Sí. Sí las hay. Puedo dar fe de ello.
He estado, durante años, cuando era muy joven, dando clases particulares para sacarme un dinero y recuerdo a dos alumnos concretos. Aún los veo de vez en cuando. Buenos chavales, querían contentar a sus padres y sacar buenas notas, pero no entendían matemáticas (a nivel de un primero o segundo de bachiller). Sus padres me pidieron ayuda y me puse a darles clases. No simultáneamente, creo que en años diferentes incluso.
Eran los dos formales y bastante estudiosos (no para echar cohetes, pero bueno, eran, digamos, medios).
Pues bien: en ambos, el concepto de derivada era el concepto límite al cual no podían acceder, y no digamos ya sobrepasar. Soy un buen explicador; me apasiona la matemática: si algo se puede explicar de tres formas, yo lo explico de diez si hace falta. Pues nada: me miraban con los ojos muy abiertos y no entendían absolutamente nada. Ambos suspendieron. Los padres ya sabían por mí que iban a suspender: no había manera humana de meterles en la cabeza el concepto de derivada. Ni interpretación geométrica ni Cristo que lo fundó: todo era; y a la postre fué, inútil.
Hoy son dos adultos completamente normales, con sus familias y sus vidas, supongo que con sus trabajos, sin mayor problema. Pero no los llamó Dios por el camino de la matemática precisamente…
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Educação Matemática no Ensino Médio
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