¿En qué medida los derechos individuales suponen una limitación del poder de los Gobiernos?

Ya lo he explicado en una ocasión. Pero voy a intentar explicarlo otra vez.

En un estado democrático y no autoritario, el poder emana del pueblo. El pueblo elige a sus representantes en el parlamento y en el senado (en los estados en los que existe el senado, es decir, en las democracias bicamerales). El Parlamento, que es el poder legislativo, elije al Gobierno, que es el poder ejecutivo. Aparte de estos dos poderes existe el poder Judicial, que es independiente de los otros dos poderes y que se encarga de hacer cumplir las leyes. Todas las leyes que pueda aprobar el poder legislativo tienen que cumplir la ley de leyes, la Constitución.

Ningún Gobierno puede no ser elegido por el pueblo, sino no estaríamos en una democracia. Un estado democrático se caracteriza por elegir a sus gobernantes por mayoría de sus ciudadanos en unas elecciones democráticas.

Pero ninguna mayoría por muy mayoritaria que sea puede ir en contra de la ley. Tiene que estar sometida a la ley. Y una característica fundamental de toda democracia es el respeto, protección y defensa de los derechos de las minorías, sino caeríamos en una contradicción, que sería la dictadura de la mayoría.

Como un estado democrático debe garantizar el derecho de las minorías, y la menor minoría posible es un individuo concreto, tiene que garantizar la defensa y protección de todos y cada uno de sus individuos, de cada ciudadano en concreto. Si esto no fuera así, una mayoría de personas podría decidir linchar a un individuo.

Y, para terminar, siempre pregunto: ¿Tú crees que sería justo que la mayoría de nosotros decidiéramos ahorcarte a ti? Ya lo hiciéramos directamente o a través del Gobierno que hemos elegido por mayoría democrática. Y esto no sólo se aplica al derecho a la vida, sino a todos los demás derechos: inviolabilidad del domicilio, libertad de residencia, libertad de movilidad, derecho a la educación, a la sanidad, etc, etc, etc.