Lo he buscado en la literatura especializada, pero no he encontrado una medición explícita del costo fisiológico. En lingüística, desde hace mucho tiempo se ha considerado la noción de mínimo esfuerzo o de costes articulatorios como noción teórica intuitiva, recuerdo haber leído sobre ya en lingüistas de la primera mitad del siglo XX como André Martinet. Incluso recientemente, el lingüista más importante del siglo XX, Noam Chomsky, ha seguido empleando la noción de principios de economía computacional en su introducción al programa de investigación que propone el llamado Programa Minimista.
Debemos entender de todas maneras una cosa y es que la comunicación es bidireccional y por tanto está el problema de la producción por parte del emisor de una frase o una expresión, y de la comprensión por parte del receptor.
Aquí he usado una especulación que la aparente complejidad morfológica de una lengua como el húngaro podrían suponer un mayor coste computacional (tampoco hay evidencia de que sea significativamente más complicado para un niño aprender húngaro que japonés, ya que las edades a las que un niño se vuelve competente en cierto tipo de estructuras lingüísticas son bastante parecidas). En el fondo, debe existir un equilibrio delicado entre la complejidad mínima necesaria para generar frases bien construidas (producción por parte del emisor) y la complejidad mínima para decodificar frases (comprensión por parte del receptor). Recomiendo leer los detalles de este razonamiento, en otra respuesta similar a esta:
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