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Edad Media: ¿Cómo era Europa bajo el dominio de los mongoles?

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Materiales de Estudio

Bien es sabido que el Imperio Mongol fue uno de los más grandes de la historia. Algunos incluso lo ponen en lo más alto de la lista, aunque también hay que decir, que al igual que el imperio de Alejandro Magno, este apenas sobrevivió a la muerte de su fundador.

En realidad, ambas campañas fueron invasiones, más que conquistas, y ninguna logró la homogeneización cultural de los pueblos derrotados. No obstante, los mongoles llegaron lejos, muy lejos, tocando a las puertas de Europa desde sus estepas en Asia Central y entrando en el continente sin permiso, quedándose por unos años, hasta que por alguna razón, y sin haber logrado la conquista final, se marcharon por donde vinieron.

Batalla del río Kalka 1243: ataque de la caballería pesada mongola bajo el mando de Subotai. Autor Wayne Reynolds

Eurasia fue el sector territorial que experimentó la más fuerte convulsión en la primera mitad del siglo XIII.

Los pueblos mongoles, unidos por Gengis Kan, se lanzaron a la conquista desde China a Europa. Magníficos jinetes y disciplinados guerreros, impusieron despiadadamente la ley del terror cuando así les convino. Su terrible comportamiento, digno de los diablos, mereció que en Europa se les conociera como tártaros que habían irrumpido con violencia desde el Infierno o la Tartaria.

Guerra civil entre mongoles de la Horda de Oro junto con la peste negra contribuyeron a la desaparición de la Horda

A la muerte de Gengis Kan en el 1227 la responsabilidad de los distanciados dominios mongoles se dividió entre los miembros de su familia bajo la suprema dirección de su tercer hijo Ogodei. A uno de los nietos de aquél, Batu, le correspondió el territorio cercano a Europa finalmente.

Entre 1237 y 1240 los mongoles bajo su dirección emprendieron la dominación de los principados rusos. No consiguieron subyugar la poderosa Novgorod, pero sí Kiev desde sus bases del Cáucaso cercanas a Georgia.

Ataque del príncipe Vladimir Andreyebich de Volhinia con la reserva. Autor Pavel Ryzhenko

Pronto se concibió avanzar más hacia el Oeste y los mongoles llegaron a movilizar, según ciertos autores, una notable fuerza de 50.000 tártaros, 20.000 de sus súbditos y un número indeterminado de especialistas chinos y persas en las artes de la guerra. Batu, bien secundado por el hábil comandante Subotai, los organizó en siete divisiones de unos 10.000 soldados cada una.

Batalla del rio Kalka 1223. Secuelas de la batalla. Mstislav de Kiev capturado al fondo los mongoles comiendo sobre una pila de cuerpos rusos. Autor Pavel Ryzhenko

El primer objetivo de semejante avalancha fue el reino de Hungría, cuyo monarca Bela IV rehusó someterse a la autoridad del Gran Kan. Entonces Batu dividió sus tropas formando una tenaza. Mientras la cuarta parte de sus fuerzas se desplegó por las estepas meridionales rusas para alcanzar a los húngaros, él con el resto atacó Valaquia y penetró por la cuenca del Danubio hasta alcanzar Pest.

Asedio mongol de Riazan 1237. Museo del Kermlin

Así, el rey de Hungría convocó a sus nobles al combate y acogió a los guerreros cumanos para que le auxiliaran contra los mongoles, ya que conocían el modo de luchar de las estepas. Acusados maliciosamente de favorecer la irrupción mongola, los envidiosos nobles húngaros promovieron su matanza, lo que debilitó fatalmente la resistencia del reino.

El yerno de Bela IV, el gobernador de Cracovia, se opuso decididamente a los invasores, pero cometió la imprudencia de aventurarse demasiado lejos de su fortaleza y cayó en la trampa de los mongoles, que fingieron una huida hasta agotar y rodear a sus tropas para aniquilarlas. Una añagaza que volverían a repetir con éxito otras veces.

The Mongol invasion in Hungary in Chronica Hungarorum by Johannes de Thurocz

Tras aquel triunfo los mongoles avanzaron hasta Breslau, hacia donde se dirigió Enrique de Silesia al frente de tropas de señores del Sacro Imperio y de los Caballeros Teutónicos.

La Orden del Temple se enfrenta a los mongoles en la Batalla de Liegnitz, en 1241

El rey de Bohemia tenía que sumarse a su hueste, pero Enrique no aguardó y presentó batalla en Liegnitz. El 9 de abril de 1241 su impetuosa caballería fue cercada por las tenazas de los mongoles, ocultas tras verdaderas cortinas de humo, y destrozada por el contragolpe enemigo.

Los mongoles en Liegnitz muestran la cabeza de Enrique II de Silesia en la punta de una lanza. Manuscrito de Freytag en Hedwig, 1451. Biblioteca de la Universidad de Wroclaw, Inv. no. IV F 192, fol. 6

Paralelamente Buda cayó a causa de las maniobras envolventes mongolas.

Una vez derrotado el ejército de Transilvania, Batu venció no sin dificultades el 11 de abril de 1241 en Mohi.

Los invasores atacaron los dominios húngaros y su familia real buscó asistencia en Austria. Sin embargo, la muerte de Ogodei en 1242 determinó la retirada de Batu y sus fuerzas para participar en la elección del nuevo kan.

Con frecuencia se ha sostenido que semejante azar salvó a Europa de la dominación mongola, pues Batu envió cartas a sus reyes intimándoles a la obediencia.

Sin negar las capacidades de los mongoles, hemos de reconocer que sus victorias se lograron en terreno abierto, fruto en parte de la precipitación de sus oponentes.

Jamás sabremos que hubiera sucedido si se las hubieran tenido que ver con las redes de castillos y ciudades fortificadas de Europa Central, custodiadas por prudentes defensores.

En Mohi ya acusaron importantes pérdidas numéricas. Consciente de estas lecciones, el rey Bela IV se preparó para una segunda invasión, que finalmente no tuvo lugar, construyendo numerosas fortalezas.

Lo cierto es que los mongoles demostraron en aquel año de 1241 su temple guerrero a conciencia.

Había sido Temujin, hijo de un guerrero tribal, quien logró la unificación de las tribus mongolas a finales del siglo XII. Conocido más tarde como Gengis Khan, el más célebre de sus paisanos.

Este hábil político venció a todos sus vecinos al norte, sur, este y oeste, llevando sus fronteras desde el Mar de China hasta el Golfo Pérsico, y desde Siberia hasta la India. Venció a los chinos, a los tártaros y a muchos pueblos más e impuso sus leyes, bajo la fuerza de la espada.

Gengis Khan, fue conocido también por el gran número de mujeres que convirtió en esposas, o al menos en madres de sus hijos, y se calcula que unos 200 millones de seres en Asia son sus descendientes directos.

Pero fuera de sus labores vegetativas, no cabe duda que el Khan fue un capaz y ambicioso líder y que conquistó amplios territorios.

Sólo la muerte le detuvo en 1227, a la edad de 65 años, y dejó su imperio en manos de su hijo Ogedei Khan. Sería este quien después del deceso de su padre expandió aún más el territorio conquistando el noroeste de China en 1234, y avanzó sobre los rusos hasta conquistar Moscú, en 1238 y Kiev en 1240.

Ogodei luego dio permiso a sus hijos de avanzar hasta “el Gran Mar” (el Atlántico), y así lo intentaron, derrotando ~como hemos visto~ a ejércitos superiores en número en Polonia y Hungría, y llegando a cruzar el Danubio, a las puertas de Viena en 1241.

El príncipe Miguel de Chernigov fue pasado entre los incendios de acuerdo con la antigua tradición turco-mongol. Batu Khan le ordenó que se postrara ante las tabletas de Genghis Khan. Los mongoles lo mataron a puñaladas por su negativa a postrarse ante el santuario del Gran Khan.

Sin embargo ~como ya lo expresé~ por alguna razón que durante siglos ha sido un misterio, los mongoles dieron la vuelta y se retiraron.

Uno de los hechos que muchos han considerado como una posible explicación de la retirada fue que Ogedei murió repentinamente en diciembre de 1241, y que los líderes tribales decidieron llamar a los ejércitos mientras elegían a un nuevo Khan.

Entierro de los muertos. Autor Pavel Ryzhenko

Esa es la explicación más clásica, pero ahora hay otra, y tiene mucho mayor sentido.

Un estudio, realizado por el suizo Ulf Büntgen, investigador del Instituto Federal de Investigación en su país, y el italiano Nicola di Cosmo, del Instituto de Estudios Avanzados en la Facultad de Historia de la Universidad de Princeton, fue publicado en la web de la revista «Nature».

En ese trabajo, los científicos avanzan la hipótesis de que fue un cambio climático profundo en un corto espacio de tiempo, el que obligó a los mongoles a retirarse. Büntgen y di Cosmo realizaron una amplia encuesta de fuentes biológicas en Europa y Asia durante la época, especialmente árboles, por la eficaz y certera medición del tiempo que se puede hacer con sus anillos.

El resultado de la investigación reveló que los veranos de 1238 a 1241, precisamente los de la entrada de los mongoles en Europa, fueron secos y cálidos, lo que permitió buenas cosechas Ogedei Khanpara alimentar a soldados y caballos, y caminos secos para el avance.

No obstante, ya para el invierno de 1241-42 las condiciones parecían estar cambiando, con una estación especialmente húmeda y fría.

Fue incluso gracias al frío que los mongoles pudieron cruzar el congelado Danubio, pero cuando se adentraron en lo que ahora es Austria y Croacia ya era primavera, y el deshielo convirtió a las estepas en ciénagas donde los caballos apenas podían moverse.

Arqueros mongoles en el Compendio de Crónicas de Rashiduldin Hamadani, año 1305

Peor aún fue el resultado en el verano del 42, cuando las intensas lluvias terminaron por pudrir las cosechas. Recordemos que los mongoles avanzaban con más de 100,000 hombres y bestias. Tanto humanos como equinos vivían del forraje local, porque los caballos obviamente se alimentaban de hierbas, mientras que los guerreros de carne y leche de yegua.

Por si fuera poco, el clima tan húmedo también afectó a los movimientos tácticos de los ejércitos mongoles, acostumbrados a terrenos secos y duros.

Los caballos no podían avanzar a la velocidad acostumbrada en los pantanos, y su utilidad se redujo considerablemente, llegando a ser más una carga que una ventaja.

De esa forma, los generales mongoles se dieron cuenta de que en esas condiciones estaban en desventaja, y que no sería tan fácil conquistar las fortificadas ciudades europeas que los amplios imperios asiáticos, donde la caballería hacía estragos.

Es muy probable que por ello tomaran la decisión de retirarse hacia el sur, a tierras más cálidas y secas.

Como suele suceder en estos casos, es posible que la decisión se debiera a varios factores. Probablemente la muerte de Ogodei hubiese sido una buena excusa para volver a casa. Eran ya muchos años de campaña, y tanto soldados como el ganado se cansan.

Sería ~tal vez~ que los ejércitos europeos, más experimentados por las constantes guerras y con sus ciudades fortificadas, fueran un enemigo mucho más temible para los mongoles, que se habían acostumbrado a ganar batallas gracias a sus tácticas de caballería en campo abierto. Me parece improbable…

Pero sospecho que las conclusiones de Büntgen y di Cosmo tienen mucho sentido, y sin duda bien podrían ser la clave en la retirada mongola.

Que los mongoles no hayan conquistado Europa para permanecer en ella es uno de los eventos más importantes de la historia, tan importante como conocer sus razones para marcharse tranquilamente, sin haber sido jamás derrotados.

El continente se salvó del avance tártaro (nombre genérico que recibían en Europa los pueblos invasores de origen asiático) no porque fuera más poderoso que otras regiones engullidas o porque estuviera más unido, sino porque las periódicas guerras de sucesión en Mongolia paralizaron una conquista que parecía inevitable.

A los guerreros mongoles que se asentaron en las estepas rusas ahora se los conoce como Tártaros del Volga. Son los más ricos y más industrialmente avanzados de los grupos tártaros. Casi un millón más de tártaros viven en Kazajstán y Asia Central, mientras que los tártaros de Siberia, que suman unos 100.000 viven dispersos en el oeste de Siberia.

De todas formas hubiera sido una dulce ocupación para los Europeos, ya que los mongoles se destacaban por su amplia libertad de cultos, con lo que se descartaban las persecuciones religiosas y facilitaba el reclutamiento de todo tipo de pueblos dominados en las filas tártaras, en tanto y en cuanto se sometieran y postrasen ante el delegado de Khan.

Los Tártaros de Crimea

A los únicos que el emperador mongol no toleraba era a los musulmanes. El conquistador Genghis Khan consideraba una «tontería» peregrinar a la Meca y criticaba la intolerancia de los musulmanes de su imperio:

«Podéis amar cuánto queráis, pero os prohíbo matar mientras yo no os lo ordene. En mi reino, cada cual puede adorar al dios que prefiera; tan solo está obligado a observar las leyes dictadas por mí».

FUENTES:

  1. Büntgen U, Di Cosmo N (2016) Climatic and environmental aspects of the Mongol withdrawal from Hungary in 1242 CE. Nature Scientific Reports 6: 25606 (doi: 10.1038/srep25606)
  2. Nicola Di Cosmo
  3. ¿Por qué los mongoles no pudieron conquistar Europa? - Ciencia Histórica
  4. Las razones por las que los crueles guerreros mongoles no arrasaron Europa tras llegar a las puertas de Viena
  5. Climate of doubt: A re-evaluation of Büntgen and Di Cosmo’s environmental hypothesis for the Mongol withdrawal from Hungary, 1242 CE - Semantic Scholar
  6. Cuando los mongoles irrumpieron en las Cruzadas y sufrieron su primera derrota en la Historia
  7. Así fue la guerra de exterminio que los mongoles llevaron a cabo contra el mundo islámico
  8. Los tártaros, chivo expiatorio del imperialismo ruso
  9. Chambers, James: "The Devil's Horsemen: The Mongol Invasion of Europe". Castle, 2003. ISBN-13: 978-0785815679
  10. Curtin, Jeremiah: "The Mongols, Their Religion and Their Myths". CreateSpace Independent Publishing Platform, 2012. ISBN-13: 978-1475257618
  11. Halperin, Charles: "Russia and the Golden Horde: The Mongol Impact on Medieval Russian History". Indiana University Press; Reprint Edition, 1987. ISBN-13: 978-0253204455
  12. Jackson, Peter: "The Mongols and the Islamic World: From Conquest to Conversion". Yale University Press; 1st Edition, 2017. ISBN-13: 978-0300125337
  13. Jackson, Peter: "The Mongols and the West: 1221-1410". Routledge; 1st Edition, 2005. ISBN-13: 978-0582368965
  14. Kennedy, Alexander: "Genghis Khan: The Flail of God". ISBN: 1535252529
  15. Klein, Michael: "Fear Thy Name: How Genghis Khan's Brutality Created one of History's Largest empires". ISBN: 1535215747
  16. Weatherford, Jack: "Genghis Khan and the Making of the Modern World". Unabridged, 2014. ISBN-13: 978-1491513705
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Letícia Araújo

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