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1 MATERIAL DE ESTUDIO De PATOLOGÍA 2020 “AÑO DEL GENERAL MANUEL BELGRANO” TOMO N°1 – PARTE 1 1. Introducción. Autopsia. Estados celulares. UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS HOSPITAL NACIONAL DE CLÍNICAS Iº CÁTEDRA DE PATOLOGÍA 2 DOCENTES Y AUTORES RESPONSABLES DEL MATERIAL DIDÁCTICO DE PATOLOGÍA PROFESORA TITULAR Prof. Dra. DIONISIO de CABALIER, MARÍA ELISA PROFESORES ADJUNTOS Prof. Dr. CREMONEZZI, DAVID Prof. SUSANA SLABI PROFESORES ASISTENTES CABRERA, MARTA DEFAZIO, DARÍO GELMAN, LILIANA MAZZOTTA, MARCO MARIO MORENO, SARA ESTELA NEGRI, IDEAL REINOSO, NANCY RIVAS, DANIEL COLABORADORES ALCAIN, WANDA CORDERO, VANESA IMAHORN, JULIETA QUIÑONERO, LORENA MARTINEZ, EMANUEL PROFESOR ASOCIADO CENTRO DE MICROSCOPÍA ELECTRÓNICA Prof. Dr. MUKDSI, JORGE HUMBERTO 3 INTRODUCCIÓN: La patología, cuyo significado literal es: logos: estudio y pathos: enfermedad (estudio de la enfermedad), es la rama de la medicina que estudia la estructura macro y microscópica de células, tejidos y órganos en la enfermedad, como así también los mecanismos (fisiopatogenia) que la producen. Es, por tanto, una de las disciplinas médicas que abarca mayor cantidad de áreas: para poder comprender cuáles son los cambios estructurales y los mecanismos productores es imprescindible conocer lo normal: a) anatomía normal, b) embriología, histología y citología, c) química biológica y d) fisiología. A su vez la Patología involucra aspectos de: a) microbiología, virología, micología y parasitología, b) genética, c) biología molecular y d) inmunología: especialmente para explicar las causas y mecanismos de los trastornos. Se relaciona con prácticamente todas las especialidades médicas: clínica médica y sus ramas (neumonología, reumatología, dermatología, hematología, oncología, etc.), cirugía (en sus diversas subespecialidades: general, torácica, cabeza y cuello, neurocirugía, vascular, cardíaca, urinaria, etc,), pediatría y tocoginecología. En resumen la patología recepta información de numerosas disciplinas consideradas en el ciclo básico o biomédico y se interrelaciona estrechamente con aquellas del ciclo clínico. La metodología que adoptaremos en el estudio de la Patología es considerar dos áreas principales: a) Patología General: corresponde a aquellos trastornos que son comunes a varios órganos (Ej.: tuberculosis: puede afectar a casi todos los tejidos; infarto: puede producirse en numerosos órganos, etc.) y b) Patología Especial: donde estudiaremos las enfermedades de cada órgano o sistema. Breve historia de la Patología La evolución de los conocimientos médicos relacionados con la localización de la enfermedad suelen dividirse en 5 etapas de muy distinta duración. Etapa humoral (humor: latín=humedad). Cuando los pueblos más progresistas de la antigüedad, especialmente los griegos, comienzan a sobrepasar el tiempo de las supersticiones y de hechicerías, se entra paulatinamente en este período que dura más de 1500 años (desde el siglo V A.C. hasta los albores del Renacimiento). La enfermedad continúa siendo el castigo de los dioses pero comienza a ser localizada en lo que se consideró los cuatro humores del cuerpo, según las ideas de la época: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. La salud dependía de una exacta proporción de los mismos, la enfermedad era una alteración de esa proporción. Sus representantes más notables fueron Hipócrates de Cos (460-377 A.C) considerado el iniciador de la medicina racional y Galeno (131-201 D.C.) médico griego de Pérgamo que residió en Roma. Este último escribió numerosas obras y en su libro “Utilidad de las partes” describe diversas formas y funciones del organismo basándose en el concepto de que “la naturaleza nada hace en vano”. Etapa anatómica u orgánica: La enfermedad pasa paulatinamente a localizarse en los diversos órganos. Esta etapa comienza en el Renacimiento cuando se ponen en duda los dogmas que regían la actividad humana. Entre los primeros, Antonio Benivieni de Florencia, relata en el siglo XV veinte protocolos de autopsias muy breves y elementales. En ellos se relaciona las alteraciones de los órganos con los síntomas. Es clásico uno de los protocolos: enfermo que todo vomitaba sin retener alimento alguno, hasta quedar reducido a “piel y huesos”. En la autopsia hecha “en bien del interés público”, se encontró una dureza en estómago, cerca del píloro, a la que se consideró causa de los síntomas (hoy sabemos que esta patología corresponde a un cáncer antral). Otros representantes de esta época fueron Vesalio de Brucelas (1514-1564) quien relacionó la función con la anatomía y Morgagni de Padua (1682-1771) quien publicó 700 protocolos de autopsias en los cuales 4 relacionaba las alteraciones anatómicas con los síntomas (correlación anátomo-clínica). Esta etapa marca el comienzo de la Anatomía Patológica como ciencia. Sería muy extenso citar los nombres de todos los médicos que perfeccionaron la patología a través de las alteraciones orgánicas encontradas en las necropsias. Etapa tisular: su principal representante fue Javier Bichat (1771-1802), anatomista y fisiólogo francés. En su corta vida, murió a los 31 años, realizó gran número de autopsias (hasta 600 en un año). En 1800 publicó “Tratado de las membranas” donde describe la existencia de 21 tejidos diferentes, los que forman parte de los distintos órganos. Ello explicaría, según Bichat, porqué lesiones en diferentes órganos producían síntomas similares. Es notable que sus estudios fueron hechos con métodos físicos y químicos, sin el uso de microscopio. Etapa celular: en 1858 el patólogo alemán Rudolf Virchow (1821-1902) publicó su libro “Patología celular”. Con él comienza el progreso y la definitiva valoración de la patología como ciencia concomitante con la aparición de notables adelantos técnicos. Virchow sostuvo que la célula es el sitio de la enfermedad y que, por lo tanto, su alteración es responsable de los síntomas. Etapa actual: Hemos visto la evolución histórica secuencial del asiento de la enfermedad, desde lo macroscópico a lo microscópico: órganos, tejidos y células. No obstante los grandes adelantos en las investigaciones estructurales y ultraestructurales del organismo, actualmente las células continúan siendo las “unidades” más pequeñas que reúnen en sí “todas” las propiedades anatómicas, fisiológicas y bioquímicas de lo que se entiende por vida, por ello aún no ha perdido vigencia el concepto de que el trastorno de la armonía de sus propiedades constituye la base de la enfermedad. Pero vivimos en una etapa donde se estudian las patologías a nivel subcelular con el conocimiento de los organoides y de sus alteraciones y nos introducimos en una anatomía normal y patológica a nivel molecular. Hoy se interpreta que este nivel molecular constituye el punto final en lo que se relaciona con alteraciones y enfermedad ya que esta última, para que se produzca, necesita una participación aunque sea “parcial” de las propiedades que entendemos como “forma de vida”. Interpretamos que tanto en lo infinitamente grande como en lo pequeño no hay término en el avance científico. Actualmente se investiga el Universo conocido a distancias de miles de millones de años luz y en lo pequeño, más allá del átomo y sus componentes estructurales, comenzamos a pensar en el punto donde la materia y energía sufren mutua transformación. Concluimos que en patología, como en toda actividad científica, hay una etapa actual pero no final. Comentario sobre la iniciación de la anatomía patológica en otras universidades En las universidades europeas la anatomía patológica comenzó a enseñarse en la primera mitad del siglo XIX pero desde su origen careció de un lugar preciso dentro de los planes deestudio. Así, en la Universidad de Salamanca, en 1827, se estudiaba conjuntamente con fisiología, patología general e higiene privada. Con posterioridad y durante casi todo el siglo queda unida con histología. Si bien la primera Cátedra de Anatomía Patológica del mundo fue la de la Universidad de Estrasburgo en 1819, la que verdaderamente puede considerarse como tal, de acuerdo a nuestra concepción actual de la especialidad, fue la que en Alemania dirigió Rudolph Virchow a partir de 1849. Virchow está considerado como el padre de la patología celular. En una frase pintoresca y muy demostrativa Marti Ibañez dijo de él: “sustituyó el imperio de los humores por la democracia celular”. Aún con posterioridad la enseñanza universitaria de la Anatomía Patológica continuó adoleciendo de defectos. Así, la de Madrid, inaugurada en 1873, fue muy criticada porque las 5 lecciones, aunque bien habladas, eran teóricas y de poca utilidad por carecer de demostraciones prácticas. En Buenos Aires, los estudios de Anatomía Patológica se inician en 1852 en la Cátedra denominada Anatomía Patológica, Historia de la Medicina y Medicina Legal. Posteriormente se enseña conjuntamente con Anatomía General e Histología. Recién en 1887 la Anatomía Patológica adquirió independencia como Cátedra encargándose su dictado al Dr. Telémaco Sussini. Es notable que las clases comienzan una década después a causa de que no había colaboradores, material, ni instrumentos apropiados ya que sólo se contaba con una pequeña sala de necropsia al lado de la carbonera del hospital. La anatomía patológica en Córdoba Desde el curso inaugural de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba, el 11 de Marzo de 1878, quedó incorporada la asignatura Anatomía Patológica al programa de estudios. Correspondía al 3er año en un plan de 6 con carácter de curso obligatorio y con examen final teórico práctico. También estaba incluida en otras materias relacionadas, de cursos posteriores, como Patología quirúrgica, Clínica quirúrgica, Medicina operatoria, etc. En el tribunal de examen de las mismas participaba el profesor de Anatomía Patológica ante quien los alumnos debían realizar una necropsia. En un segundo plan de estudio, año 1879, la asignatura pasa a 2º año con la denominación “Histología especial y patológica”. Es de particular interés conocer el material de enseñanza con que contaba la facultad en este segundo año de su existencia: colección de huesos humanos un atlas anatómico nueve mapas un estuche de Anatomía un cráneo armado con bisagras un esqueleto La Cátedra poseía además, dos microscopios rudimentarios y cien preparados histológicos adquiridos en Europa por el Dr. Henry Weyembergh, primer Decano de la Facultad y a su vez el primer Profesor titular de las Cátedras de Histología general y de Histología especial y patológica. En el mismo año y como hecho indispensable para la enseñanza de la Patología se solicitó a la provincia que el Hospital San Roque pase a depender de la Facultad de Medicina. En 1884, por renuncia del Prof. Weyembergh se encarga la Cátedra al Profesor Pablo Sussini quien renuncia tres meses después por considerar la Anatomía Patológica como una materia dificultosa y de alta complejidad. Para solucionar esta vacante se designa a un médico recientemente recibido, el Dr. Ramón Gil Barros, quien es enviado a Europa a perfeccionar sus conocimientos. A su regreso se hace cargo de una Cátedra compleja que se encontraba desdoblada en 4 años: 1º año: Histología; 2º año: Histología Patológica; 3º año: Anatomía Patológica teórica-práctica (1º curso) y 4ª año: Anatomía patológica teórica-práctica (2º curso). En 1887 se modifica el plan de estudio separándose la Cátedra de Histología de la de Anatomía Patológica, la que es encomendada al mismo Dr. Gil Barros. En base a criterios similares a los del Dr. Sussini se declara incompetente para dictarla, solicitando quedar solamente en Histología para lo cual se había logrado perfeccionar en Europa. Ante esta vacancia se designa al Dr. Antolín Torres y debido a la importancia y dificultades de la materia se lo envía al viejo continente para su formación en la especialidad. A su regreso en el año 1888 se hace cargo de la Cátedra organizando un museo y un laboratorio de los que no ha quedado otra documentación. A fines de 1889 el Dr. Torres es designado Decano de la Facultad de Medicina (4º Decano). Antes del año de su actuación y a raíz de graves conflictos universitarios se produce su separación de la Universidad. Se hizo necesario su reemplazo en la Cátedra y a tal fin se designa con carácter interino y posteriormente como Profesor Titular, 6 al Dr. Samuel Castellano. Con él se estabiliza la docencia de Anatomía Patológica ya que permanece en el cargo durante más de dos décadas. En una modificación del plan de estudio realizada en 1893 la materia se designa “Anatomía Patológica y trabajos micrográficos” y en 1897 pasa a 4º año con la denominación Anatomía Patológica y Trabajos Prácticos”. Un serio problema de los períodos iniciales fue la carencia de médicos especializados que pudieran realizar docencia adecuada. Se hizo necesario reglamentar que para desempeñarse como Jefe de Trabajos Prácticos y como Ayudante era necesario haber obtenido de 7 a 10 puntos en el examen de Anatomía Patológica y tener todas las materias, hasta 4º año inclusive, aprobadas. En 1911 la academia de la Escuela de Medicina decide contratar un Director Técnico de Anatomía Patológica en el extranjero y en 1912 se efectiviza un contrato entre la Universidad de Córdoba y el Dr. Ferdinando Strada, profesor de la Universidad de Pavia, en Lombardía- Italia. Incluía los siguientes detalles: cargo de dedicación exclusiva contrato por 5 años (prorrogable) compromiso de organizar un museo El Prof. Strada llega a Córdoba al finalizar 1912 y en Enero de 1913 eleva a la Facultad las condiciones que debía reunir el futuro Instituto de Anatomía Patológica en el Hospital Nacional de Clínicas, aún no inaugurado y para el cual había sido designado Director Técnico. Debía comprender 4 áreas: 1.Autopsias; 2.Museo; 3.Histología complementaria de autopsias y 4.Estudios bacteriológicos (en los primeros años se efectuaron numerosas investigaciones para determinar rabia). La enseñanza de Anatomía Patológica en la Escuela de Medicina continuó a cargo del Dr. Samuel Castellano. Por tal motivo se debió establecer los límites en las funciones que correspondían a cada uno de estos profesores por lo que se dictó una ordenanza fijando la existencia de 2 cursos: uno teórico a cargo del Prof. Castellano (Titular) y otro práctico dirigido por el Prof. Strada. Este debía aportar preparaciones anatómicas para la enseñanza de quien continuaba siendo Profesor Titular de la materia. Además, como Director del Instituto, debía realizar autopsias, efectuar la histopatología y organizar el museo. Recién en 1918, a consecuencia de la jubilación del Prof. Castellano , se produce la unificación de tareas al encargarse la Cátedra al Prof. Strada, con mantenimiento de sus funciones en el Instituto. El 24 de Mayo de 1913 se inaugura oficialmente el Hospital Nacional de Clínicas y en Septiembre del mismo año se realiza la presentación del Prof. Strada en una sesión extraordinaria y pública, en el Rectorado. Entre los principales antecedentes de su formación en la especialidad citamos: Discípulo de Golgi Colaborador del Prof. Pío Foa Médico peregrinante del Laboratorio Pasteur de París, trabajando con los Dres Roux, Laverán, Borrel, etc. Es de interés comentar algunos de los conceptos del discurso pronunciado por el Prof. Strada en esa oportunidad, muchos de los cuales aún mantienen actualidad: Señaló la necesidad de un buen texto de autopsia y el problema de que no existieran en Castellanoni en Francés. Los únicos adecuados eran alemanes y estaban fuera del alcance del conocimiento de los alumnos. Para solucionar este inconveniente dictó apuntes a sus ayudantes. Las necropsias hasta ese entonces se limitaban a aspectos técnicos, abertura de cavidades, secciones de órganos, etc. Consideró indispensable agregar el diagnóstico anátomo-patológico con la finalidad de que las alteraciones de los órganos y tejidos pudieran guiar hacia las causas de los síntomas de las enfermedades y hacia las que determinaron la muerte del 7 individuo. Recalcó que el simple examen macroscópico es a menudo insuficiente para el diagnóstico anátomo-patológico y citó textualmente a Ramón y Cajal cuyos conceptos por la altura que traslucen también reproducimos aquí: “Para que el examen necrópsico sea fecundo debe practicarse en el Microscopio asociado a todas las minucias de la técnica histológica. Los desórdenes macroscópicos tienen poco valor; pueden utilizarse para fijar el lugar del mal pero con frecuencia son impotentes para revelarnos su naturaleza ya que bajo las apariencias exteriores más semejantes se ocultan a veces las apariencias celulares más disimilares”. En cuanto a la enseñanza de la Histología Patológica práctica señaló la necesidad de adiestrar a los estudiantes en el diagnóstico microscópico de las lesiones más comunes y de mayor importancia, guiados por el Director y sus ayudantes. También consideró conveniente darles información sobre las técnicas de inclusión, cortes, etc. haciendo hincapié en la necesidad de que estas últimas funciones debían ser desempeñadas por personal no médico especializado. En cuanto a locales criticó que sólo la sala de Necropsia reunía las condiciones apropiadas a exigencias modernas, pero que no había nada más que pudiera llevar el nombre de “Laboratorio de Anatomía Patológica”. Destacó que para la enseñanza práctica disponía de una sola habitación a la que todo le faltaba inclusive la luz. En 1946 el Prof. Strada se retira de la actividad asistencial y docente sucediéndolo el Prof. González Warcalde, uno de sus discípulos. METODOLOGÍA DE ESTUDIO DE LA PATOLOGÍA La forma de estudiar para comprender y aprehender la patología debe ser sistemática, es decir, seguir una secuencia lógica en el desarrollo de los conocimientos para ir desde lo general a lo particular, tanto en lo conceptual como en lo fisiopatogénico y morfológico. Ello no significa que no existan algunos procesos patológicos que escapen a esta secuencia, lo cual será fácilmente comprendido por el alumno al estudiarlo. Para facilitar el estudio realizaremos una breve síntesis (con algunos ejemplos) de las etapas o secuencias que se deben seguir: Concepto: abarca las principales características generales de la enfermedad o grupo de enfermedades; en la actualidad suele ser utilizada la terminología de “marco conceptual” con lo cual se quiere decir que los límites son referenciales para definirlas. Ej.: tuberculosis: concepto: es una enfermedad infecciosa provocada por una micobacteria, de gran incidencia especialmente en países pobres; se relaciona con la desnutrición. Preferimos hablar de concepto en lugar de definición, ya que el primero es más general y no necesita que el alumno se esfuerce en memorizarlo textualmente, sino principalmente en comprenderlo; como cada uno de Uds. podrá experimentar, es mucho más fácil explicar el concepto de una entidad cuando se termina de estudiarla, que al momento de iniciarla. Clasificación: no se utilizan en todas las enfermedades, pero para algunas es fundamental. Las clasificaciones pretenden agrupar variantes de la enfermedad con características patogénicas o morfológicas comunes. Ej.: tipos de tuberculosis: a) Primaria (o de primoinfección) y b) Secundaria (o posprimaria). La Cátedra no exige la simple memorización de las clasificaciones, sino una comprensión de ellas que permita aplicarlas en la patogenia, morfología, clínica, evolución, tratamiento, etc. Etiología: la etiología de un proceso ES LA CAUSA DEL MISMO, dicho de otra forma es lo que ha determinado la iniciación de eventos que produce la enfermedad, responde a la pregunta QUE? Ej.: en el caso de la tuberculosis la etiología (qué?) es el bacilo de Koch (es una bacteria que se clasifica como micobacteria), por lo tanto es una enfermedad INFECCIOSA. Patogenia: se refiere a los mecanismos a través de los cuales se produce el proceso patológico. Responde a la pregunta COMO? Suele también utilizarse el término FISIOPATOGENIA, que corresponde a los procesos funcionales alterados que dan origen a la enfermedad. 8 En circunstancias también se utiliza la denominación de ETIOPATOGENIA, que abarcaría la etiología y patogenia (qué y cómo) como una unidad de interpretación; en muchos casos no se pueden separar y representan una misma unidad conceptual. En el ejemplo de la tuberculosis, la patogenia sería: cómo el bacilo de Koch produce la lesión inicial y las posteriores, que dañan de manera irreversible al pulmón y otros órganos. Morfología: en este apartado consideraremos como se ven MACROSCÓPICAMENTE y MICROSCÓPICAMENTE las alteraciones. La MACROSCOPIA se refiere al aspecto de los órganos, visualizados directamente, con o sin las lesiones. El alumno en cada tema deberá aprender y saber describir dichas lesiones, para poder establecer el/los diagnósticos PRESUNTIVOS (probables) en un determinado órgano y los DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES (es decir otras enfermedades que podrían producir similares cambios). El estudio macroscópico debe seguir un orden: se comienza describiendo el ASPECTO EXTERNO del mismo (ej.: si hay o no deformación), su SUPERFICIE (lisa, rugosa, con cicatrices, etc.), COLOR (conservado o alterado), el PESO y las DIMENSIONES. Luego el órgano se toca (palpación) y se abre siguiendo técnicas preestablecidas; en los órganos huecos observamos la MUCOSA, ESPESOR DE LA PARED y PRESENCIA DE ESTRUCTURAS o LESIONES ANORMALES. En los órganos macizos determinamos la CONSISTENCIA (resistencia al corte, la cual será normal, mayor o menor), la SUPERFICIE DEL CORTE y presencia de anormalidades. Como se comprenderá, para poder interpretar cuando un órgano ha perdido sus características de normalidad, es necesario conocer la anatomía normal, por lo que recomendamos al alumno repasar en cada capítulo las características principales de ellos. A modo de resumen: MACROSCOPIA: a)peso 1-ASPECTO EXTERNO b)dimensiones (INSPECCIÓN) c)color d)superficie externa 2-PALPACIÓN a)consistencia b)presencia de durezas o zonas de menor consistencia a)consistencia b)superficie del corte c)presencia de anormalidades 3-CORTE d)órganos huecos mucosa pared e)órganos macizos superficie del corte anormalidades del parénquima MICROSCOPIA: Si bien consideramos esta parte de la patología como eminentemente técnica, es decir que pertenece principalmente al área del patólogo, el alumno debe desarrollar conocimientos básicos sobre el tema. En cada capítulo señalaremos cuáles son esos conocimientos básicos, por lo cual cada práctico posee un tiempo específico dedicado a la histopatología o la citología o cualquier otra técnica de estudio de la anatomía microscópica. 9 CLÍNICA: Una vez desarrollado lo anterior, hacemos una breve reseña de cómo se manifiesta la enfermedad, señalando SÍNTOMAS Y SIGNOS cardinales. El objetivo de ello es iniciar en el alumno el hábito de correlacionar la patología con la clínica (correlación clínico-patológica) con la finalidad de que se comprenda cómo se producen y manifiestan las enfermedades. Este aspecto es muy importante. ACTIVIDAD DEL PATÓLOGO Y SU PAPEL EN EL EQUIPO MÉDICO La metodología utilizada por el patólogo en su especialidad es esencialmente de laboratorio.Sin embargo, no es un laboratorista en el sentido clásico de la palabra ya que no se limita a realizar un análisis y dar a conocer su resultado al médico práctico, como sería recuento de glóbulos rojos, glucemia, etc., sino que su función es procurar llegar, por intermedio de la biopsia o de la necropsia, a un diagnóstico de la enfermedad. Confirma o modifica así el diagnóstico clínico presuntivo del médico clínico o cirujano. Con frecuencia lo guía hacia una patología hasta ese momento no sospechada. El diagnóstico del patólogo es el más seguro de todos los diagnósticos, pero no es una certeza absoluta por estar sujeto a las limitaciones y posibilidades de error propias de toda actividad humana. Su importancia resalta si recordamos que uno de los fundamentos de la medicina es prevenir la enfermedad o producida ésta, tratarla procurando su curación. Para ello es una premisa realizar un diagnóstico correcto de la misma. Además y en relación a los enfermos futuros y a la adquisición de experiencia médica, esta elevada exactitud de la AP evita que se perpetúen los errores clínicos ya que los diagnósticos, al ser ratificados o rectificados histológicamente, pasan a formar parte de los hechos que deciden sobre el conocimiento de la frecuencia, tratamiento y curabilidad de las distintas enfermedades. No obstante el patólogo debe recordar permanentemente (al igual que otros especialistas) que su actividad posee límites y debe ser ejercida con amplitud de criterio, evitando el dogmatismo. El patólogo, si bien se desempeña en un laboratorio, no actúa encasillado en el mismo. Tiene una actividad grupal participando con otros especialistas en los equipos médicos que valoran no sólo el diagnóstico sino también el pronóstico, las diversas posibilidades de tratamiento y la evolución de un proceso. En ocasiones sólo puede llegarse a un diagnóstico definitivo por intermedio de la participación conjunta de médicos clínicos, cirujanos, radiólogos, patólogos, etc. Esta participación en los equipos médicos obliga a poseer amplios conocimientos de medicina general. Otro ejemplo es la ya mencionada anátomo-clínica que se realiza con los distintos servicios de Hospitales o instituciones de Salud; en ella es el patólogo quien efectúa el diagnóstico final y la correlación entre morfología y síntomas de la enfermedad considerada. Resta señalar que las características de los estudios macro y microscópicos que realiza el patólogo le facilita entrar en el campo de la investigación tanto básica como aplicada. También es participante del “Comité de tumores” (se reúnen periódicamente médicos de los distintos servicios para intercambiar ideas sobre el diagnóstico, tratamientos y evolución de pacientes oncológicos). MÉTODOS Y TÉCNICAS DE ESTUDIO DEL LABORATORIO DE PATOLOGÍA La ANATOMÍA PATOLÓGICA (denominación utilizada desde los albores de la especialidad) o PATOLOGIA (nombre actual) incluye: Patología Quirúrgica (biopsias, piezas quirúrgicas) Citodiagnóstico (citología exfoliativa, punción aspiración con aguja fina (PAAF) Patología de autopsias (necropsias) Otros métodos: Microscopia Electrónica de Transmisión, Inmunohistoquímica, Patología Biomolecular, etc. 10 PATOLOGÍA QUIRÚRGICA BIOPSIAS TIPO DE MATERIALES PIEZAS QUIRÚRGICAS U OPERATORIAS BIOPSIA (de bio: vida y opsi: visión) En la práctica suele usarse este término en varios sentidos: Para designar un fragmento de tejido destinado a ser estudiado histológicamente Para designar el acto quirúrgico de extracción de ese fragmento. En sentido estricto una biopsia es el estudio de un tejido obtenido “in vivo” con el fin de realizar un diagnóstico en base a sus alteraciones. Existen diversos tipos de biopsias que se usan según el tamaño de la lesión, su localización, el criterio del médico que obtiene el material y otras circunstancias a valorar para cada caso en particular. Enumeramos: 1) incisional o subtotal 2) excisional o total TIPOS DE BIOPSIAS 3) por punción 4) por congelación o intraoperatoria 1) Biopsia incisional o subtotal: cuando sólo se extirpa un sector de la lesión que se desea estudiar. El material debe incluir no sólo parte de la lesión sino también tejidos sanos adyacentes que permitan establecer una relación entre ambos. Por lo general las biopsias incisionales son pequeñas por lo que se debe evitar efectuar presiones, la acción del calor (bisturí eléctrico), la desecación, etc. porque los tejidos se alteran hasta el punto de quedar inutilizados para fines diagnósticos. También deben evitarse áreas reblandecidas o necrosadas ya que difícilmente serán de utilidad diagnóstica. Las biopsias incisionales son de la práctica diaria. El material se obtiene directamente de la piel o a través de una intervención quirúrgica (ejemplo: fragmento de lesión abdominal obtenido por laparatomía) o a través de métodos endoscópicos (ejemplo: fragmento de lesión esofágica obtenido de la luz del órgano). 2) Biopsia excisional o total: se extirpa toda la lesión con un margen de tejidos adyacentes macroscópicamente sanos. Es una práctica habitual para las lesiones que se sospechan cancerosas. Una biopsia excisional tiene no sólo finalidad diagnóstica sino también de tratamiento. 3) Biopsia por punción (o por aguja o por aspiración): es muy utilizada. El material se obtiene por medio de una aguja especial que se introduce desde el exterior. Hay diversos modelos de agujas. Se puede así obtener fragmentos tisulares de numerosos órganos, pero predomina la punción biopsia en hígado, en riñón y diversas neoplasias. En ocasiones el material se extrae de sectores profundos de un órgano en el curso de laparatomía, toracotomía, etc. Las ventajas del método predominan sobre sus inconvenientes. Señalamos algunas: Ventajas: Se puede efectuar cuando el estado del enfermo no permite otro tipo de biopsias. Permite obtener muestras de lesiones profundas. Permite repetirse cuando la muestra no fue adecuada. Puede utilizarse para conocer la evolución de una lesión y su respuesta al tratamiento La morbi-mortalidad del método es casi nula cuando se siguen las indicaciones y contraindicaciones en cada caso y cuando es realizada por médicos con experiencia. Generalmente es dirigida por métodos de estudio por imágenes (radiología, ecografía, tomografía, etc.). 11 Se pueden realizar estudios especiales (inmunohistoquímica, biología molecular, etc.) Desventajas: El fragmento obtenido es pequeño y cilíndrico por lo que está más expuesta a artificios histológicos que inutilizan el material. Por la pequeñez del espécimen se requiere mayor experiencia del patólogo para la interpretación de la lesión. La muestra puede no ser representativa de la lesión. Estas desventajas quedan disminuidas por la gran utilidad de este procedimiento. Aparte de las ya citadas en relación con el diagnóstico cabe agregar que ha permitido obtener nuevos conocimientos sobre la etiopatogenia y evolución de algunas enfermedades que antes eran difícilmente estudiables histológicamente en vida del enfermo. 4) Consulta intraoperatoria o estudio intraoperatorio (también denominada transoperatoria o por congelación o extemporánea). Esta técnica (muy utilizada) consiste en que el patólogo participa del acto operatorio estudiando muestras del órgano y las lesiones para determinar si hay cáncer o no, si los límites quirúrgicos están libres de enfermedad, si hay metástasis en otros órganos, etc; es decir que su utilidad es principalmente en las enfermedades cancerosas. Sin embargo también se pueden estudiar patologías benignas, como veremos más adelante. El fragmento seleccionado para su estudio puede procesarse de diversas maneras: a) se fija unos segundos en formol caliente y posteriormente se lo congela para poder realizar un cortehistológico rápido. Se utilizan distintos métodos y diferentes tipos de micrótomos de congelación o crióstatos pero todos tiene en común enfriar el tejido para permitir los cortes. Estos se colorean con colorantes simples como el azul de toluidina o el de metileno o hematoxilina-eosina y se observa al microscopio. El uso mayor de este método es en el diagnóstico de tumores, por ejemplo los de mama, para determinar rápidamente si es benigno o maligno, para ver si los mismos han sido extirpados totalmente; ganglios linfáticos u otros tejidos para establecer si una operación determinada puede efectuarse con criterio oncológico. En patologías no tumorales uno de los ejemplos es determinar si existen o no células ganglionares en los plexos nerviosos de intestino durante el acto operatorio de una enfermedad denominada megacolon. b) Otra técnica muy utilizada en la actualidad es la impronta citológica que posee gran certeza diagnóstica, no necesita cortar el tejido (que a veces es muy pequeño) y tiene buena correlación con el estudio diferido. El uso de la biopsia intraoperatoria es universal y de enorme valor, tiene algunos inconvenientes subsanables: es un método que por su rapidez obliga al patólogo a contestar de primera intención las lesiones difíciles o dudosas no tiene el recurso de la consulta o el estudio minucioso se necesita tener gran experiencia en el estudio macroscópico para poder estudiar histológicamente lesiones representativas (si el material no se tomó del área más lesionada el diagnóstico pudiera ser benigno cuando en realidad existe un cáncer). En este caso la experiencia del patólogo en sugerir el sitio de una nueva toma, es de la mayor importancia para poder resolver el diagnóstico. si el material es muy pequeño y durante el estudio intraoperatorio se agota el mismo y no queda para el estudio diferido, pueden “perderse “ parte de las zonas más enferma En cuanto a sus ventajas son: Permitir al cirujano la toma de decisión sobre el tipo y extensión de la cirugía Si la cirugía en cáncer no fue suficiente el cirujano amplía en el mismo acto los márgenes de resección Se pueden obtener fragmentos de una lesión cuando la misma debe ser estudiada con técnicas especiales (especialmente las biomoleculares, ver más adelante) 12 El patólogo, como ser humano, siente la repercusión de su responsabilidad ante el requerimiento de un rápido diagnóstico, PERO DEBE RECORDARSE QUE EL MISMO FORMA PARTE DEL EQUIPO DE SALUD Y QUE SU RESPONSABILIDAD ES COMPARTIDA CON EL RESTO DE LOS INTEGRANTES DE DICHO EQUIPO. Todo lo anterior se soluciona con experiencia y responsabilidad. Ante una dificultad diagnóstica, el patólogo debe comunicar su duda razonable al cirujano y éste deberá postergar la operación quirúrgica hasta tener el resultado histológico del material incluido en parafina (no se debe hacer una cirugía mutilante sin corroboración histológica del diagnóstico clínico). PIEZAS QUIRÚRGICAS: corresponde a la extirpación de un órgano: apéndice cecal, útero, ovarios, estómago, etc. o gran parte de él (esófago, intestino, etc.). El patólogo estudia macroscópicamente e histológicamente la alteración que determinó la conducta quirúrgica, el estado de los tejidos restantes, los límites quirúrgicos, los ganglios linfáticos regionales, etc. La característica de este estudio varía con el órgano y el tipo de lesión. Será más extensamente tratado este tema en la UD General de Neoplasias. Aquí corresponde hacer conocer que TODAS LAS PIEZAS QUIRÚRGICAS, POR MAS BANALES QUE PARECIERAN, DEBEN SER ENVIADAS AL PATÓLOGO PARA REALIZAR O CONFIRMAR UN DIAGNÓSTICO. En el curso de la asignatura se irán dando ejemplos que demuestran porqué se debe seguir esta conducta. No hacerlo significa, por parte del médico, desinterés, desconocimiento e irresponsabilidad e incurre en una conducta jurídicamente punible. Es útil repetir esta pregunta: ¿Qué material extirpado debe ser enviado al laboratorio para su estudio histológico? y su respuesta es breve: TODOS. CITODIAGNÓSTICO - CITOLOGÍA EXFOLIATIVA: Papanicolaou en 1928 destacó el valor de la citología y en 1943 sus trabajos le dieron un gran impulso, especialmente en relación con la detección precoz del cáncer de cuello uterino. Su principal aplicación es en el diagnóstico de cáncer a través de sus células constituyentes, las que se exfolian con mayor facilidad que las de los tejidos normales. Además de la citología de cuello uterino se estudian derrames pleurales y abdominales, esputo, orina, cepillados, lavados bronquial y gástrico. Los extendidos se fijan en alcohol puro 96º. La coloración universalmente empleada es la de Papanicolaou: hematoxilina de Harris para los núcleos y EA 36 (colorante compuesto) para los citoplasmas (Figura 1). Sin embargo, cualquier otra coloración como la rutinaria de hematoxilina-eosina puede usarse. Sus indicaciones, métodos de extracción del material y demás detalles serán tratados en la UD Generalidades sobre Citología. PUNCIÓN ASPIRACIÓN CON AGUJA FINA, PAAF: Es un método que en los últimos tiempos ha adquirido relevancia por su fácil realización, ya que no requiere equipamientos costosos, solo se necesita personal capacitado para realizar la técnica, y los resultados son muy buenos. Se emplea comúnmente en la glándula tiroides, pero también puede ser usado en otros órganos o tumores, tales como glándulas salivales, páncreas, hígado, tumores de partes blandas, tumores mediastinales, etc. (Figura 2). NECROPSIA (Sinonimia: autopsia, de auto: por sí mismo) En una necropsia se estudian las alteraciones anatómicas e histológicas de los tejidos y órganos para deducir de ellas: la causa básica y final de muerte las alteraciones cuali y cuantitativas en cada órgano 13 enfermedades sufridas en el curso de la vida sin manifestación clínica (hallazgos) Ello permitirá determinar la evolución de la/s lesión/es, la eficacia de los tratamientos y la certeza diagnóstica clínica. Por ejemplo un cáncer de estómago es la causa básica de muerte y una hemorragia o perforación determinada por la presencia del cáncer puede ser la causa final. Cuando la causa de muerte es una medida terapéutica o de diagnóstico se considera una iatrogenia (de iatro: médico y genia: origen). Por ejemplo, accidente hemorrágico en el curso de una endoscopia o de una punción-biopsia. No siempre se puede determinar con claridad la causa básica de muerte, aun con realización de necropsia, por existir factores complejos o porque no se encuentra causa alguna que justifique la muerte. Se denomina “hallazgo de necropsia” a la lesiones que por su pequeñez o por su especial localización no dieron, en vida, sintomatología que permitiera sospechar su existencia. Ej.: paciente fallecido por insuficiencia cardíaca; en la necropsia se encuentra un cáncer de riñón de 3 cm que aún no había dado síntomas. De no haberse producido la muerte por falla cardíaca, el paciente, con el tiempo, posiblemente hubiera padecido clínicamente la enfermedad maligna que ahora fue hallazgo de necropsia. Para realizar una necropsia es necesario seguir los siguientes pasos: conocimiento de la historia clínica (datos clínicos) un examen externo cuidadoso del cadáver estudio macroscópico de las vísceras posterior examen histológico de los fragmentos seleccionados Todos los datos obtenidos en estas etapas son registrados en protocolos, los que quedan archivados para su posterior utilización. En una necropsia rutinaria se estudia todo el contenido cráneo-cérvico-torácico-abdominal y fragmentos de la médula ósea. En ocasiones, cuando la localización de lesiones lo requiere, se agrega piel, testículo, glándula mamaria, globo ocular, tejido óseo y articular, etc.. La apertura del cadáver y la extirpación de los órganos cérvico-tóraco-abdominalesen un bloque es realizada por evisceradores con experiencia (en nuestra Cátedra lo hacen lo hacen ayudantes alumnos entrenados). Las vísceras se colocan en recipientes con formol al 10 o al 20% y el posterior estudio macro- microscópico lo realiza un médico especialista en Anatomía Patológica. Este requisito es indispensable para que la necropsia no se convierta en un acto inútil. Tiene importancia formativa que el estudiante de Medicina asista y observe por lo menos una evisceración. Utilidad de la necropsia: (además de las mencionadas en la página anterior) para: llevar estadísticas correctas por ser el método que determina con mayor seguridad la causa básica de muerte la formación médica, por lo anterior y por su aplicación en reuniones anátomo- clínicas la formación del médico patólogo por el aprendizaje y experiencia que proporciona en la especialidad la enseñanza-aprendizaje de la patología (pregrado) en medicina legal Causa básica de muerte: es la enfermedad o lesión, incluyendo medios terapéuticos y de diagnóstico, que inician la serie de procesos morbosos que conducen directamente a la muerte. Causa final: es la alteración o desequilibrio último, que se agrega a la causa básica, determinando la muerte. 14 Grados de seguridad diagnóstica en los certificados de defunción Los diagnósticos de causa básica de muerte en los certificados de defunción tienen distintos grados de seguridad. Sobre la idea de Willis (patólogo inglés) hemos realizado una modificación y reordenamiento en base a nuestras observaciones y conceptos. GRADO I. Diagnóstico por examen clínico. En estos casos se ha hecho un estudio clínico simple sin la intervención de métodos auxiliares. La exactitud de este diagnóstico dependerá de una serie de factores relacionados con el médico y la enfermedad. Del médico, en lo que se refiere a su especialización y experiencia así como al tiempo que dispuso para el estudio previo del paciente. De la enfermedad, porque su naturaleza y localización influiría en la mayor o menor dificultad diagnóstica. GRADO II. Diagnóstico por examen clínico y métodos complementarios (radiografía, endoscopia, electrocardiografía, etc..) Se aumenta así la seguridad diagnóstica aunque se mantiene un porcentaje de errores o dudas razonables por carecer de confirmación histopatológica. GRADO III. Diagnóstico por necropsia con sólo estudio macroscópico. Si bien ofrece la posibilidad de una observación directa de la generalidad de los órganos con sus diversas alteraciones macroscópicas, constituye un sistema incompleto que no ofrece seguridad, aun en manos de patólogos competentes. GRADO IV. Diagnóstico por estudio histopatológico. Lo hemos dividido en dos grupos: con estudio histopatológico premorten (biopsias y piezas quirúrgicas). Este subgrupo ofrece una elevada fidelidad diagnóstica y alcanza su mayor valor en neoplasias. necropsias con estudio histopatológico final. Es un sistema óptimo y en manos de especialistas con experiencia reduce los errores a un grado insignificante. Reuniones anátomo-clínicas Es una actividad muy importante, donde se reúnen especialistas de todas las disciplinas para discutir un caso en particular, que puede ser una autopsia o un caso de un paciente vivo, con estudios histopatológicos. Se desarrolla de la siguiente manera: un equipo de médicos clínicos y/o de cirugía, sin conocer el resultado de la necropsia o estudios histopatológicos, exponen los hechos de la enfermedad padecida, los estudios radiográficos, todos los datos de laboratorio, las conclusiones diagnósticas a que arribaron, los diagnósticos diferenciales que se consideraron y el tratamiento efectuado. Posteriormente el patólogo expone las lesiones encontradas y lo que, de acuerdo a sus resultados, constituyó la causa básica y final de muerte. Por último, los intervinientes realizan una relación anátomo-clínica de los hechos conocidos, comprobados, corregidos o que fueron omitidos en vida del paciente. La necropsia permite confirmar el diagnóstico que se efectuó o bien establece la naturaleza de una enfermedad que no había podido dilucidarse o sobre la que había dudas razonables. En no pocas ocasiones el resultado de una necropsia provoca la sorpresa de que la enfermedad que se había considerado como básica y sobre la cual se enfocó todo el tratamiento realizado no era la que el enfermo padecía, a consecuencia de ello su lesión verdadera no fue tratada o fue agravada por un tratamiento erróneo (por ej. confusión clínica diagnóstica de lesión tuberculosa con cáncer). La necropsia, aparte de confirmar diagnósticos o de aclarar errores, evita que éstos se perpetúen y que pasen a formar parte de una falsa formación médica. De ahí la gran importancia de reuniones anátomo-clínicas. En medicina legal la autopsia es realizada por un médico legalista especializado. Las circunstancias en que se requiere este tipo de autopsia son: cuando la muerte fue con violencia (suicidio, asfixia, etc.) cuando hay o se requiere una denuncia policial (Ej: aborto séptico provocado) cuando no hubo asistencia médica previa (Ej: cadáver encontrado en la vía pública) Para los médicos forenses son útiles una serie de “signos de muerte” que les permiten determinar con cierta aproximación el tiempo transcurrido desde la muerte, aunque no con 15 exactitud ya que los factores que provocan las alteraciones tisulares son complejos y difíciles de valorar. Sucintamente describiremos los principales: Lividez cadavérica (lívido: amoratado) son manchas rojizas-azuladas que aparecen, cuando el cadáver está en decúbito supino o dorsal, en la piel de la espalda. Son producidas por la sedimentación de la sangre en las áreas de mayor declive debido a la acción gravitatoria. Antes de las 24 h, por estar aún parte de la sangre en los vasos, estas manchas disminuyen o desaparecen por presión. Pasadas las 24 h. los hematíes se han lisado y la hemoglobina (Hb) se ha difundido en los tejidos por lo que las manchas ya no disminuyen con la presión. Rigidez cadavérica: es consecuencia de una contractilidad con endurecimiento muscular (acción tisular que se incrementa después de la muerte). Las articulaciones tienden a quedar rígidas. Comienza de la cabeza a los pies a partir de las 2-4 hs. de la muerte, aumentando o manteniéndose hasta 24 h después. Desaparece en igual sentido y en igual tiempo. No hay uniformidad de criterio para determinar la causa de esta rigidez. Se atribuye a un acúmulo de ácido láctico post-morten por ausencia de oxidación. También se considera consecuencia de la disminución del ATP necesario para que el músculo disminuya de tono. La pérdida posterior de la rigidez se debe a la falta total de energía química tisular. Descomposición cadavérica: los tejidos se reblandecen por acción de las enzimas liberadas por sus propias células muertas (autólisis). Luego se agregan las enzimas de las bacterias saprófitas (heterólisis) que provienen del exterior o de la proliferación post- mortem de las existentes en el organismo. Es un proceso de putrefacción (24-36 h) con formación de ácido sulfhídrico en el intestino. Este, al combinarse con el Fe de la Hb origina sulfuro de hierro de característico color negro verdoso. A consecuencia de estas acciones líticas puede aparecer perforaciones en órganos huecos y cavidades en órganos sólidos. No deben confundirse con lesiones in vivo. Histológicamente se diferencia con facilidad: el cambio post-mortem no se acompaña de reacciones vasculares y leucocitarias propias de los cambios tisulares producidos en vida. Turbidez de la córnea: aparece aproximadamente a las 24 h. Descenso de temperatura: con rapidez variable según circunstancias ambientales y según la causa de muerte La determinación precisa y rápida del momento de la muerte, es decir la cesación irreversible de todas lasfunciones orgánicas, han planteado problemas de muy difícil solución a nivel médico, ético, jurídico y religioso. En la muerte total del organismo, al igual que en la muerte tisular producida en vida del sujeto (ver más adelante. necrosis) las funciones no cesan al unísono sino que lo van haciendo aisladamente con diferencia de minutos y de horas. Por ej. puede cesar la respiración con cierta persistencia de los latidos cardíacos, los tejidos renales pueden conservarse viables hasta algunas horas después y los tejidos nerviosos solamente conservan escasos minutos. Los de mayor resistencia son los tejidos conectivos. Esta variabilidad dificulta determinar exactamente el momento de la muerte total, hecho necesario para extraer los órganos destinados a trasplante. Podemos decir que entre la vida y la muerte no existe un límite neto que pueda precisarse. Por ello tiene especial importancia el conocimiento de la gran sensibilidad del tejido nervioso a la anoxia. A este nivel se produce el primer hecho de cesación irreversible de una función vital porque el parénquima nervioso cerebral muere definitivamente si le falta oxígeno entre 5 y 8 min. Después de ese tiempo habrá ausencia permanente del potencial eléctrico en el Sistema Nervioso Central. TÉCNICA DE AUTOPSIA: INTRODUCCIÓN El estudio técnico de las autopsias se realiza siguiendo un orden protocolizado que posee dos etapas o tiempos: 16 inspección del cadáver y evisceración análisis del block de evisceración EVISCERACIÓN: Esta actividad es realizada por ayudantes alumnos, a los que llamamos evisceradores, que mediante un entrenamiento especial desarrollan las habilidades y destrezas necesarias para ello. Lo primero que hace el eviscerador es una inspección externa del cadáver, donde se consignan anormalidades o peculiaridades de conformación del individuo. El orden es el siguiente: cabeza (cráneo y cara) cuello tórax y dorso abdomen miembros superiores miembros inferiores Se determinan, en cada uno: el color, presencia de alteraciones, cicatrices, lesiones traumáticas, tumores, etc.. Cada autopsia llega acompañada por un resumen de historia clínica, que guía el estudio y refuerza el conocimiento e interpretación de los hallazgos. Es muy importante y nunca debe hacerse una necropsia sin los antecedentes del paciente. En el hospital general de adultos, como es el nuestro, no se realizan autopsias en: casos judiciales (accidentes, muerte dudosa, etc.) enfermedades infecto-contagiosas como SIDA o Hepatitis B fallecidos con menos de 6 h de internación y sin historia clínica previa Luego se comienza la evisceración según técnica de Letulle modificada en nuestra Cátedra. Utilizamos una incisión biacromio-esterno-pubiana (transversal infraclavicular y vertical hasta pubis). Apertura tóraco-abdominal: Una vez realizada la incisión se expone el contenido cervical, torácico, abdominal y pelviano. En cada uno se consigna si la distribución de los órganos y sus relaciones son normales, presencia de contenidos como líquido ascítico, derrame pleural, etc. En el cuello se diseca piel y tejido celular subcutáneo hasta el borde inferior del maxilar inferior, llegado a este sector, se visualizan glándulas submaxilares. Procedemos a la sección de los músculos del piso de la boca con bisturí o tijera siguiendo el reborde interno de la mandíbula. Luxamos la lengua con el dedo índice y traccionamos de ella; cortamos con tijera faringe y paquete vásculo-nervioso del cuello previa disección del borde interno del músculo esternocleidomastoideo e infrahioideo. Por último realizamos la liberación de estos músculos, sección del plexo braquial y vasos subclavios; se circunscribe el orificio superior del tórax, culminando con el paso de los órganos del cuello a través de él, hacia la cavidad torácica. Para acceder a cavidad torácica, se realiza una incisión oblicua, seccionando músculos pectorales e intercostales desde el tercio interno subclavicular hacia el reborde costal a nivel de la línea axilar anterior con costótomo. Se continúa con la sección de la inserción diafragmático costal y diafragmático esternal; se seccionan los ligamentos esternopericárdicos, lo que permite levantar el pecto esterno-costal, con luxación a nivel del ángulo de Louis esternal. De esta manera se expone el contenido torácico; donde se observa la cavidad pleural teniendo en cuenta la posible existencia de adherencias o derrames, se observan los pulmones, el mediastino, saco pericárdico. Contenido abdominal: se analizan los hallazgos en forma similar a los anteriores, inclusive la cavidad pelviana. 17 En el varón separamos la vejiga y hacemos un corte con tijera de la uretra inmediatamente por debajo de la próstata; en la mujer separamos vejiga, útero y anexos y terminamos con un corte de uretra y vagina en su zona más inferior. Para extraer el block se tracciona fuertemente a partir de la lengua, logrando así el despegamiento al ras de la columna dorsal y cervical, siendo fácil la salida de los pulmones si no hay adherencias pleurales. Llegando a este punto se divulsiona con las manos la fijación posterior diafragmática, previa sección de sus pilares. Recordando que no se divulsionó el peritoneo parietal y su contenido abdominal del retroperitoneo, se procede a la sección de vasos ilíacos y nervios crurales, culminando con la sección de recto en su zona inferior, la zona de vagina-uretra en la mujer, fue ya seccionada al abordar la cavidad abdominal. En el varón, la extracción testicular se logra traccionando del cordón espermático, previa incisión de la pared posterior del conducto inguinal, facilitando su salida y terminar con la sección del ligamento de fijación a escroto por su polo inferior. Luego queda liberado el block completo, en una sola pieza. Posteriormente se procede a realizar el cierre, suturando con una aguja curva e hilo, aconsejamos agujas de cuerpo triangular. Apertura de la cavidad craneal: Se efectúa una incisión bimastoidea, pasando por la protuberancia occipital externa y realizando una prolongación de unos 3 cm. en ángulo recto de los extremos; a partir de esta línea se comienza la disección del cuero cabelludo, dejando así libre la calota craneal hasta el nivel de los arcos supraorbitarios. Luego con un trazo circunferencial pasando a 1 cm sobre la glabela y a 3 cm sobre la protuberancia occipital externa, se seccionan los músculos a su paso. Se aserra el hueso a modo de separar la calota, introduciendo la legra en el corte y a manera de palanca fracturamos ésta y tirando del hueso al sacarlo exponemos la duramadre craneal. Sobre la línea circunferencial incidimos ahora a la duramadre y la levantamos, consecuentemente observamos a través de la aracnoides la superficie cerebral. Previa tracción leve de los lóbulos frontales con la otra mano, procedemos a la sección con bisturí de: (en una secuencia anteroposterior) La hoz del cerebro en su fijación al agujero ciego Las arterias carótidas internas al emerger de su porción cavernosa El quiasma óptico al ingresar por el agujero óptico Sección del tallo infundibular hipofisiario Sección de los pares craneales en el borde de su orificio craneal En la parte más posterior e inferior seccionamos la zona bulbomedular. Para poder extraer el cerebelo es necesario incidir periféricamente a la tienda del mismo; de esta manera excluimos toda la masa encefálica. En la base del cráneo cortamos periféricamente el techo de la silla turca y así extraemos hipófisis con el cuidado de no disgregarla, colocándola en el líquido fijador. Como vemos las incisiones se efectuaron sobre zonas que luego quedarán cubiertas, conservando la estética de zonas que quedarán al descubierto (Ej. cuello) de esta manera culminamos con la limpieza del cuerpo recordando que el orden y la limpiezaen la mesa son esenciales a lo largo de la evisceración. El block se fija en formol al 20% (más concentrado que lo habitual). Análisis del block de evisceración Lo realizan los médicos patólogos. En la descripción de los distintos órganos se sigue un orden topográfico, previa recopilación de la historia clínica y anotación de los hallazgos de evisceración. En cada órgano realizamos: 18 a) Examen visual: observando la forma, el tamaño, la superficie y la coloración. b) Examen manual: para la consistencia y elasticidad. c) Examen a la apertura: para observar la superficie de corte en los órganos macizos y la superficie y pared de los huecos. Se comienza por la porción posterior del block: 1. Riñones: se procede a liberar la grasa de la celda renal, divulsionándola con el dedo. Luego se libera el órgano, el cual se mide, eventualmente se pesa y, se inspecciona externamente. Posteriormente se secciona desde su borde externo hacia el hilio (que no se debe cortar), lo que permite determinar la relación córtico-medular, color, presencia de alteraciones, consistencia, etc. Se abre la vía urinaria (pelvis renal y uréteres hasta inserción en vejiga) y los vasos renales (arterias y venas hasta que su calibre lo permita). 2. Glándulas suprarrenales 3. Grandes vasos: se abren longitudinalmente vena cava inferior y aorta, con sus principales ramas. 4. Lengua, faringe y esófago: en ellos (también abiertos longitudinalmente) se evalúan mucosa y pared. 5. Pulmones y pleura: se inspeccionan, palpan y cortan desde los bordes externos hacia el hilio. Un especial cuidado debe tenerse en el momento de cortar el parénquima, para observar las sustancias que fluyen del mismo, ya que muchas de ellas (que son anormales) pueden ser dificultoso de conservar para el estudio histológico o diluirse en los pasos del procesamiento histológico. Finalizando con ello se da vuelta el block y se sigue estudiando. 6. Vías respiratorias superiores: laringe, tráquea y grandes bronquios. 7. Tiroides: se mide, palpa y secciona. 8. Ganglios intertraqueo-bronquiales: aspecto y características. Tamaño del mayor. 9. Corazón y pericardio: lo primero que se realiza es la apertura del saco pericárdico (observar el contenido) y luego la apertura del corazón. Para esto último se sigue una secuencia. Se abre vena cava superior hasta vena cava inferior, con un corte lineal. Con ello se expone la cavidad auricular derecha, cortamos con cuchillo el borde derecho de la aurícula y ventrículo homolateral y luego un colgajo hacia arteria pulmonar. De esta forma se exponen totalmente las cavidades y válvulas derechas: se mide el espesor del ventrículo y la circunferencia de tricúspide y válvula pulmonar. El corazón izquierdo se inicia abriendo las venas pulmonares, luego de borde izquierdo y posteriormente se abre un colgajo hacia la aorta. También medimos el espesor del ventrículo y circunferencia de las válvulas. 10.Diafragma 11.Estómago: se abre por la curvatura mayor. 12.Duodeno: se secciona longitudinalmente. 13.Hígado: es importante el peso, la medida, aspecto externo, consistencia y corte. 14.Vías biliares y vesícula biliar 15.Páncreas: con una sección longitudinal. 16.Bazo: se abre en forma parecida que riñón, midiendo y pesando el órgano. 17.Yeyuno- íleon: (similar a duodeno) 18.Intestino grueso: (similar al anterior) 19.Vejiga y uretra. 20.Próstata u órganos genitales femeninos: (útero, trompas y ovarios) 21.Testículo 22.SNC: se mide y pesa en conjunto. Se corta en lonjas paralelas de 1 cm de espesor cada una. De cada órgano se extraen cortes para su estudio histológico, lo que completa el análisis de la patología del paciente. Finalmente, y como uno de los hechos de mayor valor sanitario, determinamos la/las causas básica, intermedia y final de muerte, causas 19 concurrentes y hallazgos incidentales. Ellas permitirán un adecuado conocimiento sobre las enfermedades, su incidencia y su mortalidad. Causas concurrentes: son aquellas patologías que colaboran para el desenlace de la muerte. Las imágenes incluidas en todo el material han sido seleccionadas de la http/library.med.utah.edu/WebPath/GENERAL/html, cuando no es así se aclara su origen. Se incluye una AUTOPSIA de ejemplo. HOSPITAL NACIONAL DE CLÍNICAS I CÁTEDRA DE PATOLOGÍA Autopsia Nº XXXX ---------------------------------------------------------------------------------------------------------- Sala: X Cama: XX Historia Clínica Nº: 000000 Apellido y nombre: G.I. Sexo: masculino Edad: 50 años Fecha de ingreso: 00/00/00 10 h. Fecha de autopsia: 00/00/00 Director: Dra. Yolanda Blussand. Diagnóstico clínico: Cirrosis alcohólica. Várices esofágicas sangrantes. Coma hepático. Cadáver de sexo masculino. Piel: colorido moreno racial. Turgor, elasticidad y humedad conservados. Distribución pilosa: de acuerdo al sexo. T.C.S: conservado. Estado de nutrición: conservado. Adenopatías en axila izquierda. No edemas. Cabeza: normocéfalo. Cuello S/P. Tórax: s/p. Abdomen: levemente distendido. Miembros superiores: cicatriz de flebotomía reciente en pliegue del codo del brazo izquierdo. Miembros inferiores: S/P. A la evisceración Tórax: Escaso contenido seroso en ambos hemitórax aprox. 10 cc en cada uno. Presenta además adherencias laxas a nivel del sector apical del pulmón izquierdo. Abdomen: a la apertura de la cavidad abdominal fluye abundante líquido seroso (2000 cc). Cráneo: Cerebro: muestra dos zonas de color marrón en lóbulo frontal derecho. Escasa cantidad de líquido LCR de aspecto normal (5cc). A la apertura del tracto gastrointestinal Estómago: muy distendido y a la apertura fluye abundante cantidad de líquido hemorrágico con algunos coágulos de gran tamaño (1500 cc). Duodeno: escaso contenido tipo hemorrágico (10 cc). Yeyuno íleon: contenido hemorrágico en todo su trayecto (100 cc). Intestino grueso: contenido hemorrágico en todo su trayecto (200 cc.) de consistencia pastoso. Se extrae piel, músculo, hueso e hipófisis, ésta última se coloca en cámara. Eviscerador: Adrián Agüero Ayudante: Ricardo Tolkachier. Examen de los órganos internos Riñón izq.: mide 10,5 x 6,5 x 4 cm. Superficie externa con restos de lobulaciones fetales y estrellas de Verheyen. Al corte relación córtico-medular conservada. Decapsula con facilidad sin arrastrar parénquima. Cálices, pelvis y uréter: s/p. Arteria renal permeable, ostium libre de placas de ateromas. Vena renal: permeable. Riñón derecho: mide 11 x 7 x 3,5 cm. Superficie externa con restos de lobulaciones fetales, estrellas de Verheyen y dos pequeños quistes de retención de aprox. 2 a 3 mm de diámetro. Al corte parénquima moderadamente congestivo. Relación córtico medular conservada. Decapsula con facilidad sin arrastrar parénquima. Cálices, pelvis y uréter: s/p. Arteria renal: permeable; ostium libre de placas de ateromas. Vena renal: permeable. Suprarrenales: tamaño normal. Con marcados fenómenos de autólisis. 20 Aorta: moderada ateromatosis siendo más intensa en su porción abdominal desde el nacimiento de las arterias renales hasta su bifurcación; con varias placas de ateromas calcificadas y ulceradas. Ostium de las arterias más importantes libres de placas de ateromas. Vena cava inferior: endotelio liso, permeable. Lengua y faringe: sin particularidades (s/p). Esófago: en 1/3 inferior a 2 cm del cardias, la mucosa en una extensión de 6 cm y en toda la circunferencia a ese nivel se muestra hemorrágica (zona correspondiente a las várices esofágicas). Laringe, tráquea y grandes bronquios: mucosa sana. Ganglios intertraqueobrónquicos: antracóticos. Pleura y pulmones: Pleura: lisa, brillante y transparente. Antracosis. Pulmón izq.: Se presenta moderadamente erguido sobre la mesa de autopsias. A la palpación crepitaciones disminuidas, en los dos lóbulos, con grandes bullas enfisematosas en el vérticedel lóbulo superior. Además en la parte basal del lóbulo inferior se encuentra un nódulo de 1 cm de diámetro, calcificado (¿Primoinfección tuberculosa?). Al corte pulmón con enfisema marginal. Pulmón derecho: Se presenta moderadamente erguido sobre la mesa de autopsias. A la palpación crepitaciones disminuidas en los tres lóbulos, con grandes bullas enfisematosas en el vértice del lóbulo superior. Al corte pulmón con enfisema marginal. Tiroides: tamaño y aspecto normal. Pericardio y corazón: Pericardio: No se puede determinar la cantidad de líquido que hay en la cavidad por encontrarse el saco pericárdico seccionado. En epicardio (cara anterior) se observa una placa blanquecina de aspecto fibroso, de aproximadamente 1 cm. de diámetro. Corazón: mide 23 cm de circunferencia, 9,5 cm de diámetro longitudinal y 8,5 cm de diámetro transverso. Aurícula derecha: cavidad normal. Válvula tricúspide: mide 9,5 cm de circunferencia, el borde libre presenta un petequiado hemorrágico. Válvula sigmoidea pulmonar: mide 6,5 cm., el borde libre muestra un petequiado hemorrágico. Ventrículo derecho: espesor de la pared: 7mm, cavidad normal. Aurícula izquierda: cavidad normal. Válvula mitral: mide 8 cm. sin lesiones. Válvula Sigmoidea Aórtica: mide 7 cm. sin lesiones. Ventrículo izquierdo: espesor de la pared 18 mm, cavidad normal. Ostium coronarios: a nivel del ostium de la coronaria izquierda, se observa una pequeña placa de ateroma que reduce su luz en aproximadamente un 10%. Arterias coronarias: permeables, libres de placas de ateromas. Diafragma: presenta adherencias laxas a cápsula esplénica. Estómago: mucosa sana, conserva sus pliegues. Duodeno: s/p. Vesícula biliar: la mucosa conserva su reticulado y la pared su espesor. No se observan cálculos. Vías biliares: permeables. Hígado: mide 24,5 x 16 x 10 cm. Color pardo amarillento. Consistencia dura. Superficie externa finamente nodular, el tamaño de los mismos varía de 1 a 8 mm de diámetro. Al corte color pardo amarillento y aspecto nodular fino. Bazo: mide 9 x 6 x 3,5 cm. Al corte parénquima de aspecto normal. Páncreas: tamaño y aspecto normal. Yeyuno-íleon: mucosa sana, conserva sus pliegues Apéndice, ciego y colon: s/p. Genitales, próstata: tamaño, consistencia y aspecto normal. Vejiga: mucosa sana. SNC: Cerebro, cerebelo y tronco encefálico: peso normal. Polígono de Willis: s/p. Hemisferio cerebral derecho: en la cara inferior del lóbulo frontal se visualizan dos zonas de color pardo anaranjado, de aprox. 2,5 cm. de extensión en superficie; y otra con las mismas características en cara inferior del lóbulo temporal. Hemisferio cerebral izquierdo: s/p. Cerebro y tronco encefálico: s/p. 21 Hallazgos anatómicos macroscópicos Adenopatías axilares izquierda. Incisión de flebotomía en brazo izquierdo. Abdomen levemente distendido. Ascitis. Moderada ateromatosis aórtica. Mucosa esofágica hemorrágica (1/3 inferior). Contenido hemorrágico en todo el tracto gastrointestinal. Enfisema ampolloso bilateral. Moderada hipertrofia ventricular izquierda y derecha. Cirrosis hepática. Lesiones cerebrales ¿Necrosis?. Cortes histológicos Riñones: 2, Esófago: 3, Pulmones: 3, Corazón: 2, Estómago: 1, Hígado: 2, Bazo: 1, Cerebro: 3 Total: 18 cortes Histopatología Riñones: vasos sanguíneos congestivos. Algunos túbulos con cilindros pigmentarios en sus luces (hemosiderina? bilirrubina?). Esófago: mucosa y submucosa con sufusiones hemorrágicas e infiltrado inflamatorio polimorfonuclear; que en un área se extienden a las demás capas. Además hay vasos con abundantes polimorfonucleares RESUMEN: hemorragia esofágica por várices esofágicas. Pleura y pulmones: En un sector fibrosis pleural. Focos de infiltrado mononuclear (linfocitario) subpleural. Enfisema. Antracosis. Moderado depósito de hemosiderina. Corazón: s/p Estómago: s/p Hígado: muestra proliferación del tejido conectivo y del parénquima con formación de seudolobulillos; cambios grasos e intenso infiltrado linfocitario y polimorfonuclear neutrófilo a nivel de cicatrices fibrosas. Pigmento biliar intrahepatocitario, así como tapones biliares en canalículos y proliferación ductal. Algunos vasos sanguíneos congestivos. RESUMEN: cirrosis alcohólica con moderada colestasis. Bazo: depósito de hemosiderina. Cerebro: presenta zonas de gliosis y depósito de pigmento hemosiderínico (¿zonas antiguas de hemorragia en reparación?). Además hay depósitos de pigmento xantocrómico y pigmento negruzco ¿calcio?. Diagnósticos macroscópicos y microscópicos más importantes Cirrosis alcohólica con moderada colestasis-Ascitis. Hemorragia digestiva por várices esofágicas. Causa básica de muerte: cirrosis alcohólica. Causa final de muerte: hemorragia digestiva (esofágica). ALGUNOS ASPECTOS MACROSCÓPICOS NORMALES DE LOS ORGANOS (VALORES NORMALES APROXIMADOS EN EL ADULTO) Riñones: Peso: alrededor de 150 grs cada uno (Hombre: 140 grs. Mujer: 125 grs) Medidas: 12 cm de longitud por 6 cm de ancho y 3 cm de espesor Color: rojo pardo - Consistencia: firme. Superficie externa lisa - Relación córtico medular 1/3. Decapsula con facilidad sin arrastrar parénquima. Uréteres: miden 25 cm de longitud por 0,5 a 0,6 cm de diámetro. Suprarrenales: peso 8 grs en conjunto. 22 Esófago: mide 25cm de longitud. Pulmón derecho: peso 700grs. Pulmón izquierdo: 600grs. Consistencia: blanda. Tiroides: peso 20 a 30 grs. Corazón: Saco pericárdico: 30 a 50 ml de líquido transparente, cetrino. Peso: 250 a 300 grs en la mujer y 300 a 350 grs en el hombre. Medidas: Circunferencia: 18- 25 cm. - Diámetro longitudinal: 10 cm (10-12) - Diám. transverso: 10 cm (9-10) - Espesor de las paredes: V.D.: 3 a 5 mm - V.I.: 13 a 15 mm - Circunferencia de los anillos valvulares: Válvula tricúspide: 12cm – Válvula Pulmonar: 8,5 cm.Válvula Mitral: 10 cm – Válvula Aórtica: 7,5 cm Vesícula biliar: mide 9 a 11 cm de longitud. Colédoco: mide 6 a 8 cm de longitud por 0,4 a 0,5 cm de diámetro. Hígado: Peso: 1500 grs (1400 a 1600 grs)-Medidas: Diámetro transverso: 28 cm (24-28). Diámetro longitudinal: 18 cm (18-20 cm)-Espesor: 8 cm (6-8 cm).Color: rojo pardo- Consistencia: firme. A pesar de su consistencia, se moldea en los órganos próximos. Borde inferior o anterior: agudo-Superficie externa: lisa. Bazo: peso 150grs. Mide 12 por 8 por 4 cm.. Páncreas: peso 80 grs. Mide 15 a 20 cm de longitud. Yeyuno-íleon: mide 6,5 mts por 1,5 a 2 cm de diámetro. Intestino grueso: mide 1,5 mts. Apéndice cecal: tamaño variable (8 a 10 cm de longitud) por 0,6 a 0,8 cm de diámetro. Recto: hombre: 12 a 14 cm de long. Mujer: 11 a 12 cm de longitud. Próstata: pesa 20 grs. Testículos: pesan 12 grs. Miden 5 por 3 por 3 cm. Útero: (vida sexual activa) nulípara: pesa 50 grs. Mide 8 cm de longitud por 5 a 6,5 cm de ancho en la zona del fondo por 3 cm de espesor. Ovarios: miden 4 cm de longitud por 2,5 a 3 cm de ancho por 1 a 1,5 cm de espesor. Trompas: miden 10 a 12 cm de longitud. Cerebro: pesa 1187 grs en el hombre y 1093 grs en la mujer. TÉCNICA HISTOLÓGICA EN PATOLOGÍA QUIRÚRGICA Y NECROPSIAS La metodología en Patología es similar a la que fue estudiada en Histología por lo que no se insistirá en detalles sobre la misma. En una síntesis se cita: fijación en formol ( en casos especiales puede usarse otro fijador) pases en alcohol para deshidratar y en xilol o benzol para aclarar inclusión en parafina cortes con micrótomo tinción con H.E. La hematoxilina-eosina es una coloración suficiente para todos los estudios, pero en ocasiones se hace necesario complementarlos con alguna tinción especial como la tricrómica de Masson para los tejidos conectivos, Ziehl-Neelsen para bacilos ácido-alcohol resistentes, PAS para glucógeno, etc.. Aspectos prácticos sobre el envío del material a un laboratorio de Patología El médico generaldeberá tener a su alcance una solución fijadora adecuada, única forma de evitar que aparezcan deformaciones tisulares que impidan el posterior estudio histológico. Ya mencionamos que el de uso universal y que se adapta a todos los estudios rutinarios es el formol al 10% (1 parte de formol puro y 9 de agua). Los fijadores desnaturalizan las enzimas anulando su acción lítica, impiden la proliferación de microorganismos y la desecación del material. Se debe tomar estas precauciones: 23 1) No ejercer presión sobre el espécimen (los artificios que se producen son definitivos). 2) Fijar rápidamente para impedir que se produzcan los cambios descriptos. 3) Seccionar parcialmente los trozos grandes, con cápsula de tejido fibroso, para que penetre el fijador con mayor rapidez. 4) Cuidar que el fijador rodee ampliamente al material, la cantidad del mismo debe ser por lo menos el doble del tamaño de la pieza 5) No colocar las piezas en frascos chicos, pues no es posible sacarlos una vez fijados, ya que los tejidos se endurecen. Es de fundamental importancia remitir el material con toda la información necesaria. Ejemplo de pedido de estudio muy insuficiente: solamente menciona el órgano enviado (quizás el único dato que el patólogo no necesita para reconocerlo); el apellido del enfermo, sin el nombre, no permite conocer el sexo; son de importancia los datos positivos y negativos en relación a la edad, profesión y lugar de residencia (hay patologías con fuerte predominio de presentación por edad y otras que son profesionales o regionales); faltan los antecedentes clínicos; faltan el o los diagnósticos presuntivos; en observaciones deben señalarse, cuando los hay, aspectos de estudio rutinario que el médico desea conocer en especial; falta de aclaración de la firma; falta fecha. Una boleta en estas condiciones obliga al patólogo a concurrir a entrevistarse con el médico para solucionar la ausencia de los datos necesarios o cualquier información que pudiera ser de utilidad en casos dificultosos. Pero no hay a quien dirigirse porque la firma garabato no está aclarada. COMO CONSECUENCIA DE LA INSUFICIENCIA DE DATOS POR DESIDIA PROFESIONAL, EL ÚNICO PERJUDICADO ES EL ENFERMO. TÉCNICAS ESPECIALES En la práctica diaria de un laboratorio de Patología los estudios histopatológicos se diagnostican con la técnica de hematoxilina-eosina, la misma proporciona buenos detalles histológicos, es relativamente sencilla y económica. No obstante ello, en determinadas situaciones se hace necesario utilizar otras técnicas que proporcionan datos adicionales. El empleo de dichas técnicas puede estar orientado a distintos aspectos: determinar la presencia de microorganismos, sustancias y depósitos y la naturaleza de los mismos, visualizar detalles ultraestructurales, evidenciar fallas genéticas, etc.. Debemos destacar que, en todos los casos el diagnóstico se resuelve con la coloración de hematoxilina-eosina (HE), si ello no es posible, se realiza un diagnóstico presuntivo y las técnicas especiales servirán para completarlo o corroborarlo. Existen numerosas técnicas especiales, pero en el uso diario se emplea un número restringido de ellas. En virtud de no extendernos demasiado, sólo mencionaremos aquí las técnicas y sus aplicaciones o utilidades. Histoquímica no enzimática Técnica del ácido periódico de Schiff (PAS): Con esta técnica se logra una buena visualización de sustancias tales como glucógeno, mucinas. También se observan membranas basales y hongos. Cuando deseamos constatar que se trata de glucógeno empleamos la digestión con diastasa, entonces a este último método se denomina: PAS-PAS DIASTASA. 24 Coloración tricrómica. Existen variantes de esta tinción, pero en general se emplea para distinguir tejido conectivo del tejido muscular, la variante más empleada es la de Masson. Coloración de Verhoff. Su uso está indicado en los casos que se desee evidenciar fibras elásticas. Métodos para fibras reticulares: son varias las técnicas incluidas en este grupo, pero todas, como su nombre lo indica, detectan fibras reticulares. Tinción azul alcian: Con este colorante se revelan distintos tipos de mucinas. Si deseamos una coloración para un amplio espectro de mucinas usamos la técnica de Azul Alciano-PAS que es una excelente pan-mucina. Coloración de Perls: se emplea para definir si un pigmento pardo corresponde a hemosiderina, fundamentalmente sirve para distinguirla del pigmento biliar en el hígado y en otros tejidos para diferenciarla de la melanina (Fontana-Masson). Técnica del rojo Congo: sirve para detectar la presencia de sustancia amiloide. Coloración de Gram: se emplea para diferenciar entre organismos Gram (+) y (-), y para lograr una mejor visualización de microorganismos, ya que con la técnica de rutina como es la de HE por el tamaño pueden pasar inadvertidos. Coloración de Giemsa: Es excelente para estudiar ganglios, porque proporciona buenos detalles citológicos de los elementos linforreticulares. También sirve para detectar la presencia de microorganismos (Ej.: helicobacter pylori). Método de Ziehl-Neelsen: con esta tinción se observan las bacterias ácido-alcohol- resistentes (Ej. lepra, tuberculosis). Histoquímica enzimática Luego de una época muy entusiasta con el uso de estas técnicas, en la actualidad su utilización está restringida, fundamentalmente por lo complejo de algunas de las técnicas, ya que se necesita material fresco y su escasa especificidad. Actualmente las tinciones de este tipo utilizadas son: cloro acetato esterasa para la identificación de células de la serie mieloide y mastocitos, acetilcolinesterasa para el diagnóstico de la aganglionosis colónica y para el estudio de enzimas relacionadas con el músculo esquelético (comprobación de miopatías). Inmunohistoquímica (IHQ) Este método se basa en principios inmunológicos (reacción de antígeno-anticuerpo): se purifica una molécula que se quiere investigar (ej una molécula de superficie específica para cada tipo de linfocito; como las que definen el linfocito T o el B), la cual se inocula a un animal (conejo, ratón, rata, etc.), quien fabrica anticuerpos contra dicha molécula. Este anticuerpo específico para la molécula a investigar se extrae, se coloca en contacto con un corte histológico, donde (si está presente en el tejido investigado) se fijará en el lugar específico (en el ejemplo, será la superficie externa del linfocito). De esta forma se puede determinar la presencia de innumerables moléculas que permiten un mayor y mejor conocimiento de las enfermedades, particularmente en los cánceres (ver Generalidades de neoplasias) Es un método muy utilizado en la actualidad. En cada enfermedad se mencionarán los anticuerpos más usados y su interpretación. Inmunofluorescencia Esencialmente el principio es igual al de IHQ, pero en este caso la marcación se realiza con isotiocianato de fluoresceína y se observan en un microscopio con un sistema especial de iluminación. Para este método se necesita material fresco y se corta en criostato, actualmente es factible realizarlo en materiales incluidos en parafina, en estos casos es mejor fijarlos en alcohol porque preserva mejor los antígenos. Microscopia electrónica de transmisión (MET) Permite el estudio ultraestructural de las células. Su uso en patología ha permitido notables adelantos en hechos etiopatogénicos y en el diagnóstico de algunas enfermedades, especialmente en las que afectan al glomérulo renal, músculo esquelético y nervios periféricos. Con menos frecuencia es usado en patología hepática y es útil en 25 algunos tumores para aclarar su génesis tisular. Un problema que se presenta es la necesidad de fijar el material en glutaraldehído inmediatamente de extraído para evitar distorsiones de su ultraestructura. El estudio que se realiza con material ya
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