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7-Capnografia (1)

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16 Zona TES • Número 1-2013
CÓMO SE HACE…
Capnografía, la evolución en la 
monitorización del paciente crítico
Luis Barrado Muñoz1, Santiago Barroso Matilla2, Gregorio Patón Morales2 y Jorge Sánchez Carro2
1 Enfermero del SUMMA 112. Director del Grupo de Investigación en Capnografía – GrICap SUMMA 112. Madrid. España.
2 Técnico en Emergencias Médicas del SUMMA 112. Integrante del GrICap SUMMA 112. Madrid. España.
Resumen
La monitorización capnográfica o medición del dióxido de car-
bono exhalado –empleada conjuntamente con otras ya conoci-
das, como la oximetría de pulso o la electrocardiografía– permi-
te añadir una mayor objetividad, fiabilidad y rapidez diagnóstica 
a la atención del paciente crítico. La principal característica que 
ha conseguido que esta tecnología adquiera un papel relevante 
en los servicios de emergencias médicas de España ha sido 
poder valorar de forma continua y no invasiva el metabolis-
mo, la perfusión y la ventilación, tanto en el paciente intubado, 
como en el que mantiene respiración espontánea. El objetivo 
del presente artículo es colaborar en la formación del Técnico 
en Emergencias Sanitarias, y demostrar lo fácil que resulta eva-
luar los datos capnométricos y capnográficos después de unas 
breves y sencillas explicaciones.
Introducción
La capnografía es la medición continua y no invasiva del anhí-
drido carbónico o dióxido de carbono (CO2), exhalado a lo largo 
del tiempo. 
Desde hace más de 40 años1-3, se ha utilizado para moni-
torizar a pacientes intubados en las salas de quirófano, ini-
cialmente en Europa y, posteriormente, en Estados Unidos, 
como estándar en la atención, junto con la oximetría de pulso 
(comúnmente conocida como pulsioximetría), y se encuentra 
presente en todos los nuevos respiradores como monitoriza-
ción complementaria a la del patrón respiratorio. En la actuali-
dad, sociedades científicas de categoría internacional, como la 
American Heart Association, la American Society of Anesthe-
siologists, la Intensive Care Society o el European Resuscitation 
Abreviaturas
EtCO2: end-tidal CO2, medición del dióxido de carbono al final del 
volumen corriente espirado, es la abreviatura de P
ET
CO
2
.
Hb: hemoglobina.
HbO2: oxihemoglobina. Hemoglobina saturada con oxígeno.
HbCO: carboxihemoglobina. Hemoglobina saturada con monóxido de 
carbono.
HbCO2: carbaminohemoglobina o carbohemoglobina. Hemoglobina 
saturada con dióxido de carbono.
HTIC: hipertensión intracraneal.
PaCO2: presión parcial de dióxido de carbono en sangre arterial.
PEEP: positive end-expiratory pressure, presión positiva al final de la 
espiración.
PETCO2: presión parcial de dióxido de carbono al final de la espiración.
PIC: presión intracraneal.
PtcCO2: presión parcial transcutánea de dióxido de carbono.
PvCO2: presión parcial de dióxido de carbono en sangre venosa.
SEM: Servicio de Emergencias Médicas.
TEP: tromboembolia pulmonar
PUNTOS CLAVE
• La capnografía es la medición continua y no 
invasiva de la presión parcial del anhídrido carbónico 
o dióxido de carbono (CO
2
), exhalado a lo largo del 
tiempo.
• Puede emplearse en todo tipo de pacientes, desde 
neonatos hasta adultos, con respiración espontánea 
o en aquéllos que precisen de un apoyo ventilatorio 
mecánico invasivo o no invasivo.
• El empleo concomitante de la capnografía con otras 
monitorizaciones no invasivas –como la oximetría 
de pulso, la presión arterial o la electrocardiografía– 
aporta gran información sobre el estado metabólico, 
hemodinámico y respiratorio del paciente, y permite 
identificar de forma más temprana cualquier anomalía 
clínica que aparezca.
• Aunque las indicaciones clínicas de la capnográfica 
son múltiples y variadas, las más relevantes y con 
mayor evidencia científica son: el control de la 
colocación correcta del TET, la monitorización de la 
RCP y la clasificación, la valoración y el control del 
tratamiento en las crisis de broncoespasmo.
• El hecho de ser una monitorización no invasiva permite 
que cualquier categoría profesional dentro del ámbito 
de la asistencia sanitaria pueda emplearla sin problema 
alguno, pues no conlleva para su manejo la necesidad de 
amplios conocimientos médicos ni técnicas complejas.
Capnografía, la evolución en la monitorización del paciente crítico
Zona TES • Número 1-2013 17
Council (ERC), consideran imprescindible emplear la capnogra-
fía durante la asistencia al paciente crítico4-8.
Conceptos básicos y tecnología
Existen diferentes métodos no invasivos capaces de medir el 
CO2 eliminado por el organismo, mediante tecnologías como la 
estimación del pH, la luz infrarroja, la cromatografía, la espec-
trofotometría, la espectroscopia de correlación molecular, etc.
Alguno de estos instrumentos, como por ejemplo los senso-
res tipo Severinghaus (fig. 1, A), que se colocan sobre la mucosa 
o la epidermis, capnómetros sublinguales y transcutáneos, res-
pectivamente, presentan importantes limitaciones de empleo:
• Tiempos de equilibrado elevados tras la colocación del sensor.
• Requieren de calibraciones frecuentes.
• Precisan cambiar la posición del sensor a menudo.
• Puede provocar deterioro de la piel y el tejido subcutáneo 
debido a la elevada temperatura que adquiere el sensor.
• Zonas poco perfundidas y/o problemas hemodinámicos que 
den lugar a una infraestimación de los valores de PtcCO2.
• Funcionamiento afectable adversamente si la temperatura 
del electrodo es insuficiente.
• Altos costes en el mantenimiento y fungibles del equipo.
Por otro lados, los capnógrafos de flujo principal o MainStream 
y los de flujo lateral, SideStream y MicroStream (fig. 1, B-D), gra-
cias a la evolución tecnológica han sido capaces de superar 
gran parte de estos inconvenientes. 
Los primeros, encargados de la medición transcutánea, no 
han cosechado demasiado éxito comercial y no se emplean 
habitualmente en el medio extrahospitalario, a diferencia de los 
segundos, que controlan el CO2 exhalado y suelen encontrarse 
incluidos en la mayoría de los monitores utilizados por los ser-
vicios de emergencias internacionales.
Es importante destacar que el CO2 exhalado se puede medir 
de dos formas diferentes: a) como volumen (capnografía volu-
métrica), típico de pacientes intubados en unidades de cuida-
dos intensivos y/o quirófanos, y b) como presión parcial del gas 
respecto a una línea de tiempo (capnografía temporal).
Cuando encontramos en la bibliografía el término “capno-
grafía” sin calificativo, siempre se refiere a la “temporal”; así, a 
partir de este momento y en el resto del artículo trabajaremos 
exclusivamente con esta tecnología. La medición capnográfica 
temporal se conoce internacionalmente con las siglas PETCO2, 
aunque suele abreviarse como EtCO2.
Con el fin de evitar errores posteriores de interpretación, 
también conviene explicar la diferencia entre capnometría y 
capnografía, ya que son términos a menudo empleados indis-
tintamente de forma inadecuada. Así pues, mientras la capno-
metría simplemente nos permite conocer el valor numérico, 
medido generalmente en mmHg, Torr o kPa del CO2 exhalado 
junto con la frecuencia respiratoria (FR), gracias a un “cap-
nómetro”, la capnografía ofrece, además de todo lo anterior, 
la representación gráfica de dicha exhalación en función del 
tiempo, el denominado capnograma (fig. 2), gracias a un “cap-
nógrafo”.
En un capnograma normal podemos diferenciar claramente 
4 fases (fig. 2):
• Fase I: corresponde al período comprendido entre el final de 
la inspiración y el inicio de la espiración siguiente, cuando 
comienza la ventilación del espacio muerto formado por la 
vía aérea superior y parte del árbol bronquial que no tienen 
capacidad para intercambiar gases, y cuyo volumen de aire 
está prácticamente libre de CO2, siendo muy similar al del aire 
atmosférico. Al conectar el capnógrafo, éste reconoce esta 
presión de CO2 ambiental y la asimila al valor “cero”, proceso 
conocido como “autocero”, creando una línea isoeléctrica en 
el gráfico (fig. 2, A-B).Figura 1. Sensores de medición del dióxido de carbono (CO
2
): A. Transcutáneo tipo Severinghaus. B. MainStream o flujo principal. 
C. SideStream o flujo lateral. D. MicroStream o microcorriente de flujo lateral. D1. Sonda para pacientes no intubados. D2. Sonda para 
pacientes intubados o con ventilación manual tipo Ambu.
Luis Barrado Muñoz, Santiago Barroso Matilla, Gregorio Patón Morales y Jorge Sánchez Carro
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• Fase II: se inicia una rápida elevación gracias a la eliminación 
del CO2 del resto de espacio muerto, pero esta vez mezclado 
con el CO2 alveolar (fig. 2, B-C).
• Fase III o meseta alveolar: el aire exhalado procede enteramen-
te de los alvéolos, y se observa un ascenso lento y progresivo 
del CO2 que forma una meseta (fig. 2, C-D), hasta alcanzar el 
punto en el que la presión parcial del gas es máxima (fig. 2, 
punto D): éste es el valor presiométrico que registra el capnó-
grafo/capnómetro, el llamado CO2 teleespiratorio o EtCO2.
• Fase IV: comienza la fase inspiratoria y, por tanto, la presión 
parcial de CO2 decrece bruscamente hasta quedarse a cero 
(fig. 2, D-E). 
Fisiología de la respiración. 
El intercambio alvéolo-capilar
Habitualmente, entre los profesionales de la salud existe la 
duda razonable acerca de la correlación entre los datos obteni-
dos mediante técnicas invasivas, como la gasometría arterial o 
venosa, y las no invasivas9, como la capnometría (EtCO2), en la 
que los valores normales, en un individuo sano, se encuentran 
entre los 35 y 45 mmHg y la oximetría de pulso (SpO2), con va-
lores aconsejados entre el 95 y el 98%5.
Basándonos en múltiples estudios10, podría afirmarse que la 
diferencia o gradiente existente entre la presión arterial de CO2 
(PaCO2) —obtenida mediante analítica sanguínea— y EtCO2, es 
decir PaCO2 – EtCO2, se encuentra entre los 2 y los 5 mmHg, 
debido a diversas causas fisiológicas (fig. 3): 
• La existencia del espacio muerto de la vía aérea.
• Un shunt fisiológico, secundario al drenaje de las venas de Tebesio 
directamente al ventrículo izquierdo y a la propia circulación bron-
quial con drenaje directo a los pulmones sin pasar por el alvéolo.
Para poder comprender las aplicaciones clínicas de la cap-
nografía, conviene recordar brevemente que el ciclo respirato-
rio está compuesto por dos procesos fisiológicos independien-
tes: la oxigenación y la ventilación (fig. 4). 
La oxigenación comienza con la entrada de aire oxigenado 
en los pulmones, el cual, gracias a una diferencia de gradiente 
de presión (Ley de los gases), permite la difusión del oxígeno 
(O2) a través de las finas y permeables paredes de los alvéolos 
hasta el capilar que lo recubre, y se une de forma reversible con 
la hemoglobina (Hb). Cuando la sangre abandona los pulmones 
a través de la vena pulmonar, transporta el 97% del O2 en forma 
de oxihemoglobina (HbO2), y el 3% restante permanece disuelto 
en el plasma. Cada molécula de Hb se une a cuatro de O2, que 
serán trasladadas hasta el interior de las mitocondrias, donde 
tiene lugar la respiración celular.
La respiración interna o celular en el ser humano es el pro-
ceso por el cual se lleva a cabo la degradación de biomoléculas 
(glucosa, lípidos y proteínas) en presencia de O2 (respiración 
aeróbica), con el fin de producir la liberación de la energía ne-
cesaria que permita a nuestro organismo cumplir con sus fun-
ciones vitales.
Mediante la degradación de glucosa (glucólisis) se forma áci-
do pirúvico, el cual se desdobla en CO2 y H2O, y durante dicha 
Figura 2. Descripción de un capnograma normal: A-B. Fase I 
(ventilación del espacio muerto, dióxido de carbono (CO
2
) = 0). 
B-C. Fase II (ventilación del espacio muerto junto con el alveolar, 
incremento rápido de CO
2
). C-D. Fase III o meseta alveolar (ven-
tilación alveolar). D. EtCO
2
 (CO
2
 teleespiratorio o end-tidal CO
2
). 
D-E. Fase IV (inicio de la inspiración).
Figura 3. Difusión alvéolo-capilar. Gradientes de presión del 
oxígeno (O
2
) y el dióxido de carbono (CO
2
) en un individuo sano 
a nivel alveolar y sanguíneo arterial y venoso. PaCO
2
: presión 
parcial de dióxido de carbono en sangre arterial; PaO
2
: presión 
parcial de oxígeno en sangre arterial; PvCO
2
: presión parcial de 
dióxido de carbono en sangre venosa.
Fenómeno shunt
Ocurre cuando los alvéolos no son ventilados porque existe 
una obstrucción distal a ellos, se encuentran llenos de 
líquido u obliterados o porque existe una comunicación 
vascular directa entre el sistema venoso y arterial. En estas 
situaciones, la sangre que no ha pasado por áreas ventiladas 
entra nuevamente en la circulación sistémica o la sangre 
venosa se mezcla a nivel extrapulmonar con la sangre arterial.
Capnografía, la evolución en la monitorización del paciente crítico
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reacción se generan 36 moléculas netas de adenosina trifosta-
fo (ATP), el nucleótido fundamental en la obtención de energía 
celular y consumido por muchas enzimas en la catálisis de nu-
merosos procesos químicos.
El CO2 proveniente de los desechos celulares se vuelca en 
el torrente sanguíneo: una parte se transforma en ácido car-
bónico (H2CO3), que se ioniza formando bicarbonato (HCO3
–) 
y protones (H+), y el resto es llevado hacia los pulmones di-
suelto en el plasma y en forma de carbaminohemoglobina o 
carbohemoglobina (HbCO2), donde será eliminado mediante 
la ventilación. Es importante no confundir con la carboxihe-
moglobina, unión de la hemoglobina con el monóxido de car-
bono (HbCO).
Llegados a este punto, podemos comprender, por tanto, que 
la medición del CO2 exhalado se podrá ver afectada por 3 fac-
tores: a) el metabolismo (donde se produce); b) la perfusión (el 
medio de transporte hasta el pulmón), y c) la ventilación (siste-
ma de eliminación). La alteración clínica de cualquiera de estos 
procesos producirá variaciones continuas y significativas en los 
valores exógenos obtenidos y medidos gracias a un “capnógra-
fo” (EtCO2), del mismo modo que las alteraciones que puedan 
provocar un estado de hipoxemia se verán reflejados en los 
resultados alcanzados por la “oximetría de pulso” (SpO2).
Por consiguiente, y a modo de ejemplo, algunos cuadros clí-
nicos que pueden provocar aumento del EtCO2 a lo largo del 
tiempo pueden deberse a alteraciones en: 
• Metabolismo: aumento del metabolismo y del consumo de 
O2, por ejemplo, en cuadros infecciosos/sepsis, estados ini-
ciales de shock, hipertermia maligna, dolor, temblores/con-
vulsiones (aumento de la actividad muscular). Administración 
intravenosa de bicarbonato sódico.
• Perfusión: aumento del gasto cardíaco, alteraciones de los 
mecanismos de autorregulación (por ejemplo, en pacientes 
con hipertensión intracraneal)11,12.
• Ventilación: insuficiencia respiratoria, depresión respiratoria, 
procesos de sedación y/o analgesia, cualquier estado clínico 
que provoque una disminución de la FR y/o del volumen co-
rriente. Leve obstrucción de la vía aérea.
• Secundarias a fallos del equipo: válvula de inhalación y/o ex-
halación defectuosa, excesivo espacio muerto (tubuladuras 
demasiado largas, colocación de dispositivos intermedios).
Por el contrario, una disminución progresiva del EtCO2 a lo 
largo del tiempo puede deberse a alteraciones en:
• Metabolismo: disminución del metabolismo y del consumo de 
O2 como ocurre durante la hipertermia. Cetoacidosis.
• Perfusión: disminución del gasto cardíaco, por ejemplo en 
cuadros de hipotensión arterial, hipovolemia, parada cardio-
rrespiratoria (PCR), tromboembolia pulmonar.
• Ventilación: cualquier estado clínico que provoque un aumen-
to de la FR y/o del volumen corriente, es decir, hiperventi-
lación, presencia de importante acumulación de mucosidad 
bronquial, obstrucción del flujo aéreo, aumento fisiológico del 
espacio muerto, presencia de presión positiva al final de la 
espiración.
• Secundarias a fallos del equipo: fugas del sistema, colocación 
inadecuada de la cánula, tamaño y posición del tuboendo-
traqueal (TET), desconexión del respirador, fallo en el flujo del 
aire/oxígeno.
Indicaciones clínicas de la capnografía
Los capnógrafos comúnmente empleados en los servicios de 
emergencias médicas (SEM) disponen de dispositivos capa-
ces de monitorizar a todo tipo de pacientes, desde neonatos a 
adultos, con respiración espontánea o con ventilación asistida 
(fig. 1, D1-D2), y a pesar de ser una monitorización no invasiva, 
tiene muchas utilidades clínicas de entre las cuales podemos 
destacar las siguientes.
Figura 4. Oxigenación y 
ventilación fisiológicas. 
ATP: adenosina trifosfato; 
CO
2
: dióxido de carbono; 
EtCO
2
: end-tidal CO
2
; 
H2O: agua; O
2
: oxígeno; 
SpO
2
: oximetría de pulso.
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20 Zona TES • Número 1-2013
Confirmación y control de la adecuada posición 
del tubo endotraqueal
Posiblemente es la indicación más empleada, fundamental-
mente por su relevancia y evidencia científica. 
Cualquier conocedor de la técnica de intubación, sabe que 
uno de los principales problemas es la intubación esofágica, 
error con una incidencia aproximada del 15%13. En diferentes 
estudios11,13 publicados en los últimos años se asegura que la 
metodología clínica habitualmente empleada para confirmar la 
posición del TET (es decir, la auscultación epigástrica y pulmo-
nar, la observación de movimientos torácicos o la presencia de 
vaho en el interior del tubo) deben complementarse con mé-
todos más objetivos, como la capnografía, donde la correcta 
colocación del TET, se constata por el mantenimiento de los 
niveles capnométricos y un capnograma normal a lo largo del 
tiempo (fig. 5, A).
Por el contrario, si se realizase una intubación esofágica, el 
escaso CO2 residual, incluso a veces inexistente, en el tracto 
digestivo alto provocaría la aparición de valores capnométricos 
y curvas capnográficas muy bajos y decrecientes hasta llegar a 
cero en un intervalo muy corto de tiempo (fig. 5, B).
Otros de los errores típicamente cometidos es la intubación 
selectiva, que consiste en la exagerada introducción del TET, 
generalmente en el bronquio principal derecho, dado su abierta 
angulación respecto a la tráquea, con lo que se deja sin ventilar 
el pulmón contralateral. Se ha confirmado que, en este tipo de 
fallo, la capnometría no es un signo predictivo de corta latencia, 
ya que en más del 80% de los casos se mantiene estable o con 
alteraciones escasamente notables14-20; por otro lado, el capno-
grama a veces puede presentar un cierto patrón obstructivo en 
las Fases II y III, muy probablemente debido a que se encuentra 
apoyado contra la pared del bronquio. Sin embargo, y a pesar 
de sus múltiples limitaciones, la oximetría de pulso (SpO2) ha 
Figura 5. Capnograma 
fisiológico y sus variaciones 
más frecuentes. 
CO
2
: dióxido de carbono.
Capnografía, la evolución en la monitorización del paciente crítico
Zona TES • Número 1-2013 21
demostrado su eficacia en este tipo de sucesos, ya que suele 
presentar descensos bruscos en más del 50% de los casos18.
Control de la terapia respiratoria
Es imprescindible que todo paciente sometido a ventilación 
mecánica invasiva (VMI) o no invasiva (VMNI) se mantenga 
atentamente monitorizado, pues son múltiples los efectos ad-
versos que se pueden presentar en los ámbitos respiratorio, 
cardiovascular, neurológico, renal, digestivo, etc., atribuibles en 
gran parte a la presión positiva intratorácica que ejerce el so-
porte ventilatorio mecánico4,21,22.
En el caso de la VMI, la capnografía permite no sólo confirmar 
el posicionamiento adecuado del TET o dispositivo alternativo a 
la intubación (mascarilla laríngea, Fastrach, tubo laríngeo, etc.) 
durante todo el proceso ventilatorio, sino que además los pará-
metros pautados por el especialista son correctos y el paciente 
se encuentra perfectamente adaptado a la modalidad ventilato-
ria seleccionada, lo que facilitaría la posibilidad de modificarlos 
rápidamente si fuera necesario y asegurar el nivel adecuado de 
sedación-relajación-analgesia del paciente (fig. 5, B,C,D,G).
Del mismo modo, el paciente que mantiene respiración es-
pontánea, pero precisa de un apoyo ventilatorio (VMNI) me-
diante sistemas de presión positiva tipo CPAP (del inglés Con-
tinuous Positive Airway Pressure) o BiPAP (del inglés Biphasic 
Positive Airway Pressure), debe estar monitorizado con oxime-
tría de pulso y capnografía, permitiendo controlar en todo mo-
mento el adecuado estado de la función pulmonar23,24.
No debemos olvidar que la monitorización capnográfica 
también debe emplearse durante la ventilación manual con 
mascarilla más bolsa autohinchable con reservorio, es decir, 
con dispositivos tipo Ambu®, para asegurar que la técnica de 
sellado de la mascarilla es correcta y no hay pérdidas de aire, 
al igual que el volumen empleado en cada embolada es el que 
precisa el paciente, evitando la hiperventilación, la hipoventila-
ción, e incluso en ocasiones la apnea accidental.
Control, progreso y pronóstico 
de la reanimación cardiopulmonar
Desde 2005, el European Resuscitation Council (ERC), en sus 
recomendaciones sobre reanimación cardiopulmonar (RCP), 
recomienda el empleo sistemático de la monitorización capno-
gráfica para verificar la adecuada colocación del TET25, a pesar 
de la posibilidad de falsos negativos secundarios a la baja per-
fusión existente.
En 2010, las guías internacionales5-8,26 en RCP la consideran 
como monitorización imprescindible para:
a) Confirmación de la correcta colocación del TET: a pesar de 
lo advertido por el ERC en sus Guías 200525, en los últimos 
estudios realizados27-29 se resalta la importancia del mante-
nimiento de un capnograma después de la intubación y a lo 
largo del tiempo, asegurando de esta forma y al 100% la no 
intubación esofágica del paciente.
b) Valoración de la calidad del masaje cardíaco: como se ha 
comprobado en estudios previos, el masaje cardíaco óptimo 
no logra alcanzar un gasto cardíaco (GC) superior al 30%30, 
por ello se suelen observar valores relativamente bajos de 
EtCO2 durante las maniobras de RCP. En 2009, Díaz Díez-Pica-
zo et al28 confirmaron que pueden presentarse fluctuaciones 
de hasta 10 mmHg a lo largo de una RCP, debidas a la inefica-
cia de las compresiones torácicas, bien por desconocimien-
to de la técnica, bien por cansancio del propio rescatador, y 
en la mayoría de las ocasiones se recuperan los niveles de 
EtCO2 previos con una sencilla corrección o un simple cam-
bio de reanimador. 
c) Indicador temprano de la recuperación de la circulación es-
pontánea o ROSC (del inglés Return Of Spontaneous Circu-
lation): la detección de una elevación capnométrica mante-
nida por encima de los 20 mmHg podría ser un indicador 
de la recuperación de la circulación11,28,31-34, incluso previa a 
la aparición de un registro electrocardiográfico acompañado 
de pulso carotídeo. 
d) Pronóstico de la reanimación: aunque al inicio de las manio-
bras los valores capnométricos sean muy aproximados en 
la mayoría de las PCR28, en diferentes estudios28,35 se indica 
que valores de EtCO2 mantenidos durante los 30 minutos ini-
ciales de RCP por debajo de los 20 mmHg, pronostican un 
resultado infausto.
A pesar de los resultados expuestos, es necesario actuar 
con cautela y continuar investigando acerca del empleo de la 
monitorización capnográfica en la PCR, con el fin de conseguir 
una mayor fiabilidad clínica. 
Monitorización diagnóstica y terapéutica 
del asma y la enfermedad pulmonar 
obstructiva crónica reagudizada
Sin lugar a dudas, por el momento es la aplicación más rele-
vante de la capnografía en pacientes con respiración espon-
tánea36-39.
Durante una crisis de broncoespasmo, se puede observar 
que la meseta alveolar o Fase III (fig.2) comienza a convertirse 
en una pendiente cuyo ángulo de inclinación será directamente 
proporcional a la gravedad del cuadro clínico (fig. 5, H). Esto se 
debe al enlentecimiento en lasalida del aire desde las zonas 
broncoespásticas.
Gracias al estudio de las tendencias capnométricas/capno-
gráficas, se puede valorar en tiempo real los cambios ventilato-
rios que presenta el paciente durante la asistencia médica, es 
decir, confirmar la eficacia o no del tratamiento pautado.
En consecuencia, al inicio del broncoespasmo (crisis leve), 
el paciente mantendrá una taquipnea compensadora que pro-
vocará una hiperventilación y, por tanto, niveles bajos de EtCO2. 
Pero si la obstrucción no se resuelve, la taquipnea se manten-
drá durante una segunda fase (crisis moderada), mientras el 
EtCO2 comienza a subir, para finalmente desembocar en una 
tercera fase (crisis grave), en la que la taquipnea posiblemente 
haya desaparecido para dar paso a una bradipnea por agota-
miento, lo que unido al cuadro de broncoespasmo grave provo-
ca una hipoventilación y una elevación desmesurada del EtCO2. 
Finalmente, si el tratamiento no ha llegado a tiempo o no ha 
Luis Barrado Muñoz, Santiago Barroso Matilla, Gregorio Patón Morales y Jorge Sánchez Carro
22 Zona TES • Número 1-2013
resultado eficaz, los valores de EtCO2 caerán progresivamente 
hasta llegar incluso a límites normales o más bajos inclusive, 
debido simplemente a la respiración superficial (tipo gasping), 
por extremo agotamiento que pronostica una parada respira-
toria inminente.
Monitorización de las alteraciones del patrón 
respiratorio
Cuando se emplea de forma concomitante con la oximetría de 
pulso, la capnografía nos permite valorar de forma continua la 
función y el patrón respiratorio del paciente (fig. 3), con lo que 
resulta extremadamente útil para descubrir cuadros de hipo-
ventilación, por ejemplo, secundarios a procesos seudoanalgé-
sicos mal controlados o a intoxicaciones por alcohol, drogas, 
fármacos, etc. (fig. 5, F), lo cual orienta al especialista en el tra-
tamiento médico que debe emplear38,39,41.
Monitorización complementaria en estados 
de baja perfusión
Recordando lo descrito anteriormente, uno de los factores que 
puede alterar los niveles de EtCO2 es el estado hemodinámico; 
así pues, si empleamos la capnometría conjuntamente con la 
monitorización de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, 
observaremos un descenso brusco de los valores registrados 
en casos de hipovolemias súbitas (rotura de aneurisma, rotura 
esplénica, etc.) o tromboembolia pulmonar.
Estados metabólicos alterados
La capnografía permite valorar la respuesta al tratamiento de 
la hipotermia, tanto accidental, como terapéutica, detectar de 
forma temprana acidosis metabólicas en pacientes con gas-
troenteritis aguda42,43, fundamentalmente en niños, así como 
cuadros de deshidratación y cetoacidosis diabética43.
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