¿Por qué muchos europeos ya no sueñan con el continente americano tal y como lo hacían en siglos pasados y recientes?

Porque esto:

en realidad resultó ser esto:

Recuerdo que cuando era niña, en Kekkoslovakia, veía las series de televisión americanas, como "Días felices" y "Dallas". Mis abuelos vivieron en los Estados Unidos durante los años de entreguerras (mi padre nació en los Estados Unidos) y me contaban mucho de la vida en los Estados Unidos también; estaba segura de que algún día yo también emigraría.

Además, tenía una leve sospecha e intriga de cómo sería. Vivía en esa pequeña basura industrial de región, y aunque nos bombardeaban con propaganda pro-soviética, sabíamos que todo era mentira. Así que la intriga me carcomía por dentro: ¿también es mentira lo de Estados Unidos?

Resultó que no era una mentira, sino algo mucho más contundente: una verdad a medias. Resultó que el sueño americano también tenía su reverso. La pobreza. La indiferencia. Gobierno hostil. Fanatismo. Locuras religiosas. Racismo. Pesos y medidas incomprensibles e incompatibles. Derroche y despilfarro. Consumo conspicuo. Problemas mentales. Increíblemente mala educación general y bajo nivel de conocimiento de las cosas fuera de Estados Unidos. Violencia omnipresente. Locura por las armas. Sistema judicial arbitrario e inhumano, incluida la pena capital. Así lo veía.

Luego, llegó la Unión Europea. Para nosotros, los finlandeses, ocurrió en 1992. Las fronteras se abrieron y ahora viajar era más fácil y barato que antes. Y entonces apareció el euro. De repente, teníamos mercados comunes con dinero común. Empecé a viajar mucho al extranjero y a ver el mundo exterior. Hice contactos en toda la UE. Mi nivel de vida también se disparó con respecto a lo que había sido en Kekkoslovakia. Entonces, pensé que Europa puede no ser un paraíso perfecto, pero tampoco es un infierno, sobre todo si no tienes suerte. Y sí, aún hoy siguen emitiendo esas series y películas americanas en la televisión finlandesa.

El sueño americano estaba aquí, en casa, y yo ya lo había alcanzado, así que… ¿por qué molestarse en emigrar?