¿Cuáles son las cosas más deprimentes de la exploración espacial?

Éste es Kepler-186f, el primer planeta con un radio similar al de la Tierra en ser descubierto en la zona habitable de otra estrella.

Sea como sea, Kepler-186f está a más de 550 años luz de la Tierra, siendo un año luz igual a alrededor de 5.9 billones de millas. En otras palabras, el Kepler-186f que estamos observando desde la Tierra es la apariencia que el planeta tenía hace 550 años.

El descubrimiento de Kepler-186f demuestra que hay más planetas como la Tierra en zonas habitables. Pero estando a 550 años luz de distancia, Kepler-186f está demasiado lejos para que un telescopio actual o alguno de los que se están desarrollando determine más detalles sobre el planeta (lo cual implica que la imagen de arriba es tan solo una representación artística).

Información más específica sobre la habitabilidad del planeta está aún sin ser descubierta, y basándonos en nuestra tecnología actual, no podemos esperar de manera realista ningún avance en el futuro previsible.

De niño, mientras me maravillaba con las increíbles observaciones de los tantos científicos de nuestra historia y la grandeza de las mentes humanas, también me apabullaba lo insignificante e intrascendente que las vidas humanas eran a gran escala. El sol en el cielo, cerca de un millón de veces más grande que el planeta en el que vivimos, es tan solo una de las 300 mil millones de estrellas que hay el la Vía Láctea, la cual es tan solo una en billones de galaxias en el universo.

Con las tantas preguntas -cómo empezó la vida en la Tierra, cómo funciona la mente y cuál es la naturaleza del tiempo y la conciencia- que filósofos y científicos han estado lidiando por miles de años, el universo es tan inherente y profundamente complejo que siempre parece eludir la comprensión humana. Tal vez el universo existe de una manera que tan compleja que nunca será comprendido completamente por nosotros, o no le estamos dedicando el esfuerzo que debería.