Las ratas eran parte de la vida cotidiana en las trincheras. Un horror,.
Imagina tus tardes de un final de verano húmedo con todos esos mosquitos que estás buscando por todos los medios para evitar o huir, y que te impiden dormir. Lo mismo pasaba pero con las ratas y todas las pulgas que traen.
Las ratas no atacaron particularmente a los heridos, se fueron donde había algo para comer tranquilamente: telas, ropa, restos de comida... Por todas partes donde las cosas apenas se mueven: sobre un cadáver, sobre alguien que duerme, sobre una persona herida.
Sin olvidar los piojos.
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Metodologia e Prática de Ensino de História e Geografia
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