¿Cuál es la relación entre los alquimistas y la piedra filosofal?

La Piedra Filosofal era el desvelo de los Alquimistas. Era la razón de su trabajo. Su Santo Grial.

Todas sus formulaciones tenían como finalidad obtenerla. Decían ellos que era un mineral con la asombrosa propiedad de transformar el plomo en oro puro y que era el resultado de un arduo trabajo de fundición, destilación, y purificación. Pero ¿purificación de qué? Aquí está el mayor misterio. Por que si bien la Alquimia como disciplina, es considerada la forma pre-científica de la Química, era en realidad una forma de conocimiento esotérico. Es decir, que era un concepto surgido de las más antiguas Escuelas Esotéricas, la primera forma de conocimiento sistematizado, a través del cual los seres humanos intentamos dar un sentido a nuestra existencia y el mundo en el que estamos. De hecho cada una de las grandes Religiones del mundo, nació de una Escuela Esotérica.

Si bien los alquimistas trabajaban con sustancias materiales bien concretas, el significado real de la Piedra Filosofal, no se trataba de algo material. Por eso no hay una imagen concreta que la represente. No era una piedra de color rojo como la que aparece en Harry Potter o en Full Metal Alchemist, por ejemplo. Era un símbolo de algo que hoy en día llamaríamos psicológico, algo que el alquimista consumado, lograba en lo más interno de su ser.

¿Te has preguntado el porqué de ese nombre? ¿Qué tienen que ver los filósofos con un “mineral” que al contacto con metales ordinarios como el plomo, los transmutaba en oro o plata? Los metales ordinarios son un símbolo de los componentes ordinarios del ser humano, su ego, sus ilusiones vanas, sus pasiones descontroladas, etc. El Trabajo, La Magna Obra, como le llamaban los alquimistas, era un trabajo sobre estos elementos ordinarios. Es el alma o la psique, la que es calentada, derretida, destilada, y purificada del orgullo, la vanidad, y todas las impurezas de esa especie, en etapas sucesivas. Y el resultado final, es la Piedra. En términos humanos, es un Maestro, que al contacto con otros metales ordinarios (sus discípulos), los transforma en metales preciosos, repitiendo el proceso. Éste es el verdadero secreto de la transmutación de los metales y la Inmortalidad. Nunca se trató de algo material, aunque los alquimistas siempre encontraran paralelismos con el mundo físico, ya que uno de sus grandes principios es: "Así como es Arriba, es Abajo; como es Adentro es Afuera".

(Ya sabes entonces; esto es sólo una representación, un símbolo material. No es la verdadera Piedra.)

La lectura psicológica de las obras alquímicas, es algo delicioso de hacer y permite adentrarse en un sistema de conocimiento que está muy lejos de ser simple superchería, como el gran Carl Jung, puso de manifiesto en su trabajo. Fue la psicología de la Antigüedad.

Es llamativo que miles de personas en el mundo, sin tener idea del hecho, siguen resonando con conceptos alquímicos, a través de la Astrología o el Tarot, incluso entre católicos practicantes. Menciono esto último a propósito, porque la Iglesias cristianas han sido siempre muy explícitas al considerar esas disciplinas como prácticas heréticas o llanamente brujería, motivo de muerte y persecución de tantos intelectos invaluables, a lo largo de la Historia. No deja de ser tristemente irónico que las ideas de la Santa Trinidad, la Resurrección de los Muertos, la transmutación de agua en vino, entre muchos otros símbolos, son de origen alquímico…

Mas allá de esas tragedias, es fascinante observar el hecho de la resonancia de esas ideas, perdurando a través de milenios, a través de diferentes formas e inspirando aún, obras de arte, literatura y fantasía. Muchas de esas ideas han llegado vulgarizadas y bastardeadas en formas como el horóscopo diario, y es motivo de risa cuando se las compara con el conocimiento científico. Pero si vamos más allá del prejuicio, se puede encontrar un verdadero tesoro. Tal como hizo Jung. Antes de terminar, les dejo una imagen más certera de lo que sería, la verdadera Piedra de los Alquimistas, o la Piedra Filosofal. Pero como todo, no deja de ser más que un símbolo. La verdadera Piedra, no se puede ver.

*Imagen en el texto de alquimia medieval Atalanta Fugiens, mostrando la Piedra Filosofal: Anima y Animus, la parte femenina y masculina del alma, unidos en la cuadratura del círculo.

¡Saludos!