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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/259480198 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentino Article · January 2011 CITATIONS 8 READS 1,469 1 author: Some of the authors of this publication are also working on these related projects: I am working on different projects- please see the recent abstracts View project Daniel Starck Tecpetrol S.A. 35 PUBLICATIONS 370 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Daniel Starck on 30 December 2013. The user has requested enhancement of the downloaded file. https://www.researchgate.net/publication/259480198_Cuenca_Cretacica-Paleogena_del_Noroeste_Argentino?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_2&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/publication/259480198_Cuenca_Cretacica-Paleogena_del_Noroeste_Argentino?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_3&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/project/I-am-working-on-different-projects-please-see-the-recent-abstracts?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_9&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_1&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Daniel_Starck2?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_4&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Daniel_Starck2?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_5&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Daniel_Starck2?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_7&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Daniel_Starck2?enrichId=rgreq-a9d10782fb0161a831a19598ec0189dd-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzI1OTQ4MDE5ODtBUzoxMDQ1NTIwMTU1OTc1NjhAMTQwMTkzODU1MTEyNQ%3D%3D&el=1_x_10&_esc=publicationCoverPdf CUENCA CRETÁCICA-PALEÓGENA DEL NOROESTE ARGENTINO Daniel Starck1 1: Tecpetrol Della Paolera 299, piso 21 C1001ADA, Buenos Aires, Argentina. daniel.starck@tecpetrol.com ABSTRACT The Northwestern Basin (Cretaceous-Paleogene) is located in the northern end of Argentina. It forms part of a major one (the Andean Basin), mainly developed in Bolivia and Peru, which spans for more than 2000 km. parallel to the pacific margin of South America. This basin is a typical extensional rift basin, generated during the Mesozoic as a consequence of distal extensional vectors related to the Atlantic Ocean opening. The basin exhibits a “Y” shape in which each branch represents a major depocenter, involving several extensive troughs (half-grabens). The northwestern arm corresponds to the Tres Cruces Sub basin, the southern to the Metan-Alemanía Sub basin and the northeastern one to the Lomas de Olmedo Sub basin. This last one has a rough east-west orientation, and extends beyond the andean belt. It is also the more subsident depocenter. The basin developes over a heterogeneous basement composed of precambrian to jurassic rocks. In each halfgraben the age of the basement of the rift floor is consistently younger than the preserved in the rift shoulders, indicating strong denudation there. The basin clearly shows a syn-rift and a post-rift infills, mainly deposited in continental environments and included in the Salta Group. The syn-rift is represented by the Pirgua Sg, a several (up to 5) kilometers thick wedge, tipically composed of red beds. In the post-rift stratigraphic record two subgroups have been defined: the Balbuena Sg and the Santa Bárbara Sg. The Balbuena Sg includes the Lecho and Yacoraite formations and, from the economic point of view, is the most important one since the basin petroleum systems are linked to the Yacoraite Fm. To this mainly carbonatic unit is also related the only possible marine ingression into the basin (at the end of the Cretaceous). The Santa Bárbara Sg involves the Olmedo, Mealla, Maíz Gordo and Lumbrera formations. These units were deposited, in general terms, in lacustrine environments, which varied from arid playas (Mealla and Lumbrera) to more perennial water bodies (Olmedo and Maíz Gordo). Evaporitic central facies are well developed in the Olmedo and Mealla formations in Lomas de Olmedo whereas a rim of fluvial facies occurs in the basin borders. The end of the Salta G tectosedimentary cycle is related to the onset of the Andean orogeny and its related flexural basins. In the west fringe of the basin this event is recorded by the clastic progradation developed over the Lumbrera Fm. in Eocene times. INTRODUCCIÓN La Cuenca Cretácica del Noroeste Argentino se localiza, como su nombre lo indica, en el ángulo noroeste de nuestro país. Se desarrolla principalmente sobre las provincias de Salta y Jujuy, en menor medida lo hace en Formosa y Tucumán, ingresando muy marginalmente en Santiago del Estero (Figuras 1 y 2). 407 VIII Congreso de Exploración y Desarrollo de Hidrocarburos Simposio Cuencas Argentinas: visión actual IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 408 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual Si bien su potencialidad como productora de hidrocarburos fue reconocida tempranamente (hay que recordar que, ya en 1883, Brackebusch había denominado a al actual Fm. Yacoraite como “Formación Petrolífera”), ha sido la última de las cuencas en incorporarse al mapa productivo nacional. Este hecho se relaciona a la puesta en producción del Yacimiento Caimancito en 1969. Anteriormente a esta fecha toda la producción del noroeste (obtenida por YPF y, hasta 1959, por la Jersey Standard) se originaba en yacimientos relacionados a rocas generadoras devónicas. Con anterioridad al descubrimiento de Caimancito, habían sido perforados en la cuenca algo más de una decena de pozos, que en el mejor de los casos mostraron manifestaciones o producciones marginales. En una etapa aún previa fueron intentadas explotaciones a cielo abierto, ya sea en el caso de las arenas asfaltíferas del Arroyo Garrapatal (cerca de San Pedro de Jujuy), manantiales de petróleo (Laguna La Brea) o el emprendimiento de Lola Mora para extraer petróleo de los niveles pelíticos (es decir un proyecto de “shale oil”) de la Fm. Yacoraite en las cercanías de Rosario de la Frontera (Alonso, 1993; Ortiz, 2007). Se estima que se han descubierto unos 23 millones de m3 en la cuenca, de los que a la fecha han sido prácticamente producidos en más de un 90%. Si se tiene en consideración que la cuenca, en promedio, se encuentra en un estado bastante avanzado de madurez exploratoria el valor de las reservas descubiertas está indicando que se trata de una cuenca “pobre”. Esta situación se originaría en una baja disponibilidad de roca madre (principalmente en lo relacionado a cantidad), a lo que se sumaría en algunas posiciones que la madurez térmica de la misma no alcanza la ventana de generación. El conocimiento geológico de la cuenca comenzó con los trabajos de geología de superficie llevados a cabo por investigadores de renombre en los excelentes afloramientos de la Cordillera Oriental (Brackebusch, 1883, 1891; Keidel, 1910; Bonarelli, 1921; Hagermann, 1933; entre otros). Luego de estos pioneros se sumaron los importantes trabajos de mapeo realizados por geólogosde YPF y de la Dirección de Minería en las décadas de 1940 a 1970, que permitieron conocer la distribución de las unidades de la cuenca en la parte aflorada de la misma. Paralelamente, con el avance de la exploración petrolera hacia el Chaco Salteño, se pudo definir que por debajo de esa monótona llanura se desarrollaba el depocentro más importante de la cuenca. El avance del conocimiento sobre este depocentro (la Subcuenca de Lomas de Olmedo) ya fue reseñado por Bianucci (1999), trabajo al que se remite al lector interesado. Por último desde la década de 1970 en adelante los trabajos sobre la cuenca focalizaron en entender el arreglo estratigráfico de la misma como así también sus aspectos sedimentológicos y evolutivos. De esta manera, el conocimiento de la cuenca se basa en la suma de información de superficie y la de subsuelo. En el primero de los casos se tienen cientos de columnas estratigráficas de detalle que permiten realizar inferencias ambientales y estratigráficas. A esto se suman observaciones sobre la estructuración relacionada a la generación de la cuenca, realizadas en los últimos años. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 409 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina En el caso de la información de subsuelo, miles de kilómetros de sísmica 2-D y centenares de pozos, permitieron una definición bastante acabada de la geometría y las facies de las porciones no aflorantes de la cuenca. Se debe a Moreno (1970) el primer intento de sistematizar el relleno de la cuenca a la normas litoestratigráficas. La nomenclatura propuesta por este autor demostró ser lo suficientemente adecuada como para seguir siendo utilizada (con algunas pequeñas modificaciones). Si bien los principales estudios regionales sobre esta cuenca permanecen inéditos como informes realizados por YPF (principalmente Boll y Hernández, 1985; Boll et al., 1989 y Hernández y Disalvo, 1992), una porción de este material fue publicado en la síntesis de Gómez Omil et al. (1989) a lo que se suma lo posteriormente publicado por Hernández et al. (1999, 2008). Por último hay que destacar que en los simposios sobre distintos aspectos de las cuencas productivas, publicados en los sucesivos congresos de exploración y desarrollo de hidrocarburos se han hecho públicos importantes aspectos sobre la geología de la cuenca (Gómez Omil y Boll, 1999, 2005 a y b; Disalvo et al., 2002 a y b, 2005). La base de datos no se ha incrementado sustancialmente desde los estudios regionales mencionados (debido a la paulatina pérdida de interés económico en la cuenca), no obstante han surgido algunos datos nuevos, los que sumados a nuevos enfoques permiten una actualización a lo oportunamente expresado por los autores citados. Entre la nueva información disponible se destaca la de dataciones radimétricas (ya sea sobre tobas o sobre circones), que permiten un cierto ajuste cronológico de la columna estratigráfica. Por otro lado se ha prestado mayor atención a las estructuras controlantes de la cuenca y se han descripto excelentes ejemplos aflorantes de las mismas. El reproceso de la sísmica registrada en Lomas de Olmedo más la perforación de pozos en su flanco norte ha permitido entender mejor las relaciones estratigráficas de las distintas unidades. MARCO MORFOESTRUCTURAL La Cuenca Cretácico-Paleógena del NOA o Cuenca del Grupo Salta es una clásica cuenca de rift continental. La misma presenta un importante desarrollo en sentido norte sur, ya que en realidad corresponde a la terminación austral de una cuenca mayor, que se extiende desde Perú y se desarrolla principalmente en Bolivia (Figura 1). Esta cuenca mayor es conocida como “Cuenca Cretácica Andina” y se desarrolla por casi 2.000 km., en forma paralela al borde pacífico del continente. La parte argentina de la misma adquiere cierta complejidad a existir elementos estructurales que rompen su continuidad espacial N-S. Es así que la cuenca presenta entre las latitudes de 22°30’S y 24°S, una rama de orientación general este-oeste, es decir aproximadamente ortogonal al rumbo general de la cuenca (y del margen pacífico). Esta rama corresponde a la IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 410 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual Subcuenca de Lomas de Olmedo, la que paradójicamente representa el depocentro más activo de la cuenca. En la unión de esta rama con el eje norte-sur principal (situación que corresponde a un verdadera “r-r-r triple junction” en el sentido de Burke y Dewey, 1973) se desarrolla un alto estructural, conocido Dorsal Salto-Jujeña. Figura 1: Mapa de ubicación de la zona estudiada en el contexto de las cuencas extensionales cretácicas de la mitad austral de Sudamérica. Modificado de Uliana et al. (1989) y Welsink et al. (1995). El diseño espacial de la cuenca en nuestro país presenta entonces un arreglo en “Y” en el que la rama noroeste está representada por la Subcuenca de Tres Cruces (directamente conectada a la cuenca Andina Boliviana), la rama noreste corresponde a la ya mencionada Subcuenca de Lomas de Olmedo, y por último la rama sur involucra al depocentro de Metán-Alemanía, el que representa la terminación austral del sistema distensivo andino. En el relleno de la cuenca se reconoce un estadío inicial, íntimamente relacionado a fallas directas, restringido a cubetas distensivas (grábenes y hemigrábenes), sobre el que se desarrolla un intervalo de mayor tabularidad (con el lógico acuñamiento hacia los bordes) y desarrollo areal. Estos dos estilos deposicionales existentes en el relleno de la cuenca muestran una clara signatura sin-rift/post-rift. De esta manera, de los tres Subgrupos que componen el Grupo Salta, el basal (Subgrupo IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 411 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Pirgua) fue depositado durante el estadío de sin-rift mientras que los subgrupos Balbuena y Santa Bárbara claramente lo hicieron durante la etapa de post-rift. Consecuentemente con la naturaleza extensional de la cuenca los elementos morfoestructurales mayores se relacionan a las existencia de las distintas fosas distensivas y a los altos estructurales que las marginan. Las subcuencas mencionadas más arriba corresponden a depocentros más o menos complejos que pueden involucrar varios hemigrábenes, a veces con orientaciones diversas. Algunos hemigrábenes parecen no tener una conexión espacial clara con el resto de la cuenca (por ejemplo los hemigrábenes Pucará y Brealito, Figura 2) por lo que han sido tratados en la literatura como subcuencas independientes. La compleja geometría de la cuenca, con altos estructurales que marginan los distintas subcuencas (e inclusive algunas fosas internas) han generado una vasta nomenclatura que se encuentra resumida en la Figura 2. Entre estos elementos estructurales se destacan la ya mencionada Dorsal Salto-Jujeña (rodeada completamente por depocentros) y los altos que limitan la Subcuenca de Lomas e Olmedo: la Dorsal de Michicola al norte y el “Arco del Quirquincho” por el sur. La Subcuenca de Lomas de Olmedo, al encontrarse poco afectada por los eventos compresivos cenozoicos (Starck, 1995; Comínguez y Ramos, 1995), ha permitido que se conserve prácticamente intacta su geometría original, la que es posible apreciar en la sísmica registrada sobre ella. Se advierte claramente la naturaleza asimétrica de la misma, con las fallas de mayor rechazo (más de 6 km.) localizadas en su flanco norte. De esta manera la Dorsal (o Alto) de Michicola corresponde al flanco norte de un hemigraben complejo, en el que gran parte del registro de las secuencias pre-rift fueron arrasadas. Este hecho determina que este alto limite no sólo a la Subcuenca de Lomas de Olmedo por el norte, sino que además a él se asocia el borde sur, erosivo, de las cuencas paleozoicas (Cuenca de Tarija y Cuenca Devónica). Figura 2: Mapa generalde la Cuenca del Grupo Salta con la extensión geográfica de los subgrupos que la rellenan (en vista “ojo de gusano”). Depocentros: TC: Tres Cruces, LdO: Lomas de Olmedo, M-A: Metán Alemanía, S: Sey, B: Brealito, P: Pucará. Rasgos estructurales positivos: SP: Dorsal de San Pablo, Co: Arco de Condor, Mi: Dorsal de Michicola, Hu: Arco de Huaytiquina, Ca: Umbral de Calete, SJ: Dorsal Saltojujeña, Cp: Umbral de Cachipunco, Qui: Arco del Quirquincho, Gu: Umbral de Guachipas, Pa: Arco Pampeano. Localidades citadas en el texto (algunas): Sa: Sapagua, Ci: Cianzo, Hu: Huaytiquina, LC: Los Colorados, Ca: Caimancito, PL: Palmar Largo, Lu: Luracatao, LY: La Yesera. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 412 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual Las relaciones de borde de los depocentros de Tres Cruces y Metán-Alemanía, son más difíciles de apreciar debido a la inversión tectónica que sufrieron durante la compresión andina. Sin embargo los fuertes cambios de espesor, en especial de las secuencias del sin-rift permitieron inferir la existencia de bordes deposicionales de magnitud los que tempranamente fueron relacionados a fallas, algunas de las cuales fueron confirmadas a partir de la confección de secciones estratigráficas y en algunos casos por observación directa. En estas situaciones y cuando el conocimiento estratigráfico de las secuencias pre-rift lo permitieron, se ha podido comprobar el arrasamiento de las mismas en los altos marginales, en contraposición con su mejor preservación en el sustrato de las fosas. Todos estos bordes controlados por fallas lo fueron para las unidades del sin-rift (Subgrupo Pirgua). Por el contrario los subgrupos Balbuena y Santa Bárbara, depositados durante la etapa de post-rift, se extienden más allá de estos límites tectónicos para traslapar sobre los altos marginales. Estas secuencias de post-rift finalmente se acuñan sobre los altos marginales a una distancia variable. Por último hay que remarcar el poco conocimiento que se tiene sobre la distribución de la cuenca y sus bordes hacia el oeste. Allí, en el ámbito de la Puna, se desarrollan importantes secuencias volcánicas cenozoicas que han enmascarado en gran parte la geología previa. Sin embargo, y a partir de la saltuaria información aflorante, no pareciera que existan grandes depocentros cretácicos en esa dirección. Hay que destacar que la presencia de depósitos de los subgrupos Balbuena y Santa Bárbara en el Paso Huaytiquina en el límite chileno (Donato y Vergani, 1987), los que demuestran la extensión de las secuencias del post-rift en esa dirección. ESTRATIGRAFÍA La totalidad del relleno de la cuenca en cuestión ha sido englobada dentro del Grupo Salta. Los tres subgrupos definidos por Moreno (1970) son reconocidos a lo largo de toda la cuenca. Prácticamente lo mismo ocurre a nivel formacional, con la presencia de las distintas unidades en todas las posiciones cuencales. Nombres formacionales locales han sido aplicados en situaciones de litologías muy distintas a las clásicas. Esto se vincula mayormente a posiciones de borde, con facies más gruesas que las existentes en ámbitos de centro de cuenca, donde fueron definidas las formaciones clásicas del grupo. Gómez Omil et al. (1989) remarcaron que, en general, las formaciones previamente definidas, luego de pequeñas modificaciones en sus límites, representan unidades estratigráficas separadas por superficies de magnitud cuencal. Este es el criterio que se seguirá aquí, por lo que si bien se hablará de formaciones, éstas no representan unidades litoestratigráficas puras, ya que pueden llegar a involucrar litofacies muy distintas a las que fueron descriptas al definir las distintas unidades. En el IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 413 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina criterio seguido las “formaciones” representarían unidades genéticas depositadas durante intervalos de tiempo acotado y separadas de las otras “formaciones” por superficies netas (“discordancias”) que reflejan cambios mayores en la evolución de la cuenca. En términos de estratigrafía secuencial estas “formaciones” corresponderían a “secuencias deposicionales” o a “conjuntos de secuencias”. El basamento de la cuenca Las unidades del Grupo Salta se apoyan sobre un sustrato variado, conformado por unidades pertenecientes a varios ciclos sedimentarios previos. La generalizada erosión sufrida por las secuencias del pre-rift en los altos limitantes de las distintas fosas distensivas hace que en estas últimas se preserven secuencias más jóvenes que en los mencionados altos. En el caso del flanco norte de Lomas de Olmedo se puede comprobar que, el basculamiento hacia el norte de los bloques que lo conforman provocan también la disminución del arrasamiento a medida que nos alejamos del borde de las fosa. De esta manera, en posiciones externas en el basamento intervienen nuevamente secuencias “jóvenes”. En la faja más externa del flanco en cuestión, las secuencias del post-rift (las más altas del mismo) apoyan en una clara relación de discordancia angular sobre unidades carbónicas. A medida que se avanza hacia posiciones más internas la discordancia basal corta unidades sucesivamente más viejas (devónicas y silúricas), para terminar exponiendo secuencias ordovícicas en el borde mismo de la fosa. Este sistemático biselamiento es interrumpido parcialmente por fallas distensivas externas al rift (sin relleno sin-rift asociado) en donde en los bloques bajos de las mismas se conservan unidades más jóvenes que en los bloques altos (Figuras 5 y 17). Un patrón similar fue descripto también en el flaco sur de la subcuenca (Chiarenza y Ponzoni, 1989) No es posible saber con certeza la naturaleza del sustrato del Gr. Salta en la fosa de Lomas de Olmedo el que, a profundidades quizás hasta de 10 km., se encuentra fuera del alcance de las perforaciones. Las secciones sísmicas con registro lo suficientemente extenso como para alcanzar esas profundidades tampoco permiten sacar conclusiones al respecto. En cuanto a las inferencias sobre que estratigrafía pre-rift se habría preservado en Lomas de Olmedo se pueden sistematizar en dos grupos mayores (Starck et al., 1993). Para algunos autores el sustrato del Grupo Salta estaría conformado en Lomas de Olmedo por unidades ordovícicas (o a lo sumo silurodevónicas). Estas suposiciones se basan principalmente en las tendencias del biselamiento del flanco norte mencionadas más arriba. Este biselamiento tendría que haber sido anterior al hundimiento de la fosa y estaría relacionado a un domamiento previo. Para algunos autores directamente no se habrían depositado en el alto en cuestión las secuencias carbónicas. Otro punto de vista al respecto sostiene que por debajo del relleno sin-rift debería estar preservada toda (o gran parte) la columna estratigráfica pre-rift, la que corresponde a la existente IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 414 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual hacia el norte en la Cuenca de Tarija. De esta manera en el sustrato podría estar involucrado no solo el carbónico, sino hasta las secuencias jurásicas del Grupo Tacurú. Estas suposiciones se basan en tres aspectos. 1. Si bien existe una tendencia hacia una mayor erosión a medida que nos acercamos a la fosa, en el sustrato de los escalones (hemigrábenes) que la marginan se puede apreciar la preservación de secuencias más modernas que las existentes en los labios altos, indicando que la generación de los hemigrábenes es anterior o al menos contemporánea con la erosión en los altos. 2. Existe un análogo aflorado (Cianzo), donde se pude comprobar que por debajo de importantes espesores del Subgrupo Pirgua depositados en un hemigraben asociado a la Falla Hornocal, se preserva toda la columna carbónica a jurásica. Dicha columna se encuentra totalmente arrasada en el bloque alto,donde las secuencias del post-rift yacen directamente sobre el ordovícico (Starck et al.,1993; Kley et al., 2005), arrasamiento que claramente se produjo con posterioridad al fallamiento. 3. La preservación de secuencias en el piso de cuencas distensivas es una situación reconocida en distintas cuencas del mundo. En las que se puede comprobar que el alzamiento (y posterior erosión) de los hombros de las cuencas es posterior (y una consecuencia) de la generación de las mismas. Esto es más notable en las cuencas rift de tipo “pasivo” (Ziegler y Cloetingh, 2004; Allen y Allen, 2005). El flanco sur de la Subcuenca de Lomas de Olmedo presenta un patrón de arrasamiento no tan sistemático. Igualmente la mayor erosión llegó a afectar hasta secuencias ordovícicas. Nuevamente alejándose de la fosa vuelven a aparecer secuencias más jóvenes, hasta llegar a la conservación de la columna precretácica completa en la provincia de Santiago del Estero, ya fuera del ámbito de la Cuenca Cretácica. Hay que destacar que la Subcuenca de Lomas del Olmedo presenta condiciones especiales para entender la mecánica de generación y evolución de cuencas tipo rift. Estas condiciones se deben principalmente al buen conocimiento que se tiene de la estratigrafía del sustrato prerift, el que por presentar atractivo exploratorio (especialmente al norte de la subcuenca) fue objeto de varias campañas de sísmica y perforación. De esta manera es posible cuantificar el levantamiento y erosión sufrido en ambos flancos de la cuenca. Esta situación no parece ser muy común, y en el caso de nuestro país es única. En el caso de los otras subcuencas, el sustrato del Grupo Salta está compuesto por lo general por unidades más antiguas. En el caso de Metán-Alemanía el basamento del Grupo Salta está constituido en su franja occidental (Alemanía) por la Fm. Puncoviscana (pre-Cámbrico- Eocámbrico) y las rocas ígneas que la intruyen. Hacia el este en la zona de Metán en el sustrato intervienen también rocas cámbricas a devónicas. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 415 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina En la Subcuenca de Tres Cruces el Cretácico se apoya generalmente sobre rocas ordovícicas. Menos común es que lo haga sobre secuencias más antiguas. Esta variabilidad en el sustrato está nuevamente controlada por la mayor erosión sufrida en los altos respecto a las fosas distensivas. En una posición geográfica intermedia hacia Lomas de Olmedo se encuentra el ya citado hemigraben de Cianzo donde en el sustrato del Grupo Salta participa la columna completa (hasta el Jurásico) de la Cuenca de Tarija. Una situación similar, aunque no tan completa se repite en Los Colorados donde las rocas del Subgrupo Pirgua yacen sobre un relicto de rocas del Silurodevónico (Astini et al., 2004) en el piso de un hemigraben, en contraposición a rocas del postrift yaciendo sobre Ordovícico en el alto marginal adyacente (Figura 3). El relleno de la cuenca, el Grupo Salta El Grupo Salta, depositado entre el Cretácico y el Paleógeno registra en sus distintas unidades las cambiantes condiciones tectónicas y ambientales acontecidas durante su depositación. El rasgo de mayor magnitud reconocible en el relleno es el ya mencionado cambio de estilo deposicional entre el relleno inicial (sin-rift) y el post rift. Figura 3: Vista aérea oblicua (del Google Earth) de la zona de Los Colorados donde se puede observar un hemigraben relleno por el Subgrupo Pirgua, el que se deposita por encima de secuencias silurodevónicas preservadas. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 416 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual El sin-rift (representado por el SGr. Pirgua) está restringido a cubetas elongadas, fuertemente subsidentes, delimitadas por fallas normales. De esta manera el relleno de esta etapa inicial estuvo marcado por fuertes relieves deposicionales, generando cinturones de facies estrechos y fuertes cambios laterales. Son comunes los desplazamientos laterales de facies, tanto en arreglos progradantes como retrogradantes. Las secciones sísmicas y algunos afloramientos permiten apreciar la disposición en abanico de las capas (engrosándose hacia las fallas), indicativa de una sedimentación sincrónica con el movimiento de las fallas. Por el contrario, los depósitos del post-rift presentan un estilo deposicional más tabular, extendiéndose por fuera de las fosas falladas. Si bien esta característica es común en las etapas finales de todas cuencas distensivas, en el caso de la cuenca del Grupo Salta esta tabularidad es muy marcada. De esta manera las distintas formaciones que componen los subgrupos Balbuena y Santa Bárbara se distribuyen a lo largo de grandes extensiones con suaves variaciones de espesor. Durante la sedimentación de las mismas los relieves deposicionales fueron extremadamente suaves, generando amplios cinturones de facies con largas transiciones. El arreglo de cada una de las formaciones (y en especial el de las unidades genéticas menores que las componen) es marcadamente agradacional. Estas características son muy notables en determinados intervalos, y en general resultan en una muy buena “correlacionabilidad”. La geometría resultante de estos dos estilos deposicionales distintos le da al relleno de la cuenca el característico diseño se “cabeza de vaca” (steer head) en las secciones transversales (Uliana et al., 1999), especialmente en el caso de Lomas de Olmedo (Figura 5). Figura 4: Cuadro estratigráfico generalizado del Grupo Salta (modificado de Disalvo et al., 2002 y Starck, 2008). Las edades de los límites formacionales son las asignadas en el presente trabajo. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 417 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Fi gu ra 5 : S ec ci ón s ís m ic a co m pu es ta r eg io na l a tr av és d e la S ub cu en ca d e L om as d e O lm ed o. N iv el ad a al te ch o de l p os t-r ift ( = te ch o de la F m . L um br er a) IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 418 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual SUBGRUPO PIRGUA Representa el relleno inicial de los grábenes y hemigrábenes generados por la distención que originó la cuenca. Por lo que su distribución está fuertemente restringida, condicionada a las fajas centrales, hundidas, de cada una de las subcuencas. En esas fosas falladas llegaron a acumularse varios kilómetros (¿hasta 5?) de espesor de facies continentales, rojas. Con respecto a los límites del subgupo, el mismo se apoya en discordancia angular sobre rocas precretácicas. La composición estratigráfica de este basamento ya ha sido discutida antes, por lo que sólo se volverá a remarcar que el sustrato sobre el que se apoya las rocas del subgrupo en cuestión (“piso” de los hemigrábenes) es por lo general más joven que el expuesto en los altos marginales, sobre los que apoyan directamente las secuencias del pos-rift. El límite superior, es en muchos casos una superficie neta, que la separa del suprayacente Subgrupo Balbuena. Este límite es particularmente notable cuando en la sección basal del Subgrupo Balbuena participan facies pelíticas subácueas, representando entonces una clara superficie transgresiva. En otras situaciones este límite no está asociado a un cambio litológico importante (el caso más común se presenta cuando se superponen facies eólicas de la Fm. Lecho Figura 6: Mapa isopáquico del Subgrupo Pirgua. Están indicadas las manifestaciones volcánicas más notables. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 419 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina sobre arenas del mismo origen del SGr. Pirgua), sin embargo es notorio el cambio de tonalidad, pasando de las colores rojizos característicos del Subgrupo Pirgua a tonalidades gris blanquecinas. Asociado a este cambio de coloración suelen presentarse en la Fm. Lechofacies de interduna y paleosuelos que indicarían la existencia de un nivel freático alto, cercano a la superficie, durante su deposición. Hacia el oeste, donde en términos generales las facies del Grupo Salta tienden a ser más proximales, este límite se hace difuso (lo mismo acontece con los otros límites) y difícil de precisar. Por último, en el hemigraben de Pucará, localizado en el sudoeste de la cuenca, el Sg Pirgua es cubierto por secuencias cenozoicas (miocenas o más viejas) en clara discordancia angular (Figura 7). No es posible discernir si esta situación (caso único en la cuenca) se debe a la no depositación de las secuencias del post-rift, a la erosión de las mismas o a una combinación de estos dos factores. Figura 7: A: Vista aérea oblicua (del Google Earth) del depocentro de Pucará. Se aprecia claramente la dis- posición en abanico de las capas del Subgrupo Pirgua engrosándose hacia la falla que lo limita por el oeste (actualmente invertida) Fa- cies clásticas cenozoicas se apoyan sobre el subgrupo en discordancia angular. SgPAl: Sg Pirgua, facies aluviales, SgPFl-L:Sg Pir- gua, facies fluvio-lacustres. TCO: Terciario Orogénico (modificado de Carrera y Muñoz, 2008). B: Detalle de la discordancia angular, ubicación de la foto re- cuadrada en Figura 7A. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 420 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual Las secciones sísmicas registradas en la cuenca permitieron definir que esta unidad fue de- positada en hemigrábenes discretos, de dimensiones variablespueden llegar a unirse formando depocentros mayores. Estas geometrías se han descripto también en superficie (Kley et al., 2005; Carrera et al., 2006), en algunos casos con excelentes ejemplos (Monaldi et al., 2008 a y b). Tanto la sísmica como alguno de los afloramientos permiten apreciar el carácter cuneiforme del relleno de estos hemigrábenes y la convergencia de las capas al alejarse de las fallas (Figuras 7A y 8). Figura 8: Vista aérea oblicua (del Google Earth) de la zona de Sapagua con una espectacular exposición de dos hemigrábenes rellenos por el Sg Pirgua. Se aprecia claramente la disposición en abanico del relleno sintectónico. Modificado de Monaldi et al. (2008 a y b). En cuanto a la composición litológica de este subgrupo hay que mencionar que en la Sub- cuenca de Metán-Alemanía (más precisamente al sur de Alemanía) fue subdividido en tres for- maciones: La Yesera, Las Curtiembres y Los Blanquitos (Reyes y Salfity, 1973). La primera de esas unidades es marcadamente sefítica, caracterizada por conglomerados y aglomerados brechosos, la Fm. Las Curtiembres está compuesta mayormente por pelitas rojas, y por último la Fm. Los Blan- quitos se compone de areniscas. Esta subdivisión no es tan clara en otras situaciones de la cuenca. Gómez Omil et al., (1989) adoptan para este subgrupo una división en dos “unidades tectosedimentarias” (“UTS”), las que son claramente identificables en afloramientos de la Subcuenca de Tres Cruces (Figura 9). La presencia de estos dos ciclos, de tendencias granodecrecientes para estos autores (también McBride, 2008) estaría controlada por una reactivación en esos sectores de la cuenca. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 421 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Se considera que tanto la división de Reyes y Salfity (1973) como la de Gómez Omil et al. (1989) son de validez local, y de difícil extrapolación a otras partes de la cuenca. La complejidad espacial que presenta la distribución discontinua de los distintos depocentros (hemigrábenes) sumado a la casi segura generación diacrónica de los mismos hace que cualquier intento de generalización sobre su estratigrafía sea sumamente riesgoso. Si bien en el relleno de estos hemigrábenes participa un número no muy grande de litofacies, las mismas representan ambientes similares (siempre relacionados a la distancia que se ubican respecto a las fallas) no necesariamente contemporáneos. En la distribución de las facies presentes en el subgrupo Pirgua se advierte un claro control de las fallas que marginaron los distintos hemigrábenes, Relacionadas a ellas se presentan importantes espesores de facies conglomerádicas (por lo general brechosas) generadas a expensas de las litologías aflorantes en los bloques altos. La Fm. La Yesera representa esta situación, asociada a las importantes fallas que (actualmente invertidas) se localizan en el flanco oriental del Valle Calchaquí. Más alejadas de la fallas se desarrollan facies más distales, depositadas en ambientes fluviales, en barreales y también eólicas. Estas últimas son muy comunes, y en algunas localidades componen Figura 9: Vista panorámica del Sinclinal de Cianzo. Se aprecia un hemigraben desarrollado al sur de la Falla Hornocal y actualmente invertido. Se distinguen claramente dos ciclos depocionales en el Sg Pirgua (SgP I y SgP II). TO: Terciario Orogénico, J?: Jurásico? IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 422 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual gran parte de la columna estratigráfica del subgrupo. Se han reconocido asimismo algunos niveles lacustres en distintos depocentros (Boso et al., 1984; Sabino, 2004, entre otros). A este tipo de ambientes se relacionan los hallazgos de restos de anuros en la Subcuenca de Metán-Alemanía (Reig, 1959; Ibáñez, 1960). Niveles calcáreos existentes en el depocentro de Tres Cruces se habrían depositado en cuerpos de agua someros, los que podrían relacionarse a alguna de las transgresiones marinas registradas en Bolivia (Boll y Hernández, 1985), responsables de la depositación de las formaciones Chaunaca y Miraflores (Sempere, 1995). Acompañando a la sedimentación de esta etapa de sin-rift se desarrollo en la cuenca un notable vulcanismo alcalino (Gallisky y Viramonte, 1988, entre otros). Si bien en términos volumétricos no es muy importante, se halla disperso prácticamente en toda la cuenca (Figura 6). Corresponde al típico vulcanismo de rift y ha sido objeto de numerosos estudios. Las dataciones de estos eventos ígneos muestran edades distribuidas a lo largo de todo el Cretácico, las que han sido agrupadas en tres ciclos magmáticos mayores (aunque el tercero se desarrollaría durante la deposición del Subgrupo Balbuena, Gallisky y Viramonte, 1988, entre otros). Típicamente estas rocas se presentan como coladas basálticas o como cuerpos intrusivos menores. Excelentes afloramientos de cuerpos subvolcánicos (necks) se pueden observar en la Quebrada de Las Conchas, en la ruta Salta-Cafayate, En el extremo oriental de la Subcuenca de Lomas de Olmedo, la exploración petrolífera ha podido definir un importante desarrollo de rocas volcánicas en el subsuelo. Estas superan los 700 km2 de extensión y la geometría que presentan permite reconocer que corresponden a un edificio volcánico (plateau) desarrollado tanto contemporáneamente con el Subgupo Pirgua (vulcanita La Tigra), como al suprayacente Subgrupo Balbuena (Vulcanita Palmar Largo) (Disalvo et al., 2002 b, 2005). SUBGRUPO BALBUENA En la definición original de Moreno (1975), se componía de las formaciones Lecho, Yacoraite y Olmedo. De Spirito (1980), modificó esta subdivisión conservando las dos primeras formaciones dentro del Subgrupo Balbuena, mientras que la Fm. Olmedo fue incorporada al suprastante Subgrupo Santa Bárbara. Este criterio (si bien no ha sido aceptado por todos los geólogos que trabajaron en la cuenca), se considera acertado y es el que se seguirá en este trabajo. En esta descripción de la estratigrafía y el capítulo de evolución se expondrán los argumentos por los que se adopta el criterio de De Spirito. La importancia económica que presenta la Fm. Yacoraite debido a su carácter de roca madre y reservorio de de hidrocarburos ha determinado que sea el intervalo estratigráfico más estudiado del Grupo Salta. Dicha unidad ha sido objeto de detalladosestudios sedimentológicos y estratigráficos, de los cuales esta contribución se puede considerar una mera síntesis. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 423 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Parte del conocimiento sobre este intervalo en la subcuenca de Lomas de Olmedo está perfectamente expresado en Gómez Omil el al. (1999) y Disalvo et al. (2002), por la que aquí sólo se hará un resumen de estos trabajos, tratando de ampliarlos a las otras subcuencas y remarcando algunos puntos de vista distintos a los expresados por los mencionados autores. Siguiendo a los autores mencionados, el Subgrupo Balbuena (sensu De Spirito, 1980), conformado entonces por las formaciones Lecho y Yacoraite ha sido subdividido, siguiendo un criterio estratigráfico secuencial, en 4 secuencias deposicionales. Esta subdivisión refleja una marcada ciclicidad (especialmente en la Fm. Yacoraite) y representa la alternancia de eventos de inundación y somerización mayores. En este esquema la Fm. Lecho, eminentemente arenosa, representaría una orla de facies fluvio-eólicas rodeando a las facies típicamente de cuerpo de agua de la Fm. Yacoraite. El arreglo típicamente traslapante del subgrupo determinaría que esta orla presente un arreglo retrogradante (“back-stepping”). A partir de la incorporación de nueva información y la reinterpretación de la existente se propone un modelo alternativo para las relaciones estratigráficas de las formaciones del subgrupo. De acuerdo a este modelo, en lugar de relación lateral entre estas unidades se interpreta una relación de superposición neta entre ellas. Sobre la superficie de contacto entre ambas unidades la Fm. Yacoraite presentaría una disposición traslapante (onlap), por lo que el contacto formacional Figura 10: Mapa isopáquico del Subgrupo Balbuena. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 424 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual correspondería a un verdadero límite. Esto será ampliado al tratar las formaciones del subgrupo, considerándose que las propuestas estratigráfico-secuenciales planteadas por autores previos (Boll y Hernández, 1985; Boll et al., 1988; Gómez Omil y Boll, 1999; Hernández et al., 1999, 2008; Disalvo et al, 2002), siguen siendo aplicables a la Fm. Yacoraite. Formación Lecho Esta unidad se compone principalmente por areniscas claras, las que comúnmente llegan a constituir la totalidad de su espesor. Es reconocida prácticamente en toda la cuenca, inclusive se la ha constatado en pozos perforados en posiciones bastante internas dentro de la subcuenca de Lomas de Olmedo. Este dato es importante dado que, de acuerdo al modelo de engranaje lateral con la Fm. Yacoraite, allí no deberían estar presentes las “facies de borde” correspondientes a la Fm. Lecho. Por otro lado no se presentan facies asimilables a esta formación en el Yacimiento Caimancito ni en los cercanos afloramientos del Cerro Amarillo. Es difícil de atribuir si esta situación se debe a la no depositación de la unidad o a que se depositó en facies atípicas, pelíticas. En este último caso, esas facies finas podrían corresponder tanto al techo del Subgrupo Pirgua como a la base de la Fm. Yacoraite. La Fm. Lecho, por ser la unidad basal del post-rift es común que se apoye en discordancia sobre el basamento pre-Grupo Salta. Esta situación se da en la mayoría de los altos que bordean las fosas distensivas y, por lo general la Fm. Lecho comienza con delgado conglomerado basal, el que corresponde a un lag residual. El límite superior es también una superficie neta, en este caso corresponde a una clara superficie de inundación que superpone las facies depositadas en cuerpos de agua de la Fm. Yacoraite sobre las arenas fluvio-eólicas de la Fm. Lecho. Nuevamente y hacia posiciones proximales (en especial hacia el oeste) la similitud de facies entre ambas formaciones hace incierta la ubicación de este límite. El espesor típico de esta formación ronda alrededor de la centena de metros. En la parte central de lomas de olmedo es posible que este espesor sea al menos duplicado, ya que en una posición no tan interna el pozo CLx-1 (Campo Libre) comprobó un espesor parcial (perforado) de 100 m. Las facies características de esta formación corresponden a areniscas claras, por lo general bien seleccionadas ordenadas en paquetes tabulares espesos. En los mismos muchas veces puede reconocerse estratificación entrecruzada de gran escala, de indudablemente origen eólico. Estas estructuras sedimentarias también se interpretan en los perfiles de dipmeter registrados en el intervalo estratigráfico en cuestión en distintos pozos (Figura 11). Otros tipos faciales están menos representados, existiendo una clara faja de facies fluviales al oeste y sur de la cuenca. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 425 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Formación Yacoraite Esta formación registra un episodio transgresivo mayor dentro de la cuenca. Esta particularidad se refleja en una composición litológica distintiva, con una gran participación de rocas carbonáticas. Sus tonalidades claras (amarillentas por meteorización) y su fuerte expresión topográfica, hacen que sus afloramientos resalten notablemente. Es también la roca generadora y principal reservorio de la cuenca. Sus espesores máximos comprobados son del orden de los 200 m., pero como en el resto de las unidades del grupo se puede esperar mayores espesores en la faja central de Lomas de Olmedo. El seguimiento de los reflectores correspondientes a esta unidad en las secciones sísmicas permiten aventurar espesores de hasta 500 m. en ese sector (Figura 12). Como ya se mencionó su límite inferior es una clara superficie transgresiva que la separa de la Fm. Lecho. Las secciones sísmicas registradas en Lomas de Olmedo muestran patrones de on-lap de los niveles basales de la Fm. Yacoraite sobre esta superficie (Figura 12). Este contacto presenta una signatura característica en los perfiles eléctricos de la gran mayoría de los pozos que lo han atravesado en las tres subcuencas, lo que parece reforzar que se trata de una discontinuidad de escala cuencal. Es característico de este contacto un marcado pico Figura 11: Tramo final del pozo Tpt.CL.x-1 (Campo Libre). El perfil de buzamiento muestra los entrecruzamientos de gran escala (eólicos de la Fm. Lecho). Se ha resaltado en rojo el pico radiactivo característico de la base de la Fm. Yacoraite. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 426 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual radiactivo observable en los registros de gamma ray (Figura 11). En concordancia con esto, también es reconocida la presencia de anomalías positivas en el contenido de uranio en distintos perfiles de la zona de Metán-Alemanía, en la interfase entre las formaciones en cuestión. También se asocian al mismo intervalo acumulaciones estratoligadas de cobre y otros metales (Gorustovich et al., 1999, Wormald, 1999). Es difícil de discernir el momento en que se produjeron estas mineralizaciones (¿sin-sedimentarias, diagenéticas temparanas o diagenéticas tardías?), las que han sido comparadas Figura 12: Sección sísmica de la Subcuenca de Lomas de Olmedo sin interpretar (arriba) e interpretada (abajo), nivelada al tope de la Fm. Yacoraite. Se observa el notable espesor (¿500 m.?) que alcanza la Fm. Yacoraite en el centro de la subcuenca y el patrón de “on-lap” de la misma sobre la Fm. Lecho. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 427 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina con las del Kupferschiefer europeo (Gorustovich et al., 1999). En ambos casos la mineralización (de unos pocos metros de espesor) se asocia a una marcada transgresión sobre rocas clásticas de ambientes áridos. En el caso del Kupferschiefer, se ha planteado la existencia de distintas generaciones de mineralización (Vaughan et al., 1989). Siparte de estas anomalías geoquímicas fueran sinsedimentarias estarían reflejando la concentración de elementos metálicos en la cuenca debido a la importante expansión del cuerpo de agua asociada a la transgresión, la que dejaría “hambrientas” grandes extensiones de la cuenca. Curiosamente, el contenido de materia orgánica de estos niveles, no es muy notable (al menos en las localidades analizadas (Figura 11). Por otro lado, la presencia en algunas localidades (principalmente en el Flanco sur de Lomas de Olmedo) de facies eólicas en las secciones basales de la Fm. Yacoraite determina que, en términos litoestratigráficos, efectivamente hay una relación lateral entre las formaciones Lecho y Yacoraite, al menos localmente. El límite superior de la Fm. Yacoraite corresponde a otra discontinuidad mayor (discordancia) de magnitud cuencal, la que involucra un hiatus importante, sobre todo en las posiciones de borde. Sobre esta superficie (a veces con evidencias de karstificación), se depositó el Subgrupo Santa Bárbara con un claro patrón de on-lap. Boll y Hernández (1985) describieron esta formación en la Subcuenca de Tres Cruces en términos de estratigrafía secuencial. Trabajos posteriores (Boll et al., 1988; Gómez Omil y Figura 13: Arreglo secuencial de la Fm. Yacoraite. Modificado de Boll et al. (1989) y Disalvo et al. (2002 a). IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 428 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual Boll, 1999; Hernández et al., 1999, 2008; Disalvo et al., 2002 a) continuaron con este enfoque, refinándolo y ampliándolo a las otras subcuencas). Esta metodología secuencial se ve favorecida por la marcada ciclicidad de distintos órdenes que presenta la unidad (Figura 13). Esta ciclicidad está determinada por la alternancia de rocas depositadas en distintas profundidades de agua y otras que lo hicieron en ambientes subaéreos. Cada uno de estos ciclos, de marcada tabularidad, representa entonces un evento de inundación-somerización. La ciclicidad de mayor orden (mayor frecuencia) está conformada por el apilamiento de “secuencias elementales” (Boll et al., 1989, Disalvo et al., 2002 a), de escala métrica. En estas secuencias elementales se pueden reconocer los siguientes intervalos litológicos (en orden ascendente): Intervalo “A”: está constituido por areniscas calcáreas o brechas litoclásticas. Presenta unos pocos centímetros de espesor y representa el inicio de la inundación. Puede no estar preservado. Intervalo “B”: está compuesto por pelitas o carbonatos finos de colores oscuros. Presentan el mejor contenido de materia orgánica. Pueden interdigitar carbonatos de más energía, como packstones y wackestones oolíticos, litoclásticos o bioclásticos, conformando secciones heterolíticas que pueden sobrepasar el metro de espesor. Este intervalo representaría el momento de mayor velocidad de inundación. Intervalo “C”: se compone de por grainstones oolítico-litoclásticos espesos asociados a boundstones algáceos (estromatolitos). Estas facies corresponden a las más características de la formación y representan la máxima expansión del cuerpo de agua, restringiendo el aporte clástico a los bordes de la cuenca. La rápida generación de carbonatos en esta etapa provoca la paulatina pérdida de profundidad del cuerpo de agua. Intervalo “D”: está formado por brechas de exposición y mudstones laminados con grietas de desecación, indicando poca profundidad del cuerpo de aguas y recurrentes desecaciones. Intervalo “E”: está compuesto de pelitas rojas moradas o verdes que marcan la progradación clástica por sobre el cuerpo de agua, el que pasa a ser un barreal (“mud flat”). Estas secuencias elementales son prácticamente distinguibles en toda la cuenca, su definición se va haciendo más difícil hacia los bordes con fuerte aporte clástico, donde facies fluviales y eólicas reemplazan a las de cuerpo de agua. Desde los bordes de la cuenca hacia el centro de la misma se puede apreciar también que en el armado de estas secuencias elementales varía la proporción de los distintos intervalos. Lógicamente en las zonas centrales hay una mayor intervención del intervalo “B”, mientras que hacia los bordes aumenta la participación de los intervalos “C” a “E”. En todos los sectores de la cuenca se produciría la exposición en la culminación del ciclo, evidenciada por la recurrencia de grietas de desecación y otros indicadores, entre los que resaltan las icnitas de dinosaurios (Alonso, 2007, entre otros). De todas maneras estas desecaciones no serían eventos tan catastróficos si tiene en cuenta que IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 429 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina el cuerpo de agua en cuestión no superaría en ningún momento el par de metros de profundidad. Estas secuencias elementales se ordenan en ciclos mayores que serían equiparables a las parasecuencias de Van Wagoner et al. (1987) o a los “PACs” de Goodwin y Anderson (1985) (Disalvo et al., 2002 a). El arreglo general de estas parasecuencias es similar al de las secuencias elementales, conformando un ciclo de inundación-somerización, separados por superficies de inundación mayores. Sobre estas superficies basales se apilan varias secuencias elementales las que van teniendo mayor participación de los intervalos cuspidales (C, D y E) a medida que se asciende en la parasecuencia. Se han definido una veintena de estas parasecuencias (Boll et al., 1989), las que presentan una excelente correlación tanto en secciones medidas en superficie como en perfiles de pozo. Las mismas pueden ser trazadas a lo largo de toda la cuenca. Por último esta parasecuencias se agrupan en ciclos mayores, equiparables a secuencias de tercer orden (en el sentido de Van Wagoner et al., 1987). Han sido reconocidas cuatro de estas secuencias, las que presentan su mejor definición en la Subcuenca de Tres Cruces. En el ordenamiento de estas secuencias se puede definir un cortejo sedimentario (“system tract”) de nivel bajo, restringido a las posiciones internas de la cuenca, hasta donde habrían llegado facies clásticas (fluvio-eólicas), un cortejo transgresivo, típicamente compuesto por pelitas y carbonatos depositados en el cuerpo agua y por último un cortejo sedimentario de nivel alto, representado típicamente por pelitas. En términos de litoestratigrafía las tres secuencias basales son equivalentes al Miembro Puesto Guardian definido en subsuelo, mientras que la Secuencia IV se corresponde al Miembro Las Avispas. El Miembro Puesto Guardián es el más espeso, ya que por lo general abarca unos dos tercios o más del espesor total, a excepción del as posiciones de borde, donde se presenta reducido o ausente por la disposición traslapante de la Fm. Yacoraite. En Metán-Alemanía se reconocen (Marquillas y Salfity, 1989; Marquillas et al., en prensa) los miembros Amblayo y Güemes (aproximadamente equivalentes al Mb. Puesto Guardián) y los miembros Alemania y Juramento (equivalentes al Mb. Las Avispas) Contemporáneamente con la depositación de esta unidad hubo una limitada actividad volcánica. La misma se manifiesta lo largo de toda la cuenca por la presencia de delgadas intercalaciones tobaceas en distintos niveles de la columna. Manifestaciones eruptivas más importantes se presentan como muy localizadas intercalaciones de basaltos (en la zona de Caimancito y Las Colmenas) y especialmente en el centro eruptivo de Palmar Largo. Como ya se mencionó, este corresponde a un edificio volcánico que comenzó a desarrollarse durante la depositación de los términos más altos del Sg Pirgua y persistió durante la sedimentación de la mitad inferior de la Fm. Yacoraite. Esta contemporaneidad estaría comprobada por la interdigitación de rocas volcánicas y piroclásticas (Fm. Palmar Largo) con otras típicas de la Fm. Yacoraite en coronas cortadas en distintos pozos de la zona (Disalvo y Demuro, 1996; Disalvo etal., 2002 b, 2005). La IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 430 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual Fm. Palmar Largo aloja singulares yacimientos de hidrocarburos. En cuanto a los ambientes de sedimentación de la Fm. Yacoraite, es evidente la existencia de un importante cuerpo de agua durante su depositación. En los momentos de mayor expansión, este cuerpo de agua abarco prácticamente toda la cuenca de depositación de la formación, pero no se puede determinar con certeza si el mismo correspondió a un lago o está relacionado a una ingresión marina. Una clara discusión sobre esta cuestión puede consultarse en Uliana et al. (1999). No hay elementos que denoten una clara filiación marina, ya que prácticamente todo el registro fosilífero (peces, moluscos, foraminíferos, etc.) se compone de elementos no diagnósticos, compatibles con ambientes salobres. Cione y Pereira (1985), al estudiar las faunas ictícolas de esta formación, destacan como un elemento en contra de un ambiente marino neto la ausencia total de restos de tiburones. El escenario más probable parece ser la de una conexión distante con el océano, a través de la Cuenca Andina Boliviana. Esta conexión debe haber variado durante la depositación de la Fm. Yacoraite oscilando entre períodos con mayor conexión con otros de total aislamiento. Si bien hay evidencias recurrentes de desecación a lo largo de toda la columna de la Fm. Yacoraite no se conocen depósitos evaporíticos asociados a ellas. Únicamente se han descripto seudomorfos de halita en algunos niveles. Queda aún la posibilidad que facies evaporíticas se hayan depositado en la parte más subsidente de la cuenca (sector central, no perforado, de Lomas de Olmedo), una distribución de halita similar se presenta en las suprayacentes formaciones Olmedo y Mealla, lo que la da cierto sustento a esta hipótesis. En cuanto a las facies de borde de la formación, se puede reconocer un cinturón progradante clástico (fluvial) en la faja oeste de la cuenca, en esas condiciones es difícil separar la Fm. Yacoraite de las formaciones que la limitan por su base y techo. En dichas posiciones el contenido de cemento calcáreo, la tabularidad de las capas y a veces la presencia de gastrópodos (“turritelas”), permiten aún reconocer la impronta del alto nivel de base general existente durante la depositación de Yacoraite. Esta impronta se pierde totalmente en posiciones más externas y con mayor aporte fluvial. En otros bordes, con menor o nulo aporte de clásticos las facies carbonáticas traslapan directamente sobre las rocas del sustrato. Esto es particularmente notable en la dorsal Salto-Jujeña. Además de los mencionados niveles de turritelas (pertenecientes al menos a tres géneros con varias especies (Cónsole Gonella, 2011), que pueden llegar a conformar conglomerados bioclásticos, la Formación Yacoraite presenta notables boundstones algales. Estos alcanzan a formar estromatolitos columnares de más de 1 m. de altura. SUBGRUPO SANTA BÁRBARA Originariamente conocido como “Margas Multicolores” fue posteriormente definido por IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 431 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Moreno (1970). A partir del reordenamiento de De Spirito (1979), pasó a estar conformado por las formaciones Olmedo, Mealla, Maíz Gordo y Lumbrera. Se dispone sobre el Subgrupo Balbuena mediando una superficie neta, la que corresponde a una verdadera discordancia. Debido al arreglo traslapante de los depósitos del post-rift, el Grupo Santa Bárbara se extiende más allá de los límites deposicionales del subgrupo precedente, apoyándose en discordancia angular sobre el sustrato pre- rift. Esta situación es particularmente apreciable en la subcuenca de Lomas de Olmedo. Figura 14: Mapa isopáquico del Subgrupo Santa Bárbara. En rayado oblicuo se señala las regiones que sufrieron erosión durante el Mioceno (situación de “forebulge” para esos tiempos). El rayado horizontal denota la zona donde se verifica el pasaje transicional de las secuencias extensionales del Gr. Salta (Mb. Sup. de la Fm. Lumbrera) a las secuencias depositadas en la Cuenca de Antepaís Andina. Entre la depositación de los subgrupos Balbuena y Santa Bárbara se produjo una reactivación de la cuenca, cuya mayor expresión es la de un importante pulso de subsidencia registrado en la Subcuenca de Lomas de Olmedo. Al estar este evento restringido a esta subcuenca hace que se manifiesten fuertes diferencias entre los espesores (en especial de las formaciones Olmedo y Mealla) registrados en ella y los de las otras subcuencas. Como se discutirá cuando se trate la evolución de la cuenca, este evento es conocido como “tectónica pre-Olmédica” (Bianucci et al., 1980). Conjuntamente con este acontecimiento se produce en la cuenca un marcado cambio en los ambientes sedimentarios, ya que si bien las facies más conspicuas del Subgrupo Santa Bárbara son IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 432 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual de filiación lacustre, los cuerpos de agua que las generaron nunca llegaron a tener la importancia (tanto en volumen como en su persistencia) de los existentes durante la depositación del Subgrupo Balbuena. Las posibles conexiones con el mar abierto sospechadas para la Fm. Yacoraite se cerraron totalmente para el tiempo de depositación del SGr. Santa Bárbara. Las relaciones estratigráficas del Subgrupo Santa Bárbara con las unidades suprastantes es de naturaleza variable. En el sector oriental de la cuenca corresponde a un contacto neto, discordante sobre el que apoyan sedimentitas neógenas depositadas en relación a la orogénesis andina. Esta relación se va haciendo más tenue hacia el oeste (Figura 14), donde es evidente el pasaje transicional desde unidades del Grupo Salta a secuencias de una filiación claramente orogénica. Estas variaciones serán discutidas más adelante. Formación Olmedo Definida originalmente en subsuelo por Moreno (1970), esta formación se desarrolla principalmente en el depocentro de Lomas de Olmedo. En el eje de esta subcuenca podría superar los 400 m. de espesor (espesores calculados a partir de la sísmica), mientras que en Tres Cruces y Metán-Alemanía apenas alcanza los 100 m., diferencias que se relacionan a la reactivación ya mencionada. En Metán-Alemanía se utiliza el nombre local de Fm. El Tunal para este intervalo estratigráfico. La relación con la infrayacente Formación Yacoraite corresponde a una discordancia. Esta situación no ha sido perforada en la parte más profunda de Lomas de Olmedo donde la relación debería ser de paraconcordancia sin un hiatus significativo entre las dos unidades. Desde esa posición hacia los bordes de la cuenca se aprecia en las secciones sísmicas un claro patrón de “on- lap” de los niveles basales de la Fm. Olmedo sobre el techo de Yacoraite. Los pozos perforados en esas situaciones han comprobado la superposición de facies de pelitas oscuras y evaporitas de la Fm. Olmedo sobre las pelitas calcáreas del Subgrupo Balbuena. La magnitud del hiatus involucrado en la discordancia se incrementa aún más hacia posiciones más externas, en especial en las subcuencas de Tres Cruces y Metán-Alemanía donde es común encontrar espesores no muy importantes de la Fm. Olmedo apoyados sobre la Fm. Yacoraite mediando una superficie con evidencias de exposición subaérea y karstificación. Por último en posiciones más externas la Fm. Mealla traslapa sobre la Fm. Olmedo y apoya directamente sobre la Fm. Yacoraite. El límte superior de esta unidad es también una clara discontinuidad que la separa de la Fm. Mealla. Esta es muy neta hasta erosiva en posiciones proximales, hacia situaciones más distales se va perdiendo el carácter erosivo pero la superficie sigue siendo notable debido al fuerte cambio litológico que ocurre en ella. En el arreglo facial de esta unidad se destaca un espesopaquete de evaporitas las que conforman el Miembro Salino. Este miembro está restringido a la faja central de la subcuenca de Lomas de IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 433 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Olmedo, donde actuó la Tectónica pre-Olmédica. Este miembro se compone principalmente, de acuerdo a las escasas coronas cortadas en él (Boll et al., 1989), por una fina alternancia de halita y pelitas negras. Los perfiles eléctricos muestran en esta sección una notable uniformidad y las lecturas de los perfiles de gamma-ray y de tiempo de tránsito indicarían un notable predominio de la evaporita a lo largo de todo el espesor del miembro. Esta homogeneidad litológica también se refleja en la sísmica, donde se muestra como un paquete “transparente” con débiles reflexiones internas. Esta espesa sección evaporítica habría sido depositada en un lago hipersalino de grandes dimensiones (casi 20.000 km2). La homogeneidad de la sedimentación evaporítica indicaría un modelo de deposición vinculado a un lago bastante profundo y persistente en el tiempo, donde la sal precipitaría en las partes profundas en donde llegaría a las máximas concentraciones debido a su densidad. Rodeando a este cuerpo de agua hipersalino se extendía una zona de bajo gradiente, conformado una “planicie de fango salino” (Boll et al., 1989), también inundada, pero donde la salinidad del agua rara vez alcanzó concentraciones que provoquen la precipitación salina, prevaleciendo la sedimentación de pelitas oscuras, anaeróbicas. En una situación más externa se habría desarrollado una “planicie de fango”, sometida a inundaciones y desecaciones alternantes, donde convivirían depósitos lacustres episódicos y cuerpos relacionados a ríos efímeros. Un último cinturón de facies se desarrollaría contra los bordes deposicionales de la unidad, representado por una “planicie de arena”, acumulada principalmente por ríos de tipo efímero. La magnitud de esta última faja estaría controlada por la importancia de los aportes clásticos vinculados a cada borde deposicional. El Miembro Pelítico Superior mostraría un arreglo de facies similares, faltando el depósito central evaporítico. Las condiciones de depositación de esta unidad mostrarían un contexto contemporáneo de marcada aridez. Formación Mealla Definida originalmente por Moreno (1970) sus límites fueron parcialmente modificados por Boll et al. (1989), haciéndolos coincidir con discontinuidades sedimentarias. El contacto superior pasa a ubicarse según estos autores en el tope de la “Faja Gris”, evento relacionado a un fuerte evento de inundación y que constituye un conspicuo marker. Los espesores de este intervalo llegan a superar los 500 m. en la zona central de Lomas de Olmedo reduciéndose considerablemente en las fajas marginales de esa subcuenca y en los otros depocentros (especialmente en Tres Cruces). Las facies típicas de esta formación corresponden a pelitas rojas de amplia distribución. En las porciones internas de Lomas de Olmedo, estas gradan lateralmente a facies más oscuras (gris oscuras) con intercalaciones evaporíticas. Estas intercalaciones van desde nódulos de yeso en las partes más externas hasta mantos continuos de halita que superan los 200 m. de espesor en el eje IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 434 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual de la subcuenca. Asociado al borde norte de esta subcuenca se produce el total enarenamiento de esta formación. Una situación similar ocurre en el borde oeste de la cuenca (Metán-Alemanía). Desde el punto vista ambiental, las características pelitas rojas se habrían depositado en un ambiente de barreal (“playa”), este alojaría en su parte más deprimida (centro de Lomas de Olmedo) un lago hipersalino, de naturaleza similar al existente durante la depositación de la Fm. Olmedo, pero de menores dimensiones. Las facies arenosas de la faja oeste de la cuenca fueron depositadas, según Hernández y Disalvo (1992) en ambientes fluviales, en los que reconocen un “planicie entrelazada” en una posición proximal y una “planicie de arena” conformada por abanicos terminales y que grada lateralmente a las pelitas del barreal. Un esquema similar puede extrapolarse al flanco norte de Lomas de Olmedo. El clima dominante durante la depositación de estas facies debió haber sido árido a semiárido. La “Faja (o “Franja”) Gris” se caracteriza por la persistente presencia de limoarcilitas calcáreas gris oscuras con frecuentes ondulitas e intercalaciones de niveles estromatolíticos. Hacia los bordes engranan con facies arenosas similares al del resto de la formación. Este engranaje en la Faja Gris suele presentarse en posiciones más externas, denotando una mayor expansión de los sistemas lacustres responsables de la sedimentación pelítica. Si bien este intervalo responde a la existencia de un importante cuerpo lacustre, la presencia de evidencias de exposición subaérea demuestra que el mismo estuvo a sometido a desecaciones episódicas. Formación Maíz Gordo Constituye un intervalo estratigráfico de hasta 500 m. de espesor (en Lomas de Olmedo) y de amplia distribución regional. En un arreglo claramente traslapante sus límites deposicionales se extienden más que los de las unidades infrayacentes. También presenta un patrón algo más tabular que las formaciones Olmedo y Mealla demostrando un menor control de la estructura en su depositación. Su base (redefinida por Boll et al., 1989) corresponde por lo general a una discordancia erosiva que superpone facies arenosas, fluviales sobre las facies lacustre de la “Faja Gris”. Hacia posiciones más internas de la cuenca se va perdiendo este carácter erosivo y el inicio de la Fm. Maíz Gordo está marcado por una progradación clástica sobre la unidad precedente. Por otro lado, Hernández y Disalvo (1992) reportan situaciones locales donde esta formación apoya directamente sobre el Subgrupo Balbuena. El límite superior corresponde a otra discontinuidad relacionada a una desecación total de la cuenca. Las facies típicas de esta formación están conformadas por ciclos lacustres de inundación- somerización similares a los descriptos para la Fm. Yacoraite, pero con una menor participación carbonática. En estos ciclos predominan las pelitas gris verdosas, por las que esta unidad era conocida anteriormente como “Margas Verdes”. Estas se habrían depositado por decantación en IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 435 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina cuerpos lacustres. Hacia arriba gradan a facies mas someras (areniscas calcáreas y packstones oolíticos litoclásticos) a las que siguen facies que denotan menor profundida de agua y hasta exposición subaérea. En estas se destacan los boundstones algáceos, los que pueden llegar a conformar estromatolitos subesféricos de más de 1 m. de diámetro (Figura 15B). Estos ciclos culminan (a veces) con facies pelíticas y arenosas depósitadas en condiciones subaéreas. Estas facies corresponderían a porciones del cuerpo de agua poco profunda y con exposición subaérea periódica, en condiciones de generación carbónatica. Estas condiciones parecen haber sido las dominantes en la mitad oriental de Metán-Alemanía, en el sudoeste de Lomas de Olmedo y en el Umbral de Cachipunco (en el Sistema de Santa Bárbara), en el resto del depocentro de Lomas de Olmedo en Tres Cruces pierden importancia las intercalaciones carbonáticas y el grueso de la unidad pasa estar constituido por pelitas también lacustres (rojizas, violáceas y verdosas) calcáreas, que presentarían una ciclicidad no tan manifiesta como la existente en las ciclos de pelitas verdes-calizas ya descriptos. Estas facies lacustres de la Fm. Maíz Gordo están rodeadas por una faja de facies pelíticas que corresponderían a una planice de fango que recibiría el aporte de abanicos terminales, efímeros. Al igual que laFm. Mealla, en relación a algunos bordes de cuenca se presenta un cinturón de facies arenoconglomerádicas de naturaleza fluvial. Hernández y Disalvo (1992) reconocen dentro de estas facies gruesas un sistema deposicional de abanicos aluviales de clima húmedo y un sistema de ríos entrelazados. Estos últimos llegan a interactuar con los ambientes lacustres al generar barras de desembocadura. En el flanco norte de Lomas de Olmedo se presentan facies arenosas equivalentes para las que se infierne condiciones ambientales similares. Formación Lumbrera Es la unidad con la que culmina el ciclo tectosedimentario del Grupo Salta. En la franja occidental de la cuenca (en las subcuencas de Tres Cruces y Metán-Alemanía) esta formación registraría el pasaje transicional de las condiciones tectosedimentarias distensivas (típicas del Grupo Salta) a otras claramente compresivas, relacionadas a la orogenia andina. Si bien la totalidad de la formación presenta cierta homogeneidad tanto en su composición (predominantemente pelítica) y coloración (tonalidades rojizas dominantes) se la ha podido subdividir en dos miembros (superior e inferior), los que corresponderían a sendas secuencias (o sets de secuencias) deposicionales. El miembro superior es el que presenta la transición al régimen tectosedimentario compresivo. Miembro Inferior Corresponde a un cuerpo más o menos tabular que puede alcanzar un espesor máximo de IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 436 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual unos 200 m. (en Lomas de Olmedo). Se compone principalmente de pelitas rojas, las que hacia posiciones de borde (principalmente en la faja occidental de la cuenca y en el Alto de Michicola) gradan a limolitas y vaques, por último a areniscas y conglomerados (siempre en tonalidades rojizas). Nuevamente la base de este intervalo corresponde a una discontinuidad estratigráfica marcada en posiciones intermedias de la cuenca por un importante corrimiento de facies hacia el interior de la misma. Conjuntamentre con esta reactivación sedimentaria se habría producido un cambio climático claramente indicado por la cambio de coloraciones verdosas a rojizas. Las facies y el arreglo ambiental del Miembro Inferior de la Fm. Lumbrera es similar al de la Fm. Mealla. La parte cuspidal del miembro se caracteriza por la presencia de la “Faja Verde”, que corresponde a un importante “marker” (principalmente en Metán-Alemanía y el sudoeste de Lomas de Olmedo), claramente identificable en superficie y en subsuelo donde suele tener una marcada respuesta sísmica. La faja verde típicamente presenta una veintena de metros de espesor y se compone de pelitas calcáreas oscuras (gris verdosas), con un alto contenido de materia orgánica (hasta el 10%). Suelen presentar restos de insectos y peces (Malabarba et al., 2006), también es común la presencia de boundstones estromatolíticos. Hacia las zonas de aporte estas facies distales se enarenan gradualmente. En general este intervalo tiende a copiar la distribución de facies existente en la Fm. Maíz Gordo, representativas de un extenso lago (aunque somero), reemplazado lateralmente por facies fluviales. Miembro Superior Está representada por un espeso paquete (de hasta un kilómetro de espesor) compuesto mayoritariamente por pelitas rojas. Por ser la unidad cuspidal del Grupo Salta es la que alcanza la distribución geográfica más amplia, traslapando generosamente sobre los altos marginales. Excepto en la faja occidental de la cuenca, el enarenamiento hacia los bordes de este miembro suele ser menos marcado que en el caso de las unidades inferiores del Subgrupo Santa Bárbara, situación claramente apreciable en el flanco norte de Lomas de Olmedo. La monótona composición pelítica (Figura 15C) de este miembro es escasamente alterada por delgadas intercalaciones de areniscas muy finas, y en determinados sectores se presentan conspicuos niveles de nódulos de yeso (notables en la zona de La Yesera, en el Valle Calchaquí). En la faja oeste de la cuenca (Tres Cruces y el Valle Calchaquí) este miembro grada hacia arriba a areniscas y conglomerados que corresponden a la Fm. Quebrada de los Colorados (en el Valle Calchaquí) y a las formaciones Casagrande y Río Grande (en Tres Cruces). La transición a esas formaciones conforma un ciclo grano y estratocreciente que puede superar el kilómetro de espesor y que resulta de una clara progradación desde el oeste. El significado de esta progradación será discutido al tratar la evolución de la cuenca. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 437 Cuenca Cretácica-Paleógena del Noroeste Argentina Fi gu ra 1 5. A : vi st a de l as f or m ac io ne s L ec ho y Y ac or ai te e n C ab ra C or ra l (S ub cu en ca d e M et án -A le m an ía ). B : C ic lo s la cu st re s de l a Fm . M aí z G or do e n el h un di m ie nt o su r de l a Si er ra de Z ap la ( so br e la r ut a 34 ), ob sé rv en se lo s es tr om at ol it os ( un o in di ca do p or la fl ec ha ) de m ás d e 1 m d e di ám et ro . C . f ac ie sd e pe lit as r oj as t íp ic as d el M b Su p de la F m . L um br er a en L a Ye se ra . S ob re e lla s se a po ya n en fo rm a ne ta la s fa ci es e ól ic o- la cu st re s de la F m . A nt a (M io ce no ). D :V is ta p an or ám ic a de l S ub gr up o Sa nt a B ár ba ra e n L a Ye se ra . A p es ar d e la h om og en ei da d lit ol óg ic a (f ac ie s ar en oc on gl om er ád ic as lo ca lm en te c on oc id as c om o Fm . Y ac om is qu i) s e ad vi er te n di fe re nc ia s de to na lid ad e nt re la s fo rm ac io ne s M ea lla , M aí z G or do y e l M b In fe ri or d e la F m . L um br er a. IAPG • Instituto Argentino del Petróleo y el Gas 438 Simposio Cuencas Argentinas: visión actual La pobre variabilidad lateral de las facies parece indicar una paleogeografía muy plana, donde dominaron los procesos subaéreos (Gómez Omil et al., 1989, Boll et al., 1989). El escenario más probable parece haber sido el de una extenso barreal (“playa”), hidrodinámicamente cerrado, con breves inundaciones responsables de la llegada al mismo de las delgadas intercalaciones arenosas. Las facies pelíticas representarían la decantación durante estas inundaciones. Es muy posible también que un importante aporte loéssico (Gómez Omil et al., 1989, Boll et al., 1989) haya sido el responsable de gran parte de la depositación de estas facies finas. Las condiciones de aridez a semiaridez imperantes provocaron el desarrollo de yeso nodular, relacionado a la fuerte evaporación. Abanicos aluviales generados en las estructuras compresivas relacionadas a la Fase Tectónica Incaica serían responsables de las progradaciones clásticas ingresantes desde el oeste de la cuenca (Vergani y Starck, 1989; Starck y Vergani, 1996). Las variaciones faciales del Subgrupo Santa Bárbara Las formaciones del subgrupo fueron definidas en ámbitos de la cuenca (extremo norte del Sistema de Santa Bárbara) con predomionio de depositación distal (lacustre “sensu lato”). En relación a algunos bordes deposicionales, estas facies presentan un marcado enarenamiento (ya mencionado al describir las distintas unidades), generando columnas litológicas muy distintas a las originales. Si a esto se suma que en esas situaciones se ve dificultada la discriminación entre las distintas formaciones debido a la homogeneidad litológica, no parece desacertada la definición de unidades litoestratigráficas que engloben esas facies distintas. Este criterio fue utilizado por Cazau et al. (1975) al definir a la Formación El Madrejón. La misma engloba los paquetes samítcos desarrollados entre la Fm. Olmedo y el
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