer hechos sobre esos rasgos — por ejemplo la psicología y la antropología. La coherencia de nuestras creencias morales básicas con los hechos relevantes establecidos por esas ciencias le da a la explicación un carácter justificante. Pero no se trata, obviamente, de una justificación moral. En este punto es importante aclarar que los autores paradigmáticos de la filosofía moral moderna confirman el rol que atribuyo aquí a las explicaciones justificantes no-morales. Es obvio, por ejemplo, que Hume nunca buscó justificar moralmente los principios básicos de la moral. Sí se ocupó, en cambio, de su explicación psicológica y social. Y en cuanto a Kant, si bien buscaba una justificación no-naturalista de la ley moral, no era una justificación moral lo que buscaba. Su hipótesis inicial era que la ley moral debía derivarse de la libertad trascendental, entendida como causa espontánea opuesta a la acción heterogénea de las causas naturales. Aceptando el carácter no-naturalista de esa derivación, también es obvio que no es una justificación moral, es decir, no es la derivación de un principio moral partiendo de otro principiomoral. Y aunqueKant finalmente renunció a “justificar” la ley moral apelando a la libertad trascendental, lo que ofreció a cambio se entiende plausiblemente — aunque no es el lugar para argumentarlo — como una explicación de nuestras evaluaciones morales cotidianas en tanto resultados de un acto espontáneo, 401 Capítulos Ética evolucionista: el enfoque adaptacionista de la cooperación humana La explicación de la moral