¿De qué otras formas podría haber controlado Putin la expansión de la OTAN sin recurrir a la guerra en Ucrania?

Antes de que comenzara esta guerra en Ucrania, la OTAN estaba más débil que nunca. Donald Trump había debilitado la alianza durante 4 años, e incluso el presidente francés Emmanuel Macron había llamado a la OTAN ¡muerte cerebral!

Cada vez más países eran reacios a alinearse con las inversiones militares recomendadas por la OTAN. Estados Unidos había cambiado su prioridad estratégica hacia el Indo-Pacífico.

En resumen, Putin podría haber esperado a que la OTAN siguiera desintegrándose. Si su verdadero temor era la OTAN, entonces podía esperar, porque la OTAN estaba destinada a seguir debilitándose. De forma lenta pero segura. Lo que la OTAN necesita para existir y ser fuerte es una amenaza que asuste a todos sus miembros.

Esa amenaza es la Rusia de Vladimir Putin. Putin ha conseguido así el efecto contrario al que esperaba. La OTAN se fortalecerá y Ucrania querrá unirse, al igual que Moldavia y Georgia.

Todos los países fronterizos con Rusia temen ahora sufrir el mismo destino que Ucrania.

Para Ucrania, parece que la popularidad de Zelensky no era tan extraordinaria antes de la guerra. Putin podría haber apostado a que Zelensky cayera en las próximas elecciones y subiera otro candidato más prorruso.

En cualquier caso, con su arsenal nuclear a disposición, Rusia nunca ha sido amenazada por la OTAN directamente. La OTAN no pretende atacar a Rusia. El objetivo de la OTAN es protegerse de Rusia. Putin parece haber entendido siempre mal este punto.

Por último, la expansión de la OTAN es algo que el propio Putin ha alimentado asustando a todos los países vecinos. Si Putin no hubiera mostrado esos impulsos expansionistas, la mayoría de los países de Europa del Este no habrían pensado en entrar en la OTAN.

En definitiva, Putin es la raíz de todos los males que combate, y su falta de criterio le llevará a la perdición. Tarde o temprano.