¿Por qué a Einstein no le gustaba la mecánica cuántica?

En mi opinión el motivo se podría resumir en una palabra: platonismo.

Me explico, para Platón lo real es real en la medida en que sea racional y comprensible.

No en vano había colocado a la entrada de su Academia la leyenda: "Que no entre aquí nadie que no sepa geometría", es decir, matemática, como máximo símbolo del pensamiento racional.

El problema es que, desde la perspectiva epistemológica actual, la matemática no es una ciencia. No lo es en la medida en que no hay nada en la realidad empírica que pueda refutar o probar un teorema.

Por ejemplo: los ángulos interiores de un triángulo suman lo mismo que dos rectos. Entonces, si trazamos con gran precisión un triángulo gigante y luego medimos sus ángulos para ver si se cumple este teorema ¿qué pasará? ¿Se cumplirá? Y en caso contrario ¿habremos refutado un teorema?

De ninguna manera, en todo caso, el resultado empírico nos hablará de la forma de nuestro espacio y no de la validez del teorema.

Ésa es la gran diferencia de la matemática con las ciencias físicas, en estas últimas, una teoría, por muy confirmada experimentalmente que haya sido, (como la ley de la gravedad de Newton), puede venirse abajo por una sola inconsistencia experimental (como sucedió con la pequeña desviación verificada en la órbita de Mercurio), dando lugar a su reemplazo por otra teoría.

Pero el conflicto entre lo que nos dice la realidad experimental (que a Platón lo tenía muy sin cuidado) y nuestras elaboraciones teórica, nunca había sido tan crítico como el derivado de la mecánica cuántica.

En este sentido podemos considerar a la mecánica cuántica como la teoría científica más antiplatónica de la historia. Y lo es porque se aceptan como reales fenómenos (como el del entrelazamiento cuántico) que no tienen (al parecer) una explicación racional. Eso es lo más antiplatónico que se pueda concebir, porque repito, para Platón algo era real sólo en la medida en que fuera racional.

En mi opinión ése era el motivo filosófico por el que Einstein nunca pudo aceptar la llamada interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica.

Recordemos que dicha interpretación le otorga un papel fundamental al azar, es decir, lo aleatorio pasa a constituir algo inherente a la naturaleza misma de las cosas y no una consecuencia de nuestra ignorancia acerca de hechos que estarían determinados de manera causalmente estricta.

Ésa era la objeción profunda de Einstein, eso fue lo que provocó, en mi opinión, que propusiera su teoría de las “variables ocultas”, definitivamente descartada a partir del teorema de Bell.

Einstein, él mismo nos lo dice en sus escritos de madurez, llegó a creer, como los antiguos, que el mundo estaba prefigurado en la razón, en especial, en la razón matemática y que las leyes físicas eran la realización de las ecuaciones más sencillas y bellas, lo que demuestra que, a su vejez, Einstein se decantó por un platonismo sin tapujos.

Como dato anecdótico quisiera agregar la opinión de Bertrand Russell cuando fue a visitar a Einstein y a Gödel al Instituto de Estudios Avanzados en Princeton. Comentaba que a pesar de que ambos eran mentes liberales, vilipendiados por el nazismo alemán, seguían fieles a una metafísica platónica enraizada en la cultura alemana de la época, al punto que Russell había rebautizado socarronamente al Instituto como "La Nueva Academia Platónica".