Si el 21% de oxígeno en el aire desaparece, ¿morirías?

Ni falta que hace.

He aquí una infografía que puede aclarar lo importante que es nuestro querido oxígeno:

La concentración actual de oxígeno en la atmósfera es de 21% más o menos y es lo que nos permite vivir sin problemas. La fluctuación de esta concentración no representa un problema, siempre que esté dentro de límites contenidos.

Sin embargo, cuando el porcentaje de oxígeno en la atmósfera cae por debajo del 18–19%, los humanos empezamos a pasar malos ratos. El término clínico se llama hipoxia[1] y la falta de oxígeno en los tejidos, que puede ocurrir en alta montaña, puede causar hasta necrosis.

Tampoco es bueno el exceso de oxígeno, por encima del 22–23% más o menos: siendo un fuerte oxidante, una atmósfera que lleve demasiado oxígeno puede causar hiperoxia[2] - un tipo de toxicidad[3] que conlleva problemas a los pulmones.

Claro, si todo ese 21% de oxígeno en la atmósfera desapareciera, moriríamos. Pero no hace falta llegar a esos extremos.

Desgraciadamente.

Imagen tomada de Obeki.

Notas al pie