¿Por qué nos huele el aliento?

Porque nuestra boca es una muy acogedora caverna, cuya temperatura apenas fluctúa por encima y debajo de los 36.5 grados, constantemente húmeda, oscura y llena de intersticios en los que pedazos de riquísimos nutrientes, quedan atrapados todo el tiempo.

Un verdadero resort para las muchas bacterias y hongos, que aman esas condiciones. El olor, en su gran mayoría, viene de la descomposición de los restos alimenticios, producido por estos microorganismos. Algo también proviene del estómago, pero lo que percibimos con mayor facilidad, es el de la actividad microbiana.

Y cuanto más dulces comas, y menos cuides tu higiene bucal, más chance de que el resort se convierta en una Riviera Maya microbiana. Eso es la placa bacteriana, un tipo de biofilm o biopelícula, que se va estableciendo encima de dientes y mucosas y simula casi la estructura de un tejido y hasta puede alojar otros microbios.

(Las Candida albicans (C) deleitadas con los canales de agua (B) y decks de polisacáridos (A) que las Streptococcus mutans (D) les construyeron)

Las bacterias en una biopelícula, muestran una mayor capacidad metabólica y resistencia. Es ahí cuando algunas bacterias, especialmente estreptococos y lactobacilos, empiezan a proliferar en número, fermentando todos los azúcares que les llegan y produciendo el ácido láctico que degrada esmalte y dentina, provocando las caries.

Es normal que el aliento huela un poco; siempre habrá pequeños grupos de bacterias en la boca. Lo anormal y un llamado de atención, es cuando sentimos olor a podrido. Eso es señal de la Riviera Maya Microbiana, ya establecida y ocupada al 100%, como la que se ve en la foto, pero en nuestra boca.

No olvidemos usar hilo y cepillo, todas las noches. Es nuestro Mega-tsunami para barrer con el establecimiento de una Riviera Microbiana.

Saludos!