Logo Studenta

Filosofia da Biologia - Paulo C Abrantes-69

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

De acuerdo a Mahner & Bunge (1997), tres escuelas marcan la historia del concepto
de especie en la cultura occidental, el idealismo o tipologismo de Platón, el concep-
tualismo de Aristóteles y el nominalismo de Ockham. El idealismo sostiene que (a)
todos los miembros de un taxón determinado comparten ciertas propiedades esenciales
-el eidos, idea o esencia- que definen dicho taxón; (b) la especie se define mediante un
arquetipo, es decir, una idealización o abstracción extraída de todos los miembros que
comparten dichas propiedades esenciales; y (c) los miembros de una especie se asemejan
al arquetipo sólo de manera imperfecta . El esencialismo -muchas veces sinonimizado
con idealismo- perduró hasta la Naturphilosophie de los siglos XVIII y XIX, e implicaba,
a la vez, inmutabilidad en el arquetipo y variabilidad -a manera de imperfección- de
las propiedades accidentales de los organismos de una especie, ya que éstos rara vez son
idénticos entre sí. No obstante, Amundson (2005) reconoce que las ideas pre-científicas
de la especie fueron, más bien, dominadas por el transformismo, y argumenta que el
fijismo fue un descubrimiento ocurrido en el S. XVIII, y que ni el esencialismo ni la tipo-
logía fueron cruciales en los conceptos del fijismo de las especies o en las clasificaciones
naturales.
El conceptualismo, según Mahner & Bunge (1997), sostiene que la especie como
jerarquía taxonómica es un concepto que a la vez es no arbitrario debido a que está
representado por los caracteres que poseen en común los organismos que la conforman,
estos últimos reales.
Finalmente, el nominalismo surge como una reacción al idealismo y con el tiempo
adquiere, segun Mahner & Bunge (1997) dos formas: la tradicional (presente en las
obras de Buffon, Lamarck y Darwin) que sostiene que existen solamente organismos
individuales y que las especies son unicamente convenciones nominales que responden
a razones prácticas; y la contemporánea (neonominalismo), que advoca que las especies son
individuos concretos, reales, no solamente nombres o conceptos (SOBER, 1980, 1993),
además de ser entidades históricas (GHISELIN, 1974, 1981; GRIFFITHS, 1974; HULL,
1976, 1978, 1980, 1988, 1989; WILEY, 1978, 1980, 1981, 1989; KLUGE, 1990, entre otros).
Para el S. XVIII filósofos como Locke ya argumentaban en contra de la lógica aristo-
télica aplicada al concepto de especie y aceptaban que el reconocimiento y los límites
de una especie son producto de la abstracción de la mente humana. Entre tanto, la
definición de especie tuvo una elaboración importante durante el establecimiento del
nominalismo en la época de Linneo. Muchos nominalistas tradicionales eran creacionis-
tas, con lo cual se eludían supuestos acerca de la transmutación de las especies, a las
que consideraban inmutables. Para Linneo (1751), una especie posee un caracter esencial,
el cual es suficiente para distinguirla de sus congéneres. El supuesto de que la esencia
precede a la existencia ha sido suficiente para catalogar a Linneo como esencialista; no
obstante, ésto ha sido cuestionada por autores tales como Mayr (1982), quien cuestiona
el componente tipológico en el Linneo tardío, a juzgar por la exclusión de la frase “nullae
species novae” de la edición de 1766 del Systema Naturae (MAYR, 1982) y por la marginalia
124
que Linneo hiciera en su propia copia de Philosophia Botanica respecto a la famosa frase
“Natura non facit saltus”. Tambien Müller-Wille (1998) argumenta que Linneo aceptó la
variación interindividual — cualquiera que fuese su causa — y reconoció la formulación
de las leyes de generación como factores de permanencia de las especies:
There are as many species, as there were different forms created by the
Infinite Being at the beginning; which afterwards produced more forms,
always similar to themselves according to laws of generation laid into them,
so that we know of nomore species than those which came into being initially.
Therefore, there are as many species, as different forms or structures occur
today, those [forms or structures] rejected, which locality or circumstances
show to be not sufficiently distinct (Varieties) (Linneo, Genera Plantarum,
1737, citado por MÜLLER-WILLE, 1998, p. 116).
A lo largo de su extensa obra, Buffon — contemporáneo y antagonista de Linneo —
elaboró la definición de especie. El primer enunciado de Buffon en relación a la especie
(citado por FARBER, 1972, p. 260) hace referencia a la dificultad de establecer límites de
especies debido a lo gradual de sus diferencias:
Nature progresses by unknown gradations and consequently does not submit
to our absolute divisions when passing by imperceptible nuances, from one
species to another and often from one genus to another. Inevitably there are
a great number of equivocal species and in-between specimens that one does
not know where to place and which throw our general systems into turmoil.
Existen elaboraciones posteriores del concepto de especie en la obra de Buffon:
It is neither the number nor the collectivity of similar individuals that make
the species; it is the constant succession and the uninterrupted renewal of
these individuals that constitute it. . . . Species is, therefore, an abstract and
general word, which describes something that exists only by considering
Nature in the succession of time and the constant destruction and the equally
constant renewal of beings (citado y traducido por ROGER, 1997, p. 314).
Farber (1972, p. 266-267) advierte una aproximación esencialista en Buffon, pero ense-
guida advierte que el esencialismo allí contenido es solo aparente como se demuestra
en la concepción misma que Buffon tenía de su ‘modelo’:
There exists in nature a general prototype in each species upon which all
individuals are molded. The individuals, however, are altered or improved,
depending on the circumstances, in the process of realization. Relative to
certain characteristics, then, there is an irregular appearance in the succession
of individuals, yet at the same time, there is a striking constancy in the species
125

Más contenidos de este tema