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FILOSOFÍA Y DERECHO 
Habermas: 
Lenguaje, Razón y Verdad 
Los fundamentos 
del cognitivismo 
en Jürgen Habermas 
Marcial Pons 
PERE FABRA 
HABERMAS: LENGUAJE, 
RAZÓN Y VERDAD 
Los fundamentos del cognitivismo 
en Jürgen Habermas 
Marcial Pons 
MADRID | BARCELONA | BUENOS AIRES 
2008 
La colección Filosofía y Derecho publica aquellos trabajos que han superado una evaluación 
anónima realizada por especialistas en la materia, con arreglo a los estándares usuales en la comu-
nidad académica internacional. 
Los autores interesados en publicar en esta colección deberán enviar sus manuscritos en docu-
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quier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distri-
bución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos. 
Pere Fabra 
MARCIAL PONS 
EDICIONES JURÍDICAS Y SOCIALES, S. A. 
San Sotero, 6 - 28037 MADRID 
Telf.: 91 304 33 03 
ISBN: 978-84-9768-471-2 
Depósito legal: M-781-2008 
Diseño de la cubierta: Manuel Estrada. Diseño Gráfico 
Fotocomposición: MEDIANIL COMPOSICIÓN, S . L. 
Impresión: E L E C É , INDUSTRIA GRÁFICA 
c/ Río Tiétar, 24 - 28110 Algete (Madrid) 
MADRID, 2008 
ÍNDICE 
Pág. 
ABREVIATURAS 13 
PRESENTACIÓN 15 
CAPÍTULO I. TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 21 
1. LA FORMACIÓN DE LOS MOTIVOS 21 
2. LAS ETAPAS DE UN PENSAMIENTO 25 
2.1. La etapa de formación 28 
2.1.1. Los puentes entre teoría y praxis: el motivo cognitivista de la crítica al 
positivismo 28 
2.1.2. El esbozo del marco conceptual 33 
2.2. La etapa de consolidación de la teoría 35 
2.3. La etapa de desarrollo y aplicación de la teoría 42 
3. HACER FILOSOFÍA EN TIEMPOS POSTMETAFÍSICOS: HACIA UN CONCEPTO 
PROCEDIMENTAL DE RACIONALIDAD 46 
CAPÍTULO II. LA TEORÍA DEL LENGUAJE COMO FUNDAMENTO DE LAS 
CIENCIAS SOCIALES 59 
1. INTRODUCCIÓN 59 
2. LA REHABILITACIÓN DE LA COMPRENSIÓN HERMENÉUTICA COMO MÉ-
TODO PARA LA TEORÍA SOCIAL 63 
3. EL «SENTIDO» DE LA ACCIÓN COMO CONCEPTO FUNDAMENTAL PARA LA 
TEORÍA SOCIOLÓGICA 68 
4. DEL «SENTIDO» AL «SIGNIFICADO»: LA REINTERPRETACIÓN LINGÜÍSTICA 
DEL CONCEPTO SOCIOLÓGICO DE «SENTIDO» 74 
4.1. El motivo filosófico 74 
4.2. El motivo sociológico 75 
5. CODA 84 
10 ÍNDICE 
Pág. 
CAPÍTULO III. EL PROGRAMA DE LA PRAGMÁTICA FORMAL 87 
1. INTRODUCCIÓN 87 
2. OBJETIVOS Y MÉTODO DEL PROGRAMA PRAGMÁTICO-FORMAL 90 
3. UN CONCEPTO MINIMALISTA DE «TRASCENDENTAL» 94 
4. EL DIÁLOGO COMO ELEMENTO CENTRAL DEL ANÁLISIS DEL LENGUAJE: 
LA DOBLE ESTRUCTURA DE HABLA 100 
5. LA EVOLUCIÓN DE LA TEORÍA DE LOS ACTOS DE HABLA: AUSTIN Y SEAR-
LE 106 
6. EL HABLA «COMPROMETE»: LA REINTERPRETACIÓN DE LA TEORÍA DE 
LOS ACTOS DE HABLA EN TÉRMINOS DE PRAGMÁTICA FORMAL 113 
6.1. Los compromisos derivados de todo acto de habla 115 
6.2. Pretensiones de validez 118 
6.3. Conceptos analíticos de «mundo» 121 
6.4. La fueza «racionalmente vinculante» del habla 124 
CAPÍTULO IV. ¿HACIA UNA TEORÍA PRAGMÁTICA DEL SIGNIFICADO? 129 
1. INTRODUCCIÓN 129 
2. LA CRÍTICA DE HABERMAS A LAS TEORÍAS DEL SIGNIFICADO CONTEM-
PORÁNEAS 134 
2.1. La crítica a la semántica formal 135 
2.2. La crítica a la semántica intencionalista 138 
2.3. La crítica a la teoría del significado como uso 141 
(3) LA TEORÍA PRAGMÁTICO-FORMAL DEL SIGNIFICADO 145 
3.1. Introducción 145 
3.2. Objetivos y alcance de la teoría pragmática del significado 148 
3.3. La estrategia: giro epistémico, giro pragmático 155 
CAPÍTULO V. LAS DIFICULTADES DE LA TEORÍA PRAGMÁTICA DEL SIG-
NIFICADO 165 
1. INTRODUCCIÓN 165 
2. ¿REALMENTE UNA TEORÍA DEL SIGNIFICADO? 169 
2.1. La crítica de Wellmer 177 
2.2. La crítica de Lafont 182 
3. LAS DIFICULTADES DEL CONCEPTO NORMATIVO DE ENTENDIMIENTO 
(VERSTÁNDIGUNG) 195 
3.1. Dos versiones: entender o entendemos 195 
3.2. El problema de los imperativos no cubiertos normativamente 199 
CAPÍTULO VI. LA RESPUESTA A LAS CRÍTICAS: LA REFORMULACIÓN DE 
LA TEORÍA PRAGMÁTICO-FORMAL DEL SIGNIFICADO EN LA OBRA 
RECIENTE DE HABERMAS 209 
1. INTRODUCCIÓN 209 
2. Las revisiones de la teoría pragmático-formal del significado en Wahrheit und Recht-
fertigung 211 
ÍNDICE 11 
Pág. 
2.1. La distinción entre un «uso comunicativo» y un «uso no comunicativo» del len-
guaje . 212 
2.2. «Entendimiento» versus «acuerdo» 224 
2.3. Dos tipos de acción comunicativa 237 
3. CONSECUENCIAS PARA LA TEORÍA DEL SIGNIFICADO: ¿UNA TEORÍA 
PRAGMÁTICA DEL SIGNIFICADO O UNA TEORÍA DEL SIGNIFICADO PRAG-
MÁTICO? 241 
CAPÍTULO VII. ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA PRAGMÁTICA DEL SIG-
NIFICADO (I) 251 
1. INTRODUCCIÓN 251 
2. LA LECTURA DE HABERMAS DEL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO DE G. H. 
MEAD: UNA HIPÓTESIS SOBRE EL SURGIMIENTO DEL SIGNIFICADO 256 
3. LA RAÍZ PRAGMÁTICA DEL LENGUAJE: LA ESTRUCTURA DE REGLA 265 
4. ROBERT BRANDOM: PRAGMÁTICA NORMATIVA Y SEMÁNTICA INFEREN-
CIAL 270 
CAPÍTULO VIII. ELEMENTOS PARA UNA TEORÍA PRAGMÁTICA DEL SIG-
NIFICADO (II) 293 
1. ¿HACIA UNA TEORÍA REALMENTE PRAGMÁTICA DEL SIGNIFICADO? 293 
1.1. Pragmática formal e inferencialismo 295 
1.2. La crítica de Habermas a Brandom 299 
1.3. Las ventajas de la reconstrucción de Habermas 310 
1.3.1. El concepto de regla y el origen de la normatividad 312 
1.3.2. El concepto formal y abstracto de mundo 317 
2. LA NECESARIA RENUNCIA AL LITERALISMO COMO CONDICIÓN PREVIA DE 
UNA TEORÍA PRAGMÁTICA DEL ENTENDIMIENTO LINGÜÍSTICO 322 
CAPÍTULO IX. VERDAD Y CORRECCIÓN NORMATIVA: EL RETO DEL COG-
NITIVISMO 335 
1. INTRODUCCIÓN 335 
2. ¿UNA TEORÍA DISCURSIVA DE LA VERDAD? 337 
2.1. La teoría consensual de la verdad 340 
2.2. Los problemas de la teoría consensual de la verdad 346 
2.3. La autocrítica de Habermas: la desepistemologización del concepto de verdad.... 353 
3. CORRECCIÓN NORMATIVA, VERDAD Y JUSTIFICACIÓN 363 
3.1. Los orígenes de la analogía entre verdad y corrección 363 
3.2. El planteamiento cognitivista de la ética discursiva 366 
3.3. La interpretación epistémica de la «corrección normativa»: problemática y posi-
bles soluciones 372 
BIBLIOGRAFÍA CITADA 387 
ABREVIATURAS 
Siglas de las obras de Jürgen HABERMAS citadas con más frecuencia en el tra-
bajo, en orden alfabético (véase Referencias bibliográficas en el apartado final co-
rrespondiente): 
EA Die Einbeziehung des Anderen. Studien zur politischen Theorie. 
ED Erláuterungen zur Diskursethik. 
El Erkenntnis und Interesse. 
FG Faktizitat und Geltung. Beitráge zur Diskurstheorie des Rechts und des 
demokratischen Rechtsstaats. 
KHdV Kommunikatives Handeln und detranszendentalisierte Vernunft. 
LS Legitimationsprobleme im Spátkapitalismus. 
MkH Moralbewufitsein und kommunikatives Handeln. 
ND Nachmetaphysisches Denken. Philosophische Aufsátze. 
PDM Der Philosophische Diskurs der Mode me. ZwolfVorlcsungen. 
PP Philosophisch-politische Profile. 
RHM Zur Rekonstruktion des Historischen Materialismus. 
SwO Strukturwandel der Óffenlichkeit. 
TGS Theorie der Gesellschaft oder Sozialtechnologie - Was leistet die Sys-
temforschung? 
TkH Theorie des kommunikativen Handelns. 
TP Theorie und Praxis. 
TW Technik und Wissenschaft ais «Ideologic». 
VETKH Vorstudien und Ergánzungen zur Theorie des kommunikativen Han-
delns. 
WR Wahrheit und Rechtfertigung. Philosophische Aufsátze. 
ZLS Zur Logik der Sozialwissenschaften. 
Con el objetivo de facilitar al lector la mejor identificación y, en su caso, la con-
textualización de los textos y dado que la mayoría de obras están disponibles en es-
pañol,después de las siglas correspondientes a la obra figura, en primer lugar, la pá-
gina de la cita en la edición original y seguidamente, separada por una barra, la 
página de la cita en la traducción al español. Por ejemplo: TkH-1: 7/9 (Teoría de la 
14 ABREVIATURAS 
acción comunicativa, vol. 1, p. 7 de la edición original, p. 9 de la versión española). 
No obstante, me he permitido en muchos casos introducir variaciones en la traduc-
ción u ofrecer mi propia versión. En las citas, la letra cursiva corresponde a subra-
yados del propio autor, la negrita a subrayados míos y la negrita en cursiva a su-
brayados tanto del autor como míos. 
Respecto al léxico, debe indicarse que Verstandigung se traduce siempre por 
«entendimiento» (es decir, el proceso o el resultado de «entenderse»). Dado que este 
término español se utiliza también para traducir un término filosófico clásico como 
es el alemán Verstand, en aquellos casos en que podría producirse confusión se 
acompaña entre paréntesis el término alemán original. Verstándnis se traduce siem-
pre por «comprensión». Respecto al término Einlósung (de pretensiones de validez), 
que en las versiones españolas de la obra de HABERMAS ha sido traducido habitual-
mente como «desempeño», hemos optado por traducirlo por «hacer efectiva(s)» 
(la/s pretensión/nes de validez) y, en algunos casos aislados, por «resolución» de la 
pretensión. 
P R E S E N T A C I Ó N 
Este trabajo versa sobre un aspecto muy particular del pensamiento 
de Jürgen HABERMAS : los fundamentos f i losófico-lingüísticos que sub-
yacen a su teoría de la racionalidad y, correlativamente, a su teoría de la 
verdad y a su teoría moral. La obra de HABERMAS ha adquirido ya unas 
dimensiones, en extensión y profundidad, difícilmente comparables a las 
de cualquier otro filósofo contemporáneo. A diferencia de lo que parece 
ser hoy más habitual en el ámbito académico —donde la extrema espe-
cialización es prácticamente la norma—, las aportaciones de HABERMAS 
se extienden a una multiplicidad de campos del conocimiento, desde la 
sociología a la teoría del derecho, pasando por la filosofía del lenguaje, 
la epistemología, la ciencia política o la filosofía moral. Pero no debe ol-
vidarse que esta ingente obra está enlazada de principo a fin por una de-
cidida voluntad sistemática y —lo que es más importante— por una uni-
dad de sentido sorprendentes. Seguramente es esta característica —la 
combinación de una obra múltiple y extensa, trabada por una original es-
tructura conceptual que se construye en torno a un núcleo muy preciso 
de intuiciones básicas— la que confiere al pensamiento de HABERMAS su 
peculiaridad y su fuerza en el panorama filosófico actual. 
El presente trabajo —que tiene su origen en una tesis doctoral pre-
sentada en el área de Filosofía del Derecho de la Universitat Pompeu Fa-
bra de Barcelona— se centra exclusivamente en el análisis de una pe-
queña parte, aunque posiblemente la más decisiva, de este núcleo 
conceptual como son las bases filosófico-lingüísticas —la teoría del len-
guaje— sobre las que se construye la teoría de la racionalidad y de la ac-
ción comunicativas. Se trata de valorar si efectivamente este núcleo, tal 
como ha sido elaborado hasta el momento, resulta lo suficientemente só-
lido para sustentar una construcción teórica cuyo objetivo último —de-
clarado repetidamente por su mismo autor— no es otro que fundamen-
16 P E R E H A B R A 
tar una posición claramente cognitivista en relación a las cuestiones 
prácticas (moral, derecho y política). Un tema que se sitúa en el centro 
de la reflexión de HABERMAS desde los años de la disputa del positivis-
mo, cuando todavía era asistente de A D O R N O en Francfort, y que ha ido 
desplegándose a lo largo de toda la obra, dibujando así un hilo conduc-
tor que llega hasta Facticidad y Validez o Verdad y Justificación. 
Con estos objetivos, el capítulo I está dedicado a presentar de forma 
sintética y panorámica el proyecto intelectual de HABERMAS. En particu-
lar se argumenta en favor de la mencionada unidad de sentido y conti-
nuidad motivacional de toda su obra (y ello a pesar de que algunas de las 
estrategias teóricas seguidas en determinados momentos se hayan mos-
trado a menudo impracticables y hayan obligado a su autor a empezar 
desde nuevas bases). El capítulo no pretende desarrollar la biografía in-
telectual completa de HABERMAS ni aspira a ser una contribución histo-
riográfica al panorama filosófico alemán de los últimos cincuenta años1. 
Sólo intenta presentar los motivos que han guiado desde siempre la bús-
queda intelectual de HABERMAS, así como recorrer sucintamente las eta-
pas de su pensamiento, con el fin de poner de manifiesto aquella unidad 
y continuidad que acabamos de mencionar. 
En esta misma línea, pero entrando ya de lleno en el seno de la teo-
ría, el capítulo I I analiza los motivos que llevan a H A B E R M A S a desarro-
llar un programa filosófico de fundamentación lingüística con el fin de 
poder alcanzar los objetivos, en principio de carácter sociológico, que 
se había impuesto. Se trata de mostrar por qué las bases filosófico-lin-
güísticas que se abordarán en el resto del trabajo son, de hecho, tan de-
cisivas para el conjunto de la obra. El capítulo III presenta el marco ge-
neral de este programa de fundamentación que H A B E R M A S desarrolla 
bajo el nombre de pragmática formal y que le ofrece la base sobre la 
que construir una teoría de la racionalidad y de la acción en términos 
comunicativos que debían preparar el camino para abordar aquella pro-
blemática que realmente le interesa. Como él mismo mencionaba en el 
capítulo introductorio de Verdad y justificación: «La pragmática formal 
contribuía a la formulación de una teoría de la acción comunicativa y 
una teoría de la racionalidad. Era el fundamento de una teoría social crí-
tica y ha abierto el camino para desarrollar una concepción de la moral, 
del derecho y de la democracia en términos de teoría del discurso»2. El 
capítulo analiza los elementos estructurales más importantes de este 
programa y muestra la peculiaridad del transcendentalismo débil que 
incorpora. 
1 Contribuciones interesantes en este sentido son las monografías de Rolf WIGGERSHAUS, 
2004: JUrgen Habermas, Hamburgo, y de Hauke BRUNKHORST, 2006: Habermas, Leipzig. 
2 WR: 7/9. 
PRESENTACIÓN 17 
Los capítulos IV, V y VI se centran en la presentación y discusión del 
núcleo más profundo del programa pragmático-formal: la teoría del sig-
nificado sobre la que HABERMAS pretende apoyar el resto de su estructu-
ra conceptual. En el capítulo IV, después de recorrer las críticas de HA-
BERMAS a les teorías contemporáneas del significado, se presenta una 
reconstrucción de la estrategia teórica que HABERMAS pretende seguir a 
fin de construir esa teoría pragmática del significado que busca. Una es-
trategia que quiere hacer converger en un único modelo —mediante lo 
que hemos denominado el doble giro pragmático y epistémico— los re-
sultados obtenidos por teorías del significado tan diversas como la se-
mántica formal, la semántica intencionalista y la teoría del significado 
como uso de raíz wittgensteiniana. El capítulo IV intenta mostrar las di-
ficultades a las que este intento debe hacer frente, se evalúan algunas de 
las críticas más significativas a las que se ha enfrentado la teoría del sig-
nificado habermasiana y se presenta una hipótesis sobre las posibles raí-
ces de aquellas dificultades, que en gran parte estriban en la ambigüedad 
en la que se mueve, desde un principio, la definición de un concepto nor-
mativo tan central para su teoría como es el de entendimiento («Verstán-
digung»). El análisis del caso específico de los imperativos permite mos-
trar con claridad estas dificultades, a las que HABERMAS ha intentado dar 
solución en sus trabajos más recientes mediante la introducción de de-
terminadas correcciones internas de la teoría. En el capítulo VI se ex-
ploran estas correcciones y se analiza hasta qué punto logransu objeti-
vo. Nuestra conclusión es que, aunque en algunos casos estos «trabajos 
de reparación», como HABERMAS los denomina, han servido para clarifi-
car en algún punto la construcción de la teoría —como ocurre con la 
nueva distinción conceptual entre «entendimiento» y «acuerdo»— en 
general no son capaces de solventar los problemas estructurales profun-
dos que aquella sufre. 
En los capítulos VII y VIII nos preguntamos si existe alguna salida 
factible a estos problemas y, por tanto, si es posible desarrollar realmen-
te una teoría plenamente pragmática del significado como la que HA-
BERMAS está buscando. La comparación con el proyecto puesto en mar-
cha por Robert B R A N D O M en Making It Explicit, que precisamente 
pretende elaborar una teoría de este tipo (hasta el punto de que RORTY ha 
llegado a decir que la obra de BRANDOM es «el tipo de filosofía del len-
guaje que HABERMAS estaba reivindicando»3), nos permite defender que 
H A B E R M A S estaría en disposición de desarrollar la teoría pragmática del 
significado que busca si, de modo parecido a B R A N D O M , adoptara una es-
trategia teórica que fuese pragmática en toda la línea y abandonara de-
terminados presupuestos que se encuentran todavía demasiado ligados a 
3 Richard RORTY, 1997: «What Do You Do When They Call You a "Relativist"?», en Philo-
sophy and Phenomenological Research, vol. LVII, 1, pp. 173-177 (aquí, p. 176). 
18 PERE FABRA 
la semántica formal (como es la idea del significado literal) e hiciera un 
uso más consecuente de dos ideas que ya están en su programa: por 
un lado el concepto de regla de WITTGENSTEIN (cuya relectura hace HA-
BERMAS desde G . H . MEAD) y, por otro, el concepto formal de un único 
mundo objetivo (un mundo independiente de nosotros e idéntico para to-
dos). A partir de estas conclusiones, el último capítulo —que debe en-
tenderse más como un programa de investigación a seguir que como cie-
rre del trabajo— aborda la problemática de la defensa del cognitivismo 
en relación a las cuestiones prácticas. Ésta es, como señalábamos al prin-
cipio, la motivación última de HABERMAS para el desarrollo de su elabo-
rado programa. Aquí se muestra como la tensión que atraviesa su teoría 
del significado, que opera básicamente en términos epistémicos (y que, 
por tanto, por ella misma no puede justificar adecuadamente, a pesar de 
su fuerte intuición realista, la objetividad de los conceptos), resuena 
también necesariamente en la teoría de las pretensiones de validez. En 
este sentido, se muestra cómo HABERMAS ha corregido parcialmente esta 
cuestión —aunque quizá no de una manera totalmente satisfactoria— 
respecto a la teoría de la verdad, mediante su renuncia a entender este 
concepto en términos epistémicos y reforzando el elemento realista a tra-
vés de la operativización del mencionado concepto formal y abstracto 
de mundo objectivo. Pero en cambio, todavía hoy se resiste a hacer ex-
tensiva esta solución al ámbito de la corrección normativa (o justicia), 
donde continúa defendiendo que sólo la aceptabilidad racional bajo con-
diciones ideales es constitutiva de la validez de los enunciados práctico-
morales. Una posición que criticamos, al tiempo que proponemos hacer 
extensiva a la justicia o corrección normativa la estrategia seguida res-
pecto a la teoría de la verdad, pero sin que esto suponga tener que partir 
ya de una definición concreta o sustantiva de «justicia». 
Este trabajo no habría sido posible sin la ayuda de muchas personas 
e instituciones que me dieron su apoyo durante todos los años de su pre-
paración y elaboración. La Fundación «Jaume Bofill» primero y poste-
riormente el Ministerio de Educación y Ciencia (a través de una beca de 
Formación de Personal Investigador) hicieron posible una larga estancia 
en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt, donde el tra-
bajo empezó a gestarse bajo el apoyo decidido, en aquellos primeros mo-
mentos, de la Dra. Margarita BOLADERAS y del añorado Dr. José M.-
VALVERDE. En Frankfurt, las lecciones y seminarios del profesor HABER-
MAS, su generosa acogida en el coloquio de doctorandos y profesores in-
vitados dirigido por él mismo —auténtica comunidad de discusión, de 
un rigor intelectual y un espíritu crítico ejemplares— y su apoyo y guía 
personal fueron la mejor base sobre la que poder construir después esta 
investigación. El trabajo se benefició también de una beca CIRIT de la 
Generalitat de Catalunya que me permitió proseguir la investigación en 
el Departamento de Filosofía de la Northwestern University (Evanston-
PRESENTACIÓN 19 
Chicago), al lado del profesor Thomas MCCARTHY, al que debo agrade-
cer su predisposición y su generosidad intelectual. Finalmente quiero 
también dar las gracias a la Universitat Oberta de Catalunya que me fa-
cilitó en todo momento las condiciones de trabajo necesarias para la fi-
nalización del proyecto. 
Durante todos estos años también he recibido el estímulo intelectual 
y el apoyo incondicional de muchos amigos. Aun a riesgo de olvidos que 
difícilmente me perdonaré y por orden de aparición en mi vida debo ci-
tar a Carme VIDAL, Caries PAREJA, Kristofer BOTT, Maria LAFONT, Cris-
tina LAFONT, Axel MUELLER, Luis DÍEZ, Luis AUCEJO, Ferran FERRANDO, 
Caroline EMCKE, Eduardo MENDIETA, Amos NASCIMENTO, Yves SINTO-
MER, Joaquim BISBAL, Ramon CASAS, Caries VILADÁS y Joan PRATS. A 
todos los amigos y colegas del Área de Filosofía del Derecho de la Uni-
versitat Pompeu Fabra y a los compañeros de los Estudios de Derecho y 
Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya tengo que agra-
decerles también la comprensión y la paciencia que me han demostrado 
durante estos años. Sin ellos, y muy en particular sin Raquel XALABAR-
DER, este trabajo difícilmente hubiera podido terminarse. Quiero recor-
dar muy especialmente al añorado Albert CALSAMIGLIA, que en un mo-
mento difícil me animó a seguir en este proyecto. Un proyecto que si 
finalmente llegó a buen puerto fue gracias al decidido apoyo y sabio con-
sejo del Dr. Josep Joan MORESO que aceptó dirigir la tesis origen de este 
trabajo. Tanto sus comentarios y observaciones como los que recibí de 
los miembros del Tribunal que juzgó la tesis —constituido por los pro-
fesores Carlos THIEBAUT, Gerard VILAR, Pompeu CASANOVAS, Cristina 
LAFONT y Cristina C O R R E D O R — me han permitido corregir errores y en-
riquecer el razonamiento. Lo cual no significa que el trabajo esté libre de 
carencias y flaquezas, de las que me declaro único responsable. 
CAPÍTULO I 
TEORÍA Y PRÁCTICA: 
UN PROYECTO INTEGRADOR 
1. LA FORMACIÓN DE LOS MOTIVOS 
El último tercio del siglo xx ha sido testimonio, en el marco acadé-
mico, de un interés renovado por la reflexión en torno a la filosofía prác-
tica. Como ya señalaba H A B E R M A S en el Prólogo a F G , después de la 
potente síntesis de H E G E L — y de sus innumerables comentaristas, de de-
rechas o de izquierdas— parecía que las energías intelectuales para si-
tuar las cuestiones de justicia (moral, derecho, política) en el centro del 
análisis y discusión filosófica se habían agotado. La filosofía práctica ha-
bía ido perdiendo lentamente su prestigio como ámbito de conocimien-
to a medida que durante todo el siglo xix se aceleraban los procesos que 
contribuirían a una «destranscendentalización» de la razón que ya no 
tendría marcha atrás: el historicismo, el psicologismo, el darwinismo, el 
marxismo. El ascenso del positivismo durante el primer tercio del siglo 
xx jugó un papel decisivo en este proceso de «desprestigio» de los pro-
blemas prácticos como ámbito de reflexión filosófica. 
Sin embargo, la terrible experiencia que supuso la Segunda Guerra 
Mundial y la catástrofe moral que representaron los campos de extermi-
nio, así como el surgimiento en la inmediata postguerra de un nuevo 
equilibrio internacional basado en el terror de las armas de destrucción 
masiva, se convertirían en una importante motivación de fondo que con-
tribuiría a despertar nuevamente el interés y la necesidadde una «reha-
bilitación de la razón práctica» que en el último tercio del siglo xx dio 
unos frutos excepcionales: la publicación el año 1971 de A Theory of 
Justice de John R A W L S representaba una de las primeras grandes aporta-
22 PERE FABRA 
ciones a este proceso; veinte años más tarde Jiirgen HABERMAS, con Fak-
tizitat und Geltung (1992), culminaba una obra de casi cuarenta años de-
dicada de forma sistemática a esta problemática. 
En Alemania este movimiento de recuperación del interés filosófico 
por la filosofía moral y política se convirtió prácticamente en una nece-
sidad vital para todos aquellos intelectuales que durante la guerra eran 
todavía adolescentes. Esta generación —que podríamos denominar «de 
la República de Bonn»1 y en la que en el ámbito del pensamiento desta-
can, por méritos propios, Karl-Otto APEL, Jürgen HABERMAS, Ralf D A H -
RENDORF, Ernst TUGENDHAT, Michael THEUNISSEN O Niklas L U H M A N N — , 
representan la primera hornada de intelectuales alemanes que tuvieron 
que reaccionar frente al trauma y la catástrofe moral que significó el ré-
gimen nacionalsocialista. Esta circunstancia histórica definirá absoluta-
mente la actitud que adoptarán ante su actividad filosófica y marcará de 
principio a fin, si bien con colores e intensidades diferentes, las obras 
respectivas2. 
La tarea a la que se vio confrontada esta generación no consiste 
únicamente, como parece pensar Dieter H E N R I C H , en recuperar la cre-
dibilidad del pensamiento filosófico alemán («la mercancía cultural 
más exportada, junto con la música, por parte de Alemania»3), sino que 
se ve determinada —como ha observado H O N N E T H 4 — por la volunta de 
entender y, sobre todo, superar el desastre moral que había representa-
do el nacionalsocialismo. También HABERMAS ha explicado repetida-
mente y de forma explícita el terrible impacto que, justo terminada la 
guerra y en plena adolescencia, representó el tomar consciencia del 
significado de las atrocidades cometidas por sus compatriotas. Por lo 
tanto, no es exagerado afirmar, como hacen CRITCHLEY y H O N N E T H , 
que de la misma forma que la experiencia determinante para el surgi-
miento del Idealismo y de todo el Romanticismo alemán fue la Revo-
1 Podemos denominar así a toda una generación nacida duante la segunda —o principios de la 
tercera— década del siglo XX, que realizaron o culminaron sus estudios una vez finalizada la Se-
gunda Guerra Mundial y que desarrollaron la mayor parte de su actividad académica e intelectual 
en el período histórico que ya se conoce, entre los historiadores, como la República de Bonn: el pe-
ríodo que va desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta la reunificación de Alemania en el 
año 1989. 
Para un análisis de la influencia de esta generación véase Dieter HENRICH, 1 9 9 5 : 1 0 5 5 - 1 0 6 3 ; 
también: Simon CRITCHLEY, Axel HONNETH, 1 9 9 8 : 2 7 - 3 9 . 
2 Es muy ilustrativo, respecto a esta cuestión, el artículo de K. O. APEL, 1990: 370-474. APEL 
expone hasta qué punto su interés por la filosofía y, en particular, por las cuestiones éticas está in-
disolublemente ligado a la experiencia histórica del nacionalsocialismo, la guerra y el holocausto. 
Este artículo de APEL resulta excepcionalmente instructivo a efectos historiográficos para entender 
—al margen de la experiencia específica del autor— el panorama filosófico vigente en Alemania a 
partir de 1945. Véanse también las primeras páginas («Geschichte und Politik») del librito de Hau-
ke BRUNKHORST, 2006. 
3 HENRICH, 1 9 9 5 : 1060. 
4 CRITCHLEY y HONNETH, 1 9 9 8 : 28 . 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 23 
lución Francesa y para la generación de HEIDEGGER la Primera Guerra 
Mundial, para esta generación de la República de Bonn la experiencia 
decisiva es el nacionalsocialismo y el holocausto. Aquello a lo que se 
enfrentaban los filósofos y, en general, los jóvenes intelectuales de la 
Alemania de los años 50, no era exclusivamente una cuestión de reco-
brar el prestigio o recuperar una credibilidad perdida, sino algo mucho 
más sustancial y profundo: el de repensar toda una tradición —con 
todo lo que ello representaba de doloroso cuestionamiento de la propia 
identidad— para poder entender las causas profundas que habían lle-
vado a la catástrofe. 
El caso de HABERMAS es, en este sentido, paradigmático. Es un he-
cho bien conocido que uno de sus primeros escritos —el primero con 
una cierta repercusión en el panorama filosófico— fue precisamente un 
comentario crítico aparecido en el Frankfurter Allgemeine Zeitung ante 
la reedición por parte de HEIDEGGER de sus lecciones del año 19355. H A -
BERMAS reaccionaba allí con indignación ante el hecho de que el autor de 
Sein und Zeitb no introdujera ninguna palabra de distanciamiento res-
pecto a su adhesión al nacionalsocialismo, e incluso se atreviera a man-
tener un párrafo en el que exaltaba «la interna grandeza y profundidad» 
del régimen. Este gesto de indignación moral y cívica —y profunda-
mente político, de ahí el impacto que tuvo— será mantenido por HA-
BERMAS hasta el presente. Pero lo más importante es darse cuenta —y 
ésta es una de las tesis sobre las que se sostiene este trabajo— de que 
toda su obra, desde los primeros escritos recogidos en Teoría y Praxis 
hasta en los artículos más recientes incluidos en La inclusión del otro, La 
constelación postnacional o El futuro de la naturaleza humana, pasando 
por las grandes obras sistemáticas (como La transformación estructural 
de la esfera pública, Conocimiento e interés, Teoría de la acción comu-
nicativa o Facticidad y validez) sólo puede entenderse con este trasfon-
do motivacional. Todas sus reflexiones en torno a la relación entre filo-
sofía y práctica social, su crítica de la razón instrumental, del 
positivismo y del cientifismo, su lucha encarnizada contra los escepti-
cismos y los relativismos de todo tipo, su apuesta por un concepto «fuer-
te» y normativo de razón que permita dar cuenta no sólo de la «verdad» 
de los enunciados referidos al mundo objetivo, sino también de la «co-
5 J. HABERMAS, 1953. Recogido en PP: 65-72/58-65. 
6 No debe olvidarse, por otro lado, que la obra de HEIDEGGER tuvo una influencia extraordi-
naria sobre esta generación y, en particular, en la formación que tanto APEL como el mismo H A -
BERMAS recibieron en Bonn en sus años de estudiantes bajo el magisterio de reconocidos heidegge-
rianos como ROTHACKER. En el texto citado, HABERMAS califica a HEIDEGGER como una de «las 
figuras más influyentes» durante su época de estudiante (PP: 9/10) y atribuye a Sein und Zeit el ca-
rácter «de acontecimiento filosófico más importante desde la Fenomenología de HEGEL» (PP: 
65/58); también APEL recuerda su fascinación de estudiante por la filosofía existencial (véase op. 
cit., nota 3). 
24 PERE FABRA 
rrección» o «rectitud» de los enunciados prácticos referidos a normas y 
valores, deben leerse a la luz de esta circunstancia. La teoría —entendi-
da en los términos reduccionistas del positivismo— no había sido capaz 
de evitar el horror de los campos de exterminio: la «miseria de la filoso-
fía» se había mostrado aquí en su forma más descarnada. Era lógico, 
pues, que en este contexto el joven filósofo se preguntara Wozu noch Phi-
losophic? —¿Para qué todavía la filosofía?7—. 
A pesar de que generalmente se presenta a HABERMAS como el re-
presentante más destacado de «la segunda generación de la Escuela de 
Frankfurt», lo cierto es que la respuesta de HABERMAS a la cuestión an-
terior no irá en absoluto en la dirección que habían propuesto HORKHEI-
MER y A D O R N O , dos de los padres fundadores de la Escuela. Más bien al 
contrario, aunque coincida en muchas de las motivaciones y en la ma-
yoría de los diagnósticos de sus maestros, H A B E R M A S combatirá con 
energía su pesimismo —puesto de manifiesto en La dialéctica de la Ilus-
tración— respecto a las potencialidades de la razón, de la misma forma 
que con posterioridad atacará implacablemente, por motivos de fondoparecidos, otras «críticas totalizadoras» a la razón, como la genealogía 
de raíces nietzscheanas de FOUCAULT o el deconstruccionismo de DERRI-
DA. HABERMAS no solamente está convencido de que, a pesar de las difi-
cultades crecientes, hoy en día es todavía posible sostener un concepto 
ilustrado, enfático y normativo de razón, sino que considera esta posi-
ción como imprescindible si quiere defenderse todavía el contenido ra-
cional de una actitud (moral) que garantice el mismo respeto para todos 
y nos haga a todos y a cada uno de nosotros responsables (solidariamen-
te responsables) respecto a todos los demás8. 
Cierto que HABERMAS no desconoce la ambivalencia —puesta de ma-
nifiesto tanto por HEGEL, como por MARX, Max WEBER O L U K Á C S — de los 
procesos de racionalización a los que se ha visto sometida la modernidad 
cultural en los últimos doscientos años; unos procesos que si bien han con-
tribuido por un lado a la emancipación individual y colectiva, por otra han 
introducido también muchos factores de alienación, represión y anomia. 
Pero en lugar de subirse al carro de aquellas críticas totales a la razón 
—que nos dejan absolutamente inermes ante la «facticidad» del poder o el 
inexorable «devenir del ser» (el Seinsgeschehen heideggeriano)—, HA-
BERMAS apostará por una reconstrucción de los contenidos normativos 
de la modernidad y por una rehabilitación de la razón que aun tenien-
do en cuenta los citados procesos de racionalización social —y sus ambi-
valencias— debería permitir reinterpretarlos de tal forma que evitemos 
caer en el más crudo voluntarismo o decisionismo; situaciones éstas a las 
7 Este interrogante —prestado de ADORNO— es el título del trabajo introductorio a la primera 
edición de Perfiles filosófico-políticos. 
8 EA: 7. 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 25 
que necesariamente —y en el mejor de los casos— nos conducen aquellas 
críticas y cuyas posibles y amargas consecuencias han quedado demostra-
das demasiadas veces por la experiencia histórica. 
HABERMAS buscará en las prácticas cotidianas y, más en concreto, en 
la práctica comunicativa que el lenguaje nos facilita, este potencial de ra-
cionalidad. Y le dará un nombre: razón comunicativa. Con esta denomi-
nación apunta hacia un concepto discursivo de razón que permite recons-
truir y explicar la citada ambivalencia de los procesos de racionalización 
social. Se trata de mostrar que aquella diferenciación progresiva —que 
W E B E R estudió bien y que es la marca distintiva de la modernidad— de 
diferentes «esferas de valor» o «discursos» (teórico, práctico, estético), 
obedeciendo cada uno de ellos a diferentes aspectos de la racionalidad, no 
tiene por qué significar necesariamente la renuncia definitiva a la razón. 
Lo único que hace falta es repensar y fundamentar este concepto desde 
nuevas bases. Esta razón comunicativa que HABERMAS pone en perspec-
tiva debería permitir precisamente entrelazar aquellos diferentes aspectos 
de la racionalidad a través de la raíz común de la discursividad —de la ar-
gumentación y del razonamiento—, lo cual haría posible todavía la de-
fensa de una «unidad de la razón en la pluralidad de sus voces»9. 
Sobre el trasfondo de estos motivos, las aportaciones que HABERMAS 
ha realizado durante la última década del pasado siglo a la teoría del de-
recho y del Estado democrático deben contemplarse precisamente como 
el punto de llegada de un programa de investigación que, pese a las con-
tinuas autocorrecciones y reelaboraciones, se ha mantenido siempre fiel 
a aquel primer aliento que le había dado vida: hacer fuerte la hipótesis 
práctica—de origen ilustrado— según la cual es todavía posible lograr 
un orden social racional y justo, basado en el buen funcionamiento de 
una esfera pública en el seno de la cual las cuestiones prácticas —mora-
les, éticas, políticas— tienen que poder ser decididas, no en base a la fac-
ticidad de la fuerza, la influencia o la coacción, sino a partir de la vali-
dez de un acuerdo racional —alcanzado mediante la argumentación— 
entre todos los posibles afectados. 
2. LAS ETAPAS DE UN PENSAMIENTO 
HABERMAS mantiene todavía hoy su actividad intelectual y publicis-
ta y continúa sometiendo su pensamiento a debate y crítica en los más 
diversos foros. Fruto de esta discusión, continúa introduciendo correc-
9 Éste será el título de uno de los artículos incluidos en Pensamiento postmetafísico (1988). 
También, ya en el año 1973, en el citado artículo «Wozu noch Philosophie?» se asignaba a la filo-
sofía —con un vocabulario todavía deudor de sus antecesores en la Escuela de Frankfurt— la tarea 
de salvar la «unidad de la razón» (cfr. PP: 36). 
26 PERE FABRA 
ciones —algunas de ellas con consecuencias notables, como ha sido el 
caso de su teoría del significado y su teoría de la verdad10— en sus posi-
ciones teóricas. Sin embargo esto no impide poder hacer ya una valora-
ción general de su pensamiento puesto que las grandes líneas de fuerza 
que constituyen su estructura básica están consolidadas desde, al menos, 
Teoría de la acción comunicativa (1981)11. 
Desde la publicación en el año 1961 de su primer libro {Student und 
Politik, conjuntamente con L . VON FRIEDENBURG) SU obra abarca hoy más 
de cuarenta de títulos12. Sobre el telón de fondo de esta extensa 
producción intelectual se descubren determinadas continuidades motiva-
cionales y conceptuales, y pueden señalarse aquellos puntos de inflexión 
—metodológica pero también sustantiva— que marcan encrucijadas 
para los desarrollos teóricos posteriores. De modo que resulta ya posible 
dibujar, aun asumiendo el grado de arbitrariedad que cualquier periodi-
ficación de este tipo comporta, diferentes etapas a través de las cuales el 
pensamiento de HABERMAS ha ido avanzando. A diferencia de otros au-
tores —como W I T T G E N S T E I N — en el caso de HABERMAS estas etapas no 
vienen caracterizadas tanto por cambios radicales en los motivos, ob-
jetivos y finalidades de la investigación o en las posiciones teóricas, 
sino sobre todo por variaciones en las estrategias metodológicas o por 
el descubrimiento o desarrollo de nuevos marcos categoriales que 
resultan más adecuados o potentes para hacer frente a los mismos pro-
blemas filosóficos planteados. Son etapas, pues, de una evolución inte-
lectual o, como a H A B E R M A S le gusta decir, de un «proceso de apren-
10 Véase infra capítulos VI a IX. 
n Como hemos señalado en la Introducción, el objetivo de este trabajo no es biográfico ni his-
toriográfico ni tampoco pretende ser una presentación general, sistemática y completa de la obra de 
HABERMAS. De todos modos, creemos necesario ilustrar el marco contextual en el que la obra se de-
sarrolla así como señalar tanto los motivos que la impulsan como las etapas de su evolución. Todo 
ello tiene que ayudar a entender mejor determinadas posiciones teóricas y decisiones metodológi-
cas relativas a los problemas que se analizan. 
Entre la ya prácticamente inabarcable bibliografía sobre HABERMAS y su obra hay un gran 
número de presentaciones generales de su pensamiento, en muchas lenguas y de alcance y 
contenido muy diverso, algunas escritas desde una óptica más historiográfica y otras más cen-
tradas en cuestiones sistemáticas. En la Bibliografía final se presenta una recopilación de esta li-
teratura secundaria más significativa. En cualquier caso, vale la pena destacar todavía hoy el li-
bro de MCCARTHY, 1 9 7 8 (trad, española de M . JIMÉNEZ REDONDO, 1 9 8 7 , La Teoría Crítica de 
JUrgen Habermas, Madrid), aunque esté centrado en los desarrollos teóricos previos a la TkH (la 
versión española incorpora un nuevo Epílogo con una presentación de las ideas principales de la 
Teoría de la acción comunicativa). En español fueron pioneros los libros de UREÑA, 1 9 7 8 ; 
GABÁS, 1 9 8 0 (aunque ambos también cubren exclusivamente las primeras etapas de la obra ha-
bermasiana). Entre la bibliografía posterior y por lo que se refiere a trabajos de presentación ge-
neral de la obra deHABERMAS, es preciso citar, en nuestro país, los dos libros de M. BOLADERAS, 
1 9 8 5 (en el que se introduce el pensamiento de HABERMAS previo a la TkH, así como sus inter-
venciones en la disputa del positivismo y en la discusión con la hermenéutica), y también BO-
LADERAS, 1 9 9 6 , donde se incorpora ya una visión de la obra de HABERMAS hasta Facticidad y va-
lidez. 
12 Véase Bibliografía final. 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 27 
dizaje»13 que se desarrolla en diálogo crítico con su entorno pero que 
queda siempre referido a unos motivos que se han mantenido práctica-
mente inalterados. En este sentido la obra de HABERMAS, a pesar de los 
cambios y correcciones inmanentes al propio desarrollo de la teoría, ha 
conservado siempre, en lo esencial, una sorprendente unidad de pers-
pectiva: hay una cuerda teórica perfectamente visible que tensa y une los 
dos extremos del arco que va desde La transformación estructural de la 
esfera pública (el trabajo de habilitación del año 1962) hasta el último 
gran trabajo sistemático que es Facticidad y validez (1992). 
Una primera aproximación muy esquemática nos permite diferenciar 
tres etapas en la obra habermasiana: 
a) Una primera etapa que podemos denominar de formación en la 
que, sobre el telón de fondo de la disputa con el positivismo, se definen 
progresivamente los motivos del pensamiento que permanecerán a lo lar-
go de toda la obra. Es ya en este período cuando, a pesar de ensayar una 
estrategia teórica que acabará mostrándose insostenible —la vía de la 
teoría del conocimiento como acceso a la teoría de la sociedad que se 
pretendía construir con Conocimiento e interés—, se dibuja ya el marco 
conceptual sobre el que se construirá la teoría de la acción comunicativa 
y los fundamentos filosóficos que la sostienen; 
b) Una segunda etapa de consolidación, durante la cual toma for-
ma y queda definitivamente trabada la estructura conceptual que carac-
terizará el pensamiento de HABERMAS. El callejón sin salida en que se 
encontraba a finales de los 60 (después de la publicación de Conoci-
miento e interés) le llevará a reconsiderar la estrategia. El resultado será 
la asunción plena de las consecuencias filosóficas que se derivan del giro 
lingüístico y, por tanto, la reconstrucción de una teoría de la sociedad 
que, fiel al aliento de la Teoría Crítica, pueda dar cuenta de sus propios 
fundamentos. Ello se plasma en la que será la obra clave de la produc-
ción habermasiana y que puede considerarse que cierra este período de 
consolidación: los dos volúmenes de Teoría de la acción comunicativa, 
que no solamente desarrollan aquella teoría de la sociedad (y de la evo-
lución social) en clave comunicativa, sino que establecen también los 
fundamentos filosófico-lingüísticos de una teoría de la racionalidad; y 
c) Una tercera etapa que podemos denominar de desarrollo y apli-
cación —que incluiría los trabajos elaborados desde 1981 hasta hoy en 
día—en la que H A B E R M A S hace uso del instrumental teórico del que pre-
viamente se ha dotado con la finalidad de atacar nuevamente muchos de 
los problemas que habían quedado planteados en la primera etapa y, par-
ticularmente, todas las cuestiones referidas a la filosofía práctica (moral, 
1 3 HABERMAS, 20(X) : 1 2 - 2 0 / 1 3 . 
28 PERE FABRA 
derecho y política)14 que constituyen, en definitiva, el núcleo de sus inte-
reses filosóficos desde su primer libro sobre la transformación de la es-
fera pública. En los siguientes apartados analizaremos con un poco más 
de detalle cada una de estas etapas. 
2.1. La etapa de formación 
2 . 1 . 1 . Los puentes entre teoría y praxis: el motivo cognitivista 
de la crítica al positivismo 
Según la periodificación que proponemos, esta primera etapa se ex-
tendería desde los inicios de la actividad académico-intelectual de HA-
BERMAS a finales de los años 5 0 , cuando todavía era asistente de A D O R -
NO en Frankfurt, hasta aproximadamente 1970. Es el período en el que 
HABERMAS establece ya el contenido de muchas de sus preocupaciones 
fundamentales: «Strukturwandel der Óffenlichkeit» ( 1 9 6 2 ) , «Theorie 
und Praxis» ( 1 9 6 3 ) «Technik und Wissenschaft ais "Ideologie"» ( 1 9 6 8 ) 
y «Erkenntnis und Interesse» ( 1 9 6 8 ) recogen las principales aportacio-
nes de este intervalo, a los que deben añadirse la mayoría de los trabajos 
recopilados en Zur Logik der Sozialwissenschaften (1.a edición, 1970) y 
Philosophisch-politische Profile ( 1 . - edición, 1 9 7 1 ) . 
El importante papel jugado por HABERMAS en aquella gran contro-
versia que, en la Alemania de los años 60, fue la disputa del positivismo, 
así como también sus intervenciones en los debates generados por la re-
vuelta estudiantil de 1968, lo situarían ya durante estos años como uno 
de los jóvenes intelectuales de referencia en Alemania. La publicación 
de Erkenntnis und Interesse en 1968 1 5 generó una viva discusión en los 
ámbitos tanto de la sociología como de la filosofía que traspasó incluso 
las fronteras de Alemania y convirtió a HABERMAS, que todavía no había 
cumplido los cuarenta años, en una de las figuras más respetadas del pa-
norama intelectual europeo. 
Es en estos años cuando toman forma los motivos de pensamiento 
que mantendrán viva la reflexión a lo largo de las dos etapas posteriores 
y surgen las categorías y conceptos que estructurarán posteriormente el 
14 Algunos autores (véase, por ej., REQUEJO, 1 9 9 1 ) distinguen básicamente dos etapas en la 
obra de HABERMAS: una etapa inicial que se caracteriza por la apuesta metodológica que gira entor-
no a la categoría de «intereses del conocimiento» y una segunda etapa ligada a la estrategia lin-
güística (la etapa, propiamente, de la TkH). Otros han propuesto una lectura de la obra también en 
tres etapas, si bien sitúan las censuras en momentos diferentes a los aquí planteados. (Véase CORTI-
NA, 1 9 8 5 , Crítica y utopía. La Escuela de Frankfurt, Madrid, 7 3 - 7 8 ) . 
15 Éste era ya el título que HABERMAS dio a su lección inaugural en la Universidad de Frank-
furt el 2 8 de junio de 1965 . Aparecida por primera vez en la revista Merkur, 1 9 6 5 , 19 ( 2 1 3 ) : 1 1 3 9 -
1153, es uno de los trabajos incorporados tres años más tarde a TW. 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 29 
pensamiento habermasiano: opinión pública, la contraposición entre tra-
bajo e interacción (que más adelante dará lugar al binomio razón ins-
trumental vs. razón comunicativa), la dicotomía entre acción y discurso, 
el papel primordial del lenguaje (primero por motivos metodológicos 
pero, finalmente, por razones de fundamento sustantivo). En cualquier 
caso, como queda patente en los títulos de los trabajos que publica du-
rante este período, el motivo de fondo que late en la reflexión haber-
masiana de estos años —y que ya no le abandonará— es el conven-
cimiento de la necesidad de reconstruir los puentes que permitan salvar 
la distancia entre la filosofía teorética y la filosofía práctica; unos puen-
tes que, según su diagnóstico, habían sido dinamitados por el ascenso de 
las ciencias experimentales y, en general, por el positivismo durante el 
siglo XIX. 
HABERMAS, que había empezado su carrera académica como asisten-
te de HORKHEIMER y A D O R N O en el Instituto de Investigación Social de 
Frankfurt, hace suya la idea que HORKHEIMER había puesto en perspec-
tiva de una teoría social doblemente crítica, es decir, una teoría de la so-
ciedad con intenciones prácticas y pretensiones emancipatorias pero 
que, al mismo tiempo, pudiera dar cuenta de sus propios estándares de 
racionalidad. Éste era el programa, de inspiración marxista, que había 
establecido HORKHEIMER ya en el año 1937 en su trabajo seminal sobre 
«Teoría tradicional y teoría crítica»16, considerado uno de los textos 
inaugurales de lo que hemos terminado conociendo como la Teoría Crí-
tica de la Escuela de Frankfurt. Allí, en una declaración que más allá de 
su contenido supone al mismo tiempo una toma de posición moral, 
HORKHEIMER expresabael convencimiento y la necesidad de vincular 
toda posible teorización con la práctica social: «Una ciencia que, cre-
yéndose independiente, considera la formación de la praxis —a la que 
sirve y es inherente— como algo que está más allá de esta praxis y se 
da por satisfecha con la separación entre pensar y actuar, ya ha renun-
ciado a la humanidad»17. HABERMAS, a pesar de todo lo que posterior-
mente pueda separarle tanto de HORKHEIMER como de A D O R N O , hará 
suya esta posición intelectual y moral hasta el día de hoy. En concreto, 
tanto su insistencia en fundamentar un concepto unitario de racionali-
dad como todos los esfuerzos desplegados para ofrecer una explicación 
de la pretensión de validez de los enunciados morales se alimentan de 
este motivo. 
IH HORKHEIMER, 1 9 3 7 ( 2 ) : 2 4 5 y ss.; incluido en Kritische Theorie, 2 vol., Frankfurt, 1 9 6 8 . Tra-
ducción española: 1974, «Teoría tradicional y teoría crítica», en Teoría crítica, Buenos Aires. Sobre 
el enfrentamiento de la teoría crítica (HORKHEIMER y ADORNO, pero también HABERMAS) con el po-
sitivismo, véase WELLMER, 1 9 6 9 (traducción española de G . HERNÁNDEZ ORTEGA, 1 9 7 9 , Teoría crí-
tica de la sociedad y positivismo, Barcelona). 
1 7 HORKHEIMER, 1 9 3 7 : 2 7 1 . 
30 PERE FABRA 
No es, pues, extraño que desde los artículos seminales incluidos en 
Teoría y Praxis hasta Conocimiento e interés, pasando por los trabajos 
de Técnica y ciencia como ideología, la crítica al positivismo sea el mo-
tor principal que hace avanzar la reflexión de HABERMAS1 8 . La disputa 
del positivismo que tiene lugar en el seno de la sociología académica ale-
mana durante la década de los 60 será el contexto en el que HABERMAS 
velará sus primeras armas filosóficas. La inflamada discusión entre, por 
una parte, los partidarios de la Teoría Crítica (en particular A D O R N O y 
H A B E R M A S ) y, por otra, del Racionalismo Crítico (POPPER y ALBERT) , 
con el trasfondo de motivaciones políticas muy acentuadas, dejó heridas 
profundas en la sociología alemana que no han empezado a cicatrizar 
realmente hasta los últimos años, una vez producido el cambio genera-
cional en las instituciones académicas19. Pero también dejaron rastros 
permanentes en la obra de los respectivos participantes y, en particular, 
en la obra de HABERMAS, la cual seguramente hoy en día tendría otro as-
pecto si no se hubiera dado aquel contexto de discusión20. 
Cuando ahora, desde la distancia de más de cuarenta años, en unas 
circunstancias históricas, sociales y políticas radicalmente transformadas 
(y a la vista del curso que han tomado las obras de los autores implica-
dos), contemplamos aquella discusión puede llegar a sorprendernos su 
virulencia. De hecho, hasta sorprende la misma denominación, ya que no 
se trata propiamente ni de una disputa sobre el positivismo ni de una dispu-
ta exclusivamente sociológica21. No se trata exactamente de una disputa 
18 El primer párrafo del Prefacio de Conocimiento e interés, con su provocación, no deja lugar 
a dudas: «Me propongo reconstruir, desde una perspectiva histórica, la prehistoria del positivismo 
moderno con la intención sistemática de hacer un análisis de la relación entre conocimiento e inte-
rés. Quien recorre el proceso de disolución de la teoría del conocimiento, en cuyo lugar se ha insta-
lado la teoría de la ciencia, pasa por los escalones abandonados de la reflexión. Volver a recorrer este 
camino desde una prespectiva que mira hacia su punto de partida nos puede ayudar a reencontrar la 
experiencia olvidada de la reflexión. Porque renegar de la reflexión es el positivismo». El: 9/9. De 
hecho, aquí puede verse el propósito de HABERMAS de profundizar en el programa que HORKHEIMER 
había propuesto en el mencionado artículo sobre «Teoría tradicional y teoría crítica» (véase nota 16). 
19 La controversia, iniciada por POPPER y ADORNO con ocasión de la Conferencia de la Aso-
ciación Sociológica Alemana que tuvo lugar en Tubinga en el año 1961 y continuada con las inter-
venciones posteriores de sus respectivos discípulos —Hans ALBERT y HABERMAS—, tuvo eco más 
allá de los círculos sociológicos alemanes. El grueso principal de las contribuciones queda recogi-
do en ADORNO et al., 1969. Existe traducción española de Jacobo MUÑOZ (con una nota introducto-
ria del traductor), 1973: La disputa del positivismo en la sociología alemana, Barcelona: Ed. Gri-
jalbo. Para una excelente exposición de esta controversia, así como del clima intelectual en el que 
se desarrolló, véase WIGGERSHAUS, 1 9 8 6 , especialmente pp. 6 2 8 - 6 4 6 ; en español, véase BOLADERAS, 
1985, en particular el cap. VI I I . 
20 HABERMAS hizo su entrada, más o menos «oficial» en la disputa del positivismo en el mes 
de enero de 1962, en las Jornadas Universitarias de Berlín, donde leyó una ponencia titulada Kri-
tische und konservativen Aufgaben der Soziologie. Al año siguiente publica Teoría y Praxis donde 
se recogen, además de este trabajo (TP: 290-306/273-287), diversas aportaciones relacionadas con 
esta discusión a las que HABERMAS otorgaba «una pretensión propedéutica». (TP: 8/12). 
21 Véase HOLUB, 1991: 20 y ss. HOLUB comenta que incluso se hace difícil hablar de «dispu-
ta», dada la forma muy moderada en que ambos contrincantes inicales (especialmente ADOR-
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 31 
sobre el positivismo porque, a pesar de las profundas divergencias que 
los separaban, tanto POPPER como A D O R N O compartían —por motivos 
diferentes— muchas de las críticas a esta posición22. Y tampoco se trata 
exclusivamente de una disputa sobre la sociología porque los temas que 
se debaten van más allá del papel de esta disciplina y afectan sobre todo 
a cuestiones básicas y generales de teoría y filosofía de la ciencia y, en 
definitiva, de la propia finalidad de la investigación. Se trataba sobre 
todo de una disputa sobre la actitud positivista; una actitud que la Teoría 
Crítica considera culpable de desconectar la teoría de la práctica. 
Toda la primera etapa de la obra de HABERMAS girará alrededor de 
esta preocupación. El mismo presenta los trabajos de Teoría y Praxis 
—elaborados entre 1961 y 1963, una vez terminado su escrito de habili-
tación y coincidiendo con el momento álgido de la disputa del positivis-
mo y su estancia como profesor en Heidelberg— como «estudios histó-
ricos preparatorios de una investigación sistemática de la relación entre 
teoría y práctica en las ciencias sociales». En uno de los trabajos inclui-
dos en esta recopilación (el único que está escrito expresamente para el 
libro), titulado «Dogmatismo, razón y decisión. Teoría y Praxis en la ci-
vilización cientifízada»23, HABERMAS explícita su crítica a lo que él de-
nomina el «aislamiento» positivista de la razón, es decir, la actitud del 
positivismo de privilegiar las cuestiones empíricas como las únicas que 
son dignas de escrutinio racional: 
Todas las cuestiones prácticas que no se pueden contestar de manera 
suficiente mediante recomendaciones técnicas sino que exigen también 
una autocomprensión en una situación concreta, sobrepasan desde el prin-
cipio el interés de conocimiento investido de ciencia empírica. El único 
tipo de ciencia admitido por el positivismo no es capaz de explicar racio-
nalmente estas cuestiones. Las teorías que, a pesar de todo, ofrecen solu-
ciones podrán ser acusadas de dogmatismo. El objetivo de esta crítica 
ideológica tan recortada es encontrar la rima decisionista en cada verso 
dogmático: las cuestiones prácticas (en el sentido que aquí le damos) no 
son susceptibles de una discusión vinculante y, en última instancia, tienen 
que decidirse. La palabra mágica para exorcizar el encantamiento dog-
mático es una decisión escrupulosamente aislada de la razón: las cuestio-
nes prácticas ya no son «susceptibles de verdad»24. 
NO) presentaron sus posiciones (lo que hizo decir a Ralf DAHRENDORF, comentarista del encuentro, 
que «de hecho, por muy sorprendente que fuera, parecía como si los dos estuvierande acuerdo» (véa-
se HOLUB, 1 9 9 1 : 2 2 ) . Con la entrada en la discusión de Hans ALBERT y HABERMAS la controversia ad-
quiriría realmente unos contornos más nítidos y, por supuesto, mucho más virulentos. 
22 En su biografía intelectual POPPER explica que, a pesar de compartir muchas motivaciones 
con el Círculo de Viena —sobre todo su «actitud científica», racional o ilustradora frente a la filo-
sofía—, su libro La lógica de la investigación científica ha de entenderse precisamente como una 
crítica al positivismo y como una contribución a su declive. POPPER, 1987: 117-121. 
23 TP: 307-335/288-313. 
24 TP: 317-318/298. 
32 PERE FABRA 
H A B E R M A S analiza con detalle, a lo largo de este trabajo, el dilema 
que se esconde tras esa actitud positivista y que M C C A R T H Y ha sinte-
tizado con precisión: «si todos los valores son subjetivos, si la orien-
tación práctica en la vida cae en última instancia fuera de la justifica-
ción racional, entonces el compromiso positivista con la ciencia y la 
tecnología, su oposición al dogmatismo y a la ideología es también 
subjetivo y racionalmente injustificable (es decir, dogmático). Si, al 
contrario, el interés por la ilustración es en sí mismo un interés racio-
nal, entonces la razón contiene en sí misma un interés práctico y no 
puede ser definida de forma exhaustiva en términos de ciencia y tec-
nología»25. 
Aunque la investigación sistemática sobre la relación entre teoría y 
praxis que se anunciaba en el prólogo de TP no llegó nunca como tal, 
el resto de la obra H A B E R M A S se puede entender impulsada por este 
aliento. Cuarenta años más tarde, concluye Verdad y justificación —su 
(hasta ahora) último libro dedicado a cuestiones de filosofía teoréti-
ca— con un trabajo titulado «Una vez más: sobre la relación entre teo-
ría y praxis». De esta manera se cierra prácticamente el círculo. Una 
vez más vuelve a plantearse la cuestión y a hacerse evidente el motivo: 
«La pregunta de si la filosofía puede llegar a ser práctica es tan antigua 
como la propia filosofía. ¿Qué papel puede ejercer la filosofía en el 
contexto de la opinión pública y la política, de la cultura y de la edu-
cación?»26. HABERMAS vuelve a recorrer las respuestas históricas que se 
han dado a esta vieja problemática. La constatación de que las solu-
ciones clásicas (tanto de signo platónico como aristotélico) no son ope-
rativas, que las propiamente modernas (sea el deontologismo kantiano 
o la filosofía de la historia hegeliana) también se han vuelto problemá-
ticas, que los ejercicios posthegelianos de llevar la teoría a la práctica 
han mostrado el «núcleo totalitario de una razón exclusivamente ins-
trumental» y que los ejercicios postnietzscheanos caen en la aporía de 
su propia negación, no le lleva sin embargo a renunciar al viejo pro-
yecto de establecer un puente entre la reflexión filosófica y la existen-
cia práctica. Apoyándose ahora en el instrumental conceptual de la teo-
ría de la acción comunicativa, H A B E R M A S puede reafirmar su fe en 
aquella mediación: «Igual que las ciencias, la filosofía se ha orientado 
siempre por las cuestiones relativas a la verdad. Pero, a diferencia de 
las ciencias, la filosofía conserva una conexión interna con el derecho, 
la moral y el arte; investiga cuestiones normativas y evaluativas desde 
la propia perspectiva de estos ámbitos. En la medida en que la filoso-
fía se introduce en la lógica de las cuestiones relativas a la justicia y al 
gusto, en el sentido propio de los sentimientos morales y las experien-
2 5 MCCARTHY, 1 9 7 8 : 2 5 . 
2 6 W R : 3 1 9 / 3 0 7 . 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 33 
cisa estéticas, conserva una capacidad única de pasar de un discurso 
a otro y de traducir el lenguaje especial de una al lenguaje especial de 
la otra»27. 
2.1.2. El esbozo del marco conceptual 
Es también durante este primer período que abarca prácticamente 
toda la década de los 60 cuando H A B E R M A S empieza a desarrollar el ins-
trumental conceptual con el que configurará aquella «teoría de la socie-
dad que se esfuerza en dar razón de los cánones críticos que utiliza»28. 
Una teoría de la sociedad que, como veremos, se apoya al mismo tiem-
po en una teoría de la racionalidad y en una teoría de la acción propias. 
En el año 1968 —el mismo año en que se publica Conocimiento e in-
terés— HABERMAS saca a la luz, bajo el título de Técnica y ciencia como 
«ideología» una recopilación de artículos escritos entre los años 1964-68 
que, a pesar del calificativo de «trabajos circunstanciales» que en aquel 
momento él mismo les adjudica, muestran ya in nuce —cuando se los lee 
sobre el telón de fondo de su obra posterior— algunos de los conceptos 
fundamentales que estructurarán el pensamiento del HABERMAS maduro. 
En particular el trabajo que da título al libro «Technik und Wissenschaft 
ais "Ideologie"» (escrito con motivo del 70 Aniversario de Herbert 
MARCUSE) y que ha sido considerado por muchos comentaristas como 
uno de los primeros esbozos del programa de HABERMAS2 9) pone ya en 
perspectiva el esquema básico de su teoría de la acción, articulada en tor-
no a los dos conceptos centrales de trabajo y de interacción30. Aunque 
estos dos conceptos serán desarrollados posteriormente con más ampli-
tud y precisión —sobre todo después de abandonar la estrategia de los 
27 WR: 328/315. 
28 TkH-I: 7/9. 
29 Helmut DUBIEL llega a identificar este trabajo como el «núcleo germinal del programa» 
de HABERMAS. Véase DUBIEL, 1992: especialmente 95-102. También MCCARTHY concede a este 
escrito una relevancia central en el capítulo I de su estudio. En el mismo sentido, Luis DÍEZ DE PÉ-
REZ, 1996. 
30 En el mismo volumen encontramos el estudio titulado precisamente «Trabajo e interacción. 
Observaciones a la Filosofía del espíritu de Hegel en el período de Jena». A partir de las lecciones 
dictadas por HEGEL en Jena entre los años 1804 y 1806, HABERMAS analiza en este trabajo los con-
ceptos de lenguaje, trabajo y familia (término este último referido a las relaciones de reconoci-
miento mutuo) que HEGEL utiliza como modelo de formación y transformación del espíritu, así 
como la relación entre el sujeto y el objeto. HABERMAS señala que, a diferencia del modelo kantia-
no que intenta unificar de una manera «abstracta» la conciencia moral, la conciencia teórica y la 
conciencia instrumental, en HEGEL la identidad se ve asegurada por un modelo evolutivo que tiene 
lugar gracias a los tres procesos dialécticos diferentes puestos en marcha por los mencionados me-
dios del lenguaje, el trabajo y las relaciones de reconocimiento recíproco. Cualquier genealogía de 
la teoría de la acción habermasiana debería prestar atención a esta lectura del HEGEL joven, ya que 
las categorías que HABERMAS establece en la base de su teoría encuentran aquí su origen (así como 
en la relectura que hizo MARX de estos escritos hegelianos). 
34 PERE FABRA 
intereses cognoscitivos a favor de una estrategia de fundamentación lin-
güística— hasta adoptar la forma definitiva que tienen en la TkH, lo cier-
to es que a partir de este momento son categorías que quedan práctica-
mente consolidadas en la obra de H A B E R M A S . 
Sobre el telón de fondo de la discusión de las tesis de la racionali-
zación de Max W E B E R , la categoría hegeliana de «trabajo» será refor-
mulada por HABERMAS como «acción racional guiada por finalidades» 
—el zweckrationales Handeln de W E B E R — que incluye tanto la acción 
instrumental como la acción estratégica (la elección racional)31. Sin em-
bargo, la aportación más original —que acabará dando el nombre dis-
tintivo de la teoría habermasiana— será la introducción en este marco 
categorial heredado tanto de la tradición hegeliano-marxista como we-
beriana del concepto propio de acción comunicativa como reinterpreta-
ción de aquel concepto de «interacción»: 
Por acción comunicativa entiendo, por otra parte, una interacción 
simbólicamente mediada. Aquella que se rige por normas válidas obliga-torias que definen expectativas recíprocas de comportamiento y que tie-
nen que ser entendidas y reconocidas al menos por dos sujetos agentes. 
Las normas sociales vienen reforzadas por sanciones. Su sentido se obje-
tiviza en la comunicación lingüística cotidiana. Mientras que la validez de 
las reglas técnicas y de las estrategias depende de la validez de los enun-
ciados empíricamente verdaderos o analíticamente correctos, la validez 
de las normas sociales sólo se fundamenta en la intersubjetividad del 
entendimiento sobre intenciones y sólo viene asegurada por el reconoci-
miento general de las obligaciones32. 
Este concepto de acción comunicativa —así como el de racionalidad 
comunicativa— será desarrollado con mucha más precisión en trabajos 
posteriores (y de una manera prácticamente definitiva en la TkH). Pero 
es importante destacar su formulación en un estadio tan inicial de la 
obra, lo que confirma la predicada continuidad —tanto motivacional 
como conceptual— que caracteriza el decurso intelectual de HABERMAS. 
31 «Entiendo por "trabajo" o acción racional conforme a finalidades o bien la acción instru-
mental o bien la elección racional, o una combinación de ambas. La acción instrumental se orienta 
por reglas técnicas que se apoyan sobre un saber empírico. Estas reglas implican en cada caso de-
terminados pronósticos sobre hechos observables, ya sean físicos o sociales; estos pronósticos pue-
den mostrarse como verdaderos o falsos. El comportamiento de la elección racional se orienta de 
acuerdo con estrategias que se apoyan sobre un saber analítico. Implican deducciones de reglas de 
preferencia (sistemas de valores) y máximas generales; estos enunciados pueden estar bien deduci-
dos o mal deducidos. La acción racional conforme a fines hace realidad finalidades definidas bajo 
condiciones dadas; pero mientras que la acción instrumental organiza los medios que resultan ade-
cuados o inadecuados según criterios de un control efectivo de la realidad, la acción estratégica sólo 
depende de la valoración correcta de las alternativas de comportamiento posibles, lo cual sólo pue-
de obtenerse por medio de una deducción hecha con la ayuda de valores y de máximas». TW: 62. 
32 TW: 62-63. 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 35 
También es importante señalar la deuda que este concepto habermasiano 
tiene con las categorías de «lenguaje» y de «relación de reconocimiento 
mutuo», que el H E G E L del período de Jena había puesto en perspectiva y 
que, como ya se ha mencionado, HABERMAS analiza en otro trabajo in-
cluido en TW33. Recientemente ha vuelto sobre esta cuestión: el capítulo 
4 de Verdad y justificación (1999), que lleva por título «Caminos hacia la 
detranscendentalitzación. De Kant a Hegel y vuelta atrás» está dedicado 
precisamente a revisar de nuevo aquel período de la obra de HEGEL, aun-
que ahora desde la óptica de su papel determinante en el proceso de de-
transcendental ización de la filosofía moderna. El HEGEL joven sería, se-
gún esta lectura, el primer «postmentalista», el primer filósofo que, con 
su planteamiento basado en la intersubjetividad habría «sugerido una al-
ternativa (...). El modelo de la autoconciencia basado en la interacción po-
dría haber ofrecido el fundamento para un concepto postmentalista de 
cultura ilustrada que encontrase su fundamento en sí misma»34. Sin em-
bargo, en su obra posterior HEGEL volverá a hipostasiar las figuras de la 
«autoconciencia» y la «subjetividad» y cerrará el paso a una culminación 
del proceso que él mismo había puesto en perspectiva. A pesar de esto, 
HABERMAS reconoce explícitamente que «es mérito de Hegel haber des-
cubierto el papel epistemológico del lenguaje y del trabajo»35 o, según la 
propia formulación de HEGEL en la Fenomenología del espíritu: «la boca 
que habla, la mano que trabaja»36. De esta manera HABERMAS está mos-
trando también la genealogía de su propio marco conceptual. 
2.2. La etapa de consolidación de la teoría 
La distancia, inicialmente metodológica pero finalmente substantiva, 
entre Conocimiento e interés y la Teoría de la acción comunicativa 
—una distancia que el propio HABERMAS ha puesto de manifiesto en mu-
chas ocasiones— ha permitido diferenciar, como hemos apuntado más 
arriba, entre un «primer HABERMAS» —que se esfuerza en reconstruir la 
teoría del conocimiento desde la teoría de la sociedad y para ello se apo-
ya en el concepto de intereses rectores del conocimiento— y un «segun-
do HABERMAS» que abandona aquella estrategia en favor de la elabora-
ción de una teoría de la sociedad centrada en los conceptos de 
racionalidad y acción comunicativa37. 
Aunque si nos limitamos a observar las estrategias teóricas ensaya-
das en cada momento esta distinción puede ser considerada correcta, 
33 Véase nota 30. 
34 WR: 188/183. 
35 WR: 197/191. 
36 HEGEL, 1952: 229, citado por HABERMAS en WR: 198/192. 
37 Véase nota 14. 
36 PERE FABRA 
nuestra lectura está hecha desde el convencimiento de la extrema conti-
nuidad tanto en los motivos de fondo como en los objetivos últimos de 
la teoría. El abandono de la perspectiva de los «intereses rectores del co-
nocimiento» ha de entenderse así como una corrección interna impor-
tante en el «proceso de aprendizaje» que representan las diversas apor-
taciones teóricas habermasianas, pero no significa en ningún caso una 
ruptura de fondo con el proceso de reflexión previo. Es cierto que se tra-
ta de una modificación decisiva —seguramente la más decisiva— en el 
decurso intelectual de HABERMAS, porque si bien se emprende inicial-
mente por motivos ideológicos acabará teniendo consecuencias de peso 
en la manera de entender la propia teoría social. Pero en definitiva no 
deja de ser un cambio de estrategia teórica que no modificará sustan-
cialmente ni las motivaciones que mueven la reflexión ni los objetivos fi-
nales que se pretenden lograr. 
Según la periodificación que hemos establecido, esta segunda etapa 
—la etapa de consolidación de la teoría— tendría sus inicios hacia 1970, 
con las conferencias de Berlín sobre «Los fundamentos de la sociología 
en la teoría del lenguaje» (retomadas más tarde como las Conferencias 
Christian Gauss impartidas en la Universidad de Princeton al año si-
guiente) y concluiría con la publicación de Teoría de la acción comuni-
cativa en 1981. El período coincide en gran parte con la época (1971-
1980) en la que HABERMAS asumirá la dirección del Instituto Max Planck 
para la investigación de las condiciones de vida en el mundo científico-
técnico (y después del Instituto Max Planck de Ciencias Sociales, 1980-
1981) en Starnberg. Fruto del trabajo en el Instituto serán también los 
dos libros Problemas de legitimación del capitalismo tardío (1973) y So-
bre la reconstrucción del materialismo histórico (1976), cuyos resulta-
dos acabarán también desembocando en la TkH. 
Este es el momento en el que HABERMAS realiza su particular «giro 
lingüístico» a partir sobre todo de sus investigaciones sobre cuestiones 
metodológicas y de fundamentación filosófica. Las mencionadas confe-
rencias sobre los fundamentos lingüísticos de la teoría social, los traba-
jos sobre «La pretensión de universalidad de la hermenéutica» (1971), 
las «Observaciones preparatorias para una teoría de la competencia co-
municativa» (1971), el artículo sobre «Teorías de la verdad» (1973) o 
«¿Qué significa pragmática universal?» (1976) son los signos que seña-
lan este cambio de estrategia, encaminado a dotar a la teoría social de 
unas bases supuestamente sólidas que los planteamientos alternativos no 
podían ofrecer. 
Sin embargo, hay que tener presente que todos estos trabajos vienen 
precedidos (o, si se quiere, anunciados) por el informe bibliográfico 
«Sobre la lógica de las ciencias sociales» (1967). A pesar de haber es-
tado elaborado en el período anterior, este trabajo ocupa a nuestro en-
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 37 
tender una posición fronteriza entre la estrategia de los intereses cog-
noscitivos y la estrategiaplenamente comunicativa, basada en un pecu-
liar cruce entre la tradición filosófica hermenéutica y la filosofía del 
lenguaje. Finalizada su escritura en abril de 1966, el trabajo se publicó 
originalmente en febrero de 1967 como un suplemento de la revista Phi-
losophische Rundschau. Justamente en 1970 se edita en formato de li-
bro (Zur Logik der Sozialwissenschaften), debidamente enmarcado y 
contextualizado por una serie de otros artículos que reflejan el fructífe-
ro diálogo crítico que HABERMAS mantiene, durante la decada de los 6 0 , 
con el positivismo, la hermenéutica o el funcionalismo luhmanniano; un 
diálogo cuya consecuencia es la evolución interna de su propio pensa-
miento, en el momento crucial de elaboración y construcción de las ca-
tegorías básicas que le darán forma. En el prólogo HABERMAS dejaba 
claro una vez más que el libro recogía «fragmentos de un proceso de 
clarificación» que en principio no había querido reeditar porque «no de-
ben confundirse los procesos de autoaclaración con los resultados que 
se obtienen»38. Sin embargo, los textos que incluye, y en particular el 
trabajo central sobre la lógica de las ciencias sociales, ponen las bases 
de la nueva orientación teórica que dará HABERMAS a su investigación a 
partir de inicios de los 70. En este mismo prólogo (escrito en septiem-
bre de 1970) se hace evidente que este cambio viene determinado por 
motivos internos a la propia teoría: «mi intento de entender el psico-
análisis como análisis del lenguaje —Conocimiento e interés, La pre-
tensión universa! de la hermenéutica— constituye un paso hacia una 
teoría de la acción comunicativa. Estoy convencido de que la funda-
mentación de las ciencias sociales en términos de teoría del lenguaje 
también contribuirá a clarificar algunas cuestiones controvertidas de la 
lógica de la investigación»39. 
Cuando en el año 1982 HABERMAS prepara la segunda edición de La 
lógica de las ciencias sociales tiene ya detrás de sí aquella teoría de la 
acción comunicativa que anunciaba en los primeros escritos que en ella 
se incorporan. De forma que incluso la misma ordenación de los traba-
jos puede entenderse también como el reflejo de la autocomprensión de 
aquel proceso de aprendizaje realizado en la etapa anterior. H A B E R M A S 
ordena los textos agrupados en el libro bajo cuatro apartados: a) disputa 
del positivismo, h) hermenéutica, c) el funcionalismo en ciencias socia-
les y d) teoría del conocimento y filosofía de la historia. Como él mismo 
indica en el nuevo prólogo que escribe para esta edición, estos cuatro 
subtítulos «caracterizan posiciones con las que la teoría crítica de la so-
ciedad [y en concreto él mismo P.F.] ha tenido que discutir si quería con-
seguir, desde un punto de vista metodológico, claridad sobre su propia 
38 ZLS: 12/17. 
39 ZLS: 12/17. 
38 PERE FABRA 
posición»40. HABERMAS, precisamente porque asumirá e incluso integra-
rá en su teoría de la acción motivos y puntos de vista que provienen de 
estas concepciones teóricas con las que discute, quiere dejar también 
muy claro aquello que le distancia de todas ellas: la pretensión de exclu-
sividad que el positivismo otorga a las ciencias experimentales, el fuerte 
y excesivo contenido idealista de la hermenéutica —y de la sociología 
comprensiva que se basa en ella— el acusado objetivismo de la sociolo-
gía sistémica, las consecuencias relativistas de la metacrítica de la teoría 
del conocimiento o el dogmatismo de la filosofía de la historia41. 
Como hemos comentado, el papel sistemático que juega en la obra 
habermasiana el informe bibliográfico «La lógica de la ciencias socia-
les» se entiende mejor si se pone en relación con el programa contenido 
en Conocimiento e interés. Esta obra partía todavía de la convicción de 
que la teoría crítica de la sociedad podía encontrar unos nuevos funda-
mentos si se profundizaba en la investigación metodológica y epistemo-
lógica. De ahí precisamente el interés de HABERMAS en analizar la «ló-
gica» de las ciencias sociales. Muy pronto se dio cuenta —lo hemos 
visto en el apartado anterior— que el lenguaje podía ser la piedra de to-
que de esta investigación. Pero en un primer momento (recordemos la 
cita que acabamos de transcribrir procedente del prólogo de la primera 
edición en ZLS) su interés por el lenguaje tiene todavía una motivación 
exclusivamente metodológica: confía en que la fundamentación de las 
ciencias sociales en términos de teoría lingüística «contribuirá a esclare-
cer algunas cuestiones controvertidas de la lógica de la investigación». 
Pero a medida que introduce y desarrolla la categoría de acción comuni-
cativa e investiga la problemática de la «comprensión» se percata de que 
aquello que inicialmente había sido un puro «interés metodológico» se 
está convirtiendo finalmente en un «interés sustancial»42. La introduc-
ción en el marco conceptual de las categorías de acción comunicativa y 
mundo de vida le abrirán una nueva perspectiva que hará saltar definiti-
vamente aquel planteamiento inicial. Por eso HABERMAS afirma con ro-
tundidad que «la teoría de la acción comunicativa (...) no es una prose-
cución de la metodología con otros medios», sino que «rompe con la 
primacía de la teoría del conocimiento (...) y trata las presuposiciones de 
la acción orientada al entendimiento con independencia de los presu-
puestos trascendentales del conocimiento»43. De esta manera, en el trán-
sito desde El a la TkH, HABERMAS abandonará definitivamente aquella 
40 ZLS: 8 / 1 4 . Coincidimos con M . JIMÉNEZ REDONDO, cuando señala —en la breve nota de pre-
sentación que incorpora a su versión española de la obra, realizada ya a partir de la edición amplia-
da de 1982— que este libro es seguramente la mejor la mejor introducción para entender los moti-
vos y problemas que han movido a HABERMAS en las diferentes etapas de su producción teórica. 
41 Véase ZLS: 8/14. 
42 Véase ZLS: 10/15; TkH-1: 7/9. 
43 ZLS: 10/15-16. 
TEORÍA Y PRÁCTICA: UN PROYECTO INTEGRADOR 39 
idea inicial que la metodología y la teoría del conocimiento eran las pie-
dras de toque —las «vías regias», en su expresión— con las que trabar 
una sólida teoría de la sociedad. Esto significa, como se afirma en el mis-
mo prólogo de la TkH, que «la teoría de la acción comunicativa no es 
una metateoría», sino que constituye por ella misma «el principio de una 
teoría de la sociedad que se esfuerza por informar de los cánones críti-
cos que utiliza. (...) La elaboración de las cuestiones sustanciales y la 
respuesta a las mismas forman —en esto HEGEL tenía razón— un todo 
indisoluble»44. 
La Teoría de la Acción Comunicativa, que aparece en el año 1981 
después de cuatro años de intensa preparación y muchas dificultades45, 
marca la culminación de esta etapa de consolidación así como la con-
clusión de un programa que HABERMAS, como comenta en el mismo Pre-
facio, ya «había puesto en perspectiva» en el prólogo de ZLS. La TkH es 
un intento de enlazar de manera sistemática todos los motivos sobre los 
que había estado trabajando durante los quince años anteriores con la tri-
ple intención declarada de: 1) desarrollar un nuevo concepto de raciona-
lidad (la racionalidad comunicativa) que, como diría hoy en día, aun 
siendo bastante escéptico no sea derrotista y que debe permitir mostrar 
los límites de una razón meramente instrumental y teleológica y, a su 
vez, debe ser capaz de hacer frente a las críticas globales a la razón; 
2) entender la sociedad como un complejo articulado en dos niveles 
(«mundo de la vida» y «sistema») que permita huir de planteamientos re-
duccionistas —ya sea por su idealismo, como los de la sociología com-
prensiva, ya sea por su objetivismo, como el del funcionalismo sistémi-
co; y todo ello 3) con la finalidad crítica de aportar los elementos 
necesarios para desarrollar una teoría de la modernidad que pueda expli-
car las patologías que se descubren hoy en día en las sociedades desa-
rrolladas y, en definitiva, hacer frente a las paradojas que conlleva

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