¿Cómo construían los romanos carreteras rectas? Si construían una carretera de doscientos kilómetros, por ejemplo de Londinium a Chester, ¿cómo...

Nadie (y menos los romanos) construirían una carretera recta que fuera de Londinium a Chester porque todos, incluidos, por supuesto los romanos, adaptan las carreteras al terreno con el fin de tener que hacer el mínimo imprescindible de puentes y túneles y teniendo en todo caso una pendiente no excesiva para sus medios de transporte.

Por otra parte entonces más que ahora las carreteras no iban de una ciudad a otra muy alejada, sino de una ciudad a otra enlazando todas las ciudades y pueblos que quedaran algo a la derecha o a la izquierda, pues así conectaban puntos secundarios pero que tambien eran necesarios como puntos de partida y de meta para sus carreteras.

Si observas la red de Calzadas Romanas, principales y secundarias, (hay otras muchas de menor importancia repartidas por toda la geografía), ninguna hay absolutamente recta sino que yendo hacia cierta direccion por un lado eluden los pasos mas complicados como hubiera sido ir de Cesar Augusta, (Zaragoza) a las Galias, (Francia), atravesando los Pirineos, sino que se desvían al este hacia Tarraco (Tarragona), Barcino (Barcelona) e incluso hacen una curva para llagar a Port Bou.

De todas formas los ingenieros romanos tenían muchas máquinas para construir las obras públicas. Por ejemplo la groma, un aparato de topografía con el que es posible establecer alineaciones largas y perpendiculares:

Otro aparto que hablan los libros es la dioptria que exactamente no sabemos como era porque no nos han llegado ni ejemplares ni descripciones detalladas, pero que suponemos que era más o menos así:

Un aparato provisto de un medio de burbuja para nivelarlo dos discos (uno vertical y otro horizantal) para medir pendientes y ángulos. Lo que era cierto es que tenían aparatos de nivelación para calcular los desniveles entre dos puntos:

No sólo eso. Los caminos eran medidos en pasos romanos, (aproximadamente 12,5 metros, por lo que una milla romana equivale a 1500 metros) y se marcaba con las llamadas piedras miliares como esta encontrada en Premiá de Mar - (Barcelona) en la Via Augusta:

Por último, el viajero podía estar perfectamente enterado de lo que se encontraría en el itineriario: no sólo las ciudades sino las ventas donde podía descansar o incluso cambiar de caballerías pues existían unos vasos de plata que indicaban en sus grabados todos los puntos de interés para el viajero: