¿Por que la iglesia católica no desarrolla una norma por la que sus sacerdotes y demás personal puedan formar una familia casándose?

Pues se debe a la Contrarreforma, surgida del Concilio de Trento.

Me explico:

Durante la Baja Edad Media y comienzos del siglo XVI, la jerarquía de la Iglesia Católica estaba más preocupada de las cuestiones mundanas que de la cuestiones propiamente religiosas (quien haya leído el Decamerón, lo entiende al instante). Por ejemplo, Julio II, famoso por encargar a Miguel Ángel que pintara el techo de la Capilla Sixtina, es conocido como el Papa Guerrero porque estuvo todo su mandato guerreando y confabulando con el fin de unificar Italia bajo el Sillón de Pedro (y también será conocido porque era muy mujeriego). Hacía falta mucho capital para toda su obra humanística y para financiar los ejércitos (por eso se recurría a las indulgencias), así que se le conocen muchas tareas mundanas y pocas al servicio de la religión (no es de extrañar, tanta mujer que mantener y algún que otro hijo, tira mucho de cartera).

Por eso que no es de extrañar que Lutero, un monje agustino experto en la Biblia, mandara sus famosas 95 tesis (escritas en latín) al arzobispo de Maguncia y luego procediera a clavarlas en la puerta de varias iglesias de Wittenberg (no lo entendamos como un acto de rebeldía, sino que era normal en Wittenberg y así lo recogían las normas universitarias, que los debates académicos debían comenzar clavando las tesis en la puerta de las iglesias). En ellas denuncia el abuso cometido con las indulgencias y sus derivaciones. Pero Lutero decía que sólo pretendía un debate académico (y yo que me lo creo), aunque realmente estaba atacando las creencias del momento. Así, cambia su nombre verdadero Luder, por Eleutherius (eleuterio en griego significa libre), y de ahí a Luther o Lutero en español (para que veáis que cambiarse el nombre a las estrellas del cine, les viene de lejos).

El arzobispo de Maguncia traslada la cuestión a Roma y León X ordenó al superior de Lutero que lo convenciera de no predicar contra las indulgencias (si es que el dinero…). Como Lutero hizo caso omiso, se le llamó desde Roma para que explicara la causa por la que atacaba la autoridad del Papa al emitir las indulgencias.

Lutero respondió con una larga misiva en las que negaba estar atacando la autoridad papal (de ahí viene lo de "eres más embustero que Lutero", famoso trending tropic del Twitter durante medio siglo XVI). Lutero temía por su vida, por lo que escribió un folleto en alemán (un folleto es un libro pequeño, ¿qué te creías?), el "sermón sobre la indulgencia y la gracia", dirigido al pueblo llano en un lenguaje que todos entendían y donde atacaba las indulgencias y que el dinero recaudado fuera para la construcción de la Basílica de San Pedro en Roma (otra vez el dinero). Fue el documento que le hizo famoso. Se imprimieron miles de copias y se distribuyó por todo el Sacro Imperio Romano.

Llega 1518 y Lutero es llamado a Augsburgo para que se defendiera de los cargos de herejía (básicamente eran dos: afirmaba que el Papa carecía de autoridad para perdonar temporalmente algunos pecados con la compra de indulgencias y que una persona que se arrepintiera no necesitaba de la absolución de un sacerdote). Lutero se negó a retractarse (ya nos hemos dado cuenta que era bastante cabezón) y abandona Augsburgo, quemando la bula contra error Exsurge Domine, donde las universidades de Colonia y Lovaina habían analizado los escritos de Lutero, redactando una lista de 41 errores usando las palabras de Lutero y de las que el Papa ordenaba que se retractara bajo pena de excomunión (o sea, que la Iglesia se lo había currao, pero que Lutero se hacía el sueco).

A partir de este momento, muchos príncipes/duques del Sacro Imperio Romano impulsan con todos los medios a su alcance, el movimiento que se conocería como la Reforma, dando a Lutero el liderazgo espiritual de dicho movimiento que suponía además una oposición al poder terrenal del emperador.

Y he aquí que nuestro Carlos I que era también Kaiser des Heiligen Römischen Reiches (César/emperador del santificado reino/imperio romano) emite en 1521 el Edicto de Worms donde declara a Lutero como hereje y prófugo, por lo que nadie de sus dominios podía darle hospedaje, entre otras cuestiones (si lo pilla, lo manda a prisión).

Toda vez que muchos príncipes/duques, como dije anteriormente, impulsaron la reforma como acción contra el emperador, éste convoca la Dieta de Espira en 1526. Carlos se muestra conciliador con los príncipes, por lo que se acordó que cada príncipe decidiría sobre la enseñanza de la reforma en su territorio, lo que en la práctica supuso anular el Edicto de Worms y dio alas a los luteranos.

Con el tiempo, viendo el emperador que le habían tomado el pelo (cuanto más les des a los sinvergüenzas, más quieren), convoca la Dieta de Espira de 1529, pues había que frenar el avance de los turcos en Hungría y Viena (si no llega a ser por los arcabuceros españoles, Austria estaría llena de gente llamada Mohamed, Fatimah, Hussein y Osama) y se debía tomar una postura común contra los luteranos. Así, se aprueba por mayoría dar la vuelta a la concesiones dadas en la dieta de 1526, negándose a los príncipes el derecho a elegir cuáles reformas religiosas funcionarían en sus territorios, debiendo aplicarse la doctrina católica en todo el imperio. Seis príncipes y catorce ciudades alemanas protestaron contra la decisión adoptada por votación. De ahí la denominación de Reforma Protestante (eso de aceptar los acuerdos votados democráticamente que favorecen y rechazar los que no, ya viene de largo).

Así, Carlos "el conciliador" después de recibir la corona del imperio en 1530, trata de mantener unida la cristiandad para enfrentarse a los turcos. Había que sanar las fisuras que estaba creando el luteranismo, por lo que convoca la Dieta de Augsburgo. Hubo concesiones por ambas partes, pero finalmente los luteranos se mostraron intransigentes en el matrimonio de los sacerdotes (vaya, ahora serán unos luteranos mujeriegos quienes critiquen a los católicos por yacer con mujeres), la comunión ha de ser con la Hostia y el Cáliz para todos (parece ser que no estaban dispuestos a renunciar al vino) y las misas para particulares (nada, oye, que si quieres una misa por la abuela, no te dejan). Así que no hubo acuerdo porque los luteranos se sentían empoderados y ya que estaban sacando tajada del norte del imperio, no iban a dejar todo eso ni por el bien común, ni por la amenaza de los turcos, ni por una decisión democrática.

Al pobre (rico) emperador no le quedó otra: confirma el Edicto de Worms de 1521 por el que todos los protestantes son excomulgados. Y los protestantes, que se sentían muy crecidos, crean la Liga de Esmalcanda, levantando un ejército contra el emperador y los católicos (serán cabrones los protestantes estos).

No obstante, el emperador creía que aún era posible la unidad (qué iluso) y convoca la Dieta de Ratisbona. Al principio hubo acuerdo en la mayoría de los puntos, pero cuando los protestante consultaron a Lutero, éste exigió que se rechazara todo incluyendo los puntos en los que había acuerdo. Mientras, los católicos hicieron consultas a Roma quien respondió que los puntos en desacuerdo debían ser resueltos en un Concilio. Cada día eran mayores las diferencias (mal camino llevamos) y el emperador se involucró personalmente en convencer a los protestantes sobre la necesidad de sellar los acuerdos y dejar los desacuerdos para ser tratados más adelante. Pero no hubo manera. Al final, los mismo católicos desconfiaban del emperador, por lo que tuvo que marcharse sin haber obtenido el acuerdo (jo, qué pena me da el empe).

Ahora es el Papa quien mueve ficha. Pablo III (muy querido en Guatemala y gran defensor de los indios) asumió ahora el esfuerzo de reunificar a los cristianos y convoca el Concilio de Trento. Este decidió cuestiones tales como:

• Los religiosos debían recibir una formación esmerada y debían tener una forma de vida intachable, especialmente los obispos que debían dar ejemplo con sus hechos.
• Se crean los seminarios para formar adecuadamente a los sacerdotes.
• El clero ha de ser célibe.
• Los obispos han de renunciar a acumular prebendas y deben residir en sus diócesis.
• Muy importante: la Iglesia es mediadora para lograr la salvación del hombre, siendo el Papa su máxima autoridad. Esto chocaba radicalmente con las tesis protestantes.
• Se obliga a todos y cada uno de los párrocos a predicar los domingos y festivos religiosos, a impartir catequesis y a registrar los nacimientos, matrimonios y fallecimientos (toma ya, el registro civil de ahora hunde sus raíces en el Concilio de Trento).
• Se reafirma que hay siete sacramentos y no dos como defienden los protestantes.
• Para lograr la salvación, mientras los luteranos defienden que se logra por la fe y la Gracia Divina, se establece que son necesarias también las buenas obras, el recto proceder para lograr la salvación. Obras son amores y no buenas razones, diría Lope de Vega.
• Se niega la predestinación a la salvación del hombre o su condena defendida por Calvino (quemó a unas diez mil mujeres acusándolas de brujería, mientras la Inquisición Española no llegó al medio centenar en toda su historia), ya que el hombre puede realizar obras buenas para lograr la salvación, toda vez que el pecado original daña pero no destruye la naturaleza humana.
• Se reivindica la figura de los santos y la Virgen María y se afirma la existencia del purgatorio, donde las penas que se sufren no son eternas y purifican a la persona para permitirle la salvación (algo así como los exámenes de recuperación o reválida para quien no aprobaron el curso).

Si nos fijamos, la Contrarreforma vino a darle la razón a los protestantes en la necesidad de reformar la Iglesia. No obstante, ya nos habíamos separado por las cuestiones teológicas.