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estas condiciones: 1. Individuos diferentes en una población tienen diferentes morfologías, fisiologías y comportamiento (variación fenotípica). 2. Diferentes fenotipos tienen diferentes tasas de supervivencia y reproducción en diferentes ambientes (eficacia diferencial). 3. Hay una correlación entre padres y descendencia en la contribución de cada uno a las generaciones futuras; la eficacia es heredable) 5. Maynard Smith (2002, p. 524), en su paráfrasis de la fórmula de Darwin, hace énfasis en la selección de individuos: Dada una población de entidades que se reproducen, tienen heredabillidad (producen entidades semejantes) y varían en forma que afecta su probabilidad de reproducción entonces las características que aseguran la supervivencia individual y la reproduc- ción evolucionarán en la población. Las frecuentes disputas no eliminaron del escenario a la selección natural como un factor explicativo, aunque no único en la evolución. A partir de los años treinta trascendentes novedades científicas sobre los procesos de variación y herencia orgánica se integraron en nuevas disciplinas. El alcance y generalidad explicativa del principio de selección natural deDarwin es uno de los factores que permitió su perduración, junto a la fertilidad de alguna de sus ideas 6. Así se promovió su extensión como principio explicativo a entidades no exclusivamente biológicas, como las variables de interacción ecológica y del comportamiento social en general. 3 Unidades de selección Generalmente se describe la evolución como un proceso de cambio en las frecuencias genéticas en una población y existe consenso en que la selección natural es uno entre otros mecanismos de evolución. Pero no hay consenso sobre el rol de las entidades involucradas en la selección. 5 La fórmula que describe la selección, “variación heredable en eficacia”, por ser una expresión neutral con respecto al sustrato, ha dado lugar a teorías seleccionistas en diversos dominios: las capacidades cognitivas como proceso psicobiológico en la especie humana, la evolución de la cultura, del sistema inmune, de las ideas científicas. D. Campbell, K. Popper, D. Toulmin fueron precursores (Cfr. SANTILLI, E., 1999). Brandon (2008) critica la formulación de neutralidad de la selección porque no expresa la naturaleza causal de la teoría de Darwin. Y señala que ello es reconocido por Lewontin. 6 Gayon (2003) destaca la persistencia de dos ideas principales de Darwin: la selección natural y el árbol de la vida. La década del 70 fue escenario de una intensa discusión sobre una hipótesis rival de la selección, la de la evolución molecular neutral (KIMURA, 1968, 1983), que atribuye los cambios en la frecuencia de variaciones orgánicas al azar (cambios estocásticos). 260 El problema de las unidades y niveles7 de selección es un debate que está “al rojo vivo” en el marco de las interpretaciones del proceso de selección natural. A pesar de intentos de darlo por terminado como un ejercicio irrelevante de metafísica (REEVE; KELLER, 1999; KITCHER, 2004) , muchas de sus principales nociones y argumentos aún cubren páginas con análisis conceptuales y aportes empíricos. La cuestión de las unidades de selección se formula en la pregunta: ¿Sobre qué entidades opera la selección natural? ¿Genes, organismos, poblaciones, grupos, metapo- blaciones, especies, colectivos sociales? En la etapa inicial de esta controversia, gran parte de la argumentación ha perma- necido fiel a la tradición — inaugurada por Darwin y visión dominante de la Nueva Síntesis evolutiva — que considera al individuo, el organismo, como foco de la selección y de la adaptación. Otras propuestas se manifestaban en disenso. Desde la década de 1950, para muchos biólogos y ecólogos el fenómeno de adaptación de grupo, como efecto de la selección, de- bía ser seriamente considerado. El ímpetu discursivo provenía deWynne Edwards (1962, 1980) y su convicción de que la selección individual no basta para explicar caracteres de comportamiento en algunas especies de animales. Entre ellos la conducta (estrategia adaptativa) de limitar su reproducción y preservar la provisión de alimento con el efecto de evitar la extinción de la población; o el rol del centinela al dar señales de alarma ante la vista de predadores, constatado en miembros de especies de aves, mamíferos y peces. La conducta de estos individuos tiene un costo en eficacia que restringe su reproducción pero a la vez se compensa al operar en beneficio de la supervivencia de la población o grupo. Wynne Edwards consideró a estas acciones adaptaciones prudentes o regulación de número y balance en la naturaleza, aseverando que se trataba de un problema central de la ecología. Dada la importancia de la adaptación8 y la selección natural en el estudio de la evolución, muy pronto las críticas sobre su significado y uso apropiado lograron gran relevancia y difusión entre la comunidad de evolucionistas. Entre las más notables contribuciones a esta discusión, la de George Williams (Adap- tation and natural selection, 1960) es el inicio de un extendido intercambio — que aún continúa. y que lejos de agotarse experimentó transformaciones a partir de esta obra, un tratado clásico de discusión sobre la selección natural. En el mismo, este darwinista dirige su argumentación a justificar: 1. la afirmación de la selección natural como mecanismo de evolución; 7 Algunos autores hablan casi indistintamente de unidades y de niveles de selección. En este trabajo asumo que el problema de los niveles es su organización jerárquica y las relaciones entre niveles. El problema de las unidades es la identificación del objeto directa o causalmente relacionado con el proceso de selección. 8 Adaptación´ es una noción controversial, asociada al concepto de función: “Un diseño moldeado por la selección natural útil para la supervivencia” (WILLIAMS, 1966). Este concepto fundamental de la teoría de la evolución por selección natural, es revisado en un volumen de Rose y Lauder (1996). 261 Capítulos Niveles y unidades de selección: el pluralismo y sus desafíos filosóficos Unidades de selección