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Índice Prólogo………………………………………….……………………………………...7 Introducción: El Sol, nuestra fuente de energía…………………………………… ….9 1 Historia y fundamento de las células Solares fotovoltaicas………………………………………………………………..13 Principios físicos………………………………………………………………... ….14 Rendimiento de las células fotovoltaicas…………………………………….. …….19 2 Células y paneles fotovoltaicos………………………………………………..........21 Células de arseniuro de galio…………………………………………………………...21 Células de sulfuro de cadmio y sulfuro de cobre. ……………………………………..22 Células bifaciales……………………………………………………………………….22 Células de silicio amorfo………………………………………………………….........23 Células de silicio policristalino…………………………………………………………24 Células de silicio monocristalino……………………………………………………….25 Parámetros de una célula solar…………………………………………………………26 Proceso de fabricación de las células monocristalinas…………………………………30 El módulo fotovoltaico………………………………………………………………...36 Fabricación de un módulo fotovoltaico. . . ……………………………………………40 Normativa sobre módulos fotovoltaicos. . ……………………………………….. …..41 Calidad de los módulos fotovoltaicos……………………………………………........41 Vida útil de los módulos fotovoltaicos………………………………………………...43 3 Acumuladores……………………………………………………………………….44 Conceptos generales……………………………………………………………............44 Componentes y funcionamiento de un acumulador de plomo-ácido…………………..45 INSTALACIONES SOLARES FOTOVOLTAICAS Profundidad de descarga y vida útil del acumulador…………………………………...47 Carga del acumulador ………………………………………………………………….51 Efecto de la temperatura. Congelación…………………………………………… …...52 El acumulador solar. Dimensionado……………………………………………… …...54 El acumulador de gel……………………………………………………………… …..56 El acumulador de níquel-cadmio……………………………………………………… 58 Composición y funcionamiento de un acumulador de Ni-Cd………………………… 59 Baterías herméticas……………………………………………………......................... 61 4 Reguladores de carga…………………………………………………………. …...63 Regulador shunt………………………………………………………………….. ……64 Regulador serie………………………………………………………………….... …...67 Módulos fotovoltaicos autorregulados…………………………………..……………..70 5 Otros equipos para uso en sistemas fotovoltaicos………………………………... 72 Sistemas de medida y control…………………………………………………………. 72 Desconectores…………………………………………………………………………..75 Interruptores horarios…………………………………………………………..............76 Temporizadores………………………………………………………………….. ……77 Temporizador a tiempo fijo………………………………………………….. ……..77 Temporizador a tiempo variable………………………………………….………….78 Equipos de iluminación en c/c………………………………………………….. ..........80 Convertidores continua-continua………………………………………………… ……83 Convertidores de acoplamiento……………………………………………………….. 85 Convertidores continua-alterna………………………………………………………... 87 Medidores de amperios-hora………………………………………………………….. 90 6 Estructuras soporte para paneles fotovoltaicos…………………………………...93 Tipos de estructuras…………………………………………………………………….95 Tipos de materiales utilizados………………………………………………………….98 Puntos de apoyo………………………………………………………………………..99 Sombras entre filas de módulos fotovoltaicos………………………………………...102 Efectos de los agentes atmosféricos sobre las instalaciones solares fotovoltaicas y algunos consejos para evitarlos……………………………………….105 ejemplos gráficos de diversos tipos de soportes………………………………………107 El problema de la corrosión y su tratamiento………………………………………... 114 Galvanizado en caliente………………………………………………………. …...115 El galvanizado ante la corrosión…………………………………………………. ..118 Ensamblado mediante tornillos de las estructuras de hierro galvanizado…………………………………………………………………. 119 7 Cálculo de instalaciones………………………………………………………….. 121 Interpretación de las tablas de radiación…………………………………….……..…121 Radiación mensual……………………………………………………………….... 122 Radiación anual máxima…………………………………………………….. …….124 Máxima radiación mensual………………………………………………………....125 Radiación diaria…………………………………………………………………….126 Cálculo del número de módulos fotovoltaicos. Factor de seguridad………………....128 Cálculo de la capacidad de acumulación……………………………………………...130 Cálculo del regulador………………………………………………………………….132 Cálculos de instalaciones solares fotovoltaicas por ordenador……………………….134 Dimensionado de convertidores c/c/ca………………………………………………..141 Cálculo de la sección del conductor 142 Cálculo de la altura manométrica en una instalación de bombeo……………………..145 8 Instalación………………………………………………………………………….147 Instalación del panel fotovoltaico…………………………………………………….147 Problemas ocasionados por sombras parciales en la superficie de Un panel fotovoltaico………………………………………………………………... 153 Instalación de los acumuladores……………………………………………………....157 Instalación de sistemas de regulación y control……………………………………....161 Instalación de convertidores………………………………………………………….164 Resumen de normas prácticas para la instalación de Sistemas fotovoltaicos………………………………………………………………...165 9 Mantenimiento de una instalación fotovoltaica y pruebas de funcionamiento…………………………………………………………………....168 Panel fotovoltaico……………………………………………………………………..168 Cuadro de regulación y control……………………………………………….. ……..170 Acumuladores…………………………………………………………………….…...170 Pruebas y averías de los diferentes componentes …………………………………….171 Medidas sobre el panel fotovoltaico……………………………………………..……172 Regulador de carga…………………………………………………………………....174 Sistema de acumulación………………………………………………………………175 10 Ejemplos de cálculo………………………………………………………………177 Nave avícola con temporizador horario……………………………………………….177 Estudio de un sistema fotovoltaico para alimentación de equipos de radio en montaña……………………………………………………………………...183 Balizamiento…………………………………………………………………..............186 Vivienda permanente………………………………………………………………….190 Vivienda de uso esporádico…………………………………………………………...194 Repetidor de TV.……………………………………………………………………...198 Bombeo de agua……………………………………………………………….. …….201 Iluminación de un parque público…………………………………………………….206 11 Instalaciones fotovoltaicas conectadas a la red eléctrica……………………………………………………………………….209 Descripción de un sistema conectado a red…………………………………………...212 Campo solar. ………………………………………………………………………….212 Inversor cc/ca………………………………………………………………………….218 Conexión con la red eléctrica…………………………………………………………227 Conclusiones…………………………………………………………………….........230 Diagramas y esquemas………………………………………………………………233 Ejemplos de montaje paso a paso de Instalaciones fotovoltaicas…………………………………………………………..242 Apéndice: Tablas, gráficos y datos útiles…………………………………………..260 PRÓLOGO Prólogo Este libro ha sido escrito a modo de introducción práctica a un tema tan apasionante y actual como es el de la Energía Solar Fotovoltaica, al cual he dedicado los últimos veintidós años de mi vida profesional. No he pretendido dar una visión exhaustiva y profunda de los diferentes aspectos y componentes que concurren en una instalación fotovoltaica, por considerar que el fin último del libro que tiene en sus manos es el de proporcionar los conceptos básicos a la mayor cantidad de personas posible, haciendo fácil, amena e interesante su lectura. Deseo agradecer desde estas líneas a todas las personas, empresas y organismos, así como a todos los compañeros de profesión e incluso usuarios de las ya muy numerosas instalaciones existentes en España, su valiosa colaboración que me ha permitido intentar recoger en las siguientes páginas las bases de la Energía Solar Fotovoltaica y sus aplicaciones prácticas, destacando a la compañía ATERSA, y muy especialmente a FranciscoRamírez y Enrique Daroqui, por su inestimable ayuda en la aportación de gráficos y esquemas que ilustran este libro. El autor. 7 Nota En este libro se ha optado por utilizar el punto, en vez de la coma, para separar la parte entera de la decimal en las cantidades numéricas, siguiendo las últimas recomendaciones internacionales sobre notación científica y técnica. Introducción El Sol, nuestra fuente de energía El Sol es una estrella cuya superficie se encuentra a una temperatura media de 5500°C, y debido a complejas reacciones que producen una pérdida de masa, ésta se convierte en energía. Dicha energía, liberada del Sol, se transmite al exterior mediante la denominada radiación solar. Si examinamos el espectro de la radiación solar, observamos que la mayor parte de la energía emitida por el Sol se encuentra en la parte visible de dicho espectro y ésta representa el 47% del total. 8 9 Es cierto que las radiaciones ultravioletas son muy energéticas, pero también es cierto que son poco abundantes, ya que tan sólo el 7 % del total pertenece a dicho tipo de radiación. Al contrario ocurre con las radiaciones infrarrojas, que son muy abundantes (46% del total) pero mucho menos energéticas que las anteriores. Por esta razón, se dice comúnmente que podemos convertir la “luz” en electricidad mediante las células solares, que más adelante estudiaremos en profundidad. La radiación solar recibida fuera de la atmósfera terrestre es de 1353 W/m2, medida sobre una superficie perpendicular a la dirección de su propagación. A este valor se le denomina Constante Solar y difiere sensiblemente del que recibimos en la superficie terrestre. Esta disminución de energía recibida del Sol está justificada por el paso obligatorio que ha de hacer la radiación a través de la atmósfera, y se produce fundamentalmente por los tres factores siguientes: a) Gases atmosféricos (nitrógeno, oxígeno, ozono, etc.) b) Vapor de agua c) Polvo La combinación de estos elementos hace que sobre la superficie terrestre y al nivel del mar sólo se reciban unos 1000 W/m2, valor que incluso sólo se alcanza en días despejados, cuando el aire es muy transparente. Si tenemos en cuenta el carácter aleatorio de la presencia de días claros y nubosos a lo largo del año, veremos la imperiosa necesidad de obtener datos estadísticos fiables de las diferentes radiaciones en cada época del año y en cada lugar de ubicación de una posible instalación solar. 10 Seguidamente se definen algunos de los conceptos básicos que se utilizarán a lo largo de este libro. Radiación directa: Es la radiación recibida desde el Sol, sin que sufra desviación alguna en su camino a través de la atmósfera. Radiación difusa: Es la radiación solar que sufre cambios en su dirección, principalmente debidos a la reflexión y difusión en la atmósfera. Albedo: Radiación directa y difusa que es reflejada por el suelo u otras superficies próximas. Masa de aire: Es una medida de la distancia que recorre la radiación a través de la atmósfera y que, lógicamente, varía en función del ángulo de incidencia, según la fórmula siguiente: AM— 1/cos φ donde: AM= Masa de aire (Air Mass) φ = Ángulo entre el rayo vector del Sol y la vertical del lugar. Ejemplo: Para un ángulo 0= 00, es decir, cuando el Sol está en su punto más alto y sus rayos caen perpendicularmente a la tierra, AM será la unidad. Por el contrario, cuando el Sol incida con un ángulo respecto a la normal de 60°, la masa de aire que atraviesa la radiación es mayor, siendo AM igual a 2. 11 Estos conceptos son muy utilizados a la hora de realizar medidas en las células y módulos fotovoltaicos, por lo que interesa tener una idea clara de lo que representan. 12 Capítulo 1 Historia y fundamento de las células solares fotovoltaicas Parece ser que los fenómenos fotoeléctricos tienen el principio de su descubrimiento en 1808, por mediación de Hallwachs, pero fue Hertz quien enunció los principios básicos que los regían. En 1887, este último observó que la chispa saltaba más fácilmente entre dos esferas de diferente potencial cuando sus superficies eran fuertemente iluminadas por la luz de otra descarga, y posteriormente comprobó que una lámina de zinc cargada negativamente y unida a un electroscopio, perdía rápidamente su carga al ser iluminada por un arco voltaico. De todo ello dedujo Hertz que, bajo la acción de la luz, el zinc y en general todos los metales emiten cargas negativas. Los resultados experimentales que se obtuvieron fueron los siguientes: - El efecto fotoeléctrico es instantáneo, es decir, aparece con la radiación sin retraso sensible (el tiempo transcurrido es del orden de 3 x 10 segundos). - El número de fotoelectrones emitidos, es decir, la intensidad de la corriente producida, es proporcional a la radiación recibida. Sobre la velocidad de la emisión no influye en absoluto la intensidad luminosa, ni su estado de polarización, pero sí su frecuencia o longitud de onda. -Para cada metal existe una frecuencia mínima de la radiación luminosa por debajo de la cual no se presenta el efecto fotoeléctrico. La interpretación teórica de todos estos hechos fue dada por Einstein en 1902, generalizando la hipótesis hecha por Plank unos años antes con la teoría de los cuantos o fotones. Las células fotoeléctricas son dispositivos basados en la acción de radiaciones luminosas sobre ciertas superficies metálicas. El efecto de esas radiaciones puede ser de tres tipos: Efecto foto emisivo o foto externo: provoca en el metal un arranque de electrones con liberación de los mismos. 13 Efecto foto conductivo o foto interno: modifica la conductividad eléctrica del metal. Efecto fotovoltaico: crea una fuerza electromotriz en el metal. Precisamente en este último apartado es donde se integran las células fotovoltaicas, que generan un paso de corriente proporcional al flujo luminoso que reciben. Estas células presentan la ventaja sobre los demás tipos de que no requieren ni tensión auxiliar ni vacío, razón por la cual son utilizadas para la conversión de energía solar en energía eléctrica. Chapin, Fueller y Perarson desarrollaron en 1954 la primera célula solar capaz de convertir, de un modo eficaz, la luz del Sol en energía eléctrica. Desde ese año estos dispositivos han sido mejorados y perfeccionados, utilizándose principalmente para la alimentación de satélites artificiales, para foto sensibilizar algunos equipos electrónicos y para alimentar pequeñas cargas en lugares remotos o de difícil acceso. Las crisis energéticas que han sufrido los países industrializados han suscitado un nuevo interés que ha hecho dar un gran avance en las tecnologías y usos de estos dispositivos. De esta forma, se ha pasado a utilizar masivamente los equipos fotovoltaicos en telecomunicación, señalización, telemática, usos rurales e incluso centrales fotoeléctricas de varios megavatios, reduciéndose el coste de producción año tras año de tal forma que, en corto tiempo, se obtendrán unos precios más competitivos respecto a las energías convencionales. Principios físicos Como todos sabemos, la materia está constituida por átomos, los cuales a su vez están formados por dos partes bien diferenciadas: elnúcleo, dotado de una carga eléctrica positiva, y los electrones, que giran alrededor en diferentes bandas de energía, con carga eléctrica negativa que compensa la del núcleo, formando de esta forma un conjunto totalmente estable y eléctricamente neutro. A los electrones de la última capa se les ha dado el nombre de electrones de valencia, y tienen la facultad de interrelacionarse con otros similares, formando una red cristalina. Haciendo una división, podemos afirmar que existen tres tipos de materiales, eléctricamente hablando, y que son: Conductores: Disponen de unos electrones de valencia poco ligados al núcleo y que pueden moverse con facilidad dentro de la red cristalina respondiendo a un pequeño agente externo. Semiconductores: Sus electrones de valencia están más ligados a sus núcleos 14 que en los conductores, pero basta suministrar una pequeña cantidad de energía para que se comporten igual que éstos, liberando sus electrones más externos. Aislantes. Presentan una configuración muy estable, la cual es difícil de modificar, ya que los electrones de valencia están sumamente ligados al núcleo, y la energía a suministrar para que saltaran del átomo sería excesivamente grande. Los materiales usados para las células fotovoltaicas son los semiconductores, ya que la energía que liga a los electrones de valencia con su núcleo es similar a la energía de los fotones que constituyen la luz solar. Al incidir ésta sobre el semiconductor (normalmente silicio), sus fotones suministran la cantidad de energía necesaria a los electrones de valencia como para que se rompan los enlaces y queden libres para circular por el semiconductor. Al lugar dejado por ausencia del electrón liberado se le llama hueco, y dispone de carga eléctrica positiva (igual a la que tenía el electrón pero de signo contrario). Estos huecos también se desplazan, ya que el electrón liberado es susceptible de caer en un hueco próximo, produciéndose entonces un movimiento de estas “ausencias de electrones”. Al hecho de que los electrones ocupen huecos dejados por otros electrones se le denomina recombinación. 15 Estos electrones libres y estos huecos creados en los puntos donde hay luz, tienden a difundirse hacia las zonas oscuras, con lo cual pierden su actividad. Sin embargo, al moverse ambas partículas en el mismo sentido, no producen corriente eléctrica, y antes o después se recombinan restableciendo el enlace roto. No obstante, si en algún lugar próximo a la región donde estas parejas de electrones y huecos han sido creados se formara un campo eléctrico en el interior del semiconductor, este campo separaría a los electrones de los huecos, haciendo que cada uno circule en dirección opuesta y, por consiguiente, dando lugar a una corriente eléctrica en el sentido del citado campo eléctrico. Existen varias formas de crear un campo eléctrico de este tipo en el interior del semiconductor, pero todas ellas están basadas en el concepto de potencial de contacto y la afinidad que diferentes sólidos tienen por los electrones. En las células solares convencionales este campo eléctrico se consigue mediante la unión de dos regiones de un cristal de silicio que han sido tratadas químicamente de modo diverso. Una de las dos regiones, la denominada n, ha sido dopada (impurificada) con fósforo. El fósforo tiene cinco electrones de valencia, uno más que el silicio, de manera que la región dopada con fósforo muestra una afinidad por los electrones menor que el silicio puro. La otra región, denominada p, ha sido dopada con boro. El boro tiene sólo tres electrones de valencia, uno menos que el silicio, y por ello el silicio dopado con boro tiene una afinidad por los electrones superior al silicio puro. De esta manera, la unió p-n así formada presenta una diferencia de potencial V que hace que los electrones tengan menos energía en la zona n que en la zona p. Consecuentemente, un campo eléctrico dirigido de la zona n hacia la p tiende a enviar los electrones hacia la zona n y los huecos hacia la zona p. 16 La constitución de una célula de silicio convencional parte de una barra cristalina de silicio dopado con boro, que se corta en discos de un espesor de 0.3 mm. Una de sus caras se dopa fuertemente con fósforo, mediante difusión a alta temperatura en una atmósfera gaseosa rica en el mismo, de forma que este elemento penetre en el silicio más concentrado que el boro que éste contenía, hasta una profundidad aproximada de 0.3 micras. Encima de esta capa se deposita una rejilla metálica conductora, y en la parte posterior una capa continua. Ambas sirven para facilitar la toma de contactos eléctricos con las dos regiones. 17 Cuando inciden fotones sobre la capa superior de la célula, algunos enlaces se rompen, generándose entonces pares electrón-hueco. Si esta generación se produce a una distancia de la unión menor que lo que se denomina longitud de difusión, antes o después estos portadores serán separados por el fuerte campo eléctrico que existe en la unión, moviéndose el electrón hacia la zona n y el hueco hacia la p y dando lugar, por consiguiente, a una corriente desde la zona n a la zona p. Si la longitud de difusión es muy pequeña, esto significa que, en un corto recorrido, el electrón y el hueco se recombinarán y la energía luminosa que fue absorbida para crear el par se recupera en forma de calor, lo cual en nuestro caso no es deseable. De este modo, los fotones absorbidos en las zonas posteriores de la célula solar (que son los de mayor longitud de onda) tendrán pocas posibilidades de alcanzar la unión si la longitud de difusión no es lo suficientemente grande. Para que ésta última lo sea, es necesario que el cristal de silicio sea estructural y constitucionalmente muy puro, es decir, que sea monocristal y que tenga una bajísima concentración de impurezas distintas a las añadidas intencionadamente (boro y fósforo). Esto se debe a que la mayor parte de las impurezas, así como los defectos estructurales, catalizan con gran eficacia el proceso de recombinación del par electrón-hueco en su trayecto hacia la unión p-n. La corriente eléctrica producida, al ser empleada en un trabajo útil, desarrolla una caída de tensión que hace que la zona p sea más negativa. Como esta zona es la de menor energía potencial de electrones (es decir, la de mayor potencial o más positiva), el efecto de la carga exterior es reducir el potencial de la zona p, o sea, reducir el campo separador que aparece en la unión. La corriente dada por cada célula solar para una iluminación determinada varía en función de la caída de tensión producida en el exterior, de acuerdo con lo que se muestra en la figura 5. La corriente suministrada es casi constante, hasta que se llega a un valor de tensión para el cual el campo de la unión decrece sensiblemente. Entonces la corriente tiende a cero rápidamente. La potencia máxima que puede dar una célula corresponde a una tensión algo inferior a la de circuito abierto, Vea. La máxima intensidad, Icc que puede suministrar la célula se produce cuando no existe ninguna tensión exterior, pero en ese caso no suministra potencia en absoluto. El valor de la intensidad máxima, „Imax‟ es también algo más bajo que la intensidad de cortocircuito Icc. 18 Teniendo en cuenta lo anterior, para obtener un buen rendimiento en las células solares, éstas deben estar constituidas por un material en el que la energía del enlace de suselectrones de valencia no sea ni muy baja, ya que se perdería buena parte de la energía del fotón, ni muy alta, pues entonces sólo los fotones más energéticos del espectro solar podrían romper los enlaces. El silicio, con 1.1 eV, es el material más usado. El arseniuro de galio, con 1.4 eV, tiene teóricamente mejores características pero es más caro. El sulfuro de cobre, con 1 .2 eV, es un material prometedor. Rendimiento de las células fotovoltaicas El rendimiento se define como el cociente entre la potencia eléctrica máxima que puede suministrar una célula fotovoltaica y la potencia luminosa que incide sobre su superficie. El rendimiento obtenido en laboratorio sobre células de silicio monocristalino es del 22% -24%, pero una vez que se pasa a su fabricación masiva éste baja a un valor aproximado del 15 %, lo que quiere decir que, de cada 100 vatios que recibimos del Sol, tan sólo 15 se aprovechan para nuestro uso. El hecho de este rendimiento tan bajo se debe fundamentalmente a los siguientes factores: a) Energía de los fotones incidentes Ocurre en gran medida que los fotones que contiene la luz solar no disponen de la energía suficiente como para romper el enlace covalente y crear el par 19 electrón-hueco. También se da el caso contrario, y es que el fotón incidente tenga más energía de la necesaria, en cuyo caso ese exceso de energía se disipa en forma de calor. Por los motivos anteriormente expuestos, podernos afirmar que un 50% de la energía incidente en nuestra célula fotovoltaica se pierde, no produciendo por tanto electricidad. b) Pérdidas por recombinación El hecho de que parte de los electrones liberados por los fotones ocupen de nuevo huecos vecinos (recombinación), hace que la tensión de vacío disminuya desde aproximadamente 1.1 V (tensión teórica), hasta un máximo de 0.6 V en circuito abierto, debido a diversos factores y al propio proceso de fabricación de la célula solar. Las pérdidas se elevan por esto a un 1 5 %. c) Pérdidas por reflexión Si dispusiéramos la oblea de silicio tal y como queda después de haberse producido el corte en la barra de silicio monocristalino, la cantidad de luz reflejada tendría un valor aproximado del 30 %. No obstante, se han experimentado diferentes recubrimientos que reducen este valor aproximadamente al 10%. d) Pérdidas por los contactos eléctricos Evidentemente, el hecho de dotar a la célula solar de unos contactos que canalicen los electrones liberados hacia el circuito exterior, hace que parte de su superficie de captación se vea tapada por estos contactos eléctricos de rejilla, que no son transparentes y, en definitiva, restan iluminación. Las pérdidas por este concepto pueden evaluarse, como media, en un 8 %, ya que dependen del diseño de la célula. e) Pérdidas por resistencia serie Son debidas al efecto Joule que se produce al circular la corriente eléctrica a través del silicio, produciendo un calentamiento. Representan sobre el conjunto un 2%-3%. Visto lo anterior y sumando los distintos valores, se obtiene que la eficiencia real de la célula solar fotovoltaica no puede superar el 15 %, debido a las dificultades de reducir las diferentes pérdidas. No obstante, y como al principio se ha comentado, en laboratorio pueden obtenerse valores más altos, dado que puede jugarse con una precisión en los procesos de fabricación que raramente puede darse en las cadenas de producción. 20 Capítulo 2 Células y paneles fotovoltaicos La célula fotovoltaica es un dispositivo capaz de convertir la luz en electricidad de una forma directa e inmediata. Normalmente, las células fotovoltaicas más utilizadas son las formadas por una unión p-n y construidas a base de silicio monocristalino. No obstante, existen diversos procedimientos y tipos de materiales que se usan para la construcción de las células y que trataremos de resumir en los siguientes apartados. Células de arseniuro de galio Son quizá estas células fotovoltaicas las más indicadas para la fabricación de módulos, ya que su rendimiento teórico alcanza límites cercanos al 27% -28% en su versión monocristalina. El problema principal radica en que este material es raro y poco abundante, hecho por el cual no se ha empezado su manipulación hasta hace relativamente poco tiempo, estando su tecnología poco avanzada y con costes elevados. 21 Una característica interesante del AsGa es su elevado coeficiente de absorción, que hace que con poco material se obtenga una eficiencia elevada. Otra particularidad de suma importancia es que puede trabajar a temperaturas altas con menores pérdidas que el silicio monocristalino, lo que permite ser utilizado con ventaja en sistemas de concentración. En definitiva, las células de arseniuro de galio presentan unas buenas características, pero su uso se ve limitado por el elevado coste de producción de este material, que hace, por el momento, que su precio no resulte competitivo frente a las tecnologías actualmente utilizadas. Células de sulfuro de cadmio y sulfuro de cobre Se ha experimentado también en la obtención de células compuestas por dos capas: una de sulfuro de cadmio (SCd) y otra de sulfuro de cobre (SCu2). La ventaja de este sistema radica en que se utiliza muy poco material activo en un proceso fácil de fabricación. Los rendimientos máximos obtenidos en laboratorio no superan el 10%, viéndose disminuidos a la mitad una vez que se llegara a la práctica industrial. El grave problema que presenta este tipo de células es la degradación que se produce con el paso del tiempo. No obstante, se está investigando en los diferentes motivos que producen esta inestabilidad con el fin de que, al subsanarlos, se pueda contar con una alternativa de bajo coste a los materiales actualmente utilizados. Células bifaciales Esta tecnología de fabricación consiste en crear una doble unión (normalmente n-p -p) de tal forma que la célula sea activa tanto en la cara frontal como en su cara posterior. Este procedimiento permite captar la radiación frontal y la reflejada en el suelo (albedo), que es transformada en electricidad en la parte posterior de la célula fotovoltaica. Lógicamente, la energía producida por el albedo es menor que la que produce la radiación directa, pudiendo llegar su valor al 30% de la energía total cuidando la calidad de la superficie de reflexión, así como ciertas condiciones mecánicas en la colocación del panel formado por este tipo de células. Las células bifaciales obtienen, por tanto, mejor rendimiento que las monofaciales, pero lógicamente el coste de producción se eleva, ya que se necesitan varios tratamientos extras en el dopaje del silicio para crear las diferentes capas activas. La invención y el desarrollo de este tipo de células se deben a un grupo de investigadores del Laboratorio de Semiconductores de la Escuela Técnica Superior 22 de Ingenieros de Telecomunicación de Madrid, en los primeros años de la década de los ochenta, siendo fabricadas y comercializadas por una empresa española hasta finales de dicha década. Dado que los módulos realizados con este tipo de células presentaban mayor complejidad en la instalación y un mayor mantenimiento. Hoy en día están prácticamente en desuso, habiéndose decantado la industria fotovoltaica por los de tecnología mono facial, mucho más versátil y con menos servidumbres a la hora de su instalación. Células de silicio amorfo La gran ventaja de la utilización del silicio amorfo para la fabricación de células fotovoltaicas radica en el espesor del material a utilizar, ya que puede llegar ser 50 veces más fino que el equivalente fabricado en silicio monocristalino. El silicio amorfo tieneunas propiedades totalmente diferentes al silicio cristalino. Por ejemplo, su elevada velocidad de recombinación, producida por la gran cantidad de imperfecciones en la red cristalina, que crean núcleos activos para la recombinación. Este defecto se ve compensado en parte por la adición de hidrógeno (en proporciones cercanas al 50%), que hace disminuir la velocidad de recombinación de los portadores. El silicio amorfo presenta también un alto coeficiente de absorción, lo que permite la utilización de espesores de material activo muy pequeños. Existen estudios para comprobar la viabilidad de fabricar células solares de silicio amorfo superponiendo varias capas, cada una sensible a unas determinadas radiaciones, con lo cual se podrían obtener rendimientos próximos a los del silicio monocristalino, al sumarse la efectividad de cada una de ellas. El desarrollo histórico del silicio amorfo desde que, aproximadamente en 1983, saliera al mercado fotovoltaico con un rendimiento entre el 3 % y el 4 %, en su versión de unión simple p-n, ha llegado a conseguir eficiencias del 9 % en este mismo tipo de unión, y valores próximos a los estándares del silicio monocristalino en las versiones multicapa. En definitiva, el silicio amorfo se presenta como un candidato importante para la fabricación de células fotovoltaicas, una vez que sean resueltos los problemas de degradación que sufren las células al ser expuestas al sol después de un determinado tiempo de trabajo. Estudios realizados llegaron a la conclusión de que el parámetro causante de dicha disminución de potencia entregada es el FF (definido más adelante), debido a una disminución de la longitud de colección de portadores, y se proponían 23 diversas soluciones, entre las cuales se citaba una mayor utilización de las células de silicio amorfo multicapa. El coste de fabricación de las células de silicio amorfo es, en principio, mucho más barato que el del resto de las tecnologías, como consecuencia del poco material que se emplea y la facilidad de su fabricación en masa, por lo que son muy usadas en pequeñas alimentaciones eléctricas (calculadoras, relojes, radios, linternas, etc.) donde su limitada vida no es un problema, dado que la vida activa del propio aparato que las incorpora suele ser más corta, por tratarse de equipos inmersos claramente en mercados de consumo. Algunas compañías fotovoltaicas siguen experimentando con este material en su producción industrial para aplicaciones profesionales, sin que hasta el momento se comercialice masivamente. Habrá que esperar algún tiempo para ver cómo se desarrolla esta tecnología, teniendo en cuenta que ya ha habido más de un fracaso técnico a lo largo de la historia fotovoltaica. Como característica diferenciadora de otras células solares, aparte de las que se han descrito anteriormente, está la posibilidad de hacerlas de colores o incluso traslúcidas, peculiaridades éstas que le confieren a este tipo de tecnología unas posibilidades de uso francamente amplias. Células de silicio policristalino Son aquellas obtenidas a partir de procesos que no necesitan un control exhaustivo de la temperatura en la solidificación del material de silicio, ni tampoco un crecimiento controlado de su red cristalina. Se les da el nombre de policristalinas, ya que la solidificación no se hace en un solo cristal sino en múltiples. Durante los años 1981-1982, se especuló con la posibilidad de un coste sensiblemente más barato que el de la tecnología monocristalina. En honor a la verdad, hoy día la diferencia no resulta tan grande y tan sólo algunos fabricantes siguen con este tipo de tecnología en sus líneas de fabricación, no habiéndose extendido su uso en la medida que indicaban las previsiones iniciales. Del primer rendimiento obtenido al inicio de la década de los ochenta, que se situaba entre el 7% y el 8%, se ha logrado incrementar a valores próximos al 12%, siendo incluso posible, en los procesos de fabricación refinados, llegar a valores del 14 %. No obstante, su precio difiere en estos casos poco o nada respecto a la tecnología monocristalina tradicional habitualmente utilizada. Una gran ventaja en la fabricación de células de silicio policristalino es la posibilidad de producirlas directamente en forma cuadrada, lo que facilita enormemente la fabricación de paneles solares compactos sin posteriores mecanizaciones de la célula. 24 Hay diferentes tipos de silicio policristalino atendiendo al tamaño de los cristales que lo componen, que generalmente en los más modernos es mucho más pequeño que en las células más antiguas, lo que da un aspecto más homogéneo a su superficie. Existen investigaciones sobre la prefabricación en masa, proceso que utilizando un silicio de un grado solar, produce células policristalinas continuas de 60 cm de ancho, las cuales posteriormente se trocearían para obtener las células habituales que darán lugar a la fabricación de módulos fotovoltaicos estándar. Lo interesante de este proceso es que es totalmente continuo, y prácticamente sin intervención de mano de obra ni pasos intermedios, como ocurre en el silicio policristalino clásico. Además permitiría disponer de células de tamaños muy variados, e incluso hacer módulos de una sola célula, lo que abriría nuevos conceptos de aplicación y tecnología a la industria fotovoltaica. A las células construidas de esta forma se las denomina comercialmente APEXTM y al método de fabricación propiamente dicho, Silicon Film. Lo realmente novedoso de este sistema no es en sí la célula, que es una versión policristalina, sino su particular método de fabricación, que como se verá más adelante, elimina la solidificación clásica y el corte de la oblea, dos pasos realmente costosos en el proceso de producción de un módulo fotovoltaico. Células de silicio monocristalino Como se ha mencionado al principio de este capítulo, las células fotovoltaicas más usadas en la actualidad son las de silicio monocristalino. Esto puede deberse en gran parte a la importante industria que se ha montado alrededor del silicio, ya que es la base de todos los transistores, circuitos integrados y otros componentes activos electrónicos. Por otro lado, no podemos olvidar que el silicio es el segundo material más abundante en la Tierra, después del oxígeno. Después de estos datos, uno puede preguntarse la razón por la cual las células fotovoltaicas tienen un coste elevado. La respuesta a esta cuestión tiene varias vertientes. Primeramente, el silicio no se encuentra en estado puro y existen ciertos elementos de difícil eliminación. Por otra parte, se ha de fundir y hacerse crecer para formar un monocristal, como se verá más tarde, etapa en la cual se invierte mucho tiempo y mucha energía. Otro aspecto importante es que, por el momento, su uso está un poco limitado, no pudiéndose fabricar en cantidades tales que pudieran abaratar sensiblemente el coste del producto. Una célula solar de silicio monocristalino no es otra cosa que un diodo de unión p-n que se hace especialmente sensible a la iluminación, generando la corriente eléctrica. En la figura 2 se observa el circuito equivalente de una célula 25 fotovoltaica, donde se aprecia el generador de corriente fotogenerada, el diodo, un pequeño efecto capacitivo (expresado por un condensador) y dos resistencias típicas de la fabricación, una en serie y otra en paralelo o shunt, que están formadas por los propios materiales utilizados. Parámetros de una célula solar La curva intensidad-tensión (1- E) que define el comportamiento de una célula fotovoltaica está representada en la figura 3. En dicha figura se pueden verlos parámetros típicos que definen una célula. Son los siguientes: 26 Intensidad de cortocircuito, Icc Es aquella que se produce a tensión cero, pudiendo ser medida directamente con un amperímetro conectado a la salida de la célula solar. Su valor varía en función de la superficie y de la radiación luminosa a la que la célula es expuesta. Normalmente, y para células cuadradas de 4, 5 y 6 pulgadas, las corrientes se sitúan en los 3.1 A, 4.4 A y 7.1 A respectivamente, para una radiación de 100 mW/cm2. Tensión de circuito abierto, Vca Es la tensión que podemos medir al no existir una carga conectada y representa la tensión máxima que puede dar una célula. Su medida se realiza simplemente conectando un voltímetro entre bornes, y su valor oscila, según el tipo de construcción interior de la célula, alrededor de los 0.5 V. Potencia pico, Wp Es la potencia eléctrica máxima que puede suministrar una célula, y quede determinada por el punto de la curva I-V donde el producto de la intensidad producida y la tensión es máximo. Todos los restantes puntos de la curva generan valores inferiores de dicho producto. Factor deforma, FF Se define mediante la expresión: FF= (Ip Vp)/(Icc Vca) Evidentemente, el FF siempre será un valor más pequeño que la unidad, y la célula solar será tanto mejor cuanto más se aproxime el valor del factor de forma a dicha cifra. Normalmente, en las células comerciales el FF está comprendido entre 0.7 y 0.8, teniendo las de silicio monocristalino, por regla general, mejor valor que las fabricadas con silicio policristalino. El factor de forma resulta ser un parámetro de gran utilidad práctica, ya que al ser comparado con el de otro tipo de célula nos da una idea de la calidad relativa de una célula con respecto a otra. Eficiencia de conversión o rendimiento Por último, otro parámetro que define la calidad de una célula fotovoltaica es el rendimiento o eficiencia de conversión (a), representado por la siguiente fórmula: n= Wp/Wx 27 donde W, (potencia pico) es igual al producto de la intensidad pico (I) por la tensión pico (Vr), representada en la figura 3 por el rectángulo rayado, y Wr es la potencia de radiación incidente sobre la superficie de la célula solar. Para conocer bien el funcionamiento de una célula fotovoltaica debemos tener presentes dos conceptos fundamentales: a) La tensión en bornes de una unión p-n varía en función de la temperatura, pero a un determinado valor de esta última, dicha tensión es constante. b) La corriente suministrada por una célula solar a un circuito exterior es proporcional a la intensidad de la radiación y a la superficie de la célula. Los gráficos nos muestran claramente estos conceptos, tal corno se puede apreciar en la figura 4, ya que observamos que si mantenemos una iluminación constante y variamos la temperatura, la curva inicial se va desplazando a la vez que la tensión de circuito abierto va haciéndose más pequeña. En el gráfico de la figura 5 vemos que si mantenemos la célula a una temperatura constante y disminuimos la radiación incidente, obtenemos unas corrientes de cortocircuito cada vez menores, pero que están relacionadas proporcionalmente con las iluminaciones. 28 También puede apreciarse que la tensión de circuito abierto no ha variado sensiblemente, lo que nos demuestra su estabilidad frente a los incrementos de la iluminación. Si ahora observamos el comportamiento de la tensión, corriente y rendimiento de nuestra célula aunándolas en un solo gráfico, como el de la figura 6, obtenemos deducciones muy interesantes, como que al aumentar la temperatura la tensión baja, mientras que la curva correspondiente a la intensidad incrementa su valor en menor proporción, lo que se traduce en un descenso del rendimiento. Podremos decir, en consecuencia, que a medida que la temperatura a la que se encuentra la célula aumenta, disminuye el rendimiento, produciéndose el efecto contrario, es decir, un aumento del rendimiento, en función de temperaturas más bajas. Dos parámetros definen lo comentado con respecto a la variación con la temperatura. Son los llamados parámetros alfa (cr) y beta (/, que lógicamente son diferentes para cada tipo de célula, aunque similares con relación a las tecnologías. Sus definiciones y los valores típicos de los mismos para tecnología monocristalina son: α: Variación de la intensidad de cortocircuito con la temperatura. Valor típico = 0.63 mA/°C β: Variación del voltaje de circuito abierto con la temperatura. Valor típico = -2.3 mV/°C 29 Proceso de fabricación de las células monocristalinas Ciñéndonos al proceso de producción de las células solares monocristalinas. Podemos distinguir dos pasos de fabricación: la elaboración y purificación del silicio y la propia fabricación de la célula. El silicio se obtiene principalmente de la sílice (óxido de silicio), de la que, por el método de reducción, se extrae el silicio llamado de grado metalúrgico, que dispone de una pureza del 98%. Que al no ser suficiente, ha de volverse a purificar hasta el extremo de llegar a un valor del 99.9999%. Este silicio puro, al que se le da el nombre de silicio de grado electrónico, es el comúnmente utilizado para la fabricación de células. No obstante, se está investigando en la obtención de un silicio denominado de grado solar, que no llegue a ser tan puro y costoso como lo es el de grado electrónico, pero pueda sustituirlo con eficacia reduciendo a la vez el coste. Una vez obtenido el material adecuado por su pureza, comienza propiamente el proceso de fabricación, que consiste en introducir el silicio al 99.9999% en un crisol junto con impurezas de boro, para formar una masa fundida, llevando el conjunto a una temperatura de 1400 oc aproximadamente. Una vez que todo el material se encuentra en estado líquido, se dispone de una varilla cuyo extremo tiene un germen de silicio que, al ponerse en contacto con la masa, da comienzo al proceso de solidificación del material. Esta varilla tiene un movimiento rotativo y lentamente ascendente, de tal forma que va solidificando un tocho metálico de un diámetro que corresponde a la velocidad de ascenso y giro que se ha imprimido a 30 la varilla. Ésta es la razón por la cual la mayoría de las células solares tienen forma circular. En el caso de querer hacerlas cuadradas, tendríamos que cortar los cuatro trozos laterales hasta dejar el cuadrado inscrito en dicho círculo. Una vez que se dispone del tocho de silicio monocristalino, se trocea en finas obleas que posteriormente se convertirán en células solares. El corte se realiza mediante sierras extremadamente precisas, obteniendo obleas de un espesor del orden de 0.3 milímetros. En esta etapa se llega a desperdiciar en polvo hasta un 40 % del material, que puede ser nuevamente reciclado aunque con evidentes pérdidas económicas para el producto final. La siguiente fase consiste en restablecer los efectos perniciosos que se han producido por el efecto del corte. Esto se realiza introduciendo las obleas en baños químicos que restauran la capa superficial dañada, preparándola para los posteriores pasos. 31 Los lingotes producidos por el método descrito anteriormente, denominado método Czochralsky, suelen tener una longitud de un metro, y diámetros comprendidos entre 20 mm y200 mm. El tiempo invertido en la producción de uno de estos lingotes puede llegar a ser de 8 horas. Disponemos hasta ahora de una fina superficie de silicio dopado con una pequeña cantidad de boro. El siguiente proceso consiste en la propiacreación de la célula, mejor dicho, de la unión p-n que formará la célula solar tal y cómo la podemos observar en la realidad. Para ello, se la introduce en hornos especiales a una temperatura entre 800 °C y 1000 °C durante un tiempo prefijado, y en una atmósfera que se encuentra cargada de átomos de fósforo y que se va difundiendo sobre la cara de la oblea que se quiere dopar con material n. La profundidad que alcanza la penetración de fósforo está en función de la temperatura del horno y de la duración del proceso. De esta forma, disponemos de una unión p-n creada en el interior de la oblea, que será capaz de producir corriente eléctrica al incidir radiación. Después de los procesos descritos anteriormente, la célula presenta una superficie que rechaza aproximadamente el 33% de la radiación que pueda llegarle, dado su aspecto metálico. Por este motivo se procede a la aplicación de una capa antirreflectante que disminuya el valor rechazado a tan sólo un 10 % - 12 %, aumentando de esta manera la eficiencia de la célula. 32 Son diferentes los métodos aplicados para crear la capa antirreflectante, pero generalmente se utiliza la evaporación al vacío, que consiste en una calefacción eléctrica que evapora el material antirreflectante depositado previamente. Otro método, cada vez más utilizado, consiste en la creación de pequeñas pirámides en la superficie del material, que realizan una función de rebote del rayo incidente, de forma que gran parte de la radiación penetre dentro del semiconductor. Este método se denomina texturizado y se crea mediante reacciones químicas en la superficie de la célula. Presenta grandes ventajas de coste, además de poderse realizar tanto antes del dopado de fósforo corno después. 33 Para poder hacer útil la energía que proporciona la célula solar una vez que se ilumina, se la debe proveer de contactos eléctricos capaces de recolectar los electrones que se liberan por acción de los fotones que contiene la luz. El diseño del dibujo sobre la superficie de la célula es muy importante, ya que cuantos más contactos se pongan, mayor cantidad de electrones serán capturados pero, en contrapartida, menor iluminación llegará a la superficie activa, debido a que estos contactos no son transparentes. Por tanto, se debe llegar a un compromiso entre las dos exigencias. Por una parte, se debe permitir que la mayor superficie de la célula quede libre para recibir la radiación, y simultáneamente se debe cubrir lo mejor posible ésta para recolectar la máxima cantidad de portadores de carga. Existe un sistema más costoso, pero también algo más efectivo, en el cual, mediante una incisión de láser en la superficie de la célula, se introducen los contactos verticalmente, en vez de horizontalmente. De esta forma, la superficie expuesta a la radiación es mayor y ello se traduce al final en un aumento del rendimiento. Este sistema, cuya célula se denomina comercialmente “Saturno”, se caracteriza principalmente y de una forma visual, por no verse prácticamente los contactos, quedando su superficie de un color muy homogéneo. 34 El material de que están constituidos los electrodos, tanto frontal corno posterior, suele ser una aleación de diversos metales, como son: la plata, el titanio, el paladio, el cobre, el aluminio, etc., variando en función del tipo de célula solar que se fabrique. Por ejemplo, tanto la técnica de creación de los contactos como los materiales empleados en una célula de aplicación espacial, serán diferentes a los empleados en aplicaciones terrestres, mucho menos comprometidas. Los métodos para la consecución de contactos fiables son principalmente la evaporización al vacío, el procedimiento electroquímico y el serigráfico. El primero utiliza cañones electrónicos que crean el contacto aplicando las capas de diferentes metales sucesivamente, sufriendo posteriormente un tratamiento térmico para que el material penetre en la célula y realice un buen contacto eléctrico. Este método resulta muy lento, lo que hace que no sea excesivamente competitivo pero sí de una gran calidad. El siguiente método, el electroquímico, es muy usado en la fabricación de componentes electrónicos y se produce mediante la inmersión de la célula en líquidos controlados en temperatura. Pueden utilizarse materiales como níquel y cobre, que son depositados en capas diferentes, pasando posteriormente por un tratamiento térmico. 35 Los procedimientos serigráficos quizá son hoy en día los más usados, dado su bajo coste de producción, así como la facilidad de su automatización. Utilizan una pasta conductora compuesta por plata, titanio, aluminio, etc., que se deposita por serigrafía en la célula solar, la cual posteriormente se introduce en un horno que difunde el material conductor en la superficie de la oblea. De esta forma y de dos pasadas (cara frontal y posterior), queda lista la célula para la última fase, con la que se cierra el proceso de fabricación de la misma. Esta consiste en efectuar las pruebas eléctricas para clasificar sus características. Se realizan de una forma automática, analizando su respuesta de I-V (intensidad-tensión), así como la respuesta espectral. Últimamente y debido al gran desarrollo del sector fotovoltaico, los fabricantes de células han introducido para la fabricación de módulos las células cuadradas. Estas células, por ejemplo, se obtienen cortando un cuadrado con dimensiones de 10 cm x 10 cm sobre un tocho, crecido por el procedimiento Czochralsky, de un diámetro aproximado de 141 mm. El resultado es una célula capaz de crear módulos mucho más compactos, al evitar los intersticios producidos por la disposición de las células redondas, aumentando sensiblemente el rendimiento por unidad de superficie del módulo. El módulo fotovoltaico Lógicamente, y salvo muy pocas aplicaciones (juguetería, equipos didácticos, etc.), las células se agrupan en lo que se denomina módulo o panel fotovoltaico, que no es otra cosa que un conjunto de células conectadas convenientemente, de tal forma que reúnan unas condiciones óptimas para su integración en sistemas de generación de energía, siendo compatibles (tanto en tensión como en potencia) con las necesidades y equipos estándares existentes en el mercado. Normalmente, se habla de paneles de 6 V, 12 V y 24 V, si bien es cierto que su tensión está por encima de las mencionadas, oscilando las potencias producidas entre los 2.5 W y los 180 W. Las células que integran un panel fotovoltaico deben estar comprendidas en un rango muy estrecho en cuanto a sus parámetros eléctricos, para evitar las descompensaciones que se producirían en el interior del módulo si unas generaran más corriente que las vecinas. Precisamente por este motivo son de suma importancia las pruebas finales de las células, dentro de su proceso de fabricación. El módulo fotovoltaico consta de diversas capas que recubren a las células por arriba y por abajo, con el fin de darles una protección mecánica, a la vez que además las protegen contra los agentes atmosféricos, especialmente el agua, que puede llegar a ser causante de la oxidación de los contactos, con lo cual las células quedarían inservibles para la producción de energía. 36 Los módulos fotovoltaicos tienen estructuras y formas muy variadas, según los diferentes fabricantes. Podríamos hacer una división general diciendo que un módulo puede estar formado por: Cubierta exterior Capa encapsulante anterior Células fotovoltaicas Capa encapsulante posterior Protección posterior Marco soporte Contactos eléctricos de salida Describiremos someramente las principales cualidadesque deben presentar los materiales que se usan para la fabricación de los módulos fotovoltaicos. Cubierta exterior Tiene una función eminentemente protectora ya que es la que debe sufrir la acción de los agentes atmosféricos. Por este motivo, se suele utilizar vidrio en vez de siliconas como hace algunos años, pues presentaban problemas de durabilidad. El vidrio, especialmente el templado, presenta unas cualidades que confieren al módulo fotovoltaico grandes ventajas respecto a otros tipos de materiales, ya que presenta una buena protección contra los impactos a la vez que tiene una excelente transmisión a la radiación del espectro solar. 37 El cristal utilizado para la fabricación de módulos y paneles fotovoltaicos debe ser, en su parte exterior, sumamente liso y capaz de no retener suciedad. No ocurre normalmente así en la posterior, que está en contacto con el encapsulante, y es rugosa con el fin de mejorar la penetración de la radiación y la adherencia con éste, donde están embutidas las células. Capas encapsulantes Son las encargadas de proteger las células solares y los contactos de interconexión. Los materiales utilizados (siliconas, EVA o etil-vinilo-acetileno, polivinilo butiral, etc.) deben presentar sobre todo tina excelente transmisión a la radiación solar, así corno una nula degradación frente a las radiaciones ultravioletas, ya que si no es así, puede disminuir el rendimiento del módulo. El encapsulante debe cumplir también la misión de proteger y amortiguar las posibles vibraciones e impactos que se puedan producir, así como actuar de adhesivo entre las cubiertas posterior e inferior. Protección posterior Su misión consiste fundamentalmente en proteger contra los agentes atmosféricos, ejerciendo tina barrera infranqueable contra la humedad. Algunos fabricantes utilizan cristal, pero normalmente suelen emplearse materiales acrílicos, siliconas, TEDLAR o EVA. Estos últimos materiales, cada día más usados, proporcionan unas características inigualables, ya que son hasta 2300 veces menos absorbentes de la humedad que la silicona. Habitualmente suele tener color blanco, ya que esto favorece el rendimiento del panel, debido a que al reflejar la radiación incidente entre los intersticios que dejan las células, ésta se refracta en las rugosidades del vidrio en su parte interior, haciendo que incida de nuevo sobre las células. 38 Marco soporte Es la parte que presta rigidez mecánica al conjunto y permite su inserción en estructuras que agruparán a más módulos. El marco suele ser de aluminio anodizado o acero inoxidable, y a veces puede aplicarse un tratamiento especial para hacerlo aún más resistente al ambiente marino, que tan perjudicial es para los metales. Los marcos soporte deberán llevar los taladros necesarios para su anclaje a un bastidor, evitando tener que ser manipulados posteriormente. Un marco no debe ser taladrado bajo ningún concepto, ya que las vibraciones producidas pueden hacer estallar al cristal. Algunos módulos llevan acoplados una toma de tierra, que deberá ser utilizada, especialmente, si el número de unidades que van a ser instaladas es grande. Contactos eléctricos Son aquellos que nos permitirán acceder a la energía producida por el módulo fotovoltaico. Las formas son variadas, pero normalmente suelen disponerse en una o dos cajas de conexión de intemperie, con los contactos accesibles mediante tornillo, clema, conector o cualquier otra forma de contacto eléctrico fiable. A veces, especialmente si se trata de módulos de pequeña potencia. Se los dota de un cable de salida de longitud suficiente e incluso de unos simples contactos de tornillo que posteriormente se cubren mediante una protección de goma. Evidentemente, la protección mediante caja de conexiones de intemperie resulta ser la opción más fiable y duradera en el tiempo, además de poder incorporar en su interior ciertos elementos de protección como los diodos de by-pass, que evitarían los desperfectos por sombras parciales y que serán estudiados con más detenimiento en el capítulo 8. 39 Fabricación de un módulo fotovoltaico Una vez que se dispone de las células solares debidamente seleccionadas y agrupadas, se interconexionan en serie para conseguir una tensión normalizada y, por tanto, fácil de trabajar con ella. Generalmente se dispone de un total de 30 a 36 células, número que variará en función del tipo y tensión de cada una. Dispuesto el circuito eléctrico se depositan, por una parte, el cristal y una capa de encapsulante, y por la contraria, otra capa de encapsulante y la de protección posterior. Este conjunto es introducido en un horno especial para su laminación, donde se realizará el vacío para hacer desaparecer toda bolsa de aire que pueda quedar en el interior. Seguidamente se va aumentando la temperatura, de tal forma que el encapsulante empiece a fundirse (ya que su punto de fusión es más bajo que el del resto de los materiales), rodeando totalmente a células y contactos, a la vez que hace de adhesivo con el cristal y la capa posterior, quedando el conjunto totalmente estanco. Una vez que todas estas capas han formado un bloque compacto, se aplica el marco soporte mediante goma butílica o silicona, para permitir sin problemas las dilataciones del conjunto por efecto del calor. El proceso siguiente consiste en incorporar las bornes de conexión y realizar las pruebas finales del módulo, que permitirán clasificarlos por potencias para que, mediante algún código, puedan ser identificadas a la hora de su instalación y, al igual que las células, el conjunto de módulos presente características comunes que no permitan descompensaciones entre los grupos serie-paralelo. En la figura 16 puede apreciarse la gama de curvas 1- V que caracterizan a los módulos solares que, como se puede ver, son iguales a las de una célula, con la salvedad de que su tensión está multiplicada por el número de células en serie de que consta dicho panel. 40 Normativa sobre módulos fotovoltaicos Desde hace unos años, y debido al incremento en la utilización de los módulos fotovoltaicos, se han desarrollado normativas de cualificación que, aun no siendo de obligado cumplimiento para los Fabricantes, sí son una buena referencia de calidad para los clientes, de tal forma que la práctica totalidad de las fábricas de módulos homologan según estos estándares. La norma europea más avanzada al respecto es la EN 61215, por la que se realizan pruebas a los módulos en las condiciones más adversas, que aseguren el buen funcionamiento en el duro trabajo que les queda por desarrollar en su vida útil. Los principales ensayos que se realizan a estos equipos son los siguientes: -Inspección visual -Medidas en las condiciones estándar (1000 W/m2, 25 °C, AM 1 .5) -Ensayo de aislamiento eléctrico -Medida de los coeficientes α y β -Medida de la temperatura de operación nominal TONC -Funcionamiento a la TONC -Funcionamiento a baja irradiancia -Ensayo de exposición en exterior -Ensayo a la resistencia de formación de “puntos calientes” -Pruebas de resistencia a la radiación ultravioleta (UV) -Ensayo de ciclos térmicos (200 ciclos de 40 °C a +85 °C) -Prueba de humedad/congelación -Ensayo continuo de calor húmedo (1000 horas a 85 oc y 85 % de humedad relativa) -Ensayo de resistencia al granizo -Ensayo de carga mecánica -Prueba de robustez de terminales -Prueba de torsión Como es lógico, después de cada prueba degenerativa se vuelven a medir los parámetros eléctricos, con el fin de verificar que el estado del módulo está dentro de rango. Calidad de los módulos fotovoltaicos Los estándares de calidadcon que se construyen los módulos fotovoltaicos son bastante elevados, especialmente en aquellos casos que se acompaña una homologación bajo una norma de calidad como las descritas anteriormente. 41 Realmente, la calidad está en función directa de los materiales empleados, si bien es cierto que la manipulación y el almacenamiento de éstos deben ser controlados para evitar degradaciones en el tiempo de vida útil de los módulos. No obstante, la mayoría de los fabricantes acreditados y con experiencia dan a sus productos garantía de diez años contra defectos de fabricación y disminución de potencia, lo cual hace pensar sobre el alto grado de fiabilidad de los mismos. A pesar de todo, se suele decir que un panel es mejor que otro por la medida de su potencia, y éste es un punto absolutamente importante que requiere algún comentario. En primer lugar, no existe una célula igual a otra, y por extensión no existe un módulo igual a otro, siendo éste el motivo por el que los Fabricantes suelen dar una variación de potencia de + 10 % para cada modelo, lo cual no quiere decir que uno sea mejor que otro, sino que da más potencia. Curiosamente, sin embargo, lo más importante no sería el análisis de la potencia del módulo, sino su corriente eléctrica, que es lo que hará que una instalación esté bien o mal equilibrada. Por tanto, un buen instalador fotovoltaico se preocupará de pedir a su suministrador el rango de corrientes de los módulos que adquiera, con el fin de poner en serie los de valores más próximos entre sí, ya que (le nada serviría colocar en una serie de cuatro módulos, por ejemplo, tres que nos 42 den 5 A y uno que dé 4.5 A, pues el resultado de dicha conexión sería que el grupo constituido nos daría tan sólo 4.5 amperios. Este agrupamiento por la corriente de los módulos es el más efectivo para conseguir buenos resultados prácticos en las instalaciones, siempre y cuando la conexión sea en serie, ya que en el caso de ser sólo en paralelo, no tendría especial relevancia, pues las corrientes se sumarían. Vida útil de los módulos fotovoltaicos Los datos expuestos sobre esta cuestión están referidos exclusivamente a las tecnologías de silicio monocristalino y policristalino, no habiendo datos sobre otros tipos (le materiales al no haberse comercializado en cantidad suficiente como para desarrollar estudios teóricos y reales de su esperanza de vida, excepto el silicio amorfo que, como ya Fue comentado anteriormente, tiene problemas de estabilidad de su potencia con el tiempo. Hablar de la vida (le un módulo fotovoltaico puede hacerse desde dos puntos de vista, el simulado en pruebas de envejecimiento prematuro y el de la experiencia. Con el primero de estos análisis, y después de pruebas exhaustivas de diversos laboratorios, todos parecen coincidir en la afirmación de que la vida esperada de un módulo fotovoltaico, sin reducción de rendimiento efectivo, se podría situar en los veinte años y que después de éstos perdería progresivamente eficiencia, probablemente a un bajo ritmo. No obstante, el análisis más razonable debería provenir de la experiencia práctica, que indica que módulos con más (le veinte años de antigüedad están prácticamente como el día de su instalación, desde el punto de vista eléctrico. De hecho, la frontera de los 30 años parece ser ya casi tina realidad, y más en el estado tecnológico actual, donde los materiales que se incorporan son de mejor calidad que los utilizados en tiempos pasados, así como los procesos constructivos que hoy día se emplean en la fabricación de estos elementos. En consecuencia, se puede afirmar que, a la vista de los datos de laboratorio y los contrastados bajo funcionamiento en circunstancias reales, el módulo fotovoltaico tiene una dilatada vida útil, mucho mayor que lo que en la actualidad se pide a prácticamente la totalidad de los aparatos que nos rodean. Nadie espera que un automóvil nos dure veinticinco o treinta años con un funcionamiento diario, o que nuestro televisor, frigorífico y el resto de los electrodomésticos que nos rodean alarguen su existencia durante tanto período de tiempo, cuando, por ejemplo, la estimación de vida para el cálculo de la amortización de un repetidor de telefonía se evalúa en 15 años como máximo. 43 Capítulo 3 Acumuladores Conceptos generales La energía solar llega a la Tierra de una forma variable no sólo respecto al día y la noche, sino también a la época del año, condiciones meteorológicas, etc. Algunas de estas variaciones son perfectamente predecibles, como las estaciones o la duración de la noche, pero no ocurre así con la nubosidad, que es mucho más aleatoria, lo que hace necesario la utilización de acumuladores o baterías capaces de alimentar el consumo previsto inicialmente durante los días que dure la perturbación. El acumulador o batería es un dispositivo capaz de transformar una energía potencial química en energía eléctrica. Se compone esencialmente de dos electrodos sumergidos en un electrolito donde se producen las reacciones químicas en los procesos de carga o descarga. La capacidad de un acumulador se mide en amperios-hora (Ah), para un determinado tiempo de descarga. Si este tiempo es muy corto, la capacidad de la batería disminuye, mientras que si el tiempo de la descarga aumenta haciéndose ésta lenta, la capacidad de la batería aumenta. Se define la capacidad como la cantidad de electricidad que puede obtenerse durante una descarga completa del acumulador plenamente cargado. Esta capacidad es el producto de la intensidad de descarga por el tiempo que ésta actúa, calculada hasta que se alcanza la tensión final. En definitiva, si tenernos un acumulador de 180 Ah medido a 10 horas de descarga, significa que el acumulador puede darnos 1 8 A durante 10 horas. La misión principal del acumulador dentro de un sistema solar fotovoltaico consiste en suministrar energía tal y como es demandada por la carga, independientemente de la producción eléctrica del panel en ese preciso momento. Cumple, por otra parte, una misión de fiabilidad, ya que también tiene la función de poder alimentar a la carga durante varios días, cuando la producción del panel es baja debido a las condiciones meteorológicas adversas. 44 Al acumulador que ha de ser usado para aplicaciones solares se le debe exigir el cumplimiento de tinas condiciones básicas, como son: -Aceptar todas las corrientes de carga que suministre el panel solar. -Mantenimiento nulo o mínimo. -Fácil transporte e instalación. -Baja auto descarga. -Rendimiento elevado. -Larga vida. Se encuentran diferentes tipos de haterías en el mercado, pero fundamentalmente se pueden hacer dos grandes grupos: las de níquel-cadmio (Ni-Cd) y las de plomo-ácido. Las primeras presentan unas cualidades excepcionales, pero debido a su elevado precio se usan con menos frecuencia. Por el contrario, las baterías de plomo-ácido en sus diferentes versiones son las más usadas para las aplicaciones solares, adaptándose a cualquier corriente de carga y teniendo un precio razonable. Seguidamente, comentaremos ambos tipos de acumuladores, así como diferentes aspectos clave para la buena comprensión de sus características en las aplicaciones fotovoltaicas. Componentes y funcionamiento de un acumulador de plomo-ácido Una batería de plomo-ácido está compuesta por los siguientes elementos básicos: -Placa positiva, construida con dióxido de plonio (PhO). -Placa negativa, formada por plomo esponjoso. -Separadores, cuya misión consiste en separar las placas de diferente polaridad aislándolas entre sí. -Electrolito, constituidopor una solución diluida de ácido sulfúrico. -Carcasa, construida de polietileno o polipropileno, y encargada de alojar en su interior los diferentes elementos descritos anteriormente. -Terminales de conexión. En la figura 1 de la página siguiente se pueden apreciar los efectos químicos que tienen lugar en un ciclo de carga-descarga en una batería de plomo-ácido. Como se observa, durante la descarga se produce un aumento de sulfato plúmbico y una disminución progresiva de los elementos que componen las placas, tanto positiva como negativa, así como una disminución de la concentración de ácido sulfúrico del electrolito. 45 46 Una vez que la batería ha llegado a su estado de carga bajo y se comienza la recarga, las condiciones se van invirtiendo hasta restablecer las proporciones iniciales de cada elemento, finalizando entonces la carga del acumulador. Las placas están construidas con pasta de plomo, cuya cantidad determina la capacidad de la hatería así como la profundidad de descarga a que puede ser sometida. Cada vez que la batería se descarga. Esta pasta, al irse desprendiendo, pierde volumen. Por este motivo, si la hatería debe responder a descargas muy profundas, sus placas deben ser muy gruesas y estar formadas con pasta de plomo de alta densidad. La vida de una batería de plomo-ácido llega a su fin normalmente por dos motivos principales. Uno se produce al no haber suficiente pasta de plomo en las placas para reaccionar con el electrolito, y el otro, por no existir suficiente electrolito para reaccionar con el plomo. Esto último puede ser paliado en parte utilizando mayor reserva de electrolito por medio de una carcasa mayor, pero se deberá tener cuidado, si existe evaporación de agua, de que la concentración de ácido no alcance valores peligrosos que puedan dañar al acumulador. En una carga, y particularmente en su fase final, el acumulador desprende gases de hidrógeno y oxígeno, produciendo una pérdida de agua que forma parte del electrolito. Esta pérdida de agua puede evitarse en parte utilizando tapones catalizadores que, en vez de dar salida a los gases hacia la atmósfera, hacen que éstos pasen por sustancias catalizadoras que los vuelven a convertir en agua. Permitiendo un menor mantenimiento del acumulador. Profundidad de descarga y vida útil del acumulador Se denomina profundidad de descarga al valor de la carga, en tanto por ciento con respecto a la total, que se ha sacado del acumulador en una descarga. Por ejemplo, si a una batería de 200 Ah se le ha sometido a una descarga de 80 Ah, esto da como resultado una profundidad de descarga del 40 % sobre la capacidad total de la batería. Se pueden dividir los acumuladores en dos tipos principales (siempre refiriéndonos a los de plomo-ácido): los de descarga superficial y los de descarga profunda. Al primer grupo pertenecen aquellas baterías cuya descarga rutinaria se encuentra entre el 10% y el 15% y esporádicamente pueden descargarse a valores más profundos (40% - 50%). 47 48 Este tipo de batería utiliza generalmente placas planas de plomo con aleación de antimonio, calcio, o una mezcla de estos dos componentes. A este grupo pertenecen las baterías sin mantenimiento, que últimamente se están utilizando mucho en aplicaciones fotovoltaicas ya que presentan notables ventajas, sobre todo en aplicaciones remotas corno son repetidores, telemetría, etc. No obstante, este tipo de baterías debe utilizarse con suma precaución a la hora de hacerlas trabajar en grandes descargas, ya que su vida se acortaría mucho, llegando a su destrucción total en pocos meses. El otro grupo de baterías, las de descarga profunda, lo forman aquellas que permiten sin deterioro muy apreciable descargas de hasta el 80% de su capacidad. Fijando su descarga media en un 20% -25 % en su uso diario. Los acumuladores de ciclo profundo incorporan bien placas planas o bien placas tubulares. En las baterías de placas planas, tanto el positivo como el negativo son rejillas empastadas, pero la placa positiva está envuelta con otras placas de cristal esterado, para retener la pasta de material activo que cae de la rejilla durante el ciclo de carga- descarga. En las baterías de placas tubulares, la placa positiva está formada por un sistema de tubos porosos que contiene cada uno un conductor central rodeado por material activo, mientras que la placa negativa es igual a la que utilizan las baterías de placas planas. Las baterías de placas tubulares tienen la ventaja sobre las de placas planas de que suelen tener mayor capacidad y duración. Como se ha visto anteriormente, la capacidad de una batería disminuye a medida que la descarga que se le aplica es 49 más rápida. En la figura 3 se puede apreciar que con un régimen de descarga de 0.33 A, se llega al valor de 1.8 Ven 100 horas, mientras que si descargamos a 1.37 A, el mismo voltaje se consigue en tan sólo 20 horas, lo que indica que en el primer caso se obtendría una capacidad de 33 Ah y en el segundo caso, de tan sólo 27.4 Ah. Esto demuestra que si la descarga se produce en un período largo, representará una profundidad de descarga menor que si se realiza en un período corto, ya que la capacidad del acumulador aumentaría en función del tiempo que durara la descarga. Directamente relacionada con la profundidad de descarga está la vida de una batería. Esta se expresa en ciclos, que se definen como el número de veces que se produce una carga-descarga. La vida de una batería depende también del espesor de las placas y de la concentración del electrolito, pero fundamentalmente está marcada por la profundidad de cada descarga, ya que, como se puede apreciar en las figuras 4 y 5, cuanto más profunda sea la descarga, el número de ciclos se hace menor y se llega antes al fin del acumulador. Si comparamos los dos gráficos, observamos la diferencia que existe entre una batería de ciclo profundo y una de ciclo superficial, pues veremos que para una profundidad de descarga del 40%, la de ciclo profundo puede soportar 3300 ciclos, mientras que la de ciclo superficial, tan sólo 400. No obstante, se debe aclarar que son valores teóricos y que existen otros factores que pueden alterar estas cifras notablemente. 50 Carga del acumulador Todas las baterías están compuestas por elementos de 2 V nominales y una capacidad que dependerá del modelo y tipo de placas utilizadas. Después de su fabricación se venderán comercialmente como elementos sueltos para interconexionar entre sí, o bien ya conectados y presentados como un bloque, en tensiones de 12 ó 24 V normalmente. No obstante, hablaremos de la carga de los acumuladores en su versión básica, esto es, por elemento de 2V. En un elemento de plomo—ácido la tensión varía según el estado (le carga, el peso específico del electrolito y, desde luego, según esté sufriendo una carga o una descarga. El voltaje de circuito abierto en tina batería cargada es de 2. 14 V a 25c y el peso específico de electrolito, de 1300. Dado que todas las baterías sufren una autodescarga, necesitan una pequeña corriente de mantenimiento para conservarlas completamente cargadas incluso cuando no están trabajando. En la práctica esta corriente es suministrada por el panel, siendo el voltaje de alimentación de unos0.2 V por encima del voltaje de circuito abierto del elemento acumulador. En definitiva, se necesita una tensión de flotación de 2.34 V para mantenerla completamente cargada. Un elemento que ha sido descargado puede llegar a un estado de plena
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