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Filosofia da Biologia - Paulo C Abrantes-94

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las agrupaciones obtenidas, y por lo tanto tuvo un impacto limitado en los sistemas de
clasificación. Al respecto, Wagner señala:
As characters have no obvious built-in values, a common tendency today
is simply to count all characters as equal, an approach credited to Michael
Adanson (WAGNER, 1969, p. 70).
Por la misma época surge una tercera escuela, la sistemática filogenética o cladística, que
sin duda ha sido la que mayor influjo ha ejercido sobre la clasificación biológica actual.
Los grupos monofiléticos son los únicos reconocidos por esta escuela. Las clasificaciones
resultantes de los organismos es un resultado a posteriori de la reconstrucción filogenética,
y por lo tanto, está construída directamente a partir de los caracteres que, a la vez,
permiten agrupar y diferenciar, es decir, los caracteres derivados y compartidos, o
sinapomorfías. Por lo tanto, un resultado es el análisis de los caracteres, ya que se logra
discriminar cuáles son primitivos o plesiomórficos y cuáles son derivados o apomórficos,
cuáles están exentos de homoplasia y cuáles no, cuáles son compartidos y cuáles son
únicos; es requerimiento, además, que de cada carácter se propongan sus estados o
condiciones homólogas, y uno omás eventos de transformación entre dichos estados. Los
caracteres empleados son intrínsecos y usualmente neutrales en términos de contenido
adaptativo; a este respecto, varios autores contemporáneos (p. ej. SOBER, 1993) renuevan
la tesis de Darwin en el sentido de que los caracteres adaptativos no necesariamente
son útiles para reconstrucciones filogenéticas.
Un criterio operativo adicional de la cladística se basa en la parsimonia, entendida
como una regla de inferencia más que un supuesto empírico de la realidad, con base
en la justificación de que al minimizar hipótesis ad hoc de no-homología se maximiza el
poder explicativo de los datos (KLUGE, 2005). Por lo tanto, es la congruencia de los
caracteres y no la cantidad de caracteres la que optimiza la información filogenética.
Al final del análisis, las hipótesis de relaciones filogenéticas se expresan en forma de
diagramas (cladogramas) que representan eventos sucesivos de ramificación a través del
tiempo, a partir de los cuales se extracta la subordinación de unos grupos en otros (Fig.
1 e); los cladogramas no contienen información directa acerca de distancias patrísticas.
El cladograma de la Fig. 1e aporta el mayor contenido de información en cuanto a la
informatividad de los caracteres empleados y a la subordinación de los grupos monofi-
léticos. Sin embargo, no todos los análisis filogenéticos son llevados a la clasificación
derivada de éstos, bien sea por la naturaleza hipotética de éstos, por la falta de resolución
apropiada, o por desinterés del investigador en refinar clasificaciones anteriores.
Varios autores (p. ej. DUPRÉ, 1999) reconocen un conflicto entre algunos de los
principales objetivos en la clasificación (singularidad, predicción, estabilidad, cohesión y
consistencia), ya que es dificil (o para algunos imposible) clasificar taxones en constante
variación, y por lo tanto difícil o imposible recopilar en un único sistema de clasificación
y transmitir la comunicación de información contenida en el sistema. El valor predictivo
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de una clasificación se restringe a aquellos caracteres conocidos en taxones conocidos; no
puede predecir la aparición de nuevos caracteres ni el destino biológico de los taxones
actuales. No obstante, si dicha clasificacion está basada en hipótesis de relaciones
filogenéticas, la clasificación misma se convierte en parte de un proceso hipotético-
deductivo, que paradójicamente busca desestabilización en la medida que se agrega la
necesidad de verificar las hipótesis de parentesco, que están lejos de ser dogmas o leyes
biológicas. Por lo tanto, buscar como resultado final una clasificación biológica basada en
filogenia, implica una contradicción fundamental, lo cual no impide por supuesto, que
dicha clasificación, como producto intermedio, se retroalimente y optimice por medio de
los análisis filogenéticos (por ejemplo, véase Tabla I).
De acuerdo a Eldredge & Cracraft (1980, p. 239), no es apropiado ni recomendable
emplear clasificaciones evolutivas debido a que la estructura lógica de las jerarquías
lineanas y su aplicación en los árboles filogenéticos hace imposible expresar de manera
simultánea tanto las relaciones genealógicas como las similitudes de similitud general;
en seguida, estos autores recomiendan que las clasificaciones deben ser basadas en
cladogramas, para que unas y otros sirvan como sistemas generales de referencia en
biología. Las clasificaciones basadas en cladogramas permiten sintetizar y recuperar
información relacionada con los patrones de diversificación; al mismo tiempo, puede
orientar la búsqueda de los procesos que han causado dicha diversificación, aunque
esto no justifica la importancia desmedida que se le ha querido dar a través de la
cladística de procesos, ya que, como argumenta Brady (1985), el análisis de patrones es
independiente de la teoría evolutiva. Por otra parte, se debe agregar que los métodos
filogenéticos permiten la incorporación de las homoplasias (caracteres ‘imperfectos’ o
‘imperfectamente conocidos’, o que no cumplen rigurosos criterios de homología) y que
debido a la operatividad del método, estos caracteres aportan información parcial pero
‘necesaria’ para incrementar la resolución en los cladogramas; en consecuencia, gran
parte de la clasificación biológica actual construída a partir de cladogramas está basada
en homoplasias o en caracteres cuya homología sigue siendo cuestionable.
3.1 Redes y causalidad
La reticulación complica las agrupaciones tanto táxicas (p. ej. hibridación; Figs. 1 f,
3A) como intraindividuales o transformacionales (p. ej. redes de genes interactuantes;
Fig. 3B; véase más adelante). No obstante, Sattler (1986) reconoce que las redes -más
que las jerarquías- pueden ser una representación más adecuada, aunque más compleja,
de la naturaleza, y que las jerarquías o sistemas circulares o lineares son una versión
simplista y empobrecida de las redes, ya que ignoran algunas relaciones o interacciones.
Por lo tanto, la causalidad seguiría un patrón de redes (causalidad reticulada), en las cuales
se hace difícil o imposible reconocer subordinación (Figs. 1 f, 3). Sattler (1986) reconoce
por lo menos nueve consecuencias de lo que él denomina el pensamiento reticulado, cuatro
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	Capítulos
	La clasificación biológica: de especies a genes 
	Las escuelas modernas de sistemática y la clasificación biológica
	Redes y causalidad

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