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DIRECTOR: Dr. Juan José Tabar Barrios Centro Policlínico Veterinario “Raspeig“ San Vicente. Alicante REDACTOR JEFE: Elena Malmierca DIRECTORES DE LA MONOGRAFIA: Dr. Jaume Camps i Rabadá Pg. de la Bonanova N.° 92 1-1 08017 Barcelona HISTOVET. Montserrat, 9 08192 St. Quirze del Vallès (Barcelona) PRODUCCION EDITORIAL: Fernando Latorre Margolles INFOGRAFIA Y TRATAMIENTO DE IMAGEN: Isabel Velasco Granados MAQUETACION: Beatriz García Martín Isabel Velasco Granados COORDINACION EDITORIAL: MIGUEL ANGEL GARCIA FERNANDEZ CANIS ET FELIS N.° 31 NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA PROGRAMA 1998 N.o 31 (Febrero) NUTRICION CLINICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA Dr. Jaume Camps N.o 32 (Abril) ONCOLOGIA CUTANEA Dres. Jaume Altimira y Miquel Vilafranca N.o 33 (Junio) OFTALMOLOGIA Dr. Manuel Villagrasa N.o 34 (Agosto) DERMATOLOGIA: ALOPECIAS CANINAS Dra. M .a Teresa Verde N.o 35 (Octubre) PATOLOGIA Y CIRUGIA DE LA RODILLA Dr. Juan J. Martínez Galdames N.o 36 (Diciembre) COMPLICACIONES EN OSTEOSINTESIS Dr. Juan P. Zaera Polo Publicación bimestral. Reservados todos los derechos de edición. Se prohíbe la reproducción o transmisión total o parcial del contenido de este número, ya sea por medio electrónico o mecánico, de fotocopia, grabación u otro sistema de reproducción, sin autorización expresa del editor. Tarifa de suscripción anual: Mediante cheque bancario adjunto de 6.015 ptas. Mediante contra reembolso de 6.666 ptas. Ejemplar suelto: 1.560 ptas. (IVAincluido). Empresa periodística núm. 3.725. Depósito legal: M. 1137-1993 ISSN: 1133-2751 Imprime: EGRAF, S.A. Pasaje Virgen de la Alegría, 14 Teléfono 405 15 95. Fax 403 49 07 e-mail: luzan@luzan5.es http://www.luzan5.es 28027 Madrid i CANIS ET FELIS N.° 31 NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES STAFF ÍNDICE DE COLABORADORES EDITORIAL GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN CUADRO RESUMEN DE ALIMENTOS CLÍNICOS Y PALIATIVOS ADAPTADOS A CADA ESPECIE ndice CANIS ET FELIS N.° 31 L p ropósito de esta monografía sobre “Nutrición Clínica o Paliativa Canina y Felina” no es otro que el de intentar agru p a r las alteraciones de diversa índole que pueden y suelen padecer los perros y los gatos, con posibilidad de ser mejoradas o re t r a- sadas por medio de una dietética especial. La exposición, sin embarg o , la adecúo más a situaciones prácticas, sobre la alimentación por vía oral, y difiere, de forma significativa, de las publicadas en libros o de las comunicaciones médicas muy específicas. La base del escrito consiste en comentarios que van dirigidos a los veterinarios clínicos, más que un resumen de “libro” de texto, o que una recopilación de opiniones o bibliografía, por lo que daré sólo unas pin- celadas sobre la parte clínica, que mis compañeros conocen perf e c t a- mente, sólo las necesarias o las más relacionadas con la nutrición y la a l i m e n t a c i ó n . Debido a las dudas que he notado en muchas conversaciones con clíni- cos, ante las diferencias que existen entre las recomendaciones de los ya muchos fabricantes de alimentos clínicos presentes en el mercado español, sí daré unas bases generales sobre dietética, fáciles de recordar y de calcular, y que se adaptan a todo tipo de necesidades y productos. Divido el texto en cinco capítulos de muy diversa extensión. En el primero, unas generalidades sobre Nutrición y alimentación, argu- mentando de la importancia de la segunda, especialmente en lo que se refiere a su puesta en práctica por el cliente. Algo fundamental y básico, y que, con demasiada frecuencia, muchas veces escapa del seguimiento por el clínico, a no ser que los clientes sean muy adictos y muy fieles. Destacaría, insistiendo sobre lo anterior, la gran diferencia del posible “seguimiento” hasta finalizar un tratamiento. No podemos confiar, ni asegu- rarnos, que los clientes vayan a seguir las recomendaciones y prescripciones tal cual se las recomendamos, si ellos tienen en cuenta el coste, la importan- cia y la duración del tratamiento dietético (que suele ser de varias semanas), con sus creencias o suposiciones ancestrales, y además las de sus vecinos, NUTRICION CLINICA O PALIATIVA Y FELINA ditorial i CANIS ET FELIS N.° 31 la lentitud de la mejoría, etc., que dan pie a que los clientes tengan muchas oportunidades de abandonar la dieta, o hacer cambios en la misma. El seguimiento de los pacientes es mucho más regular, y aceptado al cien por cien por el cliente, cuando es de un proceso con prescripción medica- mentosa, o en una situación post-quirúrgica. En el segundo capítulo entro en las necesidades nutricionales, con unas tablas originales y fáciles de re c o rd a r, que pueden facilitar los cálculos a los veterina- rios, y con ellos las convenientes prescripciones. Asimismo describo y comento la tabla del NRC sobre requerimientos nutricionales mínimos, que es la comple- ta, tanto para perros como para gatos, ya que suele ser difícil de hallar en l i b ros, o en escritos, al menos de forma comparativa entre las dos especies. También, lo contrario, señalo los máximos que deben re c i b i r, citando a la vita- mina A y los ratios y niveles de calcio y fósforo, únicos aspectos que enfatizan los ténicos nutricionistas de la FEDIAF, que es la Federación Europea que englo- ba a los fabricantes de alimentos para animales de compañía. El terc e ro es para proponer una base, a decidir en cada caso, de los cambios de necesidades según los factores que influyen sobre requerimientos calóricos, tanto en animales sanos como en los que sufren alguna alteración, o están en algún estado anormal. Con muchos datos, resumen de varios autores especialistas, pero presentado en una forma gráfica para su recorda- torio y fácil consulta. El más importante y extenso es el capítulo que da título al número mono- gráfico, con una lista, aunque puede ser otra, de las alteraciones que pue- den modificarse o prevenirse mediante dietas clínicas o paliativas. La pro- puesta de once temas puede parecer exagerada, pero cubre muchas más necesidades, y hay varias interrelacionadas o con parecida solución. ONCOLOGIA CUTANEA Dr. Jaume Camps y Rabadà Veterinario Nutrólogo i CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i L autor resalta en este capítulo la diferenciación entre Nutrición y Alimentación, recomendando al clínico que asesore a sus clientes para que sigan unas normas correctas de manejo alimentario y que incremente sus conocimientos sobre Nutrición. Una norma básica que se debe seguir a la hora de elegir la alimenta- ción a prescribir es que es más importante que el animal consuma el alimento en la cantidad y el tiempo deseado que la “calidad” y la “formulación” del mismo. En Alimentación deben tenerse en cuenta las relaciones alométricas, que son muy exage- radas en perros, presentando gran diversidad en las curvas de crecimiento. Los gatos, por su diferente evolución y comportamiento, deben considerarse de forma muy diferente a los per ros. Los tres primeros capítulos sirven también de introducción al cuarto (base de la monogra- fía). El último es un cuadro resumen. DR. JAUME CAMPS Y RABADÀ GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN CAPITULO I GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN ES NECESARIO DIFERENCIAR ENTRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN N gaditano uni- versal, menos conocido de lo que se mere c e por su aport a c i ó n a la Agricultura, Ganadería y tam- bién a la Veterinaria, fue el primero en la Historia que trató sobre la nutriciónde los p e rros. (No todo procede del mundo a n g l o s a j ó n ) . La re f e rencia es para Lucio Junio Moderato Columela, que en su “De Re Rustica” del año 42 de nuestra Era, y en la traducción que se hizo en 1824, como “Los diez libros de Agricultura”, cita textualmente, y mantengo la acen- tuación original del facsímil, que a los dos únicos tipos de perros que trata (que describe como molosos o masti- nes), los de guardar la hacienda y los de guardar los re b a ñ o s : “...se ha de dar á corta diferencia el mismo alimento: porque si las here d a- des son de tanta extensión que sosten- gan rebaños de ganados, todos sin dis- tinción se mantienen cómodamente con harina de cebada y suero: pero si la hacienda está plantada de árboles y sin pasto, se han de hartar de pan de escaña ó de trigo, mezclándole sin e m b a rgo caldo de habas cocidas, p e ro tibio”. Es asombroso que estas “fórmulas” fueran pensadas y escritas en uno de los extremos del Imperio Romano, en los mismos ins- tantes que en el otro extremo estaba predicando Jesús de Nazaret. Más asombrosa aún es la técnica de nutrición de estas dos recomendaciones, al representar un aumento del aporte proteico, tanto por el añadido de suero que sería procedente de la elaboración de queso con leche de ovejas y cabras, como por la mezcla del caldo de habas. Con pocas excepciones, estas “recetas” no fuero n mejoradas masivamente hasta bien entrado nuestro siglo. Muchos perros de caza, y rurales, de la actualidad, re c i- ben unos alimentos que no superan a los de Columela... La frase del insigne hispano-romano hace referencia principalmente a “Nutrición”: al describir las composi- ciones de los alimentos, con una base de cereales y una proteica. Se corresponde con la “Alimentación” o manejo, cuando escribe “se han de hartar”, que es casi lo mismo que cuando decimos hoy “ad lib” o “a discreción” y tam- bién cuando especifica que se suministre “tibio”. Con este recordatorio, aparte romper una lanza hacia “los nuestro”, ya será muy fácil diferenciar bien los términos Nutrición y Alimentación. Tienen diverso significado, pues distinguen cosas prácticamente com- plementarias, a pesar de que no son claras las defini- ciones que podemos hallar en diccionarios, y mucho menos las entendidas en conversaciones, donde sue- len confundirse y/o mal interpretarse. Aunque la diferenciación estricta no tenga una base demasiado científica, intentaré separarlas en la prácti- ca, para resaltar mejor la responsabilidad del Veterinario Clínico, en este importante quehacer diario de todos los seres vivos, que es la alimentación, donde quedan, por supuesto, incluidos los perros y los gatos. La nutrición está relacionada con los requeri- mientos del animal, con su fisiologismo y metabolismo, y con las características bioquímicas de los varios nutrientes, por citar algunos, y que conforman los capí- tulos básicos de lo que aprendimos en la Facultad, de lo leído en libros y comunicaciones. NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO I GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN Como nutrición podemos incluir ade- más el estudio de la composición de los ingredientes, la tecnología del pro- ceso de elaboración y, también, los c o n t roles de calidad, los tests de diges- tibilidad y los de palatabilidad, etc. La alimentación se correspon- de más a una acción hacia un indivi- duo, y trata de la cantidad de un ali- mento a darle, cómo dárselo, cuán- do, etc., incluso la temperatura, de requerirse. Aunque la alimentación se relaciona más con funciones en apa- riencia menos científicas que las que tratan sobre nutrición, son, sin embar- go, las ÚNICAS al alcance de los propietarios de perros o de gatos, y, consecuentemente, la recomendación de los veterinarios clínicos debe ir en esta dirección, mucho más realista que la otra. A d rede pondré énfasis en “Alimentación”, ya que es lo que debe atenderse a diario y de forma práctica, y donde se hallan los prin- cipales escollos en cualquier alimen- tación, que se presentan, de forma exagerada, cuando se trata de la ali - mentación clínica o paliativa. “Mejor, y más efectivo, que la “calidad” y que la “formulación” de un alimento clínico, es que el perro o el gato lo consuma, en la cantidad y durante el tiempo necesario”: Miraré, por tanto, de evitar los “rollos” sobre aspectos de nutrición, que ya damos por conocidos, y por- que sólo su resumen ya significaría la totalidad de páginas de esta mono- grafía. Además, aparte los conoci- mientos proverbiales de los que se hacen los alimentos caseros tradicionales (casi peores que los de Columela), los estudios de nutrición, y las recomendaciones, dependen totalmente de los investi- gadores y nutrólogos. Entran, además, otros factores en la nutrición, como la propia evolución socio-política de la actualidad, que tiende hacia un contexto totalmente legislativo y de normalización, con el que llegamos a la unificación de la tecnología, con idénticas normativas, mismos con- troles, y garantías, etc., en todo el mundo occidental, y muy particularmente en la Unión Europea. (Como muestra, un botón: participé en reuniones de técnicos, algunas veces en Bruselas, y en otros lugare s , para adaptar las normativas de la CE de entonces a n u e s t ro país. Duraron los papeleos cinco o más años para su resolución. Un tema, que fue muy discutido, casi batalla campal, sólo para cambiar la palabra “celulosa” del texto original, para las garantías en las etiquetas, por la palabra “fibra” ..., clara muestra de lo exigentes que son los técnicos de cada país miembro ) . MANEJO DE LA ALIMENTACIÓN- ALOMORFISMO EN PERROS En cuanto a manejo de la alimentación, hay muchos pareceres, suposiciones y contradicciones entre los clientes de cualquier clínica. Entiendo perfectamente las dificultades que representa para el profesional vete- rinario lograr que sus clientes cambien las opiniones en aspectos tan tradicionales como es la rutina diaria de la alimentación. Los cambios tradicionales son siempre muy lentos, mucho más en los propietarios de perro o de gato, pero hay que intentarlo. Llevamos mucho tiempo juntos los humanos con los perros. El tener que alimentar a perros es algo que las personas venimos haciendo desde hace 100.000 años o más. Muchos más de los que la paleontología había confirmado hasta el presente. Los primeros restos de “homo”, idénticos a nosotros y con capacidad de raciocionio, hallados, tienen asimismo cien mil años de antigüedad, y serán más, ya que no a p a recerían de golpe. NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO I GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN Por análisis de ADN realizados en n u m e rosas razas de perro y en cánidos s i l v e s t res, muy recientemente (junio- 1997) un equipo internacional, dirigi- do por la Universidad de California, ha c o n f i rmado que los perros sólo tienen como ascendientes a variedades de lobos, y que la “separación”: hacia p e rro ocurrió hará entre 100.000 y 135.000 años... Coincide plenamen- te con nuestros directos ancestro s . Es lógico que existan tradiciones y creencias folk en la alimentación, como en cualquier otra relación, des- pués de tantos miles de años. La adaptación del perro a una dieta tan omnívora como la de las personas debió iniciarse con los primero s lobeznos escogidos. A pesar de esto, debemos desterr a r el gran antro p o m o rfismo que mantene- mos en las pautas de alimentación canina, el mismo que seguimos en la relación y adiestramiento de los perro s , que choca con las reacciones etológi- cas de especies distintas. A pesar del tiempo de re l a c i o n a rnos las dos espe- cies, continuamos siendo “muy” distin- tos... La “educación” de los cachorro s no debe tener las pautas que la re c i b i- da por niños, lo mismo que a los perro s no lessatisface, ni es adecuada, la comida normal de las personas. Algo a p a rentemente tan obvio, y sin embar- go, es una verdadera pared difícil de d e rr i b a r. . . Los perros constituyen la especie ani- mal con mayor polimorfismo de todas las conocidas, silvestres y domésticas. Diversidad que es debida a la influen- cia humana, recogida por la curiosi- dad, que ha seleccionado a perros, no sólo formas y utilidades divergentes, sino con unas dife- renciaciones en su peso o masa, que va desde pesos de adulto de menos de 1 Kg hasta los de más de 80 Kg. Este alomorfismo incide en numerosos aspectos del d e s a rrollo de los perros, especialmente en su etapa de crecimiento, y es curioso el compro b a r, por ejem- plo, la relación inversa entre la duración del periodo de crecimiento con la duración esperada de vida. Hay diferencias de 6 a 1, algo increíble y ni sospe- chado en ninguna otra especie animal, comparando p e rros de raza pequeña con perros de raza grande o gigante. (Hagamos números: los de raza pequeña viven de promedio 12 años y tienen medio año de c recimiento, relación 24:1; en cambio los gigantes con vida esperada de 8 años, como promedio, tie- nen un crecimiento adulto que dura 2 años, re l a c i ó n 4:1) (24:4 = 6). Hay docenas de ejemplos de alometría sobre las que no solemos establecer ninguna prevención o modi- ficación de cuidados o tratamientos. Incluso en cam- bios fisiológicos, aparte anatómicos y de faneros. Por ejemplo, algo que descubrí casualmente hace años, y que está publicado. En la relación entre la superficie gástrica y el peso de los perros existe asimismo una relación de 4 a 1 comparando los pequeños con los gigantes... Es una proporción muy diferenciada, lo que forzosamente debe, o debiera, tener incidencia en el manejo de la alimentación. Relaciones alométricas que el clínico debe tener en cuenta y que suelen minimizarse en la práctica, espe- cialmente cuando se trata de la alimentación. CURVAS DE CRECIMIENTO Las curvas de crecimiento de las cerca de cuatro- cientas razas aceptadas en FCI (F é d é r a t i o n Cynologique Intern a t i o n a l e), desde Yorkies hasta San Bern a rdos, siguen unas normas, con ligeras excepciones, más debidas a manejo que a su pro- grama genético de crecimiento. Por ser imposible re c o rdar cada una de las curvas de crecimiento de todas las razas, propongo un sistema algo más fácil NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO I GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN de re t e n e r, mucho mejor que los extensos cuadros de dosificaciones que suelen ilustrar tanto libros como e t i q u e t a s . El periodo de crecimiento de cual- quier ser vivo es el que va desde su nacimiento hasta alcanzar su peso de adulto. Crecimiento que puede mos- trarse gráficamente en su “Curva de Crecimiento”. Como inicio, podemos compro- bar las diversas curvas de cre c i- miento de dos razas típicas, ni exa- geradamente grande una, ni muy pequeña la otra: el Cocker Inglés y el perro de Pastor Alemán. Uno llega a sus 13 Kg de peso adulto a los 8 meses y el otro a sus 37 Kg a los 16 meses. Queda un tercio de pesos de perro s por debajo, un tercio en medio y uno por encima. El manejo de la alimentación debe seguir las nece- sidades de cada raza, pues no es lo mismo hacer algún cambio o tratamiento a los seis meses en ambos, cuando en el Cocker le falta sólo un 25% de su tiem- po de crecimiento, y un 15% en peso, cuando a los mismos seis meses en el Pastor Alemán aún le falta más del 60% en tiempo y del 25% en peso... En la gráfica original de mi PC he añadido además la línea de llegada a adulto, que con bastante exacti- tud todos los cachorros siguen, de acorde con su peso de adulto (fig. 1). MÍNIMOS CAMBIOS EN GATOS También tenemos al gato como animal de compa- ñía, pero éste no ha cambiado tanto como el perro. NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 1.— Curva crecimiento promedio perro pastor alemán/cocker inglés. CAPITULO I GENERALIDADES SOBRE NUTRICIÓN Y ALIMENTACIÓN Estas mínimas modificaciones son debidas en primer lugar a que el gato es un cazador solitario, que no forma “clanes”, y en segundo, por el hecho de ser mucho más reciente su adaptación a la convivencia con familias humanas. Hace sólo unos 6.000 años que los gatos fueron aceptados por los agricultores del Neolítico, cuando se inició el sedentarismo, con la sociedad ya agrupa- da en poblaciones, y con el almacenamiento de grano de cereales (presencia de roedores...) Representa que hemos tenido dieciséis veces menos tiempo de “contacto” con los gatos que con los perros. Por esto no hemos cambiado demasiado a los gatos, ni en su forma, ni en sus costumbres etológicas, tan dis- tinta a los lobos-perros, ni en sus hábitos alimentarios. Atendiendo a lo anterior, y con el más lógico senti- do común, el manejo de la alimentación de los gatos NO tiene nada que ver con el de los perros. El gato normal, con el tipo y el peso del silvestre, precisa entre 350 y 400 Kcal ME. ¡Cada día! Los gatos silvestres precisan cazar de 12 a 15 “pie- zas” entre ratones y pajarillos, ya que cada uno con- tiene 25 a 30 Kcal, para cubrir sus necesidades. Es un excelente cazador solitario, ya que la caza no es tan fácil. Precisan al día y la noche para conseguirlo, aun- que los supongamos “dormilones”. En gatos domésticos, observados por vídeo para estu- dios etológicos y de conducta alimentaria, se compro b ó que, efectivamente, se acercan a comer y a beber entre 12 y 15 veces a lo largo del día y de la noche. Esto nos indica las pautas de alimentación a s e g u i r, que debe ser “ad lib” o presentándoles el ali- mento en numerosas veces, procurando que no se queden sin comida, ni bebida, durante la noche (figs. 2 y 3). Aquí podríamos entrar a hablar de la basificación de la orina, de alargarse el periodo postprandial, como primera causa de cristalización de ciertos solutos de orina... NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 2. Fig. 3. CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i L valor nutricional de un alimento depende del nivel de nutrientes y de la disponi- bilidad de los mismos. Sin entrar en descripciones pormenorizadas, en este capí- tulo se trata de resaltar los niveles y acciones de la fibra que, sin ser un verdade- ro nutriente, tiene una gran importancia en numerosas dietas paliativas, aunque suele exagerarse su valoración en la práctica. Se presentan, en una sola página, para facilitar la consulta y comparaciones, las dos tablas de requerimientos mínimos de todos los nutrientes para perros y gatos, según el National Research Council. Asimismo son citados los límites máximos que no conviene sobrepasar. Al ser la energía el principal requerimiento nutricional de los alimentos, y al existir contro- versias sobre su valoración, se explica un método sencillo para calcularla y, a la vez, se reco- mienda compararla siempre usando las mismas unidades (Kcal de EM). DR. JAUME CAMPS Y RABADÀ CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES VALOR NUTRICIONAL DEL ALIMENTO L valor nutricional de todo alimento, sea de uso normal o sea paliativo para ciertas altera- ciones, se refiere a dos factore s , s o b re los que basaré este capítulo, y es muy nece- sario que los veterinarios clínicos los tengan en cuenta antes de prescribir unos u otros: * Nivel de nutrientes del alimento. Siempre calculando según el nivel energético, y en unidades compara- bles. * D i s p o n i b i l i d a d de dichos nutrien- tes para los animales, que puede re d u- cirse en el estudio de la digestibilidad de cada uno, y la del conjunto. Nivel de nutrientes El equilibrio nutricional de cual- quier animal depende de si recibe las cantidades, y las pro p o rc i o n e s correctas,de nutrientes de los seis grupos necesarios; productores de energía: grasa, proteína e hidratos de carbono, y los no productores: agua, minerales y vitaminas. La descripción de cada uno de estos nutrientes, y su composición, ya es conocida, y por obvio, sólo se citarán cuando sea necesario en los siguientes apartados. TAMBIÉN LA FIBRA AUNQUE NO SEA UN NUTRIENTE La fibra, tan importante en nutrición, no es un ver- dadero nutriente aunque se valore siempre, y por sepa- rado, sino que, químicamente, forma parte de los H. de C. La fibra (que se llamó celulosa, aunque quími- camente la celulosa es sólo parte de la fibra) se ha paralizado en demasía, incluso en las dietas humanas. No es, sin embargo, un alimento, ni se digiere (al menos los perros y gatos), ni hay requerimientos míni- mos oficiales, ni hay siempre la misma respuesta (varía según cada situación, según la composición de la fibra, e incluso según su estructura), ni se deben extra- polar datos y conocimientos sobre los humanos hacia perros o gatos. Por ejemplo, los canes no disponen en el colon el tipo de microflora que sí disponemos las personas, y por esto no pueden llegar a transformar parte de la fibra en ácidos grasos volátiles, que noso- tros podemos “quemar” y usar. Existen datos publicados, para formulación clínica tanto canina como felina, adaptándola según los datos humanos, lo que parece aumentarle el valor (aunque de forma irreal) a la fibra. Las principales funciones de la fibra son: — Aumenta la retención de agua en el lumen g.i. — Da “lastre” a la masa, que produce cierta sen- sación de saciedad y activa la motilidad del intestino. — Interviene en el grado de absorción y adsorción de los demás nutrientes. Negativamente. — Ayuda en la integridad estructural de la mucosa intestinal. Falta aún mucha investigación clínica para llegar a controlar el tipo y la cantidad de fibra necesarias. Debieron evitarse las citas publicitarias de algún pro- ducto clínico acabado el interés de ser “el mejor, por contener el más alto porcentaje de fibra “dietaria”. Publicidad que puede dar lugar a confusión, al clínico, y especialmente al cliente con un animal con proble- NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES mas, para quien quiere “lo mejor”. (Sólo es un ejemplo hipotético). El clínico debe tener en cuenta los efectos positivos que tienen alimentos con medianamente alto contenido de fibra. Pueden servir: —Como saciante. —Disminuye la ingesta calórica en una dieta de adelgazamiento. —De utilidad en casos de estreñi miento. —En casos de ciertas diarreas. ––En colitis. —Conveniente en hiperlipidemias. Pero sin olvidar que, en relación directa, y sin conocer realmente su composición y textura, un muy alto contenido de fibra: —Reduce significativamente la digestibilidad de la proteína, de la grasa, de la energía y del total de la sustancia seca. —Reduce la absorción de minera- les, de forma selectiva. —Hace más lenta la digestión y la absorción de los carbohidra- tos. —Aumenta el volumen fecal y la frecuencia de las deposiciones. Estos son hechos comprobados, y por tanto no es prudente confiar en que vamos a tener resultados mejores aumentando “en exceso” el contenido de fibra, o el recomendarlo como “norma”. Incluso es más importante la composición, con % de soluble, o la textura. Además el cliente suele dejar muy p ronto de dar estos alimentos “paliati- vos” de muy alta fibra a su perro (que es el paciente) ante los resultados en las deposiciones. Hecho muy “visible” ... NECESIDADES DE NUTRIENTES Los datos señalados como mínimos por el NRC (National Research Council) significan que por debajo de los mismos hay deficiencias nutricionales. Además son estudios realizados en cachorros jóvenes tanto de perro s como de gatos, lo que expresa que cubren las necesi- dades de todos, incluidas las perras y gatas lactando, y basados en dietas purificadas para la más alta digestibi- lidad y disponibilidad, para cachorros. Han sido sensi- blemente mejoradas de las tablas anteriore s . Son los datos que internacionalmente siguen todos los investigadores, y en Europa, además, aprovecha- mos los comentarios, o añadidos, de los técnicos de la FEDIAF (Federación Europea de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía). “Los alimentos normales del mercado cubren en dos veces los mínimos, y en algunos nutrientes inclusive en tres, cuatro y hasta en seis veces. Por tanto, es excep- cional, por no decir imposible, que ocurran deficien- cias, en animales sanos”. Los alimentos clínicos o paliativos tienen una com- posición diferente para atender la especificación de cada uno, pero en la gran mayoría no deberían que- dar por debajo de los mínimos del NRC, especial- mente si se prescriben para un uso de varias semanas. TABLA REQUERIMIENTOS MÍNIMOS EN PERROS Y EN GA TOS SEGUN “NRC” (tabla I) Los datos se re f i e ren al contenido de los diversos nutrientes mínimos que debe contener 1 Kg de ali- mento seco típico, de unas 3.700 Kcal. EM para p e rros, y para uno de 5.000 para gatos. Es la mejor f o rma de comparar, ya que la dosificación por Kg de peso del animal, como es la norma en medica- mentos, no sería práctica en alimentación al entrar tantos nutrientes. De cambiar el nivel energético del alimento, y más NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CACHORROS PERRO 5,0 1,0 - - 10,51 0,5 0,18 0,36 0,58 0,51 0,39 - 0,72 - 0,47 0,15 0,39 - 0,59 0,44 0,04 0,44 0,06 0,09 32,0 3,0 0,6 35,6 5,1 0,1 3.710 404 22 1.250 - 1 2,5 1,1 11 10 0,2 - 0,026 TABLA I NUTRIENTES Grasa % Ácido linoléico % Ác. araquidónico mg/kg Proteína (N x 6,25)% Aminoac. disp. + indispensables % Arginina % Histidina % Isoleucina % Leucina % Lisina % MET + Cistina % Metionina % Fnilal. + Tirosina % Fenilanina % Treonina % Triptófano % Valina % Taurina mg/kg Calcio % Fósforo % Magnesio % Potasio % Sodio % Cloruro % Hierro mg/kg Cobre mg/kg Yodo mg/kg Cinc mg/Kg. Manganeso 50 mg/kg Selenio mg/kg Vitamina A (retinol)UI/kg Vit. D (calciferol)UI/kg Vit. E ( -Tocoferol)UI/kg Colina mg/kg Vit. K (filoquinona) mg/kg Tiamina mg/kg Riboflavina mg/kg B6 (piridoxina) mg/kg Niacina mg/kg Ác. pantoténico mg/kg Ác. fólico mg/kg Biotina mg/kg Vit. B12mg/kg GATITOS - 0,5 200,0 24,0 - 1,0 0,3 0,5 1,2 0,8 0,75 0,4 0,85 0,4 0,7 0,15 0,6 500,0 0,8 0,6 0,04 0,4 0,05 0,19 80,0 5,0 0,35 50,0 5,0 0,1 3.333 500 30 2.400 0,1 5 4 4 40 5 0,8 0,07 0,02 CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES si es en forma húmeda, la necesida- des cambian en la misma proporción. Por las muchas funciones de la tauri- na, FEDIAF recomienda se eleven a 1.000 mg/Kg de alimento seco sobre SS, y a 2.500 mg/Kg sobre SS si es p roducto en lata (sci). Si los ácidos gra- sos esenciales poliinsaturados superan el 4% sobre sustancia seca, los niveles de vitamina E deben aumentarse “sus- tancialmente”. Los mínimos de hierro en c a c h o rros deberían aumentarse a 80 mg/Kg de SS. Además, el NRC re c o- mienda 6.000 UI de vitamina A por Kg de alimento cuando vaya destinado a gatas gestantes y lactantes. Estas cantidades mínimas suelen duplicarse, o más, en la práctica, por seguridad. Los alimentos del merca- do, de calidad, quedan muy aleja- dos de poder ocasionar cualquier deficiencia, y tampoco hay ningún riesgo de sobredosificación. Así por ejemplo, el 10,51% indica- do en proteína en perros es la suma de los aminoácidos dispensables y los indispensables, por lo tanto el doble de p roteína (21%) es suficiente con seguri- dad. La grasa, que citan un mínimo del 5% en perros y ni siquiera la citan en gatos,no sólo se duplica, sino que se llega a multiplicar por seis, en ciert o s casos, al aumentar apetencia y al re d u- cir el volumen de la ingesta, ambos de interés para los momentos de altísimas n e c e s i d a d e s . MÁXIMOS SEGUN FEDIAF (tabla II) Aparte la revisión de los mínimos estudiados por el NRC, la Federación Europea ha publicado asimismo los máximos a consi- derar en la alimentación, datos a partir de los cuales ya pueden, y suelen, existir problemas. Datos que al no estar dirigidos a los clínicos, no han sido demasiado divulgados. Máximos que no debieran jamás ocurrir en la prác- tica, so pena de gravísimo error, en los alimentos están- dar, pero sí que pueden acercarse cuando son usadas dietas clínicas, con los “añadidos” que se prescriben los mismos clientes, especialmente en calcio/fósforo (huesos) y en vitamina A... Aparte existen, por supuesto, las intoxicaciones por productos que no son tenidos como nutrientes, o com- ponentes normales de los alimentos. (Cuando muchos creen todo lo contrario. Los cacho- rros precisan una menor cantidad, pero una mayor exactitud, de calcio en su alimento, y en su relación con el fósforo, que los adultos, y es sumamente fre- cuente el sobrepasar estas cantidades máximas con el simple añadido de un solo hueso). NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i TABLA II Vitamina“A” 350.000 UI/kg de alimento seco (que es 100 veces la cantidad mínima). Ratio: Máximo de calcio/fósforo: — Cachorros y perras lactando 1,5/1 — Perros adultos 2/1 (Más importante la relación que la cantidad). Cantidad máxima de calcio, sobre sustancia seca: — Cachorros y perras lactando 2%. — Perros adultos mantenimiento 3%. MÁXIMOS A NO SOBREPASAR CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES LA NECESIDAD BÁSICA ES EN ENERGÍA La energía, asimismo, no es ningún nutriente, pero es el primordial re q u e r i- miento, junto al oxígeno y el agua. Los animales tienen un re q u e r i- miento energético que cubren al quemar los carbohidratos, pro t e í n a s y grasas ingeridas a diario, en p a rte, o en su totalidad, o la grasa a l m a c e n a d a . La energía se mide en calorías, y aunque es algo muy conocido, exis- ten algunos malentendidos sobre el tema, especialmente en la forma de comparar productos. Por definición, una caloría es la can- tidad de energía calorífica necesaria para aumentar la temperatura de 1 gramo de agua, desde los 26,5 a los 27,5°C. Cantidad que es muy peque- ña, y, en nutrición, normalmente se usa e x p resado en Kilocalorías, para descri- bir requerimientos energéticos de los animales o cuando se especifica en la composición de un alimento. Los animales no son capaces de extraer la totalidad de la energía del alimento, que se denomina bruta. Debido a esto, el contenido energéti- co de un producto puede medirse de varias formas: E B E n e rgía Bruta = Contenido energético de un alimento medido en bomba calorimétrica. ED Energía Digestible = La “EB” menos la energía fecal. E M E n e rgía Metabolizable = La “ED” menos la energía contenida en orina. Existe sólo una forma de facilitar el cálculo, y debiéramos exigirlo, para poder comparar mejor, y sobre todo al ser lo que en realidad aprove- cha el animal. Me refiero a la: EM o Energía Metabolizable (Kcal EM). Deberíamos reclamar que todas las necesidades y composiciones se refirieran a la energía metabolizable. Al aparentar una mayor energía si un producto se expre- sa en los otros términos, existe la tentación comercial de señalar sólo Kilocalorías, sin especificiar, ya que es una cifra mayor, incluso más del 10% que la verdadera EM. P e ro ésta es la que, realmente, el animal utiliza. Las “Kcal EM” (o “ME” cuando se expresan en inglés) se deben determinar mediante ensayos de labo- ratorio, de varios días y repetitivos, en los cuales se miden la EB del alimento que ingiere al animal, luego la EB contenida en las heces, y también la EB conteni- da en la orina, para lo cual son necesarias numerosas jaulas con perros o gatos, y un laboratorio muy espe- cializado. La diferencia entre la EB ingerida, menos la excretada en heces y orina, representada la cantidad de energía que el animal puede disponer. Cuando se indica en un envase el contenido ener- gético de un alimento para animales domésticos, dicho contenido debe ser expresado en kilocalorías de ener- gía metabolizable (Kcal EM). FORMA FÁCIL DE CALCULAR LA ENERGÍA Los clínicos, e incluso los propietarios de perro o gato, que no disponen de los complejos y sofisticados sistemas analíticos, pueden calcular de forma bastante aproximada el valor energético en EM, de cualquier producto, sea un alimento completo del mercado e, igualmente, de algún ingrediente casero, si conocemos su composición. Es una “fórmula” de creación propia, pero es la más sencilla y la más rápida de las conocidas, y en años de controles he podido comprobar que es bastante fiable, al menos para confirmar u orientar las Kcal EM de algún producto sobre el que tengamos alguna duda sobre su valor energético. Podemos estimar cinco niveles de valor calórico NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES (BAREMO) según grado de digestibi- lidad, sobre cualquier producto. Muy alto Con grasa por encima del 25% s o b re sustancia seca, con fibra por debajo del 2% sobre SS, y si es pro- ducto natural (p.e. carne) o si son de lata o extrusionado tipo superpre i m u m , con ingredientes de alta digestibilidad (valor 10). Alto Con grasa entre 15 y 25% sobre SS, fibra alrededor del 2% y produc- tos de alta calidad (valor 9,7). Medio Con grasa entre 10 y 15% y fibra no superior al 3% sobre SS, o los que consideramos son alimentos o ingre- dientes “normales” (valor 9, 4). Bajo Con grasa menor al 9% y fibra en más del 4%, o alimento clínico de baja energía, o los alimentos granu- lados, o los sólo recomendados para mantenimiento, etc. (valor 9,2). Muy bajo Alimentos, o los muy bastos, con menos del 6% de grasa y alto conte- nido de fibra, más del 10% sobre SS (sustancia seca), o los adrede clínicos para una reducción calórica ya impor- tante bajo control clínico) (valor 9) . FÓRMULA PARA CONOCER LAS “Kcal EM” POR Kg DE PRODUCTO Sirve para todos los productos independientemente de su contenido en humedad. Valor máximo de un gramo de GRASA = 9 Kcal EM Valor máximo de 1 g de proteína, o de 1 g de hidratos de carbono sin fibra) = 4 Kcal EM El porcentaje de grasa del producto se multiplica por 9, y la suma de los porcentajes de proteína y de hidrocarbonados lo multiplicamos por 4. El resultado de la suma de ambas cifras multiplica- do por el baremo A, B, C, D, o el E, ya nos da las Kcal EM por Kg del producto. La explicación puede resultar compleja en aparien- cia, pero con un ejemplo sobre un producto hipotético quedará claro y fácil de recordar: “Las garantías señalan, en una etiqueta de unos pre- mios, o snacks, lo siguiente: — Proteína 28%. — Grasa 12%. — Minerales 8%. — Fibra 2%. — Humedad 10%. No nos indica los hidrocarbonados, pero siempre, y está aceptado, es la diferencia de estos nutrientes, a cien. Los datos anteriores suman 60%, por tanto son 40% de hidratos de carbono. 12 grasa x 9 = 108 28 proteína + 40 H. de C = 68 x 4 = 272 Total 380 NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES Es de tipo medio, parece comple- to, y sólo el 28% de las calorías pro- viene de la grasa. Clasificado como MEDIO, del que recordamos su baremo, que es de 9, 4 nos da: “Otro ejemplo, ahora sobre una c a rne, que por análisis (no por tablas, normalmente obsoletas), sabe- mos contiene: — Humedad 50%. 380 x 9,4 = 3.57 Kcal EM por Kg del producto — Grasa 20%. — Proteína27%. — Minerales 2%. ya estimamos 1% de hidrocarbo nados (glucógeno). Por el baremo A, de valor 10, nos da 2.920 Kcal EM/Kg, por lo que descontando humedad es un pro- ducto más energético que los “premios” anteriores, pero contiene una mayor pro p o rción de calorías que pro v i e- nen de la grasa, el 62%, excesivo”. 20 grasa x 9 = 180 27 proteína + 1 H. de C. = 28 x 4 = 112 Total = 292 NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 1.— Necesidades base de los perros ya adultos. CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES NECESIDADES BASE DE PERROS Y GA TOS ADULTOS EN ESTADO NORMAL Mediante los dos gráficos adjuntos pueden advertirse las diferencias de requerimientos en energía según el tamaño de los perros. Por cada kilo- gramo de peso, los muy pequeños casi precisan el doble de energía (ali- mento) que los muy grandes. La diferencia en gatos es mucho menor, por la mayor similitud de pesos, y las disparidades existentes se deben mayormente a las diferen- cias conocidas entre la actividad entre los más ligeros (tipo orientales) y los de mayor peso (tipo Persas) (figs. 1 y 2). Estas son las cantidades estándar en casos promedio. Los veterinarios tienen en los gráficos un punto de par- tida de fácil recordatorio, y se pueden evitar los posi- bles errores de bulto de intentar memorizar grandes cantidades de cifras. REQUERIMIENTOS DE AGUA Al ser el agua el nutriente que se precisa en mayo- res cantidades, siempre debería estar al alcance de los animales, o enfermos, a excepción de cuando sea contraindicado, por ejemplo, en el manejo inicial de una prevención al vómito. Como regla, muy precisa, y ya que tenemos los grá- ficos de necesidades de Kcal EM por Kg de peso, tanto en perros como en gatos, puede anunciar la siguiente regla. NECESIDADES DE AGUA POR KG DE PESO Los perros y los gatos sanos precisan tanto mililitros (cc) de agua por Kg de peso como número de Kcal EM (figs. 1 y 2). Recordemos aquí que, de reducirse la ingesta de NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 2.— Necesidades base de los gatos ya adultos. CAPITULO II NECESIDADES NUTRICIONALES NORMALES agua por la razón que sea (normal- mente por descuido o por desconoci- miento), se produce un incremento de la reabsorción renal, y consecuente- mente existe una concentración de solutos en la orina. Los gatos tienen mayor facilidad para esta concentra- ción que los perros. DISPONIBILIDAD DE LOS NUTRIENTES Hemos visto la importancia de cal- cular la energía en su valor metabóli- co, preámbulo de todo el apartado de comparaciones energéticas, tan necesarias para hacer una correcta prescripción. El grado de disponibilidad de los diversos nutrientes es la segunda base para conocer el valor nutricional de un alimento. Este grado de disponibilidad de nutrientes por parte del animal, de un alimento dado, es lo que llamamos digestibilidad. El NRC ha dictado un valor mínimo de digestibilidad, que es del 75%, que ha de satisfacer cual- quier alimento para poder garantizar una nutrición completa y equilibrada durante toda la vida de los animales. Va l o res, sin embargo, que han de demostrarse. Sólo las empresas muy i m p o rtantes son quienes realizan ver- d a d e ros tests de digestibilidad a ingre- dientes y productos acabados. Por ello, la garantía y la confianza que cada una debe re p resentar y avalar. Los estudios de digestibilidad duran 14 días, cuatro en control. Cada día en control se recoge infro- mación sobre: — Cantidad total de alimento (g) consumido por animal. — Análisis químico completo del producto: hume- dad, grasa, proteína, fibra, minerales, calcio, fósforo y otros en casos especiales. — Cantidad total de heces producidas y recogidas (g). — Análisis químico de la materia fecal: a los mis- mos nutrientes que en el producto) — Cálculos matemáticos para relacionar las cantida- des de cada nutriente ingerido y el excretado en heces, para ver el porcentaje de digestibilidad de cada uno, del total y de la sustancia seca. Como puede comprobarse, son necesarias varias docenas de análisis, por cada producto, y perro o gato, y para confirmación entran en el test varios ani- males y se realizan varias repeticiones. Como ejem- plo, unos datos obtenidos en la Fac. de Zaragoza, sobre diversos productos de la “gama alta”, en los principales nutrientes, dieron de promedio: P o rcentajes que cito por dos motivos: el primero, para a l e rtar de aquellos datos de productos nombrados como de “super alta digestibilidad” comparándolos con ali- mentos estándar, cuando en la práctica son cifras muy c o n c retas, muy altas y sin “enormes” difere n c i a s . En segundo lugar, para hacer la observación sobre la digestibilidad de los hidratos de carbono, a veces denostados o subvalorados, ya que cuando reciben los modernos procesados térmicos y de alta presión, que ya hoy día son norma en los alimentos de calidad, tienen una excelente digestibilidad, tan alta como las grasas, y superando incluso a las proteínas. Porcentaje digestibilidad Proteína entre 82 y 89%. Grasa entre 87 y 94%. H. de C. entre 87 y 94% NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i E presentan en este capítulo en forma de cuadros gráficos las necesidades de perros y gatos sanos en sus diversas situaciones, actividades o entorno. Una situación que crea frecuentes problemas a criadores profesionales, o a parti- culares, es el seguir un buen manejo de la alimentación durante la fase de repro- ducción. Con parecido grafismo se exponen las disminuciones e incrementos que existen en situaciones anormales, con un baremo para multiplicar cada situación sobre los datos base normales. DR. J AUME CAMPS Y RABADÀ Raza Peso Kcal EM/Kg Necesidades por perro a) Cocker I. 13 x 73 = 949 Kcal EM b) P. Alemán 37 x 60 = 2.220 Kcal EM GRAMOS POR DÍA SEGÚN TIPO DE ALIMENTOS*: Alimentos: Bajo Estándar Super Premium Lata Necesidades Kcal 3.300 3.900 4.400 1.100 a) 949 Kcal = 287 g 243 g 216 g 863 g b) 2.220 Kcal = 672 g 570 g 505 g 2.020 g CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES FA C TORES QUE INFLUYEN SOBRE LOS REQUERIMIENTOS — IFERENCIAS sobre tamaño razas. — Según entorno y actividad. — Estado fisiológi- co-reproductivo. — Situaciones anor- males. Diferencias sobre tamaños de las razas En el capítulo anterior señalaba las diferencias de las necesidades calóri- cas según las diferencias de tamaño de las razas. Datos muy significati- vos. Pasar de las necesidades BASE, señaladas en Kcal EM por Kg de peso del animal, sea perro o gato, a necesidad, o cantidad de alimento a suministrar, ya es una simple regla de tres, según las Kcal EM que tenga el producto. Como ejemplo de consumos escojo a las dos razas anteriormente citadas, el Pastor Alemán y el Cocker Inglés, para comparar sus necesidades calóricas Base, en gramos de alimentos del mercado (tabla I). Según entorno y actividad La gran mayoría de perros, al no habitar “siempre” al exterior, y no sufrir las inclemencias del tiempo, ni los cambios de temperatura estival-invernal, los consumos por el entorno no suelen considerarse. No es, por tanto, interesante el proponer a los clientes de clínicas que “aumenten” la ingesta de sus perros durante el invierno, ya que, por ser mucho más común el hallar a NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i TABLA I *En la práctica las cifras se redondean, y llegan a darse según volumen, pero es conveniente pesar las cantidades de tarde en tarde, para asegurar una ingesta justa CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i perros con sobrepeso, sería mejor proponerlesque “disminuyan” la can- tidad a ingerir durante la época de calor. Las excepciones son los perros nór- dicos, u otros, usados en el deporte de trineo en la nieve, o mushing, con hábitat en zona de alta montaña y frecuentes entrenamientos y asistencia a competiciones, a 20°C bajo cero, que les exige un consumo de Kcal para mantener la temperatura corpo- ral. Puede alcanzar un incremento del 10%, o algo más, comparando con las necesidades base. Pero al ser mucho mayor el gasto por el gran esfuerzo físico (300%), el total ingeri- do es lo que cuenta. No existen perros, ni gatos, sanos que estén en absoluto reposo, por lo que las necesidades Base ya se entiende que son para perros y gatos que tienen una actividad normal. A partir de que les vayamos aumentando el ejercicio, en forma gradual irán aumen- tando las necesidades. Aquí entra el “ojo clínico” del profesional y especialmente la báscula. Es imprescindible, para asegurarnos que les cubri- mos las necesidades, el comprobar que no existen cambios en el peso corporal. Pesadas que debemos recomendar a todos los poseedores de perros con altas actividades, como deportes varios, entre n a- mientos de guarda, con ataque-defensa, pastore s , p e rros cazadores, de carreras, hasta llegar a los de mushing. Los aumentos de peso, o la disminución, deben alert a rn o s . Las diferencias de consumos van desde multiplicar las cantidades Base por 1,25 y hasta 1,75 en perros CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES con ya cierta actividad, para alcan- zar un máximo de multiplicar por tres el consumo Base, en los perros de tri- neo (fig. 1). Las mayores necesidades en pro t e í- na, en calcio, en vit. D y en micro n u- trientes (que son necesarios para evi- tar a estos atletas la acidosis láctica i n t r a m u s c u l a r, y la osteofibrosis típica de los perros deportivos) ya vienen c u b i e rtas, con alimentos completos de calidad, al ir aumentando la ingesta de los mismos. Por ejemplo, un perro Pointer, de 27 Kg, según las necesidades base estimamos que precisa 4 g diarios de calcio, y nos dicen, o leemos, que son “vitales” los 6 g de calcio cuan- do está en periodo de caza. Ello no implica que le debamos aumentar la “proporción” de calcio, al incremen- tar la ingesta del mismo alimento, en una relación de 1,5 veces, que es idéntica a la recomendada de calcio. Lo mismo puede decirse de todos los demás nutrientes. De añadirle el Ca, en realidad lo que conseguiríamos sería reducir la proporción de los demás nutrientes. Los mismos argumentos sirven para las distintas necesidades según momentos fisiológicos, como perras o gatas gestantes y lactantes, cachorros en crecimiento, etc. Estado fisiológico-reproductivo Las necesidades durante la fase de crecimiento de los cachorros seguirí- an una misma pro p o rc i o n a l i d a d según tamaño de la raza y momento de su crecimiento, y recordemos las grandes variaciones alomórficas, lo que obligaría a unos cuadros complejísimos, por las muchas variables. En el crecimiento, siguiendo la base de lo que pre- cisa de energía por Kg de peso una vez adulto (fig. 1 del Cap. II), en gatos no es tan necesario, nos referi- remos al momento de alcanzar determinados porcen- tajes de su peso adulto, así sirve lo mismo para un Yorky que pesa 2 Kg de adulto y su curva de creci- miento es de sólo cinco meses, que para un Mastín del Pirineo, que pesa 70 Kg de adulto y tarda 24 meses en alcanzar su peso de adulto. En el gráfico adjunto señalo las normativas de la F E D I A F, con pequeñas modificaciones o comple- mentos citados por el Prof. R. Wolter (fig. 1). Un programa propio que vengo recomendado, y están siguiendo muchos criadores, fácil de recordar y más acorde con las necesidades, es el siguiente: “Programa perros en c r e c i m i e n t o ” Dar el alimento a discreción a los cachorros de perro hasta que alcancen el 60% del peso adulto. Después darles la misma cantidad que les pertocaría calculando su peso de adulto” (fig. 2). Las señales verticales indican cuándo alcanzan el 60% del peso adulto y cuándo llegan al mismo. En las perras durante la reproducción las necesida- des son también muy variables, mucho más de lo que criadores y aún más los aficionados sospechan. He leído frecuentemente, en libros y en comunica- ciones, la recomendación de que a las perras lactan- do hay que darles doble o triple cantidad de proteína, o de algún aminoácido en concreto, o de calcio, o de hierro, etc., que cuando están vacías. Estas recomendaciones, así expuestas, producen confusión a los profesionales, y pueden convencerles a que introduzcan cambios o hagan sugerencias de suplementación, totalmente erróneas, e incluso peligro- sas. La energía es necesaria en todos los procesos del organismo. En realidad tanto perros como gatos sanos NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES comen, con buen manejo de la ali- mentación, para cubrir las necesida- des de energía. Consecuentemente la ingesta de los diversos nutrientes está relacionada con la cantidad de ali- mento consumido. Si necesitan “doble” de algún nutriente, o de todos, la naturaleza ya ha previsto que consuma el “doble” de todo, por la necesidad en energía, aun usando el mismo alimento. En la figura 3 puede observarse la diferente ingesta según la época de gestante o de lactante. Sólo dos comentarios complemen- tarios: el beneficio de hacer un flus - hing para aumentar el número de óvu- los de posible fecundación, que consiste en aumentar en un 25% la ración normal justo al inicio del celo, y hasta el día de la monta o siguientes. Con dos sema- nas del pequeño aumento en la cantidad de alimento ya es suficiente, y compensa sobradamente por la mayor producción de cachorros. El otro comentario es advertir de la gran cantidad de alimento que va a precisar una perra amamantan- do a una gran camada. Llega a ser tres veces y media superior, e incluso más, a su consumo habitual. Por desconocimiento de este aumento, son muchos los cria- dores y aficionados que, si bien dan una mayor canti- dad, pero sin cubrir lo necesario, o hasta, en algunos casos, es frecuente el dejarles el alimento o discreción. En una gran mayoría de lactaciones, más con las de camadas grandes, la perra no recibe suficiente canti- dad. Incluso los que reciben el alimento a discreción. NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 1.— Coeficiente según necesidades múltiples de mínimo a máximo CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES En muchas se deben forzar las inges- tas con distintos “trucos”: mediante alimentos más energéticos; humede- ciéndoles el alimento con agua tibia; distribuyendo el alimento en mayor número de veces a lo largo del día; y, en último extremo, aderezándolo con algo sabroso y apetente, como carne grasa pasada por sartén, en cantidades que no afecten al equili- brio de la ración, p.e. un máximo del 10%. No se consiguen beneficios inten- tando suplementar con aquellos nutrientes consideradas “especiales” como lisina, o metionina, o calcio, o vitaminas. O pastillas “milagrosas”. Suele ser un fre- cuente error en la práctica, que les perjudica en vez de significarles una mejora. Si no logramos que la perra consuma lo suficiente, significa que gasta más energía y nutrientes en la pro- ducción láctea de la que ingiere, y, consecuentemen- te, hay pérdida de peso, retrasándose mucho la recu- peración. Hecho que para aquellos criadores que desean presentar a la perra en alguna exposición cani- na les puede representar la pérdida de importantes puntos para hacerla campeona... En la figura 3 “Evolución de los requerimientos en perras gestantes y lactantes”, puede observarse lo anteriormente citado en forma de una curva, advirtien-do que el punto de máxima lactación puede ser inclu- NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 2.— Curvas consumos (g/día) alimento AD LIB hasta 60% peso adulto. CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES so superior a 350, considerando como 100 el consumo normal. Situaciones anormales Llegamos a necesidades en casos especiales, que por el objetivo de esta monografía merecen un nuevo subcapítulo. Necesidades energéticas en hipo y en hipermetabolismo Las necesidades reales de energ í a , NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 3. CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES en animales que sufren situaciones que les llevan a incrementos o re d u c c i o n e s del metabolismo, no son muy conoci- das, a pesar de que Hipócrates ya a d v i rtiera sobre los cuidados nutriciona- les que re q u i e ren los animales enfer- mos. Los estudios actuales se basan en comparaciones con datos complejos realizados en personas, y mucho en la práctica clínica y de hospitalización, así como en comparaciones con las necesidades de los animales sanos. Los animales en coma, en parálisis, con caquexia aguda, inactivos sin trau- ma, hipotiroides, moribundos, etc. están en fase de hipo- m e t a b o l i s m o . Por el contrario, y sólo es una pincelada, los ani- males bajo fuerte estrés, especialmente si hay trau- ma, mucho más si hay sepsis, y en muchas enferm e- dades, en oncología, están en fase de hiperm e t a b o- l i s m o . Exclusivamente, y en forma de un gráfico para hacer una comparación visual, presento un re s u m e n de varios autores, para que sirva para cotejar con las necesidades base de los perros y gatos sanos, e x p resado en parecidos grafismos. Cada caso, sin e m b a rgo, será debidamente contrastado y decidi- do por el veterinario clínico responsable (fig. 4). NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 3.— Evolución de los requerimientos perras gestantes y lactantes. CAPITULO III NECESIDADES SEGÚN GASTO Y SEGÚN ALTERACIONES NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 4.— Necesidades incrementadas o disminuidas en situaciones anorm a l e s . CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i DR. JAUME CAMPS Y RABADÀ S el capítulo que da lugar al título de la monografía. Evitando descripciones clíni- cas en las que los especialistas son mucho más técnicos, se presentan once sub- capítulos que pueden englobar a los once o doce alimentos paliativos o clínicos del mercado, aunque pueden ser más o menos en el futuro. Cada grupo de alte- raciones, o problema individual, tiene una introducción etiológica para, acto seguido, recomendar el tratamiento dietético paliativo. El primer subcapítulo, sobre “Suplementación de Calcio y Fósforo”, es el que mayor libertad de orden tiene, reconocien- do que es el tema donde suelen existir más dudas y posiciones encontradas. El resto de temas, ya de manera más concreta, son tratados de forma práctica incluyendo unas generalidades de las características de los alimentos paliativos. CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS Sitúo un breve capítulo sobre el Calcio y Fósforo en el primer lugar de la lista, debido a la importancia del c o rrecto ratio entre ambos minerales, de las cantidades mínimas y máximas, y de las relaciones con otros nutrientes y según diversas situaciones. Lo titulo “suplementación” del Calcio y Fósforo, para comentar e intentar contrarrestar las cre e n c i a s erróneas, y las suposiciones, sobre la complementación, más que intentar resumir datos de las interrelaciones hormonales, y con otros micronutrien- tes, o sobre las alteraciones patológicas, por exceso o por defecto, ya muy conocidas por todos los clínicos. Podríamos clasificar la alimentación de los perros en tres posibles situaciones, en relación con la ingesta de Calcio y Fósforo, y su ratio. Las tres muy frecuentes en la práctica: a) Deficientes en calcio Perros que se alimentan exclusivamente, o en gran parte, con sobras de mesa, o con dietas caseras (de libro...) a base de productos y subproductos cárnicos, junto con una base de arroz o de pasta, o restos de pan y bollería, con un aporte de ciertos vegetales, como guisantes, zanahoria, etc. Sin más que un “corrector” con vitaminas, o un par de pastillas de Ca, o nada. Censo bastante alto. b) Buena relación Ca/P y en cantidad Perros que son alimentados exclusivamente con ali- mentos preparados completos y equilibrados. Con un máximo del 10% de restos de mesa, o “snacks”, de darse. El porcentaje de este grupo es más reducido de lo que se supone, aunque en incremento. c) Con gran exceso Perros alimentados con alimentos varios, incluso equilibrados, pero con añadidos de carcasas de pollo, o de frecuentes huesos naturales, con la excusa de que con “su” alimento preferido, que les ayuda a crecer, y, además, les limpia los dientes, y les aumen- ta el poder de la mordida... Son la gran mayoría. Esta es la situación real, y en las :”anamnesis” de los clínicos, para conocer lo consumido por los pacien- tes, hay que insistir mucho para conocer los datos de forma objetiva, especialmente cuando el cliente no da importancia a estos añadidos y complementos, por conocidos y por ser aceptados ancestralmente. (He vivido casos muy curiosos, y comento uno por NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 1.— Raquitismo con deform a c i o- nes nodosas y plantigradismo (A. Prats). 1. SUPLEMENTACIÓN DE CALCIO Y FÓSFORO CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS sermuy explícito. Un cliente, con un cachorro de cinco meses, de raza Mastino Napolitano de gran valor, me indicó que tenía problemas de osificación, y sospechaba era debido a falta de Ca en el alimento que le daba, incluso solicitaba a su veteri- nario análisis de calcemia mensuales, que dijo estaban algunos por debajo de lo esperado. Al final me comentó, creyendo era lo más lógico, que a su gran cacho- rro le daba, además, un “hueso de rodilla” cada día (unos 300 g). El problema era por exceso de Ca y no por defecto, y además reducía el aporte de albúminas. En los casos graves de ingesta excesiva de Ca, con reducción pro- teica, en cachorros, hay alteraciones hormonales y el nivel de calcemia puede estar por debajo de la norma...). Alimentación deficiente en Ca/P Estos perros son los únicos con déficit en Calcio y Fósforo, e incluso con ratio anormal, inverso, lo que aún es peor. Haciendo una mezcla, en cual- quier pro p o rción imaginable, con los i n g redientes indicados en la form u l a- ción, con carne o subproductos, sin huesos, con cualquiera de los hidro- carbonados, incluso con vegetales c a ros, por su composición natural, sólo se llega al 0,1% de Ca sobre SS, y al 0,6% de P. Relación 0; 17/1. El resultado es siempre un ratio de Ca/P invertido, gravísimo y es e n o rmemente insuficiente en Calcio. Además aún puede agravarse por el aporte de F ó s f o ro en forma fítica de los cereales, o por el ácido oxálico frecuente en los vegetales verd e s . . . H i p e rfosfatemia que se traduce en un hiperparatiro i- dismo de consecuencias conocidas, graves y fre- cuentes (tabla I). R e c o rdemos los mínimos (mínimos), de Ca y P, que se indican en las tablas del NRC, que son del 0,6 y dl 0,45% respectivamente. El doble como seguridad nos da: NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 2.— Alteraciones óseas graves en gato viejo por la osteo- p o rosis sufrida en su estado juvenil (A. Prats). Fig. 3.— Osteoporosis con incurvación de las diáfisis y cort i c a- les finas (A. Prats). CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOSALIMENTOS PALIATIVOS Complementación con pastillas Ejemplo: un perro o un cachorro , que consuma 600 g de alimento, si es equilibrado, asegurando las necesida- des, recibiría diariamente las cifras s u p e r i o res de la resta que detallo segui- damente. El restando señalado debajo son las que recibiría de consumir la fór- mula casera, a cualquier mezcla. La d i f e rencia entre las necesidades y lo ingerido es muy grande: Para suplementar esta deficiencia mediante pastillas de 100 mg de Ca y 30 mg de P serían precisas nada menos que: P recisa 7,2 g de Ca y 5,4 g de P Casera 0,6 g de Ca y 3,6 g de P Falta: 6,6 g de Ca y 1,8 g de P Necesidades = 1,2% Ca y 0,9% P ¡Sesenta y seis pastillas, diariamente! Queda claro e la imposibilidad de tal dosificación, que debería recibir un perro del tamaño de un Pastor Alemán, o un cachorro joven de unos 20 Kg de cual- quier raza. ¡Cada día! El hecho de comentar esta cantidad de pastillas, y la crítica que representa, causó estupor en la comuni- cación que presenté en el 13 Congreso Mundial de WSAVA, en 1988, pero nada hay tan exacto e indis- cutible como los datos matemáticos, que no son fruto de opiniones subjetivas o de estimaciones. Son frecuentes aún las prescripciones de pastillas de Calcio, pero, en los casos de tal desequilibrio, hay que decidir otra forma de suplementación. Con huesos a dosis adecuadas, por esto he señalado una compo- sición media, o, con fosfato tricálcico, o, lo que es mejor, recomendado el uso exclusivo de un alimento completo equilibrado. Para quien desee seguir con la norma de calcular las necesidades por Kg de peso del animal, recorda- mos la regla de Meyer, que es: “100 mg de Ca y 85 mg de P por Kg de peso y día” NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i TABLA I Ejemplo de composición (datos del NRC) Porcentaje sobre sustancia seca Arroz en grano Trigo (pan/pasta) Carne fresca Hígado fresco cerdo Tripa de vacuno Guisantes Huesos Ca 0,07 0,03 0,07 0,04 0,44 0,17 25,0 P 0,32 0,20 1,06 1,22 0,40 0,33 11,0 CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS Cantidades que dan un resultado final muy parecido a las cantidades relacionadas por Kg de alimento seco, de un contenido calórico están- dar. La relación sobre alimento, creo, es más fácil de calcular (se cita en las etiquetas) y de asegurar. El hecho de que hoy día sean tan poco frecuentes las alteraciones que tendrían que ocurrir por el desequili- brio de las raciones, con ratio inverti- do y con gran falta de Calcio, como el raquitismo y la osteomalacia, sólo tienen la explicación en el consumo de huesos o espinas que los canes hallan en aceras y parques, o buscan en cubos de la basura... o lo que les da cada miembro de la familia a escondidas... Alimentos con buena relación Las raciones equilibradas no tienen ninguna contraindicación, pues cum- plen con el doble de las necesidades mínimas en Ca y en P, aparte el supe- rior equilibrio en los aminoácidos indispensable para formar la osteína, las muy relacionadas vitaminas, espe- cialmente la D, y también en los otros minerales y microminerales que asi- mismo influyen en que los perros y gatos normales tengan un sano creci- miento, y buen mantenimiento, de sus estructuras óseas. “Los alimentos bien equilibrados no deberían contener más del 1,6% de Calcio para perros, ni más del 1,8% para gatos, sobre sustancia seca, y es obligado que el Ca man- tenga una buena relación con el P (1,5 a 1,2/1). No hay necesidad de hacer diferencias entre razas o tamaños, y no hay ventajas en cambios”. (Dr. Robert K. Mohrm a n ) . Alimentos con gran exceso de Ca/P Considero que las raciones con sobredosificación son las más comunes, y, por ello, los riesgos de pade- cer ciertas osteopatías hipertrofiantes, per se, sino que, además, este exceso altera las relaciones hormonales, con hipotiroidismo y con hipercalcitonismo, con pro- blemas iniciales que los poseedores de perros suelen confundir, precisamente, como “falta de calcio...”. La alta sobredosificación de Ca y P, aun pudiendo estar más o menos con su ratio aceptable, influye muchísimo en casos de sobredosificaciones, que se tra- ducen en malos aplomos, y en un menor crecimiento al esperado. Muy frecuente en los perros de gran talla. La alta dosificación de estos minerales, y de otro s nutrientes, tiene una relación directa con los efectos de las displasias, y pueden empeorarlas significativamente en aquellos individuos genéticamente predispuestos. El exceso de Ca suele ocasionar deficiencias de cinc. No digamos del riesgo de mineralización de las válvulas c a rdiacas, o de la aorta, en la pelvis renal, etc. Incluso puede ser el origen de ataxias por estenosis (Wobler S.) que comprimen la médula o un haz de nerv i o s . Es muy frecuente, y mucho más en perros gigantes, la creencia de que “al crecer más rápido” necesitan estos suplementos ad lib. En realidad, y causa sorpresa cuando se cita a cria- dores y poseedores de perros de más de 75 cm de altura a la cruz y de peso superior a los 60 Kg, debe- mos insistir advirtiéndoles que los molosos crecen len- tamente, si lo relacionamos con el tiempo que tardan en alcanzar el peso de adultos. Cuatro veces más len- tamente que los perros muy pequeños. La “rapidez” está enlazada con el factor tiempo y no con el factor cantidad. Veamos lo que normalmente consumen, sólo de Ca, con estas raciones con gran exceso.Hhago los cálcu- los para 1 Kg de S.S. (tabla II). F ó rmula real y frecuente, pues 200 g de hueso en rela- NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS ción a un total de 1,6 Kg de mezcla es considerado normal por criadores y poseedores de perros, e incluso es sobrepasado con frecuencia, y más aún si les dan carcasas de pollo como ingrediente base. Significa que les dan tres veces más de la cantidad óptima, aunque man- tenga un ratio con el P bastante norm a l . El máximo de Ca que FEDIAF re c o- mienda no sobrepasar son los 20 g por Kg de SS en alimentos para cacho- rros, perras gestantes y lactantes, o los 30 para adultos en mantenimiento. La solución única, pues no hay otra, es reducir la cantidad de huesos en la ración. Si los exigen como jue- gos y como fortalecimiento de la den- tadura, pueden recomendarse huesos de cuero o sintéticos. Existe una gran necesidad educacional hacia los criadores y poseedores de perros, menos en los de gatos, por parte de los veterinarios clínicos, explicán- doles las necesidades y forma de suplementar, y ade- más todo el proceso metabólico de los minerales, y su importancia en el crecimiento de todos los huesos, incluyendo el rol de las principales hormonas (HPT, cal- citonina y la vitamina D). Por la “imagen” positiva del calcio, incluso para las personas, se suele abusar en las publicidades, p a reciendo que cuanto más calcio, mejor, especial- mente en cachorros. En realidad el añadido de más calcio re p resenta reducir el coste del alimento. Es el i n g rediente más barato... ¡Sólo debe formularse la mejor cantidad y su óptimo ratio con los demás n u t r i e n t e s ! En las recomendaciones de FEDIAF de máximos no citan a la vitamina D, aunque suele ir, más o menos en cantidades de UI del 10% comparando con la vita- NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i TABLA II Ingredientes Frescos Carne Tripa Pan seco Guisantes Hueso TOTAL Gramos 400 300 500 200 200 1.600 Gramos SS 200 130 450 70 150 1.000 X X X X X = = = = = Calcio % 0,07 0,44 0,03 0,17 25,00 g Total 0,14 0,57 0,14 0,12 37,50 38,47 Necesidades óptimas en 1.000 g (1,2% – 12,00 Sobran 26,47 g CAPITULOIV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS mina A. El máximo de vitamina A es de 300.000 UI por Kg de alimento seco (de 3.700 Kcal EM). Existe asimismo una relación con la osificación por parte de la vit D, cuyo exceso aumenta la absorc i ó n de Ca, con las consecuencias ya c i t a d a s . El exceso de vitamina A produce una toxicidad, muy frecuente en gatos alimentados exclusivamente, y duran- te largo tiempo, con hígado crudo. Les inicia el problema con hipereste- sia en cuello, y con cojeras, hasta lle- gar a producirles la típica “espondi- losis deformante cervical” debido a exóstosis de las vértebras cervicales y de las principales articulaciones, que llega hasta anquilosamiento y muerte (figs. 4 y 5, de neoformaciones óseas en gatos por exceso de vit. A. Fotos de las clínicas “Canis” de Girona y “Rocaberti” de Barcelona). En los últimos años los animales de compañía viven más tiempo, debido a la mejora apreciable de los cui- dados en general, y especialmente por la mayor sensibi- lidad de los propietarios evitando precoces eutanasias. El porcentaje de animales, perros y gatos, que con- forman el colectivo geriátrico va aumentando, y por el número y complejidad ya puede aceptarse el concep- tuarlo como verdadera especialidad. ETIOLOGÍA El envejecimiento es un proceso normal dentro de la iología de todo ser vivo, que se inicia en el mismo momento de la fecundación. Al no ser un proceso pato- lógico per se no existe una “medicación” ni alimentación paliativa generalizada, sino que es todo un conjunto de medidas dirigidas hacia la particular pro b l e m á t i c a . A partir de un momento determinado, en cada indi- viduo hay un inicio de alguna alteración, debido a la disminución de las defensas (inmunodeficiencia), de la capacidad de recuperación y de compensación, que NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 4. F i g . 5 . 2. G E R I ATRÍA EN PERROS Y GATOS (OBESOS O NO) CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS da lugar a otras alteraciones. Por ello la etiología deberá corresponderse con cada enfermedad, que debe tra- tarse acorde, y la mejora posible a través de la dieta debe ir hacia los más comunes problemas de los perros y gatos geriátricos. En los animales de compañía, y como estimación, podemos considerar se inician como “viejos” a partir del momento en que alcanzan su último c u a rto de vida esperada, aunque con grandes variables. Recordemos la cita del capítulo A, sobre el gran alomorf i s- mo en las razas de perros. Además todos los factores constitucionales del individuo (distinto incluso en herm a n o s de la misma camada), como todos los f a c t o res ambientales en que ha vivido (de aquí la intervención del buen mane- jo y confort en que los tengamos), influ- yen en avanzar o retrasar el inicio de considerarlos geriátricos. Ejemplo de inicio geriátrico en años (tabla III). Ver la figura 6 donde he añadido, además de la duración de la fase geriátrica, la pro p o rción tan diversa de la duración de la fase de cachorro . No es real la cita de que un año en los perros significa siete en las per- sonas. Cada caso es diferente y hay mucha relación con los pesos. A mayor tamaño de la raza, como norma, la esperaza de vida es más corta. En el dibujo, tipo cómic, de un perro de raza mediana, puede ade- cuarse la proporcionalidad con la vida esperada de las personas. Los primeros signos de envejeci- miento son: — Cambios en el peso corporal, aumento de la grasa y disminución de la masa muscular. — Dificultades de locomoción. — Cambios en la capacidad auditiva o visual. — Modificaciones en piel y pelo. NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i TABLA III Ejemplo de inicio geriátrico en años Perros gigantes Perros grandes Perros medianos Perros pequeños Gatos Inicio/años 6 8 9 10 11 Esperanza de vida 8 10 12 14 15 CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS — Cambios en los hábitos urina- rios o intestinales. — Halitosis, con trastornos denta- les o gingivales. — Disminución de la función hepá- tica y reproductora. — Les cuesta conciliar el sueño. — Se vuelven irritables. Los cambios, so pena de patolo- gías concretas, son graduales, ya que la mayoría de afecciones son c r ó n i c a s . Las enfermedades geriátricas más comunes, según J. D. Hoskins (1995), en perros y gatos son las s i g u i e n t e s : Perros: — Diabetes mellitus. — Enfermedades prostáticas. — Obesidad. — Enf. cardiovasculares. — Enf. degenerativas. — Cataratas. — Neoplasias. — Enf. dentales. — Queratoconjuntivitis seca. — Hipotiroidismo. — Urolitiasis. — Hiperadrenocorticalismo. — Anemia. — Incontinencia urinaria. — Hepatopatías. — Insuficiencia renal crónica. NUTRICIÓN CLÍNICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA i Fig. 6.— Fase geriátrica perros y gatos CAPITULO IV LISTA DE ALTERACIONES Y CARACTERÍSTICAS DE LOS ALIMENTOS PALIATIVOS Gatos: — P rocesos inflamatorios intestinales. — Diabetes mellitus. — Lipidosis hepática. — Insuficiencia renal crónica. — Obesidad. — Neoplasias. — Enfermedades dentales. — Hipertiroidismo. — Urolitiasis. — Anemia. — Hepatopatías. — Enf. cardiovasculares. TRATAMIENTO DIETÉTICO Teniendo en cuenta que las perros y gatos más sanos, ya desde cacho- rros, son los que han recibido una ali- mentación equilibrada, es lógico pre- ver los efectos geriátricos desde la más temprana edad. En segundo lugar, en el tratamien- to por alimentación clínica o paliativa se debe tener en cuenta el principal proceso, ver lista, para adecuarla al mismo. En general los perros y gatos de edad, pero sanos, utilizan las proteí- nas de una forma similar a como lo hacen los perros y gatos adultos jóve- nes sanos. En estudios sobre perros geriátricos se precisó que los requeri- mientos en proteína eran un 50% más altos que en los perros adultos más jóvenes. Sin embargo, las necesida- des mínimas de los perros, lo mismo que las de los gatos, son duplicadas en la práctica, y, por esto, no parece que los animales “viejos” precisen ali- mentos especialmente altos en proteí- na, a no ser que tengan una patología especial que recomendase lo contrario. Al reducirse la actividad, y por lógica, las aporta- ciones en energía deberán ser menores. Como norma son un 20% inferiores, por Kg de peso. Aquí entramos en uno de los riesgos más frecuentes, como el de man- tenerles la ingesta de los mismos alimentos de alta energía, que les produce obesidad, al no tener el mismo “gasto” que antes. Para evitar en parte el riesgo de un excesivo aumento de peso, los animales geriátricos a menudo necesitan un menor aporte calórico, que se consigue reduciendo en p a rte la cantidad de grasa del alimento, ya que no sería p rudente aumentar algo el aporte de la fibra, para bajar e n e rgía y digestibilidad, antes al contrario. Sólo re c o- mendable en casos de obesos declarados. Existe el problema de que esta ración, al ser menos caló- rica, sea de difícil consumo por aquellos animales que han reducido su apetito y su sentido del olfato, por esto ha de estar muy especialmente diseñada con alta digestibilidad, con grasa rica en ácidos grasos esenciales (el contenido 1% de ácido linoleico en 5% de grasa es más difícil que en una formulación con el 20% de grasa...) y, muy nece- sario, debe ser de gran palatabilidad. De no estar el animal claramente con sobrepeso, el aporte de fibra debe mantenerse bajo, dentro de una normalidad, para no afectar la digestibilidad. Mejor prever dos soluciones distintas. A p a rte la mejora en formulación, podemos re c o m e n d a r a nuestros clientes con animales geriátricos “sanos” que aumenten la apetencia de alimento seco humedeciéndolo con agua tibia, sin llegar a papilla,
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