¿Alguna vez presenciaste personalmente un fenómeno que nadie creería si se lo contaras? ¿Qué fue lo que viste?

Estaba en Francia para recuperar a mi hija de 12 meses que había sido secuestrada por su padre. Yo tenía 20 años.

Después de dos meses de no saber dónde estaba, su padre finalmente me dijo dónde estaban y me hizo volar a París para ir a buscarla. Yo volaba desde Australia.

Pero cuando llegué, me dijo que era un engaño y que se iba a llevar a nuestra hija lejos y que nunca la volvería a ver.

¡Estaba angustiada! El único movimiento desesperado que se me ocurrió mientras él la sostenía y la metía en un taxi, fue decirle que volvería con él. Estaba literalmente de rodillas en la calle rogándole que no se la llevara. Funcionó y me dijo "sube al auto".

Un mes después, estuve una semana en el hospital... me había dado una paliza. En ese momento, finalmente se dio cuenta de que debía dejarme volver a los EE.UU. con mi hija.

(Mi hija era australiana y yo tenía la doble nacionalidad australiana/ estadounidense)

Mi padre pagó por nuestros pasajes. Me iba de París a Estados Unidos con sólo 10 dólares en el bolsillo, un bebé y un ojo morado con puntos de sutura.

Cuando llegamos al aeropuerto Charles de Gaulle, me di cuenta de repente de que mi hija no tenía una visa para Estados Unidos y nuestro vuelo salía en una hora.

En ese momento, una mujer de mediana edad con cabello castaño ondulado y un sombrero se me acercó con lo que parecía un uniforme del Ejército de Salvación. Me dijo: "¿Necesita ayuda, señora? Le conté mi situación. Luego me hizo seguirla desde el aeropuerto hasta un taxi. Me llevó a la embajada estadounidense en el centro de París (normalmente a 40 minutos en auto). Una vez allí, caminó directamente detrás del mostrador de la embajada y cerró las ventanas de vidrio como si tuviera acceso total al lugar e hizo que alguien sellara el pasaporte de mi hija con el visado. Luego la seguimos en otro taxi que nos llevó al aeropuerto para tomar el avión y nos escoltó directamente a nuestros asientos a tiempo para el despegue.

Hasta el día de hoy, nunca supe quién era esa señora. Estoy segura de que era un ángel.

¡Esta es una historia real!