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Publicación de la Escuela de Formación Superior SAERA. Volumen 1, 2019 re-vision.es REVISTA DE OFTALMOLOGÍA, ÓPTICA Y OPTOMETRÍA ENTREVISTAS JOSÉ ANTONIO CALVACHE SALUT ALBÀ I ARBALAT ARTÍCULOS CIENTÍFICOS EVA MARÍA DE LA CHICA LUQUE AROA GUAYERBAS FERNÁNDEZ BEATRIZ FERNÁNDEZ JIMÉNEZ LIZBETH MELO TORRES RAFAEL JOSÉ PÉREZ CAMBRODÍ RESEÑA EL EFECTO PULFRICH: Una ilusión óptica binocular ¿CÓMO PUBLICAR? re-vision.es Para publicar en re-vision.es hay que cumplir las siguientes condiciones: – Los artículos que publicamos en re-vision.es son de revisión bibliográfica (revisiones sistemáticas, metaanálisis y estudios de sesgo de publicaciones). – Los artículos seguirán las normas APA (6ª edición) Referenciar artículos: Apellido, A. A. (Año). Título del artículo. Nombre de la revista en cursiva. Volumen en cursiva(Número), pp-pp. Referenciar capítulos: Apellido, A. A., y Apellido, B. B. (Año). Título del capítulo o la entrada. En A. A. Apellido. (Ed.), Título del libro en cursiva (pp. xx-xx). Ciudad: Editorial Referenciar libros: Apellido, A.A, (Año), Título en cursiva, Ciudad: Editorial. – Los textos tendrán una extensión máxima recomendada de 30 páginas. – Los textos se escribirán en Arial 11, a doble espacio y con márgenes de 2,5 cm a ambos lados. – El precio para publicar un artículo en la revista será de 200€. Cuando se entregue el artículo, se abonarán 50€ para hacer la revisión. El resto se abonará si el artículo resulta finalmente publicado. – En caso de que el artículo supere las 30 páginas, se abonarán 50€ más por cada cinco páginas. En este caso, la ampliación del artículo tendrá que ser autorizada por el Consejo Editorial. – Para evaluar los artículos se realizará una revisión por pares. Los textos los evaluarán un miembro del Consejo Editorial y una persona externa a la revista. Para que el artículo se publique, ambas partes tendrán que aprobar el texto. re-al.es REVISIONES DE AUDIOLOGÍA Y LOGOPEDIA Artículos cientìficos Atención selectiva auditiva espacial Malformaciones congénitas del oído interno Relación entre deterioro auditivo y congénito asociado a la edad Aplicaciones clínicas de la memoria auditiva de trabajo en adultos con hipoacusia leve o moderada Entrenamientos auditivos para pacientes hipoascúciso Hablamos sobre el EFECTO LOMBARD Entrevistamos a Antonia Angulo Jerez Publicación de la Escuela de Formación Superior SAERA. nº1 OCTUBRE 2018 nº 1 OCTUBRE 2018 Presidente ANTONIA ANGULO JEREZ Director ejecutivo RAÚL PÉREZ RAMOS Producción editorial y publicidad Visitación Doñate Ventura María Pallarés Monfort Consejo editorial: María Visitación Bartolomé Pascual Beatriz María Bonillo Llavero Carlos Domingo Benito Juan Formigós Bolea Marta González Jiménez Rebeca Managua Olvera Nerea Ortega Castro Idoia Palicio González-Esandi Juan Miguel Palomeque Vera José Antonio Pineda Cuevas Mónica Sanguino López Margarida Serrano Carlos Vaquero Patricio Escuela de Formación Superior SAERA Carrer de les Germanies, 3, 12001 Castelló de la Plana, Castelló re-al.esÍNDICE Publicación de la Escuela de Formación Superior SAERA. VOLUMEN 1, 2018 VOLUMEN 1 2019 Presidente Joaquín Vidal López Director ejecutivo Cristina Cabrera Pescador Producción editorial y publicidad Visitación Doñate Ventura María Pallarés Monfort Consejo editorial Salut Albà i Arbalat Sandra Boniquet Sánchez José Antonio Calvache Anaya Rafael José Pérez Cambrodí Vicente Fernández Sánchez María Victoria García-Camba Vives Francisco Javier González García David Piñero Llorens Ana Isabel Serrano Matías Elena Desamparados Tomás Verduras Fotografía Freepik Escuela de Formación Superior SAERA Calle Germanías, 3, 12001 Castellón de la Plana, Castellón Teléfono: (+34) 964 84 76 66 Whatsapp: (+34) 651439480 Email: info@saera.eu re-vision.esÍNDICE REVISTA DE LA ESCUELA DE FORMACIÓN SUPERIOR SAERA 5 6 16 15 19 28 39 41 51 62 EDITORIAL Nace re-vision.es ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Retinosis pigmentaria, alternativas para la rehabilitación visual; Lizhbet Natalie del Pilar Melo Torres RESEÑA El Efecto Pulfrich: una ilusión óptica binocular ENTREVISTA José Antonio Calvache Anaya ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Lentes de contacto multifocales hidrofílicas desechables; Beatriz Fernández Jiménez Discromatopsias adquiridas; Eva María de la Chica Luque ENTREVISTA Salut Albà i Arbalat ARTÍCULOS CIENTÍFICOS Aberraciones y sensibilidad al contraste en ortoqueratología (Orto-k); Aroa Guayerbas Fernández La enfermedad de Parkinson: epidemiología, factores de riesgo y repercusiones en el sistema visual; Rafael José Pérez Cambrodí. LIBRERÍA Fondo editorial de la librería SAERA José Antonio Calvache Anaya ENTREVISTA RESEÑA El Efecto Pulfrich: una ilusión óptica binocular Si tienes alguna sugerencia o comentario sobre re-vision.es puedes enviárnoslo a la dirección: info@saera.eu Encuéntranos en redes sociales. Puedes ponerte en contacto con nosotros: @saera_eu facebook.com/formacionSaera canal SAERA Salut Albà i Arbalat ENTREVISTA Duración: 60 ECTS (1 año) Precio: 3.500€ Fecha inicio: 1 de octubre 2019 Modalidad: Online + prácticas presenciales Dirigido a: Ópticos-Optometristas o titulaciones equivalentes Titulación: Al finalizar el Programa de Máster, el estudiante recibirá el título-diploma de Máster Optometría Clínica y Terapia Visual otorgado por la Universidad Isabel I. Más información en: Teléfono: (+34) 964 84 76 66 Whatsapp: (+34) 651439480 Email: info@saera.eu MÁSTER EN OPTOMETRÍA CLÍNICA Y TERAPIA VISUAL re-vision.esEDITORIAL RE-VISION.ES, Revista especializada en Oftalmología, Óptica y Optometría, nace con la intención de ser una revista cientí�ca de referencia, que contribuya a aumentar el número de revisiones bibliográ�cas en lengua española en estos ámbitos. RE-VISION.ES forma parte de la Escuela de Formación Superior SAERA, que imparte el Programa de Máster en Optometría Clínica y Terapia Visual, así como los Cursos de Experto en Optometría Clínica y Terapia Visual. Desde sus inicios, SAERA ha promovido la publicación de las investigaciones de sus alumnos en congresos, conferencias, revistas académicas y libros. Asimismo, el equipo docente e investigador de SAERA cuenta con una vocación investigadora que les ha llevado, en algunos casos, a realizar contribuciones cientí�cas muy signi�cativas en estos ámbitos de conocimiento. De la conjunción de estos factores surge la idea de crear una revista en la que dar cabida a revisiones bibliográ�cas novedosas y de calidad, que contribuyan a fomentar el conocimiento de la Oftalmología, la Óptica y la Optometría. Este primer número cuenta con cinco trabajos de revisión. El primero de ellos está escrito por la tecnólogo médico con mención en Oftalmo- logía Lizhbet Melo Torres y se titula Retinosis Pigmentaria, Alternativas para la Rehabilitación Visual. El artículo se centra en determinar a través de la revisión bibliográ�ca la alternativa más conveniente para el paciente con Retinosis Pigmentaria. El segundo de los artículos está realizado por Beatriz Fernández Jiménez, Diplomada en Óptica y Optometría por la Universidad Complutense de Madrid, y se titula Lentes de Contacto Multifocales Hidrofílicas Desechables. El objetivo del artículo es estudiar las posibles soluciones a la presbicia, centrándose sobre todo en las lentes de contacto hidrofílicas desechables multifocales. Eva María de la Chica Luque, Graduada en Óptica y Optometría por la Universidad de Granada, nos presentael tercero de los artículos de nuestra revista: Discromatopsias Adquiridas. Este artículo se centra en esta patología, explicando sus causas, las clasi�caciones, los diferentes test utilizados, así como las reco- mendaciones básicas a la hora de elegir los test para la detección de las anomalías. A continuación, Aroa Guayerbas Fernández, Graduada en Óptica y Optometría por la Universidad Complutense de Madrid nos presenta su revisión biblio- grá�ca Aberraciones y Sensibi- lidad al Contraste en Ortoque- ratología, seleccionando los estudios publicados en los últimos quince años. Por último, Rafael José Pérez Cambrodí, Doctor en Optometría y Ciencias de la Visión por la Universidad de Valencia, junto con Arantxa Gómez-Hurtado Cubillana, del Departamento de Oftalmología del Hospital de la Marina Baixa, en Villajoyosa, nos presentan La Enfermedad de Parkinson: Epidemiología, Factores de Riesgo y Reper- cusiones en el Sistema Visual. Además de lo mencionado anteriormente, este primer número cuenta con entrevistas a José Antonio Calvache Anaya, presentando su libro “Manual de Biometría Ocular, Cálculo de Lentes Intraoculares” y a Salut Albà i Arbalat, opto- metrista e investigadora dentro de un equipo multidisciplinar en el Laboratorio de la Vía Visual (Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer) en el Hospital Clínic de Barcelona. Finalmente, se incluye un artículo sobre el Efecto Pulfrich Esperamos que disfrutéis con este número tanto como nosotros, y también, que esta publicación ayude a difundir la investigación académica en Oftalmología, Optometría y Óptica. 5 NACE re-vision.es CRISTINA CABRERA PESCADORDIRECTORA EJECUTIVA DE RE-VISION.ES Retinosis Pigmentaria, Alternativas para la Rehabilitación Visual Lizhbet Natalie del Pilar Melo Torresa aHospital Regional San Juan de Dios. La Serena, Chile RESUMEN La Retinosis Pigmentaria (RP) es una enfermedad genética en la que el afectado pierde progresivamente su visión, cursa con discapacidad visual que �nalmente desencadena ceguera, lo que repercute directamente en sus relaciones sociales, autonomía, salud mental y calidad de vida. La rehabilitación visual tiene como objetivo ofrecer herramientas al afectado para mejorar su autonomía personal. Las ayudas ópticas son las herramientas por excelencia para mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de las mejoras en la agudeza visual, contando en la última década con avances tales como las prótesis retinal. El propósito de este estudio es determinar a través de la revisión bibliográ�ca la alternativa más conveniente para el paciente. Material y métodos: estudio retrospectivo basado en la revisión bibliográ�ca de estudios entre 2010 y 2017 de portales web tales como PubMed y Google Académico. Resultados: Las ayudas ópticas electrónicas han variado en sus especi�caciones técnicas en la última década, siendo las prótesis retinales como Alpha AMS y Argus II las que han demostrado grandes avances en el restablecimiento de la visión. Conclusión: Las recomendaciones entregadas al paciente y sus familiares deben tomarse en base al conocimiento cientí�co adquirido en cuanto a seguridad, e�ciencia de las distintas alternativas, estado actual e historia natural de la enfermedad así como las necesidades personales del paciente. Palabras clave: retinosis pigmentaria, rehabilitación visual, ayudas ópticas, prótesis retinal. ABSTRACT Retinitis Pigmentosa (RP) is a genetic disease in which the a�ected person progressively loses his or her vision, becomes visually impaired and ultimately gets blind. It has direct repercussions on social relationships, autonomy, mental health and quality of life. The objective of vision rehabilitation is to o�er the a�ected person tools to improve his or her personal autonomy. Optical aids are the tools par excellence to improve the quality of life of patients through improvements in visual acuity, including advances in the last decade such as retinal prostheses. The purpose of this study is to determine through a literature review the most convenient alternative for the patient. Material and methods: Retrospective study based on the literature review of studies published between 2010 and 2017 in websites such as PubMed and Google Scholar. Results: Electronic optical aids have varied in their technical speci�cations over the last decade, including retinal prostheses such as Alpha AMS and Argus II, which have showed great advances in vision restoration. Conclusion: The recommendations given to the patient and his or her relatives must be taken based on the scienti�c knowledge acquired regarding safety, e�ciency of the di�erent alternatives, current state and natural history of the disease as well as the personal needs of the patient. Key words: retinitis pigmentosa, vision rehabilitation, optical aids, retinal prosthesis. INTRODUCCIÓN La Retinosis Pigmentaria (RP) es una enfermedad congénita degenerativa de los fotorreceptores de la retina, de carácter crónico y progresivo, que puede presentarse de manera aislada o como parte de un grupo de enfermedades. Constituye la primera causa de ceguera en la población adulta y su prevalencia a nivel mundial es de 1 en 4000 personas. Inicialmente, los bastones son los primeros en afectarse. Éstos abundan en la retina periférica y son los encargados de la visión nocturna, periférica y blanco-negro. Dentro de sus signos podemos apreciar en el fondo de ojo acúmulos de pigmento, producto de la degeneración retinal (espículas óseas), atenuación del árbol vascular retiniano y cambios en la mácula. Los cambios maculares son usualmente vistos en etapas terminales, mientras que las espículas óseas son el signo típico aún en etapas precoces. De acuerdo al Servicio de Evaluación del Servicio Canario de la Salud (2017), el diagnóstico se realiza tras la evaluación de los síntomas, signos al fondo de ojo y el examen de Electrorretinograma (ERG) que concluirá en la disminución de las longitudes de onda atribui- bles a un no funcionamiento de los fotorreceptores. Las causas genéticas de la RP son bastante complejas, ya que la misma enfermedad puede estar causada por mutaciones en uno de los muchos genes implicados. Existe una gran cantidad de mutaciones diferentes en cada gen que causan diferentes formas de la enfermedad y una misma mutación puede producir fenotipos diferentes. Puede ser heredada de forma autosómica dominante (20% - 25% de los casos), autosómica recesiva (15% - 20% de los casos) o ligada al cromosoma X (5% - 10% de los casos). No todas las formas hereditarias tienen la misma gravedad ni igual evolución, sino que parece estar asociada a una cierta variabilidad clínica. No existe diferencia signi�cativa en la prevalencia en relación al sexo. Y en lo que re�ere a la clínica, la forma más severa corresponde al tipo ligada al cromosoma X (Trujillo et al., 2012). No existe una clasi�cación única y generalizada para la RP, si bien la mayoría de los autores usan cuatro modalidades de clasi�cación (véase la tabla 1) (García-Martín, Gil-Arribas y Bambó-Rubio, 2015). Tabla 1. Clasi�cación de la Retinosis Pigmentaria. Abreviaturas: AV (agudeza visual); CV (campo visual). Si bien es una patología congénita, sus primeros síntomas y/o signos no suelen ser percibidos antes de la adolescencia. Por lo tanto, la persona afectada no es consciente de su enfermedad hasta en fases avanzadas de la misma. Debido a la gran variabilidad genética, sus manifestaciones clínicas pueden presentarse de formas diferentes, incluso entre individuos de una misma familia. Sin embargo las más comunes son: ceguera nocturna (nictalopía) o escasa adaptación a la oscuridad, disminución del campo visual (CV), iniciándose de manera irregular en la periferia, o puede seruna pérdida progresiva concéntrica del CV, pérdida que se inicia en la parte superior y luego avanza hacia un escotoma arqueado o escotomas anulares y, en etapas �nales, queda la visión en túnel. La visión central puede estar preservada en algunos casos y en otros puede llegar a la ceguera absoluta, ya que en la progresión de la enfermedad los conos son los siguientes afectados (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para las Distro�as Hereditarias de Retina, 2017). Lo que respecta a su AV podemos clasi�car al paciente como baja visión o ceguera. Se considera baja visión la disminución de las funciones visuales, no recuperables por tratamiento. Aquí la AV está comprendida entre 0,05 y 0,3 en el mejor ojo y/o un CV inferior a 20° en el mejor ojo. El paciente mantiene una visión útil, a lo que se denomina remanente visual. El remanente visual puede ser mejorado o potenciado mediante la rehabilitación visual, con el �n de ayudar a la calidad de vida de los afectados. Por otro lado existe la ceguera, en donde los afectados cursan con una AV menor a 0,05 y/o un CV menor a 10°. En estos casos la rehabilitación visual es difícil de realizar, por lo que se deben evaluar otras alternativas para recuperar la visión, como son las opciones de prótesis retinal (Latham, Baranian, Timmis, Fisher y Pardhan, 2017). La de�ciencia visual a causa de la RP da como resultado una signi�cativa desventaja económica y social en el afectado, su familia y a la sociedad en general. Estos pacientes acuden con mayor frecuencia al médico y, generalmente, necesitan asistencia para desarrollar sus actividades diarias. De entre los objetivos a lograr de quienes sufren discapacidad visual, la movilidad es lo que les implica un mayor desafío. Las mayores di�cultades son en la orientación relacionadas con las condiciones de iluminación, evitando obstáculos y búsqueda de objetos. Actividades como salir de compras, realizar deporte o usar el transporte público son consideradas como limitaciones ante la falta de movilidad, pero también se deben considerar como actividades de la vida diaria y de interacción social, por lo tanto, resulta en una drástica reducción de su calidad de vida al comparar con la población de la misma edad (Latham et al., 2017). De acuerdo a los estudios realizados por Kempen, Ballemans, Ranchor, Van Rens y Zijlstra (2012) y Latham, Baranian, Timmis y Pardhan (2015), quienes padecen de una progresión de su discapacidad visual, como es el caso de la RP, tienen mayor riesgo de sufrir depresiones y cuadros de ansiedad. Este cambio en el estado emocional in�uye en su funcionamiento en la vida, lo cual se relaciona con la calidad de vida. OBJETIVO GENERAL Determinar a través de la revisión bibliográ�ca las alternativas actuales para la rehabilitación visual en pacientes afectados con retinosis pigmentaria. Objetivos Especí�cos a) Comprender las di�cultades visuales y sociales de quienes padecen retinosis pigmentaria. b) Describir las utilidades de la prótesis retinal como nueva alternativa de tratamiento para restablecer la función visual en retinosis pigmentaria. c) Analizar el contexto sociocultural de los pacientes con retinosis pigmentaria en la actualidad. MATERIAL Y MÉTODOS Se trata de un estudio retrospectivo de corte trans- versal descriptivo, basado en la revisión bibliográ�ca, para lo cual, las plataformas consultadas fueron Google Académico y PubMed, páginas o�ciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Agencia Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB), Organización Retinosis Retina Besigare y Federación de Asociaciones de Retinosis Pigmentaria de España. Se realizaron búsquedas bibliográ�cas a través de internet (español e inglés), sobre retinosis pigmentaria (de�nición, causas y tratamiento), rehabilitación visual (ayudas ópticas, no ópticas y prótesis retinal), baja visión y ceguera (de�nición, tratamiento y aspectos psicosociales). Los criterios utilizados para la selección de artículos cientí�cos fueron aquellos que estuvieran publicados entre los años 2010 y 2017. Sistema de Variables RESULTADOS Los problemas de discapacidad visual son consulta frecuente en oftalmología. Los afectados de retinosis pigmentaria desean cada vez más conocer los aspectos inherentes a su enfermedad y a pesar de tener pronósticos desalentadores, siempre están esperanzados en nuevos avances en la cura o rehabilitación visual disponible en el mercado. Rehabilitación visual Una vez que ha sido diagnosticada la enfermedad, nos enfocaremos en la rehabilitación visual. Nuestro objetivo no es solo mejorar su calidad visual, sino rehabilitar al paciente que depende de su función visual. Mediante diferentes técnicas, recursos, ayudas ópticas y ayudas adaptativas, buscamos lograr la autonomía e independencia de la persona con discapacidad (García-Martín et al., 2015). Para orientar de forma integral la rehabilitación, debemos evaluar los cambios en la visión y cómo estos in�uyen en su vida cotidiana. Debemos explorar el campo visual, la adaptación al movimiento, el cálculo de distancias, la sensibilidad al contraste, la agudeza visual y la motilidad ocular. En base a ello, evaluar las discapacidades que experimenta el paciente ante la ceguera nocturna o las di�cultades en la lectura. Es importante conocer su repercusión psicológica de estos síntomas, ya que la rehabilitación será más exitosa cuando el paciente haya aceptado su condición y sus expectativas sean razonables (Escobar-Gómez, Vélez-Álvarez y Barrera-Valencia, 2017). Ayudas ópticas La técnica utilizada fundamentalmente son las ayudas ópticas, cuyo objetivo es favorecer la utilización del remanente visual mediante el uso de sistemas ópticos. Su funcionamiento está en producir una magni- �cación de la imagen en la retina, aumentando su rendimiento visual. La elección del tipo de ayuda óptica a utilizar dependerá del grado de afectación de campo visual y las necesidades del paciente (véase la tabla 2) (García-Martín et al., 2015). Tabla 2. Clasi�cación de ayudas ópticas. Prótesis retinal Los nuevos avances en medicina, cirugía y tecnológicos tienen como objetivo restaurar la pérdida de la función visual a través de dispositivos de visión arti�cial. La visión arti�cial puede ser implantada en diferentes localizaciones de la vía visual, dependiendo de la causa de la pérdida visual (retina, nervio óptico, núcleo geniculado lateral o córtex visual) (Daschner, Rothermel, Ralf, Rudort y Stett, 2018). Para el caso de la RP nos referiremos a la implantación de tecnología a nivel de la retina: prótesis retinal. El éxito de esta tecnología ha sido tal que actualmente se encuentran dispositivos disponibles comercialmente, el Argus II de Second Sight Medical Products, USA (aprobado en 2011) (Ayton et al., 2014), el Alpha IMS de Retina Implant AG (aprobado en 2011, actualmente discontinuado) (Daschner et al., 2018) y el Alpha AMS de Retina Implant AG, Germany (aprobado en 2016) (Ayton et al., 2014). La percepción visual comienza con la luz pasando a través de la córnea y el cristalino hasta hacer foco en la retina. En la retina, los fotorreceptores absorben la luz visible y desencadenan la fototransducción, proceso que convierte la luz en una señal eléctrica. La señal eléctrica producida es procesada por las células neuronales de la retina (células bipolar, horizontal y amacrina) y enviada por las células ganglionares al núcleo geniculado lateral a través del nervio óptico y luego hacia el córtex visual (Brandli, Luu, Guymer y Ayton, 2016). Estos dispositivos usan electrodos implantados entre, o cerca, de la retina con la intención de estimular la retina interna, eludiendo a los receptores no funcionales y estimulandola red celular restante de la retina. Luego utiliza la vía visual posterior intacta para transmitir la señal luminosa al córtex visual (Lewis y Rosenfeld, 2016). Es imprescindible que la capa interna de la retina se encuentre relativamente intacta, como es el caso de la RP, en donde la degeneración de los fotorreceptores ocurre en la capa externa de la retina. También, estos dispositivos asumen que la retina interna aún es capaz de procesar la información lumínica, por lo que la estimulación eléctrica modulada de las células ganglionares aún puede actuar en la percepción visual (Zhang, 2016). En la selección de candidatos a prótesis retinal, debemos considerar que la retina en etapas avanzadas de la enfermedad sufre una signi�cativa reorganización y remodelación de su organización anatómica, receptora y funcional. Las células bipolares y amacrina sobreviven realizando sinapsis anormal, y las células ganglionares disminuyen en un 30% (Cohen, 2018). Figura 1: Localizaciones anatómicas potenciales para la implantación de la prótesis retinal. A: posición epiretinal. B: espacio subretinal. C: espacio supracoroidal. D: espacio intraescleral (Imagen modi�cada a partir de Ayton et al., 2014). Prótesis Epiretinal Argus II El dispositivo Argus II consiste en 60 electrodos ubicados en la membrana limitante interna de la retina, con la intención de estimular a las células ganglionares y las neuronas retinales internas. Los electrodos son conectados por cable a una unidad de vídeo. El paciente es provisto de unas lentes con una pequeña cámara que le entrega datos a los electrodos (Ayton et al., 2014). En el artículo Retinal Prosthesis System for Advanced Retinosis Pigmentosa: a Health Technology Assessment Update, de Health Quality Ontario (2017), la vídeocámara captura imágenes visuales y las convierte en pulsos de estimulación eléctricas en la unidad de vídeo-procesamiento. La unidad de vídeo-procesamiento transmite las imágenes de forma inalámbrica usando una antena. El implante emite pe- queños impulsos eléctricos que estimulan a la retina interna, eludiendo a las fotorreceptores dañados. Las células retinales ya estimuladas transmiten la infor- mación visual al cerebro a través del nervio óptico, y luego la visión inducida es percibida como un patrón de luces en el córtex visual. Es una buena opción en pacientes con RP puesto que aún mantienen visión residual y la retina aún puede responder a estímulos eléctricos. Tiene como ventaja que es poco invasivo a nivel retinal, ya que no ocluye la vascularización retinal y es fácilmente monitoreado. Al tener un sistema de cámara externo, ayuda a que la percepción de la imagen sea mejorada en contraste, detalles y magni�cación (DaCruz et al., 2016). Figura 2: Implante Argus II. A: componentes de implante. B: componentes del sistema externo (DaCruz et al., 2016). Prótesis Subretinal Alpha AMS. Los dispositivos Alpha IMS y AMS, se basan en 1500 fotodiodos ubicados en el espacio subretinal, entre el epitelio pigmentario y la capa de fotorreceptores, por lo que los fotodiodos se encuentran muy próximos para activar a las células bipolar y amacrina. El implante consiste en un microchip MPDA, un cable para el suministro de energía, y un control de señal que termina en una caja receptora pequeña ubicado tras la oreja. Un pequeño cable conecta el electrodo a la caja subdérmica. La luz del exterior es recibida por los fotodiodos para luego ser procesada y ampli�cada antes de ser enviada a los electrodos corres- pondientes. La combinación de fotodiodos y electro- dos provee de estimulación punto a punto de las célu- las bipolares de la retina, eliminando la necesidad de una cámara externa. Un aspecto positivo a comparar respecto a Argus II es que permite al paciente hacer uso de su propio sistema óptico para focalizar tras el uso natural del movimiento de los ojos permitiendo el rastreo del objeto mediante el movimiento sacádicos de los ojos y con el uso de las microsacadas logra refrescar la imagen en la retina (Stingl et al., 2015). Un aspecto negativo a considerar es la durabilidad del dispositivo implantado, ya que en pacientes implantados con Alpha IMS solo un 32% aún están en funcionamiento después de un año. Su sucesor Alpha AMS ha considerado esta desventaja y la han mejorado, con un 81% de funcionalidad después de un año (Ayton et al., 2014). Figura 3: Implante Alpha IMS. A: ilustración de la ubicación de la bobina del receptor y el cable de alimentación en una imagen de rayos X. Figura 3: B: imagen del implante Alpha IMS en la retina al fondo de ojo. C: manejo de la unidad manual (Imágenes modi�cadas a paritr de Stingl et al., 2015). Evidencia clínica Las necesidades de rehabilitación de un paciente con discapacidad visual varían considerablemente. El nivel de necesidad depende de la complejidad de los problemas, metas, estado psicosocial, los atributos personales y no solo del estado de la agudeza visual. Debemos reconocer el impacto que genera la pérdida parcial e irreversible de la visión y asegurarle al paciente una ayuda acertada a través de las alternativas actuales en el mercado (Kempen et al., 2012; Latham et al., 2017). Existen variados estudios en los cuales se evidencia la efectividad de las ayudas ópticas y de las prótesis retinales, pero lamentablemente para ambos casos se utilizan test de evaluación y medidas distintas, por lo que hacer un estudio comparativo utilizando los mismos test es de vital importancia. Algo en común entre las ayudas ópticas y la prótesis retinal es la selección de pacientes. En ambos casos se debe tener una expectativa razonable, tener apoyo familiar, habilidades para relacionarse con el medio y buena salud oftalmológica (Latham et al., 2015). Debemos iniciar con la medición de la calidad de vida que sufren los afectados. En la bibliografía consultada no se pudo contar con un único método estandarizado que fuese aplicado en todos los estudios de paciente con retinosis pigmentaria (Stingl et al., 2015). El test Dutch ICF Activity Inventory (D-AI), es una adaptación del International Classi�cacion of Functioning, Disability and Health (ICF) desarrollado por la Organización Mundial de la Salud, y que ha sido utilizado en varios estudios con la intención de comprender las mayores di�cultades de los afectados en relación a su cuidado personal, aplicación de conocimientos, realizar actividades o tareas habituales, actividad social, relación familiar y salud mental. Gracias al test D-AI podremos establecer qué tipo de rehabilitación es útil para nuestro paciente de acuerdo a sus limitaciones y necesidades visuales para sus actividades diarias (Bruijning, Nispen y Rens, 2010). El test Functional Low-Vision Observer Rated Assessment (FLORA) cuya intención es evaluar la funcionalidad de los tratamientos en discapacidad visual (Geruschat et al., 2015). Fue implementado por Ghodasra et al. (2016) para evaluar el impacto del implante Argus II en la vida diarias de los pacientes. Para este caso la experiencia fue positiva (80% de aceptación) pero aun así no se encontró comparación o aplicación del test en los estudios de Alpha IMS o en ayudas ópticas. El estudio realizado por Azoulay et al. (2015), demuestra que existe interés en conocer la calidad de vida de quienes sufren discapacidad visual a causa de la RP. Para ello implementaron el test Item-25 del National Eye Institute Visual Functioning Questionnaire (NEI-VFQ-25) y el cuestionario del Hospital de la Ansiedad y Depresión (HADS). El NEI-VFQ-25 consiste en 25 preguntas diseñadas para evaluar la visión, distancia de visión, visión periférica, motilidad, visión a color, dolor ocular, limitaciones, dependencia, frustración social y salud mental. Hasta el momentoes la mejor alternativa evaluada por FDA. HADS consiste en 14 preguntas para evaluar el nivel de depresión-ansiedad del afectado (Sugawara et al., 2010). Otro ejemplo para evaluar la calidad de vida de quienes padecen RP es el estudio realizado por Levinson et al. (2017), en donde también recurrió al NEI-VFQ-25 y se complementó con el test Pepper Assessment Tool for Disability (PAT-D) y el test 36-Item Short For Health Survey (SF-36). El PAT-D consiste en un cuestionario de 19 ítems para evaluar la movilidad, las actividades de la vida diaria y las actividades instrumentales del vivir diario. El SF-36 que evalúa la salud en relación a la calidad de vida, funcionamiento físico, limitaciones debido a problemas de salud física, limitaciones debido a problemas de salud emocional, funcionamiento social, libertad de dolor, energía o fatiga, bienestar emocional y percepción general de salud. Como hemos señalado, la progresión de la RP llevará al paciente a presentar visión de túnel y, en consecuencia, di�cultades en el desarrollo de la vida diaria, por lo que resulta de utilidad evaluar la habilidad de exploración y localización de objetos dentro y fuera del campo visual. Para ello, AlSaqr y Dickinson (2016) han desarrollado el test Assessment of Visual Awareness (AVA). El test presenta varias limitaciones y no está validado, pero este estudio nos demuestra que hay parámetros que debemos considerar en el momento de evaluar qué alternativas reales podemos ofrecer a los pacientes, de acuerdo al estado actual de la enfermedad. Una vez evaluada la calidad de vida del paciente y qué se espera mejorar en ella, debemos considerar evaluar la función visual que podemos obtener tras la rehabilitación visual. La función visual requiere un test de medida que incluya la agudeza visual, la detección y la localización de objetos y perspectivas del paciente. La agudeza visual se estima en equivalente Snellen de 20/1250 para Argus II (1,80 logMAR) (Humayun, Eugene de Juan y Dagnelie, 2016) y de 20/546 para Alpha IMS (1,43 logMAR) (Stingl et al., 2015). La percepción visual tras la utilización de los dispositivos de prótesis retinal se mide con el Basic Assessment of Light and Motion Test (BaLM) (Humayun et al., 2016) y con el Freiburg Visual Acuity Test (FrACT) (Lange, Feltgen, Junker, Schulze y Bach, 2009). El BaLM está desarrollado para medir cuatro dimensiones visuales: la percepción de la luz (presente/ausente), la resolución (discriminación simple versus doble �ash), la localización de la luz y el movimiento. Este test nos ofrece una cuanti�cación de la función visual mostrando diferencias entre no percepción de luz, percepción de luz y movimiento de mano (Bach, Wilke, Wilhelm, Zrenner y Wilke, 2010). El FrACT se puede aplicar para cuanti�car la agudeza visual mayor a movimiento de mano. El paciente se ubica a 50 cm de una pantalla y se presenta el C-Landolt y un anillo a la vez. La agudeza visual decimal es recíproca al tamaño reconocido en C-Landolt (Lange et al., 2009). El nivel de visión que ofrece la prótesis retinal es limitada. Algunos participantes re�eren notables mejoras en la distinción de formas y objetos, les es útil para desplazarse con independencia y distinguir obstáculos, pero aun así describen las imágenes como “sombras en movimiento” (Humayun et al., 2016). Debemos considerar que independiente de la opción a elegir los afectados ya llevan mucho tiempo con discapacidad por lo que siempre será necesario el entrenamiento de rehabilitación para maximizar el impacto y darle sentido a la nueva información visual (Troy, 2015). Aún no se puede predecir a qué pacientes les será útil el mejorar la percepción de la luz, cuánto demorará la restauración de las habilidades y si ésta será mantenida. Por lo tanto, aún no hay una opinión generalizada sobre los bene�cios de la visión arti�cial. Si sabemos que con la prótesis retinal el paciente tiene mayor habilidad de orientación, relación con el medio, sobrellevar obstáculos y mejora sus interacciones sociales pero no se encontraron estudios que comparara estas mejoras con respecto a las ayudas visuales ópticas (Humayun et al., 2016). DISCUSIÓN La Retinosis Pigmentaria representa un claro estado de alteración de la calidad de vida para quien la padece, representando así no solo una pérdida de autonomía por parte del individuo afecto, sino también del núcleo familiar de éste. Las técnicas de Rehabilitación Visual que se han desarrollado en los últimos años han sido en función de mejorar la autonomía y el desempeño del afectado en las labores cotidianas debido a que la edad de presentación es habitualmente en jóvenes, lo cual genera una descompensación psicológica, no solo ameritando así la prestación de ayuda óptica sino también el apoyo multidisciplinario para el manejo de dicha afección, tanto para el paciente, como para su familia (Kempen et al., 2012; Latham et al., 2017) Entre las técnicas de rehabilitación, diversos autores han podido plantear estrategias tales como las terapias de baja visión, la cual resulta no solo de bajo coste, sino además de gran utilidad para la ubicación temporal de estos pacientes. Asimismo, el uso de lupas y telescopios representan una alternativa que genera autonomía en casos donde la progresión de la enfermedad ha sido evidente, esto a un bajo coste, si lo comparamos con la prótesis retinal que se presenta como una gran alternativas, ya que la misma posee utilidad en la mejora de localización y relación con el medio, permitiendo además el uso de la binocularidad y reajuste de la imagen (Deemer et al., 2018; Farvardin et al., 2018). En este mismo orden de ideas podemos señalar la prótesis Argus II, la cual ha sido aprobada por la FDA, lo que valida de forma signi�cativa su uso. Sin embargo, numerosos informes han asegurado que las personas implantadas con estos dispositivos requieren un largo proceso de ajuste y capacitación, lo que re�ere un desafío tanto para el paciente como para el familiar y el sistema de salud, debido a la inversión económica que esto representa (Ayton et al., 2014; Deemer et al., 2018; Farvardin et al., 2018). CONCLUSIÓN La retinosis pigmentaria representa una enfermedad que compromete signi�cativamente la salud visual de quien la padece, siendo un desafío para el equipo de salud y familiar. Por tanto, debemos siempre individualizar la prestación dada en cada caso, re-al.es ARTÍCULOS CIENTÍFICOSre-vision.es 6 tomando en cuenta las condiciones del medio y núcleo familiar (Kempen et al., 2012; Trujillo et al., 2012). Las diversas estrategias de rehabilitación visual juegan un papel signi�cativamente importante en la terapéutica del paciente, ya que permiten la readaptación al medio, cuentan con un buen nivel de seguridad al no presentar contraindicaciones para su uso como en el caso explícito de las ayudas ópticas y, asimismo, han demostrado seguridad a largo plazo como las prótesis retinales (DaCruz et al., 2016; García-Martín et al., 2015; Stingl et al., 2015). En este mismo orden de ideas, es importante comprender que las ayudas ópticas corresponden a herramientas para maximizar el remanente visual, es decir, no tienen utilidad en los casos de pérdida completa de la visión, mientras que la prótesis retinal puede ser utilizada en cualquier etapa de la enfermedad, siendo aún más provechosa en los estadios avanzados (DaCruz et al., 2016; Daschner et al., 2018; Farvardin et al., 2018; Lewis et al., 2016). En este sentido es importante concluir que los test utilizados en la bibliografía consultada, tanto para evaluar la calidad de vida, como la calidad visual del paciente, no representan un criterio uni�cado, por tanto no es posible establecer relaciones objetivas entrelas diversas pruebas clínicas estudiadas. INTRODUCCIÓN La Retinosis Pigmentaria (RP) es una enfermedad congénita degenerativa de los fotorreceptores de la retina, de carácter crónico y progresivo, que puede presentarse de manera aislada o como parte de un grupo de enfermedades. Constituye la primera causa de ceguera en la población adulta y su prevalencia a nivel mundial es de 1 en 4000 personas. Inicialmente, los bastones son los primeros en afectarse. Éstos abundan en la retina periférica y son los encargados de la visión nocturna, periférica y blanco-negro. Dentro de sus signos podemos apreciar en el fondo de ojo acúmulos de pigmento, producto de la degeneración retinal (espículas óseas), atenuación del árbol vascular retiniano y cambios en la mácula. Los cambios maculares son usualmente vistos en etapas terminales, mientras que las espículas óseas son el signo típico aún en etapas precoces. De acuerdo al Servicio de Evaluación del Servicio Canario de la Salud (2017), el diagnóstico se realiza tras la evaluación de los síntomas, signos al fondo de ojo y el examen de Electrorretinograma (ERG) que concluirá en la disminución de las longitudes de onda atribui- bles a un no funcionamiento de los fotorreceptores. Las causas genéticas de la RP son bastante complejas, ya que la misma enfermedad puede estar causada por mutaciones en uno de los muchos genes implicados. Existe una gran cantidad de mutaciones diferentes en cada gen que causan diferentes formas de la enfermedad y una misma mutación puede producir fenotipos diferentes. Puede ser heredada de forma autosómica dominante (20% - 25% de los casos), autosómica recesiva (15% - 20% de los casos) o ligada al cromosoma X (5% - 10% de los casos). No todas las formas hereditarias tienen la misma gravedad ni igual evolución, sino que parece estar asociada a una cierta variabilidad clínica. No existe diferencia signi�cativa en la prevalencia en relación al sexo. Y en lo que re�ere a la clínica, la forma más severa corresponde al tipo ligada al cromosoma X (Trujillo et al., 2012). No existe una clasi�cación única y generalizada para la RP, si bien la mayoría de los autores usan cuatro modalidades de clasi�cación (véase la tabla 1) (García-Martín, Gil-Arribas y Bambó-Rubio, 2015). Tabla 1. Clasi�cación de la Retinosis Pigmentaria. Abreviaturas: AV (agudeza visual); CV (campo visual). Si bien es una patología congénita, sus primeros síntomas y/o signos no suelen ser percibidos antes de la adolescencia. Por lo tanto, la persona afectada no es consciente de su enfermedad hasta en fases avanzadas de la misma. Debido a la gran variabilidad genética, sus manifestaciones clínicas pueden presentarse de formas diferentes, incluso entre individuos de una misma familia. Sin embargo las más comunes son: ceguera nocturna (nictalopía) o escasa adaptación a la oscuridad, disminución del campo visual (CV), iniciándose de manera irregular en la periferia, o puede ser una pérdida progresiva concéntrica del CV, pérdida que se inicia en la parte superior y luego avanza hacia un escotoma arqueado o escotomas anulares y, en etapas �nales, queda la visión en túnel. La visión central puede estar preservada en algunos casos y en otros puede llegar a la ceguera absoluta, ya que en la progresión de la enfermedad los conos son los siguientes afectados (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para las Distro�as Hereditarias de Retina, 2017). Lo que respecta a su AV podemos clasi�car al paciente como baja visión o ceguera. Se considera baja visión la disminución de las funciones visuales, no recuperables por tratamiento. Aquí la AV está comprendida entre 0,05 y 0,3 en el mejor ojo y/o un CV inferior a 20° en el mejor ojo. El paciente mantiene una visión útil, a lo que se denomina remanente visual. El remanente visual puede ser mejorado o potenciado mediante la rehabilitación visual, con el �n de ayudar a la calidad de vida de los afectados. Por otro lado existe la ceguera, en donde los afectados cursan con una AV menor a 0,05 y/o un CV menor a 10°. En estos casos la rehabilitación visual es difícil de realizar, por lo que se deben evaluar otras alternativas para recuperar la visión, como son las opciones de prótesis retinal (Latham, Baranian, Timmis, Fisher y Pardhan, 2017). La de�ciencia visual a causa de la RP da como resultado una signi�cativa desventaja económica y social en el afectado, su familia y a la sociedad en general. Estos pacientes acuden con mayor frecuencia al médico y, generalmente, necesitan asistencia para desarrollar sus actividades diarias. De entre los objetivos a lograr de quienes sufren discapacidad visual, la movilidad es lo que les implica un mayor desafío. Las mayores di�cultades son en la orientación relacionadas con las condiciones de iluminación, evitando obstáculos y búsqueda de objetos. Actividades como salir de compras, realizar deporte o usar el transporte público son consideradas como limitaciones ante la falta de movilidad, pero también se deben considerar como actividades de la vida diaria y de interacción social, por lo tanto, resulta en una drástica reducción de su calidad de vida al comparar con la población de la misma edad (Latham et al., 2017). De acuerdo a los estudios realizados por Kempen, Ballemans, Ranchor, Van Rens y Zijlstra (2012) y Latham, Baranian, Timmis y Pardhan (2015), quienes padecen de una progresión de su discapacidad visual, como es el caso de la RP, tienen mayor riesgo de sufrir depresiones y cuadros de ansiedad. Este cambio en el estado emocional in�uye en su funcionamiento en la vida, lo cual se relaciona con la calidad de vida. OBJETIVO GENERAL Determinar a través de la revisión bibliográ�ca las alternativas actuales para la rehabilitación visual en pacientes afectados con retinosis pigmentaria. Objetivos Especí�cos a) Comprender las di�cultades visuales y sociales de quienes padecen retinosis pigmentaria. b) Describir las utilidades de la prótesis retinal como nueva alternativa de tratamiento para restablecer la función visual en retinosis pigmentaria. c) Analizar el contexto sociocultural de los pacientes con retinosis pigmentaria en la actualidad. MATERIAL Y MÉTODOS Se trata de un estudio retrospectivo de corte trans- versal descriptivo, basado en la revisión bibliográ�ca, para lo cual, las plataformas consultadas fueron Google Académico y PubMed, páginas o�ciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Agencia Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB), Organización Retinosis Retina Besigare y Federación de Asociaciones de Retinosis Pigmentaria de España. Se realizaron búsquedas bibliográ�cas a través de internet (español e inglés), sobre retinosis pigmentaria (de�nición, causas y tratamiento), rehabilitación visual (ayudas ópticas, no ópticas y prótesis retinal), baja visión y ceguera (de�nición, tratamiento y aspectos psicosociales). Los criterios utilizados para la selección de artículos cientí�cos fueron aquellos que estuvieran publicados entre los años 2010 y 2017. Sistema de Variables RESULTADOS Los problemas de discapacidad visual son consulta frecuente en oftalmología. Los afectados de retinosis pigmentaria desean cada vez más conocer los aspectos inherentes a su enfermedad y a pesar de tener pronósticos desalentadores, siempre están esperanzados en nuevos avances en la cura o rehabilitación visual disponible en el mercado. Rehabilitación visual Una vez que ha sido diagnosticada la enfermedad, nos enfocaremos en la rehabilitación visual. Nuestro objetivo no es solo mejorar su calidad visual, sino rehabilitar al paciente que depende de su función visual. Mediante diferentes técnicas, recursos, ayudas ópticas y ayudas adaptativas, buscamoslograr la autonomía e independencia de la persona con discapacidad (García-Martín et al., 2015). Para orientar de forma integral la rehabilitación, debemos evaluar los cambios en la visión y cómo estos in�uyen en su vida cotidiana. Debemos explorar el campo visual, la adaptación al movimiento, el cálculo de distancias, la sensibilidad al contraste, la agudeza visual y la motilidad ocular. En base a ello, evaluar las discapacidades que experimenta el paciente ante la ceguera nocturna o las di�cultades en la lectura. Es importante conocer su repercusión psicológica de estos síntomas, ya que la rehabilitación será más exitosa cuando el paciente haya aceptado su condición y sus expectativas sean razonables (Escobar-Gómez, Vélez-Álvarez y Barrera-Valencia, 2017). Ayudas ópticas La técnica utilizada fundamentalmente son las ayudas ópticas, cuyo objetivo es favorecer la utilización del remanente visual mediante el uso de sistemas ópticos. Su funcionamiento está en producir una magni- �cación de la imagen en la retina, aumentando su rendimiento visual. La elección del tipo de ayuda óptica a utilizar dependerá del grado de afectación de campo visual y las necesidades del paciente (véase la tabla 2) (García-Martín et al., 2015). Tabla 2. Clasi�cación de ayudas ópticas. Prótesis retinal Los nuevos avances en medicina, cirugía y tecnológicos tienen como objetivo restaurar la pérdida de la función visual a través de dispositivos de visión arti�cial. La visión arti�cial puede ser implantada en diferentes localizaciones de la vía visual, dependiendo de la causa de la pérdida visual (retina, nervio óptico, núcleo geniculado lateral o córtex visual) (Daschner, Rothermel, Ralf, Rudort y Stett, 2018). Para el caso de la RP nos referiremos a la implantación de tecnología a nivel de la retina: prótesis retinal. El éxito de esta tecnología ha sido tal que actualmente se encuentran dispositivos disponibles comercialmente, el Argus II de Second Sight Medical Products, USA (aprobado en 2011) (Ayton et al., 2014), el Alpha IMS de Retina Implant AG (aprobado en 2011, actualmente discontinuado) (Daschner et al., 2018) y el Alpha AMS de Retina Implant AG, Germany (aprobado en 2016) (Ayton et al., 2014). La percepción visual comienza con la luz pasando a través de la córnea y el cristalino hasta hacer foco en la retina. En la retina, los fotorreceptores absorben la luz visible y desencadenan la fototransducción, proceso que convierte la luz en una señal eléctrica. La señal eléctrica producida es procesada por las células neuronales de la retina (células bipolar, horizontal y amacrina) y enviada por las células ganglionares al núcleo geniculado lateral a través del nervio óptico y luego hacia el córtex visual (Brandli, Luu, Guymer y Ayton, 2016). Estos dispositivos usan electrodos implantados entre, o cerca, de la retina con la intención de estimular la retina interna, eludiendo a los receptores no funcionales y estimulando la red celular restante de la retina. Luego utiliza la vía visual posterior intacta para transmitir la señal luminosa al córtex visual (Lewis y Rosenfeld, 2016). Es imprescindible que la capa interna de la retina se encuentre relativamente intacta, como es el caso de la RP, en donde la degeneración de los fotorreceptores ocurre en la capa externa de la retina. También, estos dispositivos asumen que la retina interna aún es capaz de procesar la información lumínica, por lo que la estimulación eléctrica modulada de las células ganglionares aún puede actuar en la percepción visual (Zhang, 2016). En la selección de candidatos a prótesis retinal, debemos considerar que la retina en etapas avanzadas de la enfermedad sufre una signi�cativa reorganización y remodelación de su organización anatómica, receptora y funcional. Las células bipolares y amacrina sobreviven realizando sinapsis anormal, y las células ganglionares disminuyen en un 30% (Cohen, 2018). Figura 1: Localizaciones anatómicas potenciales para la implantación de la prótesis retinal. A: posición epiretinal. B: espacio subretinal. C: espacio supracoroidal. D: espacio intraescleral (Imagen modi�cada a partir de Ayton et al., 2014). Prótesis Epiretinal Argus II El dispositivo Argus II consiste en 60 electrodos ubicados en la membrana limitante interna de la retina, con la intención de estimular a las células ganglionares y las neuronas retinales internas. Los electrodos son conectados por cable a una unidad de vídeo. El paciente es provisto de unas lentes con una pequeña cámara que le entrega datos a los electrodos (Ayton et al., 2014). En el artículo Retinal Prosthesis System for Advanced Retinosis Pigmentosa: a Health Technology Assessment Update, de Health Quality Ontario (2017), la vídeocámara captura imágenes visuales y las convierte en pulsos de estimulación eléctricas en la unidad de vídeo-procesamiento. La unidad de vídeo-procesamiento transmite las imágenes de forma inalámbrica usando una antena. El implante emite pe- queños impulsos eléctricos que estimulan a la retina interna, eludiendo a las fotorreceptores dañados. Las células retinales ya estimuladas transmiten la infor- mación visual al cerebro a través del nervio óptico, y luego la visión inducida es percibida como un patrón de luces en el córtex visual. Es una buena opción en pacientes con RP puesto que aún mantienen visión residual y la retina aún puede responder a estímulos eléctricos. Tiene como ventaja que es poco invasivo a nivel retinal, ya que no ocluye la vascularización retinal y es fácilmente monitoreado. Al tener un sistema de cámara externo, ayuda a que la percepción de la imagen sea mejorada en contraste, detalles y magni�cación (DaCruz et al., 2016). Figura 2: Implante Argus II. A: componentes de implante. B: componentes del sistema externo (DaCruz et al., 2016). Prótesis Subretinal Alpha AMS. Los dispositivos Alpha IMS y AMS, se basan en 1500 fotodiodos ubicados en el espacio subretinal, entre el epitelio pigmentario y la capa de fotorreceptores, por lo que los fotodiodos se encuentran muy próximos para activar a las células bipolar y amacrina. El implante consiste en un microchip MPDA, un cable para el suministro de energía, y un control de señal que termina en una caja receptora pequeña ubicado tras la oreja. Un pequeño cable conecta el electrodo a la caja subdérmica. La luz del exterior es recibida por los fotodiodos para luego ser procesada y ampli�cada antes de ser enviada a los electrodos corres- pondientes. La combinación de fotodiodos y electro- dos provee de estimulación punto a punto de las célu- las bipolares de la retina, eliminando la necesidad de una cámara externa. Un aspecto positivo a comparar respecto a Argus II es que permite al paciente hacer uso de su propio sistema óptico para focalizar tras el uso natural del movimiento de los ojos permitiendo el rastreo del objeto mediante el movimiento sacádicos de los ojos y con el uso de las microsacadas logra refrescar la imagen en la retina (Stingl et al., 2015). Un aspecto negativo a considerar es la durabilidad del dispositivo implantado, ya que en pacientes implantados con Alpha IMS solo un 32% aún están en funcionamiento después de un año. Su sucesor Alpha AMS ha considerado esta desventaja y la han mejorado, con un 81% de funcionalidad después de un año (Ayton et al., 2014). Figura 3: Implante Alpha IMS. A: ilustración de la ubicación de la bobina del receptor y el cable de alimentación en una imagen de rayos X. Figura 3: B: imagen del implante Alpha IMS en la retina al fondo de ojo. C: manejo de la unidad manual (Imágenes modi�cadas a paritr de Stingl et al., 2015). Evidencia clínica Las necesidades de rehabilitación de un paciente con discapacidad visual varían considerablemente.El nivel de necesidad depende de la complejidad de los problemas, metas, estado psicosocial, los atributos personales y no solo del estado de la agudeza visual. Debemos reconocer el impacto que genera la pérdida parcial e irreversible de la visión y asegurarle al paciente una ayuda acertada a través de las alternativas actuales en el mercado (Kempen et al., 2012; Latham et al., 2017). Existen variados estudios en los cuales se evidencia la efectividad de las ayudas ópticas y de las prótesis retinales, pero lamentablemente para ambos casos se utilizan test de evaluación y medidas distintas, por lo que hacer un estudio comparativo utilizando los mismos test es de vital importancia. Algo en común entre las ayudas ópticas y la prótesis retinal es la selección de pacientes. En ambos casos se debe tener una expectativa razonable, tener apoyo familiar, habilidades para relacionarse con el medio y buena salud oftalmológica (Latham et al., 2015). Debemos iniciar con la medición de la calidad de vida que sufren los afectados. En la bibliografía consultada no se pudo contar con un único método estandarizado que fuese aplicado en todos los estudios de paciente con retinosis pigmentaria (Stingl et al., 2015). El test Dutch ICF Activity Inventory (D-AI), es una adaptación del International Classi�cacion of Functioning, Disability and Health (ICF) desarrollado por la Organización Mundial de la Salud, y que ha sido utilizado en varios estudios con la intención de comprender las mayores di�cultades de los afectados en relación a su cuidado personal, aplicación de conocimientos, realizar actividades o tareas habituales, actividad social, relación familiar y salud mental. Gracias al test D-AI podremos establecer qué tipo de rehabilitación es útil para nuestro paciente de acuerdo a sus limitaciones y necesidades visuales para sus actividades diarias (Bruijning, Nispen y Rens, 2010). El test Functional Low-Vision Observer Rated Assessment (FLORA) cuya intención es evaluar la funcionalidad de los tratamientos en discapacidad visual (Geruschat et al., 2015). Fue implementado por Ghodasra et al. (2016) para evaluar el impacto del implante Argus II en la vida diarias de los pacientes. Para este caso la experiencia fue positiva (80% de aceptación) pero aun así no se encontró comparación o aplicación del test en los estudios de Alpha IMS o en ayudas ópticas. El estudio realizado por Azoulay et al. (2015), demuestra que existe interés en conocer la calidad de vida de quienes sufren discapacidad visual a causa de la RP. Para ello implementaron el test Item-25 del National Eye Institute Visual Functioning Questionnaire (NEI-VFQ-25) y el cuestionario del Hospital de la Ansiedad y Depresión (HADS). El NEI-VFQ-25 consiste en 25 preguntas diseñadas para evaluar la visión, distancia de visión, visión periférica, motilidad, visión a color, dolor ocular, limitaciones, dependencia, frustración social y salud mental. Hasta el momento es la mejor alternativa evaluada por FDA. HADS consiste en 14 preguntas para evaluar el nivel de depresión-ansiedad del afectado (Sugawara et al., 2010). Otro ejemplo para evaluar la calidad de vida de quienes padecen RP es el estudio realizado por Levinson et al. (2017), en donde también recurrió al NEI-VFQ-25 y se complementó con el test Pepper Assessment Tool for Disability (PAT-D) y el test 36-Item Short For Health Survey (SF-36). El PAT-D consiste en un cuestionario de 19 ítems para evaluar la movilidad, las actividades de la vida diaria y las actividades instrumentales del vivir diario. El SF-36 que evalúa la salud en relación a la calidad de vida, funcionamiento físico, limitaciones debido a problemas de salud física, limitaciones debido a problemas de salud emocional, funcionamiento social, libertad de dolor, energía o fatiga, bienestar emocional y percepción general de salud. Como hemos señalado, la progresión de la RP llevará al paciente a presentar visión de túnel y, en consecuencia, di�cultades en el desarrollo de la vida diaria, por lo que resulta de utilidad evaluar la habilidad de exploración y localización de objetos dentro y fuera del campo visual. Para ello, AlSaqr y Dickinson (2016) han desarrollado el test Assessment of Visual Awareness (AVA). El test presenta varias limitaciones y no está validado, pero este estudio nos demuestra que hay parámetros que debemos considerar en el momento de evaluar qué alternativas reales podemos ofrecer a los pacientes, de acuerdo al estado actual de la enfermedad. Una vez evaluada la calidad de vida del paciente y qué se espera mejorar en ella, debemos considerar evaluar la función visual que podemos obtener tras la rehabilitación visual. La función visual requiere un test de medida que incluya la agudeza visual, la detección y la localización de objetos y perspectivas del paciente. La agudeza visual se estima en equivalente Snellen de 20/1250 para Argus II (1,80 logMAR) (Humayun, Eugene de Juan y Dagnelie, 2016) y de 20/546 para Alpha IMS (1,43 logMAR) (Stingl et al., 2015). La percepción visual tras la utilización de los dispositivos de prótesis retinal se mide con el Basic Assessment of Light and Motion Test (BaLM) (Humayun et al., 2016) y con el Freiburg Visual Acuity Test (FrACT) (Lange, Feltgen, Junker, Schulze y Bach, 2009). El BaLM está desarrollado para medir cuatro dimensiones visuales: la percepción de la luz (presente/ausente), la resolución (discriminación simple versus doble �ash), la localización de la luz y el movimiento. Este test nos ofrece una cuanti�cación de la función visual mostrando diferencias entre no percepción de luz, percepción de luz y movimiento de mano (Bach, Wilke, Wilhelm, Zrenner y Wilke, 2010). El FrACT se puede aplicar para cuanti�car la agudeza visual mayor a movimiento de mano. El paciente se ubica a 50 cm de una pantalla y se presenta el C-Landolt y un anillo a la vez. La agudeza visual decimal es recíproca al tamaño reconocido en C-Landolt (Lange et al., 2009). El nivel de visión que ofrece la prótesis retinal es limitada. Algunos participantes re�eren notables mejoras en la distinción de formas y objetos, les es útil para desplazarse con independencia y distinguir obstáculos, pero aun así describen las imágenes como “sombras en movimiento” (Humayun et al., 2016). Debemos considerar que independiente de la opción a elegir los afectados ya llevan mucho tiempo con discapacidad por lo que siempre será necesario el entrenamiento de rehabilitación para maximizar el impacto y darle sentido a la nueva información visual (Troy, 2015). Aún no se puede predecir a qué pacientes les será útil el mejorar la percepción de la luz, cuánto demorará la restauración de las habilidades y si ésta será mantenida. Por lo tanto, aún no hay una opinión generalizada sobre los bene�cios de la visión arti�cial. Si sabemos que con la prótesis retinal el paciente tiene mayor habilidad de orientación, relación con el medio, sobrellevar obstáculos y mejora sus interacciones sociales pero no se encontraron estudios que comparara estas mejoras con respecto a las ayudas visuales ópticas (Humayun et al., 2016). DISCUSIÓN La Retinosis Pigmentaria representa un claro estado de alteración de la calidad de vida para quien la padece, representando así no solo una pérdida de autonomía por parte del individuo afecto, sino también del núcleo familiar de éste. Las técnicas de Rehabilitación Visual que se han desarrollado en los últimos años han sido en función de mejorar la autonomía y el desempeño del afectado en las labores cotidianas debido a que la edad de presentación es habitualmente en jóvenes, lo cual genera una descompensación psicológica, no solo ameritando así la prestación de ayuda óptica sino también el apoyo multidisciplinariopara el manejo de dicha afección, tanto para el paciente, como para su familia (Kempen et al., 2012; Latham et al., 2017) Entre las técnicas de rehabilitación, diversos autores han podido plantear estrategias tales como las terapias de baja visión, la cual resulta no solo de bajo coste, sino además de gran utilidad para la ubicación temporal de estos pacientes. Asimismo, el uso de lupas y telescopios representan una alternativa que genera autonomía en casos donde la progresión de la enfermedad ha sido evidente, esto a un bajo coste, si lo comparamos con la prótesis retinal que se presenta como una gran alternativas, ya que la misma posee utilidad en la mejora de localización y relación con el medio, permitiendo además el uso de la binocularidad y reajuste de la imagen (Deemer et al., 2018; Farvardin et al., 2018). En este mismo orden de ideas podemos señalar la prótesis Argus II, la cual ha sido aprobada por la FDA, lo que valida de forma signi�cativa su uso. Sin embargo, numerosos informes han asegurado que las personas implantadas con estos dispositivos requieren un largo proceso de ajuste y capacitación, lo que re�ere un desafío tanto para el paciente como para el familiar y el sistema de salud, debido a la inversión económica que esto representa (Ayton et al., 2014; Deemer et al., 2018; Farvardin et al., 2018). CONCLUSIÓN La retinosis pigmentaria representa una enfermedad que compromete signi�cativamente la salud visual de quien la padece, siendo un desafío para el equipo de salud y familiar. Por tanto, debemos siempre individualizar la prestación dada en cada caso, 7 tomando en cuenta las condiciones del medio y núcleo familiar (Kempen et al., 2012; Trujillo et al., 2012). Las diversas estrategias de rehabilitación visual juegan un papel signi�cativamente importante en la terapéutica del paciente, ya que permiten la readaptación al medio, cuentan con un buen nivel de seguridad al no presentar contraindicaciones para su uso como en el caso explícito de las ayudas ópticas y, asimismo, han demostrado seguridad a largo plazo como las prótesis retinales (DaCruz et al., 2016; García-Martín et al., 2015; Stingl et al., 2015). En este mismo orden de ideas, es importante comprender que las ayudas ópticas corresponden a herramientas para maximizar el remanente visual, es decir, no tienen utilidad en los casos de pérdida completa de la visión, mientras que la prótesis retinal puede ser utilizada en cualquier etapa de la enfermedad, siendo aún más provechosa en los estadios avanzados (DaCruz et al., 2016; Daschner et al., 2018; Farvardin et al., 2018; Lewis et al., 2016). En este sentido es importante concluir que los test utilizados en la bibliografía consultada, tanto para evaluar la calidad de vida, como la calidad visual del paciente, no representan un criterio uni�cado, por tanto no es posible establecer relaciones objetivas entre las diversas pruebas clínicas estudiadas. re-vision.es 2019, Vol 1, 6-14 INTRODUCCIÓN La Retinosis Pigmentaria (RP) es una enfermedad congénita degenerativa de los fotorreceptores de la retina, de carácter crónico y progresivo, que puede presentarse de manera aislada o como parte de un grupo de enfermedades. Constituye la primera causa de ceguera en la población adulta y su prevalencia a nivel mundial es de 1 en 4000 personas. Inicialmente, los bastones son los primeros en afectarse. Éstos abundan en la retina periférica y son los encargados de la visión nocturna, periférica y blanco-negro. Dentro de sus signos podemos apreciar en el fondo de ojo acúmulos de pigmento, producto de la degeneración retinal (espículas óseas), atenuación del árbol vascular retiniano y cambios en la mácula. Los cambios maculares son usualmente vistos en etapas terminales, mientras que las espículas óseas son el signo típico aún en etapas precoces. De acuerdo al Servicio de Evaluación del Servicio Canario de la Salud (2017), el diagnóstico se realiza tras la evaluación de los síntomas, signos al fondo de ojo y el examen de Electrorretinograma (ERG) que concluirá en la disminución de las longitudes de onda atribui- bles a un no funcionamiento de los fotorreceptores. Las causas genéticas de la RP son bastante complejas, ya que la misma enfermedad puede estar causada por mutaciones en uno de los muchos genes implicados. Existe una gran cantidad de mutaciones diferentes en cada gen que causan diferentes formas de la enfermedad y una misma mutación puede producir fenotipos diferentes. Puede ser heredada de forma autosómica dominante (20% - 25% de los casos), autosómica recesiva (15% - 20% de los casos) o ligada al cromosoma X (5% - 10% de los casos). No todas las formas hereditarias tienen la misma gravedad ni igual evolución, sino que parece estar asociada a una cierta variabilidad clínica. No existe diferencia signi�cativa en la prevalencia en relación al sexo. Y en lo que re�ere a la clínica, la forma más severa corresponde al tipo ligada al cromosoma X (Trujillo et al., 2012). No existe una clasi�cación única y generalizada para la RP, si bien la mayoría de los autores usan cuatro modalidades de clasi�cación (véase la tabla 1) (García-Martín, Gil-Arribas y Bambó-Rubio, 2015). Tabla 1. Clasi�cación de la Retinosis Pigmentaria. Abreviaturas: AV (agudeza visual); CV (campo visual). Si bien es una patología congénita, sus primeros síntomas y/o signos no suelen ser percibidos antes de la adolescencia. Por lo tanto, la persona afectada no es consciente de su enfermedad hasta en fases avanzadas de la misma. Debido a la gran variabilidad genética, sus manifestaciones clínicas pueden presentarse de formas diferentes, incluso entre individuos de una misma familia. Sin embargo las más comunes son: ceguera nocturna (nictalopía) o escasa adaptación a la oscuridad, disminución del campo visual (CV), iniciándose de manera irregular en la periferia, o puede ser una pérdida progresiva concéntrica del CV, pérdida que se inicia en la parte superior y luego avanza hacia un escotoma arqueado o escotomas anulares y, en etapas �nales, queda la visión en túnel. La visión central puede estar preservada en algunos casos y en otros puede llegar a la ceguera absoluta, ya que en la progresión de la enfermedad los conos son los siguientes afectados (Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica para las Distro�as Hereditarias de Retina, 2017). Lo que respecta a su AV podemos clasi�car al paciente como baja visión o ceguera. Se considera baja visión la disminución de las funciones visuales, no recuperables por tratamiento. Aquí la AV está comprendida entre 0,05 y 0,3 en el mejor ojo y/o un CV inferior a 20° en el mejor ojo. El paciente mantiene una visión útil, a lo que se denomina remanente visual. El remanente visual puede ser mejorado o potenciado mediante la rehabilitación visual, con el �n de ayudar a la calidad de vida de los afectados. Por otro lado existe la ceguera, en donde los afectados cursan con una AV menor a 0,05 y/o un CV menor a 10°. En estos casos la rehabilitación visual es difícil de realizar, por lo que se deben evaluar otras alternativas para recuperar la visión, como son las opciones de prótesis retinal (Latham, Baranian, Timmis, Fisher y Pardhan, 2017). La de�ciencia visual a causa de la RP da como resultado una signi�cativa desventaja económica y social en el afectado, su familia y a la sociedad en general. Estos pacientes acuden con mayor frecuencia al médico y, generalmente, necesitan asistencia para desarrollar sus actividades diarias. De entre los objetivos a lograr de quienes sufren discapacidad visual, la movilidad es lo que les implica un mayor desafío. Las mayores di�cultades son en la orientación relacionadas con las condiciones de iluminación,evitando obstáculos y búsqueda de objetos. Actividades como salir de compras, realizar deporte o usar el transporte público son consideradas como limitaciones ante la falta de movilidad, pero también se deben considerar como actividades de la vida diaria y de interacción social, por lo tanto, resulta en una drástica reducción de su calidad de vida al comparar con la población de la misma edad (Latham et al., 2017). De acuerdo a los estudios realizados por Kempen, Ballemans, Ranchor, Van Rens y Zijlstra (2012) y Latham, Baranian, Timmis y Pardhan (2015), quienes padecen de una progresión de su discapacidad visual, como es el caso de la RP, tienen mayor riesgo de sufrir depresiones y cuadros de ansiedad. Este cambio en el estado emocional in�uye en su funcionamiento en la vida, lo cual se relaciona con la calidad de vida. OBJETIVO GENERAL Determinar a través de la revisión bibliográ�ca las alternativas actuales para la rehabilitación visual en pacientes afectados con retinosis pigmentaria. Objetivos Especí�cos a) Comprender las di�cultades visuales y sociales de quienes padecen retinosis pigmentaria. b) Describir las utilidades de la prótesis retinal como nueva alternativa de tratamiento para restablecer la función visual en retinosis pigmentaria. c) Analizar el contexto sociocultural de los pacientes con retinosis pigmentaria en la actualidad. MATERIAL Y MÉTODOS Se trata de un estudio retrospectivo de corte trans- versal descriptivo, basado en la revisión bibliográ�ca, para lo cual, las plataformas consultadas fueron Google Académico y PubMed, páginas o�ciales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Agencia Internacional de Prevención de la Ceguera (IAPB), Organización Retinosis Retina Besigare y Federación de Asociaciones de Retinosis Pigmentaria de España. Se realizaron búsquedas bibliográ�cas a través de internet (español e inglés), sobre retinosis pigmentaria (de�nición, causas y tratamiento), rehabilitación visual (ayudas ópticas, no ópticas y prótesis retinal), baja visión y ceguera (de�nición, tratamiento y aspectos psicosociales). Los criterios utilizados para la selección de artículos cientí�cos fueron aquellos que estuvieran publicados entre los años 2010 y 2017. Sistema de Variables RESULTADOS Los problemas de discapacidad visual son consulta frecuente en oftalmología. Los afectados de retinosis pigmentaria desean cada vez más conocer los aspectos inherentes a su enfermedad y a pesar de tener pronósticos desalentadores, siempre están esperanzados en nuevos avances en la cura o rehabilitación visual disponible en el mercado. Rehabilitación visual Una vez que ha sido diagnosticada la enfermedad, nos enfocaremos en la rehabilitación visual. Nuestro objetivo no es solo mejorar su calidad visual, sino rehabilitar al paciente que depende de su función visual. Mediante diferentes técnicas, recursos, ayudas ópticas y ayudas adaptativas, buscamos lograr la autonomía e independencia de la persona con discapacidad (García-Martín et al., 2015). Para orientar de forma integral la rehabilitación, debemos evaluar los cambios en la visión y cómo estos in�uyen en su vida cotidiana. Debemos explorar el campo visual, la adaptación al movimiento, el cálculo de distancias, la sensibilidad al contraste, la agudeza visual y la motilidad ocular. En base a ello, evaluar las discapacidades que experimenta el paciente ante la ceguera nocturna o las di�cultades en la lectura. Es importante conocer su repercusión psicológica de estos síntomas, ya que la rehabilitación será más exitosa cuando el paciente haya aceptado su condición y sus expectativas sean razonables (Escobar-Gómez, Vélez-Álvarez y Barrera-Valencia, 2017). Ayudas ópticas La técnica utilizada fundamentalmente son las ayudas ópticas, cuyo objetivo es favorecer la utilización del remanente visual mediante el uso de sistemas ópticos. Su funcionamiento está en producir una magni- �cación de la imagen en la retina, aumentando su rendimiento visual. La elección del tipo de ayuda óptica a utilizar dependerá del grado de afectación de campo visual y las necesidades del paciente (véase la tabla 2) (García-Martín et al., 2015). Tabla 2. Clasi�cación de ayudas ópticas. Prótesis retinal Los nuevos avances en medicina, cirugía y tecnológicos tienen como objetivo restaurar la pérdida de la función visual a través de dispositivos de visión arti�cial. La visión arti�cial puede ser implantada en diferentes localizaciones de la vía visual, dependiendo de la causa de la pérdida visual (retina, nervio óptico, núcleo geniculado lateral o córtex visual) (Daschner, Rothermel, Ralf, Rudort y Stett, 2018). Para el caso de la RP nos referiremos a la implantación de tecnología a nivel de la retina: prótesis retinal. El éxito de esta tecnología ha sido tal que actualmente se encuentran dispositivos disponibles comercialmente, el Argus II de Second Sight Medical Products, USA (aprobado en 2011) (Ayton et al., 2014), el Alpha IMS de Retina Implant AG (aprobado en 2011, actualmente discontinuado) (Daschner et al., 2018) y el Alpha AMS de Retina Implant AG, Germany (aprobado en 2016) (Ayton et al., 2014). La percepción visual comienza con la luz pasando a través de la córnea y el cristalino hasta hacer foco en la retina. En la retina, los fotorreceptores absorben la luz visible y desencadenan la fototransducción, proceso que convierte la luz en una señal eléctrica. La señal eléctrica producida es procesada por las células neuronales de la retina (células bipolar, horizontal y amacrina) y enviada por las células ganglionares al núcleo geniculado lateral a través del nervio óptico y luego hacia el córtex visual (Brandli, Luu, Guymer y Ayton, 2016). Estos dispositivos usan electrodos implantados entre, o cerca, de la retina con la intención de estimular la retina interna, eludiendo a los receptores no funcionales y estimulando la red celular restante de la retina. Luego utiliza la vía visual posterior intacta para transmitir la señal luminosa al córtex visual (Lewis y Rosenfeld, 2016). Es imprescindible que la capa interna de la retina se encuentre relativamente intacta, como es el caso de la RP, en donde la degeneración de los fotorreceptores ocurre en la capa externa de la retina. También, estos dispositivos asumen que la retina interna aún es capaz de procesar la información lumínica, por lo que la estimulación eléctrica modulada de las células ganglionares aún puede actuar en la percepción visual (Zhang, 2016). En la selección de candidatos a prótesis retinal, debemos considerar que la retina en etapas avanzadas de la enfermedad sufre una signi�cativa reorganización y remodelación de su organización anatómica, receptora y funcional. Las células bipolares y amacrina sobreviven realizando sinapsis anormal, y las células ganglionares disminuyen en un 30% (Cohen, 2018). Figura 1: Localizaciones anatómicas potenciales para la implantación de la prótesis retinal. A: posición epiretinal. B: espacio subretinal. C: espacio supracoroidal. D: espacio intraescleral (Imagen modi�cada a partir de Ayton et al., 2014). Prótesis Epiretinal Argus II El dispositivo Argus II consiste en 60 electrodos ubicados en la membrana limitante interna de la retina, con la intención de estimular a las células ganglionares y las neuronas retinales internas. Los electrodos son conectados por cable a una unidad de vídeo. El paciente es provisto de unas lentes con una pequeña cámara que le entrega datos a los electrodos (Ayton et al., 2014). En el artículo Retinal Prosthesis System for Advanced Retinosis Pigmentosa: a Health Technology Assessment Update, de Health Quality Ontario (2017), la vídeocámara captura imágenes visuales y las convierte en pulsos
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