¿Volverá Chile a ocupar el lugar que se merece entre las naciones del mundo gracias a la nueva constitución?

No. La Constitución no nos va a ganar más respeto entre las demás naciones: todos los países han escrito la suya, y varias tienen más que enseñar a Chile, que al revés.

Las constituciones de EE.UU. y Alemania son más antiguas. La de Alemania no menciona nada de Salud pública ni Pensiones ni Educación. La de EE.UU. tiene 1/4 del texto de la actual chilena. Ninguno de estos países necesita aplaudirnos en este sentido: en su historia han sido más estables y desarrollados que este país.

La Constitución a lo más va a ser moderada, sin cambios revolucionarios, y va a seguir siendo un engranaje menor en el desarrollo del país, tal como las anteriores.

El respeto no se gana con "textos", sea la Constitución, el Himno nacional o leyes. Para ser respetados hay que hacer aportes a la Ciencia o cultura universal, ser una sociedad civilizada, ser referentes de cultura cívica, etc.

Renta promedio del país desde la Independencia. Las 3 últimas constituciones (1833, 1925 y 1980) no influyeron mucho en el crecimiento. Por el contrario, las 2 últimas fueron seguidas de grandes crisis por la Gran Depresión de 1929 y la Recesión de 1982.

Tipo de cambio y precios internacionales del cobre. En 2005 se hizo una reforma mayor a la Constitución de 1980 (que algunos incluso llaman la "Constitución Lagos"), seguida de otra en 2015, pero el efecto fue invisible comparado con la influencia del mercado del cobre. Para un país orientado al comercio exterior, sus constituciones tienen poco peso en el bienestar del país.

Tasas de mortalidad infantil y general 1960–2007. El último cambio de constitución no hizo ninguna diferencia: el descenso se daba desde antes, por políticas de Salud Pública y nutrición infantil, que recién se erradicó en 1986.

Desigualdad (Gini) en varios países desde 1990. A pesar de una reforma mayor a la Constitución en 2005, y gobiernos de corte socialista entre 1990 y 2010, la desigualdad se mantuvo básicamente igual.

En resumen, es totalmente válido que algunos quieran corregir los problemas del país desde una perspectiva jurídica o política, pero la Historia y los datos demuestran que no hay que hacerse grandes expectativas, porque los cambios son resultado de varios factores, muchos externos al país, y con más influencia que una Constitución.