¿Tiene cura la depresión?

HOLA =+= La depresión es una tragedia que puede afectar a cualquiera… y en cualquier momento. Siempre está al asecho, puede secuestrar a una persona de su familia, amigos, de su vida diaria y ocupaciones. Característicamente se manifiesta, a veces tímidamente, solo con algo de ansiedad, sueño irregular, con inapetencia o no, pero si una pérdida del interés general, luego llega la ausencia de realización en las diferentes actividades, que muchas veces se comienzan a ejecutar obligadamente, lo que hace mucho daño. La depresión a todos nos visita siempre, por variadas causales no prende siempre alarmas, llega y se va sin dejar rastros. Pero en algunas personas, predispuestas o no, sus vidas sufren un cambio y comienzan a transitar por un camino doloroso.

Hay una disposición natural en las personas a dar vuelta la página y comenzar otra vez, en lo que se fracasó, sanar la herida. En algunas personas que carecen de apoyo, que arrastran herencias genéticas o descuido, con señales en el tiempo, a veces no se recuperan y permanecen bajo el influjo de la depresión y sin quererlo entran en un tren que los lleva a un largo viaje por el dolor interno que no sangra y no se ve, solo se siente… La presencia de otras enfermedades tales como principios de Alzheimer, cáncer, diabetes, afecciones al corazón, desórdenes hormonales, mal de Parkinson o haber sufrido algún tipo de trombosis cerebral o cardiaca, algún tipo de ACV, ansiedad y trastornos de la alimentación, hacen permeables a las personas a una Depresión.

Muchas veces, en nuestras vidas, hemos sentido una inmensa tristeza, por una decepción amorosa o ser testigos de algo que le ocurre a otro ser humano, desconocido o querido, situación de la llegamos a hacernos parte, sufriendo intensamente por un tiempo dado, pero finito.

Cuando esta tristeza o actitud depresiva no se asocia a una causal conocida y no es controlable, el paciente está en peligro. Como se dijo, los momentos de sentir tristeza son normales cuando hay motivos, pero permanecer deprimido sin poder recuperar el control como para ver, sentir que hay muchas cosas buenas en la vida, sentir un peso que va afectando progresivamente la conformidad, es posible que se esté cayendo en un cuadro que los entendidos llaman una Depresión Clínica.

Se define la depresión clínica, como una angustia sin causa aparente, un estado de ánimo triste, una melancolía permanente. Es un sentimiento que hace caer en auto descalificación, la persona se siente inútil, con la esperanza de tiempos mejores perdida, sin remedio, solo un dolor profundo que no se atina a socorrer. Es la pérdida del placer en la vida diaria, cada acción de la existencia provoca malestares y tensiones, afecta las relaciones personales en todos los casos, impide la concentración, arruina toda percepción positiva. Las malas relaciones personales y de trabajo, multiplican las malas condiciones de salud mental existentes, en los casos graves y cuando no se pide ayuda efectiva, cuando el sentir es callado dado que la persona siente que nadie ni nada puede ayudarla o peor, a nadie le importa, se puede caer en lo más fácil y corto para aliviar el dolor profundo que no abandona, ni de noche ni de día, el suicidio.

Vivir inmerso en esa nube oscura, sin poder ver nunca un amanecer interior que tenga el cielo azul, sentir que el sol no le alimenta, desfallecer ante el dolor que lo retuerce interiormente, sin poder explicarse por qué no puede dejar de sufrir. Sentir así es estar en el más grande de los ataque de depresión Clínica.

La depresión es una enfermedad que tiene cura. Cuesta mucho más la recuperación cuando se cae en el vicio de autocompasión y el paciente se encierra en su dolor. Cuando se pierde el control de su vida, tiene insomnio y en los pocos momentos en que logra dormir bajo el influjo de un hipnótico somnífero, se despierta cansado, abrumado, sintiéndose ansioso, triste e irritable, insufrible para con los allegados que no entienden su conducta. Muchas veces rechaza las preguntas y no ve el cariño y preocupación de los que lo aman.

La depresión, de cualquier tipo, puede afectar a cualquier persona, no importa su nivel económico ni su edad, porque las enfermedades mentales no distinguen, pueden afectar a cualquier persona, en cualquier sociedad, de cualquier raza, no discrimina entre ancianos o niños.

Múltiples y muy variadas son las razones que pueden llevar a caer en un estado depresivo. Lo pueden producir un trauma físico por accidente o por experimentar un acontecimiento emotivo que afecte sobre manera, la pérdida de un familiar o ser querido, la pérdida de un algo material fundamental e importante para la seguridad y el sustento o cuando se pierde en una relación amorosa única y fundamental, algo que el paciente siente es lo más importante en su vida. Sin embargo, hay gente que puede llegar a sentirse deprimida sin ninguna advertencia previa.

Aunque las razones no son claras, las mujeres sufren más de depresión que los hombres. Se cree que es por diferencias genéticas y hormonales, el que superen en esto de la depresión a los varones. La herencia genética da muchas posibilidades de adquirirla, no es una condición sine qua non y puede ocurrirle a personas que no tengan parientes que hayan tenido en algún momento de sus vidas depresión. El sentir culpa de alguna acción cometida, que el presente repudia, puede causarla, a veces se contrae o se despierta con el uso de ciertas medicinas auto recetadas. El uso indiscriminado de algunas drogas duras y su abstinencia la provocan, recurrentemente en personas propensas.

Muchas veces, las dificultades de la existencia despiertan demonios ocultos. Un mal divorcio, el llegar a la etapa que por edad se debe asumir la jubilación con una pensión que no le alcanzara para sus gastos, una enfermedad grave que le limite la movilidad, la muerte repentina e inesperada de un hijo o un ser querido, la pérdida del trabajo que daba el sustento para la familia en épocas de crisis, como la causada por esta Pandemia, el caer en la pobreza por malas decisiones, el sufrir de un robo, una acción que lleve a enfrentar cargos legales. Cuando se pasa mucho tiempo lamentándose por ello y no se atina a buscar soluciones, cuando se rinde la persona se convierte en candidato a entrar en el torbellino de una depresión, Clínica, de Mayor o Menor cuantía.

No se debe caer en el error de sentir verguenza por estar en esta condición débil. Pedir ayuda es lo indicado, lo lógico cuando el paciente se da cuenta que no se siente a gusto con su existencia, es mejor que buscar consuelo en las drogas o el alcohol, siempre será más indicado ventilar el interior con la persona adecuada que brinde confianza, exponer la dolencia y sufrimiento, hablando con ese alguien que esté disponible para escuchar. Permanecer auto medicándose con pastillas es agravar el problema y entonces el dolor, despertando más demonios…

Las depresiones deben ser tratadas por profesionales o un conjunto de ellos. La forma más común es suministrando medicamentos apropiados, psicoterapia, o una combinación de ambos. La elección del tratamiento dependerá de cuan tardíamente se recurre por ayuda y entonces lo complicado de los síntomas y lo avanzado de la enfermedad, que se agravo con el tiempo y se enraizaron en el sentir martirizado. Es una enfermedad muy tratable hoy en día, tiene el 90 y mas % de seguridad que una persona que recurra por ayuda profesional mejorara de sus síntomas y con un adecuado darse cuenta, lograra volver a una vida interesada y adecuada, sintiendo otra vez que el sol calienta su cuerpo y lo nutre de ánimos y fuerzas para enfrentar las normales dificultades que a todos nos abordan todos los días y todas las noches.

Dejar atrás el auto calificarse como persona débil o sin carácter. Uno de los mayores errores es pensar que los síntomas de la depresión desaparecerán con el tiempo, por sí solos. No es lo mismo afectarse momentáneamente por algún contratiempo que sentir que el mundo se está cayendo y le aplasta.

Los medicamentos normales y comunes para el tratamiento de la depresión son los antidepresivos que restablecen el equilibrio químico normal de las partes del cerebro que tienen que ver con las emociones. No se debe temer que los medicamentos recetados por un profesional crearan hábito, tampoco van a cambian la personalidad, solo son ayudantes para tener un mejor estado de ánimo, que van a mejorar los patrones de apetito y sueño, por fin viene el descansar y sentir que la vida vuelve a llenarse de esperanzas, que la mejoría viene en camino.

Si se siente con síntomas o se refleja en lo descrito, pida ayuda, nunca es tarde, siempre será mejor sacar la astilla que genera el dolor que esperar que lo infecte todo…

Gracias por leerme, yo tambien quisiera leer sus comentarios…