¿Por qué los acorazados de la Segunda Guerra Mundial pudieron recibir cientos de impactos de otros acorazados pero fueron hundidos por unos pocos...

Primero, dejemos claro que no todos los acorazados tuvieron una alta resistencia a los impactos de otros acorazados. Además, las batallas de acorazados fueron mínimas durante la segunda guerra mundial. Uno de los pocos episodios donde estos gigantes aguantaron un castigo de cañonazos fue en el hundimiento del Bismarck. Lo que si es cierto, es que todos morían con torpedos.

Pero ¿Por qué era mas fácil hundir un acorazado con torpedos en vez de cañonazos? se me ocurren 2 razones.

Ataque versus defensa.

Por mucho tiempo la guerra en el mar era el juego de disparar una bala mas grande contra un blindaje mas resistente. El problema es que hay un límite en donde los cañones ya no pueden ser mas grandes, y si la bala es muy gigante y pesada ya no habrá fuerza alguna que pueda hacerla volar hasta el enemigo.

Pero, si en vez de disparar tu bala pudieses hacerla llegar flotando hacia el bote enemigo, podrías instalarle un carga mucho mas grande y pesada de lo que tu cañón podría disparar. Esa es la idea de un torpedo.

Una bala de cañón es pesada, pues hace daño con su fuerza cinética, su dureza de material, y su carga explosiva. Pero un buen blindaje puede hacerla rebotar, o ser penetrado de lado a lado sin hacerla explotar. En cambio, la mayoría del peso del torpedo está enfocado en explosivo, el que reventará en cuanto toque su destino. Esta explosión es tan grande que no hay blindaje capaz de evitar su daño. Como ejemplo, los japoneses usaban torpedos de 610 mm, los que podían partir destructores por la mitad. Lograr algo así con una bala de cañón cuesta mucho.

Las marinas pronto entendieron que era demasiado difícil hacer flotar tanto acero como para aguantar la detonación de un torpedo grande. Por eso se enfocaron en idear sistemas para minimizar los daños, no evitarlos totalmente. La defensa había perdido frente al ataque.

Y ese daño inevitable eran las vías de agua. Los cañonazos podrían matar a los marineros, incendiar la superestructura, dejar la cubierta un campo de chatarra, pero a menos que un disparo pudiese penetrar los compartimentos internos bajo flotación (algo muy difícil), no podrían inundarlos. Y un barco que no se inunda no se hunde.

La táctica de ataque.

La segunda razón está basada en lo anterior. Los acorazados fueron construidos para seguir a flote con el vientre herido, con técnicas como los compartimentos estancos, blindajes moldeables que absorbiesen parte de la fuerza explosiva, y administración de inundaciones. Esto funcionaría siempre y cuando las heridas en el casco estuviesen bien repartidas.

Los cazadores de acorazados se dieron cuenta que para hundir un barco no era necesario dejarlo como colador, sino que bastaba con inundarlo en un lado, a fin de escorarlo (que se vaya hacia un lado) lo suficiente para que haga agua rápidamente. Esto era posible porque los acorazados tenían pesadas y altas superestructuras, que ayudarían a que el navío se fuese rápidamente hacia un lado.

Entonces, los ataques con torpedos se concentraron en un solo costado de los acorazados. El agua que entraba desde las heridas hacia que el barco se volviese mas pesado y lento. Eso hacia posible que recibiese otros torpedos en en el lado elegido. Los agujeros hacían entrar mas agua, y el barco se iría de lado por causa del peso del agua. En el momento final, el peso de la superestructura giraría el barco completamente, y rápidamente se hundiría.

Si el navío no podía esquivar o huir de los atacantes no había defensa posible. Los japoneses usaban el sistema de control de inundaciones para llevar el agua del lado inundado a compartimentos secos, pero eso, a pesar de retrasar la escora, solo ayudaba a hundir mas el barco. Incluso el propio Yamato, el acorazado mas fuertemente blindado de la historia, fue hundido de esa forma.

Hacer eso con cañones es casi imposible. Puedes dejar la cubierta del enemigo con un estropajo, pero si los compartimentos internos sumergidos siguen secos, el barco flotará. Los cañonazos destruirán todo arriba, pero no podrán hacer las vías de agua que logran abrir los torpedos. Y los acorazados eran moles tan grandes que haría falta destruir mucho hierro arriba para recién pensar en agujerear abajo.

Esas son las razones de porque los acorazados aguantaban tantos cañonazos pero se hundían con pocos torpedos; porque no hay blindaje posible que evite todo el daño de los torpedos, y porque estos se usaron de tal forma que escoraban los barcos hasta voltearlos. Lograr el mismo resultado con cañonazos era muy, pero muy difícil.

Espero haberte ayudado, saludos.

(mis respuestas son elaboración propia, y me toman tiempo. Un like o un seguir serían un buen agradecimiento)