¿Quiénes eran los guerreros individuales más temidos de las épocas anteriores a las armas de fuego?

En 1515 comenzó una gran rebelión en la región germánica de Frisia, contra el dominio de los Habsburgo. El líder de esta rebelión era un hombre llamado Pier Gerlofs Donia. Era un guerrero de casi dos metros y medio, que portaba una enorme espada, vestido con una armadura y con una fuerza aterradora. Básicamente, La Montaña de Game of Thrones en la vida real.

Un hombre que lo conoció describió a Donia así:

"Una torre de persona, tan fuerte como un buey, de complexión oscura, hombros anchos, con una larga barba y bigote negros, ojos aterradores tan oscuros como el carbón. Un humorista natural y rudo, que por circunstancias desafortunadas se transformó en un horrible bruto".

Este no parece el tipo de hombre con el que te gustaría meterte, ¿verdad? Sin embargo, en 1515, una banda de mercenarios de los Habsburgo fue al pueblo de Donia, y asaltaron toda su granja, matando y violando a su joven esposa y asesinando a muchos de sus sirvientes. Sus hijos se salvaron por los pelos. El gigantesco noble tuvo a partir de ese momento una gran sed de venganza.

Varios mercenarios de los Habsburgo fueron a buscarlo después de que le hubiera tendido una emboscada a un regimiento con sus camaradas. Lo encontraron cuando estaba solo en un campo, encorvado sobre un arado. Le pidieron que identificara la casa de Donia. Estaba encorvado, pero se levantó en toda su altura, señalando con el arado su casa incendiada, sosteniéndolo con una mano.

"¡Allí vive!", dijo, "¡y aquí está!".

Luego de lo cual golpeó a los cinco soldados hasta la muerte con su arado. Los frisones llegaron a llamar al campo en cuestión "fivefal" (five, cinco, fall, caida), ya que ese día cayeron cinco hombres.

Donia reunió entonces a su alrededor un ejército cada vez más numeroso de campesinos enfadados, nobles que habían visto días mejores, y piratas. Durante cinco años, de 1515 a 1520, se le hizo la guerra a los Habsburgo, una pequeña fuerza de rebeldes frisones contra las fuerzas germánicas, numéricamente superiores.

Según la leyenda, Donia era un hombre tan fuerte que podía doblar monedas con sus dedos, y decapitar a varios de un solo golpe.

El hombre era un bruto exagerado, una máquina de matar demente. En los cinco años que pasó luchando, en tierra y en mar, sufrió innumerables heridas y lesiones, y llegó a matar personalmente a cientos de enemigos. Al final, sus heridas le pasaron factura.

Donia mató, asesinó y saqueó, y no fue derrotado en batalla ni una sola vez. En 1520, abandonó voluntariamente las armas, decepcionado de sus aliados y habiendo colmado su sed de venganza... murió ese mismo año en su casa de Sneek, por causas naturales.

Uno de los guerreros más temibles que alguna vez pisaron la tierra.