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carentes de un sistema nomenclatural preciso. La nomenclatura de genes y regiones cortas no codificantes del genoma empezó a concertarse décadas después de la secuen- ciación de genes y genomas y del reconocimiento de la presencia de secuencias cortas no codificantes del genoma. Los retos de clasificación y nomenclatura de genes son incalculables a las puertas de los avances en genómica, donde a cada secuencia y cada nombre se asocian múltiples funciones e interacciones que solo pueden ser interpretadas involucrando numerosas escalas biológicas. La interpretación de los datos queda en manos del investigador, pero un sistema de clasificación y nomenclatura no puede ser personalizado y debe ser estandarizado y aplicado con urgencia por la comunidad científica moderna: Of course, significant scientific labors await anyone pursuing this approach. Biologists will have to choose which standardized attributes are important enough to explore in any given high-throughput experiment. They must decide how best to cluster genes and their products to illuminate the truly important connections. Such challenges —opportunities really — are among the fruits genomics brings to biology (SERINGHAUS; GERSTEIN, 2008, p. 472) 5 Conclusiones A lo largo de la historia de la clasificación de taxones se puede apreciar (a) la tendencia a retirar el esencialismo del proceso de clasificación (cf. HULL, 1965); (b) el reemplazo de sistemas a manera de escalas ascendentes o descendentes, lineares (Fig. 1 a) o no (Fig. 1 b), en sistemas jerárquicos (Fig. 1 d-e); (c) el uso de caracteres intrínsecos; (d) la búsqueda de sistemas naturales y objetivos que reemplacen a los sistemas artificiales y subjetivos, respectivamente; (e) la implementación de la sistemática filogenética como la única aproximación capaz de reconstruir grupos monofiléticos con base en caracteres derivados y compartidos, y de detectar aquellos grupos polifiléticos o parafiléticos — y los caracteres plesiomórficos, convergentes o paralelos que los han producido. No obstante la mayoría de análisis filogenéticos actuales están basados en los que au- tores tales como Wägele (2005) y otros han denominado cladística fenética, un híbrido originado por la aplicación de técnicas numéricas a teorías cladísticas. La teoría de la clasificación y de la sistemática debe también considerar la necesidad de analizar siste- mas reticulados tanto a nivel de taxones (ej. especies híbridas) como a nivel molecular (p. ej. interacción de genes o de proteínas). 186 La clasificación de genes es particularmente problemática debido a su inmensa diversidad en un solo individuo, a la variación y diversificación de los linajes de genes en diferentes individuos y a la presencia de los mismos linajes de genes en diferentes especies. Los genes pueden ser agrupados basados en criterios diferentes para su clasificación, según la especie a la que pertenecen, según las secuencias que comparten, la función que desempeñan, los dominios proteicos para los que codifican, los sitios en los que se expresan a nivel celular o a nivel estructural solo por nombrar algunos. El problema principal radica en que estos criterios independientemente son insuficientes para reconocer genes individuales, particularmente aquellos que hacen parte de grandes linajes presentes en un rango taxonómico grande, que son el resultado de procesos de duplicación y que poseen funciones parecidas si no idénticas y en consecuencia se expresan en los mismos sitios a nivel celular y a nivel estructural. Por otra parte estos criterios resultan en la mayoría de los casos arbitrarios y artificiales y no necesariamente reflejan relaciones evolutivas cercanas entre genes. Como resultado de la adquisición descentralizada de secuencias génicas de nu- merosísimos organismos coincidente con los avances tecnológicos en los procesos de secuenciación, la explosión de datos ocurrió antes o simultáneamente con los intentos de nomenclatura génica. De alguna forma el periodo de recopilación de datos, comparación de secuencias y la toma de decisión de centralizar un modo de nomenclatura similar al de la época lineana en la clasificación de organismos no ha ocurrido (y no ocurrió a tiempo) en el mundo de la clasificación de genes. Ninguna otra ciencia, ni la física, ni la química aunque con entidades moleculares similares ha sufrido de la falta de criterios de clasificación tan drásticamente como la biologíamolecular. En resumen, la nomenclatura de genes es comparable al caos nomenclatural existente antes de Linneo, la comparación de genes mediante similitud de secuencias nos recuerda el sistema de Adanson basado en criterios de similitud numérica, y la clasificación de genes con base en la función es remembranza de la adoptada en su momento por Cuvier y sus seguidores. Finalmente, el descubrimiento de secuencias cortas que se esconden en intrones de secuencias mas grandes o en regiones poco conocidas (o aún no exploradas) de un genoma requiere de sistemas de categorización diferentes a las establecidas para los genes. La clasificación de estas entidades intenta capturar en la nomenclatura la homología de secuencias idénticas. La evolución de los elementos móviles del genoma es más difícil de entender debido al alto número de copias que el mismo elemento puede tener en un genoma. Aun así la nomenclatura busca reflejar las propiedades de replicación, la estructura y la biogénesis de la secuencia, características que aun no han sido adoptadas en la nomenclatura de genes6. 6 Posterior a este artículo, el autor desarrolló algunos puntos pertinentes para la teoría evolucionista de la cooperación en las siguientes publicaciones: Pabón-Mora et al. (2012); Pabón-Mora, Bharti et al. (2013); Pabón-Mora, Hidalgo et al. (2013); Pabón-Mora et al. (2014); Arango-Ocampo et al. (2016); Madrigal et al. (2017); Zumajo-Cardona et al. (2016); Zumajo-Cardona et al. (2017); Ortíz-Ramírez et al. (2018). 187 Capítulos La clasificación biológica: de especies a genes Conclusiones