¿Quién ganaría en una pelea: un oso o un gorila?

Sin duda sería un enfrentamiento de pesos pesados con un choque descomunal de fuerzas.

Primero habría que partir por, ¿que oso?, ¿que gorila?.

Tomemos entonces a los ejemplares más imponentes de cada especie.

El oso grizzly, (Ursus arctos horribilis), es una subespecie del oso pardo, puede llegar a los 550 kg, aunque ciertos ejemplares han alcanzado incluso la cifra de 680, con 2.4 m si se levanta sobre sus miembros posteriores.

Tiene una protuberancia en la espalda, la cual es en realidad una masa muscular que incrementa la fuerza de las patas delanteras, lo que le permite por un lado excavar guaridas rápidamente y por el otro arrastrar a sus desgraciadas presas.

Sus garras son significativamente más grandes que las de otros tipos de osos.

El gorila oriental, (Gorilla beringei graueri), es el más grande y robusto de los primos vivientes del Homo sapiens con 163 kg de masa promedio y 1.76 m de altura. En cautiverio pueden llegar a 270 kg, eso si, con buena alimentación y falta de actividad física.

Tiene unos brazos más largos que sus extremidades inferiores, lo que hace posible desplazarse apoyándose en sus nudillos.

Ahora, si se encontraran un miembro de cada especie descrita y cada uno percibe al otro como una amenaza a la que hay que eliminar y sólo se valen de sus cuerpos…

Gana el oso.

Tiene entre 2 y 3 veces más masa corporal (aunque no necesariamente sea masa muscular), pelaje más grueso, y es más agresivo. No olvidemos que el gorila es predominantemente herbívoro, normalmente pacífico y gregario. Si bien tiene la desventaja de la menor agilidad, el oso tiene de su lado mayor aguante, fuerza y peso.

Son garras contra puños, esencialmente.